¡PROBAD LOS ESPÍRITUS!

PROBAD LOS ESPÍRITUS

A. «NO CREÁIS A TODO ESPÍRITU»
1. En este caso, no creas todas las cosas que oigas, o todo aquello que reclama ser de Dios
2. Debe ser obvio que sería una tontería hacerlo así…
a. Estaríamos en un constante estado de confusión (creyendo una cosa en un momento, y otra cosa en el siguiente)
b. Seríamos fácilmente extraviados por aquellos que enseñan el error
B. «PROBAD LOS ESPÍRITUS SI SON DE DIOS»
1. La palabra «probar» («poner a prueba», KJV) significa…
a. Examinar, un escrutinio previo (Thayer)
b. Ver si una cosa es genuina o no
2. Así no solo aceptar lo que algún maestro o predicador está diciendo; examinar lo que está siendo enseñado
3. Aquellos que tienen esta actitud son muy reconocidos en las Escrituras
a. Los bereanos – Hech 17:11
b. Los efesios – Apoc 2:2
C. «PORQUE MUCHOS FALSOS PROFETAS HAN SALIDO POR EL MUNDO»
1. Esta es la razón por la que debemos «probar los espíritus»
2. Otros también nos han advertido de este hecho…
a. Jesús – Mt 7:15
b. Pedro – 2 Ped 2:1-3
c. Pablo – 2 Cor 11:13-15
3. ¡Así nosotros debemos examinar, probar, y escudriñar a aquellos que podrían enseñarlos!
a. ¡Aun cuando algunos maestros podrían considerarlo insubordinación!
b. Aun cuando a algunos podría no agradarles la posible controversia que pudiera causar
4. Si alguien enseña en nuestras clases, púlpitos, radio, periódico, etc., ¡debemos «probar los espíritus»!

LAS PRUEBAS (2-3, 6)
A. ¿CONFIESAN ELLOS QUE JESÚS HA VENIDO EN LA CARNE?
1. Los versículos 2-3 se entienden mejor a la luz de como los errores de los gnósticos estaban prevaleciendo en ese tiempo…
a. En el cual algunos negaban que Jesucristo vino realmente en la carne – ver 2 Jn 7
b. Cuya doctrina estaba llevando a muchas desviaciones, posiblemente porque los falsos maestros declararon la inspiración del Espíritu
2. Pero aquellos que enseñarían tales falsedades no son guiados por el Espíritu de Dios, ¡sino que poseían el espíritu del anticristo! – ver de nuevo 2 Jn 7
B. ¿ESCUCHABAN ELLOS A LOS APÓSTOLES DE CRISTO?
1. El versículo 6 revela como podemos distinguir entre «el espíritu de verdad» y «el espíritu de error»
a. Aquellos que en verdad conocen a Dios escuchan a los apóstoles
b. Aquellos que no son de Dios los rechazan
2. En este caso, ¿la enseñanza está de acuerdo con lo que enseñan los apóstoles?
a. Porque Jesús enseñó que recibirlos a ellos era recibirlo a Él y a Dios – Jn 13:20

b. Entonces la iglesia primitiva continuó con determinación en la doctrina de los apóstoles – Hech 2:42

c. Porque ellos reconocieron sus palabras como los mandamientos del Señor – 1 Cor 14:37

d. Y aun los apóstoles reconocieron sus mismos escritos apostólicos como equivalente a las escrituras inspiradas – por ejemplo, 2 Ped 3:15-16

— Entonces, aquellos que son de Dios pondrán atención a los apóstoles, ¡y estarán de acuerdo con sus enseñanzas!

3. ¡Esta es una prueba que podemos aplicar fácilmente hoy prácticamente en cada asunto!
a. Pero esto implica conocer y entender de nuestra parte la doctrina apostólica
b. Sin embargo eso no debe ser un problema si seguimos el ejemplo de la primera iglesia en Jerusalén – ver Hech 2:42

C. AUNQUE NO SON MENCIONADAS POR JUAN, HAY ESTÁN DOS «PRUEBAS» MÁS…
1. La prueba de Deut 18:21-22
a. Para ser usado cuando una persona declara ser un profeta de Dios
b. Si fallan sus profecías, ellos muestran ser un falso profeta
2. La prueba de Deut 13:1-4
a. Para ser usada cuando los prodigios son realizados, y las profecías parecen haber sido cumplidas
b. Si su doctrina contradice lo que Dios ya ha revelado, deben ser rechazados (esto es semejante a lo que escribió Juan)

CONCLUSIÓN
1. En medio de estas advertencias de «probar a los espíritus», Juan da algunas palabras de consuelo en losversículos 4-5
a. Vosotros sois de Dios (porque ellos han puesto atención a las palabras de los apóstoles)
1) Ellos pueden vencer a los falsos profetas
2) Porque Él que está en ellos es más grande que el
que está en el mundo (¿Satanás?)
b. No debemos sorprendernos de ver al mundo ir detrás de los falsos profetas…
1) Porque los falsos profetas son del mundo y hablan en una forma que es atractiva al mundo
2) Entonces no debemos ser convencidos por los «sucesos palpables» de los falsos maestros (¡el tamaño y el número no es una medida apropiada de la verdad!)

Fuente:

¡Probad los Espíritus! (4:1-6)

UN SALVADOR… CRISTO EL SEÑOR

UN SALVADOR… CRISTO EL SEÑOR

El mensaje del ángel a los pastores identifica al niño recién nacido como «un Salvador, que es CRISTO el Señor» (Lucas 2:11). Este capítulo es un breve estudio de estos tres títulos cristológicos.

Salvador

Salvador (griego soter} es uno de los más queridos de todos los títulos honoríficos otorgados al Señor Jesucristo. Sin embargo, es sorprendente que se use sólo unas quince veces en el Nuevo Testamento para referirse específicamente a Cristo.

Algunos gobernantes de las épocas preneotestamentaria y neo-testamentaria se arrogaron este título, u otros se lo atribuyeron. La idea a menudo era la de libertador. También se emplea al hablar de Dios en la Septuaginta. Por ejemplo, Isaías 43:3 dice: «Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador.» Por consiguiente, cuando se aplica a Jesús incluye la idea de su deidad. Con frecuencia se emplea junto con el título Señor (por ejemplo, 2 Pedro 1:11; 2:20; 3:2,18).

Es importante ver la conexión entre este título y el nombre Jesús. Jesús (griego lesous) se encuentra en la Septuaginta como traducción del nombre hebreo Josué, que está basado en el verboyasha’ «liberar». El significado tipológico de Josué se encuentra en Hebreos, capítulos 3 y 4. Así como Josué guió al pueblo de Dios en la tierra prometida y a la victoria sobre sus enemigos, así el Josué del Nuevo Testamento — Jesús — libera al pueblo de Dios y lo guía en la vida victoriosa.

Eso recuerda la declaración del ángel a José: «Llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mateo 1:21). Palabras cognadas con soler (tales como sotería, «salvación, liberación»; sozein, «salvar, liberar») muestran que la liberación llevada a cabo por Cristo es comprehensiva. Efectivamente, Él nos libera del pecado, pero también libera de la enfermedad (Mateo 9:21-22; Marcos 6:56; Santiago 5:15) y de la muerte (Lucas 8:50). Además, nos liberará de nuestro cuerpo terrenal, transformándolo para que sea corno su glorioso cuerpo (Filipenses 3:20). Es, en verdad, el Salvador del mundo (Juan 4:42; 1 Juan 4:14), pero es de manera especial el Salvador de su cuerpo, la iglesia (Efesios 5:23).

Cristo

A continuación el ángel identifica al Salvador como «Cristo» (griego jrislos). La palabra es un adjetivo sustantivo que quiere decir «ungido». Está basado en el verbo jríein (ungir) y es el equivalente griego del hebreo mashiaj (Mesías) que viene del verbo mashaj (ungir). Se ve claramente en Juan 1:41 la equivalencia de significado de estas palabras griega y hebrea.

Por consiguiente debemos ir al Antiguo Testamento para lograr comprender de manera adecuada este título cristológico. Un mashiaj era una persona a quien Dios asignó una tarea especial y que fue por lo tanto ungida con aceite. Se emplea el término corrientemente al hablar de un rey (1 Samuel 12:3, 5; 6:11; 2 Samuel 1:14), y en el Salmo 2:2 se usa para designar al Mesías venidero. Los sacerdotes (Aarón y otros) eran ungidos también (Éxodo 28:41; 29:7; 30:30; 40:13-15; Levítico 4:3; 21:10; Números 3:3). Además, hay una referencia a la unción de un profeta (1 Reyes 19:16).

El título Cristo, por lo tanto, se refiere específicamente a la obra de Jesús. Él también fue comisionado para una tarea especial. Pero su unción fue para un papel profetice, más bien que para un papel real o sacerdotal. La unción tuvo lugar en su bautismo cuando el Espíritu Santo descendió sobre Él. Jesús afirmó ser el Mesías (o Cristo) cuando en los primeros días de su ministerio se aplicó a sí mismo Isaías 61:1-3: «El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas … Me ha enviado … a pregonar libertad…, a poner en libertad a los oprimidos …» (Lucas 4:18-19)

Pedro declaró: «Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret… éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo» (Hechos 10:38). Este título, por lo tanto, pone énfasis en la relación muy estrecha entre Jesús y el Espíritu Santo. Aunque era completamente Dios (el título Señor), también era completamente hombre y por consiguiente dependiente del Espíritu.

 Un salvador . . . Cristo el Señor

Otros pasajes mesiánicos en Isaías también enfatizan esa relación entre el Mesías y el Espíritu Santo (11:1-4; 42:1-4).

Señor

Si la designación Cristo/Mesías señala la humanidad del Salva-ior, el título Señor señala su deidad. Esta designación (griego hunos) ;s uno de los títulos cristológicos que con más frecuencia ocurre. Pernos su suma importancia en la declaración de Pablo de que una condición indispensable para la salvación es la confesión de Jesús como Señor (Romanos 10:9).

¿Qué significaba para los escritores bíblicos el título Señor? Hay dos conceptos fundamentales. En primer lugar, señala su absoluta Deidad. Para entender esto debemos volver al Antiguo Testamento. La versión Reina-Valera del Antiguo Testamento contiene dos for¬mas de la palabra: «Señor» y «Jehová». El primero es el equivalente del griego kurios y traduce el hebreo ‘adon o ‘adonai.

La forma «Jehová» es el nombre personal o de pacto de Dios, que también se puede traducir «Yahvéh». Los judíos consideraban tan sagrado este nombre que evitaban pronunciarlo. Cuando lo encon¬traban en su lectura de las Escrituras, lo sustituían por ‘adonai.

Se refleja esta práctica en la Septuaginta, la traducción de las Escrituras hebreas al griego hecha por eruditos judíos de la época intertestamentaria. Cuando ocurría el nombre Yahvéh, lo traducían como kurios, al igual que ‘adon y ‘adonai. Esa traducción tuvo una influencia importante sobre la Iglesia primitiva, de manera que cuando el Nuevo Testamento aplica el título kurios a Jesús, lo identifica con Yahvéh del Antiguo Testamento y sugiere que Él también es Dios.

Pablo dice que después de la muerte de Jesús, Dios le dio «un nombre que es sobre todo nombre»; en versículos posteriores relaciona esto con el hecho de que Jesús es Señor (Filipenses 2:9-11).

En segundo lugar, la palabra kurios incluye las ideas de posesión, autoridad, superioridad y soberanía. Como los cristianos primitivos profesaban el señorío de Cristo, a veces encontraban oposición de las autoridades civiles ya que los emperadores romanos se consideraban soberanos universales y algunos llegaron a afirmar su propia divinidad. Pero para el cristiano sólo hay «un Señor» (Efesios 4:5). En el libro de Apocalipsis, que se escribió durante un tiempo de persecución imperial, se denomina a Jesús «Rey de reyes y Señor de señores» (19:16; también 17:14).

Fuente:

Antonio Di Palma, Tesoros Léxicos de la Palabra de Dios, p.15-17,ed. Vida

Dones espirituales – cuestiones fundamentales (1/3)

Dones espirituales – cuestiones fundamentales (1/3)

Hay tres cuestiones fundamentales a tener en cuenta en relación con los dones y ministerios que el Espíritu Santo reparte en la iglesia. 

i. El señorío de Cristo

ii. La manifestación del Espíritu

ii. El bien común

En este artículo veremos  la parte nº 1

i. La primera cuestión fundamental a tomar en cuenta es el señorío de Cristo (1 Co. 12.3).

a. La clave para la operación de los dones del ES es ef señorío de Cristo (gr. Kyrios) (1)

1) Antes de comenzar la enumeración de los dones y ministerios, Pablo enfatiza la prioridad del gobierno soberano de Cristo (1 Co. 12.3).

2) No hay dones y ministerios sin señorío; si hay señorío, entonces habrá dones y ministerios.

b. El foco del ejercicio de los dones y ministerios no es el ES, sino el Señor Jesucristo.

1) Una comunidad verdaderamente carismática no está centrada en el ES, sino en Cristo.

2) Una comunidad así no está replegada sobre sí misma ni sobre el ES que obra en medio de ella, sino vuelta a su Señor: a Cristo, que es exaltado sobre todas las cosas.

c. Cristo, a través del ES, es quien otorga los dones y ministerios.

1) El es quien nos ha dado el E.S.  (Mr. 1.8; Jn. 20.21-22).(1)

2) El es quien a través del ES que nos ha dado, multiplica los dones y ministerios espirituales.

a) Cuando nos reunimos para adorarle como Señor, y reconocemos su soberanía sobre nuestras vidas, y nos rendimos a él en obediencia, él se mueve y reparte dones y asigna ministerios.

b) A través de los dones espirituales y los ministerios que él da, Cristo da a conocer las profundidades de la sabiduría y el conocimiento, sana y obra milagros, y lleva a cabo sus propósitos redentores.

d. Cristo sólo puede obrar en una comunidad que de veras le reconoce como único Señor.

1} Una comunidad que proclama su señorío y que espera su manifestación y acción poderosa es el marco adecuado para la operación de los dones y ministerios del ES.

a) Seguramente hay otras manifestaciones de la presencia, señorío y poder de Cristo.(2)

b) Pero los dones y ministerios son una demostración extraordinaria de que él vive, es Señor y está en medio de su pueblo.

2} Cuando el ES manifiesta su presencia en medio de una congregación expectante, allí es cuando el Señor Jesucristo recibe gloria y honor.

a) Los dones y ministerios son una demostración del señorío de Cristo sobre todas las cosas y testimonio de la presencia de su reino.

b) Por el ejercicio de los dones y ministerios del ES estamos afirmando nuestro compromiso con el reino y el Rey.

EJERCICIO 1

Colocar los pasajes bíblicos que correspondan:

La primera señal de que el ES ha comenzado a obrar en una persona no es una transformación repentina de su carácter o la aparición de nuevos dones de parte de Dios, sino su declaración firme de que

JESUCRISTO ES EL SEÑOR 

  1. Su señorío es eterno.   
  2. Su señorío es universal.  
  3. Su señorío es sobre la naturaleza.
  4. Su señorío es sobre la iglesia.   
  5. Su señorío es sobre los poderes celestiales 
  6. Su señorío es sobre el día de reposo.

Pasajes: Lc. 6.5; 1 Pe. 3.22; Is. 9.6-7; Zac. 9.10; Ef. 1.22; Mat. 8.27.

Notas:

0.Se recomienda leer el artículo UN SALVADOR… CRISTO EL SEÑOR,para una mayor comprension de este tema

 

2. El dr. Pablo Deiros,  al igual que otros comentaristas, entiende que  las listas de dones que se registran en la biblia no está completa.Que simplemente es una selección de los dones operantes. Es posible que haya otros dones, pero los mejores dones son los que conocemos en la biblia y no lo que desconocemos.

Buscar otros dones que no son los enumerados en la biblia, puede dar lugar a confución y engaño del diablo. 

Aún así, yo entiendo que la biblia, aunque no es una enciclopedia de experiencias religiosas,nos da las pautas necesarias y fundamentales para discernir si una manifestación,don o ministerio es del Señor o no.

¿Qué puede ayudarnos en medio de una situación como esta? La Palabra de Dios, La Biblia. El apóstol Pedro en su 2da. carta nos dice: Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el Lucero de la mañana salga en nuestros corazones”. 2 Pedro 1:19. 

Es ésta, la guía que iluminará el sendero por donde hemos de transitar, que despejará las tinieblas, disipará la niebla y revelará la falsedad. Es ésta, la Palabra Profética, a la cual hacéis bien en estar atentos, porque ella nos mostrará la realidad que hoy tantos quieren negar. 

2. En vista de la proliferación de las religiones y de las diferentes doctrinas que nos bombardean hoy, todas en el nombre de Cristo y del Espíritu de Dios, la exhortación de Juan es muy relevante e importante para nosotros: 

 «Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios» I Jn. 4:1-6

¿Está Usted perseverando continuamente en la doctrina de los apóstoles de tal forma que Usted pueda aplicar apropiadamente las pruebas? 

Ver el artículo ¡PROBAD LOS ESPÍRITUS! para una mayor comprension del tema

Fuentes:  

  • Pablo Deiros, Los dones del Espíritu Santo, p.12-13, Iglesia Evangelica Bautista del Centro, Buenos Aires, Argentina  

Estamos viviendo tiempos de renovación espiritual

Estamos viviendo tiempos de renovación espiritual

AutorPaulo Arieu

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Cada vez son más los cristianos que están buscando sinceramente y experimentando la renovación espiritual que el Señor está obrando a través de su Espíritu Santo en estos últimos tiempos. Estamos viviendo tiempos de renovación. En consecuencia, es imperativo que la iglesia comprenda cabalmente la obra capacitadora y poderosa del Espíritu. Quizás como nunca antes en la historia del testimonio cristiano en el mundo, Dios está dotando a su iglesia de todos los dones y ministerios que ésta necesita para el cumplimiento de su misión en el mundo. El Espíritu Santo, quien es él mismo el don más precioso de Dios a los creyentes, es también el encargado de dar a éstos los dones y ministerios que necesitan para servir a su Señor. Son estos carismas divinos los que nos permiten como cristianos servir también a la iglesia de Cristo.

Hay tres pasajes en el Nuevo Testamento, que de manera particular, ofrecen una lista de lo que parecen ser tres categorías diferentes de los carismas divinos. Hay una cuarta lista en 1 Pedro 4.10-11, pero parece ser un duplicado de material incluido en los pasajes anteriores. Los dones que se mencionan en Romanos 12.6-8-tales como profecía, exhortación, servicio, enseñanza, dar o repartir, presidir y hacer misericordia-sugieren una capacidad de servicio especial dada por Dios el Padre. Los oficios ministeriales, que también son dones a la iglesia, que se mencionan en Efesios 4.11-apóstoles, profetas, evangelistas y pastores-maestros-son dones del Cristo ascendido para nutrimiento y equipamiento de los santos para la obra del ministerio.

Si bien estas dos categorías mencionadas no dejan de ser importantes, la secuencia de nueve dones que se encuentra en 1 Corintios 12.8-10 ha sido muy significativa en todo proceso de renovación espiritual a lo largo de los siglos. Aparentemente, el apóstol Pablo no parece ser exhaustivo ni pretende agotar las posibilidades de operaciones sobrenaturales del Espíritu Santo en su enumeración de nueve dones en este pasaje. No obstante, cada uno de ellos es una ilustración del tipo de posibilidades poderosas que brinda la operación del Espíritu para la edificación del cuerpo de Cristo y el cumplimiento de la misión que él ha encomendado a la iglesia.

Además, sí bien el Espíritu Santo tiene que ver con los dones de Dios de Romanos 12 y con los dones del Cristo glorificado de Efesios 4, parece ser que el apóstol Pablo designa de manera más específica a los nueve dones de 1 Corintios 12 como «dones del Espíritu Santo.» En 1 Corintios 12.4-6, Pablo señala: «Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el lismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las co:sas en todos, es el mismo.» En razón de que la palabra griega para Espíritu es pneuma y para «dones» es carísmata,podemos referirnos a estas nueve manifestaciones alternadamente como «carismas neumáticos» o «dones espirituales» o «los dones del Espíritu Santo» (cf. 1 Co. 12.7-11}.

En esta serie de estudios vamos a considerar como dones del Espíritu Santo a la totalidad de los dones que se mencionan en la Biblia. Seguiremos un criterio más bien generoso al considerar como tales no sólo a los que se mencionan explícitamente, sino también ampliando la posibilidad a otros y nuevos carismas del Espíritu. En verdad, es impresionante la cantidad de material que el NT tiene para ofrecernos sobre este tema tan apasionante y sumamente interesante. Una revisión rápida de lo que enseña el NT puede sorprendernos con orientaciones de mucho valor. El texto bíblico nos guiará en el descubrimiento de estas valiosas herramientas de trabajo para el cumplimiento de la misión de la iglesia.

Por todas partes, hoy se están redescubriendo estas dimensiones de la actividad del Espíritu Santo, que durante mucho tiempo han sido pasadas por alto o no tenidas suficientemente en cuenta para el mejor cumplimiento de la misión de la iglesia. A medida que creyentes e iglesias van recuperando el ejercicio de estos dones y ministerios, van descubriendo también una poderosa fuente de bendición sobrenatural y de ministerio fructífero.

El objetivo básico de estas lecciones que estamos dando sobre los dones espirituales no es que adquiramos un poco más de información sobre los dones del Espíritu, sino que aprendamos a identificarlos en nuestra propia vida y los pongamos en ejercicio para la edificación del cuerpo de Cristo.

¿Cual es la razón por la cual debemos ser edificados con los ministerios y dones del Espíritu Santo? Llegar a ser un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por medio de Jesucristo  I Pe. 2:5 NVI

Nosotros, dice Pedro, somos edificados sobre el fundamento de los apostoles y los profetas,siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular. En Él, todo el edificio bien armado, se va levantando para llegar a ser un templo santo en el Señor y en el también uds. son edificados juntamente para ser morada de Dios por su espíritu. I Pe.2:4-5; Jud. 20;  I Cor. 3:9;

Fuente:

Pablo Deiros, Los dones del Espíritu Santo,  p. 5-6, Iglesia Evangélica Bautista del Centro, Buenos Aires, Argentina