COLOSENSES: EL PODER PARA SOPORTAR CON GOZO


COLOSENSES: EL PODER PARA SOPORTAR CON GOZO

por Ray C. Stedman

La mayoría de las epístolas que escribió Pablo a las iglesias fueron dirigidas a aquellas iglesias que él mismo había fundado, pero no fue él quien comenzó la iglesia en Roma, ni la de Colosas. No se sabe con certeza quién fundó la iglesia de Colosas, pero es muy factible que fuese un hombre al que se menciona en algunas de las otras epístolas de Pablo, Epafrodito o, debido a que ese era un nombre demasiado largo como para que ni siquiera los griegos lo pronunciasen, Epafras. Se le menciona en esta epístola como procedente de Colosas y es el que probablemente fundó esta iglesia. No sabemos dónde oiría el Evangelio, pero lo que sí es evidente era que lo había proclamado en su ciudad natal e incluso había proclamado a Cristo y de dicha proclamación había surgido la iglesia de Colosas.

1 comentario (+¿añadir los tuyos?)

  1. pauloarieu
    May 07, 2009 @ 17:01:12

    Colosenses – trasfondo

    Colosenses y Efesios son epístolas gemelas; de hecho, su pa recido es tan grande que algunos que dudan de la paternidad pan lina de Los Efesios han afirmado que se trata únicamente de iiiih copia de Colosenses con adiciones. La ciudad de Colosas estalm • situada en las tierras interiores de Asia sobre una cresta rocoin que dominaba el valle del río Lycus, no lejos de las ciudades dn Hierápolis y Laodicea. Durante el período de las guerras persa» en el siglo v, A.C., Colosas había sido una ciudad de considera ble importancia; pero declinó su comercio a medida que crecieron Hierápolis y Laodicea. Había sido especialmente famosa por lu lustrosa lana negra que producían los rebaños que pastaban en los circunvecinos cerros de la comarca. En los días de Pablo estalm en decadencia aunque todavía era una ciudad bastante regular. Pablo mismo probablemente no había visitado a Colosas ni u las ciudades vecinas puesto que dice que ellos «no habían visto su rostro en la carne» (Col. 2:1). Debió haber sido evangelizada du¬rante la estancia de Pablo en Asia, quizá por Timoteo y Epafrai (1:7) que hacían trabajo itinerante mientras Pablo predicaba en Éfeso.

    La herejía de Colosas a que se hace alusión en esta epístola era una que se desarrolló en forma local debido a la peculiar si¬tuación de la ciudad. Colosas estaba sobre la ruta comercial do Oriente, a lo largo de la cual se transportaban hasta Roma lo mis¬mo las religiones de oriente que las mercancías orientales. Los colosenses eran gentiles frigios (1:27) cuyos antecedentes religioso» eran elevadamente místicos y emocionales. Procuraban alcanzar a plenitud de Dios, y cuando llegaron maestros que les visitaron con una filosofía que permitía el conocimiento místico de Dios, sn extasiaron en ella. Entre sus postulados estaban la voluntaria humillación demostrada probablemente por prácticas ascéticas (2:18, 20, 21), la adoración de los ángeles, a quienes debió haberse repu¬tado como intermediarios entre Dios y el hombre (2:18), abstinencia de ciertos alimentos y bebidas, y la observancia de fiestas y días ceremoniales (2:16). Es casi seguro que en estas enseñanzas también había una cierta inclinación hacia el legalismo judío, pro-ducido por el contacto con la población judía de Asia Menor. Las referencias que Pablo hace al ceremonialismo (2:11) y al hecho de que las ceremonias y las fiestas simbolizaban cosas que estaban por venir (2:17) sonaban muy de acuerdo con el judaismo más que con el paganismo. La herejía colosense, por tanto, era de un orden semejante a la de los gálatas, excepto que se desarrollaba al¬rededor de la persona de Cristo más bien que alrededor de la sal¬vación por gracia en contra de la salvación por obras.
    La respuesta para esta herejía no estaba en una laboriosa ar¬gumentación, sino en la presentación positiva de la persona de Cristo. Pablo puntualizó que todas las filosofías, los poderes espiri¬tuales y las observaciones y restricciones ceremoniales eran ente¬ramente secundarias en relación con la preeminencia de Cristo.

    contenido
    Es muy notable el pasaje de Colosenses 1:14-22 en el cual Pablo presenta su Cristología. Llama la atención que no sea un tratado separado, sino parte de una oración con la cual Pablo co¬mienza el párrafo que se inicia en 1:9. Comenzando con una cláu¬sula relativa, explicatoria de la frase, «el hijo de su amor» (1:13), siguió con la descripción de Cristo en términos que solamente pueden ser aplicados a la divinidad, Pablo lo sumariza finalmente todo en la asombrosa declaración de que «en Él habitaba toda la plenitud de la divinidad corporalmente» (2:9). En la creación, en la redención, en la iglesia y en la vida personal, Cristo debe ser preeminente. La redención es prominente en la enseñanza de Co¬losenses. En Cristo los hombres alcanzan perdón de pecados (1:14). Por medio de la sangre de su cruz son reconciliados con Dios (1:20, 22). El compromiso escrito en ordenanzas, que nos era contrario, ha sido abolido en la cruz (2:14). También enseña Colosenses la aplicación espiritual de la muerte y resurrección de Cristo: «Si

    La herejía de Colosas a que se hace alusión en esta epístola era una que se desarrolló en forma local debido a la peculiar situación de la ciudad. Colosas estaba sobre la ruta comercial do Oriente, a lo largo de la cual se transportaban hasta Roma lo mismo las religiones de oriente que las mercancías orientales. Los colosenses eran gentiles frigios (1:27) cuyos antecedentes religioso» eran elevadamente místicos y emocionales. Procuraban alcanzar a plenitud de Dios, y cuando llegaron maestros que les visitaron con una filosofía que permitía el conocimiento místico de Dios, sn extasiaron en ella. Entre sus postulados estaban la voluntaria humillación demostrada probablemente por prácticas ascéticas (2:18, 20, 21), la adoración de los ángeles, a quienes debió haberse repu¬tado como intermediarios entre Dios y el hombre (2:18), abstinencia de ciertos alimentos y bebidas, y la observancia de fiestas y días ceremoniales (2:16). Es casi seguro que en estas enseñanzas también había una cierta inclinación hacia el legalismo judío, pro-ducido por el contacto con la población judía de Asia Menor. Las referencias que Pablo hace al ceremonialismo (2:11) y al hecho de que las ceremonias y las fiestas simbolizaban cosas que estaban por venir (2:17) sonaban muy de acuerdo con el judaismo más que con el paganismo. La herejía colosense, por tanto, era de un orden semejante a la de los gálatas, excepto que se desarrollaba al¬rededor de la persona de Cristo más bien que alrededor de la sal¬vación por gracia en contra de la salvación por obras.

    La respuesta para esta herejía no estaba en una laboriosa argumentación, sino en la presentación positiva de la persona de Cristo. Pablo puntualizó que todas las filosofías, los poderes espirituales y las observaciones y restricciones ceremoniales eran enteramente secundarias en relación con la preeminencia de Cristo.

    contenido
    Es muy notable el pasaje de Colosenses 1:14-22 en el cual Pablo presenta su Cristología. Llama la atención que no sea un tratado separado, sino parte de una oración con la cual Pablo co¬mienza el párrafo que se inicia en 1:9. Comenzando con una cláu¬sula relativa, explicatoria de la frase, «el hijo de su amor» (1:13), siguió con la descripción de Cristo en términos que solamente pueden ser aplicados a la divinidad, Pablo lo sumariza finalmente todo en la asombrosa declaración de que «en Él habitaba toda la plenitud de la divinidad corporalmente» (2:9). En la creación, en la redención, en la iglesia y en la vida personal, Cristo debe ser preeminente. La redención es prominente en la enseñanza de Co¬losenses. En Cristo los hombres alcanzan perdón de pecados (1:14). Por medio de la sangre de su cruz son reconciliados con Dios (1:20, 22). El compromiso escrito en ordenanzas, que nos era contrario, ha sido abolido en la cruz (2:14). También enseña Colosenses la aplicación espiritual de la muerte y resurrección de Cristo: «Si habéis muerto con Cristo… ¿por qué… os sujetáis a ordenanzas?… Si habéis pues resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, en donde está Cristo sentado a k diestra de Dios (2:20, 3:1).

    Habéis muerto con Cristo… ¿por qué… os sujetáis a ordenanzas?… Si habéis pues resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, en donde está Cristo sentado a k diestra de Dios (2:20, 3:1).

    Habéis muerto con Cristo… ¿por qué… os sujetáis a ordenanzas?… Si habéis pues resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, en donde está Cristo sentado a k diestra de Dios (2:20, 3:1).

    BOSQUEJO
    COLOSENSES: LA PREEMINENCIA DE CRISTO

    1:1,2
    1:3-2:7
    1:3-8
    1:9-23
    1:24-2:7
    2:8-3:4
    2:8-15
    2:16-19
    2:20-3:4
    3:5-4:6
    3:5-11
    3:12-17
    3:18-4:1
    4:2-6
    4:7-18
    I. Salutación
    II. La preeminencia de Cristo en nuestras relaciones personales
    En los contactos personales En la personal presentación En el personal propósito
    III. La preeminencia de Cristo en la doctrina
    La falsa filosofía va contra Cristo
    El falso culto va contra Cristo
    El falso ascetismo va contra Cristo
    IV. La preeminencia de Cristo en la ética
    En los preceptos negativos: «Dejad…» En los preceptos positivos «Vestios…» En las relaciones familiares En lo general V. Saludos personales de despedida

    EVALUACIÓN
    Colosenses fue escrita como antídoto para un intelectualismo estragado que parlaba de misterios, de conocimientos secretos y de sabiduría, en tanto que menospreciaba a Cristo, debido a una falsa filosofía. Pablo demuestra que en Cristo, Dios está perfeda-mente manifestado (1:15), que en Él reside toda la plenitud <l« la deidad (1:19), y que en Él están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento (2:3).
    Además, las demandas eticas de la vida cristiana están estrechamente ligadas con sus norrnas intelectuales «Poned vuestro corazón en las cosas de arriba,no en las de la tierra» (3:2) La sección práctica de la carta se desarrolla de acuerdo con el anterior precepto (3:5-4:6) y se conectan con la palabra «pues»,la cual establece la relación que por medio de un esfuerzo consciente se establece entre el conocimiento y la conducta. Pablo no era proveedor de teorías ociosas. Para él el evangelio tenía evidentes consecuencias éticas.