Behe: “Los procesos darwinistas pueden explicar la diversidad de especies”

Behe: “Los procesos darwinistas pueden explicar la diversidad de especies”
En una reciente entrevista, uno de los protagonistas del Diseño Inteligente declara que se ha malinterpretado su pensamiento

El argumento del diseño para probar la existencia de Dios fue desarrollado por el reverendo inglés William Paley (1743-1805), quien escribió en Natural Theology, en 1802, que si una persona encuentra un instrumento muy complejo y preciso, como un reloj, nos forzaría a concluir que debió tener un fabricante, que debió existir en algún momento y lugar un artífice que lo construyera con una finalidad, que concibió su construcción y diseñó su utilización. La nueva estrategia del Diseño Inteligente surgió en EEUU hacia 1992 y los principales proponentes fueron Phillip E. Johnson, Michael J. Behe, William A. Dembski y Stephen C. Meyer. La revista digital “La Ciencia y sus demonios” acaba de publicar (8 de marzo de 2010) una entrevista con Michael J. Behe en la que matiza algunas de sus afirmaciones y aclara lo que otros han malinterpretado de su pensamiento. Por Leandro Sequeiros

Michael Behe. Foto: Imageshack
n febrero de 2010 ha aparecido el ensayo El Diseño Chapucero. Darwin, la biología y Dios. En este ensayo se pasa revista al debate del Diseño Inteligente como presunto paradigma científico. La figura de Michael J. Behe es esencial en este debate por cuanto este bioquímico –muy debatido en su propia universidad- pretende aportar los datos científicos para mostrar la necesidad científica de acudir a un Diseñador supremo de la complejidad irreductible del mundo. Una reciente entrevista al Dr. Michael J. Behe, publicada en la revista digital La Ciencia y sus demonios, puede ayudar a poner en claro su pensamiento y a percibir si ha habido alguna evolución en estos años.

El Diseño Inteligente

Se suele repetir que el origen de esta corriente del Diseño Inteligente (Intelligent Design, ID, en inglés) arranca del profesor de Derecho Phillip E. Johnson. Éste entiende que los creacionistas bíblicos textuales del Institute for Creation Research y similares han perjudicado la causa porque la impresión que dan es que son unos dogmáticos fanáticos irracionales. Afirma que hay que dejar de hablar de la Biblia, el Génesis, Adán y Eva, Noé y de que Dios creó todo en seis días porque hace fácil cerrarle las puertas de las clases de ciencias a la teoría de la creación divina con argumentos de que es un punto de vista religioso específico.

De este modo, reelabora una nueva versión conservadora del creacionismo a la que denomina como el Diseño Inteligente. Su hipótesis es que el conocimiento científico del mundo nos lleva directamente a postular la existencia de un Diseñador máximo de la realidad natural. Todo es tan bello, tan perfectamente ajustado, tan complejamente perfecto que no puede haber aparecido al azar. Es necesario creer científicamente en un Diseñador máximo, sea Dios, una inteligencia extraterrestre o un gran ordenador externo.

Las tesis de Johnson, muy coherentes con la teología adventista, fueron bien acogidas en determinados círculos. Pero Johnson no era un científico natural sino un profesor de Derecho. Necesitaba una fundamentación científica de sus teorías. Y las encontró en un grupo de científicos y filósofos que asumieron esta tarea.

Michael J. Behe y los argumentos científicos del Diseño Inteligente

El único de los seguidores de Johnson que desarrolla una línea de investigación algo relacionada con la evolución es Michael J. Behe, profesor de bioquímica en la Universidad de Lehigh. Behe es mucho más conocido por sus sensacionales propuestas que por la relevancia de sus descubrimientos.

Behe fue quien desarrollo el concepto de «Complejidad irreductible” (irreducible complexity). El postulado de Behe sobre la complejidad irreductible de estructuras celulares claves ha tenido una fuerte oposición en la comunidad científica. En su obra más conocida, Darwin´s Black Box (editada por Free Press en 1996) y traducida en 2000 como La caja negra de Darwin: el reto de la bioquímica a la evolución (Editorial Andrés Bello) desarrolla sus argumentos.

Los ejemplos preferidos de Behe sobre la complejidad irreductible son el flagelo bacteriano, el sistema inmunitario o la cascada de coagulación sanguínea. Su aparición no se explica por pura selección natural. Tienen que haber sido diseñados por una mente superior. Tomemos el caso del sistema de motilidad bacteriano. La estructura arquetípica es el flagelo de Escherichia coli o de Salmonella enterica que depende de la acción de unos 30 genes.

Según Behe, ninguna de las piezas componentes se puede eliminar sin que se pierda la actividad. Por tanto, es imposible imaginar estadios intermedios durante la evolución de una estructura de tal complejidad porque no supondrían ventaja selectiva alguna a sus poseedores. Además, repasando la bibliografía dice que no ha encontrado artículos ni libros que expliquen con detalle las sucesivas etapas evolutivas en la formación de un flagelo.

En estos últimos años son numerosos los trabajos en los que se ha mostrado que la presunta teoría del Diseño Inteligente carece de base científica y que por ello los argumentos de Johnson, Behe, Dembski y compañeros tienen una enorme debilidad. Es más: desde la reflexión teológica, si se aceptan las ideas del Diseño Inteligente, la imagen de Dios queda muy deteriorada al ser directamente culpable de los desarreglos y chapuzas que existen en la naturaleza. Se suele decir que, si existe un diseñador del orden natural, este diseñador es un chapucero.

La entrevista con Michael J. Behe

Como se ha dicho más arriba, Michael J. Behe es un bioquímico estadounidense que ha ganado popularidad por su defensa del Diseño Inteligente (ID) y por postular la existencia de estructuras irreductiblemente complejas. Estructuras que no pueden explicarse acudiendo a una epistemología reduccionista de selección natural.

En la actualidad el doctor Behe es profesor de bioquímica en la universidad Lehigh University y es un miembro senior del Center for Science and Culture del Discovery Institute, organización que reside en Seattle y que promueve la difusión del Diseño Inteligente, intentando introducir la enseñanza del DI en clase de ciencias de las escuelas públicas de EEUU, ya sea junto, o bien sustituyendo, a la evolución.

Behe defiende la idea de acuerdo a la cual existen algunas estructuras demasiado complejas en un nivel bioquímico para explicar su origen como el resultado de mecanismos de la Teoría Sintética de la evolución. Él fue quien desarrolló el concepto de “Complejidad Irreductible”, de la cual nos hablará a lo largo de esta entrevista.

El DI ha chocado de frente contra la comunidad científica. Así el Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad Lehigh, donde el doctor Behe desarrolla su labor científica, ha publicado una declaración con su posición oficial en la que señala: “Nuestra posición colectiva es que el DI no tiene su base en la ciencia, no ha sido comprobado experimentalmente, y no debe ser considerado como científico.”.

El doctor Behe participó en 2005 en Dover, ante el Juez Jones III, como testigo experto en defensa del DI en los tribunales para promover su enseñanza en las escuelas públicas. Sin embargo, no ha conseguido en ningún caso convencer a los jurados de la validez científica del DI.

No sólo eso, sino que en famoso juicio del condado de Dover la sentencia afirmaba que “el DI no era más que creacionismo, o lo que es lo mismo, una materia religiosa”.

En la entrevista que resumimos, el doctor Behe comenta que el DI es más fácil de falsar que el darwinismo y que es ciencia, no religión. Behe no niega la evolución, incluso afirma que el darwinismo explica la aparición de nuevas especies, pero no de los grandes taxones. Algunas de sus declaraciones pueden sorprender a más de uno de los lectores.

El doctor Behe ha contestado amablemente a las preguntas que se le han formulado, dándole la oportunidad de que explique por qué el DI debe de ser considerado ciencia, así como explicarnos por qué los mecanismos propuestos por Darwin no pueden explicar la biodiversidad que existe hoy en la Tierra.

El entrevistador hizo nueve preguntas a Behe sobre puntos esenciales que abordan los aspectos epistemológicos, científicos y religiosos del Diseño. De esas preguntas, seleccionamos las siguientes cuestiones y remitimos a la fuente original para la lectura completa de la entrevista.

¿Se puede considerar científico al Diseño Inteligente?

Al preguntarle sobre las bases científicas del DI, Behe señala que el Diseño Inteligente es científico porque puede ser falsado; sin embargo, el darwinismo no es científico porque no puede ser falsado.

Flagelo bacteriano, un ejemplo de lo que Michael Behe describe como un sistema de complejidad irreductible. Imagen de Mariana Ruiz Villarreal. LadyofHats
Al referirse al concepto de complejidad irreductible, Behe señala en otra parte de la entrevista que el concepto de complejidad irreductible es apropiado y avanza, convenciendo a más científicos cuando tratan de una forma honesta con él.

Añade que el DI está basado en datos físicos, en datos empíricos (la estructura de los sistemas biológicos) y en la lógica inductiva estándar… Considero que una idea es científica si se puede justificar únicamente por los datos empíricos y lógica estándar. Por ello pienso y mantengo que el Diseño Inteligente es una teoría científica y no una especulación filosófica o una creencia religiosa

En este punto, el doctor Behe se mantiene fiel a sus principios y no cede un ápice a las acusaciones de mixtificación filosófico-religiosa de su teoría.

Sobre la diversidad de la naturaleza, Behe señala que los procesos darwinistas pueden explicar la diversidad de especies, de género y tal vez de las familias. Pero no el de órdenes mayores, como las clases y otros niveles superiores. La razón de esta distinción se debe a que se han descubierto en la última década que se precisan sistemas de regulación complejos para distinguir entre clases, y es poco probable que esos circuitos complejos, en mi opinión, hayan surgido por procesos darwinistas. Por otra parte, pueden aparecer nuevas especies por mecanismos muy simples como por ejemplo inversiones cromosómicas, que provoca que esos mutantes puedan entrecruzarse con los organismos parentales. Por tanto, los mecanismos darwinistas pueden explicar los niveles biológicos inferiores, pero no las categorías superiores.

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Y al referirse a la ausencia de pruebas científicas concluyentes para el Diseño Inteligente, Behe declara que el Big Bang es una hipótesis científica. Considero que el Diseño Inteligente está en el mismo caso. No se conoce el mecanismo, pero somos capaces de reconocer el efecto del diseño igual que nosotros reconocemos el efecto del Big Bang.

Algunos comentarios finales

La entrevista con Michael J. Behe deja insatisfecho. Sus planteamientos no han cambiado en estos 20 años. Sigue defendiendo una postura que cada vez más se hace más débil. El Diseño Inteligente puede aceptarse como una postura del ámbito de las creencias y de las convicciones. Pero la argumentación científica que Behe presenta es cada vez más inconsistente.

Leandro Sequeiros es Catedrático de Paleontología y profesor de Filosofía en la Facultad de Teología de Granada. Miembro de la Cátedra CTR.

Savater y los caballos voladores

Savater y los caballos voladores
Juan José R. Calaza
El buenazo, recio y siempre inteligentísimo Fernando Savater me reprocha que mi defensa del diseño inteligente (DI) –sin incluirme en esta escuela– suministre armas a los oscurantistas.
De hilo en ovillo, uno de los datos que me suministró Savater es harto interesante. Desde que existe el cronometraje de carreras de caballos la velocidad media ha aumentado ligeramente. Pero en un enfoque mutatis mutandis hay que tener en cuenta que también la calidad de la alimentación ha progresado, así como las técnicas de monta y mejor estado de las pistas. En realidad, es como si se diera una regresión a la media de Galton, el primo de Darwin. A mayores, el último ganador de la triple corona británica fue Nijinsky en…1967. El título de «Mejor caballo del siglo» se lo disputan el americano Secretariat, el francés Sea Bird (1962) y el italiano Ribot (1952) El más rápido del mundo fue The Tetrarch (1911).
¿Qué obtendríamos si durante el tiempo T dejáramos mil garañones y yeguas hunter y mil árabes a pasto libre en las praderas de Kentucky? En cualquier caso, lo que resultara probablemente no sería pura sangre. Pero eso es secundario porque la direccionalidad, en ausencia de selección artificial, no va hacia ninguna parte precisa, no es determinista. La selección natural (SN) es una argucia teórica, una metáfora, un artefacto ¿Qué es lo que explica la evolución entonces? Los del DI dicen que hay un «diseño» una «información» previa. A lo cual Savater responde: «La proclamación de lo radicalmente incomprensible se convierte en garantía de lo argumentalmente invulnerable» (F.S. «La vida eterna» p.89) Seamos claros, el DI es, en el fondo, la versión teísta de la SN que es la versión naturalista de la «mano invisible» de Adam Smith. Es decir, pura convención. La SN es a la naturaleza viva lo que la mano invisible de Adam Smith a la sociedad humana. Darwin copió la «idea» de la SN de la «idea» de la mano invisible de Adam Smith. Y para hacerla más plástica, más viva, tomó la terminología, «selección», y la metáfora reproductiva de la gentry dedicaba a la selección de razas.
En tanto caso de escuela, supongamos que un equipo de científicos plantease el problema de los caballos hunters y árabes de las praderas de Kentucky como un tipo de «información especificada compleja», hay equipos interdisciplinarios de biólogos capaces de cosas mucho más difíciles, como los problemas NP-completos, calculando cuanto tiempo se necesitaría para que nacieran y se asentaran caballos con alas, a imagen y semejanza de Pegaso. Lo cual no es descabellado pues existen los quirópteros, mamíferos voladores. Y bien, ese es, más o menos, el problema que planteó el proponente del diseño inteligente Dembski: la esperanza de probabilidad de aparición del flagelo bacteriano (es decir, un caballo con alas y que vuele) es nula ( p. 156 del libro de Francisco Ayala, «Darwin y el diseño inteligente») Aunque hubieran transcurrido ciento cincuenta mil millones de veces la edad del Universo, que es 13.500 millones de años, no habría dado tiempo a la aparición del flagelo bacteriano. Pero como el flagelo bacteriano existe, es que un «diseño», una «información», suministró el algoritmo necesario al acoplamiento de las piezas, piensa Dembski. De hecho, para algunos proponentes del DI ese acoplamiento hasta podría haberlo auspiciado mecanismo semejante al de la SN si admitiesen los darwinistas que hay una «información» que la pone en movimiento. Por ello, DI y SN son las dos caras, teísta y naturista, del mecanismo de la mano invisible.
Sin avalar los cálculos de Dembski, considero, no obstante, que el contraataque de Ayala fue de antología de la chapuza: «La selección natural y su proceder gradual pueden obtener resultados con probabilidades previas inmensamente menores que los cálculos de Dembski» (Ibídem, p. 156) Para ello, Ayala se sirve de un ejemplo de probabilidad de adquisición de resistencia a los antibióticos por las bacterias, manda truco, como si ello tuviera algo que ver con el problema que plantea Dembski. Es como si Ayala sacara a relucir la resistencia a la rabia de los murciélagos cuando el otro enlazara entropía y probabilidades de volar de los caballos.
Si en la Teoría de la Relatividad, tal como la conocemos hoy, se toca la hipótesis de la constancia de velocidad de la luz, se derrumba. Sin embargo, João Magueijo, genial físico portugués, se ha replanteado la hipótesis de la velocidad de la luz: fue mucho más elevada en los orígenes, en el tiempo de Planck. Y no obstante, a pesar de su heterodoxia, a Magueijo se le abrieron las puertas de las mejores revistas de física. Ahora bien, si a la teoría de la evolución se le retira la hipótesis de la SN y se la substituye por «la mano invisible» no pasa nada: deja de ser teoría para ser sólo evolución. ¿Se imaginan ustedes a algún biólogo contestar la «hipótesis» de la SN, y decir que es un trasunto de la «mano invisible» de Adam Smith, en Nature o Science?
En fin, la idea de la velocidad de la luz se le ocurrió a Magueijo una mañana que salió a correr para curar la resaca después de pasar una noche completamente borracho. A mí, lo de Pegaso, aunque parezca lo contrario, se me ocurrió sin beber, yo me chuto leyendo a Fernando Savater.

http://www.farodevigo.es/opinion/2010/04/25/savater-caballos-voladores/432632.html

Diseño inteligente. Darwin vs Dios

Ficha técnica:
Episodios: 1 y 2
Título original: Judgement day 1 y 2
Género: Documentales / Ciencia
Nacionalidad: USA
Duración: 56 minutos y 57 minutos
Peso: 495 mb
Dividido con WinRar sin pass
Calidad SatRip
Idioma Castellano
Año: 2007
Calificación moral: Todos los públicos
Argumento:
En Dover -Pensilvania- se vive una de las últimas batallas acerca de la enseñanza de la evolución en las escuelas públicas. En 2004, una escuela de esta población ordenó a sus maestros de biología a leer una polémica declaración a sus estudiantes. Ésta sugería que existe una alternativa totalmente válida a la conocida Teoría de la Evolución de Darwin: el Diseño Inteligente. Esta idea consistía en que la vida tal y como la conocemos es demasiado compleja para ser producto de una evolución natural y, por tanto, debe haber sido diseñada por un agente inteligente. Los profesores se negaron a obedecer y los padres se opusieron a esta teoría ante la corte federal. De hecho, acusaron a la junta escolar de violar la separación constitucional entre Iglesia y Estado. Odisea les presenta la investigación de este peculiar caso con entrevistas a implicados de ambas corrientes. Además, analizaremos de forma paralela las ideas y planteamientos de Darwin y esta nueva teoría para comprender qué es realmente la evolución y si el Diseño Inteligente es una alternativa válida científicamente.
Diseño inteligente. Darwing vs Dios cap 1 de 2

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Diseño inteligente. Darwing vs Dios cap 2 de 2

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El diseño del universo no es tan inteligente como algunos creen

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DISEÑO INTELIGENTE: DARWIN VS DIOS

DISEÑO INTELIGENTE: DARWIN VS DIOS

En Dover -Pensilvania- se vive una de las últimas batallas acerca de la enseñanza de la evolución en las escuelas públicas.
En 2004, una escuela de esta población ordenó a sus maestros de biología a leer una polémica declaración a sus estudiantes. Ésta sugería que existe una alternativa totalmente válida a la conocida Teoría de la Evolución de Darwin: el Diseño Inteligente. Esta idea consistía en que la vida tal y como la conocemos es demasiado compleja para ser producto de una evolución natural y, por tanto, debe haber sido diseñada por un agente inteligente.
Los profesores se negaron a obedecer y los padres se opusieron a esta teoría ante la corte federal. De hecho, acusaron a la junta escolar de violar la separación constitucional entre Iglesia y Estado. Odisea les presenta la investigación de este peculiar caso con entrevistas a implicados de ambas corrientes.
Además, analizaremos de forma paralela las ideas y planteamientos de Darwin y esta nueva teoría para comprender qué es realmente la evolución y si el Diseño Inteligente es una alternativa válida científicamente….

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R.C. Sproul en una entrevista a Ben Stein

El Dr. Eduardo Flores, médico cristiano de Costa Rica, nos ofrece un video sobre el teólogo R.C. Sproul en una entrevista a Ben Stein ,acerca de una película defendiendo el creacionismo:

«R. C. Sproul, uno de los más grandes teólogos de nuestros tiempos, y líder de Ligonier Ministries, entrevistó a Ben Stein un actor de Hollywood que realizó una película lllamada, “Expelled: No Intelligence Allowed,” que saldrá pronto a los cines y que pretende exponer el gran problema que está sucediendo en los Estados Unidos de América, en donde las grandes universidades están despidiendo a los académicos que pretendan luchar a favor del creacionismo.» Vean la entrevista

Fuente: R.C. Sproul Entrevista a Ben Stein Acerca de una Película Defendiendo el Creacionismo

La enseñanza de la evolución en las escuelas públicas norteamericanas.

La enseñanza de la evolución en las escuelas públicas norteamericanas.

Posteado por: 09mariamartinezrios en: Marzo 15, 2010

Más de la mitad de los estados de Estados Unidos se ha cuestionado cómo debe enseñarse la evolución en las escuelas públicas. Las alternativas educativas presentadas son diversas y van desde la enseñanza del creacionoismo o del diseño inteligente hasta la crítica de los preceptos darwinianos. Al debate le quedan aún muchos años.

Casi 150 años después de que Charles Darwin publicara El origen de las especies, los norteamericanos aún siguen enfrentándose por el tema de la evolución.
Cada vez este enfrentamiento está más extendido y más intensificado. Por ejemplo, en los últimos cinco años, los debates acerca de cómo debe enseñarse la evolución en las escuelas públicas norteamericanas se han repetido en comités escolares y ayuntamientos de más de la mitad de los Estados del país.
Según explica el investigador David Masci, a lo largo del siglo XX los contrarios a la evolución –muchos de ellos cristianos conservadores- han intentado eliminar la enseñanza de la teoría de Darwin de los colegios.
En la última década, algunas escuelas estatales de Kansas o Pennsylvania han considerado enseñar algunas “alternativas científicas” a la evolución, en especial, la del diseño inteligente.
Los partidarios de la teoría del diseño inteligente sostienen que el origen o evolución del Universo, la vida y el hombre, son el resultado de acciones racionales emprendidas de forma deliberada por uno o más agentes inteligentes.
Esta teoría, aún siendo considerada una pseudociencia con características dogmáticas por la comunidad científica y las asociaciones escépticas, ha calado en algunos sustratos de la sociedad norteamericana.
Otro intento por variar el programa educativo de las escuelas públicas ha sido el pedir a los centros de educación que enseñen críticas a la evolución o que animen a los estudiantes a conocer las contradicciones de la teoría de la evolución.

Un nuevo libro sobre el diseño inteligente: Un hito en la lucha contra el naturalismo científico

Un nuevo libro sobre el diseño inteligente: Un hito en la lucha contra el naturalismo científico
En su último libro, Signature In The Cell, el filosofo Stephen Meyer presenta una perspectiva novedosa acerca de uno de los aspectos más convincentes de la teoría de diseño inteligente —la presencia de información biológica en las secuencias del ADN. Meyer hace una narración lúcida y personal de sus propias experiencias como científico y filósofo que revelan al lector los acontecimientos que le llevaron a la conclusión del diseño inteligente. Su descripción histórica de los momentos claves que formaron lo que hoy conocemos como el estudio de la origen de la vida es extremadamente amena y bien ilustrada. El estilo y el contenido de su argumento mantienen al lector centrado en la línea de razonamiento que va desarrollando progresivamente a lo largo de su libro.
Meyer comunica con gran claridad las tensiones personales que caracterizaron la historia del descubrimiento del ADN. Su extensa cobertura de los puntos decisivos de la biología moderna demuestra un conocimiento profundo del tema. Como pocos otros descubrimientos científicos, el de la estructura del ADN introdujo unos cambios fundamentales en la forma en que pensamos sobre los componentes de la vida. Estos cambios son de tal magnitud que ya no podemos más considerar la vida como un simple producto de materia y energía. Como lo desarrolla Meyer, la información presente en código del ADN se ha revelado como el componente crítico en la herencia genética presente en toda la naturaleza.
Meyer desarrolla un coherente argumento en favor del diseño inteligente aprovechando un extenso cuerpo de datos moleculares y de comentarios expertos. Su consideración de «la paradoja del huevo o de la gallina» en relación con lo que observamos en las interdependencias integradas de sistemas moleculares tales como el de transcripción y traducción, hace resaltar una vez más porqué los presupuestos sobre evolución son inadecuados ante la cuestión de los orígenes de los procesos críticos de la vida. Meyer toma abriga audazmente la idea que el diseño inteligente nos presenta la única explicación causal adecuada para el origen de la información biológica, y dedica mucho del resto de su libro a recopilar una cantidad substancial de datos que respaldan su posición.
Siguiendo los pasos del defensor del movimiento del diseño inteligente William Dembski, Meyer nos ha hecho a todos un gran favor al demostrar cómo el ensamblaje por azar de una proteína de 150 aminoácidos excede a los recursos probabilistas disponibles en nuestro universo. Es decir, que desde el criterio probabilista nos quedamos parados en seco en un callejón sin salida ya antes que hayamos comenzado a determinar la verosimilitud geológica de las diversas teorías sobre el origen de la vida.
El método científico nos obliga a buscar la mejor explicación que podamos para los fenómenos que observamos. Basándose en las opiniones expresadas por el biólogo de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) Peter Mora, Meyer nos demuestra cómo una hipótesis que pretende explicar cómo surgió la vida sin recurrir a un diseñador no cuadra con los datos cada vez más abundantes sobre la complejidad de la célula. En base de su exhaustivo resumen de los problemas asociados con el aparato del químico Stanley Miller de «descarga de chispas», desarrolla un contundente argumento final.
En Signature In The Cell Meyer fortalece el argumento fundamental de Dembski y recurre a una fuente aparentemente interminable de ilustraciones para respaldar sus propios argumentos. Uno puede imaginarse cómo se hubiera sentido Darwin al encontrar que la teoría de diseño inteligente quedaba legitimada por su propio criterio de Vera Causa. Me parece de verdad que él habría aplaudido el actual planteamiento de la discusión.
Agradecemos a Santiago Escuain por su valuosa ayuda en la traducción del texto
Para más informaciones sobre el libro, por favor consultar la pagina oficial de Signature In The Cell

http://www.oiacdi.org/blog/?p=19

La Utilización Inadecuada de Ejemplos Protistas para Propagar Mitos Acerca el Diseño Inteligente

La Utilización Inadecuada de Ejemplos Protistas para Propagar Mitos Acerca el Diseño Inteligente
Por Michael J. Behe
El Diario de Microbiología Eucariota publicó recientemente varios documentos de un taller patrocinado por la sociedad internacional de Protistologistas, titulado “Transferencia de Genes Horizontal y la Evolución Filologenetica Desacreditan al Diseño Inteligente.” Así que aquí tenemos una sociedad científica respetada, presumiblemente planificó meses en adelantado para finalmente trazar su caso considerado de por qué falla el diseño inteligente. Como podrás imaginar, estaba deseoso de leer acerca de ello. Por desgracia, en lugar de documentos académicos, los manuscritos leen como comunicantes de prensa del Centro Nacional para la Educación de Ciencia (Darwiniana). Así que el ensayo introductorio (1) por Avelina Espinosa nos dice que el DI tiene ” inicios creacionistas”, reclamaciones que digo que la “evolución” es “imposible”, y coloca en mi boca la frase “creacionismo de diseño” (nunca he pronunciado esa frase excepto al menospreciarlo). Bla, bla, bla. Tanta sabiduría como se obtiene de un político típico.
El primero de los artículos completos (2) con interés en su mayoría con la ascendencia común, algo que siempre he dicho y creo ser correcto, y que en cualquier caso no es un problema de diseño inteligente. Otro artículo, sin embargo, brevemente trata mi caso de El Borde de la Evolución, que algunas adaptaciones probablemente requieren varias mutaciones y, por lo tanto, son muy improbable.* En “La Utilización Inadecuada de Ejemplos Protistas para Propagar Mitos Acerca el Diseño Inteligente” (3) el Profesor Mark Farmer de la Universidad de Georgia y Dra. Andrea Habura del Centro Wadsworth empiezan descuidadamente: “Según Behe (2007), de conformidad con las probabilidades de que las mutaciones que se requiere para impartir la resistencia a la cloroquina en Plasmodium podrían surgir naturalmente son tan imposiblemente largas que se encuentran más allá de lo que considera” El Borde de la Evolución.’” Pero el libro dice claramente que la resistencia de cloroquina en Plasmodium si surgió naturalmente, por procesos darwinianos. Sigo a argumentar que tomó muchos parásitos palúdicos a oportunidad la resistencia y que apunta a un límite para la evolución darwiniana para las mutaciones más complejas, o para las poblaciones con menor número de Plasmodium, pero he dicho claramente lo contrario de lo que Farmer y Habura (3) atribuyen a mí, que surgió la resistencia de cloroquina naturalmente. Eso no da la confianza al lector que los autores se preocupan mucho con los detalles de un argumento.
Farmer y Habura piensan que me equivoco que varias mutaciones eran necesarias en la proteína PfCRT que confieren resistencia de cloroquina sobre el paludismo. Piensan que sólo una será suficiente. Es más, afirman que hay experimentos para mostrarlo. Citan dos documentos. Pero (3,4) ningún papel incluso intenta comprobar si una sola mutación en PfCRT confiere resistencia de cloroquina. Lakshamana et al. (2005) demuestran que si quitan una mutación en particular (K76T) de una proteína mutante que cargaba una docena o más otras mutaciones (en comparación con la proteína de tipo salvaje), la proteína ya no confiere resistencia a la cloroquina. Ese experimento demuestra que K76T es necesario; sin embargo, no muestra que es suficiente por sí mismo, como Farmer y Habura pensaban. Lo mismo ocurre con el segundo documento. En su sección de métodos Jiang et al (2008) escriben que el “Parásito 106/1 K76 [una cepa sensible a la cloroquina no tiene la mutación K76T] tiene seis mutaciones que se encuentran normalmente en el parásito CQR del sudeste asiático… excepto una mutación clave en posición de PfCRT 76″. Por lo tanto ambos documentos muestran que K76T es necesario, pero ninguno muestra que es suficiente. Para hacerlo uno tendría que probar la K76T en el tipo salvaje con fondo sin mutación alguna.
En resumen, varios años después de que El Borde de la Evolución fue publicado, una sociedad científica realizó un taller para demostrar los errores del libro. Aún no podían ni llevar el argumento del libro justamente y el trabajo experimental que citaron contra mi argumento no es pertinente a él. Al parecer el argumento de diseño lleva a algunos científicos tanto a la distracción que pierden sus poderes normalmente robustos de razonamiento.

Nota al pie de página
* La mayor parte del segundo documento aborda hacer un caso para la Macroevolución basándose en una serie de fósiles foraminifera. Si no se desea clasificar la serie como un ejemplo de “Macroevolución”, los dibujos que acompañan no aseguran persuadir a escépticos y en cualquier caso están en el nivel anatómico en lugar del nivel molecular, donde, siempre he defendido, uno debe examinar para determinar si un acontecimiento evolutivo es factible por procesos darwinianos.
Referencias
1) Espinosa, a. de 2010. Introducción: Biología protistana, la transferencia de genes horizontal y ascendencia común destapan la lógica defectuosa en el diseño inteligente. J. Eukaryot. Environ. 57: 1-2.
2) Paz, y. M. y Espinosa, a. de 2010. Integración de transferencia genética horizontal y la ascendencia común para describir la evolución en contraste con “diseño común”. J. Eukaryot. Environ.57: 11-18.
3) Farmer, M. r. y Habura, a. de 2010. Utilizando ejemplos protistas para disipar los mitos del diseño inteligente. J. Eukaryot. Environ. 57: 3-10.
4) Lakshmanan, V., Bray, p. g., Verdier-Pinard, D., Johnson, D. j., Horrocks, p., Muhle, r. r., Alakpa, e. g., Hughes, r. H., Ward, S. a., Krogstad, D. j., Sidhu, a. B. y Fidock, D. r. 2005. Un papel decisivo para la K76T de PfCRT en resistencia de cloroquina verapamil reversible de Plasmodium falciparum. EMBO J. 24: 2294-2305.
5) Jiang, H., Patel, j.j., Yi, M., mu, j. j., Ding, Stephens, r., Cooper, r. a., Ferdig, M. T. y Su, z. x. 2008. Cambios compensatorios en todo el genoma acompañados por mutaciones seleccionadas a través drogas en el gen de crt de Plasmodium falciparum. PLoS . Un. 3: e2484.

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“The Altenberg16. an exposé of the evolutionary industry” Un libro que recoge la nueva estrategia del materialismo naturalista.

“The Altenberg16. an exposé of the evolutionary industry” Un libro que recoge la nueva estrategia del materialismo naturalista.
Por Felipe Aizpun

En Julio de 2008 tuvo lugar un encuentro de 16 científicos de varios países en el Konrad Lorenz Institute de Altenberg (Austria) con objeto de debatir el estado de opinión actual en torno a la teoría de la evolución. Aunque el encuentro se celebró a puerta cerrada la periodista Suzan Mazur se encargó de airear el evento en la prensa generalista y posteriormente ha recogido en un libro las impresiones de varios de los participantes así como de un buen número de importantes especialistas mundiales en la materia en torno a las propuestas de la conferencia. El libro presenta un formato periodístico y está elaborado como un mosaico de entrevistas que se suceden sin un hilo programático definido. Como consecuencia, y siendo los entrevistados especialistas en campos dispares (filósofos, mineralogistas, astrobiólogos y, por supuesto, especialistas en biología molecular) el tratamiento de los aspectos relevantes del debate resulta superficial y descontextualizado por lo que aporta poca claridad en general. Sin embargo, tres conclusiones se pueden extraer de manera definitiva.

La primera es que la disidencia está cundiendo en las filas del neo-darwinismo. El grupo de Altenberg se postula como proponente de un giro radical en la comprensión del hecho evolutivo. Bajo el nombre de Extended Evolutionary Synthesis su propuesta rechaza el papel central del gene y la selección natural (supervivencia del más apto) en un hipotético proceso evolutivo. Reconoce que las anomalías al paradigma oficial son de tal magnitud que el modelo resulta incapaz de explicar la realidad a la luz de los avances científicos más recientes. Mazur nos presenta este “descubrimiento” y la conferencia de Altenberg como si de un acontecimiento histórico y revolucionario se tratara, como el gong que señala el advenimiento de una nueva era en el quehacer de la ciencia y del conocimiento humano. Que los evolucionistas ideológicos descubran la inconsistencia del paradigma darwinista es, sin duda, una buena noticia; sobre todo para ellos. Pero presentarlo como un acontecimiento científico de primera magnitud es una falta de respeto hacia la multitud de científicos y pensadores de muchos países y culturas que durante el último siglo y medio han manifestado su escepticismo hacia el discurso darwinista a costa de ser vituperados y preteridos entre la comunidad científica.

La segunda es que no existe un modelo científico alternativo bien definido capaz de explicar el hecho evolutivo. Sabemos que la inconsistencia del darwinismo tiene que ver con la complejidad organizacional del genoma, con el reconocimiento en los genomas de las especies más modernas de secuencias moleculares rastreables en bacterias y virus, con la huella de procesos de repeticiones de secuencias génicas, translocaciones, reorganizaciones genómicas relacionadas con los trasposones y, en definitiva, con un papel predominante en la conformación de los genomas novedosos de episodios de simbiosis y transferencia genética horizontal (TGH) en vez de la obsoleta propuesta darwinista de conformación por acumulación de mutaciones fortuitas en un proceso gradualista. Pero de la lectura de este libro resulta evidente que todos estos datos verificables empíricamente no han sido hasta la fecha suficientes para establecer de manera generalmente aceptada entre los científicos, un modelo evolutivo basado en un mecanismo alternativo al darwinismo. La falta de coincidencia entre las opiniones y propuestas de unos y otros resulta llamativa.

El problema principal al que se enfrenta la profesión es, como bien describe Stuart Newman, el problema de la falta de una “teoría de la forma”, es decir, una teoría en torno a la aparición de los cuadros morfológicos novedosos en las distintas especies que pueblan nuestro planeta. Por supuesto, y aunque Newman no lo menciona, el problema de la forma (de profundas connotaciones aristotélicas) no es sino el problema de la aplastante apariencia de diseño en la Naturaleza. Newman nos es presentado en el libro como el nuevo Darwin (sic); su aportación revolucionaria capaz de auspiciar una nueva era en el conocimiento humano es la teoría de la conformación espontánea por auto-organización de las “formas” novedosas en ausencia de un programa genético previo que las alumbre. El problema es que la auto-organización no es en sí misma un mecanismo alternativo verificable empíricamente sino un intento de justificación causal de un hipotético proceso evolutivo. La simbiosis y la TGH sí pueden ser mecanismos alternativos de conformación de novedades en el genoma de las distintas especies; la posibilidad de que episodios de “infección” de secuencias bacteriales o víricas puedan provenir de reacciones frente a determinadas presiones ambientales es una reflexión científica interesante, pero la calificación de tales eventos como de procesos de auto-organización de la materia sería una interpretación de dichos eventos que supondría ofrecer una alternativa filosófica a la inferencia de diseño que de forma abrumadora nos presenta la Naturaleza. Se impone así, de manera arbitraria, el rechazo no justificado a una causación inteligente en la emergencia de formas biológicas novedosas dotadas de una deslumbrante complejidad organizacional.
No hay que olvidar que los ultradarwinistas más conspicuos (Dawkins, Ayala etc) nos presentan el darwinismo como una idea genial capaz de hacer superflua la inferencia de diseño que de forma aplastante surge de la contemplación de la Naturaleza. Si eso es así, el reconocimiento de la inconsistencia de la alternativa darwinista debería implicar que la intuición de un diseño inteligente saldría reforzada como explicación causal de la complejidad de la vida. Pero eso es algo que los evolucionistas ideológicos no están dispuestos a conceder. Es preciso un discurso alternativo que sustente el paradigma naturalista y materialista; el mantra de la auto-organización viene a tomar el relevo. Y, no lo duden, viene para quedarse.

La tercera conclusión es precisamente este cambio de escenario del debate evolucionista en los años venideros. Las posiciones darwinistas se van descomponiendo. Si hay que creer a Margulis en el libro, el propio Francisco Ayala, archi-darwinista recalcitrante donde los haya, le habría reconocido personalmente que el paradigma de la Síntesis Moderna está herido de muerte. El modelo de la auto-organización de sistemas complejos no es nuevo, pero la reivindicación de un papel central en el debate para el mismo va cogiendo fuerza como alternativa dialéctica al discurso tradicional. El que el mecanismo darwinista resulte incapaz de justificar la hipótesis evolutiva no parece ser obstáculo para atrincherarse en la defensa de las conclusiones metafísicas del modelo desprestigiado. Y todo ello aunque carezcamos de un mecanismo científico alternativo. Todo un prodigio de inconsistencia.
La auto-organización como explicación causal ha sido ya suficientemente desautorizada por trabajos como los de David L. Abel (The capabilities of chaos and complexity, 2009) o más recientemente por Stephen Meyer en su impresionante “Signature in the cell”. La emergencia de formas novedosas sin un programa genético previo que preconiza Newman para justificar la aparición en el registro fósil de, al menos, 35 phyla de organismos pluricelulares en el Cámbrico, no es sólo una incongruencia científica (el fenotipo precedería al genotipo), sino que es también un absurdo racional. “Organizar” es un verbo transitivo. Todo proceso de organización es un proceso intencional y precisa de un Agente que lo dirija. Se nos dice que la aparición espontánea de las formas biológicas novedosas se justifica en términos causales por un proceso de auto-organización; pero a renglón seguido se nos describe la auto-organización como la capacidad de “la materia” para organizarse en formas novedosas. Un argumento, por tanto, perfectamente circular y tautológico, un mero acto de fe que desafía uno de los pilares del discurso racional: el principio de causalidad.
En definitiva, un libro decepcionante cuyo principal interés es dejar constancia de cuál es el escenario del debate para los próximos años: un discurso de connotaciones más filosóficas que científicas que pugnará por ofrecer interpretaciones materialistas de los avances científicos que nos aporte la biología, asumiendo el prejuicio naturalista de que cualquier apariencia de diseño que emane de realidades inmateriales como la información, la organización, o la complejidad especificada, no puede ser sino el espejismo de una inexistente inteligencia ordenadora. En su lugar, conceptos vacíos de contenido real como emergencia o auto-organización, se nos ofrecen impúdicamente como explicaciones suficientes para dar cuenta (en palabras de Stuart Kauffman, otro de los entrevistados) de la “incesante creatividad del Universo”.

http://www.oiacdi.org/blog/?p=34

¿Diseño inteligente?

¿Diseño inteligente?
Perfecto para todos lo que argumentan que nuestro cuerpo es tan perfecto que tuvo que ser diseñado por un ser «inteligente».(Es un comic esceptico)

Pueden verlo completo aqui.

Darwinismo y Diseño Inteligente , El Flagelo Bacteriano, Ateísmo y Cristianismo

Descubiertas dos nuevas especies de avispa capaces de esclavizar arañas para sus larvas

Descubiertas dos nuevas especies de avispa capaces de esclavizar arañas para sus larvas

el 22/02/2010

Que el mundo de los insectos es realmente apasionante creo que todos lo tenemos claro a estas alturas, varios ejemplos he traído por aquí que sustentan dicha afirmación como por ejemplo aquél vídeo donde aparecen 30 avispones asiáticos aniquilando a 30.000 abejas europeas. Pues bien, hoy voy hablar nuevamente de insectos, concretamente de dos nuevas especies de avispa descubiertas en Brasil que son unas auténticas usurpadoras de cuerpos, y también de arácnidos.

Las protagonistas en cuestión se llaman Hymenoepimecis japi y Hymenoepimecis sooretama y se caracterizan por tener la capacidad de esclavizar a determinadas especies de arañas utilizando químicos en beneficio de sus larvas. Los acontecimientos, un poco espeluznantes, se producen según un estudio desarrollado por la Universidad Federal de Sao Carlos y el Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología de Hymenoptera Parasitóides tal que así.

Lo primero que hace la avispa es localizar al espécimen de araña idóneo: ni muy grande, ni muy pequeño y hembra a ser posible. Una vez localizado le clava su aguijón en la boca para inyectarle una toxina que dejará a la araña inconsciente durante unos segundos, momento que la avispa aprovecha para introducirle directamente en el abdomen sus huevos. Durante los siguientes días los huevos se convierten en larvas las cuales se alimentan de la propia araña y no solamente eso sino que también segregan una sustancia química que hace la araña cambie su comportamiento, esta comenzará a construir una tela/red especialmente diseñada para contener en su interior las larvas de avispa donde las mismas terminarán su metamorfosis. Finalmente, como era de esperar, la araña muere.

Se conocen otros casos de avispas ladronas de cuerpos pero todavía existen muchas incógnitas que estos dos nuevos descubrimientos no han desvelado. Especialmente intrigados están los investigadores por saber qué es exactamente la sustancia química que las larvas segregan en el interior de las arañas, de la cual solamente se tiene claro que es extremadamente potente como hemos visto. Cada vez me apasionan más los bichos, he dicho.

Vía: TreeHugger

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La jirafa tiene un corazón sobrealimentado

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LA EVOLUCIÓN: FRAGILIDAD DE UNA TEORÍA

LA EVOLUCIÓN: FRAGILIDAD DE UNA TEORÍA

Alberto Sáenz Enríquez
A la teoría de la evolución le ha ocurrido lo mismo que al geocentrismo, que aún a décadas o siglos de demostrarse una hipótesis fallida, muchos de sus «feligreses» la siguen presentando como verdad irrebatible, como si no hubiese sido demolida suficientemente.

Falacias tales como presentar a quienes demuestran su falsedad como «fundamentalistas» o como simples seguidores de un protestantismo fiel a la literalidad escriturística, no van a desmentir lo que proclaman los descubrimientos biológicos, los conocimientos que se han alcanzado, no mediante la lectura de la Biblia, sino del entendimiento de la embriología comparada, de los fósiles mismos y de las moléculas de la herencia.

Esto es Escritura, si, pero no lo es de ningún documento religioso, sino de las funciones y testimonios de la realidad biológica misma.

Todas las teorías de teólogos o filósofos religiosos que han defendido la evolución han nacido de un sentimiento de derrota, de creer erróneamente que la ciencia hubo llegado a desbancar a la Palabra de Dios y por ello reinterpretaron la Biblia en lo tocante al origen del hombre y las especies como alegorías, como símbolos, como cuentos piadosos.

Si incluso algunos Sumos Pontífices, aparte de no desautorizar a la evolución como una búsqueda honesta de nuestros orígenes (Humani Generis S.S. Pío XII ) o han pensado que ésta es viable, nunca han pronunciado ex cáthedra nada al respecto y además, nadie niega la realidad de la transformación vía irradiación de los propios caudales genéticos de cada especie- la llamada micro-evolución-, lo cual es algo totalmente diferente al paso de una especie a otra, como lo propuso Charles Darwin.

Como micro-evolución o irradiación del caudal genético de cada especie ésta «es mas que una teoría» como dijera S.S. Juan Pablo II, mas ya hablar de saltación de una especie a otra es algo distinto.

No son -aunque los hay- estudiosos de la Sagrada Escritura los que con argumentos bíblicos rechazan la teoría evolucionista en todas sus acepciones (lamarckiana, darwinista, teilhardista, equilibrio-puntualista etc.) sino científicos eminentes que la niegan con argumentos serológicos, embriológicos, paleontológicos, genéticos etc.

Los descubrimientos de Michael Behe sobre «complejidad irreductible» de los organismos son muy sólidos.

Todos los organismos biológicos-desde un virus o una célula hasta los órganos más especializados de nuestro cuerpo funcionan como resultado de una interacción o conjunto de sistemas asociados donde ninguno puede faltar ni fallar sin alterar el resultado, ya haciéndolo inoperable, inservible o seriamente colapsado.

Estas funciones son totalmente estructuradas de origen. Una trayectoria evolutiva no puede explicarlas. O funciona todo perfectamente desde su inicio o nunca pudo funcionar.

Un ojo, un oído, un ala, un sonar (como el de los delfines y quirópteros) o una célula cualquiera, no pueden originarse de un proceso en desarrollo. Esto sólo es explicable como un diseño altamente planeado y configurado de origen.

El sueño de los evolucionistas de ver transformada la mandíbula multi-ósea del reptil en la simple del mamífero y el resto de sus huesos en el martillo, el yunque y el estribo del oído de éste, dejaría como eslabón intermedio un animal que no podría comer ni oír.

Las patas volviéndose alas no servirían para correr ni para volar: un organismo biológico es IRREDUCTIBLEMENTE COMPLEJO Y UN DISEÑO DE ALTA INTELIGENCIA.

Otrosí el geólogo-físico-químico-biólogo y filósofo de la ciencia Stephen C. Mayer acaba de publicar «DNA a signature in cell» en que demuestra con estrictos datos bio-moleculares, en comparación con la informática cibernética de nuestro tiempo, cómo los códigos informáticos en el ADN son irreductibles a fórmulas estructurales de la materia sino solamente a una fuente de Infinita Inteligencia.

Esa es la biología seria de hoy en día. ¿Que emparenta con la teología?

Toda ciencia que se precie de serlo tiene que desembocar en la teología, negarlo es negar a la ciencia misma y quedarse en el mito fanático de la ciencia-ficción.

Lo que muchos desconocen es que los descubrimientos de Michael Denton, Michael Behe, William Dembsky o Stephen C. Meyer no son traducidos al español, al italiano, o al francés sino a décadas de que son editadas sus obras en inglés y el gran público e incluso los especialistas, se quedan con el anacrónico pensamiento evolucionista que les llega por National Geographic, History Chanel, Animal Planet etc.

Parece raro que se tarde tanto en estas traducciones especializadas siendo el inglés un idioma universal, pero si muchos hay que entienden esta lengua de los cursos con eso de que «my cat is black» o «my mother has glasses» poquísimos pueden traducir obras sobre genética molecular o paleontología especializada ya de libros impresos o en internet.

El inglés que muchos dominan es acaso el de los «best sellers» literarios y éstos «muchos» no pueden en absoluto entender nada sobre alta ciencia, ni en inglés ni en la lengua de cada quien.

Y como la sabiduría común es medida en términos de propaganda, también sólo muy pocos nos enteramos de los escritos del biólogo argentino Dr. Raúl Leguizamón que con lucidez inusitada demuestra la falsedad de los postulados evolucionistas.

Y el resultado es que aún los que se creen sabios y tienen maestrías y doctorados están en primaria siempre cuando en términos de la evolución se habla.

Darwin ha muerto. Meyer, Behe y Leguizamón deben ser leídos y conocidos para matar nuestra ignorancia evolucionista.

ASE

http://cienciayfe.org/secciones/05_evolucion/fragilidad_de_una_teoria.html

Un nuevo libro basa el diseño inteligente en el ADN celular

Con análisis probabilísticos intenta constatar la ausencia de azar en los fenómenos celulares

Stephen Meyer, uno de los fundadores de la corriente del diseño inteligente en Estados Unidos, ha publicado recientemente un libro en el que trata de aportar evidencias científicas de la presencia y efecto de la información en el ADN celular. Utilizando métodos probabilísticos, el autor intenta determinar si ciertos fenómenos podrían ser mejor explicados no como productos aleatorios del “azar y de la necesidad”, sino como fruto de una inteligencia. Por Yaiza Martínez.

El diseño inteligente es una corriente religiosa que sostiene que el origen o la evolución del Universo, la vida y el hombre, son el resultado de acciones racionales emprendidas de forma deliberada por uno o más agentes inteligentes.

Sus partidarios afirman que este concepto es una propuesta científica legítima, capaz de sustentar un programa de investigación metodológicamente riguroso, pero lo cierto es que la comunidad científica sólo ve en él una justificación de la creencia en un creador determinado.

Desde esa perspectiva científica, una de las principales críticas que se hacen al diseño inteligente es que no es una teoría científica real (como la teoría de la evolución ), ya que no sustenta sus bases en el método científico.

Recientemente, uno de los fundadores de la corriente del diseño inteligente ha publicado un libro en el que intenta contrarrestar este aspecto de las críticas. Se trata de Stephen C. Meyer, investigador de la Universidad de Cambridge, filósofo de las ciencias académico, y director del Discovery Institute’s Center for Science and Culture.

Energía, materia, información

Bajo el título “Signature in the Cell: DNA and the Evidence for Intelligent Design” (“Firma en la célula: ADN y la evidencia del diseño inteligente”), el texto de Meyer ha sido descrito por sus seguidores como la base para el desmoronamiento del materialismo científico.

En el libro, Meyer señala que el código digital o numérico del ADN sería la prueba de la existencia de una inteligencia diseñadora en el origen de la vida.

A diferencia de argumentos anteriores sobre el diseño inteligente, la intención de esta obra sería presentar evidencias científicas de que existe un constituyente fundamental en el universo, hasta ahora no considerado como tal: la información.

En “Signature in the Cell”, Meyer trata de reunir todos los datos para él relevantes, obtenidos en los estudios científicos de los últimos tiempos, que le permitan demostrar la existencia de una inteligencia que ha guiado los caminos que las formas de vida han seguido.

Meyer defiende que el universo está compuesto por materia, energía, y por la información, que es la que ordena la materia y la energía y, por tanto, la que sería responsable de la aparición de la vida.

Análisis probabilísticos

¿Pero cómo puede la información ordenar a los otros dos componentes fundamentales del universo? En el caso de las células, esa información es portada por el ADN, que funcionaría como un programa informático o software, un programador maestro de vida.

Según se explica en la web del Center for Science and Culture, para explicar esta “acción” de una inteligencia sobre las células, el enfoque de “Signatura in the Cell” se acerca a las investigaciones previas en la “detección” del diseño inteligente, realizadas en la última década por el matemático William Dembski.

Tanto Dembski y Meyer se han basado, al menos en parte, en el análisis probabilístico para determinar si ciertos fenómenos podrían ser mejor explicados como productos aleatorios del “azar y de la necesidad” o como fruto de un diseño inteligente.

Meyer ha aplicado estas herramientas estadísticas en su obra para buscar y sustentar su examen de la naturaleza de la información codificada en el ADN, cómo ésta es procesada en la célula, y cómo pudieron surgir esa información y su sistema de procesamiento.

Es decir, que el libro aborda la cuestión del “origen de la vida”, desde la perspectiva de la bioquímica molecular del ADN y del ARN, los procesos celulares por los que las moléculas se replican, y los mecanismos por los cuales los millones de proteínas necesarias para la función celular son producidas.

Misterio explicado en términos informáticos

El autor afirma en “Signature in the Cell” que, en la teoría de la evolución, Charles Darwin nunca pretendió descubrir el misterio del origen de la información biológica. Para el naturalista inglés, dicho origen resultó siempre un misterio impenetrable.

Sin embargo, desde que en los años cincuenta del siglo pasado se revelase la existencia de un código digital en el ADN, se ha descubierto que las células contienen un sistema técnico complejo de procesamiento y almacenamiento de información, que hace que éstas funcionen como un sistema informático avanzado, aunque con una eficiencia y una flexibilidad mucho mayores que la de cualquier ordenador.

A partir de la reunión de datos relacionados con dicho funcionamiento, procedentes de diversos campos científicos, Stephen Meyer afirma que el “sistema operativo” presente en el genoma incluye códigos, procesamiento digital o sistemas de almacenamiento.

Utilizando términos tomados de las ciencias computacionales, el autor desarrolla en su libro el argumento de que la mejor explicación posible para toda esta “inteligencia” celular sería la del diseño inteligente.

Renacer de la teleología

El debate sobre la existencia o no de un diseño inteligente está siendo especialmente intenso en Estados Unidos en los últimos años, pero se está extendiendo también a otros países, especialmente a Inglaterra, en general a través de la influencia de las iglesias evangélicas y otros grupos religiosos fundamentalistas.

Pero no es un debate nuevo, tal y como explicó Juan Antonio Roldán en un artículo anterior de Tendencias21, puesto que responde a las ideas filosófico-teístas de la llamada teleología.

Este renacer actual de la teleología se explica por el hecho de que la ciencia parece haber introducido nuevos resultados a considerar, como los aportados por Meyer. Pero la solución final, si es que la hubiese, parece seguir estando muy lejos.

En esta moderna revisión teleológica entran en juego tres conceptos a distinguir, y que suelen estar enfrentados: el creacionismo (fundamentalismo protestante que niega el hecho mismo de la evolución y trata de rebatir a Darwin); el diseño inteligente en sentido fuerte (un nuevo concepto que esconde las mismas posiciones del creacionismo, aunque camufladas en moderna pseudociencia) y el diseño inteligente en sentido débil (se admite la evolución pero en ella se argumenta la existencia de un diseño racional que conduce a un teísmo evolutivo en que Dios crea y diseña por medio de la evolución), señala Roldán.

Miércoles 13 Enero 2010

Yaiza Martínez

http://www.tendencias21.net/Un-nuevo-libro-basa-el-diseno-inteligente-en-el-ADN-celular_a3987.html

Guillermo Gonzalez: inteligencia no permitida

fuente bibliográfica: http://cambrico.info/2009/04/29/guillermo-gonzalez-y-la-persecucion-academica/

Guillermo Gonzalez ( nacido en la Habana, Cuba 1963)  es un astrofísico. Solia ser un distinguido profesor de astronomia en la Universidad del estado de Iowa y es uno de los miembros mas destacados de la Sociedad Internacional para Complejidad, Información y Diseño.

En su ultimo libro  The Privileged Planet: How Our Place in the Cosmos Is Designed for Discovery,  escrito conjuntamente  con Jay W. Richards, Gonzalez plantea y argumenta que nuestro planeta no solo esta exquisitamente diseñado para sostener vida pero también nos da la mejor perspectiva  y angulo posible para la observación de todo el universo, como si la tierra y el universo fueron diseñados para dos propositos: sostener vida y el descubrimiento científico .

Guillermo recibió su PhD en la Universidad de Washington y realizó trabajo post doctorales en la Universidad de Texas. El recibió numerosos grants del NSF, de la Nasa y Sigma Xi. Doctor Gonzalez está primariamente interesado en el studio de las ultimas etapas de la evolución estelar a través del uso de métodos espectrocópicos. Esto es solo una información introductoria de Guillermo, credenciales académicas e intereses de investigación. Lo importante está por venir. En realidad Guillermo Gonzalez fue un proponente de las ideas del diseño inteligente, pero nunca esas ideas fueron impartidas por el en clases.
Justo dos años antes de su aplicación por tenure , un grupo de 136 profesores firmaron una carta redactada por Hector Avalos, professor de estudios religiosos, en la cual se oponian a cualquier intento de introducir nociones  de diseño inteligente. Hector Avalos es un ateo e inquisidor que ha llegado decir que la biblia es peor que Mi Lucha de Adolfo Hitler. Aunque no mención del nombre de Gonzalez fue hecha en el documento, fue amplio consenso considerar que el documento se referia a el. El acto es cobarde y repugnante. Avalos reconoció posteriormente que el libro de Guillermo fue el movil principal de la carta.
En el 2007 la petición de tenure fue negada por el presidente de la Universidad argumentando pobre desempeño académico , inabilidad para captar grants para investigaciones y mal trabajo con los estudiantes de doctorado, algo que nunca logró definir. En realidad a Guillermo le fue negado el tenure no por resultados académicos sino por sus convicciones filosóficas. Para el tiempo que fue expulsado,  tenia publicado 66 peer reviewed artículos en prestigiosos jornales académicos incluyendo Science and Nature.

Lea la reveladora entrevista al Doctor Guillermo Gonzalez  PDF Formato

¿Antecesor común o Diseñador único?

¿Antecesor común o Diseñador único?

Uno de los principales argumentos evolucionistas que se ha venido utilizando desde los días de Darwin es el de los órganos homólogos. Éstos se definen como los que poseen un mismo origen embrionario y, por tanto, presentan la misma estructura interna aunque puedan tener una forma e incluso una función diferente. Por ejemplo, las extremidades anteriores de una iguana, una gaviota, una ballena, un caballo, un murciélago, un topo o un hombre, a pesar de ser tan diferentes entre sí, todas presentarían el mismo esqueleto interno formado por los huesos: húmero, cúbito, radio, carpos y falanges.

No obstante, cuando se examina el asunto con más detenimiento aparecen serios inconvenientes. Es verdad que tales órganos presentan una estructura interna parecida, pero su origen embrionario no es en absoluto el mismo. Por ejemplo, de los numerosos sectores o metámeros en que se divide el cuerpo de los embriones, las patas delanteras de las salamandras, se desarrollan a partir del segundo, tercero, cuarto y quinto; las del lagarto lo hacen a partir del sexto, séptimo, octavo y noveno metámeros, mientras que el embrión humano lo hace del trece al dieciocho, etc. (Chauvin, Darwinismo, el fin de un mito, 2000: 219).

Muchos de tales órganos considerados homólogos se forman a través de procesos embrionarios que no tienen nada en común. Esto es lo que ocurre con el tubo digestivo de los vertebrados, con el riñón o con numerosos órganos de los insectos y de las plantas superiores. En contra de lo que escribió Darwin, la embriología actual demuestra que múltiples órganos considerados antiguamente como homólogos no derivan del desarrollo de las mismas partes embrionarias correspondientes. De esto puede deducirse que parecido no implica necesariamente un origen común o una filiación evolutiva y que, por lo tanto, el argumento de la homología queda muy debilitado o incluso eliminado.

LA EMBRIOLOGÍA DESCUBRE EL FRAUDE

Es lógico pensar que los órganos homólogos procedan siempre de las mismas zonas del embrión. Dicho de otra manera, órganos homólogos en los adultos, deben originarse a partir de las mismas regiones homólogas de sus correspondientes embriones. En la reproducción sexual un espermatozoide se une a un óvulo y da lugar a un huevo fecundado que se llama zigoto. Inmediatamente, esta célula inicia una segmentación que la divide, primero en dos células más pequeñas, después en cuatro, ocho, dieciséis, etc. Y así, hasta alcanzar el estado de blástula. En este estado, numerosas células se disponen formando una esfera con una cavidad hueca central. La blástula se invagina sobre sí misma dando lugar a la gástrula. Se trata de una bolsa especial formada por dos capas de células, el ectodermo, la externa y el endodermo, la interna. Por último, cuando la gastrulación ha terminado, aparece una tercera capa germinal, el mesodermo que se interpone entre las dos anteriores.

Cada órgano y estructura del individuo adulto procede de las células de estas tres láminas. El sistema nervioso y la piel por ejemplo, se forman siempre a partir del ectodermo. El esqueleto y la musculatura proceden del mesodermo, mientras que el endodermo origina el tubo digestivo y las glándulas anexas. La explicación transformista al enigma de la semejanza entre los seres vivos de nuestro mundo no siempre satisface completamente. Aunque se intente presentar como la única respuesta científica, lo cierto es que dista mucho de serlo. Recurrir al hipotético antepasado común, no es científico. No es posible aplicar la metodología científica a un ser del que no se puede estar seguro, siquiera que haya existido. Y en los raros hallazgos de fósiles con posibilidades de ser considerados antecesores comunes. ¿Cómo estar plenamente seguros de que fueran ellos? Esa constante incertidumbre la vemos en la mayoría de las cuestiones que tienen que ver con los orígenes, se quiera o no reconocer.

Cuando se afirma que las homologías constituyen un argumento “de una rotundidad absoluta” a favor de la evolución, desde luego se está admitiendo como verdadero un principio indemostrable. No se puede comprobar que los seres vivos se parecen porque han evolucionado de un antepasado común. Podría haber sido así, pero la propuesta transformista no es la única posible. Si el origen de los seres vivos hubiera ocurrido de otra forma, seguramente ese otro proceso, tampoco sería accesible a nuestra metodología científica. Dando esto por supuesto podemos plantearnos la siguiente cuestión ¿Hay alguna explicación no evolucionista al problema de la semejanza? ¿Tienen sentido las homologías en el modelo creacionista?

La existencia de planes estructurales básicos en la naturaleza indica armonía y orden. Estas dos características coinciden con lo que cabría esperar en un mundo creado originalmente perfecto por Dios. Sería lógico, en tal concepción, que los animales y las plantas estuvieran correctamente adaptados a sus ambientes y que los que viven en hábitats similares presenten formas y estructuras parecidas. La homología no plantea problemas al modelo creacionista ya que lo lógico sería esperar semejanzas entre los organismos pertenecientes a los tipos básicos originalmente creados.

Si la hipótesis evolucionista propone la filiación, el planteamiento creacionista se refiere a la planificación por parte de un Creador inteligente. En la teoría de la evolución las homologías se consideran evidencias de un antecesor común; para la teoría de la creación, son evidencias de un único Diseñador.

Si los seres vivos de este planeta no tuvieran nada en común, si existieran cientos de miles de planes estructurales diferentes, si no se dieran las semejanzas y homologías entre los organismos, podría dudarse de la existencia de un Creador sabio. Viviríamos en un planeta caótico y discordante. Planes organizativos distintos requerirían, seguramente, ambientes muy diferentes. Es posible imaginar que ese sería un mundo de aislamiento e incomunicación.

Pero la biosfera en que habitamos hoy no refleja nada de eso. Se trata de un gran ecosistema abierto con innumerables interrelaciones entre los organismos y el medio ambiente. Disfrutamos de un mundo en el que imperan las comunicaciones y debemos relacionarnos para subsistir. Todo esto confirma la perspectiva de la fe, Dios, el Creador, diseñó el Universo con una finalidad de relación, de comunicación y convivencia entre todas sus criaturas.

FUENTE: http://www.protestantedigital.com/new/nowleernoticiaDom.php?n=10012

La Sincronicidad en la Naturaleza

La Sincronicidad en la Naturaleza
Publicado por Malena el 29 de Diciembre de 2009

Estamos tan acostumbrados a ver la perfección con que se manifiesta la naturaleza que hemos perdido nuestra capacidad de asombro.

Cuando percibimos cómo los pájaros vuelan en formaciones perfectas, cómo se turnan para ocupar los lugares que les exigen mayor esfuerzo y cómo cambian de dirección sincronizadamente, sin chocarse jamás unos con otros, es un espectáculo que inquieta nuestra mente y nos obliga a cuestionarnos sobre nosotros mismos.

Lo mismo ocurre con los cardúmenes de peces que forman verdaderos organismos vivientes al moverse al unísono en una danza ancestral.

¿Cómo hacen las aves y los peces para informarse mutuamente su intención de cambiar la dirección o para saber cuál de las aves es la indicada para ocupar el lugar dejado por otra?

Todavía los científicos no pueden contestar estas preguntas y aventuran hipótesis que no pueden ser confirmadas.

Las aves disponen de un mecanismo natural para no chocarse entre sí, mientras los seres humanos, supuestamente más inteligentes, no podemos evitar los accidentes de tránsito.

Deepak Chopra nos dice que la comunicación entre los animales proviene de una dimensión espiritual, una inteligencia no circunscripta con capacidad organizadora que reside en ese ámbito virtual.

Casi todo el mundo animal muestra alguna forma de comunicación fuera del espacio y del tiempo, dado lo inmediato de las respuestas.

Rupert Shaldrake dedicó gran parte de su vida en investigar minuciosamente la comunicación entre los perros y sus amos y la capacidad de estos animales de predecir su vuelta al hogar aún cuando lo hagan en horas inesperadas.

Shaldrake demostró que no se trata de ningún sentido físico sino de una capacidad no física que tienen los perros de percibir las intenciones de sus dueños, cuando piensan en volver a casa.

Según Chopra, esta es una comunicación que se produce en otra dimensión que no conocemos.

Los gemelos idénticos pueden experimentar lo que está pensando o sintiendo el otro y también las personas que tienen estrechos vínculos afectivos; como si ambos estuvieran sumergidos en una sustancia común capaz de transmitir información.

El cuerpo humano es un ejemplo de sincronicidad, porque cada parte se relaciona con la totalidad y el pensamiento y la intención pueden mover todo el cuerpo.

Ningún científico pudo aún descubrir de dónde provienen los pensamientos. La hipótesis de Chopra es que su origen es el campo virtual, o realidad no circunscripta.

La sincronicidad es perfecta en un cuerpo saludable; y cuando ésta se perturba, por ejemplo por el estrés, se pierde el equilibrio y se interrumpe la conexión con esa dimensión.

Las emociones también intervienen provocando rupturas entre la realidad material y el campo virtual, como la ira y la hostilidad que actúan como agentes desintegradores y como inhibidores del sistema inmunológico.

Estos sentimientos humanos también son percibidos por los animales y los llevan a actuar con agresividad.

El Universo mantiene un equilibrio que se manifiesta en forma de ritmos y toda la naturaleza actúa según el ciclo que corresponda como un solo organismo, inclusive nosotros, porque no somos ajenos a este proceso.

La inteligencia no circunscripta está dentro nuestro y también nos rodea, fuera del espacio y el tiempo.

Toda la realidad es una proyección, una apariencia de esa inteligencia, única, poderosa, eterna e infinita.

Fuente: “Sincro Destino”, Deepak Chopra, Edit. Aguilar, Altea, Taurus, Alfaguara, S.A., 2003.

Intelligent Design – Behe

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