La Soberanía de Dios en Sus Juicios: Respuesta a un Lector
Autor: Dr. Eduardo Flores
13 Aug 2008
Un día de estos recibí el comentario de una persona que se notaba bastante preocupada y que al leer su comentario no sé que pensar con respecto a si está o no en la fé aún. Este hombre escribió lo siguiente,
“Doy gracias al Señor por su vida ya que a travez de su estudio se reaviva un poco mas mi fe en la biblia. Tengo una pregunta referente al antiguo testamento. Por que el antiguo testamento es tan sangriento, lleno de masacres de bebés, mujeres, niños y ancianos, llevadas a cabo por Israel en nombre de Dios?? No es esto una antimoral a todos los valores Cristianos? Usted lo haría si Dios se lo pidiese, mataría bebes con un cuchillo?? Creo en Jesucristo, creo en Dios y creo en el espíritu santo, asisto a la iglesia todos los domingos y oro continuamente, pero no quiero creer en un Dios lleno de sed de sangre, como el Dios del antiguo testamento, he orado, pero no encuentro paz interior en este asunto……Dios le bendiga por su ayuda.”
Voy a referirme a algunos de los puntos que hace este hombre, y de las suposiciones en las que cae y que lo llevan a tener una teología errada. En realidad no quiero pensar mal, pues me parece que su pregunta es honesta, pero si creo que de ser cristiano, si es que lo es, es inmaduro en la fe, y requiere que su pastor lo guíe intensamente para que aprenda la verdad bíblica.
1. Porqué el Antiguo Testamento es tan sangriento, lleno de masacres de bebés, mujeres, niños, y ancianos llevados a cabo por Israel en nombre de Dios?
Voy a iniciar con un ejemplo del cual podemos ver el porque de las masacres que vemos en el Antiguo Testamento. Leemos en el libro de Génesis la historia de Abraham y una de las promesas de Dios. En Génesis 15 Dios le dice a Abraham,
“Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años. Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza. Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez. Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí.” Génesis 15: 13-16
Qué vemos en este pasaje? Si conocemos algo de la historia bíblica, nos podemos dar cuenta que Dios le está narrado a Abraham lo que ocurrirá en el futuro, lo que le ocurrirá a su descendencia. De este pasaje notamos dos hechos históricos: la estadía de Israel en Egipto por más de cuatrocientos años y su éxodo bajo el liderazgo de Moisés; y luego su entrada en la tierra prometida de la mano de Josué.
Ahora, de la historia narrada en Éxodo y en el libro de Josué vemos que Dios no sólo por Su mano destruye a un pueblo entero, sino que le ordena a Su pueblo, Israel, ir a la guerra contra otros pueblos, a los cuales, según les promete, dominarán. En Éxodo leemos lo siguiente,
“Entonces los hijos de Israel entraron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas como muro a su derecha y a su izquierda. Y siguiéndolos los egipcios, entraron tras ellos hasta la mitad del mar, toda la caballería de Faraón, sus carros y su gente de a caballo. Aconteció a la vigilia de la mañana, que Jehová miró el campamento de los egipcios desde la columna de fuego y nube, y trastornó el campamento de los egipcios, y quitó las ruedas de sus carros, y los trastornó gravemente. Entonces los egipcios dijeron: Huyamos de delante de Israel, porque Jehová pelea por ellos contra los egipcios. Y Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas vuelvan sobre los egipcios, sobre sus carros, y sobre su caballería. Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y cuando amanecía, el mar se volvió en toda su fuerza, y los egipcios al huir se encontraban con el mar; y Jehová derribó a los egipcios en medio del mar. Y volvieron las aguas, y cubrieron los carros y la caballería, y todo el ejército de Faraón que había entrado tras ellos en el mar; no quedó de ellos ni uno. Y los hijos de Israel fueron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas por muro a su derecha y a su izquierda. Así salvó Jehová aquel día a Israel de mano de los egipcios; e Israel vio a los egipcios muertos a la orilla del mar. Y vio Israel aquel grande hecho que Jehová ejecutó contra los egipcios; y el pueblo temió a Jehová, y creyeron a Jehová y a Moisés su siervo.” Éxodo 14: 22-31
En el libro de Josué leemos,
“Entonces el pueblo gritó, y los sacerdotes tocaron las bocinas; y aconteció que cuando el pueblo hubo oído el sonido de la bocina, gritó con gran vocerío, y el muro se derrumbó. El pueblo subió luego a la ciudad, cada uno derecho hacia adelante, y la tomaron. Y destruyeron a filo de espada todo lo que en la ciudad había; hombres y mujeres, jóvenes y viejos, hasta los bueyes, las ovejas, y los asnos.” Josué 6: 20-21
Ahora, este hombre se pregunta porqué el Antiguo Testamento es tan sangriento? La primera respuesta es la siguiente: debido al pecado del hombre. Pero, estoy en lo correcto? Veamos de nuevo que es lo que le dice Dios a Abraham acerca de la razón de estas masacres específicas. Primero, con respecto a Egipto, Dios le promete a Abraham, que Israel será esclavo de Egipto, pero que no debe preocuparse porque Dios juzgará a esa nación por el pecado en contra del pueblo de Dios. Cuál fue el juicio de Dios sobre Egipto por no someterse al Dios de Israel? Cuál fue el juicio de Dios sobre Egipto por odiar a Dios y expresar su odio oprimiendo a Israel? El juicio de Dios es claro en las diez plagas que sufre la nación egipcia, y en especial durante el cruce del Mar Rojo, en el que miles y miles de soldados egipcios son destruídos por la mano de Dios, al ser sufrir el peso del mar sobre sus cabezas.
Además, que le promete Dios a Abraham con respecto a los amorreos? Veamos, “Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí” (Génesis 15: 16).
Dios le dice a Abraham, que cuatro generaciones después de la que salió de Egipto por la mano de Jehová, Israel entrará en la tierra prometida, y los amorreos serían juzgados por sus pecados, cuando su maldad haya sido excesiva en contra de Dios. Cuál era esa maldad que compartían tanto los egipcios como los amorreos? La respuesta nos la brinda el apóstol Pablo en la epístola a los Romanos, veamos,
“Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.” Romanos 1: 18-25
De quienes está hablando Pablo? Es claro que de los pueblos gentiles, que han existido a través de toda la historia y los cuales no tuvieron la ley de Dios. Estos gentiles son contrastados con los israelitas a lo que culpa Pablo de pecado en Romanos 2, a pesar de haber recibido la ley de Dios. Qué hicieron estas naciones gentiles? Se rebelaron contra Dios, ya que conociendo explícitamente en la creación del poder y deidad de Dios, hicieron caso omiso y prefirieron no glorificar a Dios, sino que glorificaron a cosas creadas por sus mentes, adorando dioses de aves, reptiles, humanos, etc. Prefirieron hacer ídolos falsos y adorarles antes que someterse al Dios verdadero que les fue claramente revelado en la creación. Por ello, Dios les dice, “no tienen excusa.”
Es esto lo que vemos en Egipto y en el pueblo amorreo? Afirmativamente. Los egipcios tenían dioses y diosas falsos, creados por la mente de hombres, así como los amorreos tenían a sus baales y Moloc, a los cuales adoraban y les sacrificaban sus hijos, además de que tenían prostitutas en los templos de estos falsos dioses para que los hombres tuvieran sexo, como una forma de adorarles.
Qué hace Dios? Los juzga. Cómo? Los destruye por su pecado. Es esto justo? Por supuesto. Dios es el creador del universo. Dios es el UNICO que es santo. El hombre es destituído de justicia (Isaías 64:6; Romanos 3: 9-12). El hombre está en su deber de adorar al Dios verdadero, al Creador del universo, de la manera en la que Dios ha establecido, y no de la manera en la que el hombre desee adorarle. Esto es la soberanía de Dios. Es Él quien decide como debe ser adorado. Y tanto los egipcios como los amorreos fallaron en esto, y a pesar de que en la creación, como dice Pablo, tenían la evidencia del poder y deidad de Dios, decidieron adorar a ídolos creados por sus mentes, y por lo tanto eran culpables de muerte. Porqué? Porque el hombre que peca contra Jehová debe ser castigado por sus pecados, y por lo tanto debe morir.
Es esto injusto por parte de Dios? No lo es, ya que Dios como soberano del universo, está en su derecho de hacer con Su creación como a Él mejor le parezca. El mismo apóstolo Pablo explica muy bien esta característica de Dios en el capítulo 9 de Romanos cuando habla acerca de la elección de Dios. Él dice,
“Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra. De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece. Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa? porque ¿quién ha resistido a su voluntad? Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así? ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra? ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción, y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria” Romanos 9: 17-23
De qué está hablando Pablo? De la soberanía de Dios para hacer de su creación lo que a Él le plazca. De quien quiere tener misericordia, tiene misericordia. Daniel nos escribe algo parecido acerca de la soberanía de Dios, veamos,
“Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?” Daniel 4: 35
Es decir, debemos tener claro que nosotros somos CRIATURAS y que Dios es DIOS. Es Él el soberano, no nosotros. Es Él el Rey, no nosotros. Él es quien manda, no nosotros. Es Él quien decide como deben ser las cosas, no nosotros. Y si Dios le exige a todos los hombres que han sido creados por Él su total lealtad y obediencia, y estos hombres deciden rebelarse en Su contra y adorar a falsos dioses, entonces Dios es totalmente justo en castigar a esas criaturas.
2. No es esto una antimoral a todos los valores Cristianos?
Como he respondido a la pregunta anterior, es claro que estos ejemplos no van en contra de los valores cristianos. Porqué? Porque quien destruyó a esos pueblos fue Dios. “No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.” (Romanos 12: 19). Ningún cristiano debe tomar venganza por los pecados de otra persona, pues es Dios quien se vengará y castigará a todos aquellos que se han rebelado en contra de Sus estatutos y mandamientos. Dios nos ordena amar a nuestros hermanos en Cristo, y a evangelizar a todos aquellos que están fuera de la fe, “por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él.” (2 Timoteo 2: 25-26). Dios nos ordena a amar a nuestros enemigos, pero eso no hace que Dios no pueda hacer con Sus enemigos como a Él le plazca. Y debemos tener siempre presente que mientras no seamos creyentes, somos enemigos de Dios (Romanos 5: 10). Y eso es lo que eran los egipcios y amorreos, “enemigos de Dios.”
3. No quiero creer en un Dios lleno de sed de sangre, como el Dios del antiguo testamento.
Esto es algo verdaderamente perturbante. Creer que Dios en el Antiguo Testamento es diferente a Dios en el Nuevo Testamento es un grave error, y me inclinaría a decir una blasfemia, porque Dios dice, “Porque yo Jehová no cambio.” (Malaquías 3:6). El Juez del Antiguo Testamento es el mismo Juez del Nuevo Testamento cuando le dice a los rebeldes, “Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército. Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre. Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos.” (Apocalipsis 19: 19-21).
Dios destruirá a Sus enemigos. Eso es algo que Dios ha prometido en la Biblia. Pero uno de los errores de este hombre y de muchos cristianos es esto: los bebés son inocentes. Esto es falso. Ningún hombre es inocente. Todos nacemos con pecado, y esto es lo que doctrinalmente se conoce como el pecado original, que fue transmitido por Adán a su posteriodad (1 Corintios 15: 22). Es más, para aclarar esto más, David dice, “He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre.” Salmo 51: 5
La Biblia es clara en que ningún hombre que haya nacido de mujer es inocente. Todos tenemos pecado en nosotros y por lo tanto merecemos el castigo de Dios. Si los niños fueran inocentes, entonces ninguno moriría, pues el pecado es lo que mata, y esto lo deja muy claro el apóstol Pablo, cuando intenta explicar el porque los niños no son incentes, “No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir.” (Romanos 5: 14). Para el apóstol, lo que demuestra que los niños no son inocentes y que son pecadores por sí mismos, es que mueren. Tanto los recién nacido, los infantes, los niños, los adolescentes, adultos y ancianos, todos requieren de la misericordia y la gracia de Dios para ser salvos. Sin eso, nadie puede ser salvo. Eso es lo que enseña la Biblia.
Ahora, aquí vamos al evangelio de Cristo, en el cual se nos dice que a pesar de ser enemigos de Dios, Él ha tenido misericordia de ciertos hombres a los cuales por gracia les ha otorgado el regalo de la regeneración, es decir los hace nacer de nuevo, luego de estar muertos en sus delitos y pecados (Efesios 2: 1-5), y les da la fe para creer en Cristo (Efesios 2: 8; Filipenses 1: 29). Todos aquellos que no crean en Cristo, serán castigados por su pecado, y más grande pecado es la incredulidad. Así como a los egipcios y amorreos, aquellos que no crean en Cristo, quien es el único camino para llegar a Dios (Juan 14: 6; 1 Pedro 3: 18), serán destruídos por Dios, y enviados al lago de fuego por la eternidad. Es esto justo? Sí.
Mi pregunta para este lector es la siguiente: Estás dispuesto a someterte a lo que Dios ha dicho en Su palabra? Si lo estás, entonces viene una segunda pregunta: Estás dispuesto a aprender la verdadera doctrina bíblica? Todos debemos aprender de aquellos hermanos que no sólo llevan más años en la fe, pero a los que les ha sido otorgada por el Espíritu Santo una mayor fe, y que están ahí para ayudarnos a madurar y crecer en el Señor.
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