Nada tiene sentido en Biología si no es a la luz de la Evolución v
“UNA CRÍTICA A NINGUNA PARTE”
– Pablo Rodríguez Porras –
Introducción
Este trabajo es un ensayo sobre la teoría de la evolución, una visión sobre la teoría darvinista universalmente aceptada, pero poco o más bien nada
científica. Puesto que los principios fundamentales que la “sustentan” no han sido probados siguiendo el método científico cuando menos para explicar la
verdadera evolución. Nos enfrentamos a la antítesis, en cuanto a extensión, puesto que es muy difícil que en pocas hojas podamos hacer una reflexión
sobre el darwinismo y a la vez hacer una crítica como esta teoría se merece, pero intentaremos recoger los postulados darvinistas y de lo que ellos se
deriva e intentaremos tomar una visión crítica del asunto.
Esta exposición recoge opiniones personales, con las cuales el lector podrá estar o no de acuerdo, simplemente trataremos de hacer una reflexión para
poder replantearnos cuantos aspectos sean necesarios de la Biología, respetando todas las opiniones y críticas hacia este trabajo. Porque este
trabajo no es un dogma o ley universal sobre todo teniendo en cuenta el periodo de desconcierto en que se encuentra la Biología con los nuevos
descubrimientos “aparentemente” contradictorios. “Aparentemente” debido a la obsesión por explicar los nuevos descubrimientos integrándolos en la teoría darvinista de la evolución.
El término evolución con el actual perfil biológico no es una aportación darvinista sino que se remonta a la escuela naturalista francesa de comienzos
del siglo XIX, se sabía que se producía por cambios en el desarrollo embrionario. Incluso autores como Frédérick Gerard distinguían entre
microevolución y macroevolución. Charles Darwin estudió medicina sin concluirla en la Universidad de Edimburgo y para clérigo en Cambridge también sin concluir, allí en cambio se manifestó su inclinación por las ciencias naturales. Obtuvo, a sus veintidós años, una plaza («ad honorem», por recomendación de sus profesores de Cambridge) en el H.M.S. Beagle (His Majesty’s Ship) al mando de Robert FitzRoy, de veintiséis. Según los darvinistas este viaje dio a Darwin una oportunidad única para estudiar la adaptación y obtener un sinnúmero de evidencias que fueron utilizadas en su teoría de la evolución. El viaje que incluyó, entre otros puntos, toda la costa atlántica sudamericana y el paso por el estrecho de Magallanes. Una de las escalas más importante fue la del archipiélago de las Galápagos, frente a Ecuador, en cuyas áridas islas observó a las especies de pájaros (pinzones), las famosas tortugas gigantes y notó sus adaptaciones a los diferentes hábitats isleños. Las hipótesis de Darwin no se basaban en ningún descubrimiento científico, pero se convirtió en “teoría” gracias al contexto histórico en el que se desarrolló del que hoy todavía somos parte y en el que no vamos a entrar porque podría ser objeto de otro ensayo extenso. La idea era que los individuos que mejor se adaptaron a su medio transfirieron las cualidades adquiridas a las generaciones siguientes. Luego esas cualidades se acumularon y con el tiempo transformaron a las criaturas en cuestión en especies totalmente distintas a sus ancestros. Según Darwin el ser humano fue el resultado más desarrollado de dicho mecanismo y denominó a ese proceso «evolución por selección natural».
Era bien consciente de que dicha teoría enfrentaba un montón de problemas, cosa que confesó en el capítulo Dificultades de la Teoría. En principio esas
dificultades se presentaban con los registros fósiles, con los órganos complejos de seres vivientes que posiblemente no se podían explicar por medio de la casualidad (por ejemplo, los ojos) y con los instintos. Mientras continuaba la confusión social por el libro de Darwin, George Mendel, descubrió las leyes de la herencia en 1865. El descubrimiento de Mendel, obtuvo una gran importancia a principio del siglo siguiente y marcó el nacimiento de la ciencia genética. Poco después se descubrió la estructura de los genes y los cromosomas. El descubrimiento en el decenio de 1950 de la molécula de ADN que incorpora la información genética, provocó una gran crisis en la teoría darvinista. Debido la increíble complejidad de la vida y la invalidez de los mecanismos evolucionistas propuestos por Darwin. Pero ciertos círculos insistieron en revisar la teoría, renovarla y elevarla a un plano científico.
Los darvinistas intentaron probar que los primeros organismos vivientes podían haberse originado por casualidad bajo las condiciones terrestres primitivas propuestas por la teoría, pero también dichos experimentos culminaron en el fracaso. Con el experimento de Miller en el que ponían lo que ellos pensaban que eran los compuestos de la atmósfera primitiva sometiéndolos a descargas para obtener aminoácidos y que éstos “por azar y con el paso del tiempo” darían lugar al ADN. La cosa es muy compleja porque un sistema realmente vivo es irreductiblemente complejo y por azar no se puede producir la formación del ADN que es complejísimo.
Dos paleontólogos norteamericanos, Niles Eldredges y Stephen Jay Gould, dedujeron que los organismos vivos no se originaron por evolución gradual sino que aparecieron repentinamente y totalmente formados. Sostienen que la evolución no tiene lugar como resultado de pequeñas variaciones sino, más bien, por medio de cambios grandes y repentinos. Es una visión totalmente opuesta a la mundialmente aceptada pero la única que se puede basar en hechos a partir del registro fósil, se trata de una descripción ya que otra cosa es explicar como se producen estos cambios de elevada magnitud.
El último aspecto que trataremos en esta introducción es el racismo de Darwin en su obra, consideraba a los europeos blancos más avanzados que otras razas humanas. Dedujo que algunas razas se desarrollaron más que otras y que las últimas aún tenían rasgos de simios. En su libro «La Descendencia del Hombre», publicado después de «El Origen de las Especies», comentó las mayores diferencias entre los seres humanos de razas distintas. Darwin sostiene que los negros y los aborígenes australianos son iguales a los gorilas y que los mismos, con el tiempo, deberían ser «hechos a un lado»
por las «razas civilizadas». Cita: «En un futuro, no muy distante como para medirlo en siglos, las razas humanas civilizadas, seguramente, exterminarán y reemplazarán a las razas salvajes en todo el mundo. Sin duda…, al mismo tiempo serán exterminados los monos antropomorfos. Podemos esperar que exista un hombre civilizado -incluso más que el caucásico- cuya diferencia con un mono tan inferior como el mandril sea mayor a la que existe entre el negro o el australiano y el gorila». Pero no sólo con seres humanos de otro color de piel, el resentimiento de Darwin también era hacia las clases sociales más bajas ya que al tener mayor descendencia podrían imponerse a la clase social alta sin tener en cuenta las cualidades de la clase social más alta, también para Darwin la mujer era un estado evolutivo anterior al hombre. Este racismo es fruto del contexto histórico y social en el que desarrolló su obra.
– Mutación –
La variación es la materia prima de la evolución. Sin variación genética no es posible la evolución. La fuente última de toda variación genética es la
mutación. Una mutación es un cambio estable y heredable en el material genético. Las mutaciones alteran la secuencia del ADN y por tanto
introducen nuevas variantes. Muchas de estas variantes suelen ser eliminadas, pero ocasionalmente algunas de estas variantes pueden tener
éxito y incorporarse en todos los individuos de la especie. La mutación es un factor que aumenta la diversidad genética. La tasa de mutación de un gen o una secuencia de ADN es la frecuencia en la que se producen nuevas mutaciones en ese gen o la secuencia en cada generación. Una alta tasa de mutación implica un mayor potencial de adaptación en el caso de un cambio ambiental, pues permite explorar más variantes genéticas, aumentando la probabilidad de obtener la variante adecuada necesaria para adaptarse al reto ambiental.
A su vez, una alta tasa de mutación aumenta el número de mutaciones perjudiciales o deletéreas de los individuos, haciéndolos menos adaptados, y
aumentando la probabilidad de extinción de la especie. Las mutaciones no tienen ninguna dirección respecto a la adaptación, son como un cambio al azar de una letra por otra en un texto. Este cambio suele producir una falta de significado, y por eso la mayoría de las mutaciones son deletéreas. Pero a veces ciertos cambios pueden introducir nuevos significados, permitiendo nuevas funciones. Cada especie tiene una tasa de mutación propia que ha sido modulada por la selección natural para que la especie pueda enfrentarse de un modo más o menos óptimo a los compromisos contrapuestos de estabilidad-cambio que le impone su ambiente. Las mutaciones son definidas como modificaciones en la molécula de ADN, son el resultado de efectos externos tales como la acción química o la radiación. A lo largo de la evolución ha habido inserciones y delecciones de ADN, una vez de cada 109 puede producirse un error en una base pero aún así esto no tiene por que producir efectos, incluso si la modificación es tan grande que inutiliza a una proteína muchas veces otra asume su función. La mutación puede incluso
provocar daños y modificaciones que la célula no puede reparar, entonces ¿Cómo entendemos que confiera una ventaja adaptativa, si además se
produce en un único organismo?. La razón para esto es muy simple: el ADN tiene una estructura muy compleja y los efectos al azar suelen provocar
solamente daño a dicha estructura.
Durante decenios los darvinistas llevaron a cabo muchos experimentos para producir mutaciones en las moscas de la fruta, dado que esos insectos se
reproducen muy rápidamente y entonces se puede observar la mutación de inmediato. Fueron mutadas una generación de moscas tras otra pero nunca se observó ningún cambio que representara una ventaja. Según el genetista Gordon Taylor: «En las miles de moscas producidas por medio de los
experimentos llevados a cabo en todo el mundo durante más de cincuenta años, nunca se ha visto que aparezca una especie nueva… o incluso una enzima nueva».
Mutaciones en los humanos originan en muchos casos deformaciones físicas,enfermedades como el mongolismo, el síndrome de Down, el albinismo o el cretinismo. No hace falta decir que un proceso que deja a la gente incapacitada para ciertas actividades o enferma no puede ser un mecanismo evolutivo, si se entiende éste como productor de las mejores y más aptas formas para la vida.
En resumen:
1°) El efecto directo de las mutaciones suele ser dañino. Dado que casi siempre ocurren de manera fortuita, casi siempre dañan a los organismos vivos que las producen.
2°) Para que una mutación sea transferida a la generación subsiguiente tiene que haber tenido lugar en las células reproductoras del organismo. Esto puede parecer evidente pero no es así, las mutaciones epigenéticas como fuente de variación genotípica de respuesta al ambiente, han sido ampliamente documentadas. Lo que no ha podido ser constatado experimentalmente es la forma en que estas mutaciones somáticas pueden llegar a la línea germinal… este proceso sería tanto más plausible si fueran retrotransposones con su capacidad de respuesta al ambiente los
directamente implicados en las mutaciones epigenéticas (Sandín 2002).
La Selección Natural
Según los darvinistas: la selección natural es tan sólo uno de los factores de evolución. Sin embargo, la selección natural es el único proceso conocido
que permite explicar la complejidad inherente a la vida, las adaptaciones de los organismos, y por eso ocupa una posición central en la biología evolutiva. La selección natural es incluso un principio más fundamental que la misma vida, pues como R. Dawkins ha señalado, «la supervivencia de los más aptos de Darwin es un caso especial de una ley general de la supervivencia de lo estable». La idea de la selección natural es engañosamente sencilla, pues
son muchos los que pensando que la entienden, la han malinterpretado o no la han captado en toda su profundidad. Aún en la actualidad podemos decir
que la selección sigue siendo malentendida por un gran número de biólogos.
En esencia, la selección natural es reproducción diferencial de unas variantes genéticas respecto de otras. Podemos definirla más rigurosamente como el
proceso que resulta del cumplimiento de las tres condiciones siguientes:
1. Variación fenotípica entre los individuos de una población.
2. Supervivencia o reproducción diferencial asociada a la variación: en el curso de su existencia algunos individuos son más exitosos que otros,
lo que los lleva a sobrevivir en mayor grado y a reproducirse más exitosamente. Estos organismos de mayor supervivencia y reproducción dejarán más descendientes que aquellos individuos menos adaptados.
3. Herencia de la variación: con el tiempo las variaciones heredables darán lugar a cambios genotípicos y fenotípicos de la especie cuya
resultante es la transformación de la especie original en una nueva especie, distinta de la especie que le dio origen.
Si en una población de organismos se dan estas tres condiciones, entonces se sigue necesariamente un cambio en la composición genética de la población por selección natural.
La selección natural era familiar para los biólogos anteriores a Darwin, quienes la definieron como «un mecanismo que mantiene a las especies inalterables sin que sean corrompidas». Sin embargo fue Darwin la primera persona en afirmar que este proceso tenía capacidad evolutiva para elaborar su teoría sobre este fundamento. Sin embargo, no ha habido una evidencia que muestre que la selección natural hace que los seres vivos evolucionen.
La selección natural sostiene que lo viviente que más se adecue a las condiciones naturales del lugar donde vive será lo que prevalezca por medio de su descendencia, mientras que lo viviente que sea inepto desaparecerá. Por ejemplo, en una manada de cebras amenazadas por leones es natural que
sobreviva la que corre más rápido. Eso es cierto, pero no transformará la cebra en otra especie viviente, la cebra será siempre cebra.
Cuando prestamos atención a los pocos incidentes que los evolucionistas han presentado como ejemplos observados de selección natural, nos damos cuenta que no se trata sino de un simple intento de engaño, la selección natural actúa evidentemente sobre algo vigente, pero no puede explicar como se ha llegado a la situación actual. Incluso el propio Darwin abandonó la idea de la selección natural adquiriendo la teoría de pangénesis de Demócrito, cada órgano da unas gémulas que se combinan entre sí y pasaban de padres a hijos.
– La “Evidencia” De La Selección Natural (Las Mariposas De La Revolución Industrial) –
Según una fuente darvinista http://www.bioinformática.uab.es/divulgacio/genpob :
Sin embargo la selección natural no dio lugar a la aparición de una nueva forma de mariposa que no existiese antes. Las mariposas de color oscuro ya existían antes de la Revolución Industrial.
Lo único que se modificó es la parte proporcional de cada una en la población general. Las mariposas no adquirieron nuevos rasgos u órganos.
En resumen, la selección natural no tiene la capacidad de agregar un órgano nuevo a un organismo viviente, de sacar un órgano existente o de
transformar al organismo en cuestión en otro. Las evidencias presentadas no han podido ir más allá de las mariposas de Inglaterra.
La selección natural por supervivencia y reproducción diferencial lleva inevitablemente en el tiempo a un cambio de la frecuencia de los alelos favorables en aquellos individuos, que por ser los mejores, encajan en su ambiente y sobreviven dejando mas descendientes. En términos de genética de poblaciones, la selección natural se define ahora más rigurosamente como la tasa de reproducción diferencial de distintos genotipos en una población.
– TIPOS DE SELECCIÓN
1. Selección estabilizadora
La selección estabilizadora favorece los fenotipos intermedios dentro de un rango. Los extremos de las variaciones son seleccionados en contra. Los niños que pesan significativamente menos o más de 3,4 Kg tienen porcentajes más altos de mortalidad infantil. La selección trabaja contra ambos extremos. No se puede intentar explicar la evolución a partir de un simple estudio estadísticobasado en la normalidad de la curva.
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2. Selección direccional
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Un caso interesante es la polilla Biston betularia del que ya hemos hablado y como ocurre no sólo con este tipo de selección no es capaz de explicar la
evolución.
3. Selección desorganizadora o disruptiva
La selección desorganizadora favorece a individuos en ambos extremos de la variación: la selección es en contra del medio de la curva. Esto causa una
discontinuidad en la variación, produciendo dos o más fenotipos distintos. Un ejemplo lo da el salmón “Oncorhynchus kisutch”. Cuando la hembra desova, los machos se acercan al nido y vierten su esperma fecundando los huevos, los que logran hacerlo son, por un lado los machos más grandes que luchan entre sí por acercarse ganando generalmente el de mayor tamaño y por el otro, los más pequeños, que logran llegar ocultándose entre las rocas, evitando así ser vistos (y pelear…..) De esta manera se observa, dentro de la población, una gran proporción de los dos tamaños extremos de machos. O sea que viene a decir que no siempre los más grandes y fuertes son las más adaptados interesante porque quiere decir que un fenotipo determinado no asegura el éxito como ellos dicen pero sigue sin poder explicar como aparecen nuevos órganos y nuevas especies.
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4. Selección Sexual
Se da el caso que determinadas características en el marco de una especie son sexualmente atractivas aunque carezcan de otro significado, por ejemplo en
algunas especies de aves, los machos pueden hinchar sus cuellos en una medida extraordinaria lo cual resulta atractivo para las hembras, por lo tanto se seleccionan machos que pueden hinchar enormemente sus cuellos. Darwin concluyó que si bien la selección natural razonable guía el curso de la evolución, la selección sexual influye su curso aunque no parezca existir ninguna razón evidente.
Independientemente del tipo de selección, tiene los mismos problemas que el no haber hecho ninguna distinción sobre ellas, solo explican fenómenos o
realidades ya consolidadas pero no cómo se ha llegado a esta realidad.
El Registro Fósil
De acuerdo con la teoría darvinista de la evolución, todas las especies vivientes se han originado a partir de un antecesor. Cierta especie existente se volvía otra con el tiempo y todas pasaron a existir de esa manera, esta transformación ocurre gradualmente en el transcurso de millones de años
(mda). Entonces en ese prolongado período de transformación deberían haber vivido numerosas especies intermedias. Por ejemplo, tendrían que haber vivido criaturas que adquirieron rasgos de reptil y pez. También pájaros que adquirieron rasgos de reptil bajo la forma de pájaros-reptiles. Los darvinistas lo llaman «formas transitorias». Si hubieran existido realmente, habrían sido muchos en número y variedad. Y algo más importante aún, los restos de esas criaturas deberían aparecer en los registros fósiles.
Incluso Darwin era consciente de la ausencia de esas formas transitorias, pero tenía la esperanza de que fuesen encontradas en el futuro. La explicación de Darwin era argumentar que los registros fósiles descubiertos hasta el momento eran inadecuados. Afirmó que cuando se los haya estudiado pormenorizadamente se encontrarán los eslabones perdidos. A pesar de haberse realizado los mayores esfuerzos, aún no se ha descubierto ninguna forma transitoria tal como definen los darvinistas.
– Una Forma Transitoria: El Arqueopterix –
Se trata del fósil de un pájaro llamado Arqueopterix, una de las formas
transitorias más ampliamente conocida que aún defienden los darvinistas. El
Arqueopterix, el ancestro de los pájaros modernos según ellos, vivió hace 150 mda. La teoría sostiene que algunos de los dinosaurios pequeños evolucionaron adquiriendo alas, primero, y vuelo después. Se asume entonces que el Arqueopterix es una forma transitoria que se apartó de sus ancestros, los dinosaurios, y comenzó a volar por primera vez.
Sin embargo, los últimos estudios sobre Arqueopterix indican que esta criatura no es absolutamente para nada una forma transitoria sino una especie de pájaro con algunas características distintas de la de los pájaros de hoy.
La ausencia del esternón en esta criatura, o al menos que no sea como el de los pájaros que vuelan, fue la evidencia más importante para decir que no podía volar correctamente Los 70 fósiles de Arqueopterix encontrados en 1992 causaron gran asombro a los darvinistas, debido a que ese hueso del pecho que ellos asumían se había perdido hacía mucho, realmente existía. Ese descubrimiento fue descrito en la revista Nature: «En el reciente
descubrimiento, los 70 ejemplares del Arqueopterix preservan parcialmente un esternón rectangular, cuya existencia se sospechaba desde hace mucho pero nunca se había documentado. Esto atestigua la existencia de los fuertes
músculos para volar».
Este descubrimiento invalidó la mayor parte de las pretensiones de que
Arqueopterix era un «semipájaro» que no podía volar. También la estructura de las plumas se convirtió en una de las evidencias más importantes que verifican que Arqueopterix era un pájaro volador en el sentido real. La estructura asimétrica de las plumas de Arqueopterix, que no se distingue de la de los pájaros modernos, indica que el animal podía volar perfectamente. Otro hecho revelado por la estructura de las plumas de Arqueopterix fue que poseía un metabolismo de sangre caliente. Como se sabe, los reptiles y los dinosaurios son animales de sangre fría que no regulan el calor corporal
independientemente sino que se ven afectados por la temperatura del medio
ambiente.
Los puntos más importantes sobre los que se apoya la teoría darvinista de la
evolución para alegar que Arqueopterix es una forma transitoria, son los
espolones sobre las alas y los dientes. Es cierto que Arqueopterix tiene
espolones en las alas y dientes en la boca, pero eso no implica que dicha
criatura viviente tenga algún tipo de relación con los reptiles. Además, dos
especies de pájaros que viven hoy día, el Turaco y el Hoatzin, tienen espolones para sostenerse sobre las ramas. Estas criaturas son totalmente pájaros sin ninguna característica de reptil. Tampoco los dientes en la boca de Arqueopterix es indicio de que se trata de una forma transitoria. Los dientes no son característicos de los reptiles, algunos reptiles los tienen y otros no.
Además, Arqueopterix no es la única especie de pájaros que tiene dientes.
Actualmente no existen pájaros con dientes, pero cuando observamos los
registros fósiles vemos que en la misma época de Arqueopterix, e incluso hasta recientemente, existió un genero de pájaro con dientes. La estructura del esqueleto, el sistema pulmonar y el metabolismo de sangre caliente de los
pájaros son muy distintos a los de los reptiles. Otra cualidad distinta entre
pájaros y reptiles es la existencia de plumas en los pájaros, las cuales tienen
una forma absolutamente particular. Los cuerpos de los reptiles están
cubiertos con escamas, mientras que los cuerpos de los pájaros están cubiertos con plumas. Entonces los darvinistas están obligados a suponer que las plumas son el resultado de la evolución de las escamas. Pero no hay ninguna similitud entre ellas. No hay ninguna evidencia fósil que pruebe que las plumas de los pájaros evolucionaron a partir de las escamas de los reptiles. Por otra parte, no se ha detectado aún en los reptiles ninguna estructura epidérmica que estipule un origen a las plumas de los pájaros. Por otra parte, cuando examinamos las plumas de los pájaros atentamente, nos encontramos con un diseño muy complejo que no se puede explicar por medio del proceso evolutivo darvinista.
Según el conocido paleontólogo británico, Derek V. Ager: «Lo que se presenta, si analizamos pormenorizadamente los registros fósiles, ya sea a nivel de órdenes o especies, es que lo que encontramos una y otra vez no es una evolución gradual sino la repentina explosión o aparición de un grupo a expensa de otro». Dado que los fósiles generalmente están desordenados e incompletos, lo más probable es que cualquier conjetura que se base en ellos resulte totalmente especulativa. En realidad, las reconstrucciones basadas en los restos fósiles están preparadas para hacer válida la tesis darvinista. Podemos concluir por tanto que según el registro fósil, la evolución no se ha producido de manera gradual como nos tratan de hacer ver los darvinistas, no encontramos especies intermedias, además el registro fósil ha sido
frecuentemente falseado para adaptar determinados fósiles a la visión
darvinista de la evolución. La evolución se ha producido por tanto en cortos
periodos de tiempo, como podemos observar con las radiaciones adaptativas. El gran reto es explicar cómo se producen las grandes modificaciones estructurales, la macroevolución.
Los Distintos Cambios Del Medio
Transición Del Agua A La Tierra
Los darvinistas asumen que los invertebrados marinos que aparecen en
Cámbrico evolucionaron de alguna manera para transformarse en peces a lo
largo de mda. Los invertebrados y los peces tienen enormes diferencias
estructurales. Los invertebrados tienen los tejidos duros al exterior del
cuerpo, mientras que los peces son vertebrados que tienen los suyos al interior.
Una evolución gradual de tal magnitud debería dar lugar a múltiples formas
transitorias. Se encontraron millones de invertebrados fósiles y millones de
peces fósiles, pero nadie ha encontrado un fósil a medio camino entre el
invertebrado y el pez.
La evolución darvinista va más allá y argumenta que los peces, quienes
evolucionaron a partir de los invertebrados, se transformaron luego en anfibios
Los anfibios pueden vivir en la tierra y en el agua, como las ranas. Hasta hace
unos 50 años los darvinistas pensaban que existía una criatura intermedia. Ese pez, llamado celecanto, al que se estimó una edad de 410 mda, fue presentado como una forma transitoria con un pulmón primitivo, un cerebro desarrollado, un sistema digestivo y circulatorio dispuesto para funcionar sobre la tierra, e incluso un mecanismo primitivo para caminar. El celecanto fue presentado como una forma transitoria genuina que probaba la transición evolutiva del agua a la tierra. Sin embargo en el 22/12/1938 fue atrapado vivo un miembro de la familia de los celecantos en el Océano Indico, a la que hasta entonces se presentaba como una forma transitoria extinta hacía 70 mda. Contrariamente a lo que se sostenía, los celecantos no tenían pulmones primitivos ni cerebro grande. El órgano que los investigadores propusieron como pulmón primitivo no pasó a ser otra cosa más que una bolsa lipídica. El celecanto, presentado como «un candidato a reptil preparado para pasar del mar a la tierra», era en realidad un pez que vivía en las profundidades de los océanos y nunca se aproximó a menos de 180 metros de la superficie.
Hay una serie de hechos obvios que hacen difícil la transición gradual:
1) Transporte de una carga: Las criaturas que habitan el mar no tienen
ningún problema en acarrear el peso de su cuerpo. Sin embargo, la mayoría de las criaturas terrestres consumen el 40% de su energía precisamente en el
traslado de sus cuerpos. Las criaturas que hacen la transición del agua a la
tierra tendrían que desarrollar nuevos sistemas de musculares y esqueléticos
para satisfacer la energía requerida que se necesita de modo simultáneo.
2) Retención del calor: En tierra la temperatura puede cambiar rápidamente y fluctúa en una escala amplia. La criatura terrestre tiene un mecanismo corporal que puede contrarrestar o resistir los grandes cambios térmicos. Se
necesitaría adquirir un sistema de protección que asegure un mínimo de daños provenientes de los cambios de temperatura sobre la tierra.
3) El uso del agua: Esencial para el metabolismo, el agua, incluso la humedad,
necesitan ser usadas con restricción por las criaturas terrestres debido a la
escasez de fuentes acuíferas sobre la tierra. Por ejemplo, la piel tiene que ser
diseñada para que pierda cierta cantidad de agua y también prevenga la
evaporación excesiva.
4) Riñones: Los organismos marinos pueden evacuar fácilmente los materiales de desecho, especialmente el amoníaco, por medio de la filtración, dado que el medio en el que viven es el agua. En cambio en tierra el agua debe
economizarse. Por eso los seres terrestres tienen un sistema renal.
5) El sistema respiratorio: El pez toma el oxígeno disuelto en el agua a través
de las branquias. Fuera del agua no puede vivir más que unos minutos, tienen
que adquirir un sistema pulmonar perfecto de manera instantánea.
Transición De La Tierra Al Aire
La teoría darvinista también sugiere que los anfibios evolucionaron haciéndose reptiles, criaturas terrestres. Esto es poco plausible, por ejemplo, el huevo anfibio está diseñado para desarrollarse en el agua, mientras que el huevo de reptil lo está para desarrollarse en la tierra. La evolución gradual de un anfibio está fuera de discusión porque sin un huevo perfecto y totalmente diseñado no le es posible sobrevivir a una especie. Además, como de costumbre, no hay ninguna evidencia de formas transitorias que se suponían vinculaban a los anfibios con los reptiles.
Dado que los darvinistas creen que los pájaros debían haber evolucionado
gradualmente de alguna manera, afirmaron que la transformación se produjo a partir de los reptiles. Sin embargo, ninguno de los distintos mecanismos de los pájaros, los cuales tienen una estructura completamente distinta a la de los animales terrestres, se pueden explicar por medio de la evolución gradual. No hay ninguna manera de explicar de qué forma los brazos frontales de los reptiles pudieron convertirse en alas con un funcionamiento perfecto como resultado de una mutación al azar en los genes. No es suficiente tener alas para que un organismo terrestre vuele, ya que hacen falta muchos otros mecanismos estructurales que usan los pájaros con ese fin. Por ejemplo, los huesos de los pájaros son mucho más livianos que el de los animales terrestres.
Sus pulmones funcionan de manera muy distinta. Los sistemas de los músculos y del esqueleto son distintos y el sistema de circulación sanguíneo es muy especializado. Estos rasgos son prerrequisitos que se necesitan para volar, al menos tanto como las alas. Todos estos mecanismos tenían que estar presentes juntos y simultáneamente, no pudieron formarse gradualmente.
Los darvinistas, para sostener que los pájaros se transformaron a partir de los
dinosaurios, dicen que algunos de éstos sacudían sus piernas delanteras para
cazar moscas, «se hicieron de alas y volaron». Esta teoría no sólo no tiene
ningún fundamento científico, sino que encierra también una contradicción muy simple: el ejemplo dado para explicar el origen del vuelo, es decir, la mosca, ya tiene una perfecta capacidad para volar. Se debe presentar primero una explicación de cómo la mosca adquirió esa perfecta capacidad para volar.
Los mamíferos evolucionaron de un tronco de reptiles primitivos semejantes a los mamíferos («mammal-like reptiles») durante el periodo Triásico, algo así
como 200-245 mda atrás. Los mamíferos primitivos, tenían el tamaño de un
ratón. Se ramificaron en tres linajes principales:
Los monotremas (como el actual ornitorrinco) son ovíparos pero nutren
con leche a la progenie luego del nacimiento.
Los marsupiales (como los actuales canguros) son vivíparos, pero sus
crías nacen diminutas y crecen en una bolsa.
Los placentarios (la mayoría de los mamíferos actuales) llamados así por
su conexión nutritiva ( la placenta) entre el útero y el embrión.
Luego del final de la extinción Cretácica, hace 65 mda, época en la cual los
dinosaurios fueron eliminados (eliminación repentina en la escala de tiempo
geológico, hecho que aún nos intriga, existiendo varias teorías respecto a sus
causas) los mamíferos, como uno de los grupos sobrevivientes, experimentaron una explosiva radiación adaptativa durante el periodo terciario. Entre los placentarios esta radiación originó: los carnívoros, los ungulados, los roedores (omnipresentes), y grupos tales como ballenas, delfines, murciélagos, los insectívoros (como las musarañas actuales) y los primates. Los mayores órdenes de los mamíferos se desarrollaron en este período, incluyendo a los Primates a los cuales pertenecemos los humanos. Nosotros somos mamíferos, placentarios y miembros del orden de los primates. La evolución de los primates comenzó cuando las primitivas musarañas se treparon a los árboles, las tendencias en la evolución de los primates parece relacionarse con adaptaciones a la vida arborícola.
Los reptiles son los ancestros no solamente de los pájaros sino también de los
mamíferos, sin embargo, hay grandes vacíos estructurales entre los reptiles
– que tienen escamas sobre el cuerpo, son de sangre fría y se reproducen por
medio de huevos – y, por otra parte, los mamíferos, los cuales tienen pelos
sobre el cuerpo, son de sangre caliente y se reproducen por medio de la
parición.
La mandíbula de los mamíferos consiste de un solo hueso maxilar con los
dientes colocados en el mismo. En los reptiles hay tres huesos pequeños a
ambos lado de la mandíbula. Otra diferencia básica es que todos los mamíferos tienen tres huesos en el oído medio (martillo, yunque y estribo) En todos los reptiles hay un solo hueso en el oído medio. No se puede explicar cómo un oído con un solo hueso evolucionó para pasar a tener tres huesos y cómo se mantuvo entretanto funcionando el proceso de la audición. No es para nada sorprendente que no se pueda encontrar un solo fósil que vincule a los mamíferos y a los reptiles.
La Evolución Humana
La reconstrucción basada sobre restos de huesos, pueden revelar solamente
las características muy generales de la persona a quien pertenecían, puesto que los verdaderos detalles distintivos están en los tejidos blandos que
desaparecen rápidamente con el tiempo. No hay ninguna evidencia fósil
concreta que sustente la imagen del «hombre mono», la cual es enseñada o
divulgada precisamente por los medios de comunicación y los círculos
académicos darvinistas. Producen criaturas imaginarias que no tienen su
equivalente en los restos fósiles. Incluso pueden llegan a crear los fósiles que
no pueden encontrar, como fue El Hombre de Piltdown, un escándalo científico.
El cráneo pertenecía a un hombre de hacía 500 años y la quijada a un mono que había muerto hacía 500 años. Otro caso es El Hombre de Nebraska
reconstruido a partir de un único diente de cerdo.
Si bien tenemos diferencias significativas con los otros primates compartimos
una historia evolutiva que incluye caracteres tales como: pulgar oponible, visión estereoscópica, grandes cerebros, y uñas que reemplazan las zarpas. Los primates pueden verse como mamíferos no especializados: no tienen alas, todavía tiene cuatro extremidades, no pueden correr muy rápido, tienen generalmente dientes frágiles, carecen de armaduras o un grueso cuero que los proteja. Sin embargo, la combinación de las adaptaciones de los primates que incluyen: grandes cerebros, uso de herramientas, estructura social, visión estereoscópica y de color, brazos y manos altamente desarrollados, dientes versátiles, y postura erecta los colocan entre los mamíferos mas avanzados (por lo menos juzgando desde una perspectiva antropocéntrica)
http://www.whfreeman.com/life/update
No se ha presentado ninguna evidencia real o cabal que pruebe que existe una relación entre el mono y el ser humano, excepto, claro está, las falsificaciones, las distorsiones, los dibujos y las discusiones o comentarios que inducen al error. Los registros fósiles nos indican a lo largo de la historia que los seres humanos han sido seres humanos y los monos solamente monos. Se establecen cuatro categorías básicas:
1. AUSTRALOPITHECUS
“Australopithecus afarensis”, el primer homínido (miembro de la familia
humana, Homminidae) similar a un humano que conocemos, apareció hace unos 3,6 a 4 mda atrás. Esta especie tiene una combinación de humano (bipedalismo) y similitudes simiescas (piernas cortas y brazos relativamente largos) Los huesos de los brazos eran curvados como los del chimpancé, pero los codos eran más similares a los humanos. Los científicos especulan que “A. Afarensis” repartía su tiempo entre los árboles y el suelo.
“Australopithecus ramidus” es una especie más vieja, cerca de 4,4 mda atrás,
y es considerado anatómicamente más primitivo que “A. afarensis”. La relación entre ambas especies aún está por resolverse. Dos grupos evolucionan: el “Australopithecus”, de cerebro más pequeño y que no usaba herramientas; y la línea que lleva al género Homo, cerebros mayores y usos de herramientas. Con un registro fósil incompleto, se pensó que “Australopithecus” o, al menos la forma más pequeña, “A. africanus”, eran ancestros de Homo. Descubrimientos recientes, sin embargo, produjeron la reevaluación de esa hipótesis. Un esquema es seguro, los caracteres humanos evolucionaron como un mosaico a diferentes velocidades en diferentes tiempos: algunos hechos se establecieron rápido (esqueleto, dieta), otros se desarrollaron más tarde (fabricación de herramientas, lenguaje, uso del fuego).
Australopiteco significa «mono del sur». Los darvinistas suponen que la especie “Australopithecus” más vieja es el “Australopithecus afarensis”. Después le sigue el “Australopithecus africanus”, que tiene huesos más delgados, y a continuación viene el “Australopihtecus robustus”, el cual tiene huesos relativamente más grandes. Todas las clases de “Australopithecus” son de monos extintos que se asemejan a los monos actuales. Sus volúmenes craneales son iguales o más pequeños que el de los chimpancés actuales. En manos y pies tienen salientes que usaban para trepar a los árboles al igual que los chimpancés de hoy día, y sus pies son hábiles para prenderse y mantenerse en las ramas de los árboles. Muchas características, como las particularidades en los cráneos, la cercanía de ambos ojos, el molar agudo, la estructura maxilar, los brazos largos, las piernas cortas, son evidencias de que no diferían para nada de los monos de hoy día.
2. HOMO HABILIS
De acuerdo al esquema darvinista el “Homo erectus” viene a aparecer a
continuación del “Australopithecus”. El volumen craneal de éste es dos veces
más grande que el de los “Australopithecus”. Una transición de éstos hacia el
“Homo erectus”, que posee un esqueleto sin ninguna diferencia con el ser
humano moderno, es algo imposible. Por lo tanto hacen falta las formas
transitorias. El concepto de “Homo habilis” surge de dicha necesidad.
Homo habilis tenía un montón de características en común con los monos
llamados “Australopitecinos”. Tenían brazos largos, piernas cortas y una
estructura del esqueleto parecida a la de los “Australopitecinos”. Los dedos de las manos y de los pies eran apropiados para trepar. La estructura maxilar
resultaba muy similar a la de los monos actuales. El cráneo y el esqueleto
fósiles OH62 encontrados por Tim White, mostraban que esta especie tenía un
volumen craneal pequeño, brazos largos y piernas cortas que le permitían
trepar a los árboles igual que los monos actuales.
3. HOMO ERECTUS
Hace unos 1,8 mda los primeros “Homo” dieron paso al “Homo erectus”, la
especie que se considera nuestro ancestro. Rápidamente luego de sus orígenes en África, “Homo erectus” parece haber migrado desde allí hacia Europa y Asia. “Homo erectus” difiere de las primeras especies de “Homo” por tener un cerebro de mayor tamaño, rostro plano, y arco superciliar prominente. “Homo erectus” es similar a los humanos modernos en tamaño, pero tiene ciertas diferencias en la forma del cráneo, el mentón robusto, frente prominente, y diferencias en los dientes. “Homo erectus” fue el primer homínido en:
1. Proveer evidencias acerca de aspectos culturales y sociales de la
evolución humana
2. Abandonó África (viviendo en África, Europa, y Asia)
3. Usó el fuego
4. Tenía una estructura social destinada a la recolección de alimentos
5. Utilizaba asentamientos permanentes
6. Un prolongado período de crecimiento y maduración de los hijos junto a
los progenitores luego del nacimiento
Entre 100.000 y 500.000 años atrás, la población mundial estimada en 1 millón de “Homo erectus” desapareció, siendo reemplazada por una nueva especie,
“Homo sapiens”. Cuándo, cómo y porqué esta nueva especie apareció y cómo
reemplazó a su predecesor está en duda. Tratar de obtener las repuestas a
esas preguntas se ha convertido en un objetivo multidisciplinario.
Según el esquema darvinista, la evolución de la especie “Homo” es la siguiente:
primero, el “Homo erectus” luego el “Homo sapiens” arcaico y el Hombre de
“Neandertal”, más tarde el Hombre de “Cro-Magnon” y finalmente el hombre
moderno. De todos modos ese tipo de clasificaciones incluyen en realidad razas humanas originales (no especies distintas). El término «erectus» en «Homo erectus» significa «hombre que camina erguido». Todos los fósiles “Homo erectus” disponibles están erguidos en un grado no observado en ninguna de las especies Australopitecinos u “Homo habilis”. No hay ninguna diferencia entre el esqueleto del ser humano moderno y el “Homo erectus”.
La razón primaria para que los darvinistas definan al “Homo erectus” como
primitivo es el volumen del cráneo (900-1000 cm3) y la saliente del arco
superciliar. Sin embargo, mucha gente que vive hoy día tiene el mismo volumen craneal que el “Homo erectus” (por ejemplo, los pigmeos), y también hay razas con el arco superciliar saliente (por ejemplo, los aborígenes australianos).
Diferencias en los volúmenes craneales no denotan necesariamente diferencias en la inteligencia o en las capacidades. La inteligencia depende de la organización interna del cerebro antes que de su volumen.
4. HOMO SAPIENS
El antiguo “Homo sapiens” (de sapere = conocer) vivió hace entre 500.000 a
30.000 años, combinaba rasgos de “Homo sapiens” con los de “Homo erectus”.
El “Neandertal” (descubierto por Carl Fuhlrott fundador de la paleoantropologia), considerado en este grupo, vivió en Europa y al oeste de Asia hace entre 100.000 y 30.000 años antes de desaparecer. Los
“Neandertales” (los primeros descubrimientos fueron realizados en el Valle de Neander en Alemania (en alemán tal o thal = valle), tenían un cerebro más
grande que los actuales humanos ( caja craneana de 1250 a 1750 cm3, volumen superior al actual “Homo sapiens”: 1300 a 1500 cm3), la frente inclinada, cejas prominentes, un mentón pronunciado y una altura de alrededor de 1,60 m.
A pesar de su imagen de bruto simploide, los “Neandertales” fueron los
primeros humanos que vistieron a sus muertos con artefactos, indicando
pensamientos abstractos, quizá una creencia de vida luego de la muerte.
Vivieron en asentamientos al aire libre, como también en cavernas. Las
herramientas del “Neandertal” eran más sofisticadas que las del “Homo
erectus”, emplearon mangos en sus herramientas para ganar un efecto de
palanca extra.
¿Evolucionó el Neandertal gradualmente en el humano moderno, o fueron
reemplazados por formas modernas originadas de una sola población?
La hipótesis «out-of-Africa» sugiere que los Neandertales eran una
especie separada (Homo neanderthalensis) que fue reemplazada a medida
que los humanos modernos (Homo sapiens) irradiaban desde África.
La hipótesis de la continuidad regional sugiere que Neandertal fue una
subespecie (Homo sapiens neanderthalensis) que evolucionó en los humanos
modernos (Homo sapiens sapiens).
Los “Neandertales” son seres humanos que aparecieron repentinamente hace
100 mil años en Europa y fueron asimilados, mezclándose con otras razas, o
desaparecieron silenciosa pero rápidamente hace 35 mil años. La única
diferencia que tenían con el ser humano moderno estaba en el esqueleto, pues el de ellos era más vigoroso, con un volumen craneal levemente más grande. Los “Neandertales” son una raza humana, todos los descubrimientos indican que no diferían en nada de un ser humano robusto que camine por la calle actualmente.
Los descubrimientos testifican que enterraban a sus muertos, modelaban
instrumentos musicales y tenían afinidad cultural con “Homo sapiens sapiens” que vivían en el mismo período.
Se estima que el Hombre de “Cro-Magnon” vivió hace 30 mil años. Tenía el
cráneo abovedado, la frente ancha, el volumen craneal de 1600 cm3 -por encima del promedio del ser humano contemporáneo-, gruesas salientes en las cejas y una protusión ósea en la espalda, característica ésta tanto del “Neandertal” como del Homo erectus. Aunque al Hombre de “Cro-Magnon” se lo considera una raza europea, la estructura y volumen del cráneo se ven mucho más como los de algunas razas que viven actualmente en África y en los trópicos.
Apoyándose en esta similitud, se estima que el “Cro-Magnon” era una raza
africana arcaica. Hoy día, se acepta que representantes de la raza “Cro-
Magnon” viven aún en regiones de África y en las regiones francesas de Salute
y Dordogne. Gente que tiene características similares se observa también
actualmente en Polonia y en Hungría.
El Homo sapiens arcaico es el último paso antes del ser humano contemporáneo en el esquema evolucionista imaginario. En realidad, los evolucionistas no tienen mucho que decir acerca de esos seres humanos dado que las diferencias entre aquellos y los modernos son mínimas. Incluso algunos investigadores dicen que aún viven representantes de esa raza y señalan a los aborígenes de Australia como un ejemplo. Como el Homo sapiens, esos aborígenes también tiene una gruesa saliente en las cejas, una estructura maxilar inclinada hacia adentro y un volumen craneal levemente más pequeño. Además, descubrimientos significativos sugieren que esas personas vivían en Hungría y en algunas aldeas de Italia hasta no hace mucho.
Para que exista un árbol genealógico así, debería haber ocurrido una evolución gradual desde el mono al ser humano y se tendrían que haber encontrado los registros fósiles de este proceso. Sin embargo, hay un gran vacío entre los monos y los seres humanos. Las estructuras de los esqueletos, los volúmenes craneales y criterios como el de caminar erguido o inclinado, indican diferencias definidas entre los seres humanos y los monos. La prueba de que no puede haber ningún árbol genealógico entre esas especies diferentes es el haberse descubierto que las especies que son presentadas como ancestros una de otra, en realidad coexistieron. Si, como pretenden los evolucionistas, el “Australopithecus” se convirtió en “Homo habilis”, y éste a su vez se convirtió en “Homo erectus”, deberían haber vivido en eras correlativas. Sin embargo, no existe ese orden cronológico.
De acuerdo a las estimaciones de los evolucionistas, los “Australopithecus”
vivieron desde hace 4 millones de años hasta hace 1 millón de años. Seres
clasificados como “Homo habilis”, por otra parte, se piensa que han vivido hasta hace 1,7-1,9 millones de años. ¡El “Homo rudolfensis”, que se dice ha sido más avanzado que el “Homo habilis”, se sabe que tiene 2,5-2,8 mda! Es decir, el “Homo rudolfensis” es aproximadamente un millón de años más antiguo que el “Homo habilis”, su ancestro. Por otra parte, se calcula que el “Homo erectus” se presenta hace 1,6-1,8 mda, lo cual significa que esta clase apareció sobre la Tierra en el mismo período que aquel que es considerado su ancestro, el “Homo habilis”. Cuando pasamos del “Homo erectus” al “Homo sapiens”, vemos de nuevo que no hay ningún árbol genealógico del que hablar. Existen evidencias que indican que el “Homo erectus” y el “Homo sapiens” arcaico continuaron viviendo hasta hace unos 27 mil años y 10 mil años respectivamente. En el pantano Kow de Australia se encontraron cráneos de “Homo erectus” de hace unos 13 mil años. En la Isla de Java se encontró un cráneo de “Homo erectus” que tenía 27 mil años.
Ha habido muchos descubrimientos que datan al “Homo sapiens” incluso con
anterioridad a los 800 mil años. Louis Leakley a principios de 1970 en Olduvai Gorge, descubrió que hubo una coexistencia entre las especies
“Australopiteco”, “Homo habilis” y “Homo erectus”. Pero resultó más
interesante una estructura que encontró en el mismo yacimiento y estrato: los restos de una choza de piedra. El aspecto llamativo era que dicha construcción, que aún se usa en algunas partes del África, ¡podía ser erigida solamente por el Homo sapiens! De ese modo, de acuerdo con el descubrimiento de Leakey, el Australopiteco, el Homo habilis, el Homo erectus y el ser humano moderno deben haber coexistido hace aproximadamente 1,7 mda. En realidad, algunos otros descubrimientos también remontan los orígenes del ser humano a 1,7 mda. Uno de ellos constituye las pisadas humanas en Laetoli (Tanzania) encontradas por Mary Leakey en 1977. Se calculó en 3,6 mda de antigüedad el estrato en que se ubican las pisadas, pero lo más importante es que esas huellas no difieren en nada de las de un ser humano contemporáneo.
Estudios imparciales de las pisadas revelaron quienes las hicieron. Se trata de
veinte pisadas fosilizadas de un humano moderno de 10 años y 27 pisadas de
otro chico aún más joven.
Conclusiones
Es difícil sacar conclusiones de una crítica al darwinismo en una hoja, puesto
que todo el trabajo son conclusiones después de meditar sobre esta visión
evolutiva. La evolución se produce siempre a saltos y no gradualmente, después de una extinción en masa surgen nuevas formas de vida muy complejas y algunas bastante distintas a las anteriores. En estos cambios tienen un papel fundamental los transposones y retrotransposones. Los transposones están implicados en las inserciones y delecciones del ADN, mientras que los retrotransposones lo están en duplicaciones constituyendo las secuencias Hox.
Estas secuencias tienen que ver por ejemplo con las alas, existe una secuencia
Hox para el carácter fisiológico ala. “Estas secuencias están situadas en el
mismo orden en el cromosoma de muy diferentes grupos animales, y en todos ellos cumplen misiones extrañamente similares en el desarrollo embrionario: las secuencias responsables del desarrollo de las patas, ojos, sistema urogenital… de invertebrados, reptiles, aves y mamíferos sólo se diferencian en el número de repeticiones” (Sandín 2002).
Está claro entonces que queda mucho por hacer en biología, mucho por conocer y mucho por reconstruir. La complejidad del mundo animal y vegetal no se puede entender bajo premisas darvinistas que no explican nada. El método científico se basa en el contraste de hipótesis para aceptar una teoría, la darvinista queda como dogma de fe puesto que no está refutada, es más la gente construye sobre ella, sin darse cuenta que se están equivocado. El lector podrá estar o no de acuerdo con lo aquí tratado, respetando todas las opiniones, pero de haber críticas que sean constructivas para la mejora de la Biología.
BIBLIOGRAFÍA
– La biología a 200 años de Lamarck. Revista Arbor. Editor Máximo Sandín.
– http://www.ucmp.berkeley.edu/history/evolution.html
– http://www.fai.unne.edu.ar/biologia/evolucion/evo2.htm
– http://www.platea.pntic.mec.es/~macruz/enlaces/filosofía/evolucion.html
– http://www.evolutionibus.eresmas.net
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