«La Iglesia holandesa ha perdido dos generaciones. Hay que recomenzar de nuevo»

«La Iglesia holandesa ha perdido dos generaciones. Hay que recomenzar de nuevo»

El arzobispo emérito de Utrecht, el cardenal Adrianus Simonis, de 78 años, es el «gran anciano» de la Iglesia holandesa, conocido y amado en el país, también por los musulmanes.

Religión en Libertad,01/01/2010 – Pero sobre Holanda, el cardenal (que hoy vive en un pueblito de Brabante, Nieuwkuijk) parece menos optimista.

«Sí, quizás hay signos de una nueva tendencia, pero hablamos de números muy pequeños», dice. «Queda en pie esa cifra, ese 58 % de holandeses que ya no saben que es exactamente la Navidad. Está quien, observando a Holanda, está perturbado por el número de mezquitas. Lo puedo comprender, pero el auténtico problema aquí es anterior a la inmigración, ya que nos hemos extraviado, hemos perdido nuestra identidad cristiana. Si esta identidad fuese fuerte, no tendríamos miedo de los islámicos. Efectivamente, existe en Holanda el problema del fundamentalismo islámico, pero la mayor parte de los inmigrantes no lo sigue. Más que el integrismo, me preocupa el avance de la secularización en las jóvenes generaciones islámicas. Temo que terminarán convirtiéndose a la verdadera religión que domina en Occidente: el relativismo».

(En efecto, observando a los jóvenes marroquíes en los McDonald’s de Amsterdam, y a sus hermanas en pantalones ajustados, llegamos a preguntarnos si las nuevas generaciones musulmanas no están ya equiparándose, en todos los sentidos, a nosotros).

– Eminencia, ¿el racismo y la xenofobia no constituyen aquí un problema?
– No creo. Los holandeses son un pueblo tolerante. No veo en el horizonte una ola racista.

– En Haarlem el obispo dice que se comienza a advertir en los jóvenes un sentido de vacío, la falta de lo que ha sido olvidado…
– Es verdad, muchos advierten el vacío, pero no saben ir más allá, no saben qué preguntar ni a quién. No han sido educados para reconocer y percibir el deseo de su corazón. En este sentido, estoy convencido – al igual que el obispo Punt – que la Iglesia holandesa está verdaderamente llamada a ser misionera. Se han perdido dos generaciones. Se trata de recomenzar de nuevo, y dentro de una cultura indiferente al cristianismo, en medio de medios de comunicación que no son amistosos.

– Usted tiene 78 años. En los años de la guerra usted era un niño. ¿En ese entonces, Holanda no era un país fuertemente cristiano? ¿Qué ha sucedido luego?
– Probablemente era un cristianismo demasiado signado por un rígido moralismo. Luego se produjo una rebelión radical, como radical es el carácter de los holandeses. No son capaces de creer sólo «un poco» en algo. O una cosa la otra. Se han convertido en lo opuesto de lo que eran.

– Sin embargo, en el seminario de Haarlem hay hoy 45 estudiantes, y algunos centenares de adultos piden anualmente el bautismo. En Amsterdam he encontrado a las religiosas de la Madre Teresa en adoración frente al Crucifijo. Pocos, pero fuertes, los católicos aquí…
– Es verdad. Es cierto que en una situación como ésta la sal está obligada, por así decir, a ser más salada…

– ¿Qué intenta decir, en las Misas de Navidad, a los fieles?
– Que quizás han olvidado el hecho cristiano, lo que es en esencia: Dios se ha hecho hombre, ha venido al mundo en la pobreza, humilde y frágil como un niño recién nacido, por amor a nosotros.

– Sabe, Eminencia, que hace poco en la provincia vecina a ésta, en Drunen, he visto a un centenar de niños salir de la iglesia católica donde había habido una función de Navidad?
– Debe ser ese joven sacerdote que ha llegado hace poco, quien se dedica a hacer…

La historia que vuelve a comenzar otra vez. Para recomenzar, basta la presencia de un cristiano.

http://www.eltestigofiel.org/informacion/noticias.php?idn=6402

Los rabinos prohíben la ornamentación navideña

Los rabinos prohíben la ornamentación navideña


Los negocios israelíes que desobedezcan sufrirán graves pérdidas económicas

Un Papá Noel intenta saludar a soldados israelíes en un puesto de control en Jerusalén Este.

EUGENIO GARCÍA GASCÓN – CORRESPONSAL – 24/12/2009 19:00

El Gran Rabinato de Israel ha publicado una «recomendación» tras la que se esconde una amenaza que insta a los lugares públicos del país a no exhibir ningún tipo de ornamentación navideña durante estas fechas para no herir la sensibilidad de los judíos.

El Gran Rabinato señala que los lugares que violen esta norma perderán el certificado kashrut que los rabinos extienden periódicamente a hoteles y restaurantes que observan las exigencias alimenticias de la religión judía.

Un grupo prepara una lista de locales con símbolos cristianos para boicotearlos

Esto supondría cuantiosas pérdidas económicas para tales establecimientos, puesto que sin el certificado kashrut se quedarían sin una parte importante de su clientela.

El diario Yediot Ahronot informó de que la noticia ha suscitado preocupación entre un número de congresistas cristianos de Estados Unidos, que se han interesado por la cuestión en la embajada de Israel en Washington. El mismo periódico señala que la decisión también «ha creado una nueva tensión» entre Israel y el Vaticano.

Ante estas críticas, el ministerio de Asuntos Exteriores de Israel se ha dirigido al Gran Rabinato para pedirle explicaciones. Su director general, Oded Winer, ha confirmado que «en los hoteles se pueden hacer celebraciones del año nuevo sin que ello afecte a la kashrut, (pero sólo) si se hacen en salas cerradas. En los lugares públicos hay que evitar en todo lo posible símbolos que pueden afectar a la gente de otras religiones».

Varios congresistas de EEUU han pedido explicaciones a la embajada de Israel

«Gente de otras religiones» es un eufemismo que usa el Gran Rabinato para referirse en este caso a los judíos, puesto que en todas las ciudades musulmanas, incluido el sector ocupado de Jerusalén, son numerosos los lugares públicos donde se exhiben ornamentaciones navideñas. Incluso en la franja de Gaza, donde el Gobierno fundamentalista de Hamas es bastante riguroso, los hoteles y restaurantes exhiben decoraciones navideñas desde hace varios días, como suele ocurrir cada año.

«Del examen que hemos hecho de los documentos del Gran Rabinato, se deduce que los lugares públicos deben abstenerse de exhibir símbolos cristianos», ha confirmado Oded Winer.

Cada vez menos Santa Claus
Los símbolos más comunes durante estas fechas, como los muñecos de Papá Noel o los árboles de Navidad, son cada vez menos frecuentes en Israel. Cada año el Gran Rabinato renueva sus amenazas, no sólo contra la Navidad, sino también contra la noche de fin de año, que el Gran Rabinato considera como la festividad cristiana de San Silvestre.

Un grupo denominado Lobby por los Valores Judíos ha lanzado recientemente una campaña contra los establecimientos que ostentan adornos navideños. «Estamos considerando publicar los nombres de los negocios que exhiben símbolos cristianos durante las fiestas cristianas para que sean boicoteados», ha dicho Ofer Cohen, presidente del Lobby por los Valores Judío

Navidad – Este niño …” Lucas 2:33

Navidad –

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“Este niño está destinado a causar la caída y el levantamiento de muchos, y a crear mucha oposición, a fin de que se manifiesten las intenciones de muchos corazones” Lucas 2: 33

Faltan poquito para que todo el pueblo cristiano celebre el nacimiento de Emmanuel, Dios con nosotros, Jesucristo se hizo hombre para morir como tal y traernos salvación, por eso es una ocasión de gran conmemoración.

Al hacer memoria sobre mis navidades pasadas, mi corazón se conmueve agradecido, porque no son los regalos que recibí lo más importante en mi memoria, ni siquiera la mesa adornada de mamá, el recuerdo más trascendental, Sino los himnos y villancicos que cantábamos con mis hermanos alrededor de la mesa, las oraciones de amor dando gracias por el Salvador o la celebración en la Iglesia con el coro y el compartir con nuestra familia espiritual lo que más amo y recuerdo con mucha gratitud.

Hoy seguimos participando con la Iglesia en la que pastoreamos, estos lindos tiempos de amor, pero como ya no soy una niña estoy más dispuesta a reconocer cuántos creyentes se sienten con expectativa de celebrar a Cristo, ellos, están con el ánimo levantado, la sonrisa de paz y gozo por el Salvador, pero también hay otros que están caídos, quizá no tengan todo lo que esperaban: el pavo de 10 kilos, el panetón más caro o los regalos soñados, entonces una vez más se cumple la Palabra, este niño esta destinado a causar la caída de algunos pero el levantamiento de otros.

Cristo Jesús vino para levantar a aquellos que creen en él, pero es una piedra de tropiezo para los que se olvidan de creer en Dios y piensan sólo en ellos y sus deseos personales.

La Navidad puede ser tropiezo no sólo a los incrédulos, también acarrea infelicidad a los creyentes que olvidan el verdadero sentido espiritual de esta fiesta y cayendo en el río caudaloso del mundo, se dejan llevar mareados por el alboroto de mirar y desear todo lo regio, olvidándose de lo primero que el Señor nos enseñó: dar.

Las deudas apresuradas ocurren en estas fechas porque algunos presionados creen que son necesarias para “pasar una buena navidadâ€, no son más que malas intenciones, que nos llevan aún teniéndolo todo, a la insatisfacción y hasta depresión.

¿Qué es entonces una buena navidad? Es gozarte en Cristo, en su nacimiento, el niño Jesús no ha venido a traer tu desplome, él ha venido a levantarte y darte vida.

Piensa en la gran venida al mundo del Dios hecho Hombre, piensa en el amor que tuvo y tiene por nosotros para dejar la Gloria y venir a darnos perdón y vida.

Si meditas en su Gracia Incalculable dejarás de pensar en ti mismo, en tus compras, en tus afanes, tus anhelos, empezarás a pensar más en ser agradecido, comenzando con el Señor que te salvó, y seguirás dando amor a la Iglesia que te edifica, a tu familia que necesita tener paz y no regalos en cantidad.

Esta fiesta se debe celebrar primero con humildad y verdadera gratitud, luego debes pensar en los demás para darles palabras de aliento y el evangelio de salvación, debes pensar en bendecir a la Iglesia donde te congregas y no esperar que ella te agasaje a ti. No lo olvides es el Nacimiento de Jesús el que celebramos, no la oportunidad para tener lo que el mundo exige como valioso

¿Han visto tus ojos la salvación? Eso es suficiente para dar gracias. Feliz Navidad.

Martha Bardales, http://devocionalescristianos.org

Reflexiones Cristianas – La Palabra Navidad

Un profesor de psicología le dio a sus estudiantes un examen de asociación de palabras.

Les dijo que escribieran lo primero que les viniera a la mente tan pronto como él dijera cada palabra. Por ejemplo, si decía «conversación», podían escribir «teléfono» o «diálogo».

Una de las palabras de ese día causó diversas reacciones y asociaciones sumamente interesantes. La palabra era «Navidad».

Estas fueron algunas de las palabras que asociaron con la Navidad: cohetes, fiesta, lechón asado, baile, licor, regalos, árbol y luces. Entre todas las asociaciones no hubo ninguna referencia a Jesucristo, ni siquiera a su nacimiento.

La verdad es que muy poco de lo que hacemos hoy día se asocia con lo espiritual. Muy pocas de nuestras actividades tienen alguna relación con lo divino.

Muy pocos de nuestros pensamientos abordan lo religioso.

Hablamos con vehemencia en contra del materialismo.

Nos sorprendemos cuando alguien afirma que es ateo.

Nos enojamos cuando alguna persona ridiculiza las cosas religiosas. Sin embargo, guardamos muy poca relación con lo espiritual. Claro que de cuando en cuando vamos a la iglesia, quizás una vez al mes o hasta una vez a la semana. Pero muchas veces lo hacemos para salir de una exigencia social.

Desde luego que buscamos a Dios en los momentos de tragedia, pero esto también viene a ser un acto de último recurso, cuando no nos queda otra esperanza en la vida. Mientras tenemos buena salud y disfrutamos de popularidad, mientras nuestros amigos nos acogen y todo nos va bien, no buscamos seriamente a Dios.

Así que aquellas asociaciones con la palabra «Navidad» revelan algo que se expresa en todas las facetas de nuestra vida.

Si aquel profesor les hubiera dicho la palabra que pusimos como ejemplo, «conversación», habría escogido una de las palabras que más debiéramos asociar con la Navidad. Porque a los ojos de Dios, lejos de representar cohetes, fiestas, lechón asado, baile, licor, regalos, árbol y luces, la Navidad fue el principio de un nuevo diálogo que entabló Él con nosotros.

Esa primera Nochebuena, Dios el Padre, mediante el nacimiento de su Hijo Jesucristo, reparó la línea de comunicación con nosotros que se había cortado a fin de que pudiéramos restablecer con Él la comunión que habíamos perdido. De modo que ahora todos podemos tener comunión íntima y constante con Dios.

Él está esperando que respondamos a la llamada celestial que nos hizo por medio de su Hijo. Pues es mediante esa conversación que restablecemos la conexión y mostramos que comprendemos el verdadero sentido de la Navidad.

Carlos Rey.
Fuente:conciencia.net

Este día es una oportunidad para reflexionar sobre el más grande amor demostrado hacia la humanidad. El amor eterno de Dios.

“De tal manera amó Dios a este mundo, que envió a su único Hijo, Jesucristo, para que todo aquel que en él crea no se pierda, más tenga vida eterna” Juan 3:16.


En general, la Navidad toma la encarnación del Verbo de Dios en la parte más descomprometida e infantil. Es un niño quien ha nacido. Y un niño no dice cosas serias. Este Niño Dios no ha dicho todavía “Sed perfectos”, ni “sepulcros blanqueados”, ni “vende tus bienes y sígueme” ni “Yo soy la Verdad y la Luz”. Todavía está callado este niño. Y nos aprovechamos de su silencio para comprarle el Amor barato, a precio de villancicos y panderetas.

En el día de la Encarnación todos vuelven la vista hacia Belén, como en día de sol radiante se refugian todos a la sombra del alero. Los más complicados Góngoras hacen versillos de claveles y auroras, con melodía pastoril. Los más escolásticos y abstractos Calderones, escriben para la fiesta diálogos de Mengas y Pascuales. San Juan de la Cruz, que ha volcado hasta los umbrales del divino desposorio, en una Nochebuena sale de su celda como un loquillo de atar, meciendo al Niño en sus brazos, bailando y cantando una cancioncilla de amores aldeanos:

“Si amores me han de matar ¡agora tienen lugar!»

En esa Nochebuena no intuimos el tremendo compromiso que adquirimos los humanos. Como es un Niño el que nos ha nacido, no percibimos la Ley y el Compromiso serio, que nos trae debajo de su débil brazo. En torno a un niño todo parece ser cosa de juego y de algarabía. ¿También con el Niño Dios?

No; no puede ser la Navidad subterfugio y evasiva de la Encarnación. No es la fiesta de un derretimiento pueril y pasajero. Es la fiesta de un exigente amor varonil y total.

Vienen ya de camino Magos de Oriente que le van a quitar al portal todo el aspecto de fiesta de familia. Los magos no son ya pastores con cantarcillos, con requesón, manteca y vino. Son sabios y poderosos y científicos y extranjeros que vienen aleccionados por la astronomía. No vienen a pactar una noche de tregua de trinchera a trinchera: vienen a exigir las últimas consecuencias de la Paz prometida a todos los hombres. Vienen a hacer de Belén, la aldea de la Encarnación, la primera ciudad plenamente internacional del planeta. Vienen a ver si realmente ha nacido un rey que traiga la verdadera paz, la justicia auténtica y el amor sin componendas.

¿Hemos entendido esto del todo?…¿A qué nos compromete la Encarnación del Hijo de Dios? ¿Qué nos quiere decir a nosotros hoy la Encarnación?

  • ¿Entenderemos todos lo que allí, en Belén, se juega? ¿Nació en cada uno de nosotros, ese Niño Dios?Navidad no son las luces de colores, ni las guirnaldas que adornan las puertas y ventanas de las casas, ni las avenidas engalanadas, ni los árboles decorados con cintas y bolas brillantes, ni la pólvora que ilumina y truena.

    Navidad no son los almacenes en oferta. Navidad no son los regalos que demos y recibimos, ni las tarjetas que enviamos a los amigos, ni las fiestas que celebramos. Navidad no son Papá Noel, ni santa Claus, ni los Reyes Magos que traen regalos. Navidad no son las comidas especiales. Navidad no es ni siquiera el pesebre que construimos, ni la novena que rezamos, ni los villancicos que cantamos alegres.

    Navidad es Dios que se hace hombre como nosotros porque nos ama y nos pide un rincón de nuestro corazón para nacer. Por eso, ser hombre es tremendamente importante, pues Dios quiso hacerse hombre. Y hay que llevar nuestra dignidad humana como la llevó el Hijo de Dios Encarnado. Por eso, Navidad es tremendamente exigente porque Dios pide a gritos un hueco limpio en nuestra alma para nacer un año más. ¿Se lo daremos?

    Navidad es una joven virgen que da a luz al Hijo de Dios. Por eso, dar a luz es tremendamente importante a la luz de la Encarnación, porque Dios quiso que una mujer del género humano le diese a luz en una gruta de Belén. Tener un hijo es tremendamente comprometedor, pues Jesús fue dado a luz por María. No es lo mismo tener o tener un hijo; no es lo mismo querer tenerlo o no tenerlo. Navidad invita al don de la vida, no a impedir la vida.

    Navidad es un niño pequeño recostado en un pesebre. Por eso es tan tremendamente importante ser niño, y niño inocente, al que debemos educar, cuidar, tener cariño, darle buen ejemplo, alimentarle en el cuerpo y en el almacomo hizo María. Y no explotar al niño, y no escandalizar a los niños, y no abofetear a los niños, y no insultar a los niños.

    Navidad son ángeles que cantan y traen la paz de los cielos a la tierra. Por eso, es tremendamente importante hacer caso a los ángeles, no jugar con ellos a supersticiones y malabarismos mágicos, sino encomendarles nuestra vida para que nos ayuden en el camino hacia el cielo y hacerles caso a sus inspiraciones. Por eso es tremendamente importante ser constructores de paz y no fautores de guerras.

    Navidad son pastores que se acercan desde su humildad, limpieza y sencillez. Por eso, es tremendamente importante que no hagamos discriminaciones a nadie, y que si tenemos que dar preferencia a alguien que sean a los pobres, humildes, ignorantes. Quien se toma en serio la Encarnación del Hijo de Dios tiene que dar cabida en su corazón a los más desvalidos de la sociedad, pues de ellos es el Reino de los cielos.

    Navidad es esa estrella en mi camino que luce y me invita a seguirla, aunque tenga que caminar por desiertos polvorientos, por caminos de dudas cuando desaparece esa estrella. La Encarnación me compromete tremendamente a hacer caso a todos esos signos que Dios me envía para que me encamine hacia Belén, siguiendo el claroscuro de la fe.

    Navidad es anticipo de la cena del Señor, porque allí, en Belén, hay sacrificio y ¡cuán costoso!, y banquete de luz y virtudes, y ¡cuán surtidas las virtudes de Jesús que nos sirve desde el pesebre: humildad, obediencia, pureza, silencio, pobreza; y las de María: pureza, fe, generosidady las de José: fe, confianza y silencio!, y Belén es, finalmente, presencia que consuela, que anima y que sonríe. Belén es Eucaristía anticipada y en germen. Belén es tierra del pan y ese pan tierno de Jesús necesitaba cocerse durante esos años de vida oculta y pública, hasta llegar al horno del Cenáculo y Calvario. Y hasta nosotros llega ese pan de Belén en cada misa. Y lo estamos celebrando en este año dedicado a la Eucaristía.

    Navidad es ternura, bondad, sencillez, humildad. Por eso, meterse en Belén es tremendamente comprometedor, pues Dios Encarnado sólo bendice y sonríe al humilde y sencillo de corazón.

    Navidad es una luz en medio de la oscuridad. Por eso, la Encarnación es misterio tremendo que nos ciega por tanta luz y disipa toda nuestras zonas oscuras. Meterse en el portal de Belén es comprometerse a dejarse iluminar por esa luz tremenda y purificadora.

    Navidad es esperanza para los que no tienen esperanza. Por eso, la Encarnación es misterio tremendo que nos lanza a la esperanza en ese Dios Encarnado que nos viene a dar el sentido último de nuestra vida humana.

    Navidad es entrega, don, generosidad. Dios Padre nos da a su Hijo. Podemos pensar en el dolor de María, quien nos ofreció en cierta forma, a su hijo Jesús,el Hijo de Dios. Por eso, quien medita en la Encarnación no puede tener actitudes tacañas.

    Navidad es alegría para los tristes, es fe para los que tienen miedo de creer, es solidaridad con los pobres y débiles, es reconciliación, es misericordia y perdón, es amor para todos. ¿Entendemos el tremendo compromiso, si entramos en Belén?

    Ya desde el pesebre pende la cruz. Es más, el pesebre de Belén y la cruz del Calvario están íntimamente relacionados, profundamente unidos entre sí. El pesebre anuncia la cruz y la cruz es resultado y producto, fruto y consecuencia del pesebre. Jesús nace en el pesebre de Belén para morir en la cruz del Calvario. El niño débil e indefenso del pesebre de Belén, es el hombre débil e indefenso que muere clavado en la cruz.

    El niño que nace en el pesebre de Belén, en medio de la más absoluta pobreza, en el silencio y la soledad del campo, en la humildad de un sitio destinado para los animales, es el hombre que muere crucificado como un blasfemo, como un criminal, en la cruz destinada para los esclavos, acompañado por dos malhechores.

    En su nacimiento, Jesús acepta de una vez y para siempre la voluntad de Dios, y en el Calvario consuma y realiza plenamente ese proyecto del Padre.

    ¡Qué unidos están Belén y Calvario!

    El pesebre es humildad; la cruz es humillación. El pesebre es pobreza; la cruz es desprendimiento de todo, vaciamiento de sí mismo. El pesebre es aceptación de la voluntad del Padre; la cruz es abandono en las manos del Padre. El pesebre es silencio y soledad; la cruz es silencio de Dios, soledad interior, abandono de los amigos. El pesebre es fragilidad, pequeñez, desamparo; la cruz es sacrificio, don de sí mismo, entrega, dolor y sufrimiento.

    Ahora sí hemos vislumbrado un poco más el misterio de Belén, el misterio de la Navidad, el misterio de este Dios Encarnado.

    ¿Castañuelas, panderetas y zambombas? ¡Bien! Pero no olvidemos el compromiso serio de este Dios Encarnadopues en cuanto comience a hablar nos va a pedir: “Niégate a ti mismo, toma tu cruz y sígueme”. Entonces nos darán ganas de tirar a una esquina la pandereta, las castañuelas y comenzar a escuchar a ese Dios Encarnado que por amor a nosotros toma la iniciativa de venir a este mundo, para enseñarnos el camino del bien, del amor, de la paz y de la verdadera justicia.

    Catholic.net

    Una de las críticas que se levanta contra la validez histórica de Jesús, Su crucifixión, y resurrección, es que posteriormente a la época de Jesús, la leyenda, de alguna forma, se infiltró en las historias acerca de Él y corrompieron los registros verdaderos de Su vida. Si esto es así, y si podemos encontrar información más temprana relacionada a los eventos fundamentales de la crucifixión de Cristo, entonces, menos probable serían el error y la leyenda evitando su filtración dentro de la historia y haciendo estos eventos más creíbles.
    1ª Corintios 15:3-5 es considerada por muchos eruditos como un credo extremadamente reciente de la iglesia Cristiana primitiva. Un credo es una declaración de creencia y en éste, vemos que el apóstol Pablo dice que él ha recibido esta información:
    “Por que yo les entregué a ustedes primeramente lo que yo también recibí, de que Cristo murió por nuestros pecados de acuerdo a las Escrituras,4 y de que Él fue enterrado, y de que Él fue levantado al tercer día de acuerdo a las Escrituras, 5y de que se le apareció a Cefas, después a los doce.” (1ª Corintios 15:3-5, NASB).
    Si la Crucifixión fue en el año 30 D.C., la conversión de Pablo fue tan temprana como en el 34 D.C.,  y su primera reunión en Jerusalén fue alrededor del año 37 D.C. Podemos ver entonces que el tiempo entre el evento de la crucifixión de Cristo y el de Pablo recibiendo la información acerca de la muerte, sepultura y resurrección de Cristo (en Jerusalén) sería dentro de un período de siete años (de cinco si usamos las fechas más tempranas). Este es un período muy corto de tiempo y no es lo suficientemente largo como para que una leyenda se filtrara y corrompiera la historia. Esto es especialmente importante debido a que los apóstoles estaban vivos, hablaron con Pablo y fueron ellos los testigos oculares de la muerte, sepultura y posteriores apariciones de Cristo resucitado. Pablo mismo había visto al Señor Jesús antes de Su muerte y después de Su resurrección (Hechos 9). El registro de Pablo coincide con el registro de los otros Apóstoles siendo escrito por Pablo en 1ª Corintios 15 alrededor del año 54.
    Así que debido a que 1ª Corintios fue escrita temprano—como en el año 54 D.C. —esto significaría que desde el evento (muerte, sepultura y resurrección de Cristo) hasta el momento de ser escrito, paso un período de tiempo muy corto: 24 años. Recuerde además que para la época había muchos Cristianos alrededor que pudieron haber corregido los escritos de Pablo si él hubiera estado en un error. Pero no tenemos registro de nadie que haya hecho algún tipo de corrección o retos en cuanto a la muerte, sepultura y resurrección de Cristo: ni de Romanos, Judíos u otros Cristianos.
    Debemos anotar aquí que algunos críticos de la Biblia claman que no existe evidencia extra bíblica de la existencia de Cristo (lo cual no es verdad), y que por lo tanto, Él no existió. Pero la espada corta en ambos sentidos. Si ellos pueden decir que los eventos de Jesús no son reales debido a que no existe evidencia extra bíblica que los mencione, entonces podemos también decir que como no existen registros extra bíblicos refutando la muerte, sepultura y resurrección de Cristo, entonces, estos eventos tienen que ser verdaderos. En otras palabras: la falta de escritos extra bíblicos no prueba de que Cristo no vivió y claro está, que tampoco murió. Aún más, Pablo corrobora los registros de los evangelios (Él escribió antes que los evangelios fueran escritos) y verificó muchas cosas:
    Jesús nació como Judío (Gálatas 4:4), Jesús fue traicionado (1ª Corintios 11:23) y Jesús fue crucificado (Gálatas 3:1; 1ª Corintios 2:2; Filipenses 2:8), Jesús fue sepultado y levantado nuevamente (1ª Corintios 15:4; Romanos 6:4).
    Pablo, obviamente consideró a Jesús como una figura histórica no como una leyenda o un mito. Pablo fue además, un hombre de gran integridad el cual sufrió mucho por su fe. Él no era la clase de persona que simplemente creía en historias o leyendas. Él era después de todo, un Judío devoto (un Fariseo) y un gran perseguidor de la Iglesia. Algo muy profundo tuvo que haberle sucedido para que cambiara su posición, abandonando la fe y tradición Judía, para sufrir posteriormente persecuciones, palizas, prisiones, etc. El acontecimiento que más probablemente encaja en todo esto es el de que Jesús murió, fue sepultado y se levantó de entre la muerte y se le apareció a Pablo exactamente de la forma como Lucas lo describe en Hechos 9. [39]
  • Una de las críticas que se levanta contra la validez histórica de Jesús, Su crucifixión, y resurrección, es que posteriormente a la época de Jesús, la leyenda, de alguna forma, se infiltró en las historias acerca de Él y corrompieron los registros verdaderos de Su vida. Si esto es así, y si podemos encontrar información más temprana relacionada a los eventos fundamentales de la crucifixión de Cristo, entonces, menos probable serían el error y la leyenda evitando su filtración dentro de la historia y haciendo estos eventos más creíbles.1ª Corintios 15:3-5 es considerada por muchos eruditos como un credo extremadamente reciente de la iglesia Cristiana primitiva. Un credo es una declaración de creencia y en éste, vemos que el apóstol Pablo dice que él ha recibido esta información:“Por que yo les entregué a ustedes primeramente lo que yo también recibí, de que Cristo murió por nuestros pecados de acuerdo a las Escrituras,4 y de que Él fue enterrado, y de que Él fue levantado al tercer día de acuerdo a las Escrituras, 5y de que se le apareció a Cefas, después a los doce.” (1ª Corintios 15:3-5, NASB).
    Si la Crucifixión fue en el año 30 D.C., la conversión de Pablo fue tan temprana como en el 34 D.C.,  y su primera reunión en Jerusalén fue alrededor del año 37 D.C. Podemos ver entonces que el tiempo entre el evento de la crucifixión de Cristo y el de Pablo recibiendo la información acerca de la muerte, sepultura y resurrección de Cristo (en Jerusalén) sería dentro de un período de siete años (de cinco si usamos las fechas más tempranas). Este es un período muy corto de tiempo y no es lo suficientemente largo como para que una leyenda se filtrara y corrompiera la historia. Esto es especialmente importante debido a que los apóstoles estaban vivos, hablaron con Pablo y fueron ellos los testigos oculares de la muerte, sepultura y posteriores apariciones de Cristo resucitado. Pablo mismo había visto al Señor Jesús antes de Su muerte y después de Su resurrección (Hechos 9). El registro de Pablo coincide con el registro de los otros Apóstoles siendo escrito por Pablo en 1ª Corintios 15 alrededor del año 54.
    Así que debido a que 1ª Corintios fue escrita temprano—como en el año 54 D.C. —esto significaría que desde el evento (muerte, sepultura y resurrección de Cristo) hasta el momento de ser escrito, paso un período de tiempo muy corto: 24 años. Recuerde además que para la época había muchos Cristianos alrededor que pudieron haber corregido los escritos de Pablo si él hubiera estado en un error. Pero no tenemos registro de nadie que haya hecho algún tipo de corrección o retos en cuanto a la muerte, sepultura y resurrección de Cristo: ni de Romanos, Judíos u otros Cristianos.
    Debemos anotar aquí que algunos críticos de la Biblia claman que no existe evidencia extra bíblica de la existencia de Cristo (lo cual no es verdad), y que por lo tanto, Él no existió. Pero la espada corta en ambos sentidos. Si ellos pueden decir que los eventos de Jesús no son reales debido a que no existe evidencia extra bíblica que los mencione, entonces podemos también decir que como no existen registros extra bíblicos refutando la muerte, sepultura y resurrección de Cristo, entonces, estos eventos tienen que ser verdaderos. En otras palabras: la falta de escritos extra bíblicos no prueba de que Cristo no vivió y claro está, que tampoco murió. Aún más, Pablo corrobora los registros de los evangelios (Él escribió antes que los evangelios fueran escritos) y verificó muchas cosas:
    Jesús nació como Judío (Gálatas 4:4), Jesús fue traicionado (1ª Corintios 11:23) y Jesús fue crucificado (Gálatas 3:1; 1ª Corintios 2:2; Filipenses 2:8), Jesús fue sepultado y levantado nuevamente (1ª Corintios 15:4; Romanos 6:4).
    Pablo, obviamente consideró a Jesús como una figura histórica no como una leyenda o un mito. Pablo fue además, un hombre de gran integridad el cual sufrió mucho por su fe. Él no era la clase de persona que simplemente creía en historias o leyendas. Él era después de todo, un Judío devoto (un Fariseo) y un gran perseguidor de la Iglesia. Algo muy profundo tuvo que haberle sucedido para que cambiara su posición, abandonando la fe y tradición Judía, para sufrir posteriormente persecuciones, palizas, prisiones, etc. El acontecimiento que más probablemente encaja en todo esto es el de que Jesús murió, fue sepultado y se levantó de entre la muerte y se le apareció a Pablo exactamente de la forma como Lucas lo describe en Hechos 9.
  • Fuente:
  • http://www.miapic.com/1-Corintios-15-3-4-un-credo-temprano
  • El Árbol de Navidad.

    María… dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón. Lucas 2:7.

    He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Apocalipsis 3:20.

    El Árbol de Navidad

    Desde hace varios años, en Navidad se «planta» un abeto de cerca de veinte metros de altura en la esquina de la plaza Kléber en Estrasburgo (Francia). Ese árbol causa la admiración de numerosos transeúntes.

    Sin embargo, por más hermoso que sea, presenta una diferencia fundamental con todos sus semejantes que pueblan los bosques de los alrededores. En efecto, este abeto no tiene raíces. Sencillamente fue cortado y «plantado» en medio de los adoquines. Durante unos días, dará la impresión de estar vivo.

    Muchas personas se parecen a este árbol: Tienen una apariencia de vida religiosa. Con una sólida cultura cristiana frecuentan oficios y participan de obras caritativas, pero sin tener una verdadera relación con Dios.

    Después de las fiestas se quitará el árbol y el hueco será nuevamente tapado. Pero, ¿qué se hará con el majestuoso árbol de Navidad? ¡Se convertirá en leña para calefacción o en algunas tablas! Los demás abetos, en cambio, seguirán creciendo y viviendo.

    Si nuestra fe se resume en pertenecer a una religión, somos como ese árbol. Nuestra vida cristiana sólo es apariencia. Quizá fuimos bautizados o casados en una iglesia. Dicho de otro modo, somos cristianos de circunstancia. Pero si conocemos a Cristo como nuestro Salvador personal, nuestra vida espiritual está enraizada en él. ¿Tenemos esta relación viva con Dios?

    Razones para celebrar la Navidad

    A mucha gente el pensar en Navidad le produce fatiga. No es el aspecto religioso el que causa el cansancio, sino los rituales que lo rodean y que giran en el vacío: las tiendas decoradas en exceso, las compras obligatorias, las luces, los “Santas”, los arbolitos y los villancicos, que comienzan a resonar en nuestros centros comerciales ya a comienzos de noviembre.

    Así pues, nos preguntamos: ¿Qué tiene que ver todo esto, o parte de ello, con el nacimiento de Jesús? ¿No se ha convertido el Adviento, que se supone es un tiempo de preparación para la Fiesta, una mala experiencia agotadora que nos lleva al día de Navidad, saturados ya de todo lo que se suponía íbamos a realizar? ¿Acaso no honraríamos más a Jesús si, en vez de derrochar el dinero en cosas y alimentos típicos de Navidad, lo gastáramos en favor de los pobres? ¿Acaso no son útiles nuestras celebraciones navideñas para eliminar nuestra conciencia sobre el nacimiento de Jesús, más que para resaltarla? Preguntas inquietantes y válidas.

    Admitamos que nuestras celebraciones navideñas comienzan realmente demasiado pronto, funcionan demasiado comercialmente, se fijan demasiado poco en algo religioso y no toman en cuenta suficientemente a los pobres. Con demasiada frecuencia también sirven para anular la conciencia religiosa, más que para fomentarla o destacarla. Y de esta forma es fácil ser cínicos sobre la Navidad, ya que ella engloba demasiados excesos.

    Sin embargo, concedido esto, tenemos que tener cuidado de no tirar al niño junto con el agua del baño –y esto es más que un juego de palabras, en este caso. Porque algo se haga mal, no quiere decir que se tenga que cancelar. Lo que se requiere, creo yo, no es la eliminación del oropel, las luces, los actos sociales, las fiestas, la comida y la bebida que ambientan la Navidad, sino un mejor uso de todo ello. Hay efectivamente buenas razones para suprimir los rituales con los que ambientamos la Navidad, pero hay razones todavía mejores y más potentes para conservarlos.

    ¿Qué razones aducimos? ¿Que por qué continuar con tantos rituales, cuando, casi invariablemente, degeneran en exceso y fatiga? Porque tenemos una necesidad congénita de celebrar, pura y sencilla. Como seres humanos tenemos una sana necesidad, genéticamente-codificada, que es verdadero don de Dios; la necesidad, algunas veces, de programar fiestas, de tener carnavales, de celebrar un elaborado Sábado, de aparcar nuestra prudencia durante unas horas y vivir la vida como si no hubiera ninguna razón para ser tacaños o para mostrar frialdad a nuestros vecinos. Navidad es Sábado (día de descanso y regocijo), el supremo SÁBADO.

    Hay momentos y épocas en la vida, y éstas debieran ser regulares y cíclicas, que se reservan precisamente para el goce y el disfrute, para la familia, para los amigos, para el color, para el oropel, y para exquisita comida y suave bebida. Incluso hay que aceptar también, de vez en cuando, un momento para el relajo, para algún exceso prudente. Jesús aprobó y articuló esto cuando sus discípulos se escandalizaron por el exceso de una mujer que besó sus pies y los ungió con perfume.

    Todas las culturas, aun las que son pobres económicamente, organizan fiestas en las que, explícita o implícitamente, toman en serio las palabras de Jesús: A los pobres los tendréis siempre con vosotros, pero hoy es día para celebrar. Navidad es precisamente ese tiempo, destinado para la fiesta.

    John Shea, en su libro sobre Navidad, “Starlight” -Luz de la Estrella-, ahora clásico ya, nos cuenta la historia de una familia que un año decidió celebrar una Navidad “alternativa”. No plantaron el arbolito, ni colgaron ninguna  bombillita, ni escucharon ni cantaron villancicos y ni siquiera intercambiaron regalos. Se reunieron para una sencilla, tranquila comida el día de Navidad, y eso fue todo. Cuando los amigos les preguntaron cómo les había ido, un miembro de la familia replicó que “bueno, fue agradable”. Otro miembro, hablando quizás con más sinceridad, afirmó que la celebración había sido “un abismo existencial”.

    Sentimos dentro de nosotros mismos una presión, recibida de Dios, que nos empuja a celebrar, e infunde en nosotros una percepción incontenible de que no estamos destinados a la pobreza, a la tristeza y a relaciones con los demás escrupulosamente medidas, sino que en el fondo estamos destinados a la fiesta, a la danza, al lugar de luces y música y al lugar donde no contemos tacañamente nuestros centavos, ni modelemos nuestros corazones basados en que tenemos que sobrevivir y pagar las hipotecas. Con la ayuda de la celebración de la fiesta ( … ) , aprendemos eso.

    http://antenamisionera.wordpress.com/2009/12/23/razones-para-celebrar-la-navidad/

    ¿Cómo comenzó la primera navidad? Estrella de belén

    Reflexiones – ¿Cómo comenzó la primera navidad? Estrella de Belén

    Diciembre 22, 2009
    Reflexiones Cristianas

    Uno podría pensar que si el nacimiento de alguien debiera haber quedado registrado, sin duda sería el nacimiento de nuestro Salvador. Sin embargo, la verdad es que no es asi.

    Los evangelios no registran la fecha exacta del nacimiento de nuestro Señor.

    La razón probable, por qué los evangelios no lo registran es que el enfoque de los evangelios es el misterio de la redención-pasión, muerte y resurrección de Cristo. Probablemente, por eso es que el evangelio de San Marcos no incluye la historia del nacimiento, sino que comienza con el bautismo del Señor en el río Jordán. La fecha de la muerte y resurrección si está más registrado por el evento de la pascua judía.

    La pregunta que muchos se harían hoy, sería: Entonces donde y cómo comenzó esta festividad.

    Antes de la legalización del cristianismo por el Emperador Constantino en el año 313, ninguna fecha universal de celebración de navidad está registrada.

    Los padres de la Iglesia Primitiva como Origenes en el 255, Ireneo en el 202 y Tertuliano en el 220, no incluyeron la navidad en la lista de fiestas y celebraciones de la iglesia.

    Los paganos Romanos acostumbraron reunirse en la colina donde actualmente esta el Vaticano para conmemorar el «Nacimiento del sol no conquistado», esta fiesta la celebraban en todo el imperio del día 25 de Diciembre hasta el 6 de Enero.

    Los cristianos de esa época, ante el auge de esa fiesta que tomaba fuerza, decidieron contrarrestar tal actividad celebrando ellos el nacimiento de Jesús y a partir del año 200 los cristianos comenzaron a celebrar como una forma de contrarrestar tal paganismo, el honrar a Jesús con el titulo de «Sol de Justicia».

    Muchos podrían objetar, que en ese caso es mejor no celebrar nada. Sin embargo, porque no rescatar la oportunidad de exaltar al Rey de reyes.

    Lo triste hoy, es ver como la mayoría de la gente ha convertido la festividad que comenzó en los cristianos del año 200, en una fiesta otra vez llena de paganismo y humanismo. Pero, la Iglesia sigue llamada a exaltar en este tiempo y durante todo el tiempo, la persona del Señor Jesús, como el único redentor de la humanidad.

    Jesús, quiere hoy reinar en tu corazón. Dale el primer lugar en tu vida y veras un cambio radical en tu existencia.

    En la misma región había pastores que estaban en el campo, cuidando sus rebaños durante las vigilias de la noche.Y un ángel del Señor se les presentó, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor, y tuvieron gran temor. Mas el ángel les dijo: No temáis, porque he aquí, os traigo buenas nuevas de gran gozo que serán para todo el pueblo;porque os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor.Y esto os servirá de señal: hallaréis a un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.
    (Lucas 2:8-12)

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    http://www.renuevodeplenitud.com/reflexiones-como-comenzo-la-primera-navidad.html

    Esencia de la Navidad

    Se nos dice que la Navidad es una “época de alegría” y un “momento de gozo”.
    Pero, en tanto la Navidad se acerca, ¿no experimentas a veces cosas muy lejos de alegría y gozo?
    ¿Te encuentras hundido y tus días llenos de cosas por hacer?

    Descarga esta diapositiva aquí:  Esencia de la Navidad

    Power Point – El Principe de Paz

    La Luz miró hacia abajo y contempló las Tinieblas.
    —Allí iré —dijo.
    La Paz miró hacia abajo y contempló la Guerra.
    —Allí iré —dijo.
    El Amor miró hacia abajo y contempló el Odio.
    —Allí iré —dijo.
    Así, vino la Luz y alumbró.
    Vino la Paz y trajo sosiego.
    Vino el Amor y dio vida.

    Descarga esta diapositiva aquí:  El Príncipe de Paz

    Reflexiones – La estrella de Belén

    El único, que menciona la estrella de Navidad o de Belén, es San Mateo.

    Dice que la estrella precedía a los reyes magos hasta que se paro encima del lugar donde estaba el niño Jesús. Ya en la antigüedad se defendía a la estrella como verdadera.

    El teólogo Orígenes (c. 185-253) decía que estaba próxima a la naturaleza de los cometas. Muchas hipótesis aparecieron para explicar el “milagro de la estrella de Belén”, tratándolo como un fenómeno astronómico real.

    Unas hipótesis apuntan al brillante planeta Venus, pero este planeta ya era conocido en aquellos tiempos, difícilmente pudo ser tomado como algo extraordinario.

    Otros señalan el paso de un cometa, concretamente del Halley, pero éste ya había transitado por nuestro sistema solar el año 11 a.C., bastante antes del nacimiento de Cristo. Los hay también que atribuyen la “estrella” a una supernova (explosión de un sol cuya brillante luz puede verse durante meses, incluso de día), pero no hay registros históricos de esa época al respecto pese a que si lo hay de novas observadas en el 135 a. C. y el 173 d. C.

    La opinión más razonable y aceptada por muchos la propuso el astrónomo Johannes Kepler en 1606.

    Para Kepler, la estrella de los magos no fue otra cosa que la rara triple conjunción de la Tierra con los planetas Júpiter y Saturno. En esta conjunción los planetas se ven como uno solo, los que los hace una luz muy brillante. Los cálculos de Kepler determinaron que la conjunción se dio en el año 7 a. C., lo que resulta compatible con las fechas asignadas al nacimiento de Jesús esbozadas mas arriba.

    Un evento como este se dio en 1940-41 y no se volverá a dar hasta el 2198. Kepler conocía los comentarios que sobre el profeta Daniel había escrito en 1497 Arbabanel, un sabio judío. Según Arbabanel la conjunción de Saturno y Júpiter había tenido lugar cuando el nacimiento de Moisés, y tendría lugar otra vez cuando naciera el Mesías.

    Arbabanel creía que la liberación traída por el Mesías se efectuaría de acuerdo con el versículo (24, 17 Números) de la Biblia que dice “Y de Jacob se levantará una estrella y de Israel surgirá un cetro.”

    La explicación mas común consiste naturalmente en creer que Dios creo una estrella que guiase a los Reyes de Oriente y una vez cumplida su misión desapareciera tan rápida y misteriosamente como había sido creada. Fué un milagro? Por qué no, pero tambien Dios usa muchas veces para sus milagros las causas naturales, y el milagro consiste en que estas se realicen en el momento y lugar justos.

    Sin embargo, lo más importante en ese tiempo no fue la estrella en el firmamento, sino la Estrella de la Mañana, Jesús viniendo a la tierra para dar su vida por tí y por mí.

    ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. Mateo 2:2

    Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella. Mateo 2:7

    Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo. Mateo 2:10

    http://www.renuevodeplenitud.com/reflexiones-la-estrella-de-belen.html

    Origenes de la Navidad

    Osías Segura
    Teólogo costarricense y profesor adjunto en Fuller Theological Seminary en Pasadena, California.

    Osías SeguraOrigenes de la Navidad
    Diciembre 21, 2009 by Osías Segura

    Muchos cristianos creen que la celebración de la navidad es la fecha de mayor importancia cristiana del año, y por tanto, están equivocados. Tal vez, lo será hoy, pero no siempre lo fue así. En la era antes de Constantino (los primeros siglos del cristianismo) no había celebración alguna sobre el nacimiento de Cristo. Así que para aquellos que añoran la iglesia primitiva y sus principios, y aun más aquellos y aquellas que gustan utilizar literalmente la biblia como norma para sus vidas, deberían pensar dos veces antes de celebrar la navidad. En estas líneas, no pretendo presentar una narrativa completa ni compleja del origen de la navidad, ni tampoco una historia concisa de la navidad. Simplemente, quiero mencionar esos aspectos que considero adecuados para presentar mi punto en cuanto a la contextualización. Uds. siéntanse libres con sus comentarios de agregar aquellos elementos que creen que yo pude dejar por fuera por falta de espacio.
    ¿Es tan importante la navidad en el Nuevo Testamento?
    ¡Veamos los evangelios! Solamente dos de los evangelios se refieren al nacimiento de Cristo. Todos los evangelios, sin embargo, presentan dos puntos climaxicos: la muerte, y resurrección de Cristo. Así que podríamos decir que los evangelios son escritos que reflejaban los valores teológicos de comunidades cristianas primitivas. La comunidad de Mateo nos arroja una historia del nacimiento de Cristo con una estrella, los magos del oriente, y la huida a Egipto, pero no hay pastores, ni huestes angelicales. La comunidad de Lucas nos brinda una narrativa mas descriptiva con ángeles, pastores, pero no hay estrella ni magos del oriente. Fuera de estos dos evangelios, solo Pablo presenta un breve comentario en Gálatas (4:4) de Jesús que “nació de una mujer.” Por lo demás, podríamos decir, el Nuevo Testamento da poca atención al nacimiento de Cristo, en comparación con su muerte y resurrección. La celebración del nacimiento de Cristo pareciera no era algo de importancia para la iglesia primitiva.
    Las Escrituras y la fecha exacta del nacimiento de Cristo
    El hecho que el Nuevo Testamento de muy poca atención al nacimiento de Cristo, no significa que la celebración de la navidad no tenga una base bíblica. Permítanme recalcar nuevamente que sí hay que reconocer que el Nuevo Testamento da un mayor énfasis a la muerte y resurrección de Cristo, que a Su nacimiento. Ligado a esto, otro elemento hay que agregar: Los primeros cristianos se preocupaban más por el hecho de la encarnación, que por la exactitud de la fecha del nacimiento de Cristo. Si Cristo nació durante el reinado de Cesar Augusto, entonces nació en algún momento entre el año 44 a.C., y el año 14 d.C. Tal y como podemos notar, no hay exactitud alguna en el año exacto, y según parece tampoco en la fecha exacta, aunque algunos doctos creen que la fecha en diciembre puede ser exacta. ¡Sin embargo, nadie sabe con exactitud!
    Un esfuerzo por determinar fechas fue el calendario que el Papa Juan I quien pidió hacer a un monje llamado Dionisio. El calendario solar occidental (nuestro calendario actual cual es menos exacto que el calendario lunar) dio inicio el primero de enero del 754 de la fundación de la ciudad de Roma. Así el 754 se convirtió en el A.D. 1, o el Año de Nuestro Señor. Según parece Dionisio cometió un error de cuatro años en su cálculo. ¡Nuevamente, no hay exactitud! Pues se cree que el nacimiento de Cristo pudo tomar lugar en un rango entre unos nueve a catorce años antes del A.D. 1.
    Orígenes de la celebración
    Fue hasta los siglos 3 y 4 cuando la iglesia del Este (con sede en Constantinopla) empezó a celebrar la encarnación de Cristo el 6 de enero como el día de la Epifanía (incluida la llegada de los reyes magos). En esta celebración se enfatizaba el bautismo de Jesús, milagros, ministerio, y también Su nacimiento. La iglesia del Oeste (con sede en Roma) no tenía equivalente a la Epifanía y genero la navidad como la celebración del nacimiento de Jesús el 25 de diciembre. La fuente más antigua a referirse a la navidad es el calendario Filocaliano (antes del calendario de Dionisio) que menciona una celebración de la navidad por allí del año 336 d.C.
    ¡El 25 de diciembre y sus raíces paganas!
    ¿Por qué escoger el 25 de diciembre para celebrar el nacimiento de Cristo, si no se sabe con seguridad cuando nació Jesucristo? Puede haber varias razones. Si hay que aclarar que no hay evidencia alguna de que algún obispo Romano, o el mismo Constantino promulgara este cambio. No queda claro cómo se dio el proceso de contextualización. Yo personalmente me inclino a la explicación que el 25 de diciembre tuvo que ver con un aspecto de contextualización. Por ejemplo, cerca del 25 de diciembre existían tres festivales de invierno Romanos. El primero el de Saturnalia, un festival de cosecha, que tendía a celebrarse entre el 17 y el 23 de diciembre. Otra celebración era el Año Nuevo que duraba varios días. Y en medio de estas celebraciones, existía el festival del nacimiento del Sol Invictus, también conocido como el dios guerrero Mitra. Esta celebración incluía el intercambio de regalos. Pero, todas estas celebraciones incluían excesivas parrandas, que tal vez describirlas podría ser inapropiado.
    El evangelio y las culturas
    A través de los siglos el cristianismo se expandió por todos los continentes acarreando celebraciones tradicionales y mezclándose con elementos culturales en cada región o país. Por ejemplo, a pesar de una fuerte influencia católico-Romana en la celebración de la navidad en América Latina, cada celebración varia de país a país, esto en cómo se celebra la navidad y sus elementos en cuanto a comida, regalos, adornos, y otras costumbres. ¿Quién celebra la navidad correctamente? ¡Buena pregunta! Ahora, la influencia protestante en cuanto a celebraciones no varían mucho de las Católico-Romanas, a no ser por algunos grupos fundamentalistas que rechazan el uso de algunos adornos y algunas costumbres navideñas, por considerarlos idolatría. Si cabe reconocer que los misioneros evangélicos nos trajeron una navidad comercial y sincretista, con simbologías de poco contenido bíblico.
    La era industrial y la navidad
    Ya en el siglo XIX con el auge industrial en los Estados Unidos, nació la figura comercial de “Santa Claus,” también conocido como simplemente “Santa”. Sería el famoso escritor Washington Irving quien escribiría un poema (The Night Before Christmas) que luego se convertiría en la historia de Santa Claus. Esta creación Norteamericana es una secularización del Obispo Europeo “San Nicolás”. Cabe mencionar también los escritos de Charles Dickens que produciría una crítica a la actitud avara de los hombres de negocios “cristianos” de la Inglaterra de aquel entonces. “Christmas Carol” cuenta la historia de Scrooge quien se convierte, para así ayudar a los más necesitados con su dinero, y salvar su alma de la destrucción eterna.
    Ya a mediados del siglo XIX la navidad tomaría un fuerte auge para empezar a convertirse en una celebración comercial importante. En 1843 aparecería la primera tarjeta de navidad, y poco después llegaría a los EE.UU. en 1880 el árbol de navidad (fuera de Alemania), y los adornos de vidrio en el árbol surgirían en 1890. A finales del siglo XIX surgirían los papeles de colores para envolver regalos. Y para el siglo XX, comercialmente hablando los días previos a la navidad se convertirían en las fechas de mayor intercambio comercial, y la figura de Santa tomaría características cuasi-divinas. Por ejemplo, historias en canciones populares que describen a Santa con su carrito y renos, cada reno con su nombre y características. Santa sabe quien se ha portado bien, y trae regalos a los niños y niñas de todo el mundo. En cuanto a estas actividades comerciales, no hay mención alguna de Cristo, ni Su encarnación, y en algunas ocasiones ambos actores aparecen lado a lado como dos historias paralelas.
    ¿Qué podríamos concluir?
    Entonces, ¿qué tenemos hasta el momento? (A) La navidad carecía de importancia para la iglesia primitiva pues no existen suficientes referencia bíblicas para creer que tal celebración era tan importante. Por tanto, la navidad, en comparación con la muerte y resurrección de Cristo (Semana Santa) no es tan significativa, escrituralmente hablando. (B) El celebrar la navidad el 25 de diciembre no es históricamente correcto, y el inicio de esta celebración tiene fuertes raíces paganas, en fechas de invierno del Atlántico Norte. (C) La navidad se ha secularizado, y se ha convertido en una celebración comercial alrededor de Santa. Muchas de las tradiciones y simbología navideña tiene sus orígenes en los últimos dos siglos. La navidad tiene su gran importancia en nuestras sociedades hoy, principalmente por su carácter comercial, más que por su sentido espiritual.
    Finalmente, permítanme concluir con una recomendación muy general para celebrar la navidad. Pues no quiero que piensen que estoy rechazando la celebración de la navidad.
    Personalmente, no veo ningún problema con una contextualización donde el nombre de Cristo es exaltado como Señor del universo, donde las Escrituras y su mensaje están presentes en el proceso, y donde se busca que la iglesia sea relevante a sus culturas. Así como hace casi dos milenios fue contextualizada la celebración del nacimiento de Cristo, hoy debemos reforzar esa contextualización en nuestras prácticas cristianas.
    Debemos buscar la manera que sea Jesucristo el centro de nuestra celebración. Por ejemplo, usando simbología (adornos navideños) que sea cristocentrica, en vez de “santacentrica”. Es decir, todo adorno en nuestros hogares, y todo ritual debe apuntar a Cristo. Tal vez sea necesario desarrollar nuevas tradiciones familiares. Sin embargo, debemos ser sabios al no imponer, pero si compartir, nuestros valores con familiares no cristianos.
    Procuremos que los valores comerciales no nos afecten moralmente. Podemos celebrar diferentemente, como dando pocos regalos y más significativos, gastando menos dinero de lo usual, compartiendo con aquellos en mas necesidad, festejando a y en Cristo.
    Reconozcamos que estamos celebrando la navidad en una cultura que no tiene valores cristianos, pero algunos rasgos culturales aun permiten un dialogo sobre valores cristianos. Busquemos dialogar, en vez de predicar. Sin embargo, el vivir en un “gueto” evangélico y celebrar nuestra navidad cristiana, separados del mundo tampoco tiene sentido. Por tanto, el creer que NO deberíamos celebrar la navidad por no ser parte de la ley del Antiguo Testamento, por no tener suficiente importancia bíblica (pues no se menciona la palabra “navidad” en la Biblia), o por ser un sincretismo religioso del invierno romano pagano, o un sincretismo comercial capitalista; los que perdemos la posibilidad de impactar la sociedad con el evangelio en el nombre de Cristo, somos nosotros los creyentes.

    http://www.biblia.com/origenes-de-la-navidad/

    ¿Sabes quién era San nicolás de bari?

    ¿Sabes quién era San nicolás de Bari?

    Obispo de Mira

    LA DEVOCIÓN A SAN NICOLÁS ES UN HECHO ASOMBROSO EN EXTENSIÓN E INTENSIDAD. MILES DE IGLESIAS BAJO SU ADVOCACIÓN EN TODO EL MUNDO. LOS NIÑOS DE MUCHOS PAÍSES ESPERAN DE ÉL LOS JUGUETES…

    Su fiesta se celebra en la iglesia católica romana  el 6 de diciembre

    San Nicolás fue obispo de la ciudad de Mira, en Licia, Asia Menor (corresponde a la localidad turca llamada actualmente Dembre), en el s. IV, y sus reliquias se veneran en Bari (Italia). Muy pocos son los datos que se conocen de la vida de este santo, puesto que no existen testimonios auténticos contemporáneos. Sus biografías más antiguas son de algunos siglos posteriores a la época en que se cree que vivió. Se considera que nació en Patara (Asia Menor) alrededor del año 270, y que murió un día 6 de diciembre de un año entre 345 y 352.

    Lo poco que se conoce de la figura de San Nicolás contrasta fuertemente con la universalidad de su fama y de su culto, con la popularidad de que goza en oriente y en occidente, aun en los tiempos modernos, y con la abundancia de leyendas creadas en torno a él. Fue tan popular en la antigüedad, que se le han consagrado en el mundo más de dos mil templos. Era y es invocado en los peligros, en los naufragios, en los incendios y cuando la situación económica se ponía difícil, y la gente conseguía por su intercesión favores admirables.

    Existen muchas obras que hablan de la vida del santo. Entre ellas destaca una compilación de San Metodio, Arzobispo de Constantinopla, que ofrece un resumen de todas las piadosas y maravillosas historias que se contaban de él.

    Según estas historias, ya desde el nacimiento de Nicolás los prodigios se suceden uno tras otro: Desde niño se caracterizó porque todo lo que conseguía lo repartía entre los pobres. Decía a sus padres: «sería un pecado no repartir mucho, siendo que Dios nos ha dado tanto». La generosidad es una virtud que siempre se ha asociado a este santo.

    Fue ordenado sacerdote por un obispo tío suyo. Al morir sus padres atendiendo a los enfermos en una epidemia, él quedó heredero de una inmensa fortuna. Entonces repartió sus riquezas entre los pobres y se fue a un monasterio. Después de visitar Tierra Santa llegó a la ciudad de Mira (Turquía) donde fue elegido obispo. Su elección se consideró un designio divino.

    San Nicolás es especialmente famoso por los numerosos milagros que lograba conseguir de Dios. Se le representaba con unos niños, porque se contaba que un criminal había herido a cuchillo a varios niños, y el santo al rezar por ellos obtuvo su curación instantánea.

    También pintan junto a él a una joven, ya que se dice que en su ciudad había un anciano muy pobre con tres hijas a las que no lograba casar por su extrema pobreza; el santo, por tres días seguidos, cada noche le echó por la ventana una bolsa con monedas de oro, y así el anciano logró casarlas.

    Otra historia cuenta como estando unos marineros en medio de una terribilísima tempestad en alta mar, empezaron a decir: «Oh Dios, por las oraciones de nuestro buen obispo Nicolás, sálvanos». Y en ese momento vieron aparecer sobre el barco a San Nicolás, el cual bendijo al mar, que se calmó, y en seguida desapareció. Por esto es considerado también patrono de los marineros.

    En otra ocasión iban a condenar injustamente a tres amigos suyos que estaban muy lejos. Ellos rezaron pidiendo a Dios que por la intercesión de Nicolás, su obispo, los protegiera, y esa noche en sueños el santo se apareció al juez y le dijo que no podía condenar a esos tres inocentes; así, al siguiente día fueron absueltos.

    Cuando el emperador Licinio decretó una persecución contra los cristianos Nicolás fue encarcelado y azotado, pero siguió aprovechando toda ocasión que se le presentaba para hablar del cristianismo a cuantos trataban con él. Luchó contra la idolatría, y convirtió a judíos y árabes. Una vez muerto, el poder milagroso del santo seguía asistiendo a todos aquellos que le invocaban.

    En Roma ya en el año 550 le habían construido un templo en su honor. En 1087, las reliquias de San Nicolás fueron trasladadas a Bari: según la tradición —avalada por un documento del s. XII— cuando los mahometanos invadieron Turquía, un grupo de católicos sacó de allí en secreto las reliquias del santo y se las llevó a la ciudad de Bari, en Italia. Allí se obtuvieron tan admirables milagros por intercesión del santo, que su culto llegó a ser sumamente popular en toda Europa.

    En 1089 el mismo papa Urbano II consagró la cripta en donde son venerados los restos del santo. Es Patrono de Rusia, de Grecia y de Turquía, e innumerables iglesias le han sido dedicadas. En oriente lo llaman San Nicolás de Mira, por la ciudad de la que fue obispo, pero en occidente se le llama San Nicolás de Bari. Aún en la actualidad es considerado en muchas partes como patrono de los niños y de los marineros.

    Origen de la figura de Santa Claus

    Santa Claus
    Su fiesta se celebra el 6 de diciembre. Por haber sido tan amigo de la niñez y tan generoso, en algunos países europeos se repartían en este día dulces y regalos a los niños, y prácticamente con esta fecha se empezaban las festividades de diciembre, relacionando así al santo con las fiestas navideñas.

    Durante los siglos XVII y XVIII coinciden en Estados Unidos inmigrantes de distintas culturas como la británica, la holandesa y la alemana: la tradición católica de holandeses y alemanes, que tenía devoción a San Nicolás se mezcló con la de “Father Christmas” (el padre de la Navidad) que era la figura típica de las fiestas navideñas en Inglaterra.

    Como derivación del nombre del santo en alemán (San Nikolaus) lo empezaron a llamar Santa Claus, y fue popularizado en la década de 1820 —a través de un poema famosísimo en los Estados Unidos del poeta Clement Clark Moore— como un amable y regordete anciano de barba blanca, al que llama “St. Nick”, que la noche de Navidad pasaba de casa en casa repartiendo regalos y dulces a los niños en un trineo volador tirado por renos.

    La marca de refrescos Coca-Cola, al utilizar al personaje como parte de su campaña comercial en Navidad, cambiaría su capa de pieles por un traje rojo y blanco, dando así lugar al personaje de Santa Claus tal como se conoce ahora, también llamado Papá Noel y por supuesto —rememorando su origen— San Nicolás.

    fuente:http://www.primeroscristianos.com/quien_era/san_nicolas_bari.html

    EL ÁRBOL DE NAVIDAD

    EL ÁRBOL DE NAVIDAD

    SU ORIGEN Y SENTIDO CRISTIANO

    Llegada la época navideña afloran diversas manifestaciones mediante las que, en diversas culturas, se recuerda el nacimiento de Jesucristo.

    Quién es quién…Celebrar estas fechas se ha vuelto ya toda una tradición.  No son pocos los cristianos que se cuestionan seriamente sobre el origen de ciertas festividades asociadas a estas fechas, sobre la conveniencia de unirse o de no unirse a cierto tipo de festejos o elementos accesorios de esta celebración, sobre la participación de un cristiano en la Navidad.

    ¿Son malas las tradiciones? Al respecto, entre los cristianos de nuestro tiempo hay dos extremos: el primero es un escenario absolutamente permisivo en el que “todo se vale, nada está restringido, se puede participar de todo” y otro absolutamenterestrictivo donde “todo es pecaminoso, toda tradición tiene orígenes oscuros, hay que abstenerse de todo”.

    ¿Jesús condenó todas las tradiciones? La respuesta es no.  Jesús condenó las tradiciones que contravienen los principios de la Biblia. Así que tenemos que acudir a ella para definir unapostura.

    “En las próximas semanas el árbol de Navidad será motivo de alegría […] Su forma en punta, su color verde y las luces de sus ramas son símbolos de vida. Además, nos remiten al misterio de la Nochebuena. Cristo, el Hijo de Dios, trae al mundo oscuro, frío y no redimido, al que viene a nacer, una nueva esperanza y un nuevo esplendor. Si el hombre se deja tocar e iluminar por el esplendor de la verdad viva que es Cristo, experimentará una paz interior en su corazón y será constructor de paz en una sociedad que tiene mucha nostalgia de reconciliación y redención” (Benedicto XVI, Audiencia, 12 de diciembre de 2008).

    EL ÁRBOL DE LA VIDA, EL AMOR Y LA PAZ

    Árbol de Navidad en la Plaza de San Pedro
    Muchas de las leyendas y antiguas tradiciones que hacen referencia al árbol de Navidad se remontan a tiempos muy antiguos, pero la documentación histórica acerca del árbol tal y como lo conocemos y decoramos hoy en día, sólo apareció en los últimos siglos.

    No hay duda, sin embargo, que estas leyendas y tradiciones muestran la convergencia de muchas costumbres, algunas de ellas nacidas fuera de la cultura cristiana y otras de origen estrictamente cristiano.

    Vamos a considerar aquí algunas que podrían ser precursoras del árbol de Navidad.

    ORIGEN HISTÓRICO

    Desde tiempos muy antiguos, los pueblos primitivos introducían en sus chozas las plantas de hojas perennes y flores, viendo en ellas un significado mágico o religioso.

    Los griegos y los romanos decoraban sus casas con hiedra. Los celtas y los escandinavos preferían el muérdago y muchas otras plantas de hoja perenne (como el acebo, el rusco, el laurel y las ramas de pino o de abeto) pues pensaban que tenían poderes mágicos o medicinales para las enfermedades.

    En la cultura de los celtas, el árbol era considerado un elemento sagrado. Se sabe de árboles adornados y venerados por los druidas de centro-Europa, cuyas creencias giraban en torno a la sacralización de diversos elementos y fuerzas de la naturaleza.

    Se celebraba el cumpleaños de Frey (dios del Sol y la fertilidad) adornando un árbol perenne, cerca de la fecha de la Navidad cristiana. El árbol tenía el nombre de Divino Idrasil (Árbol del Universo): en cuya copa se hallaba el cielo, Asgard (la morada de los dioses) y el Valhalla (el palacio de Odín), mientras que en las raíces profundas se encontraba el Helheim (reino de los muertos).

    Cuando se evangelizó el centro y norte de Europa, los primeros cristianos de esos pueblos tomaron la idea del árbol para celebrar el nacimiento de Cristo, cambiando su significado pagano.

    SAN BONIFACIO, OBISPO DEL SIGLO VIII

    San Bonifacio cortando el roble de Odín
    Una interesante tradición -en parte historia, en parte leyenda-, popular en Alemania, afirma que el árbol de Navidad se remonta al siglo VIII.

    San Bonifacio (675-754) era un obispo inglés que marchó a la Germania en el siglo VIII (concretamente a Hesse), para predicar la fe cristiana.

    Después de un duro período de predicación del Evangelio, aparentemente con cierto éxito, Bonifacio fue a Roma para entrevistarse con el papa Gregorio II (715-731).

    A su regreso a Alemania, en la Navidad del año 723, se sintió profundamente dolido al comprobar que los alemanes habían vuelto a su antigua idolatría y se preparaban para celebrar el solsticio de invierno sacrificando a un hombre joven en el sagrado roble de Odín.

    Encendido por una ira santa, como Moisés ante el becerro de oro, el obispo Bonifacio tomó un hacha y se atrevió a cortar el roble sagrado. Hasta aquí lo que está documentado históricamente.

    El resto pertenece a la leyenda que cuenta cómo, en el primer golpe del hacha, una fuerte ráfaga de viento derribó al instante el árbol. El pueblo sorprendido, reconoció con temor la mano de Dios en este evento y preguntó humildemente a Bonifacio cómo debían celebrar la Navidad.

    El Obispo, continúa la leyenda, se fijó en un pequeño abeto que milagrosamente había permanecido intacto junto a los restos y ramas rotas del roble caído. Lo vio como símbolo perenne del amor perenne de Dios, y lo adornó con manzanas (que simbolizaban las tentaciones) y velas (que representaban la luz de Cristo que viene a iluminar el mundo).

    Como estaba familiarizado con la costumbre popular de meter en las casas una planta de hoja perenne en invierno, pidió a todos que llevaran a casa un abeto. Este árbol representa la paz, y por permanecer verde simboliza también la inmortalidad; con su cima apuntando hacia arriba, se indica, además, el cielo, la morada de Dios.

    OBRAS TEATRALES RELIGIOSAS MEDIEVALES

    Árbol de Navidad
    También ofrecen pistas importante sobre el origen del árbol de Navidad, tal como lo conocemos, las obras de teatro medievales que representaban los misterios y pasajes de la Biblia.

    En concreto el árbol del Bien y del Mal en el Paraíso Terrenal. Su propósito era enseñar la religión a los feligreses, que en su mayoría eran analfabetos.

    Para difundir y mantener viva la fe y dar a conocer las Sagradas Escrituras, la predicación era esencial, pero no suficiente.

    Se pensó que las obras teatrales completaran esa predicación y pronto se hicieron populares en toda Europa.

    En la Nochebuena, el 24 de diciembre, se representaba -con grandísimo éxito popular- el episodio del pecado original de Adán y Eva. El árbol del Paraíso terrenal era el centro del escenario.

    El árbol debería haber sido un manzano, pero no habría sido adecuado en invierno. Se ponía un abeto en el escenario con algunas manzanas en sus ramas, y obleas preparadas con galletas trituradas en moldes especiales, así como dulces y regalos para los niños. Incluso cuando se abandonaron estas obras teatrales religiosas, el árbol del Paraíso siguió estando asociado a la Navidad.

    LOS ORÍGENES MÁS RECIENTES DEL ÁRBOL DE NAVIDAD

    La opinión más generalizada entre los expertos es que el árbol de Navidad, tal como lo conocemos hoy, decorado e iluminado con luces, deriva de este árbol del Paraíso. Como su lugar de nacimiento se sugiere la orilla izquierda del Rhin, y concretamente la Alsacia.

    Uno de los primeros testimonios de esto son los registros de la ciudad de Schlettstadt (1521), en los que fue establecida una especial protección para los bosques en los días previos a la Navidad; los guardabosques eran los responsables de castigar a cualquiera que cortara un árbol para decorar su casa .

    Otro documento nos informa de que, en Estrasburgo, la capital de Alsacia, los abetos se vendían en el mercado, para llevar a casa y decorarlos. De Alsacia, la tradición de los árboles de Navidad se propaga a toda Alemania y al conjunto de Europa, y pronto, al resto del mundo cristiano.

    ASPECTOS SIMBÓLICOS DEL ÁRBOL

    Árbol de Navidad
    Los árboles han tenido a lo largo de la historia un significado muy especial: en todas las culturas poseen aspectos simbólicos de carácter antropológico, místico o poético.

    La idea extendida de los aspectos benéficos de los árboles para el hombre ha dado lugar a distintas leyendas y lo ha relacionado con sentidos mágicos y rituales.

    En varias culturas el árbol representa el medio y la unión del cielo y la tierra: ahonda sus raíces en la tierra y se levanta hacia el cielo; por ello en ciertas religiones, sobre todo orientales, el árbol es signo de encuentro con lo sagrado, punto de encuentro entre el ser humano y la divinidad.

    Otros significados ampliamente extendidos sobre los atributos mágicos del árbol concernían a la fecundidad, al crecimiento, a la sabiduría y a la longevidad.

    SENTIDO CRISTIANO

    El árbol de Navidad recuerda, como hemos visto, al árbol del Paraíso de cuyos frutos comieron Adán y Eva, y de donde vino el pecado original; y por lo tanto recuerda a Jesucristo que ha venido a ser el Mesías prometido para la reconciliación. Pero también representa el árbol de la Vida o la vida eterna, por ser de hoja perenne.

    En palabras de Juan Pablo II: “En invierno, el abeto siempre verde se convierte en signo de la vida que no muere […] El mensaje del árbol de Navidad es, por tanto, que la vida es ‘siempre verde’ si se hace don, no tanto de cosas materiales, sino de sí mismo: en la amistad y en el afecto sincero, en la ayuda fraterna y en el perdón, en el tiempo compartido y en la escucha recíproca” (Juan Pablo II, Audiencia, 19 de diciembre de 2004).

    La forma triangular del árbol (por ser generalmente una conífera), simboliza a la Santísima Trinidad. A las oraciones que se realizan durante el Adviento se les atribuye por un color determinado, y cada uno simboliza un tipo:

    Árbol de Navidad con los tradicionales adornos
    • El azul, para las oraciones de reconciliación.
    • El plateado, para las de agradecimiento.
    • El dorado, para las de alabanza.
    • El rojo, para las de petición.
    • Estos colores, junto con el verde del árbol mismo, tal vez sean los más tradicionales para los adornos navideños.

    El árbol de Navidad y los regalos propios de estas fechas, son un modo de recordar que del árbol de la Cruz proceden todos los bienes…

    Por eso tiene un sentido cristiano la tradición de poner bajo el árbol los regalos de Navidad para los niños:

    “Generalmente, en el árbol decorado y a sus pies se colocan los regalos de Navidad. El símbolo se hace elocuente también desde el punto de vista típicamente cristiano: recuerda al ‘árbol de la vida’ (Cf. Génesis 2, 9), representación de Cristo, supremo don de Dios a la humanidad” (Juan Pablo II, Ídem).

    LOS ADORNOS NAVIDEÑOS

    Los adornos más tradicionales del árbol de Navidad son:

    • Estrella: colocada generalmente en la punta del árbol, representa la fe que debe guiar la vida del cristiano, recordando a la estrella que guió a los Magos hasta Belén.
    • Bolas: en un principio San Bonifacio adornó el árbol con manzanas, representando con ellas las tentaciones. Hoy día, se acostumbra a colocar bolas o esferas, que simbolizan los dones de Dios a los hombres.
    • Lazos: Tradicionalmente los lazos representan la unión de las familias y personas queridas alrededor de dones que se desea dar y recibir.
    • Luces: en un principio velas, representan la luz de Cristo.

    “Al encender las luces del Nacimiento y del árbol de Navidad en nuestras casas, ¡que nuestro ánimo se abra a la verdadera luz espiritual traída a todos los hombres y mujeres de buena voluntad! … Frente a una cultura consumista que tiende a ignorar los símbolos cristianos de las fiestas navideñas, preparémonos para celebrar con alegría el nacimiento del Salvador, transmitiendo a las nuevas generaciones los valores de las tradiciones que forman parte del patrimonio de nuestra fe y cultura”. (Benedicto XVI, 21 de diciembre de 2005)

    fuente: http://www.primeroscristianos.com/doc_interes/arbol_navidad.html

    http://casadeoracionmexico.info/blog/?p=398&utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed:+EstudiosBiblicos+(Estudios+Bíblicos+-+Casa+de+Oración+México)

    Los orígenes de la Navidad

    Los orígenes de la Navidad

    Mensaje de Benedicto XVI para la Navidad 2008

    LA DIFUSIÓN DE LA CELEBRACIÓN LITÚRGICA DE LA NAVIDAD FUE RÁPIDA. EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO IV SE VA EXTENDIENDO POR TODO EL MUNDO CRISTIANO: POR EL NORTE DE AFRICA (AÑO 360), POR CONSTANTINOPLA (AÑO 380), POR ESPAÑA (AÑO 384) O POR ANTIOQUÍA (AÑO 386). EN EL SIGLO V LA NAVIDAD ES UNA FIESTA CASI UNIVERSAL.

    TEXTO SOBRE LOS ORÍGENES DE LA CELEBRACIÓN DE LA NAVIDAD

    Los cristianos de la primera generación, es decir, aquellos que escucharon directamente la predicación de los Apóstoles, conocían bien y meditaban con frecuencia la vida de Jesús. Especialmente los momentos decisivos: su pasión, muerte redentora y resurrección gloriosa.

    Nacimiento
    También recordaban sus milagros, sus parábolas y muchos detalles de su predicación.

    Era lo que habían oído contar a aquellos que habían seguido al Maestro durante su vida pública, que habían sido testigos directos de todos aquellos acontecimientos.

    Acerca de su infancia sólo conocían algunos detalles que tal vez narrara el propio Jesús o su Madre, aunque la mayor parte de ellos María los conservaba en su corazón.

    Cuando se escriben los evangelios sólo se deja constancia en ellos de lo más significativo acerca del nacimiento de Jesús. Desde perspectivas diferentes, Mateo y Lucas recuerdan los mismos hechos esenciales: que Jesús nació en Belén de Judá, de la Virgen María, desposada con José, pero sin que Ella hubiese conocido varón. Además, hacia el final de los relatos sobre la infancia de Jesús, ambos señalan que después fueron a vivir a Nazaret.

    Mateo subraya que Jesús es el Mesías descendiente de David, el Salvador en el que se han cumplido las promesas de Dios al antiguo pueblo de Israel. Por eso, como la pertenencia de Jesús al linaje de David viene dada por ser hijo legal de José, Mateo narra los hechos fijándose especialmente en el cometido del Santo Patriarca.

    San José con el Niño Jesús
    Por su parte, Lucas, centrándose en la Virgen —que representa también a la humanidad fiel a Dios—, enseña que el Niño que nace en Belén es el Salvador prometido, el Mesías y Señor, que ha venido al mundo para salvar a todos los hombres.

    En el siglo II el deseo de saber más sobre el nacimiento de Jesús y su infancia hizo que algunas personas piadosas, pero sin una información histórica precisa, inventaran relatos fantásticos y llenos de imaginación. Se conocen algunos a través de los evangelios apócrifos. Uno de los relatos más desarrollados sobre el nacimiento de Jesús contenido en los apócrifos es el que se presenta en el llamado Protoevangelio de Santiago, según otros manuscritos, Natividad de María, escrito a mediados del siglo II.

    En las primeras generaciones de cristianos la fiesta por excelencia era la Pascua, conmemoración de la Resurrección del Señor. Todos sabían bien en qué fechas había sido crucificado Jesús y cuándo había resucitado: en los días centrales de la celebración de la fiesta judía de la Pascua, en torno al día 15 de Nisán, es decir, el día de luna llena del primer mes de primavera.

    Sin embargo, posiblemente no conocían con la misma certeza el momento de su nacimiento. No formaba parte de las costumbres de los primeros cristianos la celebración del cumpleaños, y no se había instituido una fiesta particular para conmemorar el cumpleaños de Jesús.

    Hasta el siglo III no tenemos noticias sobre el día del nacimiento de Jesús. Los primeros testimonios de Padres y escritores eclesiásticos señalan diversas fechas. El primer testimonio indirecto de que la natividad de Cristo fuese el 25 de diciembre lo ofrece Sexto Julio Africano el año 221. La primera referencia directa de su celebración es la del calendario litúrgico filocaliano del año 354 (MGH, IX,I, 13-196): VIII kal. Ian. natus Christus in Betleem Iudeae (“el 25 de diciembre nació Cristo en Belén de Judea”). A partir del siglo IV los testimonios de este día como fecha del nacimiento de Cristo son comunes en la tradición occidental, mientras que en la oriental prevalece la fecha del 6 de enero.

    Gruta de la Natividad. Belén
    Una explicación bastante difundida es que los cristianos optaron por ese día porque, a partir del año 274, el 25 de diciembre se celebraba en Roma el dies natalis Solis invicti, el día del nacimiento del Sol invicto, la victoria de la luz sobre la noche más larga del año.

    Esta explicación se apoya en que la liturgia de Navidad y los Padres de la época establecen un paralelismo entre el nacimiento de Jesucristo y expresiones bíblicas como «sol de justicia» (Ma 4,2) y «luz del mundo» (Jn 1,4ss.).

    Sin embargo, no hay pruebas de que esto fuera así y parece difícil imaginarse que los cristianos de aquel entonces quisieran adaptar fiestas paganas al calendario litúrgico, especialmente cuando acababan de experimentar la persecución.

    Otra explicación más plausible hace depender la fecha del nacimiento de Jesús de la fecha de su encarnación, que a su vez se relacionaba con la fecha de su muerte. En un tratado anónimo sobre solsticios y equinoccios se afirma que “nuestro Señor fue concebido el 8 de las kalendas de Abril en el mes de marzo (25 de marzo), que es el día de la pasión del Señor y de su concepción, pues fue concebido el mismo día que murió” (B. Botte, Les Origenes de la Noël et de l’Epiphanie, Louvain 1932, l. 230-33). En la tradición oriental, apoyándose en otro calendario, la pasión y la encarnación del Señor se celebraban el 6 de abril, fecha que concuerda con la celebración de la Navidad el 6 de enero.

    Detalle de la Portada de la Natividad. Sagrada Familia de Barcelona
    La relación entre pasión y encarnación es una idea que está en consonancia con la mentalidad antigua y medieval, que admiraba la perfección del universo como un todo, donde las grandes intervenciones de Dios estaban vinculadas entre sí.

    Se trata de una concepción que también encuentra sus raíces en el judaísmo, donde creación y salvación se relacionaban con el mes de Nisán.

    El arte cristiano ha reflejado esta misma idea a lo largo de la historia al pintar en la Anunciación de la Virgen al niño Jesús descendiendo del cielo con una cruz.

    Así pues, es posible que los cristianos vincularan la redención obrada por Cristo con su concepción, y ésta determinara la fecha del nacimiento. “Lo más decisivo fue la relación existente entre la creación y la cruz, entre la creación y la concepción de Cristo” (J. Ratzinger, El espíritu de la liturgia, 131).

    La difusión de la celebración litúrgica de la Navidad fue rápida. En la segunda mitad del siglo IV se va extendiendo por todo el mundo cristiano: por el norte de Africa (año 360), por Constantinopla (año 380), por España (año 384) o por Antioquía (año 386). En el siglo V la Navidad es una fiesta casi universal.

    FRANCISCO VARO

    Profesor de Sagrada Escritura en la Facultad Teología de la Universidad de Navarra.

    fuente: http://www.primeroscristianos.com/doc_interes/navidad.html

    Madrid se alista para la navidad más pagana de su historia

    Madrid se alista para la navidad más pagana de su historia
    Noticias Cristianas

    Madrid se llena de luces una vez más. Las más de 170 calles y plazas con 700.000 bombillas iluminan el centro de la capital. Esta vez, ademas de las referencias típicas de la Navidad, se han introducido símbolos considerados paganos, o de otras creencias según el diario español El Nuevo Alcázar. Un ejemplo serían las luces de la calle Velázquez, que representan las caras redondas del “have a nice day” americano, y los símbolos “hippies” de la paz que para muchos cristianos significa la cruz invertida y rota entre otros símbolos.

    El diario español menciona que el alcalde de la ciudad, Ruíz Gallardón estaría convirtiendo a Madrid en la vanguardia paganizadora de la festividad Navideña. No contentos con una iluminación inconexa con el sentido de las fiestas que celebramos, el faraónico alcalde ha decidido convertir la tradicional cabalgata de los Reyes Magos en un “Encuentro de las culturas por la paz”.

    La tradicional cabalgata de la Epifanía del Señor, será abierta por la Dama de la Paz, que irá “inundando al público de espíritu de concordia”. Un elefante mecánico de más de diez metros de largo que mueve las patas y la trompa, danzas de los cinco continentes, y hasta dragones que se moverán al ritmo del “feng-sui” junto a un grupo de bailarines hindúes.

    Todo ello para dar paso a unos Reyes Magos que vienen a simbolizar, según Gallardón “la unión de las culturas”. A la llegada, en Cibeles se representará una obra de teatro denominada “El canto al hermano sol” para evocar al solsticio de invierno.

    El ayuntamiento ha declarado que estos cambios paganizantes vienen introducidos por el “Año Internacional de Acercamiento de las Culturas” impulsado por la ONU.

    Fuente: ElNuevoAlcázar.es
    La pregunta:
    ¿Que tiene que ver esto con la celebración bíblica del nacimiento de Jesucristo celebrado por todos los que dicen ser cristianos?

    Evangelismo y establecimiento de nuevas iglesias-

    Evangelismo y establecimiento de nuevas iglesias- diciembre 09

    «LECCIONES NAVIDEÑAS»
    Para escuchar este artículo en formato mp3 ir a este enlace.

    Artículo escrito por Dr. Gerardo Laursen
    ObreroFiel.com usa este artículo con permiso del autor

    Estimado(a) lector/a:

    Casi todo el mundo celebra la navidad. Es un tiempo familiar y gozoso. Pero es mucho más que un feriado. Se fundó con la primera venida de Cristo a la Tierra, un requisito para nuestra salvación, y además es repleta con aplicaciones espirituales. Y ya que muchos en diciembre están pensando en el nacimiento de Jesús, es una oportunidad favorable de compartir nuestra fe con otros.

    Algunas lecciones que se aprenden de la primera navidad:

    1. Algunos leen la Biblia como los sacerdotes de Herodes. Conocen datos de Cristo, pero no lo conocen a él. Mt. 2:4-6, “Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta: y tú, Belén, de la tierra de Judá, no eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; porque de ti saldrá un guiador, que apacentará a mi pueblo Israel.” Es necesario hacer de Cristo nuestro salvador personal.

    2. Seamos cuidadosos de distinguir entre la verdad y las tradiciones.
    Los magos tal vez eran 3, pero no eran reyes, no se dan sus nombres, y no llegaron en la noche del nacimiento de Jesús, sino algo después en una casa. Mt. 2:1, “Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos.” Jesús nació en un pesebre, pero los magos llegaron a una casa, Mt. 2:11, “Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.” Es cuestión de leer con cuidado y después creer lo que enseña. Y fíjese que únicamente Jesús fue adorado. (Con 3 tipos de regalos viene nuestra adivinanza que el número de magos eran 3. Pero si se supone por ejemplo que 2 magos regalaron solo oro, 2 solo incienso y 1 solo mirra hubiera sido 5 magos. ¿Me explico?)

    3. Incrédulos necesitan buscar a Jesús como hicieron los magos, y como consecuencia encontrar su propio regalo navideño: la salvación. “Al que a mí viene, no le echo fuera,” Jn. 6:37.

    4. Los magos viajaron una gran distancia y dieron regalos costosos. Debemos nosotros también perseverar y sacrificar. Viajaron unos 1500 kms. (siguiendo la ruta comercial de la capital de Babilonia a Jerusalén, unos 874 kms. en línea recta), pero Herodes no se molestaba en viajar los 10 kms. de Jerusalén a Belén. (Es probable que los magos fueran originarios del área de Babilonia por las profecías siglos antes por Daniel, en 9:24-26.)

    5. Dios controla la historia. Hombres malos no pueden cambiar lo que Dios está haciendo. Confiemos en él. Mt. 2:13, “Después que partieron ellos, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: Levántate y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo.” Pero el plan de Herodes no resultó, como el refrán: “El hombre propone, pero Dios dispone.”

    6. El Evangelio de Mateo, escrito para los judíos, habla de estos gentiles llegando para adorar a Cristo. Entonces se ve que él es el rey sobre todos. Mt. 2:1, “…vinieron del oriente,” y en Ap. 5:9, “con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación.” Cristo es el Salvador del mundo.

    7. Ahora es un buen tiempo para celebrar alegremente el aniversario de la primera venida de Cristo. Lc. 2:10-11, “Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor.”

    2 Co. 9:15, “¡Gracias a Dios por su don inefable!”
    y
    ¡Feliz Navidad!

    Scott Yingling
    Director General de ObreroFiel.com

    CARTA DE JESÚS EN NAVIDAD.

    CARTA DE JESÚS EN NAVIDAD.

    Como sabrás, nos acercamos nuevamente a la fecha de mi cumpleaños. Todos los años se hace una gran fiesta en mi honor, y creo que en este año sucederá lo mismo. En estos días, la gente hace muchas compras, hay anuncios en la radio, en la televisión, y en todas
    partes no se habla de otra cosa que no sea lo poco que falta para que llegue el día. La verdad, es agradable saber que, al menos un día, varias personas piensan un poco en mi.

    Como ya sabes, hace muchos años comenzaron a festejar mi cumpleaños. Al principio no todos parecían comprender y agradecer todo lo que hice por ellos, pero hoy en día casi nadie sabe que celebra. La gente se reúne y se divierte mucho, pero no sabe dé que se trata. Recuerdo el año pasado, a! llegar el día de mi cumpleaños, hicieron una gran fiesta en mi honor, pero ¿sabes una cosa, ni siquiera me invitaron?. Yo era el festejado; y ni se acordaron de incluirme. La fiesta era para mi y cuando llegó mi gran día, me dejaron afuera, me cerraron la puerta…y yo quería compartir la mesa con ello (Ap. 3,20). La verdad, no me sorprendió, porque en los últimos años muchos me cierran las puertas.

    Como no me invitaron, quise de todos modos acompañarlos sin hacer ruido y me quedé en un rincón. Estaban lodos bebiendo, había algunos borrachos contando chistes, á las carcajadas^»'(aislaban pasando, ‘en grande. Para colmo llegó un viejo gordo de b.arba blanca, vestido de rojo, gritando «jójojo», parecía que había bebido de más, se dejó caer pesadamente en un sillón y todos los niños corrieron hasta él diciendo «Papá Noel, Papá Noel», como si la fiesta fuera en su honor. Llegaron» las .’doce de’la noche y todos comenzaron a abrazarse; yo extendí mis brazos esperando que’alguien me abrazara, y ¿sabes? Nadie me tuvo en cuenta.                    

    Tal vez creerás que yo nunca lloro, pero esa noche lloré; me sentí abandonado y olvidado.
    Me llegó muy hondo, pero al pasar por tu casa, vos y tu familia me invitaron a pasar, además me trataron como un rey vos y los tuyos realizaron una verdadera fiesta en la que yo era el invitado de honor.                                    

    Quiero bendecir a todas las familias como la tuya, yo jamás dejo pasar de estar con ellas ese día y todos los días. También me conmovió el pesebre que pusieron en un rincón de tu casa. ¿Sabías que hay países en donde está prohibido poner nacimientos? ¡A dónde irá a parar el mundo!. Otra cosa que me asombra es que el día de mi cumpleaños, en vez de hacerme regalos a mi; se regalan unos a otros. ¿Qué sentirías si se hicieren regalos unos a otros y a vos no te regalaran nada?. Una vez alguien me dijo: ¿Cómo te voy a regalar algo si nunca te veo? Ya te imaginas lo que le dije: «Dale comida, ropa ,y ayuda a los pobres y necesitados, visita a los enfermos y a los que están solo; cada vez que lo hagas con el más pequeño de tus hermanos, lo estás haciendo conmigo» (Mt.25,34-40). Recuerdo lo que sucedió a un anciano llamado Juan; en uno de mis cumpleaños anduvo de casa en casa pidiendo ayuda porque tenía hambre y no tenía familia. Tocó en muchas puertas sin que en ninguna lo atendieran; se dio por vencido al ver que ni siquiera esa noche iba a sentir el calor de un hogar. «¿Qué te pasa Juan?», le pregunté. El dijo: «Es que nadie me invitó a pasar». Yo me senté a su lado y le dije: «No te aflijas, a mi tampoco me han dejado entrar». Pero te voy a contar un secreto; como casi nadie me invita a la fiesta que hace, estoy pensando en hacer mi propia fiesta, algo grandioso como jamás te podrías imaginar. Una fiesta espectacular con grandes personalidades: Abraham, Moisés, el rey David y otros. Todavía estoy haciendo los últimos arreglos, por lo que quizás no sea este año. Estoy enviando muchas invitaciones y hoy querido amigo, hay una invitación para vos. Solo quiero que me digas si queréis asistir, así te reservo un lugar, y escribiré tu nombre con letras de oro en mi gran libro de invitados. Prepárate, porque cuando esté listo daré una gran sorpresa. Un abrazo.

    Tu amigo del alma JESÚS DE NAZARETH

    ¿Consumismo en Navidad?

    ¿Consumismo en Navidad?

    Se habla mucho de consumismo en Navidad.
    Este vídeo  parte de un spot que hicieron diversas confesiones cristianas de Estados Unidos -la llamaron The Advent Conspiracy, la Conspiración del Adviento- para sensibilizar a la población contra el consumismo extremo y para favorecer un estilo de vida sobria, a la vez que se animaba a ser generoso en iniciativas sociales. Me ha gustado el mensaje positivo que trasmite.

    La misteriosa Estrella de Belén

    La misteriosa Estrella de Belén 

    Diciembre 26, 2008


    estrella-belen
    Rebecca Ellis BBC

    Un cometa, un eclipse, una supernova, un alineamiento de planetas… La Estrella de Belén -el supuesto astro que guió a los Reyes Magos al lugar de nacimiento de Jesús- ¿fue un acontecimiento astronómico real?

    Hace unos 2000 años, los magos de Oriente vieron una estrella increíble iluminando el cielo en la Tierra Prometida y la siguieron en un viaje épico para conocer al nuevo Mesías. ¿Pero qué es realmente la Estrella de Belén? La ciencia moderna está revelando uno de los misterios astronómicos más famosos de la historia. Nuevas tecnologías permiten a los astrónomos crear mapas del antiguo cielo nocturno con una precisión extraordinaria.

    A medida que estudian los movimientos de planetas y estrellas, los expertos están cuestionando la teoría que asegura que se trataba de un cometa. Creen que los Reyes Magos pudieron divisar varios eventos astronómicos inusuales. La Biblia nos dice muy poco sobre esta estrella y sólo aparece mencionada en el Evangelio de San Mateo. “¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente y venimos a adorarle”, se habrían preguntado los magos.

    No se incluye ninguna fecha o descripción. Hasta la identidad de los hombres no está clara. En vez de ser los reyes en el imaginario popular, se cree que los Reyes Magos eran sacerdotes persas conocidos como “magi” en latín. Eran astrólogos que se guiaban por las estrellas, combinando fe y ciencia para predecir el nacimiento del nuevo Mesías.
    ¿Qué hizo que se animasen a viajar a Belén? La mayoría de los expertos coinciden en que Jesús nació antes del año 4 a. C. o en esa misma fecha, cuando Herodes el Grande reinaba en Judea. Los astrónomos han identificado los siguientes cuatro acontecimientos estelares que podrían haber sido la Estrella de Belén.

    Triple conjunción de planetas

    Un antiguo almanaque inscrito en una tabla de arcilla hallada en Babilonia y actualmente en el Museo Británico de Londres asegura que la estrella fue en realidad una inusual conjunción de planetas. Concretamente, fue una serie de tres conjunciones de los planetas Júpiter y Saturno (un hecho muy poco frecuente) ocurrido en el año 7 a. C. Júpiter y Saturno se conjuntaron tres veces en el plazo de varios meses durante la constelación de Piscis, un signo asociado con Israel.

    Existen pruebas en el almanaque que los astrónomos persas predijeron esto. La tabla calcula la actividad solar, lunar y planetaria para ese año y describe la conjunción.

    Eclipse de Júpiter
    Una moneda de 2000 años de antigüedad probaría esta teoría, una doble ocultación de Júpiter tras la luna ocurrida en el 6 a. C. que sería la estrella de Belén. Según la teoría, los magos vieron la estrella en la constelación de Aries, no la de Piscis. La moneda muestra a Aries, el carnero, brincando en el cielo y mirando atrás hacia la estrella. Los textos astrológicos de la época reflejan que Aries dominaba Judea y Jerusalén era la capital del Cercano Oriente, convirtiéndose en signo de los judíos.

    El profesor Mike Molnar de la Universidad de Rutgers en Nueva Jersey, en Estados Unidos, cree que los magos vieron este eclipse. Justo antes del amanecer, Júpiter habría aparecido por el este, en el preciso instante en que San Mateo describió la aparición de la Estrella. Entonces, cuando la luna pasó directamente entre la Tierra y Júpiter, éste último planeta habría desaparecido.

    Supernova

    Algunos creen que la estrella podría haber sido el resultado de un evento celestial aún mayor. Mark Kidger, astrónomo de la Agencia Espacial Europea, afirma que habría requerido mucho más que un movimiento de planetas inusual para convencer a los curtidos expertos astronómicos de esa época a viajar hasta Judea.

    Los magos podrían haber visto una estrella en su fase supernova, uno de los eventos más energéticos y explosivos que se conocen. Kidger hasta ha identificado a un candidato, el DO Aquilae que explotó en 1927 y que seguramente ha explotado varias veces en el pasado. En caso de haber explotado hace 2.000 años, los magos la habrían visto en el este, asomándose por encima del horizonte.

    El experto espera que los radiotelescopios del futuro sean capaces de detectar la débil burbuja de gas alrededor de Aquilae para calcular el momento exacto en que la burbuja comenzó a expandirse.

    Dos planetas que parecían una luz brillante

    Esta teoría es la más sorprendente. La fecha de Navidad fue establecida siglos después del evento y muchos la cuestionan. Pero el astrónomo tejano Rick Larson cree que Jesús realmente nació el 25 de diciembre, aunque del año 2 antes de nuestra era. Al contrario de otros astrónomos, Larson se ha fijado en eventos celestiales posteriores porque cree que la fecha de la muerte del rey Herodes (4 a. C.) es incorrecta.

    La fecha se basa en los escritos del historiador Josephus, pero cada manuscrito suyo que ha estudiado anterior a 1544 coincide en que Herodes murió en el 1 a. C. Júpiter se conjuntó un año después con una de las estrellas más brillantes del firmamento, llamada Regulus y conocida por los magos como “pequeño rey”.

    Nueve meses después, Júpiter se conjuntó con Venus, conocido como el planeta madre.
    Los planetas habrían pasado tan cerca el uno del otro que habría parecido como una luz brillante en el cielo. Larson cree que esta luz fue la que convenció a los magos a viajar al este. Durante su viaje, Júpiter continuó moviéndose a lo largo del cielo hasta que pareció detenerse sobre Belén.

    Fuente:http://oldearth.wordpress.com/2008/12/26/la-misteriosa-estrella-de-belen/

    Por qué Cristo vino en la primera navidad

    Evangelismo y establecimiento de nuevas iglesias

    Por qué Cristo vino en la primera navidad

    Artículo escrito por Dr. Gerardo Laursen
    diciembre 2008

    Estimado(a) Lector/a: 

    Cada año en el mes de diciembre, millones alrededor del mundo celebran la navidad.  Con tantas actividades, fiestas, adornos, comercialismo y regalos, es fácil olvidar la razón para la celebración. Afortunadamente, la temporada nos da oportunidades de compartir nuestra fe, por explicar por qué vino el Señor Jesucristo en la primera navidad de la historia. 

    Alguien me preguntó hace tiempo: “¿Qué es lo correcto: Cristo vino para darnos un ejemplo para vivir o para morir por nuestros pecados?” Contesté: “Sí, y más.” El vino en la primera navidad por los menos por 20 razones. Claro para nosotros, la razón más importante es la de morir, pero hay muchas más. El vino: 

    1.  Para dar buenas nuevas a los pobres. Lc. 4:18, El Espíritu del Señor es sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres.

    2.  Me ha enviado para sanar a los quebrantados de corazón, 18.

    3.  Para pregonar libertad a los cautivos, 18.

    4.  Para pregonar vista a los ciegos, 18.

    5.  Para poner en libertad a los oprimidos, 18.

    6.  Para predicar el año agradable del Señor, Lc. 4:19.

    7.  Para anunciar el reino de Dios. Lc. 4:43, Pero él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado.

    8.  Para hacer la voluntad del Padre. Jn. 4:34, Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.

    Jn. 5:30, No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre.

    Jn. 6:38-40, Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.  Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquél que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.

    9.  Para hacer las obras del Padre. Jn. 9:4, Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar.

    10. Para redimir a los debajo de la ley. Gá. 4:5, Para que redimiese a los que estaban bajo de la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.

    11. Para que vivamos por él. 1 Jn. 4:9, En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.

    12. Para ser propiciación por nuestros pecados. 1 Jn. 4:10, En esto consiste el amor: no que nosotros hayamos amado a Dios, sino que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.

    13. Para ser Salvador del mundo. 1 Jn. 4:14, Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo para ser Salvador del mundo.

    14. Para que gustase la muerte por todos. He. 2:9, Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos.

    15. Para perfeccionarse. He. 2:10, Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos.

    16. Para revelar a Dios. He. 2:12, Diciendo: Anunciaré a mis hermanos tu nombre, en medio de la congregación te alabaré.

    17. Para destruir al diablo. He. 2:14, Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo.

    18. Para librar de servidumbre. He. 2:15, Y librar a los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.

    19. Para quitar el pecado. He. 9:26, De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado.

    20. Para darnos un ejemplo. 1 P. 2:21, Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;

    ¿No le es maravilloso que Cristo viniera a la tierra por tantas razones?  ¿Se aprecia el sacrificio de Cristo?  ¿Aprovechó la oferta de la salvación?  Ro. 10:13, “porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.”  ¿Vive ahora una vida de gratitud?  Tito 3:8, “Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres.”

    Seamos fieles compartiendo el evangelio esta navidad,

    Scott Yingling

    Director General de ObreroFiel.com


    Para más recursos sobre este y otros temas, visítenos en:www.ObreroFiel.com

     

    Si tiene alguna duda o comentario, favor de escribirnos a:info@ObreroFiel.com  

    ¡Feliz Navidad!

    ¡Feliz Navidad!

    Fuente: Catholic.net
    Autor: P Mariano de Blas LC

    Si te sientes feliz en Navidad, no te extrañes.
    Tienes derecho y razón de ser feliz.
    Si en Navidad sientes deseos de hacer las paces con todo el mundo, hazlo sin dudar.

    Los ángeles te lo indican:
    Paz a los hombres de buena voluntad.
    Si tienes deseos
    de hacer las paces con Dios en Navidad,
    ¿por qué esperar?

    Es el momento más adecuado.
    No todos los días sientes los mismos deseos.
    Es mejor pedir perdón a un Niño
    que a un Hombre.

    Mejor acudir al tribunal de la Misericordia
    que al de la Justicia.
    Si te sientes triste en Navidad,
    no has entendido.

    ¿Triste cuando Dios viene a tu encuentro
    lleno de amor y ternura?
    Si sigues odiando en Navidad,
    no has comprendido.
    Navidad es la fiesta del Amor,
    del Perdón, de la Paz,
    por si no lo sabías.

    Si sigues siendo un pecador en este tiempo,
    la Navidad no existe para ti.
    La Navidad te invita a recuperar tu alma de niño,
    el niño inocente que fuiste alguna vez.

    Al nacimiento de Jesús fueron invitados unos pastores,
    gente sencilla y buena.
    No fueron invitados los cortesanos de Herodes,
    ni los fariseos, ni los miembros del Sanedrín.

    No fueron los grandes de este mundo,
    sino los pastores.
    Por humildes y sencillos,
    por ser dóciles al mensaje Divino.

    Hoy siguen siendo invitados los humildes,
    los que aceptan a Dios y sus mandamientos,
    los sencillos, los pobres de espíritu.

    Jesús es el patrón de los desamparados,
    de los sin techo, de los emigrantes,
    de todos los miserables, enfermos, hambrientos…
    Cristo nace como un gitano.

    Para el Creador del mundo un establo de animales.
    No había lugar para Él en ninguna casa de Belén.
    Para enseñarnos que las cosas materiales
    no son la felicidad del hombre sino las celestiales.
    ¡Qué contraste tan brutal con ese afán nuestro
    de poseer más y más cosas!

    Nunca estamos satisfechos con lo que tenemos.
    “He encontrado a Cristo y por tanto la alegría de vivir”…
    Ojalá que esta Navidad,
    tú también puedas decir eso:
    He encontrado a Cristo y por tanto la alegría de vivir…

    Porque de lo contrario,
    “aunque Cristo naciese mil veces en Belén,
    si no nace en ti, seguirás eternamente perdido”.

     

  • P. Mariano de Blas LC 
  • Este es mi regalo de navidad

    No podemos negar que originalmente todo estaba enfocado en el nacimiento de Cristo, es decir, que celebramos el cumpleaños de nuestro Señor y buscando en la Palabra pude encontrar que los primeros regalos que recibió fueron: adoración, oro, incienso y mirra (Lee Mat 2:11). Me llené de curiosidad y quise saber qué tipo de cosas podría dar yo, que estén relacionadas con estos 4 regalos, espero que te ayuden a encontrar el regalo perfecto para Jesús esta navidad.

    Lee Juan 4:23-24
    La adoración es posiblemente el concepto más común entre estos 4 pero muchas veces no lo tenemos tan claro. Este es un tiempo para buscar más de la presencia de Dios, aprender a reconocer su voz y disfrutar de su compañía. Deja que temprano por la mañana llame tu nombre y pasa un tiempo platicando con tu Padre.

    Lee 1 Corintios 3:11-13
    El oro representa esas obras que hacemos en el nombre de Jesús. Este es un buen tiempo para darle a aquellos que están en necesidad. Aquellos pequeños y olvidados que mas que celebrar una navidad están sufriendo un tiempo de soledad, frio y hambre.

    Lee Isaías 1:18
    El incienso representa esa blancura a los ojos del Señor, santidad. Este es un buen tiempo para ponerte a cuentas con Dios y ponerte metas más altas que cumplir este año que viene. Hay muchas cosas que ya es hora de dejar atrás, a fin de cuentas ya Cristo murió por tus pecados, ¿por qué razón querrías seguir cargándolos tu?

    Lee 2 Corintios 2:14-17
    La mirra representa el conocimiento en la Palabra. Este es un buen tiempo para indagar más, buscar las cosas que Dios te ha querido decir personalmente pero que está esperando a que llegues a su Palabra. Es hora de tomar ciertos hábitos en tu lectura de la Palabra y adentrarte a una nueva aventura que el Señor tiene para ti.

    Sé que ya sea que le des uno o más de estos regalos al Señor serás tú el más beneficiado pues más bien aventurado es dar que recibir. Espero que este haya sido un buen regalo para ti, Feliz Navidad y que Dios te bendiga!

    Meditacion de Navidad

    Meditacion de Navidad

    NavidadSe cuenta la historia de una familia de alta sociedad, que hace muchos años iba a celebrar una festividad en honor al recién nacido de la casa. Esta se llevaría a cabo en la gran sala de la enorme mansión.

    Muchos huéspedes habían sido invitados para la ocasión y todos llegaron vestidos con sus ropas más elegantes. A medida que se iban quitando los abrigos, éstos eran llevados al piso superior para ser colocados sobre una cama en uno de los dormitorios.

    Pasada la conmoción de la llegada de los huéspedes y luego de un largo rato de animada conversación, todo el mundo se aprestó para la ceremonia en honor a la criatura. De pronto alguien preguntó para sorpresa de todos: “¿Dónde está el bebe?” La intitutriz corrió escaleras arriba, buscando por todos lados y regresó con el rostro pintado de desesperación. No podían encontrar al bebé por ningún sitio. La búsqueda continuó durante unos minutos que parecieron eternos, hasta que alguien recordó haber visto a la criatura acostada sobre una de las camas. Y allí estaba todavía, bajo las ropas de abrigo de los invitados. Era irónico. El mismo objeto de la celebración había sido olvidado, descuidado y por poco destruído.

    La pregunta que nos hacemos muchos cristianos en estos días navideños es: “¿Y ésto es la Navidad? ¿Dónde está el Niño cuyo cumpleaño supuestamente celebramos el 25 de diciembre?” Compra de regalos y juguetes, parrandas, exceso de comida y bebida, arbolitos de Navidad, ropa nueva… ¿Es éste el propósito de la Navidad? Las decoraciones son bonitas y la música navideña nos atrae, pero, ¿es eso la Navidad? ¿Dónde está el Niño Jesús? ¿Dónde le hemos puesto?

    Como en nuestra historia inicial, a veces también somos culpables de olvidar la memoria del Santo Niño cuyo nacimiento decimos celebrar. Hoy en día hay muchos que no invitan a Cristo a su fiesta de Navidad. La Navidad para ellos es sólo una fiesta cualquiera, una oportunidad para derrochar, bailar y alborotar.

    La Navidad debe ser una celebración alegre y llena de gozo. La Navidad verdadera es una fiesta santa porque, según el profeta Isaías, es un recuerdo sublime: “Porque un Niño nos es nacido, Hijo nos es dado y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.”

    La Navidad para los cristianos es la del amor, la alegría, la esperanza y la paz. Es la Navidad de la adoración a Aquel cuyo cumpleaños celebramos: el Señor Jesucristo.

    – Autor Desconocido – 

    Artículos sobre la Navidad

    Artículos sobre la Navidad

    Mural de la iglesia de San Juan Bautista en el río Jordán que muestra el nacimiento de Jesucristo.

    La navidad (latínnativitas‘nacimiento’ ) es una de las fiestas más importantes delCristianismo, junto con la Pascua y Pentecostés, que celebra el nacimiento de Jesucristo en Belén. Esta fiesta se celebra el 25 de 

    pic9300diciembre por la Iglesia Católica, la Iglesia Anglicana, algunas otras Iglesias protestantes y la Iglesia Ortodoxa Rumana; y el 7 de enero en otras Iglesias Ortodoxas, ya que no aceptaron la reforma hecha al calendario juliano, para pasar a nuestro calendario actual, llamado gregoriano, del nombre de su reformador, el Sumo Pontífice Gregorio XIII.

    Los angloparlantes utilizan el término Christmas, cuyo significado es ‘misa (mass)de Cristo’. En algunas lenguas germánicas, como el alemán, la fiesta se denominaWeihnachten, que significa ‘noche de bendición’. Las fiestas de la Navidad se proponen, como su nombre indica, celebrar la natividad (o sea, el nacimiento) de Jesús de Nazaret en este Mundo.

    Wikipedia

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    Enlaces externos recomendados

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