HISTORIA DE LA TEORIA DE LA EVOLUCIÓN

HISTORIA DE LA TEORIA DE LA EVOLUCIÓN 
Por Plinio el Insurrecto


El pensamiento sobre los orígenes y diversidad de la vida es un fenómeno tan antiguo como el ser humano pero, como siempre en la historia del pensamiento, hay que remontarse a los filósofos de la antigua Grecia para encontrar ideas y teorías sobre el origen de la vida basadas en fenómenos naturales y no en principios religiosos o míticos. Sin embargo, aunque estos pensadores griegos estuvieron obsesionados con los orígenes del Universo, de la Tierra, de la vida, de los animales y del ser humano, no prestaron atención a los cambios subsiguientes y, por tanto, a una posible evolución.

Después de la caída del Imperio Romano, una nueva ideología, el cristianismo, se apoderó del pensamiento en occidente. Suprimió la libertad de pensamiento existente anteriormente e impuso el dogma bíblico, que evidentemente no permitía contemplar cambios evolutivos. Más tarde, cuando durante la Edad Media se endureció el cuerpo dogmático del cristianismo, el estancamiento intelectual fue aun más acentuado. La visión del mundo imperante estaba basada en un diseño del universo hasta en sus mínimos detalles por un creador inteligente.

Hasta el siglo dieciocho el concepto de evolución no se abrió camino en las mentes de los pensadores más avanzados. Este periodo coincide a su vez con un periodo de intensas transformaciones sociales que alcanzan su apogeo con la revolución francesa de 1789. El desgaste en las ciencias naturales de la creencia en un mundo estable se correspondió, en el mundo de las ideas políticas, con el cuestionamiento del feudalismo y de las dinastías de inspiración divina. El francés Buffon junto con el sueco Linneo, fueron los naturalistas más destacados del siglo dieciocho. Buffon elevó la historia natural a la categoría de ciencia y ejerció una enorme influencia sobre su desarrollo posterior. Abordó casi todos los problemas a los que se enfrentarían las teorías evolutivas más tarde (concepto de especie, tipos de clasificación, causas de extinción, etc.) pero no acabó de aceptar la posibilidad de evolución. También el gran naturalista sueco Linneo contribuyo a sustentar las teorías evolutivas al desarrollar un sistema de clasificación natural jerárquico, que en su momento forzaría la aceptación del concepto de ascendencia común.

A finales del siglo ilustrado existían una serie de problemas científicos demandando soluciones como el origen de la diversidad biológica, su aparente organización en un sistema natural y la fascinante adaptación de todos los organismos a las condiciones de su medio. Además, estaban planteadas contradicciones con el concepto de la sabiduría y benevolencia del creador como la extinción de especies y los órganos vestigiales. El creacionismo ofrecía soluciones poco satisfactorias a estos problemas. Era solo cuestión de tiempo hasta que algún naturalista tuviera la originalidad y el coraje de proponer una solución en conflicto claro con el dogma imperante. Esa persona fue el biólogo francés Jean Baptiste Lamarck.

Lamarck fue sin duda el primer evolucionista genuino al sustituir un mundo estático por otro dinámico y en cambio permanente, defensor de cambios graduales y de la inmensa edad de la Tierra y promotor de la importancia de la conducta y del ambiente. Sin embargo, Lamarck aceptaba la generación espontánea de los organismos más simples y por eso no percibió una ascendencia común de todos los seres vivos como ramificaciones desde un tronco común. La evolución según Lamarck se produce por adaptación progresiva de cada uno de los individuos de una población a cambios ambientales. Así la variación sería causada por el ambiente mismo (algo totalmente distinto al mecanismo que más tarde propondría Darwin) y estos cambios son transferidos a las siguientes generaciones por la herencia de los caracteres adquiridos en cada generación. El modelo propuesto por Lamarck para explicar cambios evolutivos era complejo, pero los datos actuales no han confirmado su paradigma, aunque recientemente evidencias moleculares parecen sugerir la posibilidad de herencia de ciertas modificaciones inducidas por el ambiente.

A pesar de que Lamarck propuso unos mecanismos para explicar el cambio gradual de las especies, todas las autoridades científicas de la época consiguieron reconciliar estas teorías con un mundo que demostraba la armonía de la naturaleza y la sabiduría del creador. Hasta que el 24 de noviembre de 1859 se publicó un libro que cambiaría la percepción humana de la naturaleza para siempre: “El Origen de las Especies”, de Charles Darwin.

Esta obra, y otras posteriores de Darwin, siguen plenamente vigentes, guían la investigación en un creciente número de especialidades de la biología y están influyendo cada vez más en las ciencias sociales y las humanidades. Una prueba de su vigencia y actualidad es la gran cantidad de detractores que aun sigue atrayendo, algo que una teoría obsoleta raramente consigue. Otra prueba de la peligrosidad para las ideas reaccionarias de la idea básica de Darwin es que los gobernantes de ciertos países islámicos o ciertos estados conservadores de los EEUU continúan poniendo trabas al darwinismo. Lo que más preocupa a los detractores y críticos de la teoría de la evolución por selección natural, es que dicha teoría ha desmontado el artificio científico creado para demostrar un mundo estable y diseñado para el ser humano por un creador inteligente, y ha dejado en su lugar una naturaleza cambiante y caótica dominada por un mecanismo algorítmico de cortas miras, sin previsión ni finalidad alguna, pero implacable e inevitable, lo que Darwin llamó la selección natural. Esto es lo más extraordinario de la obra de Darwin, ya que ofrecía una explicación racional de los mecanismos de la evolución. Lo esencial de este concepto es que pequeñas diferencias aleatorias y hereditarias entre individuos determinan probabilidades diferentes de supervivencia y reproducción (éxito para unos y muerte sin descendencia para otros), y que esa criba natural determina cambios significativos en la forma, tamaño, fuerza, defensas, color, bioquímica y comportamiento de la progenie. Dado que los individuos con menos éxito dejan menos descendencia, las variaciones desfavorables tienden a desaparecer, mientras que las variaciones favorables tienden a persistir y extenderse a toda la población (para más información consultar: http://www.nodo50.org/arevolucionaria/articulos3/aproevolutiva.htm).

Una creencia muy extendida es que el naturalista, también inglés, Alfred Russell Wallace fue el primero en desarrollar la teoría de la selección natural. Esto se debe a que Wallace escribió al propio Darwin en 1858 presentándole sus ideas y pidiéndole comentarios. Y Darwin, que llevaba 20 años acumulando datos para sustentar su teoría, se quedó anonadado ante la coincidencia de ideas. Para que el trabajo callado de Darwin durante dos décadas no fuera menoscabado, en julio de 1858 se presentaron a la vez el artículo de Wallace y un ensayo que Darwin ya había presentado en 1844. De esta manera no se dio prioridad temporal a ninguno de los autores. Pero esto provocó que a continuación Darwin redactará en 9 meses un resumen de su trabajo que fue publicado mucho antes de lo que Darwin hubiera querido: “El Origen de las Especies”. Pero lo que parece claro es que ni Darwin copió nada de Wallace como demuestran sus cuadernos de notas, ni impidió la publicación del artículo de Wallace. Tampoco se podía comparar el artículo breve de Wallace con la obra monumental de acumulación de datos, defensa de argumentos y elaboración teórica que fue el libro de Darwin. El propio Wallace lo reconoció al considerar siempre a Darwin como el principal artífice de la teoría y expresar siempre su profunda admiración por él. Habría que añadir que Wallace nunca llegó a aceptar que la inteligencia humana tuviera un origen evolutivo.

Si la evolución como tal y la evolución por ascendencia común están en la actualidad ampliamente aceptadas por la comunidad científica y hasta por representantes del estamento religioso (Juan Pablo II ha llegado a aceptar cierta evolución recientemente), el carácter gradual de la evolución y el mecanismo de la selección natural siguen encontrando una fuerte resistencia no siempre basada en datos científicos. Las críticas a la selección natural fueron generalizadas desde un principio. En primer lugar la selección natural eliminó la necesidad de un diseñador divino y la existencia de una teología cósmica o finalismo. Contribuyó también a desbancar el esencialismo reinante al mostrar una inmensa variabilidad en la naturaleza y una casi infinita posibilidad de cambios dado un suficiente periodo de tiempo. La dificultad para realizar pruebas experimentales es una crítica muy utilizada, crítica que no se aplica con la misma saña a ciencias como la astronomía o la geología que también son de difícil comprobación experimental. En este tipo de ciencias se pueden formular hipótesis basadas en observaciones, que pueden ser luego comprobadas con nuevas observaciones. Otra fuerte resistencia procede del rechazo generalizado a cualquier base biológica del comportamiento humano bajo el lema “todo en la conducta humana es cultural”, tradición científica errónea en las disciplinas humanistas.

En los ochenta años posteriores a la publicación de “El Origen de las Especies” se produjo una gran diversidad de opiniones entre los biólogos evolucionistas. Pero paradójicamente, en ningún país de Europa se aceptó con tanta facilidad la teoría de la selección natural como en la Rusia anterior a Stalin. Una de las aportaciones más singulares al estudio de la evolución fue la obra “Ayuda Mutua” del anarquista ruso Kropotkin. Este personaje fue el primero en resaltar que la derecha política había hecho demasiado hincapié en el individualismo y la competencia como consecuencias de la selección natural, despreciando las importantes evidencias de cooperación entre animales.

Después de la muerte de Darwin en 1882, los evolucionistas comenzaron a divergir en cuanto a sus conceptos. Por un lado los embriólogos, fisiólogos y genetistas, enfocaron el problema de los cambios evolutivos sin tener en cuenta el problema de la diversidad de especies y la variación geográfica, que eran el foco de atención de zoólogos, botánicos y paleontólogos. Unos estudiaban células y genes, mientras los otros trataban poblaciones, especies, y taxones superiores. Una barrera de comunicación se empezó ha establecer entre estas dos tradiciones científicas que dio lugar a la síntesis neo-darwinista entre 1936 y 1947. Este consenso entre las diversas ramas de la biología se basa en dos conclusiones: que la evolución es gradual y puede ser explicada por la selección natural actuando sobre pequeños cambios genéticos y su recombinación, y que considerando las especies como conjuntos de poblaciones reproductivamente aisladas entre sí y analizando su ecología se podía explicar el origen de la diversidad biológica como consistente con los mecanismos genéticos conocidos y con las evidencias de los naturalistas.

Después de la síntesis evolutiva, y especialmente en las últimas décadas, ha habido una autentica explosión de estudios con relevancia evolutiva en temas que van desde la conducta animal y las interacciones ecológicas hasta la antropología y la psicología. Una rama nueva de la biología, la biología molecular, experimentó un rápido crecimiento a partir del descubrimiento de la estructura del ADN en 1953. Dos conclusiones del darwinismo fueron confirmadas por la biología molecular: que todos los organismos vivos compartimos el mismo código genético (ascendencia común de todos los seres vivos) y que cambios en las proteínas no afectan al ADN (imposibilidad de herencia de caracteres adquiridos). Sin embargo, descubrimientos recientes están haciendo tambalearse esta última conclusión. La posibilidad de que el ambiente pueda afectar directamente a la herencia de los organismos empieza a abrirse camino, reivindicando en parte a algunas ideas de Lamarck. Esta variación influida por el ambiente y, por tanto, no azarosa se vería posteriormente sometida a los procesos selectivos, lo que ampliaría el campo de la selección natural darwinista. También permitiría tasas evolutivas más rápidas. Es este sin duda uno de los enfoques más novedosos en la biología evolutiva actual y al que se debe prestar una especial atención en los próximos años.

Sin embargo, parece dudoso que se modifique sustancialmente en el futuro la visión darwinista sobre la importancia de la selección natural como proceso productor de adaptación y de diversificación. Los debates abiertos actualmente demuestran que la biología evolutiva está bien viva y goza de buena salud.

No existe «a priori» incompatibilidad entre Darwin y la Biblia

No existe «a priori» incompatibilidad entre Darwin y la Biblia,aclaró el presidente del Consejo Pontificio para la Cultura, en Ciudad Del Vaticano, el miércoles 17 de septiembre del 2008.

No existe «a priori» incompatibilidad entre las tesis de Charles Darwin y la Biblia, asegura el presidente del Consejo Pontificio para la Cultura, el arzobispo Gianfranco Ravasi.

El prelado italiano, que es también presidente de la Comisión Pontificia de los Bienes Culturales, habló de la figura del biólogo británico que enunció la teoría de la evolución al presentar un congreso internacional que se celebrará en Roma del 3 al 7 de marzo.

El simposio, que tendrá como tema «Evolución biológica: hechos y teorías. Una valoración crítica 150 años después de ‘El origen de las especies'», reunirá en Roma a filósofos, teólogos y científicos de renombre internacional.

En el encuentro con los periodistas, este 16 de septiembre, monseñor Ravasi quiso «confirmar que no existe incompatibilidad a priori entre las teorías de la evolución con el mensaje de la Biblia y de la teología».

Según recordó, Darwin «nunca fue condenado, ‘El origen de las especies’ no está en el Índice (de libros prohibidos, ndt.), pero sobre todo hay pronunciamientos muy significativos en relación con la evolución por parte del mismo Magisterio eclesial».

El congreso, según dijo Ravasi, será interesante pues busca crear un diálogo entre filosofía, teología y ciencia. Fue presentado en la Oficina de Información de la Santa Sede y forma parte del proyecto STOQ (Science, Theology and the Ontological Quest, Ciencia, Teología e Investigación Ontológica)

El congreso ha sido organizado conjuntamente por la Pontificia Universidad Gregoriana (Roma) y por la Universidad de Notre Dame (Indiana, EE.UU.), bajo el patrocinio del Pontificio Consejo de la Cultura en el ámbito del proyecto STOQ (Science, Theology and the Ontological Quest) (Ciencia, Teología e Investigación Ontológica).

Este proyecto busca crear un puente filosófico entre ciencia y teología a través de programas de estudio, cursos universitarios, ciclos de conferencias, publicaciones científicas, etc. Forman parte del mismo universidades pontificias de Roma y algunos de los mayores científicos del mundo.

El congreso sobre la evolución, en concreto, es organizado por la Universidad Pontificia Gregoriana de roma y por la Notre Dame University de los Estados Unidos, con el patrocinio del Consejo Pontificio de la Cultura.

Monseñor Ravasi recordó dos pronunciamentos históricos sobre la evolución del Magisterio pontificio: la encíclica Humani Generis de Pío XII, del 12 Agosto 1950, y el Mensaje de Juan Pablo II a la Plenaria de la Academia Pontificia de Ciencias, del 22 de octubre de 1996.

Monseñor Ravasi explicó que el congreso busca afrontar el debate con tres actitudes básicas: ante todo investigación seria –que supere los lugares comunes–, humildad y optimismo.

El arzobispo explicó que teólogos, filósofos y científicos se mueven en «terrenos diferentes», pero «lo importante es que la línea de demarcación no se convierta en una ‘muralla china’ en un ‘telón de acero’, desde el que se mira al otro con desprecio».

«La distinción», advirtió «no es separación». «¡La distinción es necesaria!»

«Por tanto –aclaró–, hace falta un acto de humildad también por parte del teólogo que debe escuchar y aprender; por otro lado, hace falta superar la arrogancia de algunos científicos que abofetean a quien tiene fe y que consideran la fe y la teología como una herencia de un paleolítico intelectual».

En la rueda de prensa intervinieron además el padre Marc Leclerc, S.I., profesor de Filosofía de la Naturaleza, Pontificia Universidad Gregoriana; Gennaro Auletta, director científico del proyecto STOQ y profesor de Filosofía de la Ciencia, Pontificia Universidad Gregoriana y Alessandro Minelli, profesor de Zoología, Universidad de Padua (Italia).

El padre Leclerc constató que «el debate sobre la teoría de la evolución cada vez es más encendido, tanto en el ámbito cristiano como en el estrictamente evolucionista».

El sacerdote jesuita, al explicar los motivos que han llevado a la convocación del congreso, en este contexto, «pensamos que nuestro deber es tratar de esclarecer algunos puntos, ya que científicos, filósofos y teólogos cristianos, están directamente implicados en el debate, junto con colegas de otras confesiones o aconfesionales».

«Se trata de suscitar un amplio intercambio de opiniones desde el punto de vista racional, para favorecer un diálogo fecundo entre expertos de ámbitos diversos; la Iglesia está profundamente interesada en este diálogo, respetando plenamente el campo de cada uno», concluyó.

Fuentes:

 

Asesinan a Pastor Evangélico: Pedía calma de rodillas con la Biblia en su pecho

 

Asesinan a Pastor Evangélico: Pedía calma de rodillas con la Biblia en su pecho

Miércoles 24 de Septiembre de 2008
Policial | Venezuela | (NoticiaCristiana.com) 

Aarón Ortega Rodríguez, falleció tras recibir un disparo en la cabeza en confuso incidente con reclusos dentro del Internado Judicial de La Planta en Venezuela.

Los reclusos del Internado Judicial de La Planta exigen a las autoridades que sea aclarada la circunstancia en que fue asesinado el pastor evangélico del pabellón número uno, Aarón Ortega Rodríguez, quien falleció tras recibir un disparo en la cabeza mientras que otros seis reos resultaron heridos.

Los familiares de los internos sostienen que los sucesos ocurrieron luego de finalizar la visita y la Guardia Nacional realizaba el acostumbrado pase de lista y número. Dijeron que en ese momento se produjo una discusión. Inicialmente se atribuyó la muerte a un motín, pero los internos responsabilizan a funcionarios de la Guardia Nacional.

Algunos testigos informaron a sus parientes que el pastor evangélico de 29 años de edad incluso se arrodilló y con la Biblia en su pecho pidió calma. No obstante, recibió un disparo en la cabeza. Dijeron que a la víctima le faltaban dos meses para salir en libertad.

Por ello los reclusos de distintos pabellones exigieron que se castigue a los responsables y que los remitan a su comando. De lo contrario están dispuestos a iniciar un conflicto. Los internos heridos fueron atendidos en el hospital Periférico de Catia y posteriormente remitidos al internado judicial. Las actividades fueron restringidas. Funcionarios de la subdelegación El Paraíso del Cicpc investigan el caso.

El sueño americano para los hispanos se encuentra bajo amenaza

 

El sueño americano para los hispanos se encuentra bajo amenaza

Miércoles 24 de Septiembre de 2008
Sociedad
Estados Unidos

La crisis bancaria actual, los embargos y ejecuciones de hipoteca, la inseguridad laboral, y el alza desmedida de alimentos y combustibles amenazan el porvenir financiero de un gran número de familias hispanas.

(NoticiaCristiana.com) El sueño americano para los hispanos se encuentra bajo amenaza:

El 90% de los trabajos que se perdieron en la industria de la construcción, fue entre los hispanos inmigrantes.

46 % de los préstamos hipotecarios hechos a hispanos en el 2006 fueron a altas tasas de interés versus 18% para los blancos no hispanos.

El desempleo entre hispanos llego al 7.3% en marzo (1.6 millones de personas), comparado con el 5% de la población en general.

Sin duda esta realidad tiene un fuerte impacto emocional más allá del económico. Para ayudar a la comunidad latina a enfrentar esta situación y a navegar el sistema financiero norteamericano, Louis Barajas, el famoso Planificador Financiero, está disponible para hablar de:

– Cómo cambiar la forma en que usted piensa sobre su situación económica
– Cómo empezar a valorar la vida y el trabajo potenciando valores personales
– Cuál es la importancia del dinero en su vida
cómo la auto confianza lo puede ayudar a lidiar con el estrés y conflictos económicos.
– Cómo encontrar el balance entre la vida personal y laboral
– Cómo manejar el estrés emocional y psicológico generados por las dificultades económicas

Sobre Louis Barajas
Louis Barajas es un escritor best-seller, conferencista y planificador financiero con una filosofía que promueve una conexión objetiva y sana entre la gente y el dinero. Esta filosofía es la base para generar éxito en la vida de los individuos y en sus comunidades.

Louis Barajas es también el autor de El Camino a la Grandeza Financiera y de Microempresa, Megavida. Barajas ha sido columnista y colaborador para periódicos como el Houston Chronicle, Miami Herald, y La Opinión y fue el experto comentarista sobre pequeñas empresas para el sitio web AOL Latino del 2004 hasta el 2006. Su último libro, Agotado, Agobiado y Mal Pagado (publicado por Grupo Nelson), estará disponible en puntos de venta a partir de septiembre 30 de 2008.

En el libro Agotado, Agobiado y Mal Pagado, Louis Barajas ofrece las herramientas necesarias para vivir una vida completa, compartir con la familia, y vivir el sueño americano. Es un libro esencial para todos en este momento tan complejo de la economía nacional y global.

 


“La Sagrada Escritura es esencial para conocer a Cristo” (II)

“La Sagrada Escritura es esencial para conocer a Cristo” (II)

Entrevista al cardenal jesuita Albert Vanhoye
ROMA, miércoles 24 de septiembre de 2008 (ZENIT.org).- «La Sagrada Escritura es esencial para conocer a Cristo», explica en esta entrevista el cardenal Albert Vanhoye, uno de los biblistas contemporáneos más reconocidos en el mundo, cuando faltan pocos días para el próximo Sínodo de los Obispos.

El cardenal Vanhoye, jesuita, antiguo rector del Instituto Bíblico Pontificio y antiguo secretario de la Comisión Bíblica Pontificia, fue creado cardenal por Benedicto XVI en el Consistorio del 24 de marzo de 2006 como reconocimiento a una vida de servicio a la Iglesia en el campo de la exégesis bíblica.

El mismo Papa lo nombró miembro del próximo Sínodo de los Obispos del mundo, que se celebrará en Roma en octubre sobre «La Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia».

En esta entrevista concedida a Zenit, explica lo que es para él la Biblia y lo que espera de la citada asamblea mundial de obispos. La primera parte se publicó en el servicio de ayer.

–El Sínodo se ocupará también del tema de la predicación de la Palabra de Dios, sobre todo en la liturgia. Según su experiencia, ¿cuáles son los elementos esenciales a tener en cuenta en las homilías?

–Cardenal Vanhoye: Las homilías deben ser fruto de la Lectio Divina, cuya práctica puede variar, pero las homilías deben verdaderamente dar a los fieles un contacto concreto con la Palabra de Dios, por tanto explicar bien claramente su alcance inmediato y luego seguir con la aplicación a la vida. Una homilía no puede nunca ser sólo teórica. Debe tener una fuerza penetrante en la vida. Por tanto, hay que partir bien del texto y luego aplicarlo a la vida espiritual.

Hay que decir que, para la predicación, es útil también usar los ejemplos de los santos. Porque los santos ayudan a la gente a acoger algunos aspectos de los textos bíblicos que podrían quedar un poco lejanos. Los santos, en cambio, ponen los textos bíblicos más al alcance de los fieles.

Está claro que el espíritu de infancia espiritual, por ejemplo, que pide Jesús en los Evangelios -«Si no os hacéis como niños, no entraréis en el Reino de los Cielos (Mat 18, 3)»–, lo comprende mejor la gente si toma a santa Teresa del Niño Jesús como modelo. O, por lo que se refiere a la caridad hacia los pobres, la madre Teresa de Calcuta es un ejemplo que estimula a la gente a comprender que verdaderamente la caridad se dirige a los más necesitados, que no podemos estar unidos a Cristo si no estamos abiertos a esta caridad.

Por otra parte, la madre Teresa puso muy bien en conexión la oración, la unión con Cristo y la caridad. Su vida estaba alimentada por una oración muy profunda, una vida espiritual exigente, a veces incluso dolorosa. Por tanto, los ejemplos son útiles pero deben usarse unidos a los textos bíblicos porque los santos lo son para dar testimonio de esos textos.

–El Sínodo está suscitando y suscitará un renovado interés por la Biblia. ¿Qué itinerario sugeriría a un fiel que quiere conocer mejor la Palabra de Dios?

–Cardenal Vanhoye: Para un cristiano, está claro que debe empezar por el Evangelio. Tomar un Evangelio, profundizar en él con la meditación, la oración, aplicarlo a la propia vida. Esto es lo primero y esencial.

Pero el Evangelio mismo remite al Antiguo Testamento. Jesús es el mesías prometido. Por tanto, es útil leer los textos proféticos, especialmente los que son mesiánicos. Los salmos son útiles para la oración pero hay que decir que no siempre tienen el espíritu evangélico. Por tanto, hay que hacer una distinción. Algunos salmos llenos de imprecaciones contra los enemigos están muy lejos del precepto de Jesús de amar a los enemigos y de rezar por ellos. Está claro que un fiel necesita ayudas que le presenten los textos y los pongan al alcance de su inteligencia, de su capacidad de comprender y vivir.

Luego, en los Evangelios naturalmente hay una diferencia entre los sinópticos y el Evangelio de Juan. El Evangelio más interesante a primera vista para un fiel es el de Marcos, que es muy vivaz, cuenta los milagros de modo detallado, etc. El Evangelio de Mateo nos da una enseñanza más rica y, por tanto, hay que volver siempre a él para estar llenos de espíritu evangélico. Por otra parte, el Evangelio de Juan ahonda la fe de modo maravilloso. Hay que meditar verdaderamente el Evangelio de Juan, acogerlo con espíritu de fe y de amor por el Señor.

También Lucas es muy interesante. Es el Evangelio del discípulo. Sería posible empezar también con el Evangelio de Lucas que se interesa más en la relación del discípulo con el Señor Jesús. Los grandes discursos de Mateo, en el Evangelio de Lucas, están divididos. Las bienaventuranzas, en lugar de estar expresadas en tercera persona, se dirigen directamente a los discípulos: «Bienaventurados vosotros los pobres…». Este es un ejemplo. Lucas se relaciona con Jesús de una manera muy delicada, especialmente en el relato de la Pasión. Allí se ve muy bien su amor delicado por el Señor; por el modo en que atenúa las cosas más crueles, más ofensivas.

–Los salmos pueden parecer a los jóvenes sacerdotes un poco lejanos de su realidad concreta. ¿Qué consejo podría darles para obtener mayor provecho de la oración de la Liturgia de las Horas?

–Cardenal Vanhoye: Aconsejaría buscar un comentario apropiado, es decir en profundidad, no sólo filológico o histórico-crítico, sino un comentario que destaque el contenido espiritual de los salmos. Porque está claro que los salmos contienen una riqueza maravillosa desde el punto de vista espiritual: el sentido de adoración, de confianza en Dios, de unión con Dios en la oración, en la vida. Hay en los salmos aspiraciones espirituales muy bellas y muy fuertes.

Por otra parte, San Ambrosio decía que el salterio es como el resumen de todo el Antiguo Testamento porque hay también salmos históricos, sapienciales, de acogida de la ley del Señor, etc.

Tras el Concilio, se ha facilitado la aplicación de los salmos a la vida cristiana con la omisión de las cosas más lejanas al Evangelio. Algo necesario, me parece, porque un cristiano, por ejemplo, no puede desear que los hijos de sus perseguidores sean aplastados, como dice el salmo de los exiliados. Este salmo expresa un afecto muy profundo y tierno por Jerusalén pero acaba con un augurio muy cruel contra los enemigos. Me parece oportuno y útil, desde el punto de vista de la palabra de Dios, omitir cosas que han sido corregidas por Jesús.

–El Sínodo se ocupará también de la Sagrada Escritura en el contexto del ecumenismo. ¿Usted ha tenido alguna experiencia de trabajo, estudio, oración en este campo?

–Cardenal Vanhoye: Colaboré en la traducción ecuménica francesa, un proyecto suscitado por el Concilio muy fecundo desde el punto de vista ecuménico. Se ha constatado que la Biblia es verdaderamente un terreno de unidad. Naturalmente, hay textos bíblicos que han dado motivo a diferencias de opinión muy fuertes. Pero tenemos muchas cosas en común y debemos aprovecharlas.

El Sínodo tendrá también este aspecto de apertura ecuménica. Está claro que si el protestante sigue el ‘Sola Scriptura’ de Lutero no está en la corriente de la Tradición. Hay una dificultad. Pero, por otra parte, los católicos tenían tendencia a no meditar mucho la Biblia y estar más atentos a los dogmas y las devociones. Por tanto, la atención dada a la Palabra de Dios escrita es ciertamente un lazo muy fuerte que nos acerca unos a otros en una acogida común.

–Usted ha conocido y enseñado a muchos exegetas. ¿Cómo es posible evitar que la Biblia se convierta en un mero objeto de estudio, separado de la propia vida espiritual, del que se pueden extraer conclusiones que pueden poner en duda las verdades de la fe?

–Cardenal Vanhoye: Me parece que el remedio principal es la meditación de los textos bíblicos, con una actitud de fe y de oración. Los exegetas no se pueden contentar con estudiar los textos. Deben meditarlos en un ambiente de búsqueda del Señor y de unión con El, y conscientes siempre de que sólo Cristo da toda la riqueza de la Escritura inspirada; que es El quien abre plenamente nuestras mentes a la inteligencia de la Escritura, como dice el Evangelio de Lucas al final.

Por tanto, el remedio es, diría, la oración, entendida como meditación que busca la unión con el Señor, la acogida de su luz, la acogida de su amor. Sólo esto puede preservar del peligro de una actitud racionalista y esterilizadora, que puede convertirse en un obstáculo para la vida de los fieles.

–¿Cuáles son sus expectativas sobre el Sínodo? ¿Tendrá alguna influencia también en los estudios bíblicos?

–Cardenal Vanhoye: No estoy seguro de que el Sínodo pueda influir mucho en los estudios exegéticos en el sentido de que tenga una perspectiva pastoral. Es una perspectiva que ciertamente entra también en la explicación de los textos bíblicos, pero la exégesis es una investigación científica en profundidad, desde un punto de vista que no es directamente pastoral. Del Sínodo podemos seguramente esperar indicaciones muy fecundas para un mayor conocimiento de la Biblia, una mayor acogida de la Biblia en la vida de las comunidades cristianas y en la vida espiritual de las personas.

Por otra parte, hay también un interés ecuménico, que está directamente expresado en el ‘Instrumentum laboris’. Se puede esperar un acercamiento aún mayor de las diversas confesiones cristianas, gracias a esta acogida de la Palabra de Dios escrita.

El ‘Instrumentum laboris’ deja entender que el Sínodo se interesará especialmente por la Palabra de Dios escrita, aunque amplíe su perspectiva. Dice que la Palabra de Dios es Cristo y, por tanto, dice que el fin del Sínodo es dar a conocer mejor a Cristo. Esto me parece verdad como fin último pero el fin más directo será evidentemente atraer la atención sobre la necesidad de un contacto más fuerte y más profundo de todos los componentes de la Iglesia con la Palabra de Dios escrita.

Naturalmente, la Palabra escrita debe volver a ser viva, y no un texto muerto; y para que vuelva a ser viva tiene que inscribirse en la corriente viva de la Tradición, y también de la predicación y de la vida de la Iglesia.

Por Lucas Teixeira L.C., traducido del italiano por Nieves San Martín

La señal de Jonás

La señal de Jonás

“Una raza mala y adúltera pide una señal:no le será dada otra que la señal de Jonás.”(Mat.12, 39)

Así les contestó Nuestro Señor a los escribas y fariseos cuando éstos le pidieron una señal que acreditara su autoridad para hacer las obras que hacía y lo que enseñaba.

Primero, les llama “raza mala”, poniendo al descubierto los verdaderos pensamientos de sus corazones, las reales intenciones de su pedido. Les llama “raza”, porque constituyen en sí mismos una especie de hombres: los hombres que han hecho de la religión una especie de poder sobre los demás hombres y un privilegio especial de superioridad. Son los que usan la religión para exigir a los hombres pesadas cargas morales y aún materiales que ellos no moverían ni con un solo dedo. (Mat.23, 4) Son los hombres que convierten a la religión en una cosa puramente exterior, en un legalismo afincado en solo la letra, vaciándola del espíritu que le da vida. Son verdaderos “sepulcros blanqueados”, como les llamó Cristo. Muy hermoseados y correctos por fuera pero llenos de podredumbre y huesos de muertos por dentro. (Mat.23, 27) Son los hipócritas, los que fingen la santidad que no tienen para ocultar la realidad de su perversidad.

Les llama “mala” porque ese requerimiento no brota de ellos por una sana y recta intención de conocer la verdad y despejar sus dudas, sino que esconden una trampa: hacer caer a Jesús en algún tropiezo ante el pueblo y desacreditarlo; hacerlo caer en un tropiezo que les diera, a ellos mismos, definitivamente, la ocasión de la condena que ya abrigaban en sus corazones llenos de envidia. -“¿Qué haremos? Porque este hombre hace muchos milagros. Si le dejamos continuar, todo el mundo va a creer en él.”- (Jn. 11,47-48) “Debemos hacer algo pronto o ¿qué será de nosotros?”- Se dirían entre ellos.

Pero ¿es que ellos no esperaban al Mesías prometido? ¿No conocían ellos las Escrituras y las profecías?…

“Erráis, por no entender las Escrituras ni el poder de Dios”- (Mat. 22,29) Les había dicho Cristo en una ocasión, poniendo al descubierto su falsa sabiduría y su real ignorancia de las cosas de Dios. Porque conocer la letra de la Escritura no es conocer la escritura. Conocer la Escritura es guardarla y meditarla en el corazón, entendiendo por corazón no un mero sentimentalismo, sino el centro y lo más profundo de nuestro ser.

Y, para ello, se necesitaba lo que Nuestro Señor llamó la limpieza del corazón. “Bienaventurados los de corazón puro, porque ellos verán a Dios”-(Mat.5, 8) y, también: “Del tesoro de su corazón saca el hombre lo malo y lo bueno” es decir, lo que atesora el hombre como lo más valioso para su vida y lo entierra y almacena en lo más profundo de su ser, de allí, brotarán los pensamientos y las acciones que irán modelando su vida. “Porque allí donde está tu tesoro, allí también estará tu corazón.” (Mat. 6,21) Puede el hombre no ser totalmente consciente de lo que guarda en sí como oro, como realmente valioso para él. Porque sabemos los hombres disfrazar muy bien las cosas, sabemos los hombres engañarnos a nosotros mismos y guardar como valioso lo que intuimos nos quema como un veneno. Y esa ponzoña que guardamos es la que nos enceguece como castigo y consecuencia natural de nuestras malicias. La que nos enceguece ante lo que sería nuestro verdadero bien, ante el verdadero tesoro, cuando le hallamos. Es la ceguera que endureció el corazón del faraón ante Moisés, es la ceguera de los maestros de Israel ante el Cristo. Es la religión corrompida. La “adúltera”, que dice la Escritura. La prostituta. La que se acuesta con los poderes del mundo. Los jefes religiosos de Israel estaban corrompidos también con la ambición del poder temporal que creían les daría el Mesías que ellos esperaban. ¿Quién es este hombre que aparece ante ellos predicándoles un reino de Dios ante todo interior y espiritual, y en donde lo temporal es presentado como una mera añadidura?

Seguramente ellos serían los elegidos del Mesías para reinar con él, pues ellos eran los maestros de Israel, los custodios e intérpretes de la Ley. ¿Quién era este hijo de un carpintero que ellos mismos conocían, para enseñarles algo a ellos? ¿Qué autoridad tenía? Es verdad que no dejaba de asombrarles su manifiesta ciencia cuando comentaba las Escrituras y los profetas en las sinagogas, pero les irritaba ver cómo todos se embelezaban con sus dichos y como sabía dejarlos mudos, a ellos mismos, con sus respuestas. Él les hablaba a ellos, los sabios de Israel, como si no fuesen nada. Es más, les echaba en cara hasta sus pecados más ocultos, humillándoles ante el populacho. No se dirigía a ellos con el respeto que se merecían y, además, cosa inaudita, se dirigía al populacho ignorante con una deferencia indigna de un verdadero rabí. Y, algo peor aún, hablaba y comía con los publicanos y los pecadores aparentemente ciego para reconocerlos. ¿Qué clase de maestro era en realidad? Y lo más inaudito de todo: hacerse Hijo de Dios. ¿Era un borracho? ¿Un loco? ¿Un endemoniado? Un blasfemo, eso es lo que era. Y esas “curaciones” y milagros, por obra de Beelzebul, príncipe de los demonios, los hacía.

Este hombre, por un lado, no dejaba de desconcertarles e intrigarles y, por el otro, crecía en ellos la envidia y el odio contra él viendo como le seguían todos. Por eso: “Dinos ¿con qué autoridad haces estas cosas? ¿Qué dices de ti mismo? ¿Qué señal nos das?” (Mat. 21,23)

“Una raza mala y adúltera pide una señal: No le será dada otra que la señal de Jonás.”

La señal de Jonás era su propia resurrección. 
Sin embargo los judíos no creyeron a esa señal. Esa señal que, como jefes de Israel, se apresuraron a negar y a desmentir. He aquí un misterio. La única señal que les promete dar Nuestro Señor fracasa en ellos. La tapan. La ocultan. La niegan. No quieren verla. No.
Yo me pregunto si esa señal sigue vigente aún hoy para los judíos después de más de veinte siglos. Si esa señal que era, es aún hoy. Pues está profetizado por Cristo mismo la conversión de los judíos antes del fin de los tiempos, tal vez, después de haber aceptado al anticristo como el Mesías esperado. -“Si otro viniere en su propio nombre, ¡a ese lo recibiréis!”- (Jn. 5,43) Y después de haberse apartado de éste, rechazándolo. Al menos, una parte del pueblo judío, tal vez, una parte notable o más o menos importante de él. Algunos lo refieren a “un pequeño resto”, que dice Isaías. Pequeño resto que le siguió en su primera venida. (Rom. 11,5)

Pero “la señal de Jonás” ¿sigue vigente aún después de más de veinte siglos? Es decir, la resurrección de Jesucristo ¿se hará patente, de algún modo, otra vez, antes del fin de los tiempos, especialmente para los judíos? ¿Podrá tener algo que ver con esto la Sábana Santa? Decimos esto porque la Santa Síndone fue por casi dos mil años una Santa Reliquia, pero recién hoy es, ante todo y por primera vez de un modo asombroso, un milagro en sí misma y el testimonio de un milagro mayor aún: la Resurrección de Jesús el Cristo. Los estudios más recientes y con los instrumentos que jamás el hombre poseyó hasta hoy, no hacen más que confirmar el hecho de que la imagen impresa en el Santo Sudario es “acheïropoïetos”, es decir: “no hecha por manos de hombres”. Su origen está fuera de las posibilidades humanas actuales y, con mayor razón, de la época comprobada de su origen.

Pero, como ocasión próxima de la conversión del pueblo judío, cabe también el suponer alguna otra cosa o hecho notable – que hoy ni siquiera podamos imaginar o pensar – el que sea la ocasión para algunos, o muchos judíos, de enfrentarse nuevamente al hecho de la resurrección de Cristo. ¿O se dará esta conversión solamente por una penosa travesía, a través del mar oscuro de la fe, hasta arribar a la orilla de la luz, a la verdadera Tierra Prometida? ¿O, el mismo anticristo, paradójicamente, será ocasión del redescubrimiento de Aquél que sus padres desecharon y mataron como piedra de escándalo? Aquél de quien dijeran –“Caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos” (Mat. 27,25) – cosa que, la historia es testigo, no ha dejado de suceder.

“Por eso os digo, ya no me volveréis a ver, hasta que digáis: ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!” (Mat.23, 39)

“Porque así como Jonás estuvo tres días en el vientre del pez tres días y tres noches, así también el Hijo del hombre estará en el vientre de la tierra tres días y tres noches. Los ninivitas se levantarán, en el día del juicio, con esta raza y la condenarán, porque ellos se arrepintieron a la predicación de Jonás; ahora bien, hay aquí más que Jonás.”(Mat.12, 40-41)

“Pero el Hijo del hombre, cuando vuelva, ¿hallará por ventura la fe sobre la tierra?” (Luc. 18, 8)

La segunda venida de Nuestro Señor, parece, se asemejará de alguna manera a la primera, como el tipo al antitipo, y hallará otra vez a la sinagoga corrompida, es decir a su Iglesia, no ciertamente aquella Iglesia pura, sin mancha y sin arruga, por la cual rezó Cristo para que no caiga, a pesar de los zamarreos del demonio, sino aquella otra Iglesia que se aparece ante el mundo con vestiduras de cordero pero que se acuesta con los reyes de la tierra y se une a ellos como otro lobo, una falsa Iglesia que usurpa el lugar santo, es decir, el lugar que le corresponde a la verdadera esposa de Cristo, “la abominación de la desolación en el lugar santo”. Y, así como estaba corrompida la sinagoga a tal punto que se hallaba ciega para reconocer al Mesías y a las señales de los tiempos y las profecías, del mismo modo esa nueva y falsa Iglesia que usurpa con otro “evangelio” a la verdadera, será ciega ante lo divino, y se repetirá esta historia. El mundo estará ciego y andarán las muchedumbres como ovejas sin pastor, pues no habrá ya buenos pastores, sino unos pocos que apacentarán al pequeño rebaño fiel, otra vez, “el pequeño resto”. “Allí donde esté el cuerpo, allí se reunirán las águilas”. (Mat. 24,28) Allí en dónde esté el verdadero cuerpo y la verdadera sangre de Cristo, allí se reunirán sus fieles.

“Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus pollitos debajo de sus alas y no quisiste”… (Mat. 23, 37) “Vino a lo suyo y los suyos no le recibieron”. (Jn. 1,11) El amor no correspondido. El amor de Cristo. La pena de Cristo.

“El Señor se tarda en venir”… (Mat. 24, 48)
“Una raza mala y adúltera pide una señal”…
“El Señor se tarda en venir”…Pero…
“La venida del Hijo del hombre será como un relámpago.” (Mat. 24, 27)

Ariel Marthe
http://www.statveritas.com.ar/Espiritualidad/La%20senal%20de%20Jonas.htm

La Santificación Es La Prueba De Que Hemos Sido Elegidos

La Santificación Es La Prueba De Que Hemos Sido Elegidos

24 Sep 2008

J.C. Ryle escribe un pequeño artículo acerca de la santificación. En él dice lo siguiente,

Los nombres y el número de los elegidos son secretos que Dios en su sabiduría no ha revelado al hombre. No nos ha sido dado en este mundo el hojear el libro de la vida para ver si nuestros nombres se encuentran en él. Pero hay una cosa plenamente clara en lo que a la elección concierne: los elegidos se conocen y se distinguen por sus vidas santas. Expresamente se nos dice en las Escrituras que son “elegidos… en santificación del Espíritu…” “escogidos… para salvación, mediante la santificación por el Espíritu…” “… los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo…” “… nos escogió… antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos…”. De ahí que cuando Pablo vio “la obra de fe” y el “trabajo de amor” y “la esperanza” paciente de los creyentes de Tesalónica, podía concluir: “Porque conocemos, hermanos amados de Dios, vuestra elección” (1 P. 1.2; 2 Ts. 2.13; Ro. 8.29; Ef. 1.4; 1Ts.1.3-4).

Si alguien se gloría de ser uno de los elegidos de Dios y, habitualmente y a sabiendas, vive en pecado, en realidad se engaña a sí mismo, y su actitud viene a ser una perversa injuria a Dios. Naturalmente, es difícil conocer lo que una persona es en realidad, pues muchos de los que muestran apariencia de religiosidad, en el fondo no son más que empedernidos hipócritas. De todos modos podemos estar seguros de que, si no hay evidencias de santificación, no hay elección para salvación.”

sujetosalaroca.com

Hawking: «La ciencia no deja mucho espacio ni para milagros ni para Dios»

Hawking: «La ciencia no deja mucho espacio ni para milagros ni para Dios»

24.09.08 | Periodistadigital.com

(PD)-. El científico Stephen Hawking, divulgador y cosmólogo conocido por su trabajo en el campo de los agujeros negros, ha afirmado que las leyes en las que se basa la ciencia para explicar el origen del Universo «no dejan mucho espacio ni para milagros ni para Dios».

Hawking, profesor de física teórica de la universidad británica de Cambridge, ha indicado que

«La ciencia está dando cada vez más respuestas a preguntas que solían ser dominio de la religión».

También ha apuntado que

«Observaciones recientes de supernovas lejanas sugieren que la energía oscura está de hecho provocando una aceleración de la tasa de expansión del Universo».

Respecto al gigantesco experimento que se lleva a cabo en el Laboratorio europeo de partículas (CERN) en Ginebra, Hawking ha recordado que ha apostado cien dólares a que no se logrará demostrar la veracidad de la teoría desarrollada por el físico escocés Peter Higgs sobre la forma de las partículas para adquirir masa, demostración que permitiría descifrar la clave del misterio de la formación del Universo.

«Creo que será mucho más interesante que no se encuentre el Higgs. Nos mostraría que algo está mal y que necesitamos volver a pensar sobre ello».

Aunque si ha afirmado que tanto ese experimento como los programas de carácter espacial son «vitales si la raza humana no quiere hacer el ridículo y, eventualmente, perecer».

Respecto a los temores que el experimento del gran colisionar de hadrones (en inglés LHC) levanta acerca de una catástrofe, no ha descartado que éste pueda producir un «microagujero negro», aunque lo ha considerado «improbable«.

Ha señalado que en tal caso «simplemente se evaporaría de nuevo, produciendo un patrón característico de partículas».

EL FUTURO EN EL ESPACIO

Hawking, que se ha declarado admirador de Galileo y Einstein, ha apuntado que «el futuro a largo plazo de la raza humana está en el espacio», ya que «será muy difícil evitar un desastre en el planeta Tierra en los próximos cien años, no ya en los próximos mil o millón de años». El astrofísico, que en abril del año pasado participó en un vuelo especial para experimentar la ingravidez, ha expresado su deseo de viajar al espacio y de «alentar los vuelos espaciales tripulados», en los que espera tomar parte.

Autor de varios libros y conferencias en las que elabora sus teorías sobre la formación del Universo y la composición de los agujeros negros del espacio, ha indicado que «la materia ordinaria de la que están hechos los seres humanos y las estrellas constituye sólo el 5 por ciento de la masa total del Universo».

Ha añadido que «otro 25 por ciento de la masa del Universo se presenta en la forma de materia oscura, que no se puede ver, pero cuya presencia se puede detectar debido a la gravedad». El restante 70 por ciento lo constituye la «energía oscura, una misteriosa forma de energía que provoca que la expansión del universo se acelere, en lugar de frenarse», comentó el físico.

Hawking ha pronosticado que los avances para descodificar completamente la secuencia del genoma humano «permitirán durante el próximo siglo descubrir cómo modificar la inteligencia o instintos tales como la agresividad».

Ha añadido que eso podría generar que «algunos no sean capaces de resistir a la tentación de mejorar características humanas como el tamaño de la memoria, la resistencia a enfermedades o la duración de la vida», pero ha advertido que con la aparición de esos «superhumanos» podrían surgir «problemas políticos graves con los humanos no mejorados, incapaces de competir».

El científico británico, que ha sido invitado a Galicia por la Universidad de Santiago de Compostela (USC), tiene previsto recibir el próximo sábado el premio Fonseca que atribuirá por primera vez esa institución académica.

EFE / LAVANDEIRA JR

Stephen Hawking, durante la rueda de prensa que ha ofrecido esta mañana en Santiago de Compostela. Foto: EFE / LAVANDEIRA JR
EUROPA PRESS | Elperiodico.com
SANTIAGO DE COMPOSTELA

El científico británico Stephen Hawking, reconocido por sus trabajos sobre los agujeros negros en el Universo, está convencido de que «el futuro a largo plazo de la raza humana será en el espacio», ya que considera que «será muy difícil» evitar un desastre en el planeta Tierra. Así lo ha explicado en una rueda de prensa en Santiago de Compostela, con motivo de su visita a Galicia para recoger el sábado el Premio Fonseca.

El científico ha expresado su deseo de ir al espacio para «alentar los vuelos espaciales tripulados». «Si la raza humana debe continuar durante otro millón de años, tendremos que ir, sin vacilación, donde nadie ha ido antes», ha asegurado el científico, que ha insistido en que el futuro de los humanos deberá transcurrir en el espacio.

Bases en otros planteas

Hawking ha recordado que la experiencia con la Estación Espacial Internacional «muestra que es posible que los seres humanos sobrevivan durante meses alejados de la Tierra», a pesar de los «numerosos e indeseables cambios psicológicos y debilitamiento de los huesos» que produce la gravedad cero.

El científico británico ha apuntado que sería deseable establecer una base a largo plazo para que los humanos pudieran estar en un planeta o una luna y apuntó que «perforando la superficie se conseguiría aislamiento térmico y protección frente a meteoritos y rayos cósmicos».

«El planeta o luna podría servir también como fuente de materias primas que serían necesarias si la comunidad extraterrestre tuviera que automantenerse independientemente de la Tierra», ha indicado.

Sin espacio para Dios

Preguntado sobre si las personas seguirán necesitando dioses en el futuro, Hawking dijo que los físicos creen que el Universo está gobernado por leyes científicas, «que deben cumplirse sin excepciones o no serían leyes». «Esto no deja mucho espacio para milagros o para Dios», ha argumentado.

El científico ha advertido de que «la baja estima» en la que se tiene a la ciencia y a los científicos «está teniendo serias consecuencias», pues se vive en una sociedad «crecientemente gobernada por la ciencia y la tecnología y, sin embargo, cada vez menos gente desea meterse en ciencia».

Mejorar la raza humana

Sobre la evolución de la raza, se ha manifestado «seguro» de que durante el próximo siglo se descubrirá cómo modificar, tanto la inteligencia, como instintos tales como la agresividad. No obstante, ha alertado de que algunos «no resistirán la tentación de mejorar características humanas como el tamaño de la memoria, la resistencia a las enfermedades o la duración de la vida».

«Una vez que aparezcan tales superhumanos habrá problemas políticos graves con los humanos no mejorados, que serán incapaces de competir. Presumiblemente morirán o se convertirán en irrelevantes. En su lugar habrá una raza de seres autodiseñados que se mejorarán a sí mismos a ritmos cada vez mayores», ha destacado.

La Religión Rastafari utiliza marihuana en la oración y la meditación.

– La Religión Rastafari utiliza marihuana en la oración y la meditación.

noticiascristianaspuntonet_religion_rastafari_julio11.jpgRPP – Roma, Italia – La Corte de Casación italiana dictaminó hoy que los fieles de la religión rastafariana tienen derecho a poseer grandes cantidades de marihuana pues su práctica religiosa profetiza el uso de esta sustancia en pro de la oración y la meditación.

Con esta medida se favoreció a un hombre de esta religión que fue condenado por un tribunal italiano del centro del país a una pena de un año y cuatro meses de cárcel y 4 mil euros de sanción económica tras ser considerado traficante de drogas.

El sujeto en cuestión alegó ser discípulo de la religión rastafariana, justificando así la posesión de 100 gramos de marihuana que le encontraron en su poder al momento de ser detenido. El acusado detalló a la ley italiana que consume cerca de diez gramos de marihuana al día para meditar según su devoción.

La corte encargada del caso indicó que “según las informaciones adquiridas sobre las características de conducta de los adeptos de esta religión de matriz judía, la marihuana no sólo es usada como yerba medicinal, pues sirve también para obtener el estado psicofísico tendiente a la contemplación en la oración”.

Basándose en estos preceptos, la Corte de Casación dio por anulada la sentencia por no haberse tomado en cuenta las modalidades de conducta de los rastas y consideró que la cantidad de droga encontrada es solo una referencia simplista. Por último, se decidió derivar el caso a un tribunal de segunda instancia en Florencia.

Fuente:

http://www.noticiascristianas.net/archives/1730

Preparan Vestidos Sacerdotales para el Tercer Templo Judío.

 Preparan Vestidos Sacerdotales para el Tercer Templo Judío. 

Concepción, Chile – Los pueblos que se han alejado de Dios y no han sabido interpretar los tiempos y que a su vez han procurado vivir bajo el sol durante el tiempo de su existencia, han debido vagar ciegos en su derrotero, ajenos a la verdad de Dios para la humanidad. Hoy día vivimos en un mundo que se identifica mucho más con vivir más de lo inmediato que de lo eterno; las cosas materiales han pasado a ocupar las prioridades dentro de la vida diaria y el obtener lo bienes modernos se ha transformado en un objetivo de vida.

Los líderes se desviven tratando de descubrir y detectar dichas necesidades en los electores y prometer cumplirlas en una suerte de beneficio mutuo del principio del dar y recibir, “yo prometo y tu me das tu voto”.

Pero es un hecho que las políticas de las naciones desde hace un tiempo ya, apuntan a un mejoramiento del bienestar social de las personas, pero sin afectar a los poseedores de las riquezas mayores, esto en una suerte de juego perverso donde los resultados postreros suelen ser peores que los primeros. Pero aparte de esto, nadie está preocupado del presente y futuro espiritual del pueblo, y aunque la verdadera iglesia se mantiene atenta a esta lucha, muchas veces su voz se ve ahogada por el consumismo y el fuerte grito de la oferta y la demanda que nos inunda y aflige como cristianos.

En los países musulmanes y la misma nación de Israel, todas ellas en gran medida contrarias al mensaje salvador del evangelio de Jesucristo para toda la humanidad, la religión ocupa un lugar preponderante en la vida y el gobierno de sus habitantes, en donde todas las reglas de la vida diaria son marcadas y regidas por la fuerte mano de la una verdadera tiranía religiosa, profundamente contraria a la libertad de culto y de pensamiento, ni hablar de permitir el paso del mensaje cristiano en su seno.

Dice la escritura: “Y Dios estaba en Cristo, reconciliando consigo al mundo… y es que con la obra consumadora del evangelio en Jesucristo Dios nos libra de la necesidad de acudir obligadamente al templo para expiar nuestros pecados como lo hacía el pueblo de Israel, porque El es nuestro eterno y suficiente Salvador. Pablo solo nos recomienda “no dejar de congregarnos” a fin apoyarnos mutuamente y fortalecernos en el Señor, ya que El ya no habita en templos hechos de manos hombres sino en nuestro corazón, en nuestro ser entero, en nosotros mismos llamados a ser “templos del Espíritu santo” y que nuestras vestiduras de poco servían si primero no procuramos vestirnos de los vestidos espirituales aquellos que al ser vistos en nosotros nos permiten ser conocidos como los de Tesalónica gracias a nuestro testimonio. Porque la fe, la templanza y el gozo deben identificarnos como cristianos, asimismo el amor, la paz y paciencia hablarán por nosotros como cartas leídas por los hombres en nuestro quehacer diario. La escritura nos habla además, que el Espíritu nos provee de una armadura que nos protege contra las acechanzas del maligno, la cual nos es entregada a fin nos levantemos como verdaderos soldados del Rey de reyes y nos entrega juntamente con ello el sagrado libro de instrucciones para su uso.

Finalmente en Apocalipsis Juan nos habla de una nueva ciudad, la Nueva Jerusalén la cual desciende del cielo y también de nuevas vestiduras, hechas de algo semejante al lino fino, blanco y resplandeciente las cuales estarán preparadas para la iglesia en su encuentro con el Cordero.

La iglesia es la depositaria de la verdad y por ello debe estar atenta y alerta a las señales que nos entregan los tiempos y procurar mantenerse en la brecha. El mundo a su vez debemos conocerlo y aceptarlo, avanza lento e inexorable al encuentro inevitable con la verdad final, entonces ya no hará falta construir un nuevo templo y cualquier vestidura hecha por manos de hombres será desechada porque ese día nada servirá.

Un grupo de sastres ha comenzado a confeccionar las vestimentas de medio centenar de voluntarios que confían en convertirse en sacerdotes del Tercer Templo de Jerusalén, cuya construcción es uno de los más viejos anhelos del judaísmo y señal de la segunda venida de Cristo para los cristianos.

Los destinatarios de las prendas son los cohanim, casta descendiente de Aarón -sumo sacerdote en la época de Moisés- y responsable de los oficios en el Primer y Segundo Templos, destruidos hace 2,500 y 2,000 años, respectivamente.

Los sastres trabajan en el Instituto del Templo, ubicado cerca del único vestigio del segundo de los santuarios -el Muro de las Lamentaciones-, y que tiene como objetivo concienciar a los judíos de todo el mundo de que el Tercero está al aparecer.

“Por esta razón -dijo Yehuda Glick, su director- hay que prepararse y conocer bien toda la obra que se hacía hace 2,000 años, así como los instrumentos necesarios para las labores sagradas”.

La confección de estos vestidos es una labor titánica, porque la gama de los colores púrpura, blanco y celeste de estos ropajes, según los describe la Biblia, es arcaica.

El rojo púrpura para los cinturones de 16 metros, por ejemplo, proviene del llamado “gusano carmesí”, en realidad un insecto, y que finalmente han encontrado en Turquía.

La investigación ha requerido la participación de cientos de expertos en textiles y colores de todo el mundo, lo que, aun así, no disipa la ambición de completar estas prendas sacerdotales, ni las decenas de instrumentos que se exhiben en el museo, todas ellas en el metal y con el diseño exigido.

Y es que Glick está convencido de que, tras la “milagrosa” creación del Estado de Israel en 1948, la reconstrucción del santuario está en el horizonte. “No sé cuándo, sé que Dios lo facilitará, El hallará el momento”, declaró el director de una entidad que existe hace dos décadas y que ha gastado más de $25 millones en esta misión.

Tradiciones ortodoxas hablan de que el Tercer Templo será “obra divina” y que mientras tanto el hombre no debe interceder más que volviendo al camino de la fe para ganarse el favor de Dios, que después enviará al mesías… y con él el templo.

Además, ningún ultraortodoxo osaría subir al lugar donde se hallaba el santuario, considerado “lugar prohibido” por no conocerse los límites exactos del Lugar Santísimo, y únicamente está autorizado para ello el sumo sacerdote y, sólo, en el Día de la Expiación (Yom Kipur).

Hoy, en esa explanada se alzan las mezquitas del Domo de la Roca y de Al Aksa, y cualquier tentativa de expropiación conduciría a un conflicto religioso que traspasaría los límites de la región.

La segunda Intifada, o de Al Aksa, estalló en el 2000 a raíz de una visita a ese lugar del entonces líder de la oposición israelí, Ariel Sharon, y originó una ola de protestas en el mundo musulmán.

Conocida por éstos como Haram Al Sharif -El Noble Santuario-, es para el islam su tercer lugar más sagrado después de La Meca y Medina, y para los palestinos el corazón espiritual de sus reivindicaciones políticas de un Estado independiente.

http://www.noticiascristianas.net/archives/2508

La ambivalencia de la laicidad y la pervivencia del laicismo

La ambivalencia de la laicidad y la pervivencia del laicismo

21 Sep 2008 

Doctrina

TOMADO DE WWW.CARLISMO.ES

LA AMBIVALENCIA DE LA LAICIDAD Y LA PERMANENCIA DEL LAICISMO: LA NECESIDAD DE RECONSTITUIR EL DERECHO PÚBLICO CRISTIANO

MIGUEL AYUSO

1. De nominibus non est disputandum? o Res denominatur a potiori?

Laicismo y laicidad. Dos términos emparentados. Con significados, por lo mismo, entrelazados. El primero, lo denota el sufijo “ismo”, ligado a una ideología. Una ideología, la liberal, basada en la marginación de la Iglesia de las realidades humanas y sociales. En efecto, el naturalismo racionalista puesto por obra en la Revolución liberal, y condenado por el magisterio de la Iglesia, recibió entre otros el nombre de laicismo. El segundo, relacionado en su inicio con una situación generada por esa ideología en la Francia del último tercio del ochocientos. Así pues, laicismo y laicidad como términos que expresan un mismo concepto.
Hoy, en cambio, parece que hay sectores interesados en contraponerlos. Principalmente el “clericalismo” (tomando el término en el sentido que le daba Augusto del Noce , esto es, la subordinación del discurso político e intelectual católico al dominante en cada momento) y la democracia cristiana. El laicismo agresivo se diferenciaría, así, de la laicidad respetuosa, y la pareja “laicismo y laicidad” se interpretaría disyuntivamente como “laicismo o laicidad”. Pero, ¿resulta fundada una tal oposición? ¿O más bien es dado hallar en la misma un simple matiz entre dos versiones de una misma ideología? Un indicio, entre muchos, y de singular relevancia, nos conduce hacia esta segunda posibilidad: la protesta que hacen los secuaces de la laicidad de respetar la “separación” entre la Iglesia y el Estado, con el consiguiente rechazo de la tesis del Estado católico. Ahora bien, la Iglesia no puede (sin traicionar su misión) dejar de afirmar que hay una ley moral natural, que Ella custodia, y a la que los poderes públicos deben someterse . Esto es, el núcleo del Estado (que no es el Estado moderno sino la comunidad política clásica) católico, de lo que se llama con terminología de origen protestante la “confesionalidad del Estado”, y –con denominación tradicional que presupone una mayoría sociológica– “unidad católica” .
Cuando se afirma que “ninguna confesión (religiosa) tendrá carácter estatal” –según hace, por ejemplo, el artículo 16 de la Constitución española– podría pensarse que no se ha salido del ámbito de esa tesis tradicional, ya que el Estado católico lejos de estatalizar la religión, se somete a su invariante moral del orden político . En la práctica, sin embargo, lo que se está postulando es el agnosticismo político, que no puede sino concluir exigiendo la sumisión de la Iglesia (previo olvido de su misión de garante de esa ortodoxia pública) al Estado: la “laicidad del Estado” siempre termina en la “laicidad de la Iglesia” , esto es, en la pretensión de que ésta renuncie a su misión y se limite a ofertar su “producto” (pura opción) dentro del respeto de las reglas del “mercado”. Esta ha sido siempre la lógica de la laicidad, pero que ahora –pasado el momento fuerte de las “religiones civiles”– se evidencia con toda claridad. Por lo mismo, ante la falsa oposición entre laicismo y laicidad debe proclamarse que “ni laicismo ni laicidad”.

2. Al principio… Non est potestas nisi a Deo.

Sin embargo, no siempre se produjo la confusión de hoy. No es del caso trazar la historia de las relaciones entre religión y política . Pero quizá sí lo sea recordar la constante de su vinculación recíproca y también el carácter moral de las instituciones y del poder político. Éste no es simple fuerza, sino que viene modalizado por su dimensión humana y moral . Tanto en su origen, pues no hay poder que no venga de Dios, como en su ejercicio, ya que se orienta al fin de –disciplinando las relaciones entre los hombres en sociedad– permitir que éstos sean más plenamente hombres. De ahí se deduce la exigencia (moral y aun religiosa) de obedecer los dictados del poder, cualquiera que sea el gobernante, pero también la posibilidad de desautorizarlo (en principio en cuanto a actos singulares, pudiendo llegar incluso a la resistencia y, en la escuela española, al tiranicidio) cuando deja de orientarse a su finalidad .
Igualmente, ese fundamento religioso del origen y ejercicio del poder no elimina su autonomía. En puridad esto ha ocurrido siempre, en el seno de cualquier civilización, pues la teocracia (por lo demás desconocida en el mundo cristiano pero no en otros universos culturales) no deja de ser un doble “truco” para disimular que en realidad Dios no gobierna directamente el mundo, sino por medio de causas segundas, y que hacer del gobernante el oráculo de Dios destruye la acción humana como libre y responsable, presidida por la virtud de la prudencia . Sin embargo, aunque la autonomía del poder temporal respecto del espiritual se pueda encontrar en el fondo de cualquier civilización, cuando se acierta a destapar –como se ha visto– el truco mendaz de la teocracia, su articulación más plena pertenece sólo al cristianismo. Éste conoce cosas de Dios y cosas del César. Éste exige también la Iglesia, distinta –a lo largo del tiempo– del Imperio, de los reinos y del Estado, constituida en autoridad que limita las potestades temporales. Así pertenece en exclusiva al cristianismo la existencia de un ámbito profano, laico, “distinto” pero no “separado” del ámbito religioso . Lo que se conoce como el régimen de Cristiandad articula esa dualidad, armónica y convergente más que polémica, aunque no exenta de conflictos, causados de sólito por la pretensión del poder temporal de arrogarse el derecho de definir la verdad (propio de la autoridad) o, en otras ocasiones, por el envilecimiento de ésta al conducirse como un poder. El cuadro de la Cristiandad, con sus luces y sus sombras, es de –en la famosa descripción leonina– la dichosa edad aquella en que la filosofía cristiana gobernaba las comunidades.

3. El Estado moderno y sus transformaciones: la puesta en plural del pecado original y la doctrina social de la Iglesia como contestación cristiana del mundo moderno.

Esta autonomía de lo temporal, tras el surgimiento del Estado, sufrirá una inflexión. El Estado, que es un orden territorial cerrado, nació para poner fin a las guerras de religión, de las que el mundo hispánico se vio libre por su unidad católica, de modo que se asentó como instancia de neutralización, indiferente ante las religiones. Pero, por otra parte, la Reforma protestante puso en marcha un proceso de secularización cuyas fases se han ido apurando hasta llegar a la situación presente . Primero independizando el orden humano del divino y dejando la religión como puro elemento político: cuius regio, eius et religio. Después poniendo el fundamento de la comunidad de los hombres en la voluntad humana, verdadera puesta en plural del pecado original . Más adelante, separando las distintas formas de la sociabilidad humana del influjo religioso, alcanzando –finalmente– hasta la propia familia en tal empeño .
La cuestión teológica y moral se hace política, social y familiar. De ahí el surgimiento de la doctrina social y política de la Iglesia stricto sensu(lato sensu es muy anterior), pues conforme la herejía se va tornando política y social, la respuesta a la misma ha de desenvolverse en ese orden: por eso el magisterio eclesiástico haya tenido en la edad contemporánea el carácter diferencial de ocuparse, de un modo inusitado en siglos anteriores, de cuestiones de orden político, cultural, económico-social etc. La doctrina social de la Iglesia aparece, por lo mismo, vinculada a la teología, y más concretamente a la teología moral, lo que la separa tajantemente de ideologías y programas políticos. Brota de formular cuidadosamente los resultados de la reflexión sobre la vida del hombre en sociedad a la luz de la fe y busca orientar la conducta cristiana desde un ángulo práctico-práctico o pastoral, por lo que no puede desgajarse de la realidad que los signos de los tiempos imponen y que exige una constante actualización del “carisma profético” que pertenece a la Iglesia. En consecuencia, concierne directamente a la misión evangelizadora de la Iglesia, ofreciéndonos todo un cuerpo de doctrina centrado en la proclamación del Reino de Cristo sobre las sociedades humanas como condición única de su ordenación justa y de su vida progresiva y pacífica.
En puridad tal doctrina no es meramente reactiva, sino afirmativa, aunque incorpore elementos de rechazo del mundo moderno, por lo que converge con la doctrina y las acciones denominadas contrarrevolucionarias, esto es, opuestas a la Revolución, entendida ésta como acción descristianizadora sistemática por medio del influjo de las ideas e instituciones . De consuno, pues, la filosofía política contrarrevolucionaria y la doctrina social de la Iglesia han consistido en una suerte de “contestación cristiana del mundo moderno”. Hoy, no sé hasta qué punto su sentido histórico –el de ambas, aunque de modo distinto– está en trance de difuminarse, pero en su raíz no significó sino la comprensión de que los métodos intelectuales y, por ende, sus consecuencias prácticas y políticas, del mundo moderno, de la revolución, eran ajenos y contrarios al orden sobrenatural, y no en el mero sentido de un orden natural que desconoce la gracia, mas en el radical de que son tan extraños a la naturaleza como a la gracia .

4. La ruina espiritual de un pueblo por efecto de una política.

De ahí que se pueda afirmar como moralmente cierta, sin caer en confusión de planos o incurrir en una interpretación errónea de lo que pertenece al Evangelio y a la vida cristiana, la conexión entre los procesos políticos y la descristianización que se ha producido en los últimos siglos, especialmente en los últimos decenios, de modo singular en España: “Precisamente porque aquel lenguaje profético del Magisterio ilumina, con luz sobrenatural venida de Dios mismo, algo que resulta también patente a la experiencia social y al análisis filosófico de las corrientes e ideologías a las que atribuimos aquel intrínseco efecto descristianizador. Lo que el estudio y la docilidad al Magisterio pontificio ponen en claro, y dejan fuera de toda duda, es que los movimientos políticos y sociales que han caracterizado el curso de la humanidad contemporánea en los últimos siglos, no son sólo opciones de orden ideológico o de preferencia por tal o cual sistema de organización de la sociedad política o de la vida económica (…). Son la puesta en práctica en la vida colectiva, en la vida de la sociedad y de la política, del inmanentismo antropocéntrico y antiteístico” .
Por eso se ha hablado de “la ruina espiritual de un pueblo por efecto de una política”. Sin embargo, no puede obviarse que tal política, en el caso español objeto de examen, y aun en una consideración más universal, fue no sólo avalada sino en algún modo incluso impulsada por el Vaticano, que estaría en el origen de esa política que habría producido la ruina espiritual de nuestro pueblo.
La trayectoria histórica de España en relación con la presencia socialmente operante de la fe católica ha presentado, sin duda, caracteres especiales en la Edad moderna, ligados a la identificación de España con la Cristiandad decadente, a la que sucede tras la expansión americana en una suerte de christianitas minor que prolongó el primado de la Iglesia cuando en el “concierto europeo” comenzaba a imponerse el primado del Estado (moderno). En la Edad contemporánea, por su parte, la revolución liberal, tras la senda de la –entre nosotros– excepcional heterodoxia del dieciocho, introdujo una herida en esa cristiandad de residuo, dejando sólo una christianitas minima, la del pueblo tradicional en combate –bélico con frecuencia– contra la pretensión de fundar un “orden” neutro, coexistente, sin referencia a la comunidad de fe y prescindente de la unidad católica . Varias veces derrotada, pero nunca vencida definitivamente, rebrotará en el siglo XX en la ocasión singular de la guerra de 1936-1939 y sólo parecerá secarse con los cambios del desarrollismo tecnocrático de los sesenta y, sobre todo, tras el cambio constitucional que implicó un fugaz éxito de la aconfesionalidad, con la “nueva laicidad”, esto es, la que no se alza contra la Iglesia sino que la ha penetrado hasta el punto de asumir la “separación” del orden temporal y del religioso. La nueva laicidad no es otra que el viejo laicismo, en versión postmoderna, en el fondo radicalizada por su carga disolvente, y que ha invadido a la propia Iglesia. Así, el arbusto se ha convertido en un gran árbol cuya sombra llega a donde nunca se hubiera sospechado .

5. Las incoherencias de la predicación actual y la reedificación del derecho público cristiano.

Por ello, en la coyuntura presente el gran asunto es el que un gran obispo español acertó a cincelar en una frase no complaciente: “Iglesia y comunidad política: las incoherencias de la predicación actual descubren la necesidad de reedificar la doctrina de la Iglesia”.
Juan Pablo II, en uno de los últimos actos de su pontificado, dirigió una carta a los obispos franceses en el centenario de la Ley francesa de separación de la Iglesia y el Estado, de 1905, condenada por san Pío X en Vehementer nos(1906). En la carta comienza afirmando, por el contrario, que “el principio de la laicidad, al que vuestro país se halla tan ligado, si se comprende bien, pertenece a la doctrina social de la Iglesia”. Frase equívoca, máxime si se tiene en cuenta que se dirige a los obispos de Francia en ocasión de una ley francesa. Pero la ambigüedad se prolonga acto seguido, a través del recordatorio “de la necesidad de una justa separación entre los poderes”. Pues, por vez primera, no es la “distinción” entre los poderes la que se reclama, sino la “separación”. Equívoco agravado por el hecho de que la ley de 1905 llevaba en su rúbrica precisamente el término “separación. Finalmente, la carta da un paso más, al establecer que “el principio de no-confesionalidad del Estado, que es una no-inmisión del poder civil en la vida de la Iglesia y de las diferentes religiones, como en la esfera de lo espiritual, permite que todos los componentes de la sociedad trabajen al servicio de todos y de la comunidad social”.
Así pues, no salimos de la ambigüedad en ese terreno. Con graves consecuencias. Pues la Iglesia no acierta a reafirmar el derecho público cristiano.

– Grave Persecusión en la India.

– Grave Persecusión en la India.

Nueva Delhi, India – El Pastor Cristiano de la India Stephen Prasad, director del ministerio GPS ministry – GPSMinistry.com – que trabaja entre la gente pobre de la India en varias comunidades con un grupo importante de pastores a su cargo, nos informa lo siguiente:

En Bangalore, el RSS (Uno de los grupos terroristas del hinduismo) planea matar pastores cristianos y han incendiado la noche del 14 de Septiembre 20 iglesias. Asimismo, ha trascendido que planean destruir 200 templos en Orissa.

Por otra parte, BJP (otro de los grupos terroristas del hinduismo) tiene el objetivo de matar 200 pastores próximamente.

Solicitamos oración URGENTE por estos siervos de Dios para que sean guardados y que sean confundidos los enemigos a fin de que el Evangelio de Cristo siga creciendo en esa conflictiva nación.

Tres nuevos asesinatos de cristianos en India, entre ellos un sacerdote

El arzobispo de Génova denuncian la “ola de cristianofobia” en India y otros países
MUMBAI, martes 23 de septiembre de 2008 (ZENIT.org) Un sacerdote y dos laicos han sido asesinados en las últimas horas en India, según informó ayer la agencia católica italiana Asianews. Mientras, continúan los ataques a iglesias y centros cristianos en los estados de Orissa, Chhattisghar, Madhya Pradesh, Karnataka y Kerala.

El sacerdote católico asesinado se llamaba Samuel Francis, y pertenecía a la diócesis de Meerut (Agra, a 400 km de Nueva Delhi). Era muy conocido por llevar una vida ascética a la manera tradicional india, y por ser un carismático promotor del diálogo interreligioso, tanto con los hindúes como con los musulmanes. Su cuerpo fue encontrado ayer maniatado y con heridas en la cabeza en el ashram (monasterio) en que vivía.

Por otro lado, en las últimas horas, dos cristianos fueron asesinados, y sus cuerpos despedazados y tirados a un estanque en el estado indio de Orissa. Uno de ellos había sido capturado por los extremistas mientras trataba de huir con su familia a un campo de refugiados.

Según denuncia el Consejo de las Iglesias de India (All India Christian Council), sólo en Orissa han sido asesinados ya 37 cristianos, entre ellos dos pastores protestantes; más de 4.000 casas han sido quemadas, y cerca de 50.000 fieles han huido a los campos o a refugiarse en la selva.

Los principales objetivos de los radicales, denuncia el Consejo, son los sacerdotes, las monjas y sus familias, que incluso deben esconder su identidad en los campos de refugiados para no ser detectados por la policía y por los extremistas.

También se han detectado nuevos ataques a iglesias en Bangalore, donde incluso han sido profanadas las especies eucarísticas, y dos iglesias en Kerala de rito siro-malabar, consideradas patrimonio histórico ya que se remontan a la Edad Media (una de ellas, la catedral de los Jacobitas, fue construida en el año 825).

“Ola de cristianofobia”

Sobre estos sucesos se pronunció ayer el cardenal Angelo Bagnasco, arzobispo de Génova y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), quien denunció la “persecución anticristiana que se está llevando a cabo en India, en Iraq y en otras partes del mundo”.

En su discurso con motivo de la reunión del Consejo Permanente de la CEI, que tiene lugar estos días en Roma, el cardenal se refirió especialmente a la “ola de cristianofobia” en India, y denunció que “el desprecio a la ley, la impunidad de los culpables, la desinformación de la prensa, la vergüenza de los políticos locales y el silencio de la comunidad internacional”.

El cardenal Bagnasco recordó que ante estos crímenes “sólo se ha levantado la voz del Papa”, a la que se unieron los obispos italianos, convocando una jornada de oración el pasado 5 de septiembre.

Recordó también las persecuciones que padecen los cristianos en Pakistán, y el “calvario” de Iraq, donde otros dos cristianos han sido asesinados en los últimos días.

Por un lado, el cardenal Bagnasco recordó el deber de los cristianos de rezar y mostrar su solidaridad con los que sufren persecución: “en la Iglesia nadie es extranjero; si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él”.

Por otro lado, hizo un llamamiento a los políticos, los intelectuales y la opinión pública, para que “vuelvan su atención al tema de la libertad religiosa, que es piedra angular de la civilización y los derechos del hombre, y garantía del auténtico pluralismo y de la verdadera democracia”.

“La libertad religiosa no es algo opcional que los Estados conceden a los ciudadanos más insistentes, ni una concesión paternalista reconducible al principio de la tolerancia”, explicó, sino “el baluarte de las libertades y el criterio último de salvaguarda de las mismas”.

El cardenal Bagnasco advirtió, finalmente, que existe el riesgo de que “la llamada cristianofobia” llegue a la propia Europa, mediante “la separación entre fe y razón, y entre fe y vida pública”, como lo demuestran “la práctica del relativismo, los excesos antirreligiosos y anticristianos, y la regresión ética y cultural de la sociedad”.

“La Sagrada Escritura es esencial para conocer a Cristo” (Parte I)

“La Sagrada Escritura es esencial para conocer a Cristo” (Parte I)

Entrevista al cardenal jesuita Albert Vanhoye

ROMA, martes, 23 septiembre 2008 (ZENIT.org).- “La Sagrada Escritura es esencial para conocer a Cristo”, explica en esta entrevista el cardenal Albert Vanhoye, uno de los biblistas contemporáneos más reconocidos en el mundo, cuando faltan pocos días para el próximo Sínodo de los Obispos.

El cardenal Vanhoye, jesuita, ex rector del Instituto Bíblico Pontificio y ex secretario de la Comisión Bíblica Pontificia, nació el 24 de julio de 1923 en Hazebrouck, en la diócesis de Lille, en el norte de Francia, cerca de la frontera con Bélgica.

De 1963 a 1998, fue profesor del Instituto Bíblico Pontificio de Roma, donde ejerció una intensa actividad didáctica en la enseñanza de exégesis del Nuevo Testamento y diversos cursos y seminarios sobre su especialidad.

Participó activamente en la redacción de documentos de la Comisión Bíblica Pontificia, en el surco del trabajo iniciado por el Concilio Vaticano II, tales como: “La interpretación de la Biblia en la Iglesia”, 1993, y “El pueblo judío y las sagradas Escrituras en la Biblia cristiana”, 2001.

Como reconocimiento a su servicio a la Iglesia en este campo, Benedicto XVI lo creó cardenal en el Consistorio del 24 de marzo de 2006. El mismo Papa lo nombró miembro del próximo Sínodo de los Obispos del mundo, que se celebrará en Roma en octubre sobre “La Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia”.

En esta entrevista concedida a Zenit, explica lo que es para él la Biblia y lo que espera de la citada asamblea mundial de obispos. La segunda parte se publicará en el servicio de mañana.

–¿Cómo y cuándo empezó a interesarse en el estudio de la Palabra de Dios?

–Cardenal Vanhoye: Mi interés por la palabra de Dios empezó ciertamente desde la infancia pero se ahondó e intensificó especialmente con el estudio de la teología. Cuando me preparaba para la ordenación sacerdotal, me apasioné con el Evangelio de Juan. Pude estudiarlo porque, antes de la teología, durante dos años, tuve que enseñar griego clásico de nivel superior a jóvenes jesuitas que se preparaban para graduarse en la Sorbona de París. Por tanto, estaba en contacto directo con los textos griegos tanto del Nuevo como del Antiguo Testamento.

En especial, estudié el tema de la fe en el Evangelio de Juan, un tema evidentemente fundamental. Para Juan, la fe consiste en creer en Cristo Hijo de Dios, que no es simplemente la adhesión a las verdades reveladas sino que es sobre todo adhesión a una persona que es Hijo de Dios, que hace la obra del Padre, en unión con el Padre y que nos invita también a nosotros a hacer su obra.

–Posteriormente se convirtió en uno de los mayores especialistas en la Carta a los Hebreos…

–Cardenal Vanhoye: De este estudio de San Juan, salieron algunos artículos pero por cuestión de tiempo –tenía que ejercer la docencia–, no pude continuar esta trabajo. Al mismo tiempo, me di cuenta de que había encontrado cosas muy interesantes en la Carta a los Hebreos y que, por tanto, podía, dedicando algunos meses cada año, preparar una tesis sobre este escrito, entonces poco estudiado.

Por tanto, mi interés se concentró en la Carta a los Hebreos, que es un escrito muy profundo, una síntesis de cristología bajo el aspecto sacerdotal. Admiro siempre la profundidad de esta carta que en realidad es una homilía en la que el misterio de Cristo es presentado en todas sus dimensiones, desde la dimensión más alta de Cristo Hijo de Dios, esplendor de la gloria de Dios, impronta de su sustancia, hasta el Cristo nuestro hermano, que asumió toda nuestra miseria y se abajó al nivel de los condenados a muerte, precisamente para introducir allí todo su amor y abrir una vía que llega hasta Dios.

Por otra parte, la Carta a los Hebreos manifiesta un conocimiento verdaderamente extraordinario del Antiguo Testamento y el sentido del cumplimiento del mismo con las tres dimensiones –de correspondencia, de ruptura en algunos aspectos y, naturalmente, de superación–, cumplimiento completo.

La Providencia ha hecho que yo haya podido consagrar verdaderamente toda mi vida a la profundización de la Escritura para provecho de tantos estudiantes de todo el mundo. Por tanto, agradezco al Señor haberme dado este privilegio.

–¿Cuáles fueron sus premisas para el estudio de la Biblia?

–Cardenal Vanhoye: Fueron claramente premisas de fe. La Biblia es un texto que expresa la fe. Para acogerla de modo serio y profundo, hay que estar en la corriente que la produjo. Por tanto, acercarse al texto inspirado con una actitud de fe es esencial. Por otra parte, existe también la convicción de que la Biblia es al mismo tiempo un libro histórico, no una palabra simplemente teórica; es una revelación con hechos, con eventos; una realidad existencial histórica que, por tanto, hay que acoger bajo este aspecto.

–En todos estos años de estudio de la Palabra de Dios, ¿qué le ha estimulado más a seguir su investigación, a pesar de las dificultades del ambiente exegético o incluso del mismo trabajo? ¿Cuáles son sus motivaciones más profundas?

–Cardenal Vanhoye: Ciertamente la convicción de que la Sagrada Escritura es esencial para conocer a Cristo, para seguirle, para investigar todas las dimensiones del misterio de Cristo. La estrecha relación entre investigación exegética y profundización de la fe y de la vida espiritual. Esto ha hecho que no haya dudado nunca en estudiar, investigar y emplear todas mis fuerzas y mis capacidades en este estudio de importancia fundamental para la vida de la Iglesia.

–¿Cuáles han sido los frutos del contacto con la Palabra más valiosos para su vida sacerdotal?

–Cardenal Vanhoye: La Palabra de Dios ha nutrido mi vida espiritual de modo muy fecundo. Por ejemplo, cuando era todavía estudiante del Instituto Bíblico Pontificio, realicé un estudio sobre dos frases del Evangelio de Juan que expresan la relación entre la obra de Jesús y la obra del Padre. Jesús ha recibido el don de las obras.

En dos frases, Jesús habla de las obras que el Padre le ha entregado. Vi la insistencia: “Mi padre trabaja siempre y yo también trabajo” (Juan 5, 17). Un tema muy importante para la profundización de la vida espiritual no sólo de modo especulativo sino especialmente en el mismo actuar. Del mismo modo que el Padre entregaba sus obras a Jesús, este nos da las nuestras.

Este es un punto que me alimenta: debo hacer siempre con el Señor la obra del Señor. Y he
comprendido por otra parte que, para hacer con el Señor la obra del Señor, es esencial estar unidos al Corazón del Señor, porque la obra del Señor no es una obra administrativa que se puede hacer con cierto desapego, sino una obra de amor.

Esta para mí es una orientación hermosa, profunda y exigente a la que vuelvo siempre. Es Él el autor principal, yo soy un pobre y modesto ayudante, pero que se debe empeñar, porque la obra es importante, una obra hermosa que hace el Señor. En mi relación con la Escritura, esto es lo más importante.

–¿Qué falta hoy en la Iglesia para que la Escritura entre cada vez más en la vida espiritual de los fieles?

–Cardenal Vanhoye: Faltan dos cosas principales: por una parte, los medios, los instrumentos, los materiales que puedan ayudar a los fieles a acoger bien la Palabra de Dios; y, por otra, la meditación de los fieles sobre los textos de la Biblia. Las dos cosas están ya presentes, gracias a Dios, en la vida de la Iglesia, y se han hecho más presentes gracias al Concilio Vaticano II. Sin embargo, queda siempre algo en lo que progresar: por una parte, educar a los fieles a acoger bien la Palabra de Dios y a acogerla no sólo en la mente, sino en el corazón y en la vida. Esto es claro. Hay que educar a los fieles en esto.

Y, por otra parte, para que esto sea realmente efectivo, es indispensable que los fieles mediten la
Palabra de Dios y reflexionen sobre ella. Y así su vida se transformará poco a poco por la fuerza de la Palabra de Dios.

–Como ha afirmado repetidamente el Papa Benedicto, la Lectio Divina puede ser un medio muy adecuado a este fin.

–Cardenal Vanhoye: Ciertamente la Lectio Divina es un método de profundización muy serio en la Escritura inspirada. Pero para que influya en la vida de los fieles es necesario que el último paso sea precisamente la aplicación a la vida. Es posible una Lectio Divina que se contente en ser sólo una consideración atenta del texto; y luego una meditación. Pero debe completarse con el compromiso del fiel a aplicar, a recibir verdaderamente en su vida la Palabra de Dios, a hacerla no sólo presente sino operativa.

Este método tiene el gran mérito de llevar la atención primero hacia el texto bíblico considerado en sí mismo, en su significado exacto, concentrar el esfuerzo de atención en él antes de hacer especulaciones que podrían no tener ninguna relación con el texto. La Lectio Divina parte de la ‘lectio’, de la lectura atenta. El cardenal Martini insistía en esto cuando convocaba en la catedral de Milán reuniones de Lectio Divina.

Luego, hay que meditar, ver la relación con la situación actual de los creyentes. A continuación, se trata de asumir actitudes espirituales de contemplación, de unión con Dios, etc. Pero, como he dicho, hay que extender también la Lectio Divina a una transformación de vida.

[Por Lucas Teixeira, traducido del italiano por Nieves San Martín]

«Nuestra fe nace del encuentro con Cristo resucitado», precisa el Papa

Vaticano
Audiencia General

«Nuestra fe nace del encuentro con Cristo resucitado», precisa el Papa

.- En la Audiencia General de hoy celebrada en la Plaza de San Pedro, el Papa Benedicto XVI precisó que «nuestra fe no nace de un mito, ni de una idea, sino del encuentro con el Resucitado, en la vida de laIglesia«.

Ante miles de personas congregadas en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre dedicó la catequesis de hoy a hablar de la relación de San Pablo con los Apóstoles ya que aunque él «fue contemporáneo de Jesús de Nazaret nunca tuvo la ocasión de encontrarlo durante su vida pública» y por ello «sintió la necesidad de consultar a los primeros discípulos del Maestro para llevar el Evangelio hasta los confines del mundo«.

Por esa razón, explicó el Papa, en la Epístola a los Gálatas, Pablo habla de sus encuentros con Pedro, Santiago y Juan a quienes reconoce como «columnas de la Iglesia» y en la Epístola a los Corintios dice que las palabras de Cristo en la Última Cena, son para él «el centro de la vida de la Iglesia».

«Las palabras de la Cena atestiguan por una parte que la Eucaristía ilumina la maldición de la Cruztransformándola en bendición y por otra, explican el alcance de la muerte y la resurrección de Jesús. De la Eucaristía y en la Eucaristía se edifica la Iglesia y se reconoce como ‘Cuerpo de Cristo’, alimentado cada día por la potencia del Espíritu de Cristo», prosiguió.

Seguidamente el Pontífice hizo hincapié en que en la referencia del acontecimiento de la Resurrección del Señor, «el empleo del verbo ‘es resucitado’ y no ‘fue resucitado’. La forma verbal se elige para subrayar que laresurrección de Cristo incide hasta el presente en la existencia de los creyentes: podemos traducirlo con ‘ha resucitado y sigue viviendo en la Eucaristía y en la Iglesia'».

Además, señala el Papa, la importancia que Pablo otorga a la «Tradición viva de la Iglesia, que transmite a sus comunidades, demuestra lo equivocada que es la visión de los que atribuyen a Pablo la invención del cristianismo: antes de evangelizar Jesucristo, su Señor, lo encontró en el camino de Damasco y lo frecuentó en la Iglesia, observando la vida en los Doce y en los que lo siguieron por los caminos de Galilea».

Luego Benedicto XVI indicó que en las siguientes catequesis «tendremos la oportunidad de profundizar en la aportación de Pablo a la Iglesia de los orígenes; pero la misión recibida del Resucitado relativa a la evangelización de los gentiles necesita ser confirmada y garantizada por aquellos que le dieron la mano derecha en señal de aprobación y acogida».

Finalmente, el Papa destacó que «cuanto más intentamos hallar las huellas de Jesús de Nazaret por los caminos de Galilea tanto más entendemos que Él se hizo cargo de nuestra humanidad, compartiéndola en todo menos en el pecado. Nuestra fe no nace de un mito, ni de una idea, sino del encuentro con el Resucitado, en la vida de la Iglesia».

 

Noticias Relacionadas

La ciencia, a examen

«A mí no me importa a qué raza pertenece: si es blanco, negro o amarillo. Es un hombre y no puede haber nada peor.»  Mark Twain

Nora Bär | Ver perfil

Viceversa

La ciencia, a examen

Por Nora Bär |La Nacion

Miércoles 24 de setiembre de 2008 

El último número de la revista Redes , que edita el Instituto de Estudios sobre la Ciencia y la Tecnología de la Universidad de Quilmes, informa que acaba de formarse la Red de Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología.

Es un espacio que se propone vincular a historiadores, sociólogos, economistas, politicólogos, ingenieros, educadores y antropólogos, entre otros, preocupados por el abordaje de la ciencia no como una acumulación aséptica de conocimiento, sino como una práctica cultural profundamente inmersa en su tiempo y sometida a presiones económicas, sociales, ideológicas, éticas y morales.

La Red es una señal de que los grupos locales de investigación en este campo de estudios, que desde los años setenta vienen impulsando la reflexión sobre la ciencia y la tecnología con una lente crítica, están creciendo y llegando a la madurez.

Dos de los más destacados trabajan activamente en el citado instituto de la Universidad de Quilmes y en el Centro de Estudios de Historia de la Ciencia y la Técnica José Babini, de la Universidad de San Martín.

Precisamente, en la misma edición de Redes se publica un interesante dossier, que reúne ponencias presentadas en el primer congreso argentino sobre el tema y analiza la utilidad y pertinencia (¿por qué?; ¿para quién?) de la disciplina en esta parte del mapa.

«En la medida en que se avanza en un conocimiento más profundo sobre la ciencia y la tecnología en la región, y se proponen estrategias de intervención, la dimensión crítica es un componente central», afirma Pablo Kreimer, director de la revista. Por su parte, Diego Hurtado de Mendoza no sólo enumera los principales aportes teóricos que se le deben a esta área de estudios (por ejemplo, «que permite saber que la producción de conocimiento no es inocente», «que sus aplicaciones no son productos neutros», «que la actividad científica no hace a las sociedades mejores a priori», «que no soluciona los problemas de pobreza o la creciente desigualdad económica», entre otros), sino que además pone en tela de juicio los esfuerzos por promover la ««cultura científica» de los ciudadanos».

«Se cree que no hacen falta comunicadores con maestrías o doctorados en el tema», lamenta Hurtado de Mendoza. Y también advierte: «Anualmente, alrededor de 100.000 alumnos deben cursar una materia obligatoria de epistemología en el Ciclo Básico Común de la Universidad de Buenos Aires. Allí se les habla profusamente de Popper y Hempel […], pero ni una palabra sobre quiénes fueron Bernardo Houssay, Enrique Gaviola u Oscar Varsavsky, o de dónde salieron el Conicet, el Inta o el Inti», advierte. Según el investigador, por otra parte, se está difundiendo una imagen irreflexiva y unidimensional de una actividad que es compleja y encierra procesos de significados «densos».

Admirable o intrascendente, heroica o deleznable, sometida a modelos impuestos o independiente, mercantilista o solidaria, la maquinaria científica es, en suma, un «producto» profundamente humano…

ciencia@lanacion.com.ar

A quien le interesó esta nota además leyó:

24.09.2008 | La onda expansiva se sintió en Nueva York
24.09.2008 | La necesidad de dar un salto de calidad
24.09.2008 | «En Buenos Aires, las maletas eran puestas en camionetas»
24.09.2008 | Treinta kilos menos y 120 minutos con sorpresas
24.09.2008 | Un chavista que cambió de bando

Otras Noticias

APOLOGETICA CATÓLICA IX

APOLOGETICA CATÓLICA IX

LA INFALIBILIDAD PAPAL

LA IGLESIA DE ROMA dice que el concilio general de la iglesia y el papa no pueden equivocarse cuando hacen declaraciones oficiales en materia de fe y costumbres, y que la infalibilidad reside solamente en ellos. Todos los pronunciamientos del papa, así hechos, deben ser creídos por los fieles, y todo lo que mande debe ser obedecido.

 Lo extraño es que esta declaración católico-romana no fue articulo de fe hasta el año 1870, y esto después de siglos de lucha verbal no sólo entre romanistas y protestantes sino entre romanistas y romanistas. Los papas habían actuado como si fueran infalibles, aunque con mucha oposición, por varios siglos antes de que la infalibilidad fuera declarada en el Concilio Vaticano en 1870. Un caso saliente de oposición se dio en el año 1682, en el que la iglesia católica francesa acordó que, aunque el papa era cabeza de la iglesia y lo que él promulgaba se aplicaba a toda la iglesia, esto no debería ser tenido como infalible hasta que tuviera la aprobación del concilio general. En tales circunstancias los creyentes católicos se vieron en la anómala situación de tener que obedecer a dos autoridades, que se negaban a reconocer la autoridad infalible de la otra.

 No solamente estaban los papas contra los concilios, sino que unos papas no convenían con otros. El dogma de la infalibilidad papal pasó y fue promulgado a la fuerza en el Concilio Vaticano de 1870. Nótese la fecha, más de mil ochocientos años después del origen de la historia de la iglesia. Las palabras «a la fuerza» se emplean aquí porque describen exactamente lo que ocurrió, según lo atestiguan las palabras que pronunció el Obispo Strossmayer en el mismo concilio:

 «La historia levanta su voz autorizada para asegurarnos que algunos papas han errado. Uds. podrán protestar contra ello, o negarlo, si les parece, pero yo se lo puedo probar. El papa Víctor primeramente aprobó el montanismo, y luego lo condenó. Liberio (año 358) convino en la condenación de Atanasio e hizo profesión de arrianismo, a fin de que se le levantara el destierro y se le colocara de nuevo en su sede. Gregorio I (578-590) llama anticristo a cualquiera que se dé título de «obispo universal,» y Bonifacio III (607-608) por el contrario hizo que el patricida emperador Forcas le concediera a él ese título. Pascual II (1088-1099) y Eugenio III (1145-1153) sancionaron el duelo; Julio II (1509) y Pío IV (1569) lo prohibieron. Eugenio IV (1431-1439) aprobó el Concilio de Basilea y la restitución del cáliz a la Iglesia de Bohemia; Pío II (1458) revocó tal concesión. Adriano II (867-872) declaró válido el matrimonio civil; Pío VII (1800-1823) lo condenó. Sixto V (1585-1590) compró una edición de la Biblia y recomendó su lectura por medio de una bula; Pío VII (1800-1823) condenó la lectura de la misma. Clemente XIV (1700-1721) suprimió la orden de los jesuitas, autorizada por Paulo III, y restablecida por Pío VII. Por consiguiente, si Uds. proclaman la infalibilidad del actual Papa (Pío IX) deberán probar lo que es imposible de probar, es decir, que los papas nunca se contradijeron entre sí, o tienen que declarar que el Espíritu Santo les ha revelado a Uds. que la infalibilidad del papa data solamente del año 1870. Así atreverán Uds. a hacer esto?

 «Yo digo que, si Uds. decretan la infalibilidad del actual Obispo de Roma, deben también dejar establecida la infalibilidad de todos los que lo han precedido, sin excluir a ninguno; pero ¿pueden Uds. hacer tal cosa, cuando la historia deja sentado con claridad meridiana que los papas han errado en su enseñanza? ¿Pueden Uds. hacerlo y sostener que algunos papas avariciosos, incestuosos, criminales, simoníacos han sido los vicarios de Jesucristo? . . . Créanme, la historia no se puede rehacer, está ahí y quedará así por toda la eternidad para protestar enérgicamente contra la infalibilidad papal.»

 

A pesar de todas las protestas que se levantaron, el concilio declaró la infalibilidad. Pero ¿cómo se hizo la votación?

 En la primera votación hubo 418 votos a favor de la infalibilidad y 146 en contra, con algunas abstenciones. Después de haberse discutido largamente por espacio de varios meses, se tomó una segunda votación, que resultó en 534 votos en favor de la infalibilidad, dos en contra y 106 que no votaron. Algunos de estos últimos estaban ausentes por enfermedad; pero la gran mayoría no quiso asistir. Como último recurso los dos votos disidentes se sometieron a la voluntad de la mayoría, y se promulgó el dogma de la infalibilidad papal. Muchos teólogos y profesores en Alemania, Suiza y Austria se resistieron a tal decisión, sin embargo, y al año siguiente, 1871, se separaron de Roma formando una nueva organización que se llamó la Antigua Iglesia Católica.

 Así terminó la lucha. Los desordenes políticos, que acompañaron el establecimiento del nuevo Reino de Italia, impidieron la continuación del Concilio Vaticano, que se dispersó sin poder clausurar oficialmente sus sesiones. Desde entonces no se ha convocado otro concilio general de la iglesia, y el Papa, que se declaró a sí mismo prisionero-víctima en el Vaticano, se encerró en su palacio, despojado de sus territorios, pero conservando para sí y sus sucesores el despojo de la infalibilidad como su única prerrogativa.

 Cuando muere un papa, la elección del siguiente se hace por el cómputo de los votos del colegio de cardenales, todos los cuales son hombres falibles, o sería mejor decir por una serie de cómputos a causa de los diferentes nombres que salen a relucir en la primera votación hasta que quedan eliminados otros nombres de la confusión de opiniones contrarias y no queda más que uno. Este hombre, que es falible como los demás, es consagrado por todos los demás miembros falibles del Colegio, y por el hecho de la consagración recibe el don de la infalibilidad. Esta decisión coloca a Roma en uno de los términos de un dilema, como señaló el Obispo Strossmayer: o los papas fueron hechos infalibles en 1870 por una revelación especial, y no antes, o el dogma de la infalibilidad es retroactivo, y se extiende a todos los papas anteriores, incluyendo aquellos cuyos nombres son una mancha en la historia papal a causa de sus vicios y crímenes. Al parecer Roma acepta esta última alternativa, pues afirma que ella nunca ha introducido una nueva doctrina. De esta manera resulta que todos los papas desde el principio han sido infalibles, no obstante las aberraciones y contradicciones que esto encierra.

 Roma trata de justificarse, diciendo:

 «La infalibilidad, o sea el estar libre del error al declarar el evangelio al mundo, y la impecabilidad, o sea el estar libre de pecado, son dos cosas totalmente diferentes. Aunque es de esperar que los papas poseen el más alto carácter moral, y la mayor parte lo han tenido, la prerrogativa de la infalibilidad no tiene nada que ver con la bondad o maldad personal del papa…. Es cierto que en la segunda mitad del siglo diecinueve algunos escritores católicos han tratado de defender al Papa Alejandro VI, tales como Bernacchi, Chantlel, Leonetti, Nemee, Ollivier y otros; pero no es justo tildarlos de falta de honradez, porque para un católico es natural sentirse impelido a defender el honor del Papa, como cualquier hombre normal se siente obligado a defender el buen nombre de su madre. Se les podrá acusar de poco eruditos, si se quiere, o ignorantes, pero no se debe olvidar que nosotros nos atenemos a lo que dijo León XIII: ¡La Iglesia no tiene necesidad de las mentiras de nadie.! El más ilustrado historiador católico de los papas, Ludwig Pastor, admite que Alejandro vivió la vida inmoral de los príncipes seculares de su tiempo, tanto como cardenal como papa (Historia de los Papas, V, 363; VI, 140); que consiguió el papado valiéndose de la más infame simonía (Ibid. V, 385); que desacreditó vilmente su oficio con su abierto nepotismo y falta de sentido moral (VI, 139); sin embargo, le absuelve de los cargos calumniosos de incesto y envenenamiento (IV, 135) .» (Buzón de Preguntas, págs. 176-7.)

 «La vida inmoral de los principios seculares de su tiempo»; «infame simonía»; «abierto nepotismo»; «falta de sentido moral»; son cargos admitidos por el más versado de los historiadores católicos; sin embargo, Alejandro VI figura aún en el registro católico romano de los «Vicarios de Cristo,» dotados de la infalibilidad, aunque no de la santidad, a pesar de su «pecabilidad,» que no es más que un eufemismo para indicar los pecados que no se atreven a detallar.

 ¿Qué más se puede decir? O Dios ha sido el que ha dirigido con su Espíritu durante los siglos el nombramiento de esta larga sucesión de papas, o no. Si no lo ha hecho así, nada de lo que el hombre hiciera ha podido obligarle a él. ¿Cuál es el otro lado de esta disyuntiva? Decir que hombres tan malvados como los que con frecuencia aparecen en esta «sucesión ininterrumpida» de «papas infalibles» fueron escogidos por Dios es sumirse en las profundidades de la más abyecta blasfemia contra un Dios que dice: «Sed santos, porque yo soy santo.»

 Veamos ahora las normas que Dios pone para los obispos, en contraste con lo antes dicho:

 «Conviene, pues, que el obispo sea irreprensible, marido de una mujer, solicito, templado, compuesto, hospedador, apto para enseñar; no amador del vino, no heridor, no codicioso de torpes ganancias, sino moderado, no litigioso, ajeno de avaricia; que gobierne bien su casa, que tenga sus hijos en sujeción con toda honestidad; (porque el que no sabe gobernar su casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?); no un neófito, porque inflándose no caiga en juicio del diablo. También conviene que tenga buen testimonio de los extraños, porque no caiga en afrenta y en lazo del diablo» (I Tim. 3:2 7) .

 «Por esta cause te dejé en Creta, para que corrigieses lo que falta, y pusieses ancianos por las villas, así como yo te mandé: el que fuere sin crimen, marido de una mujer, que tenga hijos fieles que no estén acusados de disolución, o contumaces. Porque es menester que el obispo sea sin crimen, como dispensador de Dios; no soberbio, no iracundo, no amador del vino, no heridor, no codicioso de torpes ganancias; sino hospedador, amador de lo bueno, templado, justo, santo, continente; retenedor de la fiel palabra que es conforme a la doctrina: para que también pueda exhortar con sana doctrina, y convencer a los que contradijeren» (Tito 1:5 9) .

 En las Escrituras no se nos dice nada que apoye la infalibilidad papal, pero sí se nos enumeran las cualidades espirituales y morales que deben adornar a los que Dios ha puesto para cuidar su grey en la tierra, la iglesia que él compró con su propia sangre.