Cuadrúpedos humanos en Turquía
En un ejercicio imaginativo, supongamos que en algunos miles de años más, algunos antropólogos seguidores de la teoría evolutiva darviniana siguen empeñados en reconstruir la línea filogenética humana. En uno de sus hallazgos podrían encontrarse con los esqueletos de los cinco hermanos kurdos o los tres hermanos chilenos de San Vicente, que actualmente sufren el síndrome de Uner Tan; personas con deficiencia mental que caminan con las manos (Algunos están rápidamente interpretando estos casos como un cierto tipo de evolución humana, retroalimentando a la teoría de especulación una vez más).
MILÁN.- Si preguntamos a bocajarro, a la primera persona que pasa, en qué se diferencian los seres humanos de los monos, es probable que la respuesta hable de lenguaje, de razonamiento, de la plena conciencia de uno mismo y de caminar erguidos sobre dos piernas.
Sin embargo, un extraordinario hallazgo antropológico ha desvelado en Turquía la existencia de humanos cuadrúpedos que caminan encorvados, apoyándose sobre pies y manos, debido a un extraño defecto genético.
El descubrimiento podría suponer un hito importante en el estudio de la evolución humana, ya que el ADN de estos individuos quizás sirva para comprender el cambio genético clave que permitió a nuestros antepasados empezar a caminar erguidos.
Además, la observación de estas personas, todas ellas emparentadas en una misma familia turca, proporciona una insólita posibilidad de analizar cómo caminaban los homínidos cuando aún no se habían convertido en seres bípedos.
Desde Darwin en adelante, la aparición de los primeros humanos que empezaron a caminar erguidos ha estimulado diversas y plausibles teorías evolutivas para explicar este fenómeno.
La odisea de nuestros antepasados de la selva en las llanuras favoreció a las extremidades inferiores, capaces de sostener por sí solas nuestro peso y de permitir caminar y correr. El lenguaje permitió una comunicación refinada. El razonamiento, una inteligente previsión de lo que podía suceder y una planificación de las actividades individuales y colectivas.
Acontecimiento evolutivo «puntual»
Sin embargo, tras haber descubierto a esta familia de cuadrúpedos humanos, el fisiólogo turco Uner Tan, de la Universidad Cukurova de Adana, sostiene que todos estos rasgos típicamente humanos pueden ser el resultado de una mutación singular.
Se trataría, según Tan, de un acontecimiento evolutivo «puntual», como ya propusieron en su día los biólogos Stephen Jay Gould y Richard Lewontin, y no de una evolución gradual, como tradicionalmente sostiene la teoría darwiniana clásica.
Clínicamente definido como un caso especial de ataxia cerebral, el síndrome de Uner Tan, bautizado con el nombre de su descubridor, que sufren los miembros de esta familia turca se manifiesta en el cuadrupedismo (personas que caminan sólo y siempre sobre las manos y los pies y, a menudo, oblicuamente), un lenguaje bastante reducido, un grave retraso mental, una reducida conciencia de sí mismos y una postura habitual encorvada y con la cabeza inclinada, incluso cuando el afectado está sentado.
En una palabra, estos individuos, a causa de un defecto congénito, encarnan en la realidad lo que se podría definir, según una larga tradición científica, como el célebre eslabón perdido.
El último número del ‘International Journal of Neuroscience’ describe minuciosamente este síndrome y cuenta que, en una perdida aldea turca, cerca de la frontera con Siria, en la provincia de Iskenderun, la ciudad de Alejandro Magno y la sede de mosaicos que rivalizan con los de Rávena, el médico Osman Demirhan descubrió este caso y llamó a Uner Tan, para que lo examinara con un equipo de fisiólogos, neurólogos y psicólogos.
En dicha aldea, una pareja de lejanos consanguíneos tuvo nada menos que 19 hijos, cinco de los cuales nacieron con el síndrome (cuatro niñas y un niño). Los otros 12 eran todos normales, pero dos de ellos murieron precozmente. Su edad varía de los 14 a los 36 años. Se les está realizando un análisis genético detallado, pero se trata, sin duda, de una característica genética recesiva, ocasionada por un cromosoma no sexual.
Un análisis de sus cerebros realizado con resonancia magnética ha revelado, además, un estrechamiento de la región del cerebro llamada vermis y una reducción del cuerpo calloso.
Un colega de Uner Tan, Tayfun Ozcelik, profesor de Genética Humana de la Universidad de Bilkent de Ankara, con un gran elenco de publicaciones científicas internacionales, afirma: «Conozco y aprecio al profesor Tan desde hace 25 años. Cuando, el pasado mes de septiembre, invitado por él, fui a aquella aldea y observé a esos sujetos, tuve la experiencia más extraordinaria de mis más de 20 años de genetista». Y añade que este descubrimiento puede contribuir ampliamente a resolver los enigmas de la evolución humana.
Lo mismo opinan los biólogos ingleses Nicholas Humphrey y John R. Skoyles, de la London School of Economics (LSE), y el anatomista Roger Keynes de la Universidad de Cambridge, tras examinar en profundidad a los sujetos estudiados por Uner Tan. «Estas personas caminan de la misma manera que nuestros ancestros hace millones de años», afirma Humphrey.
El profesor Tan se está dedicando ahora a buscar otros casos similares, mientras los expertos ingleses insinúan que las circunstancias biológicas y sociales de este caso son tan especiales y únicas que podría tratarse de un caso aislado e irreproducible. La cadena BBC emitirá el próximo 17 de marzo un documental sobre este impresionante hallazgo.
Sin embargo los periodistas y (lo que es más lamentable) los científicos consultados por estos, consideran el caso como un hallazgo revolucionario para el estudio de la evolución humana. «Una familia al centro de la evolución«, titula BBC Mundo. En este caso el experto consultado ha sido el profesor Nicholas Humphrey de la London School of Economics, que debe ser muy conocido en su casa que ha protagonizado varios documentales en el Reino Unido sobre psicología de la parapsicología. Según este ¿biólogo? psicólogo (Piatelli, lo menciona como biólogo, aunque en el artículo de la BBC no citan su especialidad sino sólo dónde trabaja, que no parece que sea un sitio muy de fiar en esta cuestión, la verdad, pero parece que Humphrey lleva tiempo trabajando en psicología evolutiva de la consciencia; ver comentario 6), «la anormalidad cerebral habría llevado a sus cuerpos a redescubrir una forma de locomoción usada por el hombre primitivo», «ésta podría ser la manera en que nuestros ancestros caminaban».
Usando el idioma nativo de este académico: bullshit. Nuestros antepasados cuadrúpedos es de suponer que caminaran como lo hacen hoy día nuestros parientes más cercanos todavía cuadrúpedos: chimpancés y gorilas se desplazan apoyando los nudillos, no la palma de las manos, como esta famila turca (y como los babuinos, pero esos no cuentan porque están más lejanamente emparentados). Además, esta pobre gente tiene los brazos más cortos que las piernas (vamos, lo normal), lo que les hace encorvar la espalda, mientras que nuestros antepasados siempre han mantenido una confortable espalda recta (inclinada sí, pero recta) gracias a tener unos brazos más largos [que las piernas. Lo aclaro por si surgen más confusiones, ver comentarios]. La inserción del cráneo en la columna vertebral es idéntica a la del resto de los humanos, además, por lo que tienen que forzar el cuello continuamente para evitar andar mirando al suelo. A nuestros antepasados esto no les ocurría, desde luego.
Pero no, todo esto no se tiene en cuenta y en el artículo de Piatelli se acumulan los despropósitos a cuál peor.
Se trataría, según Tan [fisiólogo turco descubridor del caso], de un acontecimiento evolutivo «puntual», como ya propusieron en su día los biólogos Stephen Jay Gould y Richard Lewontin, y no de una evolución gradual, como tradicionalmente sostiene la teoría darwiniana clásica.
No, si yo no dudo que esta gente ande como anda debido a una única mutación, pero por todo lo dicho arriba no creo que ni ésta sea una reversión de nuestro pasado evolutivo ni mucho menos sea la única necesaria para pasar de un chimpancé a un australopiteco. Pero mucha menos gracia me hace el paralelismo que hace el periodista entre los síntomas que padecen estas personas y aquellas características que nos hacen humanos.
«Si preguntamos a bocajarro, a la primera persona que pasa, en qué se diferencian los seres humanos de los monos, es probable que la respuesta hable de lenguaje, de razonamiento, de la plena conciencia de uno mismo y de caminar erguidos sobre dos piernas.»
«El síndrome de Uner Tan bautizado con el nombre de su descubridor que sufren los miembros de esta familia turca se manifiesta en el cuadrupedismo (personas que caminan sólo y siempre sobre las manos y los pies y, a menudo, oblicuamente), un lenguaje bastante reducido, un grave retraso mental, una reducida conciencia de sí mismos y una postura habitual encorvada y con la cabeza inclinada, incluso cuando el afectado está sentado.»
Es indignante. Estas personas son seres humanos. Enfermos, minusválidos, como lo quieran llamar, pero no son menos humanos que, pongamos por caso, un ciego, un sordo o un autista. Sin embargo en este caso el periodista se permite el lujo de afirmar que
En una palabra, estos individuos, a causa de un defecto congénito, encarnan en la realidad lo que se podría definir, según una larga tradición científica, como el célebre eslabón perdido.
La verdad es que no encuentro palabras para describir completamente lo que siento al leer esa frase. Sólo diré que es un triste ejemplo de cómo el desconocimiento o quizá lo que sea peor, la ilusión de tener un conocimiento sobre la teoría evolutiva en general y en particular de la evolución humana puede llevar a afirmar cosas que atentan contra la dignidad humana.
Sinceramente, espero que el anunciado reportaje de la BBC sobre el asunto, que se emitirá el 17 de Marzo, sea completamente distinto.
PD. Más información actualizada sobre este asunto aquí.
Acusan a un científico de pagar a la familia de cuadrúpedos por la exclusiva de su caso
MADRID.- El descubrimiento de una familia de turcos en la que cinco hermanos caminan como los cuadrúpedos ha desatado una agria polémica entre un científico turco de la Universidad Médica de Cukurova, el profesor Uner Tan, y el británico Nicholas Humphrey, especialista en Psicología Evolutiva del London School of Economics.
Tan ha acusado a su colega Humphrey de «robarle» el hallazgo de la peculiar familia y de pagarles para que no hablaran con nadie más que con él, con el objetivo de vender su historia en exclusiva a la BBC. La cadena ha realizado un documental sobre este extraño defecto genético que impide a cinco miembros de esta familia mantenerse erguidos y caminar como bípedos.
En su denuncia, que recogía el miércoles la revista digital World Science, Tan señala que invitó a Humphrey a visitar a la familia de cuadrúpedos, que vive en una aldea turca, tras detectar una mutación genética que, según su interpretación, podría ayudar a comprender cuál fue el proceso que ayudó al Homo sapiens a caminar erguido, puesto que es un paso atrás en la evolución humana. «Pero los británicos llegaron y compraron a la familia para que dejara de cooperar conmigo y con otros investigadores», asegura.
Según Tan, el equipo de Humphrey les dió 1.000 euros y les instalaron agua y electricidad en sus hogares. Después, publicaron un artículo científico sobre el nuevo síndrome en la revista International Journal of Neuroscience y contrataron el documental con la cadena BBC.
Humphrey señalaba el miércoles a EL MUNDO, a través de un correo electrónico, que «no hay que hacer caso de estas acusaciones» y que todas las respuestas se conocerán en el programa que emitirá la BBC el próximo 17 de marzo. En World Science, añadía también que, en todo caso, el verdadero descubridor de esta extraña anomalía es un compañero de Uner Tan, el científico Osman Demirhan.
Sus detractores, por contra, afirman que deberían investigarse esos pagos para comprobar que no les ha sobornado para ser sujetos de estudio y que, en todo caso, deberían tener abogados que les informaran de sus derechos y del riesgo de que se acaben convirtiendo en un espectáculo de circo en los medios de comunicación.
Lo cierto es que los cinco hijos cuadrúpedos de la misma familia padecen subdesarrollo mental, pero aún no se tienen los resultados de su ADN para saber qué genes tienen afectados, como tampoco se sabe cuáles son los que provocaron la evolución humana y se duda que unos pocos hayan sido capaces de provocar un cambio tan complejo como el bipedalismo. El científico turco, en este punto, alude a un trabajo alemán en el que se describe un defecto en la región 17p del genoma donde se localizan algunas de las grandes diferencias entre humanos y chimpancés.
Humphrey y sus colegas, por su parte, señalan que los afectados andan con las palmas de las manos al estilo del gateo de los osos, y no con los nudillos como los simios, y lo comparan con el caminar de los niños cuando aún no son capaces de tenerse de pie. Además, explican en su trabajo que estas personas son capaces de manejar unas 100 palabras en turco y en kurdo y pueden mantenerse sobre sus dos piernas, aunque por poco tiempo. «Su caso podría ser una combinación insólita de factores genéticos, fisiológicos, psíquicos y sociales», argumentan. Basándose en escáneres cerebrales realizados, los científicos describen este desorden como una ataxia, es decir, un mal desarrollo en el cerebelo.
Imagen de las manos de uno de los cuadrúpedos. (Foto: Nicholas Humphrey)
MADRID.- Escepticismo absoluto. Esta es la tónica general entre los investigadores españoles en torno al caso de la familia de cuadrúpedos descubierta en Turquía y su relación con los estudios sobre evolución humana. Para los científicos españoles,el origen de bipedalismo humano no puede ser tan simple como se presenta en el trabajo del turco Uner Tan o del británico Nicholas Humphrey.
El paleontólogo José María Bermúdez de Castro, uno de los codirectores de las excavaciones en Atapuerca (Burgos), recordaba que caminar sobre dos pies «requiere muchos cambios anatómicos» entre un humano y un simio. «Supone una modificación estructural que no puede deberse a un gen determinado debido a su extrema complejidad. Cambia la pelvis, el foramen magnun (el agujero que tenemos bajo el cráneo y que los cuadrúpedos tienen lateral) e incluso la musculatura es diferente», argumenta.
Para este paleoantropólogo, el caso de esta familia «puede ser un defecto genómico», pero no una mutación regresiva, mucho más compleja de determinar porque realmente se desconoce cómo se produjeron en nuestros ancestros.
Un problema patológico
En similares términos se expresaba la paleontóloga Dolores Garralda, profesora de Antropología Biológica en la Universidad Complutense. «Poder caminar sobre dos pies supuso unos cambios genéticos enormes, que no tiene que ver con el caso de esta familia. Parte de sus miembros sufren un defecto genético,un problema patológico que les obliga a andar con pies y manos, pero tienen la pelvis como nosotros y la morfología de sus rodillas y de sus pies es también igual a la nuestra, no es como la de los Australopithecus que, sin embargo, ya caminaban sobre dos pies», explica Garralda.
La profesora recuerda que en algunos psiquiátricos se ven personas con unas patologías muy extrañas. «Yo en algunos países he visto personas que carecen de pies o niños que no podían andar de ningún modo, pero en el caso de nuestra especie se trató de un proceso lento en el que se fueron produciendo cambios acumulativos», señala.
Aún más crítico, Manuel Toharia, director del Museo de las Artes y de las Ciencias de Valencia, declaraba ayer a la Cadena Ser que el presunto descubrimiento científico sólo puede encuadrarse en el «amarillismo», y comparó el hecho de que los cinco hermanos no puedan caminar erguidos por un problema genético con fenómenos similares, como puede ser el de las personas que nacen con dos cabezas. Toharia comentó que no entendía dónde está la relación entre una malformación genética que impide andar sólo con los pies y la cadena de la evolución humana.
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