Tesoros de David II

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Susecion apostolica Nº 2 – EL PAPA Y LOS OBISPOS

EL PAPA Y LOS OBISPOS

¿Cómo llegó el papa a ser líder de la Iglesia Católica Romana? ¿Quién determina lo que creen los católicos? ¿Por qué es el evangelio según Roma tan diferente del evangelio del cristianismo basado únicamente en la Biblia?

Cual es la estructura de autoridad de la Iglesia Católica Romana? Dicha autoridad es un sistema que se basa en tres creencias:

  • Los obispos católicos, con el papa como cabeza, son los sucesores de los apóstoles (Capítulo 10, El papa y los obispos).
  • Los obispos católicos son los maestros y guardianes autorizados de la fe catolicorromana (Capítulo II, El magisterio).
  • La fe católica está contenida en las Escrituras escritas y en la tradi­ción no escrita (Capítulo 12, Escrituras y tradición).

Roma, 20 de mayo del año 325

Desde el balcón de su palacio, Silvestre, obispo de Roma, miraba con fascinación mientras la multitud de obreros debajo de él llevaba piedras al lugar de un edificio adyacente. ¡Gracias a Dios por el Emperador! Silvestre pensó para sus adentros, plenamente consciente de que si el emperador Constantino no hubiera dejado de perseguir a los cristianos, él mismo podría estar allá abajo acarreando rocas. Más probable sería que estuviera encarcelado en las minas de plomo de Sardinia. ¡Mucho más probable aún que estuviera muerto!

Silvestre podía rastrear su buena fortuna hasta un suceso que había ocurrido trece años antes.1 En el año 312 el emperador Constantino, mientras se preparaba para la batalla contra su archirrival Maxencio, vio una cruz en el sol de mediodía inscrita con las palabras En esta señal conquista. Constantino inmediatamente ordenó que sus soldados marcaran sus escudos con la señal de Cristo y atacaran al enemigo. El resultado fue una extraordinaria victoria que todos atribuyeron a la intervención del Dios del cristianismo. Poco después, este Constantino ordenaba el cese de la persecución de los cristianos en todo el imperio y comenzaba a favorecer al cristianismo por sobre todas las otras religiones.

¡Gracias a Dios por el Emperador!, se repetía a sí mismo el obispo Silvestre mientras se retiraba a la parte fresca de su palacio. Anteriormente, el palacio había sido la residencia de Fausta, la segunda esposa del Emperador. Constantino había donado el palacio al obispo de Roma. Silvestre se reclinaba allí en un sofá grande. Eso también era regalo del Emperador. También lo eran el resto de los muebles, las obras de arte y los sirvientes. En realidad, todo lo que estaba a la vista era del Emperador, hasta los mantos con brocado de seda que usaba el obispo. ¡Todo! Y todavía vendrían otras cosas más.

Constantino, un hombre enérgico, tenía grandes planes para la Iglesia. Ya había ordenado que una porción fija de los ingresos provinciales se depositaran directamente en los cofres de la Iglesia. Había otorgado al clérigo una exención de impuesto especial. Había hecho del domingo un feriado público. Había aprobado planes para que se construyeran magníficos santuarios en Belén, el lugar de nacimiento de Cristo, y en Jerusalén, en el sitio del Santo Sepulcro. Roma sería adornada con tres grandes basílicas: una para Pedro, una para Pablo y una para el obispo de Roma.

La última estructura, ya en construcción adyacente al palacio de Silvestre, serviría como catedral del obispo. El diseño requería siete altares de oro. Los obreros estaban preparando un dosel de plata sólida para cubrir el altar mayor. Cincuenta candelabros coronarían la iglesia.

El emperador también había puesto a disposición de Silvestre los servicios de correo y transporte imperiales. Ahora sería posible convocar concilios mundiales. En realidad, mientras Silvestre descansaba, estaba en curso la apertura del primer concilio ecuménico o general.2 La ubicación era Nicea, a casi 2.000 kilómetros del lugar. Constantino había invitado a 300 obispos para que asistieran, con todos los gastos pagos. En ese momento, en realidad, el Emperador estaba dando a los obispos las instrucciones de apertura.

CIUDAD DEL VATICANO

El favor imperial moldeó el destino del obispo de Roma y de la Iglesia Católica Romana más que cualquier otro factor temporal. Los efectos todavía pueden verse en la Iglesia de hoy.

Los más aparentes son los monumentos físicos. La basílica que se construyó contigua al palacio de Silvestre, San Juan de Letrán, todavía se considera la iglesia catolicorromana de mayor jerarquía. No obstante, la Basílica de San Pedro ha llegado a ser el centro de las ceremonias papales. Fue originalmente construida por Constantino en el siglo iv, pero se reconstruyó en el siglo xvi siguiendo un diseño de Miguel Ángel. La estructura actual es de cuarenta pisos de alto y tiene capacidad para 50.0(X) personas, tanto como un estadio de deportes moderno.

La Basílica de San Pedro está ubicada en Ciudad del Vaticano, un eslndo independiente dentro de la ciudad de Roma. Su tamaño, de aproximad! mente el terreno de una universidad, la hace la nación soberana más peque ña del mundo. La Ciudad del Vaticano tiene su propio gobierno, bandera, sistema postal, sistema monetario, estación de radio y cuerpo diplomátic-ti, Es también la residencia del papa y la ubicación de las oficinas de la Curia romana, el brazo administrativo y judicial de la Iglesia Católica.

La influencia imperial en moldear la Iglesia Católica Romana puede verse todavía en las divisiones geográficas que dicha institución ha pedido prestada de la estructura política del imperio. Alrededor del mundo, las iglesias catolicorromanas de los vecindarios atienden los distritos llamados parroquias [2179]. Estas se agrupan en unas 2.000 regiones llamadas diócesis o sedes, de la palabra latina para asiento, cada una de las cuales está gobernada por un obispo [833, 1560]. La Iglesia Católica ha agrupado además a estas diócesis en unas 500 jurisdicciones llamadas provincias. A la diócesis principal de una provincia se le llama arquidiócesis y está gobernada por un arzobispo [887]. Se considera que Roma es la principal diócesis de la Iglesia [834]. Roma es la Sede Apostólica, porque, según la Iglesia Católica, Pedro fue el primer obispo de Roma.

J G. McCarthy – Evangelio segun Roma, ed,Portavoz

Evangélicos y católicos se oponen a la lectura obligada de la Biblia en El Salvador

Evangélicos y católicos se oponen a la lectura obligada de la Biblia en El Salvador
El mandato ordena la lectura diaria al iniciar las clases, pero esta acción del Gobierno de El Salvador no es más que una “falacia, hipocresía, una posición populista e injerencia estatal” afirman ambas iglesias cristianas.
El Salvador | Viernes 9 de Julio, 2010 | Por Nínro Ruíz Peña

(NoticiaCristiana.com).


Iglesias evangélicas y católicas, mantienen un combate en contra de un decreto legislativo promulgado por el Gobierno, que obliga a leer la Biblia en las escuelas de El Salvador, con el propósito de estimular el respeto y prevenir la violencia entre niños y jóvenes.
El mandato, ordena la lectura diaria al iniciar las clases, pero esta acción del Gobierno no es más que una “falacia, hipocresía, una posición populista e injerencia estatal”, afirman ambas iglesias quienes solicitan al mandatario Mauricio Funes, que se elimine este precepto.

La Conferencia Episcopal de El Salvador (CEDES), señaló que esa iniciativa podría provocar una lucha entre religiones.

“Para los diputados es una buena iniciativa y una solución al problema de la violencia; pero no es así, al contrario, provocará la lucha entre religiones y eso también es otra clase de violencia”, advirtió CEDES.

Carlos Rivas, -pastor evangélico-, afirmó que la lectura debe ser una decisión “consciente” y no obligatoria y que los “primeros” en hacerlo deberían ser los diputados y no adoptar “posiciones populistas”.

“Leer la Biblia en las escuelas es un acto en el que estoy de acuerdo, pero no por decreto y menos al libre albedrío en su enseñanza; ahí es donde la medida se vuelve conflictiva, nos enfrenta a todos y vuelve una solución en un problema, casi una torre de Babel, donde todos hablan diferente en torno a un libro común: La Biblia”, enfatizó Rivas.

“Es una verdadera falacia, pareciera ser una iniciativa conveniente pero no lo es. La palabra de Dios exige un ambiente de fe el cual no existe en la escuela pública, la palabra de Dios exige explicación para ser bien entendida y ese decreto prohíbe la explicación”, argumenta el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar.

“La injerencia del Estado en asuntos que competen a la iglesia, esto es un peligro, un retroceso histórico, que en este momento se presenta como algo favorable, lo que implica la lectura de la palabra, pero de esta misma manera, en el futuro se podrían tomar otras (medidas) que no sean favorables”, expresó el pastor de la Misión Cristiana, Mario Vega.
F: AFP

Dietrich Bonhoeffer – Defensor de La Justicia y La Paz

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Suseción apostólica Parte 1

El pilar de la estructura neotestamentaria

Nos gustaría contar con suficientes documentos para afirmar que nuestra forma de organización y gobierno de la iglesia es exactamente una réplica del Nuevo Testamento. Pero hasta donde se sepa, eso es imposible, porque, según un vasto número de historiadores, entre los cuales podemos citar a Latourette y a León Morris, la iglesia primitiva no contaba con un tipo de organización fijo, sino que la característica más distintiva fue la flexibilidad y la diversidad de modelos.

Algunas iglesias eran presididas por obispos y diáconos, como la de Filipos, otras por profetas y maestros, como en el caso de Antioquía; en otras existía un cuerpo pastoral denominado «ancianos» o presbíteros. La iglesia de Jerusalén comenzó bajo la autoridad de los apóstoles, luego se les añaden los diáconos, pero su función, al menos en Jerusalén, no fue gobernar o dirigir las decisiones de la iglesia, sino simplemente cumplir un servicio específico, porque cuando aparece el tema de los judaizantes, los que se reúnen a tratar ese asunto son los apóstoles y los ancianos, y luego toda la iglesia. Nadie menciona a los diáconos.

Sin embargo, bajo otras circunstancias y en otro tiempo, el ministerio diaconal va cobrando una mayor importancia y al final queda establecido al lado del ministerio pastoral.

Con la desaparición de los apóstoles, el ministerio profético sigue en auge, lo mismo que el evangelístico. Algunos mencionan a las «viudas» como la raíz de la vida monástica que va a ir tomando mayor cuerpo con el paso de los años.

Es interesante notar que Jesucristo, que prometió «yo edificaré mi iglesia» no da ninguna instrucción sobre las estructura de la iglesia, ni menciona a los obispos, ni a los diáconos, salvo para referirse a la actitud de servicio que deben tener los apóstoles y todos los que quieran servirle.

Estos detalles son muy significativos para nosotros que nos fundamentamos en el Nuevo Testamento. Son significativos porque en el silencio podemos oír otro mensaje.

Que la iglesia es un organismo vivo, es el Nuevo Hombre creado en Cristo Jesús que crece, y a medida que crece debe ir cambiando de estructuras. Si el Señor hubiera dado alguna instrucción al respecto, limitaría enormemente su desarrollo.

Después de reflexionar mucho sobre este tema llegué a la conclusión que si queremos tener una estructura, una conducción y un liderazgo realmente neotestamentario, debemos evitar toda rigidez, y adoptar nuevas estructuras y mejores formas de funcionamiento para poder seguir creciendo.

El pilar de una nueva lectura de la historia

Nuestro rechazo del papado y de todo tipo de jerarquía dentro de la iglesia cristiana, nos condujo a interpretar las vivencias del II y III siglo como el comienzo de la degeneración de la Iglesia que llegaría a su clímax con la asunción del Emperador Constantino

Pero al leer los escritos de los Padres de la iglesia una y otra vez. fui entendiendo que no les quedaba otro camino. No justifico la claudicación ante el gobierno secular, ni defendiendo la rara!. Esa es otra situación y otro momento. Lo que estoy diciendo es que las circunstancias caóticas fueron empujando más y mas a un liderazgo cada vez mas autoritario.

El problema comenzó con el ministerio profetice, principalmente con los profetas itinerantes que recorría las iglesias cristianas. La Didajé fue un intento para poner un poco de orden y ayudar a las iglesias a distinguir entre un verdadero y un falso profeta. Más adelante, los conflictos en las iglesias locales se agudizaron y tuvieron necesidad de una autoridad mediadora que pusiera un poco de orden en la anarquía y el caos que estaba reinando.

Algo parecido está ocurriendo hoy en muchas iglesias y el reclamo de una palabra final es cada vez mas frecuente.

En el II siglo, Ignacio de Antioquía escribió varias cartas defendiendo a rajatabla la autoridad del obispo en cada ciudad

Escribiendo a los Efesios dice: «Procuremos, pues, no contrariar al obispo, para estar sujetos a Dios»

A los Magnesios les dice: «os exhorto a hacerlo con tesón e inteligencia con Dios,

bajo la presidencia del Obispo en lugar de Dios, de los prebísteros en lugar del consejo de los apóstoles, y de los diáconos, mis delicias, encargados del servicio de Jesucristo». «Y así como el Señor nada hizo sin el Padre, siendo uno con El, ni por sí mismo ni por los apóstoles, así tampoco vosotros nada hagáis sin el obispo y los presbíteros.»

A los Esmirnenses escribe: «¡Seguid todos al obispo, como Jesucristo al Padre; asimismo al prebisterio como a los apóstoles! ¡A los diáconos respetad como el mandamiento de Dios! ¡Nadie puede hacer nada de cuanto atañe a la Iglesia sin la autoridad del obispo!». «Quien hace algo sin consentimiento del obispo, sirve al diablo.»

Clemente, obispo de Roma, escribe a los Corintios después de exhortar a la iglesia largamente diciendo: «Así, pues, vosotros los que sois las causa de la sedición, someteos a los presbíteros y recibid disciplina para arrepentimiento.»

Cuando las iglesias no encontraban solución para sus conflictos en su propia ciudad, recurrían a pastores de renombre en las grandes metrópolis.

fuente bibl:

El     Expositor  Bautista ,Abril 1997, Alberto Prokopchuck, pastor de la Iglesia Bautista «Pueblo Nuevo» en Berisso  (Buenos Aires). Capellan del Seminario Internacional Teologico Bautista, pag. 33-34

(Continúa)