Eugenesia: mejorar la raza humana

Antonio Cruz Suárez
Eugenesia: mejorar la raza humana
Eugenesia (1)

Aquella imagen romántica que se tenía de las ciencias naturales a finales del siglo XIX se resquebrajó hasta deshacerse casi por completo, durante la primera mitad del XX.
20 de febrero de 2011
Los estudiosos atávicos de la llamada “historia natural” que confeccionaban inacabables herbarios, adornaban las paredes de sus hogares con bellas colecciones de mariposas o se dedicaban a disecar aves exóticas, se colocaron asépticos uniformes blancos y, desde sus modernos laboratorios, empezaron a conmocionar al mundo, hurgando en las mismísimas entrañas de la vida.

La biología ya no fue nunca más lo que era. De los inofensivos estudios de la naturaleza de antaño se pasó a la moderna ciencia de la vida, cargada de retos, promesas, tentaciones y también problemas éticos.

Uno de los primeros tumores malignos que se desarrolló en el corazón de la biología, en la misma ciencia de la genética, fue sin duda el de la eugenesia. Literalmente la palabra significa “buen origen”, “buena herencia”, “de buena raza” o “buen linaje” y su creación se debe al inglés Francis Galton en el año 1883. Sin embargo, él la definió como “la ciencia que trata de todos los influjos que mejoran las cualidades innatas de una raza; por tanto, de aquellas que desarrollan las cualidades de forma más ventajosa” (López, E., Ética y vida, San Pablo, Madrid, 1997: 113).
En esta definición se observan ya algunos de los gérmenes venenosos que emponzoñarían posteriormente todo el pensamiento eugenésico. Es decir, la idea de que se trataba de una verdadera ciencia, el concepto asumido de raza que llevaría fácilmente al de racismo y la creencia en las ventajas o desventajas provocadas por los influjos o “genes buenos” y “genes malos”.

DEFINICIÓN DE EUGENESIA
La eugenesia nació a finales del siglo XIX con la pretensión de ser una ciencia aplicada.
El estudio teórico de los factores que pudieran elevar o disminuir las cualidades raciales, tanto físicas como intelectuales, de las futuras generaciones, se fue convirtiendo poco a poco en una serie de acciones prácticas concretas. Su cometido final era conservar y mejorar el patrimonio genético de la humanidad.

Este programa teórico-práctico poseía un doble aspecto: negativo y positivo.

La llamada eugenesia negativa pretendía eliminar directamente aquellas características genéticas no deseables para la especie humana. Con el fin de lograr esta exclusión de rasgos no queridos se proponían medidas tendentes a evitar la descendencia “defectuosa”, tales como prohibir los matrimonios que presentaran riesgo genético o impedir los embarazos en aquellas parejas genéticamente incompatibles. Si la concepción ya había tenido lugar, se proponía el aborto eugenésico o la muerte del recién nacido.

Las medidas coercitivas estaban a la orden del día y venían respaldadas por la opinión mayoritaria del estamento científico. Se trataba de restricciones que, según se decía, había que imponer a ciertos matrimonios por el bien común de la humanidad. Las esterilizaciones de algunos ciudadanos debían ser también obligatorias. A no ser que prefirieran, aquellos que presentaban taras importantes, permanecer siempre recluidos en centros adecuados, con el fin de evitar que pudieran reproducirse.

La eugenesia positiva, por su parte, intentaba difundir al máximo el número de genes y genotipos considerados como deseables, facilitando ciertos matrimonios y otorgando premios a las familias genéticamente seleccionadas que más se reprodujeran. Se organizaron concursos y festivales, que más bien parecían auténticas ferias de ganado.

Desde luego, siempre fue más difícil llevar a la práctica la eugenesia positiva que la negativa, ya que las costumbres humanas no se adecúan fácilmente a tales prácticas.
Autores: Antonio Cruz Suárez
© Protestante Digital 2011

¿Cuál es el significado de la vida?

«¿Cuál es el significado de la vida?»

Respuesta: ¿Cuál es el significado de la vida? ¿Cómo puedo encontrar propósito, realización y satisfacción en la vida? ¿Tendré el potencial para lograr algo de importancia duradera? Mucha gente nunca se ha detenido a considerar cuál es el significado de la vida. Años más tarde, miran hacia atrás y se preguntan por qué sus relaciones se han desmoronado y por qué se sienten tan vacíos, aún cuando pudieron haber conseguido lo que emprendieron. A un jugador de béisbol que figuraba en el paseo de la fama del béisbol se le preguntó, qué le hubiera gustado que le dijeran al principio, cuando empezó a jugar el béisbol. El replicó, “Deseo que alguien me hubiera dicho que cuando alcanzara la cumbre, no encontraría nada ahí”. Muchas metas revelan su vacío solamente después de que se han desperdiciado años en su búsqueda.

En nuestra sociedad humanística, la gente persigue muchos propósitos, pensando que en ellos van a encontrar significado. Algunas de estas búsquedas incluyen: éxito en los negocios, riquezas, buenas relaciones, sexo, entretenimiento, hacer el bien a otros, etc. La gente ha testificado que mientras alcanzan sus metas de riquezas, relaciones y placer, todavía hay un profundo vacío interior – un sentimiento de un vacío que nada parece llenarlo.

El autor del bíblico libro del Eclesiastés expone este sentimiento cuando dice, “¡Vanidad de vanidades! ¡Vanidad de vanidades! ¡Todo es vanidad!”. Este autor tenía riquezas más allá de la medida, sabiduría más que cualquier hombre de su tiempo o del nuestro, mujeres por cientos, palacios y jardines que eran la envidia de los reinos, la mejor comida y el mejor y vino, y poseía cada forma de entretenimiento disponible. Hasta cierto punto, dijo que cualquier cosa que deseaba su corazón, el la buscaba. Y todavía, resumía diciendo, “la vida debajo del sol” (la vida es vivida como que esta fuera todo lo que podemos ver con nuestros ojos y experimentar con nuestros sentidos) ¡es vanidad! ¿Por qué hay tal vacío? Porque Dios nos creó para algo más allá de lo que podemos experimentar en el aquí-y-ahora. Salomón dijo de Dios, “El también ha puesto la eternidad en los corazones de los hombres…”. Estamos conscientes de que, en nuestros corazones, este “aquí-y-ahora” no es todo lo que hay.

En Génesis, el primer libro de la Biblia, encontramos que Dios creó a la humanidad a Su imagen (Génesis 1:26). Esto significa que somos mas como Dios que como cualquier otro (cualquier otra forma de vida). También encontramos que antes de que la humanidad cayera en pecado y la maldición cayera sobre la tierra, las siguientes cosas fueron verdad: (1) Dios hizo al hombre una criatura social (Génesis 2:18-25); (2) Dios dio al hombre trabajo (Génesis 2:15); (3) Dios tuvo compañerismo con el hombre (Génesis 3:8): y (4) Dios dio al hombre dominio sobre la tierra (Génesis 1:26). ¿Cuál es la importancia de estos puntos? Yo creo que por cada uno de estos, Dios intentó añadir a nuestro cumplimiento satisfacción en la vida, pero todo esto (especialmente el compañerismo del hombre con Dios) fue perjudicado por la caída del hombre en pecado y la maldición resultante sobre la tierra (Génesis 3).

En Apocalipsis, el último libro de la Biblia, al final de muchos otros eventos del fin de los tiempos, Dios revela que va a destruir esta tierra y cielo presentes como los conocemos, y conducirnos al estado eterno, al crear un nuevo cielo y una nueva tierra. En ese tiempo, El va a restaurar por completo el compañerismo con la humanidad redimida. Algunos van a ser juzgados indignos y arrojados en el Lago de Fuego (Apocalipsis 20:11-15). Y la maldición del pecado será disipada; no habrá mas pecado, aflicción, enfermedad, muerte, dolor, etc. (Apocalipsis 21:4). Y los creyentes heredarán todas las cosas; Dios habitará con ellos, y ellos serán Sus hijos (Apocalipsis 21:7). De este modo, llegamos a un círculo completo en el que Dios nos creó para tener compañerismo con El; pero el hombre pecó, rompiendo ese compañerismo; Dios restaura ese compañerismo completamente, en el estado eterno, con aquellos considerados dignos por El. ¡Ahora, ir a través de la vida haciendo nada y todo, solamente para morir separados de Dios por la eternidad, sería peor que vano! Pero Dios ha hecho un camino no solamente para hacer posible la dicha eterna (Lucas 23:43), sino también esta vida satisfactoria y valiosa. Ahora, ¿cómo se obtienen esta dicha eterna y este “cielo sobre la tierra”?

EL SENTIDO DE LA VIDA RESTITUIDO POR JESUCRISTO

Como hicimos alusión arriba, el verdadero significado tanto ahora como en la eternidad, se encuentra en que uno restaure la relación con Dios que fue perdida en el tiempo de la caída en el pecado de Adán y Eva. Hoy, esa relación con Dios es solamente posible a través de Su Hijo, Jesucristo (Hechos 4:12; Juan14:6; Juan 1:12). La vida eterna se gana cuando uno se arrepiente de sus pecados (ya no quiere continuar en esto, sino que quiere que Cristo lo cambie y lo haga una nueva persona) y comienza a confiar en Jesucristo como Salvador (vea la pregunta “¿Cuál es el plan de salvación?” para obtener mayor información en este tan importante asunto).

Ahora, el verdadero significado de la vida no se encuentra solamente en tener a Jesús como Salvador (maravilloso como es eso). Mas bien, el verdadero significado de la vida se encuentra cuando uno comienza a seguir a Cristo como Su discípulo, aprendiendo de El, pasando tiempo con El en Su Palabra, la Biblia, comunicándose con El en oración, y caminando con El en obediencia a Sus mandatos. Si usted es un no creyente (o talvez un nuevo Creyente) es probable que esté diciéndose, “¡Eso no suena muy emocionante o satisfactorio para mí!” Pero, por favor lea solamente un poquito más. Jesús hizo las siguientes declaraciones:

“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga” (Mateo 11:28-30). “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan10:10b). “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará” (Mateo 16:24-25). “Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón” (Salmos 37:4).

Todo lo que estos versículos están diciendo es que nosotros tenemos una elección. Podemos continuar buscando guiar nuestras propias vidas (con el resultado de vivir una vida vacía) o podemos escoger seguir a Dios y Su voluntad para nuestras vidas con todo nuestro corazón (lo cual resulta en tener una vida vivida por completo, teniendo satisfechos los deseos del corazón, y encontrando contentamiento y satisfacción). Esto es así porque nuestro Creador nos ama y desea lo mejor para nosotros (no necesariamente la vida más fácil, sino la mayor satisfacción).

Al cerrar, quiero compartir una analogía tomada de un pastor amigo. Si usted es un aficionado a los deportes y decide asistir a un juego profesional, puede aflojar unos pocos dólares y obtener un asiento “alejado de la acción” en las filas superiores del estadio, o puede soltar unos pocos cientos de dólares y estar muy cerca de la acción. En la vida Cristiana también es así. Observar la obra de Dios de PRIMERA MANO no es para los Cristianos domingueros. Ellos no han pagado el precio. Observar la obra de Dios de PRIMERA MANO es para los discípulos de Cristo incondicionales, quienes verdaderamente han dejado sus propios deseos, de manera que pueden seguir los propósitos de Dios en la vida. ¡ELLOS han pagado el precio (completa rendición a Cristo y a Su voluntad); ellos están experimentando la vida a plenitud; y pueden encararse a ellos mismos, y a su Hacedor sin lamentarse! ¿Ha pagado el precio? ¿Está dispuesto a hacerlo? Si es así, usted no va a anhelar sentido o propósito para su vida nuevamente.

Recomendado libro: El Conocimiento del Dios Santo (J.I. Packer).

René Descartes: “Cogito, ergo sum”

A Descartes se le señala como el padre de la filosofía moderna. Su quehacer filosófico debe ser considerado a la luz del contexto histórico en que Descartes vivió, una época de grandes incertidumbres.

Algunos de los postulados del gran Aristóteles habían sido desmentidos por la experimentación; los sentidos no eran dignos de todo crédito, como se podía deducir de la teoría heliocéntrica de Copérnico (todos tenemos la sensación de que el sol se mueve, pero resulta que somos nosotros los que nos movemos); la Iglesia había condenado injustamente a Galileo, cuando luego se demostró que era ella la que estaba equivocada.

En medio de este panorama tan confuso, Descartes se pregunta si hay algo que el hombre puede saber con certeza, fuera de toda duda. Descartes necesitaba un punto de apoyo para su pensamiento, pero por el momento lo único que tiene a mano es su propia duda.

De repente todo le parece dudoso, incluyendo su propia existencia y la realidad de las cosas a su alrededor. Y es así como llega a la conclusión de que al menos hay algo de lo que podía estar seguro fuera de toda duda y es el hecho de que él duda. Si aún dudara que esté dudando y pensara que podría estar soñando que duda, aún así estaría dudando.

Y para poder dudar se requiere de un ser pensante que dude (yo no puedo dudar que pienso sin pensar). Y para pensar es necesario que yo exista, porque el pensamiento requiere un pensador. De ese proceso de razonamiento surge su famoso aforismo: “Cogito, ergo sum” – “Pienso, luego existo”.

Ahora bien, partiendo de este principio fundamental, ¿cómo puedo alcanzar la certeza de que los otros existen, que el mundo existe y que Dios existe? Descartes emprende esta tarea colosal analizando su propia duda.

Para saber que duda, él debe conocer que carece de certidumbre. Esta carencia de certidumbre presupone el discernimiento de su propia imperfección (si fuese perfecto no carecería de certidumbre).

Pero para discernir que él es imperfecto debe tener primero la noción de perfección, de lo contrario no tendría ningún parámetro de comparación para saber que es imperfecto. Esta clara idea de perfección debe tener una causa, cuyo efecto no puede ser mayor que la causa que lo produjo.

De ahí deduce que sólo un ser perfecto puede causar la idea de perfección; si la idea de perfección es real, su causa debe serlo también. Descartes llega entonces a la conclusión de que Dios es la causa perfecta de la idea de perfección. Su “Cogito, ergo sum” viene a ser la base para su “Cogito, ergo Deus est” (“pienso, luego Dios existe”).

Pero si Dios existe y es un ser perfecto, entonces no es posible que nos engañe y, por lo tanto, el mundo que percibimos a nuestro alrededor debe ser real también.

Ahora bien, aquí se ha producido un cambio importante en la historia del pensamiento. Hasta Descartes la filosofía medieval se había movido de Dios al hombre; con él se mueve del hombre hacia Dios. El conocimiento del “yo” viene a ser la base de su sistema de pensamiento. Por eso se le conoce como el padre del racionalismo moderno.

De este modo, y seguramente sin estar apercibido de ello, Descartes puso el fundamento para el escepticismo radical que vendría luego. Si el conocimiento parte de lo que cada sujeto sabe y puede diferir de lo que otros sujetos “saben”, era cuestión de tiempo para que se cuestionara la objetividad del conocimiento mismo.

Los cristianos, en cambio, partimos de la premisa de que hay un Dios omnisciente del cual derivamos nuestro conocimiento. El es el “Sujeto” que todo lo sabe y desde Su perspectiva nosotros somos los “objetos” que poseemos apenas una parcela de Su saber.

© Por Sugel Michelén. Todo Pensamiento Cautivo. Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia.

http://www.todopensamientocautivo.com/2010/08/rene-descartes-cogito-ergo-sum/

Ceremonias ateas de más o menos solemnidad

El ateismo, sea a nivel mundial sea a nivel local, se va organizando y con ello también organizando su propio proselitismo

Autor: Alberto Royo Mejía | Fuente: www.religionenlibertad.com vía Catholic.net

Certificado de ImbecilidadVan quedando lejanos los tiempos en los que el ateismo era cosa de unos pocos, pero muy pocos, cosa de élites intelectuales envenenadas por autores como Feuerbach, Freud o Nietzsche pero que no trascendía al común de los mortales, normalmente sin tantas pretensiones intelectuales, los cuales como mucho se consideraban agnósticos por no saber o no querer dar una respuesta al tema de Dios. A lo largo del siglo XX el fenómeno del ateismo ha ido creciendo y, lo que para mi gusto es peor, se ha ido organizando.

Por supuesto todos tienen derecho a organizarse, creyentes y no creyentes, no faltaba más, pero da pena ver organizaciones con fines tan poco útiles para el ser humano. Porque, respetando la libertad de conciencia de cada uno, suscribo sin ambages lo que decía años atrás el buen Cardenal De Lubac en su “Drama del humanismo ateo”: “No es verdad que el hombre… no pueda organizar la tierra sin Dios. Lo cierto es que sin Dios no puede, en fin de cuentas, más que organizarla contra el hombre; el humanismo que excluye a Dios es un humanismo antihumano”.

Pero dejando las consideraciones teóricas -por otro lado de gran importancia si lo que cuenta de verdad es el bien del ser humano, su felicidad y la respuesta a los interrogantes de su corazón- vuelvo a la constatación de cómo el ateismo, sea a nivel mundial sea a nivel local, se va organizando y con ello también organizando su propio proselitismo. Desde cosas tan puntuales pero significativas como los autobuses ateos, a los cuales parece que salió el tiro por la culata, hasta otras iniciativas de mayor calado como asociaciones, foros, fundaciones, etc., las cuales se hacen cada vez más activas en política para ir cambiando poco a poco algunos aspectos poco seculares de la cultura occidental (con el Islam no se atreven, por si salen escaldados).

En Estados Unidos, un país de profunda religiosidad, son especialmente activos, presionando todo lo que pueden a través de la vía jurídica para eliminar cosas como el día nacional de la oración, el “In God we trust” y cosas similares. En Inglaterra están promoviendo la creación de escuelas públicas laicas, sin ningún tipo de clase de religión, lo cual el nuevo gobierno británico ha dicho que va a estudiar con detenimiento. En España, personajes que antaño fueron católicos fervientes, se han convertido en teóricos del laicismo ateo e influyen no poco en la cultura nuestra actual.

Todas estas constataciones no dejan de tener su parte triste, pero ésta es superada ampliamente por la esperanza cristiana, que nos ayuda a no desanimarnos ante las dificultades, convencidos de la necesidad que el hombre tiene de Dios.

Pero el tema del artículo es menos profundo, pues estamos en verano, hace calor y es más fácil leer algo ligero. El ateismo de hoy en día tiene también una parte ritual que se está convirtiendo hasta en folklórica. La primera muestra la tenemos en una curiosa ceremonia sobre la que he leído nada menos que en FOXNews, por lo que no es algo inventado. Se trata del director jurídico de la asociación de ateos americanos, Edwin Kagin, el cual es famoso en aquellas tierras por sus escritos y por la organización anual de campamentos ateos para jóvenes, gran apóstol del ateismo americano.

El buen señor ahora ha tenido la ocurrencia de hacer una ceremonia pública de “desbautismo”, para simbolizar los que no quieren estar bautizados, y lo ha hecho nada menos que con un secador de pelo, secándole a la gente la cabeza para significar el quitar las aguas del bautismo. Para ello se ha vestido con una túnica monacal y ha dicho fórmulas imitando el latín, que por supuesto no conoce. De traca. Obviamente lo ha hecho para llamar la atención de los medios de comunicación, pero no deja de llamar la atención la celebración de una ceremonia tan peregrina y el hecho que, si no tiene reminiscencias religiosas, no es ceremonia. Y como se suele cumplir aquello de «en casa de herrero cuchillo de palo», el hijo de este señor se hizo ya hace unos años cristiano evangélico y ahora es ministro de una iglesia, para mayor disgusto de su padre.

En España todavía no las tenemos, gracias a Dios. Las que empezamos a tener aquí y allá son las de “bautismos” laicos. Han sido pocas y tan ridículas que difícilmente cuajarán entre la gente, sobre todo si hay que pagar, pero no faltan algunos profundamente ideologizados que con ello creen poner una pica en Flandes cuando en realidad pierden el tiempo.

¿Se acabará publicando un sacramentario ateo? ¿Se creará alguna cátedra de “liturgia” atea en la universidad Carlos III o en otras? ¿Se nombrará un maestro de ceremonias ateo en cada ayuntamiento? Quién sabe, el tiempo lo dirá. La capacidad de asombro de muchos, entre los que me encuentro, cada vez va disminuyendo. Una vez más no es algo nuevo, ya decía Don Quijote aquello de “cosas veredes, amigo Sancho…”

visto en http://vivificar.blogspot.com/2010/08/ceremonias-ateas-de-mas-o-menos.html

«¿Cuál es el significado de la vida?»

«¿Cuál es el significado de la vida?»

Respuesta: ¿Cuál es el significado de la vida? ¿Cómo puedo encontrar propósito, realización y satisfacción en la vida? ¿Tendré el potencial para lograr algo de importancia duradera? Mucha gente nunca se ha detenido a considerar cuál es el significado de la vida. Años más tarde, miran hacia atrás y se preguntan por qué sus relaciones se han desmoronado y por qué se sienten tan vacíos, aún cuando pudieron haber conseguido lo que emprendieron. A un jugador de béisbol que figuraba en el paseo de la fama del béisbol se le preguntó, qué le hubiera gustado que le dijeran al principio, cuando empezó a jugar el béisbol. El replicó, “Deseo que alguien me hubiera dicho que cuando alcanzara la cumbre, no encontraría nada ahí”. Muchas metas revelan su vacío solamente después de que se han desperdiciado años en su búsqueda.

En nuestra sociedad humanística, la gente persigue muchos propósitos, pensando que en ellos van a encontrar significado. Algunas de estas búsquedas incluyen: éxito en los negocios, riquezas, buenas relaciones, sexo, entretenimiento, hacer el bien a otros, etc. La gente ha testificado que mientras alcanzan sus metas de riquezas, relaciones y placer, todavía hay un profundo vacío interior – un sentimiento de un vacío que nada parece llenarlo.

El autor del bíblico libro del Eclesiastés expone este sentimiento cuando dice, “¡Vanidad de vanidades! ¡Vanidad de vanidades! ¡Todo es vanidad!”. Este autor tenía riquezas más allá de la medida, sabiduría más que cualquier hombre de su tiempo o del nuestro, mujeres por cientos, palacios y jardines que eran la envidia de los reinos, la mejor comida y el mejor y vino, y poseía cada forma de entretenimiento disponible. Hasta cierto punto, dijo que cualquier cosa que deseaba su corazón, el la buscaba. Y todavía, resumía diciendo, “la vida debajo del sol” (la vida es vivida como que esta fuera todo lo que podemos ver con nuestros ojos y experimentar con nuestros sentidos) ¡es vanidad! ¿Por qué hay tal vacío? Porque Dios nos creó para algo más allá de lo que podemos experimentar en el aquí-y-ahora. Salomón dijo de Dios, “El también ha puesto la eternidad en los corazones de los hombres…”. Estamos conscientes de que, en nuestros corazones, este “aquí-y-ahora” no es todo lo que hay.

En Génesis, el primer libro de la Biblia, encontramos que Dios creó a la humanidad a Su imagen (Génesis 1:26). Esto significa que somos mas como Dios que como cualquier otro (cualquier otra forma de vida). También encontramos que antes de que la humanidad cayera en pecado y la maldición cayera sobre la tierra, las siguientes cosas fueron verdad: (1) Dios hizo al hombre una criatura social (Génesis 2:18-25); (2) Dios dio al hombre trabajo (Génesis 2:15); (3) Dios tuvo compañerismo con el hombre (Génesis 3:8): y (4) Dios dio al hombre dominio sobre la tierra (Génesis 1:26). ¿Cuál es la importancia de estos puntos? Yo creo que por cada uno de estos, Dios intentó añadir a nuestro cumplimiento satisfacción en la vida, pero todo esto (especialmente el compañerismo del hombre con Dios) fue perjudicado por la caída del hombre en pecado y la maldición resultante sobre la tierra (Génesis 3).

En Apocalipsis, el último libro de la Biblia, al final de muchos otros eventos del fin de los tiempos, Dios revela que va a destruir esta tierra y cielo presentes como los conocemos, y conducirnos al estado eterno, al crear un nuevo cielo y una nueva tierra. En ese tiempo, El va a restaurar por completo el compañerismo con la humanidad redimida. Algunos van a ser juzgados indignos y arrojados en el Lago de Fuego (Apocalipsis 20:11-15). Y la maldición del pecado será disipada; no habrá mas pecado, aflicción, enfermedad, muerte, dolor, etc. (Apocalipsis 21:4). Y los creyentes heredarán todas las cosas; Dios habitará con ellos, y ellos serán Sus hijos (Apocalipsis 21:7). De este modo, llegamos a un círculo completo en el que Dios nos creó para tener compañerismo con El; pero el hombre pecó, rompiendo ese compañerismo; Dios restaura ese compañerismo completamente, en el estado eterno, con aquellos considerados dignos por El. ¡Ahora, ir a través de la vida haciendo nada y todo, solamente para morir separados de Dios por la eternidad, sería peor que vano! Pero Dios ha hecho un camino no solamente para hacer posible la dicha eterna (Lucas 23:43), sino también esta vida satisfactoria y valiosa. Ahora, ¿cómo se obtienen esta dicha eterna y este “cielo sobre la tierra”?

EL SENTIDO DE LA VIDA RESTITUIDO POR JESUCRISTO

Como hicimos alusión arriba, el verdadero significado tanto ahora como en la eternidad, se encuentra en que uno restaure la relación con Dios que fue perdida en el tiempo de la caída en el pecado de Adán y Eva. Hoy, esa relación con Dios es solamente posible a través de Su Hijo, Jesucristo (Hechos 4:12; Juan14:6; Juan 1:12). La vida eterna se gana cuando uno se arrepiente de sus pecados (ya no quiere continuar en esto, sino que quiere que Cristo lo cambie y lo haga una nueva persona) y comienza a confiar en Jesucristo como Salvador (vea la pregunta “¿Cuál es el plan de salvación?” para obtener mayor información en este tan importante asunto).

Ahora, el verdadero significado de la vida no se encuentra solamente en tener a Jesús como Salvador (maravilloso como es eso). Mas bien, el verdadero significado de la vida se encuentra cuando uno comienza a seguir a Cristo como Su discípulo, aprendiendo de El, pasando tiempo con El en Su Palabra, la Biblia, comunicándose con El en oración, y caminando con El en obediencia a Sus mandatos. Si usted es un no creyente (o talvez un nuevo Creyente) es probable que esté diciéndose, “¡Eso no suena muy emocionante o satisfactorio para mí!” Pero, por favor lea solamente un poquito más. Jesús hizo las siguientes declaraciones:

“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga” (Mateo 11:28-30). “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan10:10b). “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará” (Mateo 16:24-25). “Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón” (Salmos 37:4).

Todo lo que estos versículos están diciendo es que nosotros tenemos una elección. Podemos continuar buscando guiar nuestras propias vidas (con el resultado de vivir una vida vacía) o podemos escoger seguir a Dios y Su voluntad para nuestras vidas con todo nuestro corazón (lo cual resulta en tener una vida vivida por completo, teniendo satisfechos los deseos del corazón, y encontrando contentamiento y satisfacción). Esto es así porque nuestro Creador nos ama y desea lo mejor para nosotros (no necesariamente la vida más fácil, sino la mayor satisfacción).

Al cerrar, quiero compartir una analogía tomada de un pastor amigo. Si usted es un aficionado a los deportes y decide asistir a un juego profesional, puede aflojar unos pocos dólares y obtener un asiento “alejado de la acción” en las filas superiores del estadio, o puede soltar unos pocos cientos de dólares y estar muy cerca de la acción. En la vida Cristiana también es así. Observar la obra de Dios de PRIMERA MANO no es para los Cristianos domingueros. Ellos no han pagado el precio. Observar la obra de Dios de PRIMERA MANO es para los discípulos de Cristo incondicionales, quienes verdaderamente han dejado sus propios deseos, de manera que pueden seguir los propósitos de Dios en la vida. ¡ELLOS han pagado el precio (completa rendición a Cristo y a Su voluntad); ellos están experimentando la vida a plenitud; y pueden encararse a ellos mismos, y a su Hacedor sin lamentarse! ¿Ha pagado el precio? ¿Está dispuesto a hacerlo? Si es así, usted no va a anhelar sentido o propósito para su vida nuevamente.

Recomendado libro: El Conocimiento del Dios Santo (J.I. Packer).

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René Descartes: Cogito, ergo sum

VIERNES 20 DE AGOSTO DE 2010

René Descartes: Cogito, ergo sum

A René Descartes (1596 – 1650) se le conoce como el padre de la filosofía moderna. Su quehacer filosófico debe ser considerado a la luz del contexto histórico en que Descartes vivió, una época de grandes incertidumbres.

Algunos de los postulados del gran Aristóteles habían sido desmentidos por la experimentación; los sentidos no eran dignos de todo crédito, como se podía deducir de la teoría heliocéntrica de Copérnico (todos tenemos la sensación de que el sol se mueve, pero resulta que somos nosotros los que nos movemos); la Iglesia había condenado injustamente a Galileo, cuando luego se demostró que era ella la que estaba equivocada.

En medio de este panorama tan confuso, Descartes se pregunta si hay algo que el hombre puede saber con certeza, fuera de toda duda. Descartes necesitaba un punto de apoyo para su pensamiento, pero por el momento lo único que tiene a mano es su propia duda.

De repente todo le parece dudoso, incluyendo su propia existencia y la realidad de las cosas a su alrededor. Y es así como llega a la conclusión de que al menos hay algo de lo que podía estar seguro fuera de toda duda y es el hecho de que él duda. Si aún dudara que esté dudando y pensara que podría estar soñando que duda, aún así estaría dudando.

Y para poder dudar se requiere de un ser pensante que dude (yo no puedo dudar que pienso sin pensar). Y para pensar es necesario que yo exista, porque el pensamiento requiere un pensador. De ese proceso de razonamiento surge su famoso aforismo: “Cogito, ergo sum” – “Pienso, luego existo”.

Ahora bien, partiendo de este principio fundamental, ¿cómo puedo alcanzar la certeza de que los otros existen, que el mundo existe y que Dios existe? Descartes emprende esta tarea colosal analizando su propia duda.

Para saber que duda, él debe conocer que carece de certidumbre. Esta carencia de certidumbre presupone el discernimiento de su propia imperfección (si fuese perfecto no carecería de certidumbre).

Pero para discernir que él es imperfecto debe tener primero la noción de perfección, de lo contrario no tendría ningún parámetro de comparación para saber que es imperfecto. Esta clara idea de perfección debe tener una causa, cuyo efecto no puede ser mayor que la causa que lo produjo.

De ahí deduce que sólo un ser perfecto puede causar la idea de perfección; si la idea de perfección es real, su causa debe serlo también. Descartes llega entonces a la conclusión de que Dios es la causa perfecta de la idea de perfección. Su “Cogito, ergo sum” viene a ser la base para su “Cogito, ergo Deus est” (“pienso, luego Dios existe”).

Pero si Dios existe y es un ser perfecto, entonces no es posible que nos engañe y, por lo tanto, el mundo que percibimos a nuestro alrededor debe ser real también.

Ahora bien, aquí se ha producido un cambio importante en la historia del pensamiento. Hasta Descartes la filosofía medieval se había movido de Dios al hombre; con él se mueve del hombre hacia Dios. El conocimiento del “yo” viene a ser la base de su sistema de pensamiento. Por eso se le conoce como el padre del racionalismo moderno.

De este modo, y seguramente sin estar apercibido de ello, Descartes puso el fundamento para el escepticismo radical que vendría luego. Si el conocimiento parte de lo que cada sujeto sabe y puede diferir de lo que otros sujetos “saben”, era cuestión de tiempo para que se cuestionara la objetividad del conocimiento mismo.

Los cristianos, en cambio, partimos de la premisa de que hay un Dios omnisciente del cual derivamos nuestro conocimiento. El es el “Sujeto” que todo lo sabe y desde Su perspectiva nosotros somos los “objetos” que poseemos apenas una parcela de Su saber.

© Por Sugel Michelén. Todo pensamiento cautivo. Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia.

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Capítulo 6 – Argumento embriológico

Capítulo 6 – Argumento embriológico

Darwin entendía que la embriología daba los argumentos más sólidos a la doctrina transformista. La comparación de embriones dentro de cada grupo, al tiempo que revela semejanzas notables, da pistas sobre el parentesco y sobre la evolución adaptativa de las distintas especies.

Así, en cierta etapa del desarrollo de los embriones de tiburón, pollo y hombre se parecen mucho; moluscos y anélidos son troncos distintos, pero comparten un tipo de larva: la trocófora. Los cirrípedos (percebes) tiene forma de larva (nauplio) inconfundible de crustáceos, que permiten clasificar e interpretar correctamente algunas características anatómicas de estos animales.[0]

Copia de Romanes (1892) de los dibujos embriológicos de Haeckel

«Algunos profesores y libros de texto persisten en exponer la simplista hipótesis darwinista del siglo diecinueve de que un embrión en desarrollo resume la historia evolutiva de dicho organismo. Este punto de vista, que se designa como recapitulación, está rechazado desde hace más de medio siglo por los embriólogos académicos.

El principal promotor de la recapitulación fue el antiteísta Ernst Haeckel, que elaboró unas ilustraciones falseadas para dar apoyo a su punto de vista. Incluso en nuestros días algunos autores siguen usando irreflexivamente algunas de estas falsas ilustraciones en secciones de los libros de texto donde promulgan el evolucionismo.

Gracias a modernos estudios sobre procesos de desarrollo incluyendo los genes homeóticos, nuestra comprensión del origen de las formas de vida está sufriendo grandes cambios. El designio con una creación divina de tipos no relacionados se está convirtiendo en una opción crecientemente más viable.» [1]

«Este concepto se designa como recapitulación, porque se supone que el embrión en desarrollo «resume» o «recapitula» toda la historia de su raza. Cuando se presentan ciertas observaciones acerca del desarrollo embrionario de una forma convincente, este argumento induce a aceptar una secuencia macroevolutiva de las especies animales o vegetales. «[2]

En biología, la teoría de la recapitulación o ley biogenética es la teoría según la cual la ontogenia recapitula la filogenia. Los primeros en proponer una teoría recapitulacionista de la filogenia fueron John Hunter (1728-1793) y Carl Friedrich Kielmeyer (1795-1844), si bien fue Ernst Haeckel quien en 1866 la expuso de un modo sistemático y la difundió ampliamente. La teoría de la recapitulación cayó en el olvido con el auge de la Teoría Sintética y ha sido desacreditada en su versión literal. No obstante, las relaciones entre la ontogenia y la filogenia han vuelto a ser objeto de estudio, dando lugar a la nueva disciplina biológica popularmente conocida como «evo-devo». [3]

Anatomía o morfología comparada: Sí los organismos se hallan de hecho relacionados entre sí, es lógico suponer que cuánto más estrecha sea la relación entre dos especies cualesquiera mayor será el número de características comunes que ellas posean.

1. Órganos homólogos (Gr. Homos: el mismo + lego: hablar): Cuando en distintos organismo encontramos estructuras que tienen igual origen estructural e idéntico origen en el desarrollo, y se hallan construidas según el mismo plan fundamental, decimos que tales órganos son homólogos, oque poseen semejanza homóloga, sin tener en cuenta que sean o no similares en su aspecto, o que desempeñen iguales funciones. La Homología es una semejanza fundamental; igualdad estructural de un órgano o parte en una clase de organismos comparada con la misma unidad de otros, que es consecuencia de comunidad de antepasados.

2. Órganos análogos (Gr. Analogía: relación): Cuando en diferentes organismos encontramos estructuras que parecen iguales y poseen funciones similares, pero difieren en su plan estructural y en su origen, decimos que duchas estructuras son análogas, o que poseen similitudes análogas. La Analogía es la semejanza de rasgos o funciones externas, pero no de plan estructural o del origen.

3. Órganos vestigiales (Lat. Vestigium: huella o resto): Son órganos pequeños o degenerados, pero que corresponden a órganos, otrora útiles, que habían estado completamente desarrollados, que han dejado de serlo, lo que es probado por el hecho de que órganos homólogos de aquellos, se encuentran aún en función en otros organismos emparentados.

La Embriología comparada: La embriología, que es el estudio de las etapas del desarrollo individual de los organismos, si bien constituye una rama especial de la biología, está íntimamente relacionada con la anatomía comparada. Los problemas abarcados y las evidencias que proporciona la embriología se dividen en 2 categorías:

1).Las semejanzas entre embriones de distintos grupos y las semejanzas entre embriones de grupos “superiores” y adultos de grupos “inferiores”. El parecido entre embriones de animales diferentes es más próximo que el parecido entre los animales adultos.

2).Algunos caracteres ancestrales son conservados en la ontogenia de los descendientes; esta persistencia puede ser una ayuda en la interpretación de las relaciones evolutivas.

La acumulación de cambios genéticos procedentes de organismos de diversa evolución modifica el patrón de desarrollo de los embriones de los vertebrados superiores.

«Los resultados de los estudios comparativos entre las distintas formas de desarrollo embrionario de los vertebrados resultó otro aval para la teoría de la evolución.

Estos patrones comunes de desarrollo son prueba del parentesco de las especies. Es decir, la posibilidad de que diferentes especies hayan descendido de un antepasado común.»[4]

Historia de la Teoría de la recapitulación

Aristóteles fue el primero en establecer una analogía entre las formas atravesadas por el embrión durante su ontogenia y las formas animales.

La historia de la biología evolutiva del desarrollo (evo-devo) se remonta a la tradición analógica que, ya en Grecia, estableció un paralelismo entre el desarrollo ontogenético y la organización de los seres vivos. La vinculación entre evolución y desarrollo no tiene lugar hasta la Teoría de la Recapitulación de Ernst Haeckel. Finalmente, la institucionalización de la evo-devo como disciplina autónoma y consolidada tendrá lugar en los años noventa del siglo XX.La idea de recapitulación hunde sus raíces en los presocráticos, para quienes una especie de membrana amniótica primordial habría envuelto al cosmos como a un feto. En Platón encontramos un recapitulacionismo descendente (por degeneración) y en Aristóteles ascendente.

La tradición analógica según la cual existe una relación entre las formas que atraviesa el embrión a lo largo de su desarrollo y las distintas formas animales se remonta a Aristóteles. En la Reproducción de los animales el estagirita concibió la ontogenia como un proceso epigenético que procedía de lo general a lo particular: las primeras etapas se definirían por una forma animal compartida por todo el reino animal que progresivamente se iría concretando para dar lugar, en cada caso, primero a los rasgos genéricos y finalmente a los rasgos propios de cada especie.

La analogía entre ontogenia y Sistema Natural se mantuvo de un modo confuso hasta la obra del preformacionista Charles Bonnet (1720-1793), quien fue el primero en establecer un amplio paralelismo entre los estadios ontogenéticos y la historia de la vida, profundamente ligado a la idea de Scala naturae.[5]

Empédocles (484-424 a. C.) estableció un paralelismo entre el desarrollo individual y el del universo.

En su obra Observaciones sobre ciertas partes de la economía animal y al comentar sus dibujos sobre el desarrollo del pollo, John Hunter esbozó de manera un tanto confusa la teoría de la recapitulación.

Partiendo de las ideas de la cadena de los seres y de la preformación, Charles Bonnet propuso un paralelismo entre el desarrollo embrionario y la jerarquía orgánica. Bonnet era fijista, pensando que todos los seres habían sido creados por Dios una sola vez. Sin embargo, pensaba que lo que constituía la esencia de las especies no era su forma actual, sino un germen interior (invisible e indestructible) que habría permanecido idéntico a lo largo de la historia, a pesar de las variaciones exteriores sufridas por las especies. Lo mismo sucede con el desarrollo embrionario: si bien el embrión es perfecto desde su concepción, las características que permiten situarlo en la escala de los seres sólo aparecen progresivamente.

Según Carl Friedrich Keilmeyer (1793) el mundo orgánico está regido por cinco fuerzas: la sensibilidad, la irritabilidad, la reproducción, la secreción y la propulsión. Kielmeyer analiza el modo en el que estas cinco fuerzas se distribuyen por la scala naturae y señala que, durante el desarrollo, aparecen en el mismo orden en el que las encontramos en la sistemática.

La ley de Meckel-Serres

Las analogías establecidas por los trascendentalistas alemanes Lorenz Oken, Friedrich Johann Meckel y K. G. Carus.

La ley del paralelismo fue fuertemente criticada por Karl Ernst von Baer, que propuso en su lugar la ley de diferenciación.

Según Gould, la aplicación de la recapitulación a la evolución fue descubierta independientemente al menos cuatro veces en la década que siguió a la publicación del origen por Fritz Müller, Haeckel y los paleontólogos Edward Drinker Cope y Alpheus Hyatt. [6]

El triple paralelismo

Algunos autores propusieron el paralelismo, no sólo entre la serie sistemática y la ontogenética, sino también la paleontológica. Esta idea fue ya apuntada por Tiedemann en 1808 (Russell 1916), pero es ahora cuando encuentra una formulación más desarrollada. Es el caso de Christian Heinrich Pander (desde el evolucionismo) y de la ley biogenética de Louis Agassiz (desde el fijismo).[7]

La teoría de Haeckel: la ontogenia recapitula la filogenia

La ontogenia, o el desarrollo de los individuos orgánicos, considerada como una secuencia de formas que cambia a lo largo de todo individuo orgánico durante su existencia individual, está inmediatamente determinada por la filogenia o el desarrollo del grupo orgánico (phylum) al que pertenece. La ontogenia es una breve y rápida recapitulación de la filogenia, determinada por la función fisiológica de la herencia (reproducción) y la adaptación (nutrición) cit en Haeckel 1866, Vol. 2, p. 300

La teoría de la recapitulación sostiene que el desarrollo embrionario de cada especie (ontogenia) repite completamente la historia evolutiva de dicha especie (filogenia). De otro modo: cada uno de los estadios que el individuo de una especie atraviesa a lo largo de su desarrollo embrionario representa una de las formas adultas que apareció en su historia evolutiva:

Conforme un organismo tan elevado y complicado como el hombre se eleva desde un simple estado celular, y conforme progresa en su diferenciación y perfeccionamiento, atraviesa la misma serie de transformaciones que han atravesado sus progenitores animales durante inmensos períodos de tiempo […] Ciertos estadios muy tempranos e inferiores del desarrollo del hombre, y de otros animales vertebrados en general, se corresponden completamente en muchos puntos de su estructura con las condiciones que permitieron sobrevivir a los peces inferiores. La siguiente fase se nos ofrece como un cambio de un ser pez a una especie de animal anfibio. En un período más tardío del mamífero, con sus características especiales, se desarrolla a partir del anfibio, y podemos ver claramente, en los estadios sucesivos de su desarrollo posterior, una serie de pasos de progresiva transformación que evidentemente se corresponden con las diferencias de diferentes familias y órdenes animales

Haeckel 1868/1876, p. 310. Cit. en Russell 1916. trad. Wikipedia

Las objeciones de von Baer a la ley de Meckel-Serres no se aplicaron a la teoría de la recapitulación por la razón señalada por Francis Maitland Balfour (1880): ¿Por qué los animales, durante su ontogenia, adquieren rasgos no funcionales que después desaparecen? Los ancestros hipotéticos pueden ser utilizados para explicar la aparición de los arcos branquiales y notocordios en embriones mamíferos. » [8]

Mecanismos recapitulatorios

El ajolote, una especie acuática de salamandra, es un ejemplo clásico de neotenia, pues el adulto conserva los rasgos que en otras especies de salamandra aparecen en la fase larvaria.

El ajolote, una especie acuática de salamandra, es un ejemplo clásico de neotenia, pues el adulto conserva los rasgos que en otras especies de salamandra aparecen en la fase larvaria.

El mecanismo de la recapitulación se basaba en dos leyes:

La adición terminal, resultado de la aceleración, da lugar a la progénesis

La condensación, resultado del retardo, da lugar a la neotenia.[9]

Palingénesis y cenogénesis

La palingénesis se produce cuando la recapitulación es integral; la cenogénesis abarca las excepciones a la teoría de la recapitulación, siendo consideradas adaptaciones a la vida larvaria. Las dos leyes rectoras de la recapitulación son la adición terminal, que añade nuevos rasgos al final de la ontogenia, y la condensación, que elimina estadios de desarrollo temprano que dejan lugar para la aparición de nuevos rasgos.[10]

La teoría de la recapitulación en la actualidad

La biología actual rechaza la versión literal de la teoría de Haeckel. Mientras que, por ejemplo, se acepta la filogénesis del Homo sapiens como resultado de la evolución del pez a través de los reptiles hasta los mamíferos (aunque ahora se sabe que los ‘reptiles’ son un grupo compuesto y los ancestros de los mamíferos se separaron antes de que los reptiles actuales evolucionaran), no podemos distinguir estadios definidos de «pez», «reptil» y «mamífero» en el desarrollo embrionario humano.

El hecho de que la versión literal de la recapitulación sea rechazada por la biología actual ha sido a veces utilizado como un argumento en contra de la evolución por algunos creacionistas: «La hipótesis de Haeckel fue presentada como una evidencia a favor de la evolución; la teoría de Haeckel es falsa; luego la evolución tiene menos evidencia a su favor». Este argumento no es sólo sobresimplificador sino falso: la biología moderna reconoce numerosas conexiones entre la ontogenia y la filogenia, pero las explica a partir de la teoría de la evolución, sin necesidad de recurrir a los puntos de vista de Haeckel, y las considera, precisamente, como evidencias de tal teoría.[11]

Aplicaciones a otras disciplinas

La teoría de la recapitulación de Haeckel tuvo un fuerte impacto en las teorías sociales y educativas de finales del siglo XIX. La teoría de la maduración de G. Stanley Hall se basaba en la premisa de que el crecimiento infantil recapitulaba los estadios evolutivos, y que había una correspondencia perfecta entre los estadios que se atraviesan a lo largo de la infancia y la historia evolutiva. Esta concepción encaja perfectamente con otros conceptos del darwinismo social, como la idea de que las sociedades «primitivas» necesitaban ser guiadas por otras sociedades más avanzadas como Europa o Norteamérica, cumbres de la evolución.[12]

Observaciones recientes

«El estudio comparativo de la embriología de diversos vertebrados muestra gran similitud con el patrón de desarrollo inicial. Como el embrión se desarrolla, existe individualizantes las características y las similitudes disminuir. Esta similitud se encuentra también en el desarrollo embrionario de todos los animales metazoos. En este caso, sin embargo, cuando varios organismos son diferentes, el período embrionario es menos común entre ellos.

La interpretación filogenética del desarrollo embrionario no habría podido producirse sin el previo desarrollo de la embriología comparada: Martin Heinrich Rathke (1793-1860), N. J. Berrill, D. T. Anderson, Karl Ernst von Baer, Martin Barry.

La obra inaugural del enfoque comparativo de la embriología es, sin duda, la de Kaspar Wolff (1734-1793), quien en su Theoria Generationis (1759) y especialmente en De Formatione Intestinorum (1768) defendió una concepción epigenética del desarrollo y fundó las bases de la futura teoría de las capas germinales.

Christian Pander (1794-1865) fue el primer naturalista en establecer un pararelismo entre el desarrollo ontogenético, la filogenia y el registro paleontológico. Para Pander, tanto el desarrollo individual como la transformación de las especies observada en el registro fósil eran manifestaciones de un mismo fenómeno: la metamorfosis de los seres orgánicos. «[13]

Generalmente, si una estructura antecede a otra estructura en términos evolutivos, entonces también aparece antes que la otra en el desarrollo embrionario. Las especies evolutivamente emparentadas comparten normalmente los estadios tempranos del desarrollo embrionario y difieren en los más tardíos.

Ejemplos:

La columna vertebral, la estructura común a todos los vertebrados como peces, reptiles y mamíferos, aparece como una de las estructuras más tempranas en todos los embriones de vertebrados.

El cerebro de los humanos se desarrolla más tarde en relación al resto de los primates.

Asimismo, si una estructura desaparece en una secuencia evolutiva, entonces podemos observar a menudo otra estructura que aparece en un estadio del desarrollo embrionario pero que después desaparece o es modificada en un estadio más tardío.

Las ballenas, que han evolucionado a partir de mamíferos terrestres, no tienen patas, pero conservan pequeños huesos de extremidades inferiores en el interior del cuerpo. Durante el desarrollo embrionario, las extremidades inferiores aparecen para retroceder en los estadios más tardíos. Del mismo modo, los embriones de ballena tienen pelo en uno de los estadios, pero más tarde lo pierden en su mayor parte.

El ancestro común de primates y humanos tenía una cola que los embriones humanos conservan todavía en cierto estadio para después receder y formar el coxis.[14]

Observaciones criticas a esta teoría:

«La teoría de la recapitulación fue criticada desde la perspectiva embriológica por Nicolaus Michael Oppel, Keibel, Mehnert, Oscar Hertwig y Vialleton, en un sentido muy similar a las críticas que Karl Ernst von Baer dirigiera a la Ley de Meckel-Serres.»[15]

Las observaciones criticas a esta teoría, que aun se enseña en los libros de biologia del secundario proviene de una autoridad cientifica en este tema, el dr. Wayne Frair Ph.D, quien comparte su testimonio al respecto de esta teoria, testimonio que considero importante citar.

«Me sentí identificado con este estudiante, porque en la primavera de 1947, cuando yo era estudiante de primer año y estudiando mi primer semestre de zoología en la Universidad de Massachusetts en Amherst, viví una experiencia similar. Mi profesor, Gilbert L. Woodside, un doctor en embriología educado en Harvard, y que entonces era pionero en esta disciplina, presentó en nuestra clase el argumento de la embriología para la evolución. En general, este concepto se designa como recapitulación, porque se supone que el embrión en desarrollo «resume» o «recapitula» toda la historia de su raza. Cuando se presentan ciertas observaciones acerca del desarrollo embrionario de una forma convincente, este argumento induce a aceptar una secuencia macroevolutiva de las especies animales o vegetales. Recuerdo que después de esta clase pensé: «¿Cómo podría nadie dudar de la realidad de la evolución cuando ha comprendido esta evidencia?»

Me surgió el deseo profundizar en el conocimiento de la biología, de modo que cambié mi especialidad de psicología a zoología, y estudié fisiología y entomología en mi segundo año. Me había convertido al cristianismo mientras estaba en la marina, antes de mi educación universitaria, pero después de dos años en la universidad, mis creencias cristianas hacían frente a unos retos ante los que resultaba difícil de resistir. Me habían propuesto el puesto de asistente de laboratorio para la clase de fisiología para el siguiente otoño, y me hubiera gustado mucho aceptar, pero cambié a un instituto cristiano de enseñanza superior (Houghton en Nueva York), donde me especialicé en zoología, con grados en Biblia y en química. Recibí una diplomatura en letras en 1950, y en el verano de 1951 una diplomatura en ciencias, también en zoología, en otro instituto superior cristiano (Wheaton, en Illinois). En este último extendí mis conocimientos en ciencia y en teología. Luego enseñé ciencias a estudiantes de secundaria durante un año en la Escuela Ben Lippen, que estaba entonces en Carolina del Norte. En 1952 volví como estudiante graduado a la Universidad de Massachusetts, donde conseguí un puesto como profesor auxiliar y auxiliar de investigación.

Sin yo preverlo, me encontré en un curso de embriología experimental con el doctor Woodside, que era ahora el Catedrático Numerario del Departamento de Zoología y decano de la Escuela de Graduados. Me sentí cautivado por el doctor Woodside y por su campo de embriología. Emprendí una investigación e hice una tesis sobre la embriología del pollo y el primer fármaco inhibidor del cáncer, la 8-azaguanina (véase Frair y Woodside, 1956).

Durante mi estudio e investigación, me decidí a sondear las profundidades de la recapitulación embrionaria, ¡pero, para mi total sorpresa aprendí por el doctor Woodside que la «ley biogenética» estaba muerta! De modo que el hombre que me había convencido de la importancia de la recapitulación en mi primer año de carrera, cinco años después me estaba convenciendo de todo lo contrario. El doctor Woodside no solo no la creía, sino que realmente la desdeñaba. La recapitulación ya no podía ser nada más que una hipótesis en el mejor de los casos, y no quería que yo tuviera nada que hacer con ella.

El profesor Woodside creía que la embriología como disciplina había sufrido un retraso debido a la recapitulación. Me contó que para mediados del siglo 20 ningún embriólogo bien informado podía aceptar el concepto de la recapitulación. Muchos investigadores habían abandonado sus proyectos, frustrados al quedar atrapados en callejones sin salida en el intento de hacer concordar sus datos embriológicos dentro de un contexto evolutivo. El profesor Woodside creía también que solo había un único Premio Nóbel en embriología (Hans Spemann) debido a que muchos otros excelentes investigadores en embriología habían estado centrándose en la evolución y fracasando.

Un ejemplo de las muchas excepciones a la hipótesis de la recapitulación es que en un esquema evolutivo la médula espinal está presente antes que el cerebro, pero en embriología el cerebro se desarrolla antes. ¿Pero acaso no es la evolución el concepto que unifica a toda la biología? Al menos, hace 50 años ya sabíamos, y seguimos sabiéndolo en la actualidad, que la recapitulación darwinista no forma parte de tal unificación (véase Bergman, 1999; Wells, 1999a).» [16]

Con frecuencia se han atribuido a Charles Darwin ideas que él promovió, incluso en el caso de que dichas ideas se hubieran originado en las mentes de otras personas. Así sucede con la recapitulación, que parece hundir sus más antiguas raíces entre los griegos de más de medio milenio antes de Cristo (véase Osborn, 1929). Durante el siglo dieciocho se expusieron algunos pensamientos tocantes a la recapitulación, pero el propularizador más famoso de la recapitulación fue el zoólogo y filósofo Ernst Haeckel (1834-1919). Él fue el partidario más destacado, dogmático y activo del evolucionismo darwinista en Alemania, pero su influencia se extendió por todo el mundo. Después de conocer a Darwin en 1866, Haeckel trató de poner no solo la ciencia, sino también la filosofía y la religión bajo un paraguas evolucionista ateo (Jenkins-Jones, 1997).

Es interesante observar que desde la década de los 1860+ se ha sabido que Haeckel había falseado sus ilustraciones empleadas para «demostrar» la recapitulación. El tratamiento más extenso de esta cuestión en inglés es el libro de Assmuth y Hull, publicado en 1915. Estos autores hacen referencia a una enorme cantidad de material que revela que los miembros de la comunidad científica habían reconocido que en su defensa de sus puntos de vista, Haeckel perpetró fraudes y falsedades de manera constante y con todo descaro. Hay denuncias claras que se remontan a 1908, a 1875, y al menos a fecha tan temprana como 1868. Muchos científicos se unieron en condenar «los métodos de Haeckel, en los ejemplos que habían quedado denunciados … por ochenta y tres personas [un grupo de 46 y otro de 37] de buena posición en diversas ramas de la ciencia y del mundo académico, además de otros que publicaron sus condenas a título individual» (Assmuth y Hull, p. 23). Véase también Rusch, 1969. Las muchas docenas de los fraudes y falsificaciones de Haeckel tenían que ver con la embriología y con otros campos científicos.

Tanto en los tiempos de Haeckel como en la actualidad los científicos han admitido que los investigadores han de tener libertad para erigir sus hipótesis y teorías sobre la base de la evidencia empírica. Pero han reconocido de manera uniforme la impropiedad de apoyar estos conceptos mediante datos imaginarios no identificados o mediante falseamientos de los datos obtenidos o presentados ante otros. Como ejemplo de las fechorías de Haeckel, véanse las Láminas I y II (Figuras 1 y 2) procedentes de Assmuth y Hull [con los textos traducidos al castellano —N. del T.].

Las actividades de Haeckel (aparte de posiblemente su investigación científica efectiva en zoología sistemática) parecen haber estado tan estrechamente unidas a su filosofía que parece imposible separar sus acciones de sus actitudes. Por ejemplo, cuando alguien presentaba objeciones a las pretensiones embriológicas de Haeckel y de sus seguidores, estos decían:

«Esta cuestión pertenece a la embriología, y por ello vosotros, que no sois embriólogos, sois incompetentes para formaros un juicio en este tema.» Incluso si su oponente resultaba ser un embriólogo, le desacreditaban si encontraban que mantenía el más mínimo vestigio de creencia en Dios, en el libre albedrío o en el alma humana. Inmediatamente lo tildaban de teólogo, de oscurantista clerical, cuyas supersticiones dualistas le privaban del libre uso de su razón. Las páginas de Haeckel están salpicadas de esta táctica de «sentencias ex-cátedra» … (Assmuth y Hull, p. 54).

Un crítico explícito de Haeckel era J. Reinke, Profesor de Botánica en la Universidad de Kiel.

En un opúsculo titulado «Lo último sobre el Haeckelismo» (Heilbronn 1908) Reinke llena siete páginas con columnas paralelas, con una que contiene «lo que dice Haeckel», y la otra, «la verdad». Da veinticuatro ejemplos de falsamientos perpetrados por Haeckel, y añade: «Estos son ejemplos tomados al azar. Sería posible multiplicarlos por muchas veces» (Assmuth y Hull, p. 31).

Pero parece que Haeckel, el divulgador, no se refrenó debido a estas denuncias, y mantuvo sus maniobras engañosas en sus años posteriores, intentando justificarse a veces afirmando que estaba siguiendo procedimientos normales en biología. Como resultado, incontables científicos y estudiantes de ciencia, incluyendo muchos autores, han sido llevados a engaño, bajo una influencia que ha ido manifestándose hasta el final del siglo veinte. Incluso a pesar de que en la actualidad muchos científicos tienden a creer que la eliminación de la «ley biogenética» fue un fenómeno que tuvo lugar entre mediados y finales del siglo veinte, incluso en 1915 ya se podía mantener la siguiente declaración, totalmente explícita:

Difícilmente se puede encontrar en la actualidad a ningún científico destacado que acepte esta ley tal como se expone. La razón de ello, totalmente convincente, es que la investigación reciente ha demostrado con claridad que las excepciones a esta ley son mucho más frecuentes que sus materializaciones. La mayor parte de las etapas por las que pasan los embriones individuales de diferentes animales no se corresponden en su mayor parte con las gradaciones que, según la teoría de la evolución, constituyen la historia del desarrollo de la vida (Assmuth y Hull, p. 98).

Probablemente, Haeckel era conocedor de estas dificultades, porque distinguió los cambios embrionarios que conducían al progreso evolutivo («palingénesis») de otras desviaciones («cenogénesis»). Pero los llamados cambios cenogenéticos son tan numerosos que no sustentan la «ley», sino que la refutan.

Como se indica al comienzo de este artículo, algunos profesores siguen presentando la «ley biogenética» en apoyo de la macroevolución, aunque ha estado moribunda durante décadas a la luz de las enseñanzas de muchos científicos pioneros incluyendo el difunto biólogo canadiense, W. R. Thompson, que en 1956 escribió una «Introducción» para una reedición de El origen de las especies de Darwin, en la que observaba:

Cuando la «convergencia» de los embriones no resultó totalmente satisfactoria, Haeckel alteró las ilustraciones de las mismas para que concordasen con su teoría. Las alteraciones eran ligeras pero significativas. La «ley biogenética» como prueba de evolución carece de todo valor (pp. xv–xvi).

Durante los últimos años, las ilustraciones de Haeckel han vuelto a estar en las noticias debido a que algunos libros de texto en favor de la evolución han estado todavía publicando el material fraudulento de Haeckel (véase Richardson, et al., 1998).[17]

Los genes que controlan el desarrollo del embrión, desde el huevo fecundado hasta el nacimiento, contienen un plan minucioso para lograr que de la unión de dos células, una del macho y otra de la hembra, aparezca un individuo completo. El gran misterio, y a la vez la gran belleza, de todo este proceso del desarrollo embrionario es que se trata de un sistema totalmente descentralizado. No existe ningún ordenador central que dirija todo el desarrollo. Como cada célula del cuerpo tiene una copia completa del genonoma, no hace falta que esperen instrucciones de la autoridad central. Cada célula del cuerpo tiene

una célula puede actuar según su propia información y la de las señales químicas que le transmiten sus vecinas. Es como un gobierno que funcionara perfectamente sin necesidad del gobierno central.

Cuando una determinada célula descubre dónde está localizada, busca su situación en la guía interior y encuentra las instrucciones que debe seguir, “desarrolla un pelo, conviértete en músculo, vete transformando poco a poco en glóbulo rojo» o algo parecido.”

Aunque esto es simplificar mucho las cosas pero, de hecho, ocurre algo similar. El plan general para formar al adulto está en los genes que posee cada célula.

Todo en el ADN del huevo fecundado obedece a una finalidad clarísima, llegar a elaborar un adulto.

Todo conspira a la formación completa del individuo bajo un plan evidentemente concebido de antemano. En el huevo se empiezan a fabricar innumerables cosas, que como el esqueleto, las extremidades, la boca, los ojos, los oídos, para nada sirven al principio, en nada emplean entonces, pero que serán necesarios más tarde y para esa última etapa de la vida se han hecho.

El embrión no es sólo el producto de las fuerzas de la naturaleza dejadas a sí mismas y combinadas al azar. Creer esto es creer el mayor de los absurdos. No, el desarrollo embrionario revela algo que se oculta a nuestra mirada humana, pero que se manifiesta por sus efectos. Se trata de la inteligencia creadora que lo diseñó todo con un propósito determinado:

No obstante, según el darwinismo clásico, el estudio comparativo del desarrollo de los embriones sería una prueba en favor de la evolución Al parecer, determinadas similitudes entre embriones de peces, aves, mamíferos y seres humanos demostrarían que todos ellos descenderían de antepasados comunes parecidos a los peces.

Darwin lo explicaba así:

«De dos o más grupos de animales, aunque difieran mucho entre sí por su conformación y costumbres en estado adulto, si pasan por fases embrionarias muy semejantes, podemos estar seguros de que todos ellos descienden de una misma forma

Madre y por consiguiente, de que tienen estrecho parentesco. Así, pues, la comunidad de estructura embrionaria revela la comunidad de origen. La embriología

aumenta mucho en interés cuando consideramos al embrión como un retrato, mas o menos borroso, del progenitor de todos los miembros de una misma gran clase” (Darwin, 1980:446-447.)

Estas ideas fueron recogidas en la llamada ley biogenética de Haeckel que afirmaba que la ontogenia o desarrollo embrionario de un organismo era una recapitulación breve de su filogenia o secuencia evolutiva de las especies antecesoras. Es decir que, durante los primeros estadios en el útero materno, los embriones pasaban por formas que recordaban las transformaciones experimentadas por sus ancestros a lo largo de la evolución. Se señalaba, por ejemplo, que en los embriones humanos igual que en los de

gallina, se podían observar arcos aórticos similares y un corazón con sólo aurícula y un ventrículo como el que poseen los peces actuales. Esto se interpretaba como una prueba embriológica de que tanto los hombres como las aves habían evolucionado a partir de sus antepasados los peces.

Comparación entre algunas fases del desarrollo embrionario de ocho especies animales: pez, salamandra, tortuga, pollo, cerdo, ternero, conejo y hombre. Sin embargo, hoy se sabe que los dibujos de Haeckel fueron retocados para que coincidieran con la teoría de la evolución. La realidad es muy distinta.

El problema de los dibujos que realizó Haeckel (fig. 26), como se pudieron comprobar años después, es que fueron maliciosamente retocados en las primeras etapas para que se parecieran entre sí. En realidad, cuando analizan los embriones tempranos de las diferentes clases de vertebrad se observa que éstos presentan notables diferencias. El de los peces posee casi un aspecto esférico. En los anfibios es más ovalado. Los reptiles se caracterizan por su alargamiento, mientras que en las aves se alcanza mayor tamaño de la cabeza. No cabe duda de que el embrión de los mamíferos es el más complejo desde el punto de vista estructural. Esto se explica con mucho detalle el biólogo norteamericano, Jonathan Wells, en su obra Icons of Evolution (fig. 27.)

PEZ

RANA

TORTUGA

GALLINA

HOMBRE

A la derecha: aspecto real de los embriones durante la primera etapa de su desarrollo y a la izquierda, dibujos realizados por Haeckel para esa misma etapa. (Modificado de Wells,2000)

Son tantos los datos de la embriología que contradicen esta ley que pronto fue abandonada por la comunidad científica. Sin embargo, a pesar de este rechazo lo cierto es que todavía continúa apareciendo en los textos escolares de secundaria como una confirmación de la teoría transformista. Un la actualidad, los embriólogos saben que los embriones de los vertebrados se diferencian progresivamente en varias direcciones, sólo para converger en apariencia a mitad del proceso y luego volver a diverger hasta formar órganos o estructuras que pueden ser parecidas entre sí, pero que se han formado a partir de células o tejidos absolutamente diferentes.

Por ejemplo, la presencia en los embriones de los mamíferos de un corazón con dos cavidades y unos arcos aórticos parecidos a los de los peces, se debe a que tales embriones sólo necesitan en las primeras etapas de su desarrollo una circulación simple, ya que están alimentados a través de la placenta materna. Pero más tarde, la circulación sanguínea se vuelve doble a fin p i|uc los pulmones permitan la respiración autónoma del bebé. De manera que la presencia de tales órganos se debe a las diferentes necesidades fisiológicas del embrión durante el desarrollo y no a su pretendido parentesco evolutivo con los peces. La forma de los órganos de los embriones viene puesta por las exigencias fisiológicas y no por su pasado filogenético.

Contra las pretensiones de la ley biogenética, finalmente ha sido la genética quien ha aportado la prueba definitiva. El ADN de cada especie está determinado únicamente para desarrollar el cuerpo de los individuos que pertenecen a dicha especie. No es capaz de volver a recrear en el desarrollo embrionario las etapas de otros organismos supuestamente anteriores y relacionados entre sí. El genoma de cada ser vivo sólo expresa aquello que corresponde a su propio género.

Como reconoce el evolucionista, Pere Alberche, del Museo de Zoología Comparada de la Universidad de Harvard:

El descubrimiento de los mecanismos genéticos dio la puntilla definitiva a las leyes de Haeckel, demostrando que la teoria de la recapitulación no puede ser justificada fisiológicamente… En resumen, la biología del desarrollo jugó un papel cada vez menor en la teoría de la evolución. Muestra de ello, […] es el insignificante papel que tuvo la embriología en la llamada “Nueva Síntesis” darwiniana de los años 40 de este siglo (Alberch,1984:410)

La ley biogenética de Haeckel no es capaz de explicar los hechos comprobados por la embriología, ni constituye tampoco un argumento sólido a favor del darwinismo, y además fue abandonada por la ciencia hace ya muchos años.[18]

Notas

0. http://es.geocities.com/soloapuntes/quinto/hc2/t12hc2.html

1. Wayne Frair Ph.D., Embriología y Evolución,http://www.sedin.org/ID/embriologiafrair.html

2. Ibid

3. Wikipedia,Teoría de la recapitulación

4. Biologia Es.6 ,pag. 321, op. cit.

5.Wikipedia, Historia de la evo-devo

6. Wikipedia,Teoría de la recapitulación

7. Ibid

8. Ibid

9. Ibid

10. Ibid

11. Ibid

12. Ibid

13. Wikipedia, Historia de la evo-devo

14. Wikipedia,Teoría de la recapitulación

15 Ibid

16. Embriología y Evolución,op. cit.

17. http://www.sedin.org/ID/embriologiafrair.html

18. Antonio Cruz,La ciencia ¿encuentra a Dios?, pag. 31-236,coleccion pensamiento cristiano.Ed.Clie,(2004)

Capitulo 4. La teoría evolutiva

Capitulo 4. La teoría evolutiva

¿Que es la Teoria de la Evolucion?

En palabras sencillas, la teoria de la evolucion es al momento de hoy,la mejor teoría científica aceptada por la gran mayoría de los científicos del mundo,como la mejor explicación que existe acerca del origen de la biodiversidad de especies.La evolución biológica es un hecho comprobado y ampliamente documentado desde ya hace 150 años aproximadamente y la teoria es la demostración científica de esta ley biológica de las especies.

El gran filósofo evolucionista Michael Ruse, un ateo irredimible, declaró hace unos meses a este diario: ‘La evolución sigue siendo promulgada como una ideología, como una religión secular. Los evolucionistas contemporáneos con más presencia pública, como Richard Dawkins, usan el darwinismo como un esqueleto del que cuelgan toda clase de principios éticos y otras directrices, y ven en él una especie de cimiento metafísico, al igual que el arzobispo de Canterbury utiliza el cristianismo como un cimiento metafísico para sus doctrinas. Yo no creo que el darwinismo deba ser tratado como una religión -la verdad, no abandoné el cristianismo para sustituirlo por otra fe-, pero creo que eso es exactamente lo que está pasando, y nos hacemos un flaco favor si nos empeñamos en negar o ignorar ese hecho’. http://www.fcen.uba.ar/prensa/noticias/2002/noticias_24may_2002_04.html

La entrada de Downe House, Bromley, al sureste de Londres.

Stephen Jay Gould, un conocido paleontólogo y científico estadounidense, dijo “Bien, la evolución es una teoría. También es un hecho. Y hechos y teorías son cosas diferentes, no peldaños en una jerarquía de certeza creciente. Los hechos son los datos del mundo. Las teorías son estructuras de ideas que explican e interpretan los hechos. Los hechos no se marchan cuando los científicos debaten teorías rivales para explicarlos. La teoría de gravitación de Einstein reemplazó a la de Newton en este siglo, pero las manzanas no se quedaron suspendidas en el aire esperando el resultado. Y los humanos evolucionaron de ancestros tipo monos ya sea que lo hicieron mediante el mecanismo propuesto por Darwin o por algún otro no descubierto aún” [1]

La placa en la entrada.

El científico británico Charles Darwin (1809-1882), figura capital del evolucionismo y del pensamiento moderno, representa como pocos el antagonismo entre religión y ciencia, pues no sólo se dio en sus obras sino en su propia vida.

Popularmente Darwin es conocido como el científico que descubrió que el hombre desciende del mono, en contraposición a la versión bíblica que dice que Dios lo hizo a su imagen y semejanza a partir de un puñado de arcilla.

Darwin creía que toda la vida en la Tierra evolucionó durante millones de años a partir de unos pocos ancestros comunes y que mediante un mecanismo de selección natural se llegó a las especies que hoy pueblan el planeta.

El cuarto de trabajo de Charles Darwin.

Darwin se vió inicialmente impresionado por el argumento del reloj de William Paley,teólogo inglés, y vio el diseño en la naturaleza como prueba de una fuente divina, sus puntos de vista empezaron a cambiar cuando viajó en el HMS Beagle de 1831 a 1836.Del axioma del teólogo inglés William Paley es que los teóricos del «Diseño Inteligente» (ID) han basado sus investigaciones.

Darwin recorrió con el Beagle,La Patagonia Argentina en Sudamérica, y las islas Galápagos, en donde examinó los restos fosilizados de antiguos organismos y observó la diversidad de formas de vida en ambientes aislados.

A partir de esas observaciones, y con base en un trabajo adicional de más de veinte años, Darwin desarrolló la teoría de la evolución por selección natural. En 1859, enfrentado con la posibilidad de que se le adelantara Alfred Russel Wallace, finalmente escribió y publicó sus ideas en un libro profundamente influyente: El origen de las especies.

El escritorio.

Reconociendo que los argumentos de su libro podrían tener repercusiones muy amplias, Darwin modestamente comentó casi al final del libro: «Cuando las concepciones propuestas por mí y por el Sr. Wallace en este volumen, o cuando visiones análogas sobre el origen de las especies sean admitidas en general, habrá una considerable revolución en la historia natural».

Darwin propuso que todas las especies vivas descienden de un pequeño grupo de ancestros comunes, quizá uno solo. Sostenía que la variación dentro de las especies ocurre aleatoriamente, y que la supervivencia o extinción de cada organismo depende de su capacidad de adaptarse al ambiente. A eso lo llamó selección natural. Reconociendo la naturaleza potencialmente explosiva del argumento, sugirió que ese mismo proceso podría aplicarse a la humanidad y desarrolló esto más a fondo en un siguiente libro: El origen del hombre.

La mesa de billar con un esqueleto de ave. Los biólogos (y sus parientes) – conocen este fenómeno – nunca tienen suficiente espacio para sus hallazgos.

El origen de las especies engendró una controversia inmediata e intensa, si bien la reacción de las autoridades religiosas no fue tan universalmente negativa como a menudo se señala ahora. De hecho, el importante teólogo conservador protestante Benjamín Warfield de Princeton aceptó la evolución como «una teoría sobre el método de la divina providencia», aclarando a la vez que la evolución misma debía tener un autor sobrenatural.

Warfield señala que «Calvino prefería reservar el término «creación ‘ al acto inicial de Dios por el que hizo las cosas de la nada, y evitaba emplear dicha palabra para designar los actos posteriores de Dios que se mencionan en conexión con los seis días del primer capítulo de Génesis. Esos actos subsiguientes parecería pues que Calvino los consideró como acciones creadoras en el sentido estricto. (…) En este punto al menos — es decir, en cuanto al origen del hombre — Calvino, como el Dr Warfield señala, vio una obra creadora en el sentido más estricto de la palabra; y creo que el lector atento de la Biblia que acepte el relato bíblico como verdadero debe estar de acuerdo con él. El origen del hombre, según la Biblia, no se debió tan solo a la acción providencial de Dios, gobierno por parte de Dios del curso de la naturaleza ya creado, sino que se debió a un acto de Dios que fue verdaderamente sobrenatural. Dios no ordenó el curso de la naturaleza de modo que se produjera el hombre, sino que El mismo lo creó.» [2]

Fachada oeste de la abadía de Westminster.

La abadía de noche.En la abadía de Westmister también han sido enterradas algunas de las grandes personalidades del Reino Unido. En el llamado Poet’s corner están enterrados algunos de los principales literator ingleses; además, también se han enterrado a científicos, exploradores, políticos, militares, pintores, músicos e incluso actores de renombre internacional.

Empleados de la abadía de Westminster, ante la tumba de Darwin. Foto: AFP / CARL DE SOUZA

Existen muchos mitos sobre la reacción del público ante Darwin. Por ejemplo, si bien hubo un famoso debate entre Thomas H. Huxley, ardiente promotor de la evolución, y el obispo Samuel Wilberforce, Huxley probablemente no dijo, como dice la leyenda, que no le daba pena tener por ancestro un mono, y que solamente se avergonzaría de estar relacionado con cualquiera que ocultara la verdad. Más aún, lejos de ser condenado al ostracismo por la comunidad religiosa, Darwin fue enterrado en la abadía de Westminster.

Darwin mismo estaba profundamente preocupado por el efecto de su teoría en la creencia religiosa, a pesar de que en El origen de las especies se esforzó mucho para señalar una posible interpretación armoniosa: «No veo ninguna buena razón por la que las opiniones expresadas en este libro pudieran afectar los sentimientos religiosos de nadie… Un celebrado clérigo y autor me ha escrito que «gradualmente he llegado a comprender que es una concepción igualmente noble de la deidad creer que él creó unas cuantas formas originales capaces de autodesarrollarse en otras y necesarias formas que creer que requería nuevos actos de creación para suplir los vacíos causados por la acción de sus leyes»».

Darwin incluso concluye El origen de las espedes con la siguiente frase: «Existe grandeza en esta concepción de la vida, con sus varios poderes, insuflada originalmente por el Creador en unas cuantas o en una sola forma; y mientras este planeta ha ido girando de acuerdo con las leyes fijas de la gravedad, desde un inicio tan sencillo infinitas formas, maravillosas y bellísimas, han estado y están evolucionando».

Las creencias personales de Darwin siguen siendo ambiguas y parecen variar a lo largo de los últimos años de su vida. En un momento dado dijo: «Agnóstico sería la descripción más correcta de mi estado mental». En otro momento escribió que se sentía considerablemente desafiado por «la extrema dificultad, o más bien imposibilidad de concebir este inmenso y maravilloso universo, incluyendo al hombre con su capacidad para ver muy hacia atrás y muy hacia el futuro, como el resultado de la pura casualidad o de la necesidad. Cuando al reflexionar así me siento impelido a buscar una Primera Causa que tenga una mente inteligente, en cierto modo análoga a la del hombre, merezco ser llamado teísta».»[3]

Les resulta dificil a los biólogos dudar de la validez actual de esta teoría al precio de no ser considerados cientificos serios:

«Ningún biólogo serio actual duda de la teoría de la evolución como explicación de la maravillosa complejidad y diversidad de la vida. De hecho, lo relacionado de todas las especies a través del mecanismo de la evolución es un fundamento tan profundo para el entendimiento de la biología que es difícil imaginar cómo se podría estudiar la vida sin ella. Sin embargo, ¿qué otra área de la investigación científica ha generado tanta fricción con las creencias religiosas como la revolucionaria visión de Darwin? Desde los circenses juicios contra Scopes en 1925, hasta los actuales debates en los Estados Unidos sobre la enseñanza de la evolución en las escuelas, esta batalla no muestra signos de terminar. «[4]

Es mas, actualmente muchos cientificos se acusan de ser creacionistas,lo que vendría a ser como una especie de insulto a la etica del cientifico. ¡Que increible!

«Kenneth R Miller, el azote permanente de los proponentes del Diseño Inteligente ha sido acusado a su vez de creacionista por otro darwinista más fanático: Jerry Coyne. Al Robespierre-Miller le ha llegado la hora de encaminarse hacia la guillotina. Estas acusaciones contra fervorosos ortodoxos no son nada nuevo, hace años que Daniel Dennett acusaba a Gould de tener un programa oculto, cuando al paleontólogo se le cae la baba con solo recordar a Darwin, y se proclama permanentemente darwinista. Creo que esto irá en aumento, se miran unos a otros con el rabillo del ojo y se escudriñan mutuamente para ver si hay infiltrados.» [5]

Sin duda, las investigaciones naturalsitas de Darwin y la muerte porematura d euna de sus niñas, lo llevo a padcer teribles dudas sobre su fe.

«Para medir las angustias metafísicas de Charles Darwin respecto a la religión, lo mejor es releer sus Recuerdos —su referencia concreta en artículos anteriores— en los que lo advierte: “Yo estaba poco dispuesto a abandonar mis creencias; de eso estoy bien seguro… pero, a pesar de mi imaginación, encontré cada vez más difícil inventar pruebas suficientes para convencerme… Poco a poco, y finalmente por completo, me sobrecogió la incredulidad…”.[6]

Esta es una de las razones por las que aún hoy en día, los norteamericanos se resisten tanto a aceptar las teorías de este hombre.

El estadounidense Stuart Kauffman, una de las voces más autorizadas de la biología evolutiva y uno de los gurús de la llamada teoría de la complejidad, profesor de la Universidad de Calgary (Canadá), cuando le entrevistaron, y le preguntaron por qué las tesis de los creacionistas no están llegando a Europa,como si lo sucede en los Estados Unidos,respondió diciendo que:

«América es el más religioso de los países del primer mundo, mientras que Europa es más secular. El debate está creciendo en los EE UU. Allí hay gente que se cree la Biblia literalmente. Y la evolución contradice lo relatado en el Génesis. En realidad, no hay debate científico sobre el creacionismo: los científicos creen que el creacionismo es una estupidez. A veces el fundamentalismo consigue en Estados Unidos un espacio público que no es en ningún caso proporcional a su relevancia.»[7]

Kauffman quien estuvo recientemente en San Sebastián invitado por el grupo de Filosofía de la Biología de la Universidad del País Vasco, califica al creacionismo de aburdo, no cree en la existencia de Dios,pero esta considerando como viables las ideas de Gordon Kaufman, un teologo de la Harvard Divinity School, que lleva 20 años afirmando que el único sentido entendible de Dios es la creatividad en el universo, y no el de un Dios supernatural. pero aboga por reinventar el concepto de sagrado.

Stuart Kauffman, durante su reciente estancia en San Sebastián.- JESÚS URIARTE

«Nuestros valores están dominados por la sociedad de consumo. En el mundo secular hemos perdido el sentido de los valores. Si pudiéramos encontrar un concepto de Dios que se pudiera compartir, un espacio común de lo sagrado, podría ayudar a que nuestras tradiciones coevolucionen. Gordon Kaufman, teólogoIndependientemente, llegué a la misma conclusión que él. Creo que he encontrado los fundamentos científicos de lo que él afirma. Piense en el Dios creador. Lo que digo es que no necesitamos al creador, sino su creatividad. Esa carencia parcial de leyes en la evolución de la biosfera deja un espacio en el que las creencias de todos, judíos, musulmanes y cristianos, pueden convivir pacíficamente.» [8]

Preocupante son las ideas de este notable cientifico, quien además de esto, mantiene la convicción firme de que en los proximos años se podrá crear vida artificial en los laboratorios.

¿Que es la evolucion biologica?

«La evolución biológica es el proceso continuo de transformación de las especies a través de cambios producidos en sucesivas generaciones, y que se ve reflejado en el cambio de las frecuencias alélicas de una población.» [9]

Según lo afirman muchos de los cientifcos actuales, el concepto de Evolución es un pilar de la Biología y está bien fundamentado.

La evolución es un concepto unificador de la Biología: La Teoría de la Evolución (Lat. Evolvo: desenrollar o desplegar), nos capacita para comprender la inmensa variedad de formas de vida que existen en el planeta. La Evolución es el cambio acumulativo en las características de poblaciones u organismos, que aparece en el transcurso de generaciones sucesivas relacionadas por descendencia.

La Teoría de la Evolución trata del origen de todas las formas de organismos que ahora existen y se opone al mito religioso de la Creación Especial, que dice que cada “tipo” (Baramin) de organismo fue creado sobrenaturalmente como tal y no está, por lo tanto, relacionado por descendencia con cualquier otro. Se establece una diferencia entre los conceptos antiguos de la evolución y el estudio científico, relativamente moderno, de los mecanismos de la evolución (Gradualismo, Saltacionismo y Neutralismo).

Aunque este tema parece moderno, en realidad no lo es. Desde epocas muy antiguas los hombre han reflexionado sobre las características de animalidad que hay en el ser humano,muchos de ellos siendo además consciente que hay algo en él que lo diferencia de los animales irracionales o bestias.

Por ejemplo, el rey Salomón «mucho antes de nuestra era, reflexionó sobre las diferencias y similitudes entre humanos y bestias, preguntándose si el espíritu de los hijos de los hombres sube arriba y si el espíritu del animal desciende abajo a la tierra

«Quién sabe que el espíritu de los hijos de los hombres sube arriba, y que el espíritu del animal desciende abajo a la tierra?» (Ecl. 3:21 RV 1960).» [10]

Previamente, al considerar lo corporal o biológico concluye:

«Porque lo que sucede a los hijos de los hombres, y lo que sucede a las bestias, un mismo suceso es: como mueren los unos, así mueren los otros, y una misma respiración tienen todos; ni tiene más el hombre que la bestia; porque todo es vanidad. Todo va a un mismo lugar; todo es hecho del polvo, y todo volverá al mismo polvo» (Ecl. 3:19-20).

Posteriormente ya entrado el siglo XVIII, es que se profundiza aún más el interés por la animalidad humana, llegando a forjarse la idea de parentesco entre el hombre y animales aparentemente similares en forma, como los monos. Nace en aquel tiempo una enorme curiosidad por los «eslabones perdidos», luego que hiciese su aparición en la escena filosófica la teoría evolutiva darviniana. Falsas bestias humanas eran exhibidas entonces en los circos europeos, avivando el fuego de la pasión filosófica y científica de la época.

Dos siglos después cabe preguntarse ¿cuánto se ha avanzado en este ámbito?

Francisco Ayala, un prestigioso cientifico de nacionaldiad española,quien fue ordenado sacerdote dominico en 1960, le gusta repetir que el gran descubrimiento de Darwin fue “explicar el diseño de los seres vivos sin necesidad de un diseñador”. Y también que la revolución de Copérnico fue el inicio de la ciencia moderna. “Y Darwin completó la revolución copernicana”, porque si Copérnico descubrió que los planetas giraban alrededor del Sol y que la Tierra no era el centro del universo, Darwin extendió a la biología la noción de naturaleza y con la selección natural de las especies demostró que la especie humana no era el centro de la vida. También le gusta subrayar que, mientras “el creacionismo no es compatible con la creencia cristiana en un Dios omnipotente y benévolo, la teoría de la evolución sí lo es”.[11]

En una entrevista que le hicieron en España a Ayala, quien ahora vive en Estados Unidos, le preguntaron en que estaba el tema del cambio de bestia a humano ( la conversión del cerebro en mente, y el paso del homínido a humano),¿hemos progresado en su conocimiento?, el respondió asi:

«Se está avanzando mucho, entendemos ya bastante de cómo se comunican las neuronas. En colaboración con Camilo José Cela Conde, he publicado hace poco un artículo en Procedings of the National Academy of Sciences, sobre cómo funciona el cerebro en los hombres y las mujeres ante la apreciación de la belleza, que ha tenido mucho impacto. Hasta el punto de que los editores de la revista nos han ofrecido publicar el próximo artículo gratis y dándonos toda clase de facilidades, porque en las revistas científicas hay que pagar un importe por página… Esto es un avance pequeñísimo para saber cómo funciona el cerebro. La neurobiología está avanzando a pasos agigantados, pero aún no hemos cruzado esa barrera de saber cómo las señales físicas y químicas se convierten en ideas, de cómo emerge la función de la persona como individuo. Respecto al paso de mono a hombre, ya tenemos, desde 2005, el genoma del chimpancé, y ahora lo están comparando con el humano. Sabemos que las diferencias con el chimpancé de las partes del genoma que codifican las proteínas y las enzimas son del 1,5%, pero todavía no entendemos bien cómo eso se transforma en seres humanos tan diferentes de los chimpancés. Es sólo un 1,5% de diferencia del ADN, pero las disparidades son tremendas.»[12]

Theodosius Dobzhansky

Están tan convencidos los cientificos en general , que Theodosius Dobzhansky, acuño la frase «Nada tiene sentido en Biología si no es a la luz de la Evolución» [13]

«Esta frase, acuñada por el genetista de origen ruso Theodosius Dobzhansky, define al día de hoy el eje fundamental de las explicaciones de la evolución biológica. La frase es comúnmente utilizada en el ámbito de la biología, pero pocos conocen cuáles fueron sus razones de fondo para hablar de la evolución como una luz que guía nuestra forma de entender el mundo biológico y cuáles fueron sus motivos para acuñarla.

Dobzhansky (1900-1975), fue uno de los más importantes biólogos evolutivos del siglo XX, en especial por sus aportaciones a la genética, gracias a sus estudios con moscas (Drosophila melanogaster) y por el papel decisivo que jugó en la construcción de la teoría moderna de la evolución, también conocida como Síntesis Evolutiva, ya que fue su obra Genética y el origen de las especies, 1937, con la que empezó la formalización y establecimiento de las bases teóricas de la teoría evolutiva moderna. Su importancia en la divulgación de la teoría de la evolución es ampliamente reconocida, y uno de los mejores ejemplos de ello es su conocida frase Nothing in Biology Makes Sense Except in the Light of Evolution, que define en buena medida el papel protagónico de la evolución, como el eje fundamental de las explicaciones en biología.»

Para poder entender mejor el origen de tan emblemática frase para la biología, que pese a lo que se puede pensar, es poco conocido e incluso distante de lo que uno esperaría, conviene conocer algunos datos biográficos de Dobzhansky:

«nacido en la Unión Soviética, en 1937, emigró a los Estados Unidos para estudiar (posteriormente obtuvo su nacionalización como estadounidense). Fue educado desde sus primeros años para dedicarse a la ciencia, pero también lo hizo en una familia con profundas convicciones religiosas, convicciones que mantuvo hasta el final de sus días, como miembro de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Por ello, no es de extrañar que sus escritos y frases estén salpicados de dos puntos básicos para él, la evolución y Dios.

La primera mención de su frase la hizo en un artículo llamado Biology, Molecular and Organismic (1964), publicado en la revista American Zoologist, artículo en que plantea diversos puntos sobre el avance de la biología molecular en esa época, junto al valor de otras disciplinas biológicas, en una clara discusión entre dos visiones muy comunes en la biología, el reduccionismo y el holismo. La propuesta de Dobzhansky en este artículo, en la búsqueda de unificar formas de explicación en la biología, es mediante la evolución, teoría con la que se busca dar cohesión a todas esas explicaciones surgidas de diferentes áreas de la biología, en concreto, la biología molecular y la organísmica.

Esta frase la retomaría en un artículo mucho más conocido, dado que lleva por título esta frase, publicado en la revista American Teacher, en 1973, cuyo objetivo fundamental era argumentar a favor de la enseñanza de la teoría evolutiva en los cursos de ciencia, en contra del avance de las posiciones creacionistas, y es en la parte final del artículo donde aclara cuál fue su inspiración para tal frase, líneas escritas por el sacerdote jesuita y paleoantropólogo francés Pierre Teilhard de Chardin: “La Evolución, ¿una teoría, un sistema, una hipótesis? De ninguna manera, es mucho más que esto: una condición general a la cual deben doblegarse para ser posibles y verdaderas, todas las teorías, todas las hipótesis, todos los sistemas. Una luz que esclarece todos los hechos, una curvatura a la cual deben amoldarse todos los rasgos: he aquí lo que es la Evolución”. Estas líneas son el corolario de la obra más importante de Teilhard de Chardin, El fenómeno humano, 1955, que era un planteamiento in extenso de la evolución del Universo, y ante todo era una búsqueda por conciliar la teoría de la evolución con las creencias cristianas.

Dobzhansky deja ver la misma intención, al considerar a la evolución no sólo un proceso o un mecanismo, sino un todo, capaz de explicar por completo lo que nos rodea. La parte final del artículo deja clara su simpatía por las ideas de Teilhard, comentando que pese a que muchas de sus ideas no eran aceptadas por muchos filósofos, teólogos, y científicos, había que destacar la manera armoniosa en que Teilhard había conjugado en su visión del mundo la ciencia con sus creencias, reconociendo que fue un creacionista, pero uno que entendió que la Creación se realiza en este mundo por medio de la evolución.

La idea de Dobzhansky siempre fue buscar el diálogo armónico entre la ciencia y la religión, y un ejemplo de ello lo podemos encontrar en ese mismo artículo de 1973, en el que tras una fuerte crítica hacia el fundamentalismo de los anti-evolucionistas, para definir su postura, dice: “Soy un creacionista y un evolucionista. La evolución es el método de creación de Dios o de la naturaleza. La Creación no es un evento que sucedió en 4004 a. C.; es un proceso que inició hace unos 10,000 millones de años y que aun sigue sucediendo…”.» [14]

Lo mismo opina Richard Dawkins, científico británico,“Entre todas las cosas que conoce la ciencia, la evolución es tan cierta como cualquier cosa que sepamos”, ateologo famoso por la cuestion de los buses ateos» Entrevista 2004, Bill Moyers et al, 2004. “Now with Bill Moyers.” PBS.

¿Que es la evolución?

«Generalmente se denomina evolución a cualquier proceso de cambio en el tiempo. En el contexto de las Ciencias de la vida, la evolución es un cambio en el perfil genético de una población de individuos, que puede llevar a la aparición de nuevas especies, a la adaptación a distintos ambientes o a la aparición de novedades evolutivas.

A menudo existe cierta confusión entre hecho evolutivo y teoría de la evolución. Se denomina hecho evolutivo al hecho científico de que los seres vivos están emparentados entre sí y han ido transformándose a lo largo del tiempo. La teoría de la evolución es el modelo científico que describe la transformación y diversificación evolutivas y explica sus causas.

Charles Darwin y Alfred Russel Wallace propusieron la selección natural como principal mecanismo de la evolución. Actualmente, la teoría de la evolución combina las propuestas de Darwin y Wallace con las leyes de Mendel y otros avances genéticos posteriores; por eso es llamada Síntesis Moderna o Teoría Sintética. En el seno de esta teoría, la evolución se define como un cambio en la frecuencia de los alelos en una población a lo largo de las generaciones. Este cambio puede ser causado por una cantidad de mecanismos diferentes:selección natural, deriva genética, mutación, migración (flujo genético). La Teoría Sintética recibe una aceptación general en la comunidad científica, aunque también ciertas críticas. Ha sido enriquecida desde su formulación, en torno a 1940, por avances en otras disciplinas relacionadas, como la biología molecular, la genética del desarrollo o la paleontología.» [15]

¿Qué es esa cosa llamada darwinismo?

Juan J. Morrone,explica que «Pocos años después de la publicación de El origen de las especies, Thomas H. Huxley y Alfred R. Wallace acuñaron el término “darwinismo”. Pese a lo común que resulta este término, no hay evidencias de que su uso sea consistente entre los diferentes autores que lo emplean. Ernst Mayr, uno de los autores que ha explorado y discutido las diversas acepciones que posee el término, considera que existirían al menos nueve significados diferentes.» [16]

Luego cita 9 puntos donde explica que es el darwinismo [17]

1. Darwinismo como la teoría de la evolución de Darwin.

Si bien éste sería el primer uso histórico del término, realmente Darwin no propuso una única teoría evolutiva, sino un conjunto de teorías entrelazadas. Estas teorías son: origen común, diversificación, transformismo, selección natural, leyes de crecimiento, pangénesis, gradualismo y centros de origen. Si bien Darwin consideró al conjunto de estas teorías como un todo coherente, ninguno de sus seguidores aceptó todas a la vez. Por ejemplo, Huxley y Lyell no aceptaban la selección natural ni el gradualismo.

2. Darwinismo como evolucionismo.

Podríamos emplear el término darwinismo en un sentido más amplio, para referirnos al evolucionismo, es decir, a la concepción histórica de la vida. Sin embargo, varios autores anteriores a Darwin, como Buffon, Lamarck, Geoffroy y Chambers, deberían entonces ser darwinistas, lo cual carecería de sentido. Sin embargo, si bien Darwin no fue el padre del evolucionismo, fue quien logró que éste se implantara definitivamente.

3. Darwinismo como anticreacionismo.

Probablemente éste haya sido el uso más frecuente entre los primeros seguidores de Darwin. En El origen de las especies, la necesidad de recurrir a un Creador desapareció radicalmente, por lo que tanto el rechazo a la creación especial como la adopción de la mutabilidad de las especies aglutinaron a los anticreacionistas. Sin embargo, existirían diferencias sustanciales entre ellos mismos. Por ejemplo, algunos darwinistas deístas mantenían la creencia en Dios, pero como un legislador remoto, que no interfería en los acontecimientos concretos y sus leyes naturales, mientras que los darwinistas agnósticos explicaban todos los fenómenos naturales sin invocar agente sobrenatural alguno.

4. Darwinismo como antifinalismo.

Se entiende por finalismo a la creencia en una tendencia inherente en los seres vivos hacia un propósito final preestablecido, para alcanzar cierto estado de perfección. Un aspecto fundamental de la revolución darwiniana es que a partir de ella se eliminaron todos los aspectos finalistas de la evolución orgánica, interpretándosela entonces a ésta como un proceso histórico sujeto a contingencias temporales y fenómenos azarosos.

5. Darwinismo como seleccionismo.

Para muchos biólogos de la segunda mitad del siglo pasado, darwinismo significa la creencia que la selección natural desempeña el papel preponderante en la evolución biológica.

6. Darwinismo como evolución variacional.

Uno de los componentes más revolucionarios de la evolución darwiniana es la idea que los integrantes de una especie manifiestan diferencias apreciables entre sí. Esto hace del darwinismo una teoría completamente diferente a las teorías de Lamarck y otros autores.

7. Darwinismo como la creencia de los darwinistas.

Dado que para algunos historiadores y filósofos resulta imposible definir satisfactoriamente al darwinismo, han optado por considerarlo como la “creencia de los darwinistas”, es decir la comunidad científica que apoyó inicialmente las ideas de Darwin. Sin embargo, aunque el grupo de darwinistas iniciales aparentemente estaba bien cohesionado, en sentido estricto sólo podría incluirse en él a Lyell, Huxley y Hooker, ya que Asa Gray se encontraba en los Estados Unidos, Alfred R. Wallace en el archipiélago Malayo, Fritz Müller en Brasil y Ernst Häckel en Alemania. Por otra parte, aparentemente no existiría creencia común alguna a todos los darwinistas, por ejemplo Huxley y Lyell nunca creyeron en la selección natural ni suscribieron el gradualismo, mientras que Wallace no aceptaba que la especie humana fuera una especie animal más. Sin embargo, todos los darwinistas coincidirían en la idea que la diversidad biológica es resultado de procesos naturales.

8. Darwinismo como una nueva visión del mundo.

El sufijo “ismo” debería aplicarse a ideologías y nunca a teorías científicas. Sin embargo, algunos conceptos darwinianos se han convertido en pilares ideológicos y filosóficos de nuestra cultura, por ejemplo, la selección natural, la evolución variacional, la ausencia de agentes evolutivos sobrenaturales y la posición del hombre en el reino Animal, entre otros. El darwinismo significó la destrucción de la visión del mundo predominante en Occidente hasta mediados del siglo XIX. Contribuyeron a esta visión, de modo más o menos independiente, Spencer, Darwin, Wallace y Huxley.

9. Darwinismo como nueva metodología.

No hay acuerdo entre diferentes autores acerca de cuál fue el método científico de Darwin. ¿Fue inductivo o hipotético-deductivo? Teniendo en cuenta la masiva presentación de pruebas de su teoría evolutiva por parte de Darwin, algunos han sostenido que su enfoque fue inductista. Sin embargo, Darwin se refirió claramente a la preeminencia de las teorías. La razón por la cual diferentes autores han sacado conclusiones distintas es que en realidad Darwin no usó un único método, sino que en algunas argumentaciones siguió un esquema hipotético-deductivo y en otras actuó inductivamente. Darwin observaba fenómenos y trataba de comprender cómo ocurrían. Cuando algo no encajaba, hacía una conjetura y luego intentaba comprobarla con nuevas observaciones. Esto podía conducir a refutar o a reforzar la hipótesis inicial. Si bien su aplicación consistente de este “método” es sin duda parte de su éxito, esto no nos permitiría hablar de un “darwinismo metodológico.

De los significados posibles para el término darwinismo, ¿con cuál nos quedaremos? Aparentemente, el considerar al darwinismo como seleccionismo o evolución variacional sería lo menos controversial. En lo personal, prefiero el considerar al darwinismo como evolucionismo. Sin embargo, ninguno de los otros significados sería totalmente erróneo.

III. Conclusión:

La gran mayoría de los biólogos, serios, aceptan la teoría de Darwin-Wallace como la mejor explicación general de la evolución. Discrepan, principalmente, debido a la mejor comprensión de algunos procesos biológicos esenciales, desconocidos en su época, pero descubiertos por las investigaciones recientes, como ser el Neutralismo y el Saltacionismo, pero no del hecho evolutivo en sí.

Por más que los Creacionistas se esfuercen en decir lo contrario, las expresiones Evolución y Darwinismo NO son necesariamente sinónimas, aunque a menudo se las emplee como tales; muchos biólogos reservan la segunda para la explicación que dio Darwin de las causas de la evolución.

Las falacias lógicas del Universo bien afinado, la Complejidad Bioquímica Irreductible de Michael J. Behe (1993) y la Información Compleja Específica de William A. Dembski, ya han sido ampliamente refutadas, al menos momentáneamente, por científicos como Ken Miller y Francisco J. Ayala, entre muchos otros.

Los partidiarios del Creacionismo cientifico en Estados Unidos, primero quisieron prohibir la Teoría de la Evolución, luego dijeron que el Creacionismo es una Ciencia, después admitieron que es una religión, pero aduciendo que la Evolución es una Religión del “Dogma Ateo-materialista”, y finalmente apareció en Estaods Undios, de la mano del bioquimico Michel Behe «la teoria del Diseño Inteligente», que no logró su objetivo,aunque por cierto es mas cientifica que el Creacionismo científico.

Cositas fundamentales que la ciencia ha comprendido desde entonces:

1 – Existe un sistema molecular de herencia de caracteres y esta basado en la molecula de ADN.

2- El ADN de una célula a traves de ciclos de división va acumulando cambios en su secuencia, algunos de ellos producidos por errores de replicación que son inevitables, y otros producidos por el ambiente celular.

3- La identidad del ADN que es reponsable de la herencia de caracteres es el ADN que se encuentra EXCLUSIVAMENTE en los tejidos reproductivos en aquellas especies que se reproducen sexualmente.

4- Un mismo genotipo es capaz de generar distintos fenotipos dependiendo de las condiciones ambientales en las que se enuentra un organismo, este fenomeno es conocido como plasticidad fenotipica.

5- La mayoria de los cambios menores de ADN en el genoma no resultan en cambios fenotipicos. Estos son conocidos como cambios o mutaciones neutrales.

6- Los genes que codifican proteinas encargadas de funciones esenciales en la celula tienen secuencias tremendamente similares en distintas especies. Estas similitudes son mantenidas de manera «activa» de una generacion a la siguiente porque si no lo fueran el simple coeficiente de error de replicacion exigiria matematicamente una aparicion muchisimo mayor de diferencias en secuencia entre especies.

7- Son capaces de transplantar la secuencia de un gen especifico de una especie a otra y ese gen lleva a cabo la misma función que llevaba a cabo en el organismo origen.

Porque es que estas cositas y muchisimas otras en un sinfin de campos en biologia se han descubierto despues de la muerte de Darwin y se han descubierto por el trabajo incesante de miles de biologos de todo el mundo. La biologia evolutiva de hoy es patrimonio universal y parte del legado de Darwin, pero equiparar a ambos es tanto un desprecio al trabajo de miles de personas de todo el mundo como a la genial capacidad intuitiva y de observacion de su fundador. [18]

Con expresiones como las de Dobzhansky,Ayala,Chardin u otros como ésta, nos deja en claro que aún dentro de las comunidades científicas hay una gran diversidad de opiniones y cosmovisiones, aun teniendo todos como base la ciencia misma, y no cierra las puertas a búsquedas como la de Dobzhansky y Teilhard, quienes desde la ciencia, y sobre todo, desde la evolución como eje, buscaron siempre un complemento para sus respectivas visiones del mundo, encontrándolo en una convicción personal, en este caso, una inquietud que va más allá del mundo biológico, del universo y de la propia existencia, un ámbito en el que se suele llegar a buscar explicaciones en causas primeras, en Dios.

«La visión de Dobzhansky se caracterizó por ir mucho más allá de un marco estrictamente científico, ya que uno de sus intereses primarios fue entender al ser humano, no sólo como ente biológico, sino en su conjunto, como lo refleja su obra Mankind evolving, 1962, que de acuerdo a su alumno más destacado, Francisco José Ayala, es una obra que refleja su visión general del mundo y del ser humano en todos sus aspectos desde la genética, la teoría evolutiva, la antropología hasta la sociología» [19]

Sin embargo, el debate continúa.

El escritorio del científico británico en la que fue su casa, en el condado de Kent, Gran Bretaña Foto: EFE

«El 24 de noviembre de 1859 apareció en las librerías de Londres (1,250 ejemplares) la edición famosa: On the Origin of Species by means of Natural Selection, or the Preservation of Favoured Races in the Struggle for Life. En la primera edición, en español, la portada fue así: Del origen de las especies por medio de la selección natural o la Conservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida. Aquel mismo día se vendieron todos los ejemplares. Una inmediata edición de 3 mil tuvo la misma suerte. El libro se transformó en una gran polémica. “Desde el principio —Darwin dixit— tuvo un éxito extraordinario. Fue traducido a los principales idiomas europeos y también al japonés y, añade, al hebreo”. Incitante tema bíblico.

Entre los lectores hubo uno especial, el industrial alemán (era socio, por su padre, de una fábrica textil en Inglaterra) Federico Engels que tendría, en la vida de Karl Marx, un papel decisivo. Rico, políglota y enterado de los problemas de la industrialización y la proletarización derivada de la Revolución Industrial (tuvo como compañera ¡en aquellos tiempos! a una obrera irlandesa de su fábrica) lúcido y generoso (sin él la familia Marx difícilmente hubiera sobrevivido) y de notable curiosidad intelectual, leyó inmediatamente el libro de Darwin. Maravillado habló a Marx de El origen de las especies porque, según él, confirmaba, por otra vía, la del materialismo histórico. No voy a entrar en el tema porque necesitaría amplio espacio. Sí advierto que en el área de Marx se produjo una idea: que el científico prologara El capital. En 1859 coincidiendo, pues, con El origen de las especies, Marx publicó, en Berlín, su Crítica de la economía política. Por vías distintas corrientes políticas o científicas se vertebraban.

Marx vivía en Londres, con su familia, desde 1849 —fue expulsado de Francia y no se le admitió en ningún país salvo en Inglaterra, donde el régimen parlamentario no tuvo inconvenientes en recibirle y vivió allí hasta su muerte en 1883— y nunca, Darwin y Marx, se conocieron. Lo que sí sabemos es el envío a Darwin de un ejemplar de El capital para que lo prologara. Darwin contestó: “Bastantes problemas tengo ya con la Iglesia para añadir otro más”. A su muerte se encontró, en su biblioteca, el libro de Marx a medio abrir. A los interesados en el tema me permito citarles la obra de Yves Christen, La grand affrontement Marx et Darwin (Albin Miel, Colección Sciences d’aujourd’hui, 1981).

La polémica que suscitó el libro de Darwin —todavía en varios estados norteamericanos está prohibido leerlo en las escuelas— ha llegado hasta nuestros días y ello le vincula al caso Galileo en 1633. El juicio contra el libro de Darwin, en 1925, en Dayton (Tennessee) es testimonio de esa reacción inquisitorial. Los científicos estadounidenses, en mayoría, estuvieron a favor del profesor Scopes, llevado a juicio, por enseñar la Teoría de la Evolución. A los interesados en ello les remito a la lectura del discurso del papa Juan Pablo II ante la Academia Pontificia, el 31 de octubre de 1992. Entre otras cosas, dice que los teólogos deben tener en cuenta la ciencia. Léase ese texto, pero entero. No siempre ha sido así. Darwin murió el 19 de abril de 1882. Fue enterrado, solemnemente, en la Abadía de Westminster. » [20]

LA ABADIA DE WESTMINSTER.GALERIA AL INTERIOR DE LA ABADIA. CONECTA CON UNA ENTRADA LATERAL DE LA IGLESIA. EL NOMBRE EXACTO DE LA ABADIA ES «THE COLLEGIATE CHURCH OF SAINT PETER, WESTMINSTER».

Un aporte que cambió la ciencia y la cultura. El legado de Darwin, según expertos locales argentinos

“La teoría de Charles Darwin es una de las más revolucionarias del pensamiento occidental: hasta la aparición de sus postulados, la visión que prevalecía era la de un mundo estático, esencialmente idéntico a la perfecta creación divina. Su aporte fue demostrar cómo causas materiales pueden explicar los fenómenos naturales, a pesar de su aparente diseño y propósito”, afirma Esteban Hasson, biólogo, profesor de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA e investigador del Conicet.

“La obra de Darwin marcó un profundo cambio en la visión antropocéntrica del ser humano en torno a la evolución -agrega al profesor Leonardo S. Filippi, paleontólogo del Museo Municipal Carmen Funes, de Plaza Huincul, Neuquén-. Su teoría nos situó en el mismo nivel que el resto de los seres vivos que viven o vivieron sobre el planeta y logró una explicación lógica sobre la diversidad de la vida, debido a una serie de modificaciones evolutivas acumuladas a lo largo de sucesivas generaciones.”

Hasson puntualiza que al unir el concepto de variación al azar y el de selección natural, Darwin “pergeñó un mecanismo causal para explicar las adaptaciones de los organismos: las plagas, por ejemplo, dejaron de constituir un castigo divino, sino que aquellas variantes que se adaptaron a obtener nutrientes a partir de la producción humana pudieron sobrevivir y reproducirse mejor.”[21]

Conclución:

La evolución es un fenómeno, y consiste en la variación de las especies a lo largo del tiempo. Muchos naturalistas vieron esto antes de Darwin, pero muchos no se atrevieron a contarlo por miedo a las reacciones religiosas.

Otro concepto es la TE, y ésta consiste en dar una explicación a la variación de los organismos. Por así decirlo es el mecanismo.

Lamarck expuso la primera teoría para explicar el transformismo, y posteriormente Darwin, Wallace y Tremoux describieron el concepto de la selección natural como motor evolutivo. La idea del ancestro común era anterior a Darwin, Linneo ya la apuntó para las plantas.

La selección natural no es más que un filtro, un tamiz. Son las condiciones ambientes. Aquellos que están bien adaptados a las condiciones ambientales que imperan cuando nace un individuo puede pasar sus genes a la descendencia. Aquellos organismos que están adaptados a muchas condiciones ambientales distintas tienen éxito para sobrevivir. Claro que lo contrario dice, que aquellos que no están preparados para esas condiciones ambientes fallecen. Eso es terrible y triste, pero la naturaleza funciona así. El león para vivir devora un antílope y no por ello lo llamamos asesino. Estos son los mecanismos por los que opera la naturaleza y los naturalista del siglo XIX (entre ellos Darwin) así la describieron.

Los humanos ya hemos escapado a la selección natural, gracias a nuestra civilización, a haber desarrollado medios para evitar que ésta opere sobre nosotros. El problema vino por parte de aquellos que tomaron el concepto de selección natural para su propio interés. Así un grupo de aristócratas y racistas ingleses (Galton a la cabeza) inventó el concepto de eugenesia para la mejora de la raza humana, al igual que ya se hacía con el ganado. La idea era descartar (esterilizar) a los “débiles”. Esta corriente filosófica caló en posteriores dictadores del siglo XX. Pero no sólo en ellos. El propio W.Churchill escribió a favor de la eugenesia.Tambien Malthus escribió que los recursos del planeta son limitados. Si una población mantiene un gran crecimiento y los recursos son finitos, llegará el momento en el que no habrá recursos para todos. En ese momento se inicia una competencia por los recursos. Aquellos que estén mejor preparados para la competencia serán los que accedan a los recursos, el resto sucumbirá. Esta idea economista fue la que llevó a Darwin a pensar en la selección natural. Cuando la tasa de reproducción es elevada y los recursos escasos habrá competencia. Dado que ningún organismo es igual a otro, sino que existe variabilidad, aquellos que mejor accedan a los recursos podrán pasar sus genes a la siguiente generación.

Pero culpar de esto a Darwin es tan deshonesto como culpar a los padres de la estructura atómica de la materia de la bomba atómica. En malas manos cualquiere descubrimiento científico puede ser mal utilizado. ¿Podcemos culpar al que inventó el fuego de todos los incendios que ha habido?.

El concepto de base es:

(i) No entender que los científicos estamos para describir la naturaleza. A algunos esto no les gusta, porque creen que cada descubrimiento les quita un trozo de parcela. Para mí eso implica que estas personas no saben lo que es Dios.

(ii) No asumir los beneficios que la ciencia supone para la sociedad y sólo prestan atención a los aspectos nocivos que también pueden derivarse de ellos.

(iii) Los científicos somos personas, algunos hacen desarrollos que son útiles para la humanidad; otros desarrollan aplicaciones criminales. Son muchos los científicos que forman parte de cómites de ética y organizaciones contra el uso militar de los descubrimientos.

Notas

1. http://es.wikiquote.org/wiki/Evolución_biológica

2. J.Gresham Machen, Visión Cristiana del hombre,p.115,ed. El Estandarte

3. F.Collins,¿Como habla Dios?,p. 108-111

4. http://evolucion-y-darwinismo.blogspot.com/2009/03/darwinismo-todos-son-

sospechosos.html

5. Ibid

6. http://www.eluniversal.com.mx/columnas/76669.html

7. KARIM ASRY – San Sebastián – 17/06/2009,http://www.elpais.com/articulo/futuro/podamos/crear/vida/sabremos/evolucionara/elpepusocfut/20090617elpepifut_1/Tes

8. http://www.elpais.com/articulo/futuro/podamos/crear/vida/sabremos/evolucionara/elpepusocfut/20090617elpepifut_1/Tes

9. http://www.docencia.unt.edu.ar/biologiageneral/…/EVOLUCION.pdf

10. http://www.aguasvivas.cl/revistas/44/apologetica.htm

11. Junio 21, 2009, El País Digital

12. Ibid

13. http://blog-evolucion.unam.mx/2009/05/04/dobzhansky-y-la-luz-de-la-evolucion/

14. Ibid

15.Wikipedia,Evolución Biológica , http://es.wikipedia.org/wiki/Evolución_biológica

16.http://blog-evolucion.unam.mx/2009/04/13/¿que-es-esa-cosa-llamada-darwinismo/

17.Ibid

18.http://evolucionarios.blogalia.com/historias/61885,comentario #6, Ana,2009-02-11 16:59

19. http://blog-evolucion.unam.mx/2009/05/04/dobzhansky-y-la-luz-de-la-evolucion/

20. http://www.eluniversal.com.mx/columnas/76669.html

21. Jueves 12 de febrero de 2009,ww.lanacion.com

Lejos de extinguirse, un estudio confirma el auge de las religiones

Lejos de extinguirse, un estudio confirma el auge de las religiones
En 2050, el cristianismo pasará los 3.000 millones de fieles y seguirá siendo la primera comunidad religiosa mundial. Pero el Islam -que llegará a los 2.229 millones- será el que, proporcionalmente, más crecerá. Además, se profundizarán los cambios en las prácticas. Un panorama del nuevo Atlas de las Religiones.

Sergio Rubin | Clarín SOCIEDAD

Contra los que pronosticaban hace algunas décadas que el progreso científico y tecnológico en un mundo materialmente cada vez más desarrollado provocaría una paulatina extinción de las religiones -acaso remedando a Friedrich Nietzsche, que hablaba de su muerte-, las creencias siguen vivitas y coleando y, al parecer, con un futuro venturoso. Un enjundioso estudio independiente elaborado por el grupo La Vie y el diario Le Monde, de Francia –y que acaba de ser editado en castellano por Le Monde Diplomatique edición Cono Sur- lo confirma con sólidos datos y serios argumentos compendiados en el Atlas de las Religiones, que se presentó hace poco en el país.

Acaso el aspecto más revelador del vigor del fenómeno sea la proyección que se hace del crecimiento de las principales religiones hacia 2050. El Atlas estima que el cristianismo pasará de los 1.747 millones de 1990 (hoy suman unos 2,000) a 3.052 millones, confirmando que seguirá siendo la primera religión. Pero los musulmanes, que eran 962 millones (hoy son 1.200 millones), serán los que, en proporción, más crecerán y alcanzarán los 2.229 millones. Moderado será el crecimiento de los hindúes, que, de 686 millones en 1990, llegarán a los 1.175, en tanto que los budistas apenas pasarán de 323 millones a 425. Y los judíos, de 13 a 17 millones.

Pero la vigencia del hecho religioso no quiere decir que el modo de practicar las religiones, sobre todo el cristianismo, siga siendo lo que fue. Henri Tincq –el especialista en religiones de Le Monde- es severo en ese sentido. «Como sistema de creencias dogmáticas y normativas la religión cristiana se desmoronó, pero sigue captando las búsquedas espirituales que se expresan, más o menos confusamente, en una suerte de intento desesperado por ‘reencantar’ al mundo». Si bien dice que los vertiginosos cambios, aún en el opulento Primer Mundo, ofrecen nuevas oportunidades a los cultos, «las prácticas religiosas dejaron de ser regulares; las normas morales de las Iglesias se cumplen y admiten cada vez menos».

El Atlas patentiza el cambio del cristianismo en el mapa mundial. En particular, su desplazamiento hacia el sur. Europa -durante siglos su gran base- hoy no concentra más de un 25 % de sus fieles (280 millones de católicos, o sea, el 40 % de la población; unos 100 millones de protestantes, y 150 millones de ortodoxos, en su mayoría rusos). Los católicos europeos -que suman alrededor del 25 % del catolicismo mundial- no serán más del 16 % en 2050.

La inmensa mayoría de los cristianos está situada en el Nuevo Mundo, con aproximadamente 275 millones en América del Norte y 530 millones en la parte latina. El catolicismo -mayoritario- cuenta en América con la mitad de sus fieles. Y si bien alcanza a la cuarta parte de los estadounidenses, podría llegar a ser la primera debido a la inmigración hispana. Pero el protestantismo evangélico vive «un crecimiento espectacular» y ya suma 65 millones.

¿Qué pasa con el cristianismo en África? Es el continente donde, tomando en cuenta a todas las confesiones, crece con mayor rapidez: suma 300 millones de fieles sobre una población de 800 millones. En India y China sigue siendo muy minoritario, pero se afirma más, tiene una gran convocatoria, pese a un entorno político difícil. Y, de nuevo, las Iglesias evangélicas muestran su vigor aquí y allá. Pero el cristianismo -paradójicamente- tiende a desaparecer en su cuna: Tierra Santa.

Por otra parte, la razón por la cual el Islam es la comunidad religiosa que, proporcionalmente, más se expande debe buscarse en un argumento común a las religiones: el crecimiento demográfico. En eso, marcha a la cabeza. Además, el experto Oliver Roy apunta que en el mundo musulmán se produjo un cambio geopolítico, porque considera que «ya no es percibido como un territorio cuyas fronteras hay que defender, sino como una comunidad mundial».

Pero, contrariamente a una idea muy difundida –dice el Atlas-, la mayoría de los musulmanes no vive en Medio Oriente, sino en Asia: dos tercios. Cuatro países reúnen cerca de la mitad de los islámicos: Indonesia (el mayor país musulmán), Pakistán, India y Bangladesh. En África, cerca de uno de cada tres habitantes le reza a Alá. Son el 46 % de la población de África Occidental, el 30 % de África Oriental y apenas el 1 y 2 % del África Central y Austral. En Europa viven 16 millones de musulmanes, mientras que en los Estados Unidos 4 millones.

Con cerca ya de mil millones, el hinduismo constituye la religión de la sexta parte de la humanidad. Es ampliamente mayoritario en la India, donde unos 900 millones -el 83 % de la población- lo abraza. En Nepal es también la religión mayoritaria. Además, configura una minoría importante en Pakistán, Bangladesh y Sri Lanka. Si bien hay diásporas en varias latitudes, su presencia no parece crecer más allá de estos países.

El budismo es un raro caso en el que algunas de sus prácticas –o ciertas prácticas que se le atribuyen- ganaron espacio en el mundo en las últimas décadas, pero eso no significa que haya ganado fieles. Para la doctora Fabrice Midal, «la violencia del nihilismo», que reduce a la persona a mero productor eficaz, llevó a que «en cierto sentido Occidente se vuelva budista sin saberlo y sin que se exprese en conversiones». Pero la meditación con la que tanto se vincula al budismo «jamás es practicada por la mayoría de los budistas».

Con apenas 14 millones de fieles, el judaísmo tiene problemas para crecer. Qué no sea una religión «proselitista» no quiere decir que no haya preocupación. Como la ley judía dice que para que un niño sea considerado judío debe nacer de madre judía, la suba de los matrimonios mixtos es inquietante, dice la doctora Regine Azria. «Como se trata de una tendencia poco susceptible de revertirse –añade-, las respuestas que se proponen ilustran la diversidad del mundo judío: unos se pronuncian por el repliegue comunitario; otros preconizan la flexibilidad de las modalidades de conversión y otros la ampliación de la transmisión a la filiación paterna».

El presidente del Instituto Europeo de Ciencias de las Religiones, Dominique Borne, subraya que el colapso del socialismo real y la desaparición del ateísmo oficial y militante, reveló que «lo religioso, que se creía desaparecido, siempre estuvo allí». Rusia y Vietnam -en esta última se vive una explosión de religiosidad- son demostrativas. Y el creciente diálogo entre las religiones está llamado a hacer un gran aporte a la paz. Dios no murió, ni siquiera agoniza.

http://www.valoresreligiosos.com.ar

http://www.entremujeres.com/actualidad/espiritualidad/espiritualidad-encuesta-religiones_0_232176811.html

Maurice Wiles – Del Evangelio Al Dogma

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Un ateo asegura que sería “patético” aceptar a Cristo en su lecho de muerte

Un ateo asegura que sería “patético” aceptar a Cristo en su lecho de muerte

Hitchens, es el autor de “Dios no es grande: Cómo la religión envenena todo”. Un libro de longitud crítica de la religión que se publicó en el Reino Unido como “Dios no es grande: el caso contra la religión”.
Estados Unidos | Martes 10 de Agosto, 2010 | Por Nínro Ruíz Peña

(NoticiaCristiana.com).

Casi dos meses después de ser diagnosticado con cáncer y sometido a quimioterapia, el famoso ateo Christopher Hitchens ha perdido gran parte de su pelo, pero su incredulidad se mantiene intacta.
En su primera entrevista en televisión esta semana Hitchens, le dijo Anderson Cooper de CNN, que la única vez que única forma de reconocer su fe en Cristo, sería estar muy enfermo, medio loco y no tener control sobre lo que dice.

Pero que ni en su lecho de muerte reconocería a Jesucristo como su salvador porque sería “una cosa tan patética”.
En junio, Hitchens despertó para darse cuenta que se estaba muriendo. “La cueva entera de mi pecho y el tórax parece haber sido vaciada y llenado con cemento de secado lento”, describió que en la revista Vanity Fair.
“No mucha gente tiene cáncer de esófago y vive para contarlo por mucho tiempo”, dijo Hitchens a CNN, a quien le ocurre la misma enfermedad que mató a su padre.
Hitchens, es el autor de “Dios no es grande: Cómo la religión envenena todo”. Un libro de longitud crítica de la religión que se publicó en el Reino Unido como “Dios no es grande: el caso contra la religión”.
En uno de sus tantos capítulos Hitchens en capítulo 10 titula: “La vulgaridad de lo milagroso y la disminución del Infierno”. En este apartado el escritor ateo “que no se producen milagros sobrenaturales, ni se han producido en la historia sino que la evidencia de los milagros se fabrica, se basa en el testimonio de personas poco confiables que son erróneas o sesgadas”.
Hitchens, dice él desconfía de todo lo que contradice la ciencia o la razón y que no cree en el cielo o el infierno y que tampoco que no ora para curarse de su cáncer. Aún así muchas personas están orando por él para Hitchens haga las paces con Dios y se salve. Y él no quiere detenerlos. De hecho más que la solución de la medicina solo un milagro podrá salvar y romper toda ideología atea en Hitchens.
F: Christian Today

Teoria de la Evolucion – Capítulo 7. El argumento de la similitud estructural que hay entre el hombre y los animales superiores parte 1

Capítulo 7. El argumento de la similitud estructural que hay entre el hombre y los animales superiores parte 1

Anatomía o morfología comparada:

Sí los organismos se hallan de hecho relacionados entre sí, es lógico suponer que cuánto más estrecha sea la relación entre dos especies cualesquiera mayor será el número de características comunes que ellas posean.

1. Órganos homólogos (Gr. Homos: el mismo + lego: hablar): Cuando en distintos organismo encontramos estructuras que tienen igual origen estructural e idéntico origen en el desarrollo, y se hallan construidas según el mismo plan fundamental, decimos que tales órganos son homólogos, oque poseen semejanza homóloga, sin tener en cuenta que sean o no similares en su aspecto, o que desempeñen iguales funciones. La Homología es una semejanza fundamental; igualdad estructural de un órgano o parte en una clase de organismos comparada con la misma unidad de otros, que es consecuencia de comunidad de antepasados.

2. Órganos análogos (Gr. Analogía: relación): Cuando en diferentes organismos encontramos estructuras que parecen iguales y poseen funciones similares, pero difieren en su plan estructural y en su origen, decimos que duchas estructuras son análogas, o que poseen similitudes análogas. La Analogía es la semejanza de rasgos o funciones externas, pero no de plan estructural o del origen.

3. Órganos vestigiales (Lat. Vestigium: huella o resto): Son órganos pequeños o degenerados, pero que corresponden a órganos, otrora útiles, que habían estado completamente desarrollados, que han dejado de serlo, lo que es probado por el hecho de que órganos homólogos de aquellos, se encuentran aún en función en otros organismos emparentados.

Anatomía comparada

Francis Collins escribe su opinión acerca de este tema:

«Pocas personas asegurarían que un delfín y una vaca son parientes cercanos. Sin embargo, al analizar los esqueletos de sus extremidades anteriores, se observa que hay una cantidad de piezas muy similares entre sí. Este dato permitiría inferir orígenes comunes en los seres y determinar lejanías entre ellos.

La correspondencia entre las extremidades delanteras de los vertebrados, como también la de otros órganos, se denomina homología. Algunas estructuras pueden ser muy diferentes entre sí, como la pata de una vaca y la aleta de un delfín. Sin embargo su origen es el mismo. Se denominan estructuras homologas aquellas que, aunque tienen los mismos orígenes, intervienen en actividades diferentes.

El plan estructural de las extremidades de los vertebrados se interpreta como la secuencia del mismo origen y de un desarrollo común, al menos durante cierto período de tiempo. Desde esta interpretación, las homologías son evidencias importantes a favor de una teoría del parentesco entre especies.

Una golondrina y una mosca tienen alas, pero entre ellas no hay parentesco. Las alas de estos organismos tienen idéntica fundón, pero su origen y estructura son muy distinta. Se denominan estructuras análogas las que participan en actividades similares, pero tienen orígenes distintos.

En ciertos organismos quedan restos de estructuras que en sus antecesores pudieron haber intervenido en alguna actividad, los órganos vestigiales. Por ejemplo, los científicos han encontrado restos de patas en las ballenas. Con este dato pudieron concluir que estos animales derivan de grandes organismos aeroterrestres con patas.»[1]

Empecemos un análisis del ser humano:

«A muchos de nosotros siempre nos han enseñado, desde niños que el ser humano es diferente a los animales. entre esas cosas puedo resaltar:

Los seres humanos tenemos piernas y pies, Los animales tienen patas.

Los seres humanos tenemos almas inmortales, Los animales no.

El ser humano tiene inteligencia, Los animales no.

Pero con los años, y ya después de analizar las evidencias de la teoría de la evolución humana, es razonable que ya uno empiece a plantear hasta que punto es tan firme la división que separa al hombre del los animales. ¿No se trata sólo de una soberbia muy propia de nuestra especie?.

Entonces, para demostrar que el ser humano no pertenece a la categoría de los animales, será necesario encontrar al menos una propiedad que sea muy única y propia del ser humano, en otras palabras debemos encontrar una diferencia cualitiva y no meramente cuantitativa.

El ser humano necesita alimentos [y los evacua] de la misma forma que el resto de los animales. Esto no nos diferencia

El ser humano nace y muere como el resto de los animales.

tenemos huesos, musculos y sangre como muchos animales.

Nuestros sentidos (vista, olfato, gusto, tacto y oído) no sólo se encuentran presentes en los demás animales. sino que frecuentemente encontramos especies que nos aventajan en cualquiera de ellos.

Nuestra estructura de detalle (el código genético) está increíblemente emparentado con el de los animales. No es algo nuevo, sino una variante más.

El lenguaje nuestro es mucho más evolucionado, pero muchas especies de animales se comunican gestualmente o con sonidos. O sea que el hecho de pasar información entre individuos no es una característica sólo humana.

Quien puede negar que los perros o los monos, poseen conductas inteligentes?. Por supuesto, en menor grado que nosotros. No dudo que somos más inteligentes que los perros. Pero no somos los únicos seres inteligentes.

etc, etc, etc

En resumen yo no he sido capaz de encontrar muchas diferencias cualitivas que nos permitan diferenciarnos netamente de los animales «[2]

«Siguiendo el razonamiento que ha utilizado la ciencia de la Zoología, los simios compartirían con el hombre patrones de comportamiento complejo, el que revelaría un mayor desarrollo cerebral de ambos grupos, aunque el cerebro del hombre, al ser más grande, le daría ese valor agregado como especie, con una mayor inteligencia, memoria, etc. Por ello se ha postulado al tamaño del cerebro como un aspecto diferenciador entre simios y humanos. Sin embargo esto ha probado no ser adecuado, por cuanto se han encontrado fósiles de un homínido que habría vivido hace unos veinte mil años, denominado Homo floresiensis, el que pese a tener un cerebro pequeño como el de un chimpancé, tenía funciones cognitivas avanzadas, algunas de ellas similares a las del Homo sapiens (Este Homo floresiensis, como veremos, podría haber correspondido a una raza pequeña de la especie humana, como los pigmeos).

Se ha dicho también que el genoma humano sería similar hasta en un 98% al del chimpancé, lo que avalaría su relación parental. Sin embargo, este argumento es más bien especulativo por cuanto los estudios realizados, han demostrado enormes variaciones respecto al número de genes de la especies humana. En un trabajo publicado el 2004 en la prestigiosa revista científica Nature (I.H.G.S.C., 2004), se redujo el número de genes de entre 20.000 a 25.000, en contraste con un trabajo publicado en 2001 donde se señalaba que tendría hasta 40.000 genes. Un año antes, en 2000, se publicaba que el número de genes humanos estaba entre 60.000 y 100.000. Es decir, en sólo 4 años, se rebajó de 100.000 a 20.000 el número de genes humanos. Con esta enorme variabilidad de datos, no es posible hacer comparaciones serias entre especies.

Siguiendo este razonamiento de similitud entre especies a nivel molecular, bien se podría también afirmar que nuestro antepasado directo no es un mono sino las plantas verdes, porque compartimos moléculas altamente complejas y similares entre animales y vegetales, de una utilidad biológica tal que ni unos ni otros podrían vivir sin ellas. Los vegetales tienen un tipo de moléculas denominadas genéricamente como clorofila, con distintas variedades, pero básicamente, tienen la grandiosa propiedad de convertir energía luminosa en energía química, es decir, son máquinas que fabrican alimento, el cual sostiene finalmente a casi todos los seres vivientes del planeta. ¿Tenemos clorofila los humanos y animales? No, pero sería extraordinario si así fuese porque ya no tendríamos que ir al supermercado a comprar alimento, dado que lo fabricaríamos a partir de la luz solar. Sin embargo tenemos una molécula casi igual a la clorofila (II) y se denomina hemoglobina, ubicada dentro de los glóbulos rojos. Es la que le da el color rojo a nuestra sangre y tiene la vital tarea de transportar el oxígeno desde los pulmones a todas las células del cuerpo y traer de vuelta el dióxido de carbono para ser eliminado en la respiración.

Si se analiza la estructura básica de una molécula de Clorofila II, se descubre que se trata de una porfirina, compuesta de 136 átomos de hidrógeno, carbono, oxígeno y nitrógeno, perfectamente ordenados en una exacta y compleja relación, alrededor de un anillo central. En el centro de esta intrincada estructura, existe un único átomo de magnesio. Si este átomo de magnesio es reemplazado por un átomo de hierro, ubicándolo en el mismo lugar, entonces se tiene una molécula ya no de clorofila II sino de hemoglobina (Annie Dillard 1974). Esta es la única diferencia esencial entre la clorofila II y la hemoglobina. En porcentaje, diríamos que son similares en un 99%, pero su función es radicalmente diferente y en organismos altamente disímiles (vegetales y animales). ¿Prueba esto necesariamente que los animales están muy emparentados con los vegetales o que la similitud de ADN entre humanos y chimpancés hace que unos desciendan de otros? No, no lo prueba.

Lo evidente es que los seres vivos están hechos bajo un patrón estructural y funcional similar, diseñados para vivir alimentarse y reproducirse en un mundo con variables que actúan de manera similar para todos; gravedad, luz, oscuridad, oxígeno atmosférico, dióxido de carbono, agua en estado líquido, etc. Por ello es que los organismos clasificados por la zoología como vertebrados, compartimos un esqueleto óseo para resistir a la fuerza de gravedad, pulmones que intercambian oxígeno y dióxido de carbono, un sistema sanguíneo que transporta estos gases a todas las células del cuerpo, sistema nervioso y endocrino que responde a ciclos diarios de luz y oscuridad, y que integran funciones corporales, etc.

El diseño estructural y funcional de los seres vivos es básicamente el mismo, pero pequeñas diferencias moleculares pueden llegar a producir grandes diferencias en forma y función en los seres vivos. Dos por ciento sería la diferencia del ADN entre humanos y chimpancé, sin embargo estos simios y los demás primates tienen 24 pares de cromosomas en sus células, mientras que los humanos tenemos sólo 23 pares. Por tanto es un cromosoma completo de diferencia, además del supuesto dos por ciento. A pesar de ello, cierto porcentaje de científicos insiste en el origen humano a partir de monos, teniendo como base filosófica el evolucionismo. ¿Qué hay de verdad en el árbol genealógico evolutivo de los primates, que pone al hombre como especie ubicada en la copa de ese árbol?

Los antropólogos paleontólogos y genéticos moleculares se encuentran trenzados en un debate acerca de la evolución humana (Investigación y ciencia 1993). A partir de registros fósiles, en algunos casos con esqueletos más o menos completos y en otros sólo contando con un hueso, se nominan especies antecesoras humanas, habiéndose postulado ya más de una decena de ellas. Pero ¿qué criterios se usan para nombrar una especie nueva?

Uno de los problemas en la ciencia de la biología es su ambigüedad respecto a ciertas definiciones fundamentales y su posterior aplicación. En este caso, nos topamos con el concepto de especie. ¿Qué se entiende por especie en biología? Existen varias definiciones, pero la que más resultado ha dado es el concepto biológico de especie. Este concepto establece que una especie está conformada por individuos similares entre sí, que se pueden reproducir, y que su descendencia sea viable, es decir, que las generaciones descendientes se puedan continuar reproduciendo. Veámoslo con un ejemplo. Los caballos y los asnos son similares entre sí, se pueden llegar a reproducir, pero la descendencia resultante (la mula) ya no se puede reproducir, es inviable reproductivamente. Por tanto los caballos y los asnos forman dos especies distintas.

Otro concepto de especie, menos preciso, es el concepto morfológico o tipológico, es decir, si la forma o tipo de dos especies es muy distinta entre sí, entonces se estaría en presencia de dos especies. Este concepto de especie ha sido desechado por la mayoría de los biólogos, no obstante se ha seguido utilizando a conveniencia. La incongruencia de esta definición es que a organismos similares morfológicamente, se les puede considerar de la misma especie no siéndolo (caso de caballos y asnos), y organismos morfológicamente distintos entre sí (un perro de raza San Bernardo y otro de raza chihuahua, por ejemplo) se les debiera clasificar como pertenecientes a dos especies (dado que son tan diferentes), cuando en verdad se trata de una sola.

Este no es un problema menor en Zoología por cuanto existen muchos ejemplos de especies clasificadas como distintas, pero en realidad debieran ser solo una, si se le aplica el concepto biológico de especie. Es el caso del perro doméstico, el lobo y el dingo australiano. Desde el punto de vista Zoológico están clasificadas como tres especies distintas, sin embargo son una sola especie. Existen variados antecedentes de cruza de dingos con perros comunes en Australia, cuya descendencia ha sido viable y lo mismo ha ocurrido en el apareamiento y posterior descendencia viable entre lobos y perros. Esto ocurre en otros animales también y existe un extraordinario ejemplo de apareamiento entre felinos ocurrido hace poco tiempo en un circo chileno. Se trata de una cruza entre león y tigre en que resultaron cachorros con mezcla de ambos tipos biológicos y posteriormente éstos han podido reproducirse, lo cual los constituye como razas, variedades o subespecies, pero dentro de una sola especie, si se tiene en cuenta el concepto biológico de especie, que es más exigente que el concepto morfológico o tipológico de especie.

Si este difícil problema, el definir qué es una especie aún estando con los organismos a la vista, lo trasladamos a la paleoantropología (ciencia que estudia los fósiles humanos), la que debe definir especies eventualmente antecesoras de humanos, a partir de un solo hueso, o de un puñado de ellos, el problema se multiplica varias veces.

De acuerdo a la teoría evolutiva gradualista darviniana, los seres humanos descenderíamos de animales similares a los monos, o habría un antepasado común entre monos y humanos (tesis mantenida, a pesar que al presente no existen evidencias concretas que demuestren una relación de ascendencia cierta entre humanos y simios). Ello explica el gran empeño que se ha puesto en descubrir en el registro fósil algunos huesos que estén en un camino intermedio entre hombres y monos. Ha habido interpretaciones de fósiles mal intencionadas, manipulación de información y hasta intentos fraudulentos, como el llamado hombre de Piltdown, en donde unos «hábiles» seudo científicos combinaron una mandíbula de orangután con un cráneo humano para persuadir a la comunidad científica que se trataba de un cráneo de transición entre monos y humanos. Así todo, a pesar que aún no hay evidencias claras de los eventuales antepasados del hombre, existe un gran número de «especies antecesoras del humano moderno» que la ciencia ha ido aceptando. Pero ¿cómo opera este nombramiento de especies?

Los cuatro hermanos de la familia que no pueden caminar erguidos. (Foto: BBC)

Cuadrúpedos humanos en Turquía. Así titulan el artículo de Massimo Piatelli para el Corriere della Sera y El Mundo a propósito de la descripción de un defecto congénito padecido por ciertos miembros de una misma familia turca que les obliga a andar “a cuatro patas”. Al parecer esta pobre gente tiene una ataxia cerebral que les afecta el sentido del equilibrio y la coordinación motriz (un par de ellos pueden andar erectos por cortos períodos de tiempo).

Uno de los cuadrúpedos, en su aldea. (Foto: Nicholas Humphrey)

En un ejercicio imaginativo, supongamos que en algunos miles de años más, algunos antropólogos seguidores de la teoría evolutiva darviniana siguen empeñados en reconstruir la línea filogenética humana. En uno de sus hallazgos podrían encontrarse con los esqueletos de los cinco hermanos kurdos o los tres hermanos chilenos de San Vicente, que actualmente sufren el síndrome de Uner Tan; personas con deficiencia mental que caminan con las manos (Algunos están rápidamente interpretando estos casos como un cierto tipo de evolución humana, retroalimentando a la teoría de especulación una vez más).

(Foto: BBC)

Esta marcha cuadrúpeda en personas que llevan alrededor de 50 años en esa posición, les ha deformado la columna vertebral y parte del esqueleto de sus manos y brazos. La hipótesis de nuestros investigadores del futuro bien pudiera ser que se trata de osamentas que se asemejan bastante a un humano, pero que a juzgar por la disposición de los huesos de su columna y manos, debieran corresponder a una especie antecesora de los humanos bípedos, dado que aquellos, a todas luces, caminaban de manera cuadrúpeda.

Un probable nombre científico para esta «nueva especie» pudiera ser Homo cuadrupedus, dado su similitud con el humano moderno, exceptuando el tipo de desplazamiento. Supongamos que no contento con ello, estos antropólogos del futuro viajan al polo norte, y al excavar hallan calaveras similares a las humanas (las que corresponderían a la actual raza de esquimales). Pero los huesos malares y las mandíbulas de estas calaveras son demasiado grandes, además, algunas de ellas presentan una cresta ósea en la zona frontal superior. Concluyen que las características de estas calaveras son morfológicamente más similares a la de los gorilas, con grandes mandíbulas y también con una cresta ósea en la zona frontal. Debiera tratarse, por tanto, de un eslabón intermedio entre gorilas y humanos, por lo que habría de ser considerada como una nueva especie en la línea evolutiva de los homínidos. Su nombre científico, cuidando las reglas de nomenclatura taxonómica, sería algo así como: Homo goriliensis.

En ambos casos hipotéticos, se usó el concepto morfológico de especie (el menos adecuado) para establecer las relaciones de parentesco y la posterior clasificación. Sin embargo el lector podrá respirar tranquilo, concluyendo que nuestros imaginativos y eventuales parientes antecesores de la especie humana (Homo cuadrupedus y Homo goriliensis) son sólo parte de un caso ficticio. No obstante, este tipo de clasificación zoológica es la que se ha hecho y la que se sigue haciendo, cada vez que aparece un nuevo hueso antiguo, con características similares a las de un esqueleto humano.[3]

Retomando el caso de la similitud craneana entre humanos y gorilas, desde hace muchas décadas se sabe que la mayoría de los cambios esqueléticos y musculares del cráneo son producto de hábitos alimentarios (Wallis 1931). Los esquimales son un grupo de humanos que han vivido en condiciones bastante extremas y primitivas. Suelen alimentarse de carne sin cocinar, y por lo tanto con elevado grado de dureza, usando generalmente los dientes para extraerla del hueso. Esta masticación vigorosa fortalece los músculos faciales, los cuales requieren reforzar su anclaje en los huesos del rostro, produciendo tensiones que inevitablemente deformarán el cráneo, sobre todo si este tipo de alimentación comienza a edad temprana. Las anchas y fuertes mandíbulas, junto a la cresta ósea (debido al fuerte anclaje de los músculos de la mandíbula) es parte del proceso de cambio, en una sola generación.

Dentro de los fósiles elevados a la categoría de especie (usando el impreciso concepto morfológico de especie), que habrían sido «ancestros» de los humanos modernos y por tanto clasificados en el Género Homo, se encuentran en orden temporal al menos seis: H. erectus, H. antecesor, H. heidelbergensis, H. neanderthalensis, H. floresiensis y H. sapiens. Considerando la forma inadecuada en que se han nominado estas especies, unida a la gran variabilidad que puede presentar en vida la estructura esquelética de un organismo, es perfectamente factible concluir que todas estas «especies», ubicadas taxonómicamente en el Género Homo, podrían corresponder perfectamente a variedades o razas dentro de la misma especie humana, y «las diferencias entre ellas no son mayores que las que podemos encontrar entre razas humanas actuales» (Leakey, 1981). Por tanto, estas 6 especies, debieran corresponder a una sola.

Anterior al Género Homo, habría existido el Género Australopithecus, a la que correspondería «Lucy», el fósil homínido más antiguo encontrado. Sin embargo, existen varias investigaciones científicas (Oxnard, 1975; Spoor et al. 1994; Gilbert, 2004), las cuales señalan lo equivocados que están quienes han considerado como ancestros humanos a Australopithecus y Homo habilis, porque estas especies corresponderían a fósiles de simios, altamente similares a los actuales. Los fósiles de Australopithecus presentan dedos pulgares de los pies oponibles, estrechez de tórax y costillas macizas, al igual que chimpancés y orangutanes, lo que implica una vida arborícola y no una locomoción terrestre bípeda. En el caso de Homo habilis, estos estudios concluyen que considerando los rasgos morfológicos de los restos óseos encontrados, habría mezclas de huesos, en donde algunos se corresponden con el esqueleto humano actual, mientras que otros se corresponden con el Género de rasgos simiescos, el Australopithecus. Las evidencias apuntan a que debieran ser eliminados como eventuales especies antecesoras del Género Homo. Además, habría antecedentes que tanto el Australopithecus, como el confuso Homo habilis y el Homo erectus habrían existido contemporáneamente (Gish 1995). En consecuencia, no pudo haber sido uno antepasado del otro, pues la propia teoría evolutiva apela a grandes espacios de tiempo para que una especie origine a otra. Por otro lado, los artefactos construidos por el hombre suelen ser encontrados en un nivel estratigráfico más bajo que estas osamentas y, por lo tanto, serían más antiguos que estos supuestos antepasados humanos (una incongruencia convenientemente no considerada).

Que el ser humano corresponde a una creación distinta y no es producto de evolución alguna, ya lo sabemos largamente por Génesis 1:26, «Entonces dijo Dios, hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza….».

Luego de lo revisado previamente, se hace evidente que en tanto seres biológicos, creados bajo un plan estructural y funcional similar, los seres humanos compartimos en mayor o menor grado características con otros seres vivos, como ya se dio cuenta Salomón en la antigüedad. ¿Dónde está entonces la diferencia entre humanos y bestias? La verdadera esencia de la especie humana no la hemos de buscar en similitudes biológicas con otros animales, porque de hecho las hay, sino en aquello que nos distancia definitivamente de los animales y que no es biológico.

Existe un caso extraordinario en la Biblia que nos da luces sobre ello, en donde un hombre fue trastornado en una bestia y luego volvió a ser un hombre. Se trata de Nabucodonosor, quien fuera una persona con habilidades y capacidades altas, que lo facultaron para llegar a ser rey en Babilonia, pero su soberbia conspiró en su contra, haciendo que Dios le castigase, dejando de ser humano, y fuera degradado a bestia (posiblemente por 7 años). Lo que cambió en Nabucodonosor lo encontramos en la sentencia dada por Dios en Daniel 4:16; «Su corazón de hombre sea cambiado, y le sea dado corazón de bestia, y pasen sobre él siete tiempos». Es en el corazón en donde está la esencia de la especie humana. No en el órgano cardiaco propiamente tal, sino en lo que éste representa; el asiento de las emociones, de los sentimientos, de la capacidad de razonar, de la conciencia, la que nos lleva a reflexionar sobre lo bueno y lo malo, es lo que corresponde en definitiva al alma del hombre, distinta al alma de los animales, que no poseen las cualidades descritas. Constantemente en la Escritura Bíblica se confirma esto y es respaldado por el Señor a sus discípulos, cuando les señala que no se les «turbe el corazón» (Juan 14:1), que del «corazón del hombre proceden los malos pensamientos y toda forma de maldad»(Marcos 7:21), y el apóstol Pablo le escribe a los romanos que la aceptación del evangelio tiene que ser en «el corazón» (Romanos 10:9). Los hombres llevan el sello de Dios en el alma, ateos o creyentes, sienten la necesidad de Dios, aunque expresada de distintas formas. Esto no está en ningún animal. Sólo en el hombre existe el sentido de trascendencia, el anhelo de eternidad, porque Dios lo puso en el corazón del hombre (Eclesiastés 3:11).

Por tanto, no es en la biología humana donde hay que buscar la diferencia, porque ésta es corruptible, y los huesos, la musculatura, las células, el ADN, y todo lo que comprende el cuerpo biológico animal se degradará a sustancias inorgánicas, agua y sales minerales, siendo éstas últimas las que permanecen por más tiempo (Génesis 3:19). El hombre fue creado para tener una relación especial con Dios en tanto fue hecho a su imagen, privilegio no otorgado a ninguna otra especie animal. Lo que importa en definitiva no es mirar hacia atrás tratando de buscar qué relación tiene el hombre con el resto de las criaturas, porque esta pregunta no la podremos responder en su totalidad, dado que se inserta en un acto único de Creación Divina. Lo que realmente importa es mirar hacia arriba y reflexionar respecto a qué relación podemos establecer con nuestro Creador, en tanto personas hechas a imagen de Dios, y lo que podemos llegar a ser, si tomamos como modelo al Hombre perfecto, como lo es la persona de Jesús glorificado, que se encuentra a la diestra de Dios.» [4]

Todos estos rasgos del cráneo están íntimamente relacionados entre sí de modo que apenas puede cambiar uno de ellos sin que el cambio se refleje en los demás, con algunos razgos reflejando naturalmente el cambio de forma mas inmediata y marcada que otros. Si suponemos que ha habido cambios en la dieta humana y en su forma de preparar los alimentos, poseemos un índice para la mayor parte de los cambios craneanos a condición de que el cambio en dieta haya sido desde alimentos sin cocinar o poco cocinados a alimentos mejor cocinados y de una dieta mas astringente a otra menos astringente. El desarrollo de músculos mas poderosos dedicados a la masticación introducirá la clase de cambios que encontramos al ir remontando la historia humana mas y mas al pasado remoto.

«Hay enfermedades que producen cambios notables en la forma humana.Entre los desórdenes que producen algunos cambios notables en la forma humana.

Entre los desórdenes que operan comunmente para efectuar una modficación de la estructura osea, los relacionados con perturbaciones glandulares son las mas comunes.

Maurice Tillet

Maurice Tillet, el personaje que sirvió de inspiración al personaje de Shrek. El ogro verde de la película le lleva la ventaja de que se transforma en un príncipe, mientras el pobre Tillet no podía hacer ese truco.

Resulta que el ogro de la película Shrek está inspirado en una figura de la vida real.

Este personaje,el secreto de su extraordinaria apariencia neandertal residia en un agrandamiento muy infrecuente de la glandula pituitaria.

Que el personaje de la película cómica que tanto disfrutan niños y adultos, es un retrato de Maurice Tillet, (1903-1954) un luchador profesional que nació en Francia, que era considerado muy inteligente y que podía hablar 14 idiomas.

Maurice Tillet (1903-1954), popular luchador francés profesional de principios del siglo XX, desarrolló ya pasada su adolescencia la enfermedad conocida como acromegalia, que se caracteriza por un crecimiento anormal de los huesos que convierte a estas personas en autenticos gigantes de carne y hueso. Sin embargo, al mismo tiempo la enfermedad deforma sus facciones y cuerpo dandoles a veces una apariencia grotestca.

Repudiado por sus contemporáneos y objeto de burlas tuvo que abandonar su hogar natal y buscar una nueva vida en las américas donde consiguió establecerse como luchador profesional gracias a su físico y se hizo muy popular. A pesar de su apariencia era un hombre muy inteligente que disfrutaba mucho jugando al ajedrez y llegó a hablar 14 idiomas. Tillet murió de una afección cardiaca a los 51 años de edad.

A los 20 años comenzó a desarrollar una extraña enfermedad conocida como acromegalia que le provocaban un creciento rápido y descontrolado de sus huesos.

Debido a ello en su pueblo lo llamaban con diferentes apodos, lo que llevaron a Tillet a huir de su lugar de origen, para tratar de tener una nueva identidad.

Tillet huyó a América en donde se convirtió en un luchado profesional, y fue nombrado como el “freak ogre of the ring”. Su personaje (”El Angel Francés”) fue un éxito rotundo en la fanaticada de la lucha.

Murió en 1954 a la edad de 51 años. Se establece por ello que el personaje de ogro de la popular película no salió de la imaginación de los productores, sino de la conmovedora historia de Tillet.

Maurice Tillet, el personaje que sirvió de inspiración al personaje de Shrek. El ogro verde de la película le lleva la ventaja de que se transforma en un príncipe, mientras el pobre Tillet no podía hacer ese truco.

Shrek es una historia de ficción bastante popular en la cual un ogro de gran corazón es constantemente prejuzgado por su aspecto físico. Sin embargo, hay parte de esta historia que no es ficción, ya que le personaje principal fue basado en la personalidad y forma física de un hombre realy de carne y hueso.

Maurice Tillet, nacido en Francia en 1910 Tillet vería su vida dar un vuelco trágico al desarrollar Acromegalia, una enfermedad endocrinológica que altera en exceso la producción de hormona del crecimiento llevando a una desproporción en las extremidades y la cabeza. Además de las deformidades físicas, la misma causa una muerte prematura y una vida de dolores físicos, al derivar en artritis, migrañas, hipertensión, diabetes y problemas cardiacos así como renales. No obatante, a pesar de sus problemas físicos Tillet continuaría estudiando durante sus siguientes 25 años de vida, llegando a hablar 14 idiomas y convirtiéndose en un poeta.

Sus problemas físicos, sin embargo, le impedirían concretar su sueño de ser actor, y ante la hostilidad recibida en su país natal escaparía a Estados Unidos buscando una nueva vida. Alli no encontraría otro trabajo más que el de luchador profesional, siendo conocido por su nombre de escena, primero como “el ogro del cuadrilatero” y luego como “el Angel Francés” y ganando una gran cantidad de seguidores.

Si bien famoso entre sus fans su vida continuaría siendo solitaria, solo acompañado por unos pocos amigos. En 1955, en su lecho de muerte, acosado por los problemas cardiacos de su enfermedad, se realizarían tres moldes de la cara del mismo.» [5]

Cráneos que tienen dudosa explicación científica.

«En el Museo Arqueológico de Lima, Perú, hay una vitrina que muestra una colección de cráneos de muy extrañas formas. También se puede encontrar más material de este tipo expuesto en el Museo de Ica, Perú, y otros museos arqueológicos de Sudamérica. Generalmente están rotulados como «cráneos

Lo cierto es que cualquiera que sea el método que se aplique, el proceso lleva a cambiar la forma pero nunca el volumen, ya que la deformación, debiéndose a una compresión, jamás podría aumentar la capacidad craneana.

Los cráneos deformados por estos métodos rituales mantienen la capacidad en centímetros cúbicos que se conoce en los humanos, mostrando deformaciones por presión en la frente, laterales y hasta la nuca. En cambio los cráneos de este estudio, con forma de cono por lo general, aunque hay otras clases de deformidades, no se parecen en nada a los resultantes de las maneras usuales de deformar los cráneos, un hecho que los antropólogos han aceptado.

Las proporciones de este cráneo son «imposibles» biológicamente tal y como conocemos a la raza humana, su capacidad craneal es desproporcionada y sus ojos son visiblemente más grandes que los normales.

El tipo «J» presenta otros interrogantes. Es equivalente a un cráneo moderno casi en todos los aspectos, pero hay varios factores fuera de proporción. El tamaño de las órbitas de los ojos es más o menos un 15 % mayor al de la población moderna, aunque no es una deformidad muy importante. La diferencia más significativa es la enorme cúpula craneana, cuya capacidad estimada está entre los 2600 a 3200 cc. Nuevamente, la antigüedad del espécimen es desconocida.

El cráneo de tipo «M» es incompleto lo que dificulta aun más su estudio.

La capacidad de la bóveda craneana (y en consecuencia la masa cerebral) y la inteligencia no están en relación directa. El individuo que figura en los registros como el que tenía el cráneo más grande (mencionado antes) era un retrasado mental, mientras que Anatole France, cuyo cráneo sólo medía 1100 cc, fue un brillante escritor.

Algunas deformaciones intencionales durante el Neolítico y la Edad de Bronce

En las imágenes se observan algunas deformaciones consideradas «extremas» por los antropólogos, aunque ni se acercan a la deformidad de los cráneos de Sudamérica, además como se puede observar se mantienen las proporciones de mandíbulas y cavidad ocular así como la capacidad craneal.

cabeza extremadamente grande sin oidos, ojos, y boca totalmente diferentes a un humano normal.

correspondiente a un ser de edad mediana por la calcificación de sus huesos y dientes de adulto, este especimen no tiene explicación ni origen esta guardado en el Museo de Historia Natural Wilson Estevanovic.

Sin duda alguna estos seres vivieron hace miles de años.»[6]

Tres explicaciones respecto a los cráneos:

1. Diferencias debidas a la alimentación y al clima.

2. Diferencias debido a enfermedades

3. Existe la posibilidad de que algunos cráenos pertenezcan a simios extintos. Recordemos que la apariencia de Adan debió ser muy semejante a la nuestra.

PSEUDOARQUEOLOGÍA. EXTRATERRESTRES Y CRÁNEOS PERFORADOS [7]

Yeti

Si bien la “fanta-arqueología”, “pseudoarqueología” o arqueología fantástica no pertenece al ámbito científico, es menos racional cuando se imbrica con la llamada “Nueva Era”: pirámides, continentes desaparecidos, control mental, levitación, astrología, reencarnación, curaciones psíquicas, talismanes y cristales mágicos, Cristo, Buda, Krishna, cábala, sufismo, misticismo, espiritismo, canalización, ángeles, meditación trascendental, archivos akáshicos, mantras, yoga, etc. La Biblia junto al calefón. Un poco de aquí, un poco de allá. Tomo este fragmento y le agrego este. Un sincretismo que cada consumidor arma a su gusto. Una espiritualidad para clase media, media alta y alta.

Como no me canso de reiterar: conozco bien al monstruo porque estuve en sus entrañas.

Shirley Mac Laine en el Museo de Perú

Un ejemplo de la fusión entre “Nueva Era” y arqueología fantástica se presenta en algunos textos de Shirley MacLaine.

La gran actriz, una de las grandes defensoras de la Nueva Era”, es autora de unos cuantos libros autobiográficos: “No vaya montaña abajo”; Puedes entenderlo desde aquí”; “Lo que sé de mi”; “Bailando en la luz”; “Todo está en el juego” y “Dentro de mí”. En ellos narra sus experiencias sobre diversos tópicos: sus “vidas anteriores”, cirugía psíquica, levitación, viajes astrales, poder de curación de los cristales, curaciones milagrosas, cómo ser feliz, conversaciones con sus guías, etc. También, volcó al celuloide su “mundo ego-biográfico”, en 1987, en la miniserie “En la cuerda floja”.

Justamente, en “Bailando en la luz” (1985) cuenta que Chris Griscom una “acupunturista con gran experiencia en terapia psíquica” (8) le practicó un tratamiento curativo al introducir tres finas agujas de oro en el “Tercer Ojo”, “Ojo de Shiva” u “Ojo de la Sabiduría”, que se ubica —según la tradición oriental— entre los ojos. La blonda actriz recuerda que mientras visitaba un museo inca en Lima, Perú, pasó junto a una vitrina que contenía unos cráneos, cada uno de los cuales tenía una perforación en el centro de la frente. Expresa con asombro: “Mientras yo contemplaba aquellos cráneos, horrorizada, recordé extrañamente lo que era. El guía del museo no tuvo que decirme siquiera que los altos sacerdotes de los incas habían cincelado agujeros en el centro de la frente para abrir paso a la energía psíquica del ‘Tercer Ojo’. Una zona especialmente sensible para la conciencia espiritual. Se cree que la capacidad de clarividencia, los niveles perceptivos del discernimiento están centrados en ese lugar. Es el ojo que ‘ve’ más allá de la dimensión terrenal”. (9)

Es probable que la ganadora del Oscar por su actuación en “La fuerza del cariño” (1984) haya recordado una de las obras de Cyril Henry Hoskin, más conocido como Lobsang Rampa, quien en su novela “El tercer ojo”, Capítulo V, cuenta que su maestro espiritual Mingyar Dondup le dice: “Tendremos que hacerte una pequeña operación en la cabeza para forzar tu clarividencia y luego vamos a acelerar hipnóticamente tus estudios”.

Es una pena que Shirley no dejara hablar al guía del museo incaico. Tal vez, la hubiese desasnado.

Lobsang Rampa, la novela y los “gorilas” vernáculos

Una digresión. Quiero recordar que Rampa no fue ni budista, ni tuvo maestro espiritual alguno, ni jamás estuvo en el Tibet. Fue un novelista de mucho éxito.

Es importante destacar, ya que mucha gente ha leído sus obras y creyó que narra vivencias reales, que no es así: son novelas, ficción. Tan es así, que cuando lleva los originales de “El tercer ojo”, sus editores no confían demasiado en el autotitulado lama, por lo que entregan la obra a una veintena de expertos para su evaluación. El dictamen resultó negativo. El informe del antropólogo Agehananada Bharat es terminante y se edita en la publicación especializada: «Tibet Society Bulletin» (volumen 7,1974): “Las primeras dos páginas me convencieron de que el autor no era tibetano, las siguientes diez de que jamás había estado ni en Tíbet ni en India, y de que no tenía absolutamente ni idea de la menor noción de budismo en cualquiera de sus variantes”. También, Hugh Richardson —miembro del gobierno colonial indio residente en Lhasa—; Marco Pallis —autor de “Cumbres y lamas”, “Espectro luminoso del budismo” y de “El camino y la montaña”, excelentes trabajos sobre la Tradición Tibetana—; Heinrich Harrer —autor de “Siete años en Tibet”— y el detective Clifford Burgess, coinciden en que El tercer ojo se trata de un fraude. ¡SÍ, UN FRAUDE! (Ver mi informe subjetivo en Tribuna de Periodistas: “El fraude Lobsang Rampa: ni lama, ni tibetano, ni budista” publicado el 14 de diciembre de 2003).

El semiólogo italiano Humberto Eco reivindica la novela como género. Ante las discusiones que ocasionó la obra de Dan Brown, fundamenta: “’El código da Vinci’ es una novela, y como tal tiene el derecho a inventar lo que quiera (…) tampoco es grave que el autor nos diga al comienzo de la obra que lo que cuenta es la verdad histórica. Como pueden comprender, la persona que lee de forma habitual ya está acostumbrada a estas llamadas narrativas a la verdad, forman parte del juego de la ficción. El problema comienza cuando vemos que muchísimos lectores ocasionales han creído realmente en esta afirmación (…) que todo este material contenía una sarta de patrañas se ha dicho y demostrado desde hace tiempo”. (10)

Coincido con el autor de “Apocalípticos e integrados”, en especial cuando sostiene que los lectores ocasionales pueden llegar a creerse la ficción. En el caso de la obra de Rampa, la totalidad de los lectores fueron estafados en su buena fe. Los editores deberían dejar bien en claro que es una ficción, una especulación del autor.

A pesar de que este no es el lugar apropiado, no puedo obviar la novela histórica.

No es novedoso que en la Argentina, muchos escritores utilicen este género para inventar o deformar hechos de la vida del personaje tratado en ella. Se baja línea en forma subrepticia y el lector cree que se le da información neutra y objetiva. Tenemos muchos ejemplos de personajes maltratados: Facundo Quiroga, Juan Manuel de Rosas, José de San Martín, Eva Duarte de Perón, entre otros. Sobre esta última, se escribió una novela —de gran repercusión comercial— que no tiene nada de “santa” y que desde un básico análisis del discurso se nota, denota y connota un resentimiento contra la protagonista y contra el peronismo. Este “neogorilismo” tiene nuevos cultores. La idea es pegarle a Perón a través de Evita. Desde un discurso pretendidamente inocente, se introduce en el imaginario social que sin Evita, Perón no hubiera existido como líder: una novísima vertiente de peronismo sin Perón. Y hoy, la moda es investigar los últimos días de Evita y mostrar cómo se le ocultó la enfermedad que padecía…

Las extravagancias de Wilhelm Selhus

En una nota-investigación anterior, expuse algunos aspectos de “Pero estuvieron aquí. Pruebas científicas de la presencia extraterrestre” del “profesor” Wilhelm Selhus. Un disparatado librodedicado a la arqueología fantástica, centrado en los extraterrestres. (Ver “Las manipulaciones genéticas de Wilhem Selhus”, publicado el 14 de febrero de 2008).

Selhus brinda su aporte a las trepanaciones craneanas.

Dice en su libro, que aún se puede comprar en las tiendas virtuales de Internet, que “para el Estado debió de ser muy valioso que todos los conocimientos aprendidos le pertenecieran. Por ello, el cerebro de los grandes estadistas, a su muerte, debía ser entregado a la entidad oficial encargada de utilizar el extracto de esta órgano, así como ponerlo al abrigo de cualquier robo. Entre funcionarios de significación cósmica, era muy difícil encontrar diplomáticos adecuados. Si uno de estos funcionarios no alcanzaba el nivel astral exigido, le practicaban unas finas perforaciones en el cráneo, en las zonas adecuadas, y de allí, los frenólogos estatales le inyectaban extracto cerebral de grandes ministros del universo. En la lámina VI se ve una ‘operación de perfeccionamiento’ realizada en el cerebro de un funcionario estatal. El frenólogo interviene en el cráneo para inyectarle el extracto que guarda el recuerdo y las experiencias de épocas anteriores. Ya que las leyes eran muy severas, se puede suponer que los robos de extracto o su posesión ilegal, serían implacablemente castigados con la muerte.

Con los jóvenes príncipes se hacía una excepción. Para aumentar su nivel intelectual, se les inyectaba extracto constantemente. En una interesante cerámica (fig. 29) vemos un principito con un embudo sujeto a la cabeza, a través del cual se le introducía la sabiduría «digerida». Ante el pueblo, naturalmente, se mantenía secreto este método de «la inyección de la sabiduría». Seguramente, porque existía un gran temor a que estadistas, sacerdotes y sabios fueran asesinados para robarles el cerebro. Los funcionarios del Estado que lucían agujeros en la cabeza (para inyectarles los extractos o aplicarles estimulación eléctrica) eran tenidos en gran estima y muy respetados. Se les reconocía por sus sombreros especiales, que les protegían de infecciones las heridas. Las manipulaciones en el cerebro dieron lugar a una moda de sombreros muy variada. Así, podemos ver (lámina IV) a un hombre paticorto, manipulado, con una especie de sombrero de copa de ala estrecha; a una distinguida dama que lleva una especie de colmena —a la última moda— y a unos nobles participantes en una cacería, con los sombreros reservados a la aristocracia (lámina V). Uno de los cazadores lleva el bombín, que aún hoy es un símbolo de clase para políticos, comerciantes distinguidos, agentes de Bolsa, y mafiosos (fig. 30). Existía también otro método para realizar manipulaciones en el cerebro, menos peligroso y al alcance de la baja aristocracia: la deformación del cráneo. Cuando el niño era apenas un recién nacido, se le entablillaba la cabeza, todavía elástica, y así se forzaba su desarrollo alargado. Se creía firmemente que este procedimiento aumentaba la inteligencia. Pero se trataba también de un símbolo social. Además de la cabeza alargada en su parte posterior, se forzaba también el alargamiento hacia arriba, dando origen a una cabeza en forma de huevo, característica —ya entonces— de las mentes preclaras (fig. 31). Como ya hemos comentado anteriormente, las clases altas de la cultura maya llevaban gigantescas narices falsas para demostrar que descendían directamente de los nobles astronautas (fig. 32). Recordemos que las narices de éstos se habían alargado, adaptándose al medio, para conseguir el precalentamiento del aire durante el proceso respiratorio. Pero en el caso de los mayas, no se trataba de una necesidad de adaptación, sino de un símbolo de clase. El que llevaba una nariz ostiza daba a entender, claramente, que no pertenecía a la clase de los trabajadores; algo semejante a lo que ocurría con nuestros antepasados y sus pelucas, o con las largas uñas postizas en la antigua China. Recapitulando lo dicho hasta ahora, podemos concluir, pues, que los visitantes extraterrestres, embajadores de otras culturas, poseían altos coeficientes de inteligencia. Que a su llegada a la Tierra se encontraron con hombres elementales, de bajo nivel mental, pero cuya capacidad intelectual lograron aumentar por medio de las manipulaciones genéticas anteriormente descritas. Su valiosa herencia genética la conservaron pura, estableciendo los matrimonios entre hermanos. Existían varias castas: las más brillantes, intelectualmente, debían su alto nivel a factores hereditarios y también a las manipulaciones genéticas, tratamientos eléctricos o inyecciones de extractos de memoria y sabiduría. El control del sexo en los nacimientos, cuya finalidad era obtener una mayoría de varones, como lo deseaban el ejército y el Estado, se consiguió con las hondas de semen”. (11)

Cuesta entender que alguien pueda tomarse este texto en serio.

Algunas explicaciones coherentes

La verdad científica la da el arqueólogo Fernad Schwarz. Al estudiar las civilizaciones andinas, menciona la cultura de Paracas, Perú, que floreció a lo largo del primer milenio de nuestra era. Expone sobre las perforaciones halladas en los cráneos: “En la cabeza deformada de los difuntos se puede observar la práctica de la trepanación. Sin duda, esa práctica surgió a causa de la guerra. El cirujano empezaba por eliminar la carne alrededor de la herida y apartar el cuero cabelludo hacia el exterior, con objeto de dejar al desnudo el hueso golpeado. La anestesia debía de desempeñar en este estadio un papel importante. La operación era muy delicada, ya que el menor desliz del cuchillo de obsidiana podía causar un daño irreparable en la masa cerebral, incluso podía provocar la muerte. Pero la mano firme del cirujano manejaba con habilidad el cuchillo, con el que conseguía penetrar en la masa ósea sin tocar el encéfalo. Una vez hechos los dos primeros cortes, se efectuaban otros dos, paralelos entre sí y perpendiculares a los primeros; de esta manera se conseguía la separación de la parte dañada. Después, sirviéndose siempre del cuchillo y manejándolo a modo de palanca, se hacía saltar la tapa ósea en mal estado, de tal manera que esa parte del cerebro quedaba al descubierto, iluminada por primera vez por el sol. A continuación, se cerraba la cavidad con una placa de metal. Después, teniendo siempre cuidado de evitar la infección, se cerraba v suturaba la herida, y el cuero cabelludo volvía a su lugar. Así terminaba la intervención quirúrgica. Conocemos la habilidad quirúrgica con que se realizaba esta operación prodigiosa gracias a que «se ha encontrado en una caverna un paquete conteniendo cuchillos de obsidiana, con sus mangos respectivos y manchados de sangre, además de un cuchillito o palillo de dientes de hueso de cachalote, trozos tic algodón para proteger las heridas, compresas, vendas e hilos». La práctica de la trepanación estaba más extendida y más perfeccionada en Paracas que en ningún otro lugar del mundo. Su gran mérito reside en el hecho de que se llevaba a cabo «en vivo», es decir, sobre un hombre viviente, y no post rnortem, sobre un cadáver. Pero, lo más importante de la trepanación de Paracas consiste en que el operado sobrevivía a la intervención. Se puede comprobar mediante el «callo óseo» descubierto en los cráneos, callo que se forma solamente con los años y nunca después de la muerte. Se trata de una soldadura entre las paredes de los huesos cortados o perforados y la placa de metal que, gracias a las secreciones óseas de calcio, se queda inmóvil y bien ajustada. ¡Maravilla de la antigüedad peruana, que tenía por autor al cirujano indio…!”. (12)

En el Perú, esta práctica data de tiempos muy antiguos; aunque la cultura de Paracas es la más conocida en lo que se refiere a este tipo de intervención quirúrgica.

Schwarz, al referirse a las deformaciones de los cráneos, afirma que “los cráneos deformados artificialmente (los primeros ejemplares datan de alrededores del 6000 a. de C.) presentan un aspecto común en los cadáveres de la época de las cavernas. Se aplanaba la nariz y la frente de la manera que muestra la figura. No se conoce el origen de esta antigua práctica de deformación. Se cree que estaba inspirada en un principio mágico-religioso, que se convirtió más tarde en un hábito estético”. (13)

O sea, que esta práctica no es exclusiva de la cultura de Paracas. Asimismo, la podemos hallar en África y entre los esquimales. (14)

Final para cerebros sin perforar

No es difícil para una mente inquisidora saber quién está más cerca de la verdad. Una buena ayuda para saber qué autor actúa con sinceridad es seguir su cuenta bancaria. Pero, sobretodo, comprender la frase fulminante del paleontólogo y biólogo Stephen Jay Gould, “la ignorancia del contexto es la señal más clara del farsante”.

Notas

1.F.Collins,

2. http://www.forosdz.com/foro/tematica-libre/280620-discusion-es-el-ser-humano-un-animal-que-nos-separa-de-los-animales.html

3. Para los científicos españoles, el origen de bipedalismo humano no puede ser tan simple como se presenta en el trabajo del turco Uner Tan o del británico Nicholas Humphrey.

El paleontólogo José María Bermúdez de Castro, uno de los codirectores de las excavaciones en Atapuerca (Burgos), recordaba que caminar sobre dos pies «requiere muchos cambios anatómicos» entre un humano y un simio. «Supone una modificación estructural que no puede deberse a un gen determinado debido a su extrema complejidad. Cambia la pelvis, el foramen magnun (el agujero que tenemos bajo el cráneo y que los cuadrúpedos tienen lateral) e incluso la musculatura es diferente», argumenta.

Para este paleoantropólogo, el caso de esta familia «puede ser un defecto genómico», pero no una mutación regresiva, mucho más compleja de determinar porque realmente se desconoce cómo se produjeron en nuestros ancestros.

Asi se expresaba al respecto la paleontóloga Dolores Garralda, profesora de Antropología Biológica en la Universidad Complutense. «Poder caminar sobre dos pies supuso unos cambios genéticos enormes, que no tiene que ver con el caso de esta familia. Parte de sus miembros sufren un defecto genético,un problema patológico que les obliga a andar con pies y manos, pero tienen la pelvis como nosotros y la morfología de sus rodillas y de sus pies es también igual a la nuestra, no es como la de los Australopithecus que, sin embargo, ya caminaban sobre dos pies», explica Garralda. La profesora recuerda que en algunos psiquiátricos se ven personas con unas patologías muy extrañas. «Yo en algunos países he visto personas que carecen de pies o niños que no podían andar de ningún modo, pero en el caso de nuestra especie se trató de un proceso lento en el que se fueron produciendo cambios acumulativos», señala. Aún más crítico, Manuel Toharia, director del Museo de las Artes y de las Ciencias de Valencia, declaraba ayer a la Cadena Ser que el presunto descubrimiento científico sólo puede encuadrarse en el «amarillismo», y comparó el hecho de que los cinco hermanos no puedan caminar erguidos por un problema genético con fenómenos similares, como puede ser el de las personas que nacen con dos cabezas. Toharia comentó que no entendía dónde está la relación entre una malformación genética que impide andar sólo con los pies y la cadena de la evolución humana. (extr. de http://www.elmundo.es/elmundo/2006/03/09/ciencia/1141892802.html)

4. http://www.aguasvivas.cl/revistas/44/apologetica.htm

5. https://lasteologias.wordpress.com/2009/07/02/maurice-tillet/

6. http://www.portalnet.cl/comunidad/showthread.php?t=230204

7. Néstor Genta, OTRA VEZ LA PSEUDOARQUEOLOGÍA

EXTRATERRESTRES Y CRÁNEOS PERFORADOS, http://www.periodicotribuna.com.ar/Articulo.asp?Articulo=3619

8. Maclaine Shirley. Bailando en la luz. Biblioteca Fundamental Año Cero. Editorial América Ibérica. 1994. p.291.

9. Ibid. p.304.

10. Eco Humberto. A paso de cangrejo. Artículos, reflexiones y decepciones, 2000-2006. Edit. Sudamericana. República Argentina. 2007. pp.310/1.

11. Selhus Wilhelm. Pero estuvieron aquí. Pruebas científicas de la presencia extraterrestre. Librería Editorial Argos. Barcelona. 1976. pp.85/9.

12.13. Schwarz Fernand. El enigma precolombino. Tradiciones, mitos y símbolos de la América antigua. Ediciones Martínez Roca. Barcelona. 1988.pp.152/4.

14. http://axxon.com.ar/axxon.htm

La invocación de los líderes a Dios

La invocación de los líderes a Dios

EL MUNDO

TRES MILLONES de dólares para fundar una institución donde colaboren científicos africanos, tres millones más para dotar un premio internacional destinado a científicos que contribuyan a «mejorar la vida humana» y unos 60.000 millones de euros para sí mismo y su corrupta familia. Para los habitantes de su país, abonados a la miseria -pese a la riqueza petrolífera que les rodea-, asolados por enfermedades y oprimidos por la dictadura, nada. Así es la filantropía de Teodoro Obiang Nguema; enorme, pero selectiva. El mundo entero se indignó al conocer que la Unesco aceptó, semanas atrás, la propuesta del tirano de Guinea Ecuatorial para patrocinar el Premio Unesco-Obiang, de carácter científico, y con la dotación económica mencionada. Ante la oleada de protestas, la organización de Naciones Unidas para la educación decidió aplazar la decisión de dar vía libre al Premio. Sin embargo, la decisión será difícil de anular.

Aun más difícil sería subvertir la monstruosa autocomplacencia de Obiang, que se ha declarado apoyado por Dios y «en contacto permanente con el Todopoderoso», según un reportaje reciente de la radio estatal de Guinea Ecuatorial. «Tiene el derecho de matar», según el mismo reportaje, «sin temor a castigo ni en esta vida ni en la próxima, ya que es Dios quien le confiere su poder».

Que los gobernantes buscaran la legitimidad divina era absolutamente normal en todo el mundo hasta fechas relativamente recientes, por no mencionar, claro, a todos los líderes de la Antigüedad y la Edad Media, que carecían de otras fórmulas legitimadoras para ejercer su poder. Pero el presidente Obiang se declara un demócrata -elegido por el 95% de sus conciudadanos-. Claro que nadie se cree que lo sea, como tampoco cuela que cuente con la aprobación divina. Parece curioso que un político ajeno a cualquier concepto auténticamente religioso, un tirano cuyo poder se fundamenta en la fuerza bestial, un monstruo humano que respira un paganismo salvaje y que hasta se enorgullece por «devorar», literalmente, a sus enemigos, en actos de supuesto canibalismo, sea tan atento a Dios.

Obiang es uno de los peores dirigentes del mundo actual. Pero no es el único que invoca permanentemente a Dios. George W. Bush insistía en que, a pesar de su adicción juvenil al alcohol y a las drogas -e implícitamente a pesar de su reconocida estupidez-, había «vuelto a nacer» por la gracia divina que le hizo digno de ser presidente de Estados Unidos. Por su parte, el ex primer ministro británicoTony Blair ofendía a sus partidarios seculares por invocar repetidamente a Dios; ahora dirige a una fundación supuestamente dedicada a fomentar la cooperación entre distintas tradiciones religiosas.

En Irán y Arabia Saudí sus constituciones definen al jefe de Estado como el representante de Dios. Vladimir Putin, primer ministro ruso, a quien hasta hace poco nadie suponía creyente, hace el signo de la cruz cada vez que visita una iglesia o un lugar religioso y dice que «todo lo que nos da Dios» -sin excluir, por supuesto, a su propio régimen- «es bueno». Silvio Berlusconi, un tipo cuyo comportamiento no parece alinearse con los mandatos divinos, ha pedido al pueblo italiano que rece «por la ayuda de Dios» para salir de la crisis económica. Nicolas Sarkozy provocó justo antes del verano un debate en Francia -Estado definido por su laicismo- por citar a Dios en un discurso «no sólo», según un diputado socialista, «en cada página, sino en cada párrafo». Y la canciller Angela Merkel fue firme partidaria de que Dios se hubiese nombrado en el fallido Tratado de Constitución para la Unión Europea. El reino de Dios no es de este mundo, pero a muchos de los reinantes aquí abajo no les basta, por lo visto, ni la democracia ni el secularismo.

Por lo que sabemos, las sociedades humanas son las únicas que necesitan buscar formas para legitimar a sus dirigentes. Entre las culturas de otros primates prevalece una única forma de seleccionar a los líderes: el poder se confía al más fuerte, el varón alpha. Suponemos que entre nuestros antepasados homínidos sucedía lo mismo. Pero hace no sabemos cuánto tiempo -tal vez unos 200.000 años-, los humanos empezaron a experimentar sistemas de poder: el liderazgo del patriarca, la gerontocracia, la elección por supuesta sabiduría o carisma, el mando del chamán, el mando colectivo de élites, de oligarcas o del pueblo entero. El sistema que más éxito tuvo fue el de privilegiar a ciertos miembros de la comunidad por sus cualidades supuestamente heredadas. Este sistema se apoyaba en dos aspectos: la experiencia -ya que es y era evidente que varias características importantes, tanto físicas como intelectuales, pueden transmitirse por herencia- y la garantía de paz, al evitar conflictos en la sucesión, si ésta recaía de forma preestablecida en el hijo del jefe.

Pero todos esos sistemas, y todos los que se han añadido a través de los siglos, llevan la misma dificultad: el varón alpha puede intervenir. Por eso, tal vez, se recurrió al concepto de legitimación por Dios o por los dioses. Paradójicamente, para desafiar a los chamanes y sacerdotes, los reyes seculares necesitaban a Dios. A cambio de favores, las autoridades religiosas les ofrecían su bendición. La alianza entre poder secular y legitimación divina se concretó en la tradición occidental por la negligencia de la iglesia primitiva. Cristo y los apóstoles esperaban ávidamente el fin del mundo y no se preocupaban por la política. San Pablo declaró que «todos los poderes de este mundo proceden de Dios», aunque pareciesen diabólicos. Luego, cuando el fin del mundo parecía que se había desvanecido por razones ignoradas, la Iglesia explotó su papel legitimador entre los reyes del mundo para intentar calmar su cólera, refrenar su agresión y templar su crueldad.

La tradición, por lo visto, es fuerte, ya que sigue vigente hasta el día de hoy. Lo que sorprende, empero, es que siga teniendo eficacia, alcanzando respeto y afectando a las realidades políticas en un mundo que, en otros aspectos, parece confiar exclusivamente en soluciones seculares, prácticas, materialistas y supuestamente científicas. Lo más probable, por ejemplo, es que el Premio Unesco-Obiang, si logra establecerse, se entregue a alguien que experimente con células embrionarias, o por lo menos a un investigador que no cree en milagros.

El mero hecho de que la Unesco haya contemplado aceptar el dinero de Obiang es una prueba de que Dios no tiene nada que ver con el asunto. Si el tirano realmente necesitara la aprobación divina, se le hubiera destituido hace tiempo. Pero la retórica religiosa sigue manteniendo su influencia, o por lo menos su presencia en la vida política, a pesar de que la realidad religiosa no cuenta casi nada.

La explicación superficial -que los creyentes son numerosos y los políticos invocan a Dios para conseguir sus votos- no me convence. Para un creyente, el uso del nombre de Dios por políticos egoístas es un abuso clarividente. Bush y Blair abusaban de sus creencias cristianas para justificar sus guerras. Un cristiano sincero hubiera preferido optar, como Cristo, por la paz. Ningún votante devoto perdonará tampoco a Putin sus excesos antidemocráticos por el hecho de que abuse, desvergonzadamente, del signo de la cruz.

Y todos los votantes católicos y musulmanes de Francia e Italia saben perfectamente que Sarkozy y Berlusconi son tipos laicos; puede que les voten si es que aprueban sus políticas, pero no lo harán por pensar que unas frasecillas empapadas de agua bendita santifiquen sus conductas corruptas e inmorales. No hay quien admita que las matanzas de Obiang tengan una inspiración divina -ni lo piensa, supongo, el mismo Obiang, cuyos crímenes, por ahora, no se absuelvan por motivos de locura-.

La presencia de Dios en las autojustificaciones de los políticos actuales tiene que explicarse por razones más sutiles. Se sitúa entre las otras corrientes contradictorias de la modernidad: la coexistencia de ciencia y ciencia-ficción; de realismo y magia; de medicina y homeopatía; de futurólogos y astrólogos; de tecnología y fantasía; de extremos opuestos de escepticismo y fundamentalismo; del supuesto progreso y los nuevos problemas que trae consigo.

En el fondo del corazón sabemos que no tenemos soluciones para todos nuestros problemas, que nuestra civilización es frágil, que es probable que la naturaleza nos acabará venciendo, y que los humanos, si estamos solos en el universo, fracasaremos por falta de ayuda de alguien más sabio y mejor preparado. Los políticos no se refieren a Dios para conseguir votos, sino por satisfacer a sus propias necesidades psicológicas. Y las invocaciones por los ateos y mundanos suben al cielo con las oraciones de los creyentes.

No es que Obiang, Putin, Sarkozy y todos los que se les parecen no sean creyentes: es que son creyentes insinceros. Y la creencia insincera, por paradójico que resulte, sí existe.

Felipe Fernández-Armesto es historiador y ocupa desde 2005 la cátedra Príncipe de Asturias de la Tufts University en Boston (Massachusetts, EEUU).

Una investigación profundiza en la relación entre inteligencia y religiosidad

Una investigación profundiza en la relación entre inteligencia y religiosidad
Etiqueta: Ciencia y Tecnología
28/07/10
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Los niveles de religiosidad varían en ambos extremos del espectro de la inteligencia humana, pero no en los puntos intermediosUn estudio realizado por investigadores de la Universidad de Pittsburgh y de la Cleveland State University ha revelado que, aunque puede establecerse una relación entre la ausencia de religiosidad y la inteligencia (algunos estudios han sugerido que los coeficientes de inteligencia más altos se corresponden con una religiosidad menor, en términos estadísticos), esta relación sólo se daría en los extremos del espectro de la inteligencia humana. En lo que se refiere a los términos medios, no se han constatado diferencias en la religiosidad de los individuos, al menos en un grupo analizado de características muy específicas y en lo que se refiere a tres variables religiosas concretas (sectarismo, fe en las Escrituras y cuestionamiento de las convicciones religiosas). Por Yaiza Martínez.

En el año 2008, Helmuth Nyborg, científico especializado en el estudio de la inteligencia de la Universidad de Aarhus, en Dinamarca, realizó una investigación sobre la relación entre inteligencia y religiosidad, que arrojó resultados cuanto menos polémicos.

Por un lado, el estudio reveló que la media del coeficiente intelectual (CI) inteligencia de los países era directamente proporcional al porcentaje de ateísmo en ellos, según se desprendió del análisis de un total de 137 naciones.

Asimismo, Nyborg y sus colaboradores afirmaron que el coeficiente intelectual o CI de los ateos era de 1,95 puntos más que el de los agnósticos, y hasta de 5,89 puntos más que el de los creyentes.

Richard Lynn, otro de los autores de dicho estudio y profesor de psicología de la Universidad de Ulster, declaraba ese mismo año en The Daily Telegraph que el origen de estas diferencias podría estar en el hecho de que los estudiantes universitarios y académicos, de coeficiente intelectual normalmente más alto, son en general menos propicios a creer en Dios que el resto de la población.

Otros aspectos

En esta misma línea de investigación, la revista Intelligence ha publicado recientemente los resultados de otro estudio, en este caso realizado por los investigadores Sharon Bertsch, de la Universidad de Pittsburgh, y Bryan Pesta, de la Cleveland State University, de Estados Unidos.

Bertsch y Pesta pretendían averiguar si la relación entre religión e inteligencia es lineal o, por el contrario, las creencias religiosas se ven condicionadas por la inteligencia sólo en los dos extremos del espectro de ésta.

En otras palabras, según publica la revista Epiphenom, los investigadores querían saber si los niveles medios y más comunes de inteligencia estaban relacionados con los niveles de religiosidad o de no religiosidad o, por el contrario, no tenían nada que ver con ellos.

Por otra parte, los investigadores quisieron averiguar si había una relación no sólo entre la religiosidad y la capacidad de razonamiento abstracto (CI), sino también entre las creencias religiosas y las habilidades de procesamiento de información.

Diversas pruebas realizadas

Los científicos realizaron varias pruebas destinadas a medir dichas habilidades, como evaluaciones de la capacidad para juzgar con rapidez las diferentes longitudes de unas líneas o para seleccionar una carta en medio de otras muchas.

Asimismo, examinaron la propensión de los participantes a hacer “afirmaciones exageradas”, en una prueba que consistió en presentarles ciertos elementos (como el nombre de una personas famosa o un concepto científico), para después pedirles que establecieran hasta qué punto estaban familiarizados con ellos.

Algunos de estos elementos presentados eran falsos. La aplicación de un procedimiento inteligente permitió a los científicos dilucidar hasta qué punto los participantes estaban exagerando su familiaridad con los elementos reales.

En la investigación participó un grupo de estudiantes universitarios, por lo que cabría esperar que el coeficiente intelectual del grupo fuera algo más alto que la media y que ninguno de los participantes se encontrase en la parte más baja del espectro de inteligencia humana.

No hay diferencia en niveles intermedios

Los investigadores relacionaron los resultados de estas pruebas con tres aspectos de la religiosidad: el sectarismo, considerado éste como la creencia de que la religión que uno profesa es la única religión verdadera; la aceptación de las Escrituras (la consideración de que las Sagradas Escrituras son literalmente verdad) y el cuestionamiento religioso (la disposición a cuestionarse las convicciones religiosas).

Los resultados obtenidos en todos los análisis demostraron, en general, que el cuartil más bajo (cuarta parte de los participantes que puntuó más bajo en las pruebas realizadas) era también el más religioso, mientras que el cuartil más alto (participantes con puntuaciones más altas) eran los menos religiosos.

Sin embargo, en lo que se refiere a los cuartiles intermedios, no hubo mucha diferencia en los niveles de religiosidad de ambos grupos.

En otras palabras, podría decirse que la capacidad de procesamiento de información tendría relación con la religiosidad sólo en los extremos, pero no en los términos medios, en donde no se encuentra ninguna relación entre inteligencia y ausencia de religiosidad.

Aquellos participantes que se encontraban en el cuartil más bajo fueron especialmente propicios al sectarismo, es decir, a considerar que su religión era la única verdadera, tal y como se puede observar en el cuadro. La aceptación de las Escrituras y el cuestionamiento religioso, en cambio, obtuvieron resultados similares.

Limitaciones del estudio

Combinando los datos del CI de los participantes y los de sus capacidades en el procesamiento de información para generar un modelo estadístico, los científicos descubrieron, por último, que la habilidad para procesar información es un pronosticador más potente que el coeficiente intelectual de la religiosidad de los individuos.

¿Pero qué relación pueden tener las afirmaciones sobre la familiaridad de un rostro o el establecimiento de la longitud de unas líneas con el grado de religiosidad?

Según los investigadores, las puntuaciones en estas pruebas indican la eficiencia del procesamiento neuronal de los participantes, eficiencia que sería la base para el desarrollo de una cognición más compleja y del propio pensamiento racional.

Éste es uno de los pocos estudios sobre inteligencia y religión realizado realmente en laboratorio, y no basado en un análisis retrospectivo de datos recogidos por otras razones.

Sin embargo, quedaría por establecer si los resultados obtenidos podrían aplicarse a cualquier conjunto humano, y no sólo a un grupo tan definido como el de este caso: estudiantes universitarios, principalmente cristianos.

http://senalesdelostiempos.blogspot.com/2010/07/una-investigacion-profundiza-en-la.html

El Senado Romano

El Senado Romano
Publicado por Hilda el 2 de Agosto de 2010


El Senado romano o en latín “Senatus” surgió en la Monarquía, supuestamente con su primer rey, Rómulo, con funciones consultivas, aunque sin poder vinculante, formado por 100 jefes de familia, patricios.

En esta época también cumplían la función de elegir entre ellos al “interrex” que ocuparía el lugar del rey, si éste moría sin haber designado sucesor, y hasta el nombramiento del nuevo rey. Cada “interrex” cumplía su función por cinco días y luego era designado otro, hasta que se nombraba al rey sucesor por el comicio, requiriéndose la “auctoritas patrum” o aprobación senatorial. Brindaba también aprobación a todas las demás resoluciones comiciales o leyes.

En un principio los senadores fueron 100, con Tarquino el Antiguo se elevó el número a 200, y con Servio Tulio, a 300.

En la República, los senadores de 300, elevaron su número a 600 por una Ley Sempronia en el año 123 a. C., durante el tribunado de Cayo Sempronio Graco. Con Julio César pasaron a ser 900; y con Marco Antonio, 1300. Es la época donde tiene su mayor prestigio, pues en el Imperio será un instrumento del emperador.

Hasta la Ley Ovinia del año 312 a. C, fueron los cónsules quienes nombraban a los senadores. A partir de dicha ley esa actividad les correspondió a los censores, debiendo elegirlos entre los más dignos de los magistrados que habían ejercido su cargo en el último lustro. También los plebeyos pudieron a aprtir de sta fecha integrar el Senado. Salvo que con estos no alcanzaran, no podían designarse senadores a otros ciudadanos, que en caso de resultar electos tenían una dignidad inferior que los ex magistrados, conformando la categoría de los pedarii. Los cargos eran vitalicios, salvo que demostraran mal conducta, en cuyo caso los censores podían removerlos.

El senador que encabezaba la lista confeccionada por los censores, recibía el nombre de prínceps senatus, y era costumbre que fuera el primero en ser consultado.

El Senado se reunía en la Curia Hostilia, luego en la Curia Iulia o en un templo, convocada por un magistrado que la presidía, siendo las sesiones públicas por hacerse a puertas abiertas. No había días fijos, aunque se preferían los días festivos, el de las calendas, las nonas o los idus.

La sesión se anunciaba por “edictum” o heraldo, y las resoluciones se tomaban entre la salida y la puesta del sol, previa consulta de los auspicios y ofrenda de un sacrificio.

Las decisiones del Senado recibían el nombre de senadoconsultos, aún en esta etapa sin fuerza de ley.

Sus funciones judiciales los facultaban para castigar a los magistrados, pudiendo separarlos de sus cargos. Entendían en las causas en que fueran acusados los ciudadanos por conjura contra el Estado o envenenamiento.

Podían otorgar a los cónsules en caso de peligro, amplios poderes, a través del “senadoconsultum ultimum”, para nombrar un dictador, por un lapso que no podía sobrepasar los seis meses. Tenían también a su cargo las relaciones exteriores.

En el Imperio, Augusto redujo el número de senadores a 600, nombrados por el emperador. Sus decisiones (senadoconsultos) adquirieron fuerza de ley, con gran influencia del Emperador. El Emperador se adjudicó el carácter de “prínceps senatum”. Quedaron a cargo del Senado algunas provincias carentes de tropas en las cuales el Senado nombraba gobernadores. Las otras eran provincias imperiales. Perdió en esta etapa el manejo de las relaciones exteriores, ahora a cargo del Emperador.http://derecho.laguia2000.com/derecho-romano/el-senado-romano

Los egipcios

Los egipcios

Los egipcios fueron un pueblo de origen africano, de lengua camita que se ubicaron a las orillas del río Nilo, hacia el año 5000 antes de la era cristiana. Ese río condicionó gran parte del desarrollo de esta civilización, que se dividió en dos zonas bien diferenciadas, agrupadas en clanes dirigidas por caudillos que luego se concentraron en dos: el Alto y el Bajo Egipto, la primera al sur y la segunda al norte, zonas que fueron unificadas por el rey Menes, aproximadamente en el año 3200 antes de Cristo, cuando el norte invadió a los poblados del sur.

A partir de entonces la historia egipcia aparece dividida en períodos, correspondientes a dinastías faraónicas, donde este rey, con rasgos de divinidad, gobernaba en forma vitalicia y era sucedido hereditariamente. Había muchos cargos de gobierno pero todos subordinados al faraón, identificado con el dios Horus. Eran muy importantes los escribas, puesto que dejaban constancias de las órdenes emanadas del faraón, de los informes de las obras efectuadas, y de los impuestos recaudados.

Hacia el año 2800 a. C, dio inicio la tercera dinastía y Menfis pasó a ser la capital egipcia. Durante la cuarta dinastía comienzan a realizarse las pirámides, majestuosas obras arquitectónicas de piedra, que se usaban para tumbas de los faraones, que se albergaban allí después de muertos, embalsamados, para que pudieran vivir en la eternidad, donde también necesitaban su cuerpo.

Al terminar la sexta dinastía, también acaba el período Antiguo y sobreviene un intervalo de tiempo donde predominaron las luchas internas entre nobles y faraones, y además Egipto debió sufrir la invasión de pueblos asiáticos.

La undécima dinastía llevó al poder a los hombres del Sur, y Tebas se convirtió en la capital del Egipto unificado, iniciándose un pacífico período llamado Medio o Feudal.

Luego ocurrió otra invasión, esta vez por parte de los hicsos, que dominaron Egipto por doscientos terribles años, hasta que en año 1580 a. C el príncipe tebano Amosis logró expulsarlos y se fundó la decimoctava dinastía, iniciándose una serie de afortunadas campañas militares de conquista. A partir de esta etapa floreció el arte y la arquitectura.

Al asumir el poder Amenhotep IV, aproximadamente en el año 1372 a. C adoptó el monoteísmo, adorando como único dios a Atón, el Sol, y llevó la capital a Tell al-Amarna. Sus cambios encontraron la resistencia sacerdotal y de su propio pueblo, comenzado la decadencia de Egipto.

Durante los reinados de Seti I, en el 1320 a. C y el de Ramsés II que le sucedió, el país tuvo un notable progreso, pero a la muerte de este último, Egipto sufrió numerosas conquistas por parte de libios, persas, nubios y asirios.

la diferencia entre el Poder de Dios y El Poder del Mundo (IV)

IV ¿Quien es nuestro Dios?

  • Quien es nuestro Dios

«Hoy todo mundo habla de Dios. En sí, la misma palabra Dios está en la boca de todos los hombres, aún de los mismos que niegan su existencia. Parece que la idea de Dios se ha desvirtuado en gran manera. Veamos algunos ejemplos:

Los artistas dan gracias a Dios por los éxitos obtenidos en sus vidas, sin importar la vida que tengan atrás.

La gente dice “gracias a Dios” por lo que recibimos, sin realmente estar conscientes de lo que están diciendo.

Bush y Sadamm hablan de Dios en vísperas de la guerra, sin darse cuenta que Dios no tiene injerencia en este conflicto bélico

Los mismos cristianos decimos a los hermanos cuando los saludamos, “Dios le bendiga”, posiblemente como un estribillo y no como una realidad espiritual.

Los masones hablan del Gran Arquitecto Universal

Las grandes religiones hablan de Dios. Sí, los hindúes hablan de Dios y las divinidades, los musulmanes de Alá (Dios), los judíos de Yahvé (Dios), las religiones antiguas tenían sus dioses y su Dios principal.

En fin, la idea de Dios está bien arraigada en el hombre desde tiempos antiguos. Las cifras no mienten, se estima que el 80 % de la población profesa una religión, y cada religión en este planeta tiene la creencia en un Dios.

Todo esto lo menciono porque cuando los cristianos hablamos de Dios debemos dejar bien claro de qué Dios (aunque no haya otros dioses) estamos hablando.

Cuando hoy en día dos personas quieren ponerse de acuerdo sobre lo que cada una entiende por Dios, lo primero que harán será poner en claro con toda precisión en quién piensan, si es en el Padre de Jesucristo, es decir, en el Dios de Abraham, Isaac y Jacob o en algún otro ser supremo.

Esto es muy importante, nosotros, los creyentes en Jesús, estamos identificados con el Dios de la Biblia.» (107)

La Biblia dice:

“… el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me apareció diciendo.” (Ex.3:16 RVA)

“… de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.” (Ro.1:1 RVA)

«Conozcamos al Único y Verdadero por sus nombres que son mencionados en la Sagrada Escritura:

Existen tres nombres de Dios que resaltan sobre los demás, no como superiores, sino como aquellos que nos revelan más acerca del Dios de la Biblia:

a. Elohim. Este nombre, el cual está escrito en su forma plural, significa de entrada: Dios. Sin embargo, un estudio del desarrollo histórico de este nombre nos permite saber que el significado es: Dios es el Dios que lo es verdaderamente.

Este es el Dios creador de los cielos y la tierra (Gén. 1:1) Este es el Dios que nos ha hecho para la gloria de su alabanza. (Ef. 1:11-12) De esta manera, somos partícipes de su divinidad, no tenemos nada de divinos, somos diferentes, Dios es el Totalmente Otro, sin embargo, el Dios de la Biblia, a diferencia de cualquier otra divinidad del pasado o del presente, es un Dios creador, que ha formado los cielos, la tierra y a los hombres con la palma de su mano.

b. Yahvé. Este nombre le fue revelado a Moisés en el Sinaí. (Ex. 3:14) La traducción que tenemos en nuestras Biblias dice: Yo soy el que Soy. Pero debemos adentrarnos un poco más para saber, a ciencia cierta, lo que Dios quería que Moisés y el pueblo supieran de él.

Los israelitas no querían saber que Dios existía, eso estaba en su conocimiento, tampoco que Dios es el creador, lo sabían también, ellos querían saber lo que Dios haría con ellos en medio de la opresión por parte de los Egipcios. Es muy probable que al escuchar el nombre de Dios entendieran que Dios estaría con ellos, es decir, una traducción que se viene dando es: “Estaré ahí con poder” Sí, Dios no solo les hablaría, sino que estaría con ellos en todo momento para cuidarlos y defenderlos.

Dios baja y deja su gloria para entrar en contacto con el hombre, su creación especial. A diferencia de cualquier otra divinidad del pasado o del presente, el Dios de la Biblia está con nosotros, camina con nosotros y es nuestro Dios (Lev. 26:11)

c. El Shaddai Dios Todopoderoso (Gén. 17:1) El Dios que todo lo puede, su poder es tan grande que no hay dios que se le pueda comprar. Nuestro Dios es tan Poderoso que tiene el poder para entrar en contacto con su creación, una vez más, a diferencia de cualquier otra divinidad, el Dios Todopoderoso tiene capacidad y poder para vencer y guiar a su pueblo. Para Dios no hay nada imposible porque todo lo puede.

Solo tres nombres de Dios y podemos reconocerle como el Único y Verdadero, es decir, no hay un solo dios (insisto, no que haya otros dioses) que se le pueda comparar. Nuestro Dios es alguien especial, necesitamos conocerlo, es el anhelo de Jesús. Jesús nos ha dado a conocer este Dios, su Padre, para que cada hombre que pisa esta tierra pueda conocerle. Como iglesia debemos estar conscientes que cuando mencionamos el nombre de Dios estamos hablando de algo serio, más bien de alguien muy importante e interesante para nuestras vidas y la vida de la iglesia.

Hoy, enfrentamos un mundo raro, un mundo que necesita conocer al Único y Dios Verdadero, el mundo debe dejar atrás sus dioses para conocer a nuestro Dios, el que ha sido revelado en la Sagradas Escrituras, el que usted y yo conocemos a través de Jesucristo.

Nuestro Dios, es Único y Verdadero, no es una proyección humana como muchos hombres en la sociedad han dicho, no es sádico como otros han aseverado, tampoco es un Dios tan lejano que no se acuerde de nosotros. No, nuestro Dios es real, se ha dado a conocer, nos ha creado y llamado para vivir en armonía con él y los hombres. A él, al Único y Verdadero, debemos darle la honra y la gloria.»(108)

Este el Dios en quien creemos, este el Dios que está en nuestras bocas, mentes y en nuestras acciones, reconocemos que muchas veces este no es el dios que traemos en la boca, mente y acciones, sin embargo, cada día debemos reflexionar acerca del Dios revelado en nuestras vidas.

Cuando Pablo predicó en Atenas, encontró una inscripción que decía “Al Dios no conocido”, que los griegos adoraban, mas sin conocerle.

“Porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio.” (Hch. 17:23 RVR 1960)

¿Como se revela Dios a si mismo?

«Observe los delicados nervios de la hoja de un roble, y verá la hermosura de Dios. Mire las olas azotadas por la tormenta contra una playa, y será testigo de Su poder. El sentido de orden del Señor se revela en la secuencia de las estaciones, en la inclinación del eje y en el movimiento de rotación de la tierra. No hay que mirar más allá de la naturaleza para saber que Dios es real.

Romanos nos dice que la revelación del Señor en la naturaleza es suficiente para declarar sin excusa a quienes nieguen Su existencia. No hay ninguna explicación razonable para la creación del universo material aparte de que un Dios omnipotente lo hizo todo. La materia y la energía para un “big bang” tuvieron que venir de Alguien.

Pero la naturaleza no puede darnos una revelación total; la creación no muestra la santidad ni la eternidad de Dios. He ahí la razón por la cual Dios nos dio Su Palabra. La Biblia revela el carácter de Dios, contiene Sus leyes y dice lo que Él espera de los fieles. En sus páginas podemos saber quién es nuestro Padre y qué clase de vida espera que tengamos. “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (II Ti. 3:16).

La Biblia nos enseña la Palabra viva, quien es la revelación perfecta de Dios. El Padre celestial quiso asegurarse de que la humanidad pudiera conocerle íntimamente, y por eso envió a Su Hijo en carne humana para darse a conocer. Jesús dijo: “Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.” (Jn. 14:7). Dedique tiempo al estudio de la Biblia y a la oración, y conocerá mejor al Padre. » (109)

V ¿Que es el mundo?

  • Que entendemos los cristianos por la palabra “Mundo”

Es el «término con que se traducen cuatro palabras hebreas y tres griegas que se refieren a una realidad existente en el espacio y en el tiempo. Según el Antiguo Testamento, el mundo se distingue claramente de su Creador y en esto el concepto riñe con los sistemas míticos de los babilonios, egipcios, etc., en los que el mundo es una emanación de lo divino. La cosmología hebrea (Creación), ajena a todas las preocupaciones científicas y especulaciones filosóficas, sitúa al mundo en relación con el hombre: Dios crea al hombre del polvo de la tierra para dominar el mundo (Gen 1.26–28), y en este sentido lo arrastra a su propio destino.

Dicha concepción queda comprendida en los siguientes postulados:

1. El mundo que Dios creó continúa manifestando la bondad divina. Dios en su sabiduría lo organizó como una verdadera obra de arte, una y armónica (Job 28.25ss; Prov 8.22–31 Tierra). La contemplación del universo agota las facultades de admiración del hombre (Sal 8.1–9; 104).

2. Para el hombre pecador, el mundo significa también el instrumento de la ira de Dios (Gen 3.17ss). El que hizo las cosas para la felicidad del hombre, también las utiliza para castigarlo.

3. De estas dos maneras el mundo se asocia activamente con la historia de la salvación, en función de la cual adquiere su verdadero sentido religioso. Aparece un nexo misterioso entre el mundo y el hombre, ya que los dos viven una misma historia (Gen 1.1–2.4).

4. El hombre, a quien incumbe llevar el mundo a la perfección con su trabajo, le imprime más bien un sello teñido de su propio pecado. Por eso los profetas advierten de un Juicio final que no solo afectará a la humanidad sino que trastornará el orden de lo creado (Jer 4.23–26) y traerá de nuevo el caos (Is 13.10; 24.19ss; Joel 2.10; 3.15). Más allá del juicio, sin embargo, se prepara para el mundo una renovación profunda (Is 65.17; 66.22). En el judaísmo posterior se concebía el fin de la historia humana como un paso del mundo (o del Siglo) presente al mundo (o al siglo) venidero, que tendrá lugar cuando Dios venga a establecer su Reino.

La aparente ambigüedad veterotestamentaria continúa en el Nuevo Testamento: el mundo es la creación excelente de Dios (Hch 17.24), hecha por la actividad de su Verbo para dar testimonio de Él (Hch 14.17; Ro 1.19ss). Sin embargo, sería insensato ensalzarlo demasiado, porque el individuo vale más intrínsecamente (Mat 16.26). Es más, este mundo identificado con el género humano caído y pecaminoso, está realmente en poder de Satanás, su príncipe (Jn 12.31; 14.30; 16.11; I Jn 5.19; cf. Luc 4.6) y “dios” (II Cor 4.4). Es un mundo de tinieblas regido por los espíritus malignos (Ef. 6.12); engañador que esclaviza (Gál 4.3, 9; Col 2.8, 10); su espíritu se opone al de Dios (I Cor 2.12; I Jn 4.3), y finge dar sabiduría (I Cor 1.20) y paz (Jn 14.27), pero solo logra una tristeza mortífera (II Cor 7.10). En eso se revela su pecado (Jn 1.29) e incredulidad que resultan un obstáculo para quien quiere entrar en el Reino (Mat 18.7). Por tanto, el mundo está condenado a ser inseguro y pasajero (I Cor 7.31; 1 Jn 2.16)» (110)

Y recordemos de amar, ya que como bien dijo Benedicto XVI, “El amor es una luz –en el fondo la única- que ilumina constantemente a un mundo oscuro y nos da la fuerza para vivir y actuar” (Benedicto XVI, Carta encíclica “Deus caritas est”). Estamos en el mundo, pero no somos del mundo, dijo Jesús, pero no somos de él («Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece. «(Jn. 15:19)

“Procurad, pues, los dones mejores. Mas yo os muestro un camino aun más excelente….Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño. Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido. Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor. “ (I Cor 12:31; 13:1-13 RVR 1960)

Debemos recordar las palabras del profeta Isaías, quien dijo ya hace muchos siglos atrás: «Y castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su iniquidad; y haré que cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los fuertes. » (Is. 13:11)

Y las promesas del Señor Jesús: «Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.» (Mat. 25:34)

VI Conclución

La diferencia entre el poder de Dios y el poder del mundo es bien clara, ya que son dos poderes totalmente distintos. Uno es espiritual, el de Dios, pertenece al ámbito del reino de Dios, cuyo rey y Señor es Jesucristo.

La otra es terrenal, pertenece al ámbito del ser humano y su habitar, está manchado por el pecado, y controlado por Satanás, aunque Jesucristo sigue siendo Señor y Dios soberano, controlando el destino final de la creación e interviniendo a favor de la humanidad para redimirla, mediante su sacrificio en la cruz del calvario.

«Los cristianos se hallan, por ende, en el mundo (Jn 11:11) sin ser de Él (15.19; 17.14, 16). Su tarea es separarse del mundo contaminador, o sea, del sistema que se opone a Dios (Ro 12.2; I Cor 7.29ss; Gál 6.14; II Ti 4.10; Stgo 1.27; 4.4; I Jn 2.15s). Pero no pueden retirarse del mundo; más bien, han de llevar en el mismo una vida que testifique de su Señor (Mar 16.15; Jn 17:18, 21, 23; Filip 2.15; I Jn 4.17). Inevitablemente tropezarán con la hostilidad (II Pe 2.19ss; Jn 15:18ss; Persecución) pues hasta el final la fe y la incredulidad convivirán en el mundo (Mat 13.38ss; Jn 3:18–21), pero entonces el juicio iniciado llegará a su culminación (Ro 3.6; I Cor 6:2).» (111)

Aunque el poder del mundo nada tiene que ver con el Señor, ni con su poderosa presencia, ni con su sabiduría, que es totalmente distinta la sabiduría de este mundo, «paradójicamente, Dios ama a este mundo (Jn 3:16), y envió a Jesús para salvarlo (12:47). El Hijo no es del mundo (8:23; 17.14; 18.36; cf. 14:30); por eso el mundo lo odia (15.18) y lo condena a muerte. Pero en ese momento se invierte la situación: en la crucifixión y resurrección se efectúa el juicio del mundo (12:31) y la victoria de Cristo sobre él (16:33). Jesús acepta la voluntad del Padre, abandona el mundo (16:28) y regresa al Padre para sentarse en gloria extraterrestre (17:1, 5) y dirigir la historia (Ap 5:9). Esta victoria rescató al mundo de su esclavitud; Dios puso todo bajo los pies de Cristo (Ef. 1:20ss; Col 1:20). Sin embargo, el mundo presente no ha llegado todavía a su fin (I Cor 15:25–28; Ap 21:4ss) y sigue en espera de su redención (Ro 8:19ss)» (112)

Me gusta la reflexión de Martin Luther King, y como a través de toda una trama de acontecimientos e influencias, llegó a poder decir “De mi formación cristiana he obtenido mis ideales y de Gandhi la técnica de la acción.” «Existe todo un entramado de relaciones que se tejieron para dar origen a esta carta [carta desde la prisión de Birmingham, Dr. Martin Luther King], lo que he encontrado, es algo como esto: Henry David Thoreau, una filósofo anarquista, sentó las bases para la revolución pacifica en su ensayo sobre la Desobediencia Civil, este ensayo influyó a Gandhi y Gandhi ―quien lo llevó a la práctica para luchar contra el dominio de los británicos sobre la India― influyó en Martin Luther King.León Tolstói, un cristiano libertario, también influyó en Gandhi y por consecuencia, también en King, quien llegó a decir: “De mi formación cristiana he obtenido mis ideales y de Gandhi la técnica de la acción.”» (113)

Martin Luther King, se asombraba del silencio de muchos, que a pesar de ver las injusticias de este mundo, no levantaban su voz, callándose, y haciéndose cómplices en su silencio

«Cuando reflexionemos sobre nuestro siglo XX, no nos parecerán lo más grave las fechorías de los malvados, sino el escandaloso silencio de las buenas personas.» (114)

A lo que alguien respondió, con esta reflexión: «.Y sin embargo el silencio puede ser una respuesta…porque no hay mayor desprecio que la ignorancia. En muchos casos, aunque pensemos que la diligencia natural nos obliga a ser buenas personas, el ser humano es despreciable en todos los sentidos. Admiro a los que sufren las apreturas del día a día y consiguen salir adelante. Son (sois) un modelo para mí. Por eso no hace falta irse a Somalia pero sí tenerla presente siempre. Yo soy escritor, aunque me dedique a otras cosas para salir adelante. Tengo fe ciega en las palabras, aunque sepa que nunca podrán cambiar el mundo, me conformaré con tratar de influir en los que tengo a mi alrededor. Camus es un modelo, como tantos otros. ¿Compromiso?, primero debes comprometerte contigo mismo, saber quién eres, eso es importante para ser coherente consigo mismo. Me gustan las personas que preguntan sabiendo que no hay respuestas. Eso es un avance en el camino…pensar que éramos taparrabos y ver que hemos llegado hasta aquí, es un consuelo.» (115)

El Señor Jesús nos advirtió que no debíamos amar al mundo, ni dejarnos seducir por el

“No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. “(I Jn. 2:15 RVR 1960)

La razón, nos la da Juan dos versículos mas  adelante:

“Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.” “(I Jn. 2:17 RVR 1960)

El mundo entero esta bajo el poder del maligno. Eso quiere decirnos que el poder de mundo está fuertemente influenciado por Satanás. Durante al ayuno prolongado que el Señor Jesús realizó en vísperas de iniciar su ministerio en la tierra fue tentado por Satanás quien claramente lo indujo a adorarlo, con la promesa de entregarle los reinos de este mundo, que el diablo controla.

“Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra.  Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy.”  (Luc. 4:4b-6 RVR 1960)

El señor un día no muy lejano pondrá bajo sus pies los reinos de este mundo, y sus poderes

“El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos.” (Ap 11:15 RVR 1960)

“Por tanto, esperadme, dice Jehová, hasta el día que me levante para juzgaros; porque mi determinación es reunir las naciones, juntar los reinos, para derramar sobre ellos mi enojo, todo el ardor de mi ira; por el fuego de mi celo será consumida toda la tierra.” (Sof. 3:8 RVR 1960)

“y trastornaré el trono de los reinos, y destruiré la fuerza de los reinos de las naciones; trastornaré los carros y los que en ellos suben, y vendrán abajo los caballos y sus jinetes, cada cual por la espada de su hermano.” (Hag 2:22 RVR 1960)

“y me dijo: Hijo de hombre, este es el lugar de mi trono, el lugar donde posaré las plantas de mis pies, en el cual habitaré entre los hijos de Israel para siempre; y nunca más profanará la casa de Israel mi santo nombre, ni ellos ni sus reyes, con sus fornicaciones, ni con los cuerpos muertos de sus reyes en sus lugares altos.”  (Ez  43:7 RVR 1960)

Pero mientras ese día llega, podemos reflexionar y actuar como dice M. L. King. Me gusta mucho esto que el dice «Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol.  Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos. Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda. Si el hombre no ha descubierto nada por lo que morir, no es digno de vivir. Nadie se nos montará encima si no doblamos la espalda. La discriminación de los negros está presente en cada momento de sus vidas para recordarles que la inferioridad es una mentira que sólo acepta como verdadera la sociedad que los domina.» (116)

Notas:

107Selah, Recursos Cristianos, Dios el único verdadero, http://www.selah.com.ar/new/verrecurso.asp?CodigoDeItem=2888

108 Ibíd.

109 http://defeenfe.blogspot.com/2008/03/cmo-se-revela-dios-s-mismo.html

110 Nelson, Wilton M., Nuevo Diccionario Ilustrado de la Biblia, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1998

111 Ibíd.

112 Ibíd.

113http://pezmundial.com/2007/09/4-lecciones-de-la-carta-desde-la-prision-de-birmingham.html

114 Martin Luther King, Los mongoles en Bagdad, de José Luis Sanpedro,http://cronicainsurgente.blogspot.com/2008/01/el-escandaloso-silencio-de-las-buenas.html

115 Kilop, 19 de enero de 2008, http://cronicainsurgente.blogspot.com/2008/01/el-escandaloso-silencio-de-las-buenas.html

116 http://2030ymas.blogspot.com/search/label/Martin%20Luther%20King

sobrevivir intelectualmente

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Discípulos de Gorgias

Discípulos de Gorgias

El relativismo ha venido a ser, sin duda, uno de los credos más populares de nuestra generación, a tal punto que si alguien proclama la existencia de verdades o valores absolutos, corre el riesgo de ser tildado de arrogante, intolerante o tener una mente estrecha.

Pero esta doctrina no es nueva. Ya en el siglo V antes de Cristo el escepticismo radical de Gorgias sentó las bases del relativismo al afirmar que “toda declaración es falsa.”

Su proceso de argumentación era algo similar a ésto: “Yo creo ver las cosas como son, pero lo que sucede en realidad es que tengo una percepción de ellas a través de los sentidos. Como nuestras sensaciones son engañosas, no son confiables; y si no podemos confiar en aquello que es la fuente del conocimiento humano, entonces no podemos conocer qué son y cómo son las cosas realmente. Y aún en el supuesto de que nuestros sentidos nos proporcionaran algún tipo de conocimiento, ¿cómo podríamos comunicarlo a otros si cada cual posee sus propias percepciones de la realidad? Consecuentemente, la verdad objetiva no existe.”

El problema de estas afirmaciones es que se contradicen a sí mismas. Si la verdad objetiva no existe y toda declaración es falsa, esta declaración también lo es. Ese es el tipo de contradicción que yace en la base fundamental del relativismo.

Cuando el relativista dice que “todo es relativo”, está afirmando dogmáticamente que no podemos ser dogmáticos acerca de nada. Esto equivale a negar en forma absoluta que existan absolutos. En palabras más sencillas, el relativista afirma creer que la única verdad es que no hay verdad, o que es erróneo decir que algo es erróneo.

Lamentablemente los discípulos de Gorgias parecen ser más numerosos hoy que en sus días. Y las consecuencias están a la vista. Tal parece que no tenemos derecho a trazar ninguna línea divisoria que separe el bien del mal, la verdad de la mentira, lo justo de lo injusto.

El relativismo destruye toda posibilidad de alcanzar verdadero conocimiento, comunicarnos con los demás o construir un sistema de valores universales. Lejos de ser una reliquia académica, la filosofía de Gorgias es una fuerza destructiva que continúa minando, quizás como nunca antes, el cimiento sobre el cual descansa el raciocinio humano.

Sin el marco conceptual objetivo de la verdad de Dios revelada en Su Palabra, el hombre se dirige inexorablemente hacia el océano del absurdo.

© Por Sugel Michelén. Todo pensamiento cautivo. Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia.

http://todopensamientocautivo.blogspot.com/2010/07/discipulos-de-gorgias.html

Personajes Biblicos y Mundo Postmoderno

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