Dale la espalda al pecado.

Dale la espalda al pecado.

«Con este fin oramos siempre por vosotros: para que nuestro Dios os haga dignos de su llamamiento y que él cumpla todo buen propósito y toda obra de fe con poder. 2 Tesalonicenses 1:11

El director de orquesta, tiene un trabajo muy ingrato. Todo el tiempo que dura la obra, está de espaldas al público. Tiene que gustarles mucho su trabajo para pasarlo sobre el escenario, pero sin que el público los vea. Lo contradictorio es que el espectáculo que ellos brindan está pensado en agradar a ese público al que le da la espalda. Pero para brindar un concierto excelente, deben hacerlo de esa manera. No se puede dirigir la orquesta mirando para otro lado.

Pablo oraba por esto. Tenemos un llamado supremo, Dios determinó un propósito eterno y perfecto para tu vida. Pero para dar un concierto excelente, es necesario que sepamos darle al espalda al público.

El llamamiento de Dios nos insta a darle la espalda a la comodidad, al ocio, al conformismo, a la simpleza, al pecado. Es siempre más agradable evitarlo. Seduce mucho el aplauso de las multitudes, la ovación de la tribuna. Seduce mucho lo que el diablo te ofrece para renunciar al llamamiento divino y recibir la palmada del conformismo.

Pero aceptarla implica dejar inconclusa la sinfonía de tu vida. Dios te diseñó para que seas una obra maestra, una composición musical de excelencia y brillo. Pero por nuestra terquedad, muchas veces
desafinamos. Cuando elegimos pecar, cuando optamos por la fácil, cuando nos dejamos seducir por la tentación, desafinamos. Y todos los demonios del infierno aplauden felices nuestro fracaso. Te estaban esperando y les diste lo que más deseaban.

No te dejés seducir por el aplauso fácil. Dios te llamó para que vivas dignamente, con valentía y honor. Solo de esa manera, se podrá cumplir el propósito que Dios tiene para tu vida de manera completa y acabada. Es una experiencia fuera de lo común, que solo puede apreciar aquellos que deciden pagar el costo de esa elección.

Hoy Dios te llama a que le des la espalda al pecado, para mirar de frente el propósito divino. No va a ser fácil, pero es necesario. Tal vez no sea divertido, pero es lo mejor. Tal vez no te seduzca, pero
es vital. Dios tiene pensado para vos una vida satisfactoria, abundante y plena. La única manera de vivirla bien, es aceptando sus reglas.

REFLEXIÓN – Dale la espalda al pecado.

Un gran abrazo y bendiciones

Dany

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