¿Cuál es la Respuesta de los Cristianos Evangélicos al Debate Homosexual?

Cuál es la Respuesta de los Cristianos Evangélicos al Debate Homosexual?
POR JUAN CARLOS ARANDA (BS.AS. – ARGENTINA)

Este debate que esta deliberándose en nuestro país en el Congreso de la Nación que ha recibido media sanción en la cámara de diputados y en la actualidad se esta deliberando en la cámara de senadores ha despertado en el pueblo cristiano un vivo deseo de orar para que no sea sancionada la reforma del “Código Civil”. ¿Pero es suficiente orar?

Cuando oramos reconocemos el señorío de Cristo sobre nuestras vidas y la soberanía de Dios sobre cada uno de nosotros y sobre todas las cosas: “Todo lo sujetaste bajo sus pies. Porque en cuanto le sujetó todas las cosas, nada dejó que no sea sujeto a él; pero todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas”. Hebreos 2:8

Nos toca a los creyentes y a la iglesia en general enfrentar un nuevo desafío ético y es el tema homosexual o “gay”; por muchos años, escuchar de estos temas en un sermón era sumamente raro, y en nuestros días se hace sumamente necesario, no solo escuchar, sino capacitarnos para atender y entender los que están atravesando por este tortuoso camino.

Nos preguntamos: ¿Qué esta haciendo la iglesia hacia las personas que se congregan y que sienten atracción al mismo sexo? Sobre esta pregunta respondió el psicólogo Esteban Borghetti en una nota realizada por el Diario el Puente:

“No creo que sea bueno generalizar sobre este punto. Hemos encontrado diferentes escenarios. Diría, al menos tres escenarios posibles. Uno de ellos está representado por la iglesia que reconoce que debe hacer algo al respecto, capacitarse, desarrollar un ministerio específico que eche luz sobre esas problemáticas, y se propone hacerlo. Otra respuesta posible es la indiferencia sobre el tema. Tal y como hace el avestruz, algunas iglesias esconden su cabeza bajo tierra y resuelven así la situación. El temor y el desconocimiento sobre el tema la paralizan, ante cualquier acción posible. Una tercera posibilidad es la de aquella iglesia que reduce esta, la problemática sexual sólo al plano espiritual, olvidando la integralidad del ser humano. Lucas 2:52 enseña que somos seres bio-psico-sociales y espirituales: «Jesús crecía en estatura (biológicamente) y en sabiduría (psicológicamente), en gracia con Dios (espiritualmente) y con los hombres (relaciones sociales)». Por último, algunas de las personas que nos consultan han expresado sentirse excluidos de su iglesia, tanto por parte de los miembros como de la pastoral”.
Nos preguntamos: ¿Existen casos en las iglesias? Responde el psicólogo Esteban Borghetti:
“Respecto a si hay casos de atracción al mismo sexo en las iglesias, podría decir que la mayoría, sino todas, las personas que consultan por este tema, se congregan y asisten a una iglesia regularmente. También podemos citar el trabajo de los doctores (*) José Luis y Silvia Cinalli. Realizaron un estudio a 1425 jóvenes de entre 12 a 30 años (642 mujeres y 552 varones) de 80 grupos juveniles evangélicos en 30 localidades de 10 provincias diferentes (25 de Argentina y 5 de Paraguay) y en 15 denominaciones diferentes. Los datos arrojados son alarmantes: de cada 10 chicos/as al menos 4 tuvieron experiencias sexuales negativas en la infancia, 2 fueron manoseados o «acariciados» por un mayor y 1 sufrió abuso sexual físico.
Cuando comenzamos a transitar por las paginas de la Palabra de Dios desde sus primeras líneas en Génesis 1:27 leemos que Dios creó al ser humano “varón y hembra”, o sea hombre y mujer, no homosexual o lesbiana. En este mismo libro sagrado, la Palabra de Dios también nos habla de la unión matrimonial entre el hombre y la mujer «en una sola carne» (Gn 2:24) y abierta a la vida (Gn 1:28). El homosexualismo no lleva a cabo ninguno de estos dos valores inherentes a la sexualidad humana, tal y como Dios la creó: la unión heterosexual en el matrimonio y la procreación. A la luz de esta visión del hombre y la mujer, hay otros 44 pasajes bíblicos que, directa o indirectamente, condenan las prácticas homosexuales como un pecado grave. (**)
Días pasados publique en la red social Fasebook y en mi blog algunas notas presentando este tema: “Lo que dice La Biblia sobre la homosexualidad” (***) inmediatamente recibí una catarata de mail de activistas del movimiento gay con expresiones desafiantes en la mayoría de los casos citando pasajes de las Escrituras, procurando desacreditarla y en forma ofensiva hacia los creyentes.
(*)Dr. José Luis Cinalli Pastor de La Iglesia de la Ciudad de Resistencia, Chaco, Argentina. Abogado. Master en Estudios teológicos interdisciplinarios. Fundador del Centro de Formación Misionero Argentino y Ministerial. Decano del IBIA (Instituto Bíblico interdenominacional Argentino), avalado Por la SAIC . Presidente de la Fundación de la Ciudad. Profesor y Escritor.
(**) Lo que dice la Biblia sobre la homosexualidad – Fuente: The Maryfaithful, mayo/junio de 1979.
(***) mi blog: http://encuentrame-sipuedes.blogspot.com
Pero lo que mas me llamo la atención que en algunos casos se decían cristianos, como ejemplo cito el menos ofensivo:
Pregunta (J M) -Muy buena nota. Sólo que no veo en ella la esperanza para personas con este problema. Además la homosexualidad es pecado y la discriminación y homofobica también. Y lo mejor de todo es que Dios ama al homosexual. Creo que hay que examinar todo y retener lo bueno. Una pregunta? a tu iglesia podría entrar un homosexual sin ser mal visto? Efesios 3:19 y de conocer el amor de Cristo que sobrepasa el conocimiento, para que seáis llenos hasta la medida de toda la plenitud de Dios.
Respuesta (J C A) –“ No tengo la menor duda que la homosexualidad es pecado y la discriminación y homofobica también y no solo Dios ama a los homosexuales, ama a los violadores, a los drogadictos, a los asesinos, a los borrachos a todos, nadie esta exento del amor de Dios ya que la obra de Jesús en la cruz es para todo aquel que en el cree; no creer esto es ignorar las escrituras “Y esto erais algunos mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús y por el Espíritu de nuestro Dios” (1 Corintios 6:11).
Por otro lado no llegue a entender con que fin es echa tu pregunta, pero por las dudas te diré que en nuestra congregación tenemos personas con esta dificultad que están siendo contenidas y sostenidas espiritualmente y profesionalmente. Ya que tienen oportunidad en la «recuperación» toda persona con atracción al mismo sexo que desea encontrar su verdadera y plena heterosexualidad. Además en nuestras asambleas hay muchos hermanos que trabajan en este sentido. Y por otro lado si hubieses reparado en el final de la nota estaba implícito lo que preguntabas.
«Sin embargo, los que están dominados por este tipo de pecado, pueden cambiar y ser nuevas criaturas (2 Co 5:17). En 1 Co. 6:11, Pablo dice «Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados; ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús y por el Espíritu de nuestro Dios». En otras palabras, si un homosexual se convierte tiene que dejar su pecado y seguir a Cristo. Y esto es posible».
Bendiciones”.
Como señalamos al principio se nos ha planteado un nuevo tema ético, y tenemos que salir al cruce con la adecuada preparación, instruirnos e instruir al pueblo de Dios, ya que nos asombraríamos al “descubrir” que hay organizaciones que agrupan a gays, lesbianas, bisexuales y trans que se dedican entre otras cosas a adoctrinar a sus miembros para que sepan que decir ante el mensaje del evangelio que cambia y trasforma vidas; nos asombraríamos al saber que cuentan con una nutrida bibliografía (* citamos algunos ejemplos).
La iglesia debería crear los espacios necesarios para ofrecer la restauración a estas personas, existen algunos grupos o ministerios dentro de las iglesias, pero no siempre como un ministerio y herramienta de la iglesia local.
Reflexión final:
La actitud de antipatía personal hacia los homosexuales se denomina actualmente “homofobia”. Es una mezcla de temor irracional, y aún repulsión (¿). Este comportamiento de algunos cristianos no considera que la mayoría de las personas homosexuales no son probablemente responsables de su condición, aunque sí, de su conducta. En el corazón del homosexual hay una profunda soledad, hay mucho dolor, debemos ser comprensivos, tener mucho amor, es muy triste tener que escuchar -soy una mujer viviendo en un cuerpo de un hombre-, denotando una tremenda crisis de identidad. Es por ello que cuando hablamos de estos temas debemos hacerlo con la debida sensibilidad, amor y gracia; debemos saber que en el medio hay personas que cuando niños han sido abusados, o han tenido una mala identificación del niño con su padre y de la niña con su madre. Doloroso y desconcertante es el dilema de los homosexuales que buscan al Señor, Jesucristo ofrece a él o a ella, sin duda a todos nosotros, fe, esperanza y amor: la fe para aceptar ambos, la disciplina de Él y su gracia para mantenerlos, la esperanza para ver más allá del presente sufrimiento hacia la gloria futura, y el amor para cuidar y sostenernos unos a otros.
“Pero el mayor de ellos es el amor” (1 Corintios 13:13)
JUAN CARLOS ARANDA sirviendo al Señor como anciano de la ICE de calle Washington 651 de Villa Dominico
http://encuentrame-sipuedes.blogspot.com

La teologia de Finney parte 5 – relación entre la justificación y la santificación

3. La relación entre la justificación y la santificación:

ultima fecha de actualizacion: 20-07-2010

Otro aspecto en que Finney se aparta de la enseñanza bíblica es en lo tocante a la relación de la justificación con la santificación.

“Algunos teólogos – dice Finney – han hecho de la justificación una condición de la santificación, en vez de hacer la santificación una condición de justificación. Pero esto… es una perspectiva errónea del asunto” (pg. 368-369, lect. 25).

Según Finney, para que los pecados pasados del pecador sean perdonados, y para ser aceptados por Dios en el presente,

“la consagración de corazón y vida a Dios y a Su servicio es una condición inalterable”.

Esta declaración es un golpe mortal al evangelio. Como bien señala Sproul:

“Si la completa consagración de corazón y vida a Dios es una condición inalterable para el perdón, ¿quién será perdonado? Éstas no son buenas noticias, siendo la peor de todas las noticias posibles”.

McArthur citó sobre Charles Finney lo siguiente,quien escribió

«En todas partes he encontrado que las peculiaridades del hipercalvinismo han sido una gran piedra de tropiezo tanto para la iglesia como para el mundo. Una naturaleza pecaminosa en si misma, una incapacidad total para aceptar a Cristo y para obedecer a Dios, condenación a muerte eterna por el pecado de Adán y por una naturaleza pecaminosa, y todos los demás dogmas similares que son el producto de esa escuela peculiar, han sido la piedra de tropiezo para los creyentes y la ruina de los pecadores» (Charles Finney: An Autobiography [Autobiografía de Carlos Finney (Old Tappan. N.J.: Revell, s.f.), pp. 368-69). Sin embargo, las doctrinas que Finney enumera no son doctrinas únicas y exclusivas del hipercalvinismo. sino que son ortodoxia calvinista simple, y en la mayoría de los casos, enseñanzas bíblicas sencillas y claras. Finney las echó todas por la borda y de esa manera repudió el corazón de la teología bíblica.

La teología que Carlos Finney inventó estaba llena de problemas, en particular en el área de la santificación. Finney desarrolló una forma radical de perfeccionismo, lo cual a su vez engendró muchas otras ideas fanáticas entre sus seguidores. B. B. Warfield escribió una crítica completa y devastadora de la teología de Finney en su obra en dos volúmenes titulada El perfeccionismo, vol. 2. pp. 1-215.

Finney se equivocó al no considerar con el esmero suficiente que los avivamicntos más robustos del siglo dieciocho en Norteamérica incluido el denominado «great Awakening» o gran despertar, tuvieron su origen en la doctrina calvinista. Jonathan Edwards. George Whitefield, David Brainerd y los primeros bautistas fueron todos abanderados de un fuerte calvinismo, pero al mismo tiempo mantuvieron un celo enérgico y un compromiso activo por el evangelismo. Desafortunadamente, Finney tenía demasiadas ganas de prescindir de ese legado para proceder a forjar su propia rúbrica teológica. La perspectiva pragmática que fue parte esencial e in­separable del sistema de Finney ha perdurado hasta la actualidad, incluso entre muchos cristianos que deplorarían las innovaciones doctrinales de Finney. [1]

La santificacion

He leído las lastimosas confesiones de monjes que se han recluido en monasterios durante años, procurando dominar sus bajas pasiones. Pero aun así, sus malos pensamientos casi los enloquecen. No han alcanzado la victoria sobre las pasiones aislándose de la sociedad. Precisamente cuando pensaban que estaban libres de las pasiones, y que habían puesto bajo control todos los deseos carnales, caían de nuevo bajo el embrujo de pasiones desordenadas y desenfrenados pensamientos.

Cierto monje vivió durante cincuenta años en una cueva subterránea, procurando sujetar su cuerpo al espíritu. Otros se enterraron hasta el cuello en la arena calcinante, con la esperanza de «quemar» sus iniquidades.

He leído de monjes que durmieron en colchones de espinas y en pilas de vidrios rotos. Otros se ataron una pierna, caminando con un solo pie hasta que perdieron el uso del otro. Otro monje se colocó dentro de la rueda de un vehículo y se quedó allí en posición fetal durante diez años, siendo alimentado por otros.

Plancha metálica del siglo VI, conservada en elmuseo de Louvre mostrando a San Simeón Estilita sobre su columna. La serpiente representa al demonio, trátando de tentarlo.(Wikipedia)

San Simeón Estilita, monje sirio del siglo V, se entregó a la meditación, a la oración y a la predicación en lo alto de una columna, en la que vivió treinta años, y cuando se debilitó tanto que ya no podía quedarse allí, hizo erigir un poste y se encadenó a él.

Todos estos métodos de tortura los emplearon los monjes a fin de desalojar la influencia malvada que sentían en ellos. Querían aniquilar esa parte del ser que ansiaba el pecado. En la Edad Media, largas procesiones de flagelantes viajaban de país en país gimiendo, llorando, cantando himnos tristes de arrepentimiento, y flagelándose las espaldas desnudas a medida que marchaban. Miles se unían a estas procesiones con el propósito de «desalojar al diablo mediante la tortura».

Audrey o Eteldreda, Santa (catholic.net)

Santa Eteldreda creía su carne tan corrupta e inmunda, que se negaba a lavarse. Andaba de un lado para otro, sin lavarse y cubierta de mugre, y venerada como santa porque se suponía que había conquistado su propia carne.

Leyendo la Biblia, descubro que no soy yo el único atrapado en la lucha entre el bien y el mal.

El rey David era un hombre amado por Dios. Sin embargo, cometió adulterio con Betsabé, y luego hizo asesinar a su marido a fin de que no descubriera que su mujer estaba encinta. Se sintió desesperado, y lo admitió diciendo:

  • «Porque mis iniquidades se han agravado sobre mi cabeza; como carga pesada se han agravado sobre mí. . . Y nada hay sano en mi carne. . . Porque mis lomos están llenos de ardor. . . No hay paz en mis huesos, a causa de mi pecado.»

El apóstol Pablo declaró:

  • «Mi propia conducta me desconcierta. Porque descubro que hago lo que en realidad ABORREZCO, y no hago lo que en realidad quiero hacer. . . Descubro con frecuencia que tengo el ánimo de hacer lo bueno, pero no las fuerzas. Cuando quiero hacer lo bueno, sólo el mal está a mi alcance. . . Soy cautivo de la ley del pecado que es inherente a mi cuerpo mortal. Porque, si se me deja proceder como quiero, sirvo a la ley de Dios con mi mente, pero en mi naturaleza no espiritual sirvo a la ley del pecado. ES UNA SITUACIÓN AGONIZANTE. . . ¿QUIEN PODRA LIBRARME DE LA PRISIÓN EN QUE SE ENCUENTRA MI CUERPO MORTAL?. . . ¡SOLAMENTE CRISTO!» (Romanos 7: 14-25, v. libre).

¿Dos Pablos también? ¡Sí! Se libró también en él una lucha agonizante entre una naturaleza espiritual y otra no espiritual, trabadas en constante batalla. Esta situación desdichada y agonizante, Pablo la describe como la más aterradora experiencia por la que puede pasar el hombre. Es el espantoso miedo a perder el dominio de la situación — un pavoroso miedo de provocar la ira de Dios al ceder ante los pecados secretos más de la cuenta, o peor aún, ser abandonado en manos del pecado.

La víctima que cede ante la ley del pecado comienza a pensar así: «¿Qué tengo que hacer para triunfar sobre el mal que reina en mí? He derramado un mar de lágrimas, he recurrido a la fuerza de voluntad, me he condenado a mí mismo, he hecho mil promesas de cambiar y he leído todo lo que ha caído en mis manos acerca de cómo ser santo. Pero estoy a punto de caer vencido por el agotamiento. ¿Me abandonará Dios antes de que pueda aprender cómo alcanzar la libertad? ¿Cómo puedo resistir esa fuerza avasalladora que me  impulsa hacia abajo? ¿De qué me vale?»

Aquellos que no están librando esta tremenda lucha interna, o han triunfado por medio de la fe, o no son sinceros. No se afligen por sus pecados, porque han resuelto no hacerles caso. Algunos tienen el corazón endurecido por el pecado, y la conciencia ha dejado de remorderles. Otros se han creado un esmerado sistema de excusas y justificaciones para todo lo que hacen, absolviéndose a sí mismos de toda debilidad y de toda falta.

Es una práctica común entre aquellos que descubren que hay ciertos  problemas  que controlan su vida, dedicarse a estudiar historia, sociología o religión, a fin de hallar una justificación para su conducta. Pero el que busca con sinceridad no puede excusarse con tanta facilidad y vivir feliz consigo mismo.

Tiene que darse cuenta de que hay en él un aspecto carnal repulsivo y admitir: «Soy esclavo del pecado. Nada bueno hay en mí sin Dios. Soy débil, frágil e inclinado al pecado, y necesitado de la ayuda cotidiana de Dios.»

En realidad, cuanto más santo sea un hombre, tanto más consciente estará de su propia condición de pecador.

Hace más de cien años, el gran predicador escocés Alejandro Whyte hizo un llamado a la sinceridad para admitir la lucha que se libra entre las dos naturalezas que hay dentro del hombre.

Al efecto escribió:

Los escritores han tenido miedo de declarar abiertamente toda la verdad acerca de sus tribulaciones. La persona veraz debe admitir que no ha existido jamás nadie tan débil y con un corazón tan malo como ella, ni vida alguna tan mala como la suya; ningún peca­dor tan asediado por tentaciones y pruebas como ella. Debe admitir su propia expe­riencia interior de pecaminosidad; saber que su pecado es dañino; que el pecado a veces ejerce dominio sobre él aún; que una maldad indescriptible está al acecho en su corazón, y que todo esto ocurre en su propio corazón. Esta es la agonía diaria que sufren todos aquellos que están conscientes de lo que pasa en su propio corazón.

De ninguna otra cosa podrá estar tan seguro y convencido como del pecado y la desdicha de su propio corazón malo y de su egoísmo, su envidia, malicia, soberbia, odio, venganza y sensualidad.

Los creyentes son descritos como «hijos obedientes» en 1 Pedro 1:14. No hemos de permanecer bebés, pero no brincamos el proceso de infancia a! crecer en el Señor, I de Pedro 1:14, 15 describe lo que significa la obediencia:

  • «No permitáis que vuestro carácter sea formado por los deseos de vuestros días de ignorancia, pero sed santos en cada parte de nuestras vidas, porque el que os ha llamado El mismo es santo» (Phillips).

La santificación que se refiere al proceso de crecimiento cristiano significa ser puesto aparte, ser santo. Como la salvación la palabra en realidad tiene tres aspectos. Nosotros somos santificados (puestos aparte) cuando somos salvos. De esta suerte, cada creyente es un santo. Si estamos creciendo, estamos constantemente en el proceso de la santificación (siendo hechos santos).

Finalmente nuestra santificación será completada (seremos hechos santos) cuando nos encontremos con Cristo en la eternidad. Los bautistas no creemos que nadie alcanza la plena santificación (perfección; impecable) en esta vida, aunque la perfección debe ser una meta hacia la cual nos debemos esforzar’.

Mateo 6:33 manda: «Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas».

Jesús tiene prioridades para la forma en la que vivimos nuestras vidas. Muchas cosas claman pidiendo la prioridad en nuestras vidas.

Necesitamos aprender por medio del estudio de la Escritura a determinar lo que es importante en la vida. La vida es más importante que las posesiones materiales: (vea Lc. 12:15). Se nos manda que seamos fortalecidos en el poder de Dios (vea Ef. 6:10). Debemos vivir, enterados de nuestra responsabilidad para con Dios (vea Ro.14:12).

La meta de la vida cristiana está hermosamente expresada por Pablo en Filipenses 3:10-12:

  • «A fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo por ver si logro asir aquello para lo cual fué también asido por Cristo Jesús».

En este pasaje de la Escritura Pablo nos da la razón para crecer. Uno pensaría que después de tantos años de servir a Cristo, Pablo hubiera tenido un entendimiento completo de Jesús y la vida cristiana. Pero él sabía que el crecimiento es un proceso continuo y que hay mucho más que aprender y ser.

Conocer a una persona es mucho más que conocer de ella.. Conocer de alguien tiene valor, pero conocer tiene vitalidad. El verbo conocer indica conocimiento basado en la experiencia; personal. Conocer a Cristo Jesús es entender nuestro proposito en el plan de Dios. El deseo de Pablo era cumplir todo lo que Dios tenía en mente para que él hiciera cuando lo salvó en el camino a Damasco.

Pablo confesó que no había alcanzado la completa madurez. Note la magnífica obsesión de Pablo en los versículos 13 y 14: «Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiendo me a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús».

Esta clase de compromiso trae madurez.. Es desarrollarse y no permanecer estático, creciendo continuamente hacia la perfección. Pablo estaba cogido en la misión’, el sueño, y la visión que Dios le había dado. El no quería desilusionar a Jesús, al no alcanzar el propósito para el cual: había sido salvo. Como un corredor en una carrera —el pasado estaba detrás, y la línea final estaba por delante— Pablo se estiró para alcanzar su meta.

Efesios 1:15-20 expresa una hermosa oración de Pablo por los cristianos efesios.

  • «Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos los santos, no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál fe supereminente grandeza de su poder para con nosotros-los que creemos, según la operación del poder de su fuerza.,. La cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales».

Esta oración de Pablo por los efesios incluye algunas im­portantes peticiones que se relacionan con todos: los cre­yentes. Primero, Pablo oró para que los cristianos efesios tuvieran «espíritu de sabiduría» (v. 17). La palabra griega por sabiduría es sofia. Esta palabra se refiere al entendimiento práctico que viene como un don de Dios. En el contexto de este versículo se refiere a entender la revelación que’Dios ha dado de sí mismo.

En seguida Pablo oró que los ojos de sus corazones fueran alumbrados (v. 18). El corazón significa el ser interior. La idea de los ojos del corazón sugiere que los hombres necesitan más que alumbramiento intelectual. Las realidades sólo se pueden comprender por el corazón; solo se pueden ver por el ser espiritual. Las realidades que Pablo quería que los efesios vieran son «la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su he Anda en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con noso­tros los que creemos» (vv. 18,19).

Pablo no explicó cuál es la esperanza a la que hemos sido llamado, pero la idea parece ser la esfera total del logro espiritual que Dios ha hecho posible para nosotros. La herencia de la cual se habla es la herencia del pueblo de Dios, y la abrumadora abundancia de los dones de Dios a Su pueblo. El incomparable poder al cual se hace referencia en el versículo 19 es el poder de Dios que levantó a Jesús de entre los muertos y lo exaltó en los lugares celestiales (vea v. 20). La palabra para poder en este versículo es dunamis. Ella significa poder, fuerza y vitalidad. Nuestra palabra dinamita viene de esta palabra. La asombrosa verdad es que este poder está disponible para nosotros los que creemos (v. 19).

El propósito para todo lo que Dios ha dado es cumplir Su propósito en nuestras vidas. Una frase en el versículo 17 resume la meta de la vida cristiana: «el conocimiento de El».

Articulos relacionados con esta doctrina de Finney

Bibliografía consultada

Hugo Chávez la arremete contra obispos y arzobispos llamándolos “trogloditas y cavernícolas”

Hugo Chávez la arremete contra obispos y arzobispos llamándolos “trogloditas y cavernícolas”

De “Trogloditas” y “cavernícolas”, llamó Chávez, insistentemente a los obispos y arzobispos al leer párrafos de diversos documentos eclesiásticos y entrevistas a sacerdotes que han aludido al asunto y recordar que ganó las elecciones de 2006 “con más del 63 por ciento de los votos”, precisamente al proponer su proyecto socialista.

Venezuela | Domingo 18 de Julio, 2010 | Por Nínro Ruíz Peña
(NoticiaCristiana.com).

El Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, pidió a su canciller, Nicolás Maduro, revisar un convenio firmado en marzo de 1964 entre la iglesia Católica y el Estado en el cual el Estado venezolano le concedió “ciertos privilegios” a la institución eclesial por sobre otras religiones.
Chávez se refirió a la firma del “Modus Vivendi” del 6 de marzo de 1964 entre el Estado venezolano y la Nunciatura Apostólica, documento que compromete el traspaso a la Iglesia católica nacional de recursos provenientes de la exportación de petróleo para la financiación de obras sociales y proyectos educativos.

Esos privilegios “sí que violan la Constitución”, remarcó Chávez en una alocución televisada en la que, entre otros asuntos, respondió a opiniones del cardenal Jorge Urosa, de que el Gobierno se está poniendo al margen de la Carta Magna al impulsar su proyecto hacia un sistema socialista.
Hugo Chávez reveló que la Asamblea Nacional ha convocado al cardenal Urosa para que explique su condena al socialismo. “Rezando no se aprende mucho” y “si bien hay algunos sacerdotes muy estudiados, hay otros, compadre, de una ignorancia supina y cavernícola”, desacreditó el mandatario.
De “Trogloditas” y “cavernícolas”, llamó Chávez, insistentemente a los obispos y arzobispos al leer párrafos de diversos documentos eclesiásticos y entrevistas a sacerdotes que han aludido al asunto y recordar que ganó las elecciones de 2006 “con más del 63 por ciento de los votos”, precisamente al proponer su proyecto socialista.
Tras admitir, como ya lo ha hecho en diversas ocasiones, que entre otras cosas es marxista, Chávez subrayó que, no obstante “y antes de ello, y más profundamente”, es cristiano, y que el socialismo es sinónimo de “democracia verdadera”. “Pero cuando ellos (los obispos y arzobispos) dicen que viene el socialismo marxista” lo que buscan es “tratar de meter miedo” a los venezolanos, señaló.
F: AFP y EFE

Ted Haggard muda su iglesia

tedHaggard2010-07A tan sólo un mes de haber celebrado su primer culto en la Iglesia que acaba de plantar, Ted Haggard anuncia que se mundan debido al crecimiento en asistencia.

La recién plantada iglesia de St. James, plantada por Ted Haggard celebrará sus cultos en un local más amplio porque han pasado de 160 asistentes a 245 en un mes.

Actualmente se reunen en un silo acondicionado que se ha quedado pequeño es por esto que el próximos 25 de Julio cambian de dirección en Colorado Springs.

El mismo Haggard publicó un mensaje en twitter diciendo «Una semana más en el silo rojo y luego al Pikes Peak Center».

Hace cuatro años Haggard tuvo que renuciar al pastorado de la megaiglesia que el mismo plantó debido a un escándalo sexual con un prostituto.  En ese entonces hizo un convenio con New Life de mudarse de Colorado Springs y de no hablar publicamente de su escándalo hasta el año 2008.  Fue justo al cumplirse esa fecha cuando volvieron a mudarse a esa ciudad con el «sueño de servir a la iglesia local de nuevo».

Fue así como nace la iglesia St. James pastoreada tanto Ted Haggard junto a su iglesia Gayle. El deseo de Haggard es que sea un sitio para los pecadores y donde todo el mundo es bienvenido.

«Esta una iglesia para personas como yo, personas que saben que todo el mundo necesita otra oportunidad en un momento u otro de su vida», señala Haggard en la  página web de St. James.»Ninguno de nosotros puede llegar a todo el mundo, pero podemos hacer la diferencia por lo menos una persona».

«Cuando estaba en lo más bajo, algunas personas me han dado una segunda oportunidad. Mi sueño es unirme junto a otros que valoren brindar ayuda en forma práctica».

Después de sentir vergüenza y dolor por más de tres años, Haggard afirma que ha desarrollado una nueva compasión para las personas que tienen miedo y el temor de ser analizados y juzgados.

Haggard eligió el nombre de St. James (Santiago) por el libro del Nuevo Testamento de donde se nos enseña que «la fe sin obras está muerta».  Por eso el slogan de esta iglesia es «haciendo nuestra fe.»

http://www.entrecristianos.com/201007181469/Ted-Haggard-muda-su-iglesia

La Abominación de Levítico

Pregunta: ¿Condena Dios claramente el homosexualismo en Levítico?
Respuesta: De primera entrada, pareciera que sí.

Pero antes de seguir, consideremos la receta, en Levítico 14, para purificarse después de curarse la lepra. (Cuando Jesús mandó a los leprosos recién curados al Templo, era a esto que los estaba mandando:)

Tráiganse dos palomas. El sacerdote mata las palomas, y rocía la sangre siete veces encima suyo. (Van a tener que ser palomas grandes.) Tiene que quedarse fuera de su tienda de campaña por siete días, rasurarse TODO su pelo, incluyendo barba, cejas y quien sabe que más… Después, tráiganse tres corderos sin mancha, (Clorox?) más chorreadas de sangre, hay que ponerse sangre en la oreja derecha, el pulgar de la mano derecha y el pulgar del pie derecho, y después aceite (Clover Brand?) en los mismos sitios.

Hay 24 capítulos llenos de este tipo de procedimientos y creencias, incluyendo cuando sacrificar arepas en vez de corderos. Hoy día, llamaríamos hechicería a este tipo de ceremonias. Esto se parece más a la Santería.

No sólo eso. Hay todo tipo de actividades condenadas en Levítico que hoy ignoramos completamente: reglas dietéticas, reglas higiénicas, no a préstamos con intereses, condena a muerte a hijos rebeldes, y mucho más. (No veo a nadie organizando una Marcha en Contra de los Mariscos.)

Tarde o temprano tenemos que decidir qué hacer con “La Ley.” Los Judíos fundamentalistas (Ortodoxos,) afirman que hay 613 mandamientos (Mitzvot) (Ver http://en.wikipedia.org/wiki/613_mitzvot) que ellos tratan de obedecer al pie de la letra. El resto de los judíos y los cristianos ignoramos la mayoría.

Esto se pone como el Cuarto de Tula cuando empezamos a revisar asuntos sexuales. Hoy rechazamos el incesto, el adulterio, la violación y el bestialismo. Pero la biblia condena las relaciones sexuales durante la menstruación, Se prohíben los matrimonios con personas no-judías, no se pueden nombrar los órganos sexuales, la desnudez y la masturbación son pecado, al igual que la planificación familiar. Según la biblia el semen y la regla lo hacen impuro a uno. (No veo mujeres faltando a la iglesia un domingo al mes, como Dios manda…) En la biblia se permitía la prostitución, la poligamia, el matrimonio levita, sexo con esclavas, el concubinato, el tratamiento de las mujeres como propiedad del hombre, y el matrimonio de niñas menores de edad. Aunque el Antiguo Testamento permite el divorcio, Jesús se pronunció en contra. Nadie parece notar que la sugerencia de Pablo de mantenerse célibes como lo ideal para todo cristiano va, también, totalmente contra la naturaleza. (Mucho de este párrafo es adaptado de un ensayo del Rev. Walter Wink @ http://www.melwhite.org/biblesays.html)

Pareciera que estamos de acuerdo con cuatro o cinco mandamientos sexuales mientras que rechazamos o ignoramos quince o dieciséis.

Y por fin, volvamos a Levítico 18:22 y 20:13. Aún los que han decidido obedecer estos versículos (pero no los otros,) no están dispuestos a matar a los que se echan con varones.

¡Ah no! He oído decir. Es que ahora vivimos por la gracia, así que no nos toca matar a nadie… (¿De dónde sacan eso?) He oído muchas razones para justificar aceptar una parte y no la otra del mismo versículo. A fin de cuentas son sólo excusas.

Si de veras vivimos por Gracia, no nos toca condenar a nadie más que a nosotros mismos.

Mi nombre es Ricardo, Dios me ama tal como soy.

Mi función es pregonar esta bendición, no fijarme en las debilidades del prójimo. Yo ya tengo suficientes para mi conversación sin cesar con Dios.

Traté de buscar la versión del Buena Vista Social Club, pero encontré esta versión que está buena, y de feria viene de Tierra Santa. (Tel Haviv. :) )

La Abominación de Levítico

Pelagianismo

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CONCEPCIONES DIFERENTES SOBRE EL PLAN DE SALVACIÓN

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Mensaje de Gerardo Ferace – Homosexualidad y Matrimonio

Un Video que plantea muy buenos argumentos para decir que NO!!!

La teologia de Finney parte 4

La teologia de Finney parte 4

La Nueva Escuela de teología tiene sus raíces remotas en el calvinismo de Jonathan Edwards, pero su antecedente inmediato fue la teología de Nueva Haven de Nathaniel Taylor, quien abogó por una teología de gobierno moral. Él sintetizó los elementos morales de sentido común la filosofía escocesa con reinterpretaciones de las tradicionales calvinismo para construir un renacimiento del semi – pelagianismo. Negar la imputación del pecado de Adán y afirmando que el hombre no regenerado puede responder a las proposiciones morales, especialmente la muerte de Cristo, Taylor argumenta que los hombres no necesitan esperar pasivamente a que el Espíritu Santo los redima. Sus puntos de vista reflejan una larga lista del concepto americano de fe en la libertad humana.

Quizá sea de beneficio para mis hermanos evangélicos el conocer que la gran mayoría de los teólogos del siglo 17 consideraban que la salvación era una obra de gracia de principio a fin. Jamás pensaron que el pecador podía salvarse a sí mismo, o en alguna manera contribuir a la salvación en algún aspecto. Era su firme convicción de que el pecado de Adán había arruinado a la raza entera. Todos los hombres estaban espiritualmente muertos y sus voluntades eran esclavas del pecado y Satanás. La capacidad de creer en el evangelio era en sí un don de Dios, otorgado solamente a aquellos que El hubo escogido para ser los beneficiarios de Su favor inmerecido. No era el hombre, sino Dios, el que determinaba cuáles pecadores recibirían Su misericordia y serían salvos.

Los cristianos que creemos en la Depravación Total [1] del ser humano y en la Elección Incondicional [2] por parte de Dios de aquellos que serán salvos (los predestinados), somos a menudo confrontados con el argumento de que si nuestras doctrinas son correctas, entonces la tarea de evangelizar no tiene sentido. Nos dicen que nuestras doctrinas nos ponen en contra de la Escritura, la cual nos convoca a predicar el evangelio a tiempo y fuera de tiempo. Si Dios, nos dicen, ya ha predestinado a algunos para ser salvos, es obvio que no es necesario llamar a los hombres al arrepentimiento.

Los que sostienen tal posición son los mismos que creen que la fe es algo que se inicia en el hombre. Sin embargo, la Escritura es bien clara respecto a que la fe es un don de Dios. Algunos han rechazado esta verdad porque están convencidos que a menos que la fe sea entendida como un acto originado en el libre albedrío del hombre, o sea algo que todos los hombres pueden hacer en cualquier momento que ellos deseen, entonces el evangelismo personal es una tarea inútil.

Yo sostengo que debo permanecer en lo que Dios enseña a cualquier coste. La doctrina de la total incapacidad espiritual del hombre para creer o arrepentirse, de ninguna manera elimina la urgencia y necesidad de llamar a los pecadores para Cristo. Por el contrario, esa doctrina incrementa la urgencia y desesperación de los pecadores. Los empuja a buscar a Dios diligentemente.

2. La doctrina de la expiación:

Mientras líderes de la escuela vieja atacó duramente a la teología de Taylor, evangelistas y ministros como Charles G Finney, Lyman Beecher, y Barnes Albert lo popularizó. Finney utiliza la teología de Taylor para redefinir revivals como las obras que el hombre puede realizar utilizando los medios que Dios ha provisto. Con una base teológica, introdujo su famoso «nuevas medidas», como refiriéndose a sus oyentes como «pecadores» y llamarlos a sentarse en un banco de ansiedad «mientras contemplaba la conversión a Cristo.

En cuanto a la doctrina de la expiación, Finney enseñaba que Cristo no murió en sustitución de los pecadores, tomando sobre Si el castigo que ellos merecen por sus pecados.

“Estrictamente hablando, la justicia retributiva nunca puede ser satisfecha, en el sentido de que el culpable pueda ser castigado por tanto tiempo y en la extensión que merece; pues esto implicaría ser castigado hasta dejar de ser culpable, o hasta hacerse inocente… Suponer, por tanto, que Cristo sufrió en cantidad todo lo que debía por los elegidos, es suponer que El sufrió un castigo eterno multiplicado por todo el número de los elegidos” (pg. 219; lecture 13).

Finney pierde de vista aquí que la satisfacción rendida por Cristo en la cruz del calvario no mira a la ley como un ente independiente siendo satisfecha en sí misma, sino que mira al Padre, el Dador de la ley, como aquel cuya justicia es satisfecha.

Ahora bien, Finney no niega del todo el elemento de satisfacción en la muerte de Cristo, pero no en el mismo sentido en que lo afirmaban los reformadores. Para Finney la expiación de Cristo tuvo el propósito de a ser un despliegue público de justicia. Al morir en la cruz Cristo sirve de modelo o de ejemplo para que los impíos no piensen que pueden pecar con impunidad.

En otras palabras, cuando Cristo murió en la cruz no estaba padeciendo en sustitución de nadie, sino más bien demostrando cuan seriamente toma Dios su ley y la virtud moral. La muerte de Cristo le muestra a una humanidad culpable que cualquiera puede ser perdonado, siempre que sea adecuadamente afectado por la muerte de Cristo y traído por ella al arrepentimiento.

En cuanto a la relación de la fe con la justificación, Finney señala:

“Me temo que ha habido mucho error en la concepción de muchos sobre este asunto. Ellos han hablado de la justificación por la fe como si supusieran que, por un señalamiento arbitrario de Dios, la fe fuera la condición, y la única condición de la justificación… Estas personas… hablan de la justificación por la fe; como si fuera por fe, y no por Cristo a través de la fe, que el pecador penitente es justificado; como si la fe, y no Cristo, fuese nuestra justificación… Pero no debemos nunca olvidar que la fe que es la condición de la justificación, es la fe que obra por el amor” (pg. 366, lect. 25).

Una vez más vemos cómo Finney caricaturiza la doctrina reformada en varios aspectos. Por un lado, ninguno de los reformadores enseñó que la fe fuese un señalamiento arbitrario de parte de Dios. Tampoco enseñaron que la fe en sí misma justifique al pecador; lo que él está atacando aquí sería atacado por los mismos reformadores como antinomianismo. El problema es que, al atacar esa caricatura, rechaza también la doctrina bíblica de que la justicia de Cristo es imputada al creyente por medio de la fe.

La Expiación de Cristo: Reconciliación

T.W. Hunt cuenta en La Doctrina de la Oración de aconsejar a una mujer y finalmente enfrentarla con la pregunta

«Si la sangre de Jesús la limpia a usted, ¿cuan limpia quedará?»2

Yo estaba entrenando consejeros en Dayton, Ohio, para una cruzada evangelística. Un consejero trajo a la cruzada a una mujer joven que había ganado para Cristo. La mujer era adicta a las drogas y sus brazos tenían muchas marcas de aguja. Cuando pasó al frente en la cruzada para hacer pública su decisión, ella dijo: «Hoy me he encontrado con Jesús y El me ha limpiado. Ya no estoy sucia. Estoy limpia otra vez».

Cristo murió para reconciliar a un pueblo separado de Dios. La palabra reconciliación pinta una separación, una enemistad entre cada persona y Dios^ por el pecado (vea Ro. 5:10). Cristo trajo a Dios y a las personas que creen en El a una relación correcta. Dios no cambia; la reconciliación no es el proceso de cambiar a Dios para que se complazca con nosotros. El pecado nos separa de Dios. El problema del pecado tenía que ser tratado, pues ¡Dios esta en oposición al pecado y al mal. Pero Dios inició una forma de reconciliación (vea Ro. 5:11). Somos nosotros los que somos cambiados, nosotros somos reconciliados con Dios, no Dios con nosotros (vea 2 Co. 5:18-20; Col. 1:21, 22).

La reconciliación no significa reformación o «hacerse religioso». Ni significa tampoco que enemigos comunes son traídos a la unidad. El Dios soberano, quien podría juzgamos justamente, ha provisto una manera para transformarnos por medio de un nuevo nacimiento (vea Jn. 3). Nuevo nacimiento es una combinación de dos palabras. La primera palabra palabra griega, genenté, es traducida es nucido. La segunda palabra griega, ánothen, tiene tres significados: de arriba; del principio; y otra vez, de nuevo. La idea de renacer y recreación se encuentra en varios pasajes del Nuevo Testamento (vea Ro. 6:11; Gá. 6:15; Tit. 3:5; Stg. 1:18; 1 P. 1:3, 23; 1 Jn. 2:29; 3:9; 4:7; 5:1, 4, 18).

Dios no nos creó para estar enemistados con El. Cuando somos reconciliados, comenzamos el proceso de ser aquello para lo cual fuimos creados: personas en paz con Dios y el uno con el otro (vea Ef. 2:11-21). Nuestro mundo está lleno de contienda, hostilidad y guerra. Cristo es el camino a la paz.

La Expiación de Cristo: Propiciación y Expiación

Los teólogos difieren en sus interpretaciones de las enseñan­zas bíblicas en cuanto a la propiciación y la expiaoón. Ambas palabras son traducción de la palabra griega hilasmx. En varías formas se usa en Romanos 3:25; Hebreos 2:17; 1 de Juan 2:2; 4:10. La versión Reina Valera 1960 traduce esta palabra corno propiciación (excepto en Hebreos 2:17 donde la traduce expiación). El Diccionario de la Santa Biblia por W, W. Rand, dice que propiciación se refiere al acto de apaciguar la ira de aquel contra quien se ha cometido una ofensa, mien­tras que expiación es un acto por el cual se da satisfacción por *un Gimen, y se cancela la responsabilidad contraída por su comisión.

Los que prefieren traducir hilasmos como expiación enfatizan que el pecador es reconciliado por medio del sacrificio de Cristo. Dios provee los medios para esta reconciliación qui­tando la causa de nuestra separación de Dios. El pecado es expiado por el sacrificio de Cristo, así que aquello que nos separa de Dios se quita, es posible allegamos a Dios por medio de Cristo. La expiación no da atención al hecho de que la ira de Dios se apacigua, sino a la acción de Dios por medio de Cristo, de quitar la barrera del pecado que separa a los pecadores de Dios.

Otros eruditos como León Morris, prefieren traducir hilas­mos y otras formas de la palabra como propiciación. Esos teólogos piensan que la idea de la expiación ignora lo que la Biblia enseña acerca de la ira de Dios contra el peca­do.

Millard J. Erickson escribe,

«Los numerosos pasajes que hablan de la ira de Dios contra el pecado son evidencia de que la muerte de Cristo fue propiciatoria».3

Refiriéndose a varios pasajes de los escritos de Pablo, Eridcson dice,

«La idea de Pablo sobre la muerte de Cristo… no es simple­mente que quita el pecado y limpia de su corrupción (expia­ción), sino que el sacrificio también apacigua a Dios quien odia el pecado y esta radicalmente opuesto al mismo (propiciacion)

Existen otras versiones que no usan ni propiciación ni expiación al traducir hilasmos. En algunos casos como I Jn. 2:2 la traducen sacrificio expiatorio y hacer «sacrificio». La verdad importante sobre este tema es que el problema del pecado humano y la separación de Dios fue considerado y contestado en el sacrificio de Cristo en la cruz.

Notas:

1. Depravación Total — Luego de la Caída de la raza humana, el hombre es incapaz de creer en el Evangelio para salvarse. El pecador está espiritualmente muerto, ciego y sordo en cuanto a las cosas de Dios. Su voluntad no es libre (no tiene libre albedrío) en lo relacionado con la dimensión espiritual y es esclavo de su naturaleza pecaminosa. En consecuencia necesita ser regenerado, no asistido, por el Espíritu quien le da vida y una nueva naturaleza. La fe en sí misma no nace del hombre, sino que es un regalo de Dios al pecador.

2. Elección Incondicional — La elección de ciertos individuos para salvación por parte de Dios antes de la fundación del mundo se origina únicamente en Su soberana voluntad. No fue basada en su preconocimiento de que algunos individuos responderían al Evangelio, ni en la obediencia, ni la fe, ni el arrepentimiento de estos individuos. Por el contrario, es Dios quien da fe y arrepentimiento a aquellos que El selecciona. Nada en el hombre, bueno o malo, virtuoso o malvado, determina la predeterminación de Dios sobre ellos. Es Dios quien por el poder del Espíritu, trae al individuo seleccionado a aceptar voluntariamente a Cristo. Es Dios quien escoge al pecador, no al revés.

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Bibl. consultada

Argentina: Jueza no casará gays porque «Dios no lo aprueba»

Argentina: Jueza no casará gays porque «Dios no lo aprueba»

By Mundo Cristiano
Friday, July 16, 2010

En Argentina una jueza aseguró que no casará a parejas homosexuales. La magistrada aseguró que «por una cuestión de principios cristianos» rechazaba la ley aprobada por el Congreso, que autoriza el matrimonio entre personas del mismo sexo.

«Dios ama a toda la gente pero no aprueba las cosas malas que hace la gente. Y una relación entre homosexuales es mala», dijo Marta Covella, quien es jueza en la provincia de La Pampa.

«Por una cuestión de principios cristianos, no puedo hacerlo. En la Biblia, Dios no aprueba esa forma de vivir», afirmó Covella. «La Biblia me enseña que primero tengo que obedecer la ley de Dios, y después la ley de los hombres», agregó.

La magistrada aclaró que si en algún momento tuviera un caso de matriomonio entre homosexuales delegará la tarea a su suplente.

«Para Dios los grises no existen: es blanco o es negro. Y esto es negro», aseguró Covella, quien consideró que «como Dios no lo aprueba» ella no «debe» hacerlo.

«Hay gente que me va a condenar pero no me importa porque lo que no quiero es que me condene Dios. Cuando me muera viviré una vida que no terminará nunca, es la vida eterna que Dios me promete».