Martín Lutero – Las 95 tesis

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Martín Lutero – Misiva sobre el arte de traducir

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Trabajo Monográfico sobre la Predestinación parte 2

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Trabajo Monográfico sobre la Predestinación parte 1

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La naturaleza de la presencia de Cristo en la Cena del Señor

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Las indulgencias del siglo XXI

Las indulgencias del siglo XXI
Edgardo Muñoz (Año: 2009 – Num.: 1)

En 1517 el dominico Johannes Tetzel cobró triste celebridad al ofrecer indulgencias para librar las almas del sufrimiento. Martín Lutero reaccionó ante tal ostentación desencadenando la Reforma. No fue sólo la penosa oferta la que provocó la existencia de la iglesia protestante, sino que su desafortunada frase sonó presuntuosa y temeraria: Ni bien se oiga el tintineo de las monedas en el fondo del ofrendario, sacaréis un alma del purgatorio. El enojo de Lutero tenía su razón. Tetzel se asemejaba a aquellos que hacen caminar al burro en el que están montados, colgando una zanahoria de la caña y suspendiéndola delante de la cabeza del animal. El burro camina pero no logra nada de lo prometido, simplemente beneficia a su amo.

Apenas cinco siglos después que Lutero escribiera las 95 tesis con indignación, podríamos comparar al monje temerario con muchos ministros del Evangelio que ofrecen indulgencias. La oferta es otra, las condiciones también son distintas, pero la motivación, el concepto y el mecanismo son los mismos. Cada vez que prometemos a los creyentes soluciones mágicas si cumplen con determinadas condiciones, ofrecemos indulgencias. Siempre que manipulamos la voluntad de los hermanos a través del miedo o las esperanzas falsas, nos pareceremos al monje Tetzel.

Los seres humanos somos amantes de las soluciones milagrosas. Muchas veces, bajo el manto de la fe escondemos nuestras impurezas, ambiciones e irresponsabilidad. Resulta muy fácil atribuir a la voluntad del Señor nuestros íntimos deseos egoístas o las consecuencias de nuestros errores. Es verdad que Dios quiere bendecirnos. También es correcto saber que el Señor no desea nuestro sufrimiento. Pero las bendiciones de Dios (así les llamamos a las circunstancias que nos son propicias para disfrutar la vida), no deben ocupar los primeros lugares en nuestra escala de valores.

En las últimas décadas han surgido corrientes pseudocristianas con un mensaje claramente hedonista. Proponen que las personas dejen de sufrir y pasen a la lista de los triunfadores y prosperados. Ofrecen sanidades y victorias sobre los conflictos. La televisión e Internet se transformaron en los mejores vehículos para esta corriente. Al alcance de cualquiera se ofrecen aceites de la unción o fórmulas para quebrar maldiciones y hechizos. Las librerías también hicieron lo suyo al ofrecer los siete pasos para lograr esto o aquello. El espíritu consumista se transformó en el mejor cómplice y de esta manera encontramos la compra de indulgencias.

No siempre se ofrecen bendiciones por medio del dinero. Otras veces, los bienes económicos son reemplazados por distintos tipos de sacrificios de los creyentes. Favores que se solicitan, exigencias ministeriales o demandas de mayor tiempo pertenecen al grupo de pagos con los que se obtienen bendiciones especiales.

Todo lo que desde la niñez hicimos queda alojado en la mente, de manera consciente o inconsciente. A veces sólo nos queda el recuerdo de haber hecho algo malo, sin saber precisamente qué fue lo que hicimos. Tal memoria pesa sobre nuestras consciencias y nos conduce a descalificarnos de todo buen mérito o temer algún castigo. Nadie se exime de arrastrar consigo tales sentimientos. En otras palabras, los sentimientos de culpa son inherentes a cada ser humano. Para cualquier orador hábil, no es difícil remover la conciencia de las gentes y accionar esos botones de la culpa. Pero luego llega la maravillosa solución, el milagroso quitamanchas que se obtiene con un mínimo esfuerzo beneficiando al que lo provee.

Muy a menudo se escucha de pastores autoritarios que tienen a las personas atemorizadas y se aprovechan de su liderazgo espiritual para presionarlas a rendir algún tipo de servicio en la iglesia. Frente a una personalidad fuerte e intimidante, los creyentes zozobran en una tempestad que los lleva una y otra vez de la presión al alivio y del alivio a la presión. Entonces, por temor a la represalia o a la pérdida del favor de la autoridad, los hermanos callan hasta quebrantar su salud anímica. Se transforman en esclavos cautivos que no tienen el valor de enfrentar al despotismo y ni siquiera de huir.

Todo lo que el creyente puede dar o hacer a favor del Cuerpo de Cristo y sus ministros pertenece al área de lo voluntario y espontáneo. Cuando Pablo dice que: Dios ama al dador alegre (2Co 9.7), se refiere a que Dios valora la actitud con la que se da. No ama simplemente al dador (ni odia al que no da), sino que la alegría de corazón determina el valor de la dádiva. Cualquiera que da para aplacar el castigo o ganar un favor especial, no pertenece a la categoría de los generosos de corazón.

Deuteronomio 10.17 declara que Dios no recibe cohecho. El cohecho o soborno es el pago que se recibe para cambiar una norma. Toda forma de sacrificio para cambiar el ánimo de Dios lleva el nombre de cohecho. Todo pedido o exigencia de un pago para lograr un beneficio de una manera ilegal se llama extorsión. Dios no está de acuerdo con nada de ello.

Para concluir, hay un solo pago que cambió el favor de Dios hacia nosotros. No fue cohecho ni extorsión, sino que Dios lo pagó de sí mismo. Por lo tanto es un pago de buena voluntad o gracia. Este pago lo hizo Jesucristo en la cruz y ya no hace falta más nada para tener el favor del Señor. El concepto que transformó a la mente de Martín Lutero guió a la redacción de las 95 tesis. El justo por su fe vivirá Ro. 1.17.

Si alguna vez nos sentimos tentados a sacar provecho personal, valiéndonos del miedo, la culpa o la ambición de los creyentes, no accedamos al deseo. Porque, en el caso de hacerlo, nos volveremos tristemente célebres en el Reino de los Cielos al igual que Tetzel.

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Salvados por Gracia, Justificados por Fe ¿ también lo merecemos por obras… ?

DOCTRINAS CATÓLICAS Y SU CORRESPONDENCIA BÍBLICA

Salvados por Gracia, Justificados por Fe

¿ también lo merecemos por obras… ?

por Daniel Sapia

(Los textos del Catecismo Católico se escribirán en AZUL, los textos Bíblicos en ROJO)

Definamos primero qué es SALVACIÓN:

1. En el principio, Dios creó al hombre, a Su imagen y semejanza y en perfecta comunión con Él.

2. A causa de su desobediencia, el hombre se alejó de Dios, eligiendo tomar su propio camino.

3. Este pecado condenó al hombre a vivir eternamente fuera de la Presencia Divina, en el Infierno, en el lago de fuego y azufre que arde por los siglos.

4. Pero Dios Padre, en Su infinito amor, dio a Su creación el medio para reconciliarse con Él. Ofreció (y ofrece) un medio para que SALVE su alma de la condenación. La sangre de Su HijoJESUCRISTO, nuestro bendito Cordero de expiación.

¿Es esta SALVACIÓN un REGALO INMERECIDO (Gracia) o un PAGO MERECIDO?

Es lo que trataremos de responder.


Supongamos esta conversación:

-«¿Dónde piensas que irás cuando mueras…?»

-«Y…yo soy una buena persona, siempre lo he sido, creo en Dios, cumplo los mandamientos ya que nunca maté a nadie ni robé, de vez en cuando voy a la iglesia, y encima… mira que hermosa cruz llevo colgada. Además, como si fuera poco, cuando era bebé me bautizaron. No creo equivocarme si digo que mi relación con Dios es buena, así que… YO IRÉ AL CIELO

-«Pero… ¿has tenido un ENCUENTRO PERSONAL con Jesucristo?

-«Si, claro..! ¿ No te dije que voy a la iglesia?

Si esta conversación fuera real, no tendría buenas noticias para mi amigo. Y aunque no guardo demasiadas expectativas de que mi opinión le importe mucho, al menos trataría de que le importara la opinión de Dios.

¿Cómo obtenemos la Salvación

según lo expresado por Dios en las Sagradas Escrituras?
La Biblia dice que la Salvación es un REGALO (Gracia) de Dios, que no hay NADA que las personas podamos hacer para merecerlo. Esta Salvación, este regalo, se recibe al aceptar a Jesucristo en nuestro corazón, como el Mesías, el Cristo, el Cordero de Dios, nuestro Redentor, quien pagó por nuestros pecados, en la Cruz del Calvario.

1. La Salvación es un REGALO (Gracia) DE DIOS.

«Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)» (Efesios 2:4-5)

«…siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre» (Romanos 3:24-25)

«Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra» (Romanos 11:6)

«Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres…» (Tito 2:11)

2. La Salvación NO SE MERECE por algo que hagamos, no se merece por obras.

«Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero.» (Hechos 8:20)

«Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Diosno por obras, para que nadie se gloríe.» (Efesios 2:8-9)

«sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la leypor cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.» (Galatas 2:16)

«Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia.» (Tito 3:4-5)

«Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley» (Romanos 3:28)

3. Solo la FE EN JESUCRISTO nos da la Salvación.

«Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.» (Juan 3:16)

«Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.»(Romanos 5:1)

«Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.» (Juan 14:6)

«Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.» (Hechos 4:12)

«Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.» (Hechos 16:31)

«Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, ycreyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.» (Romanos 10:8-9)

«Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación» (Romanos 5:10-11)

«No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir. Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo.» (Romanos 5:14-15)

«Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.» (Romanos 5:8-9)

«Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo.»(1° Juan 4:14)

«A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibierona los que creen en su nombreles dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.» (Juan 1:11-13)

Qué afirma la fe Católicorromana

Si bien claramente La Biblia nos dice que la Salvación no reconoce méritos humanos, o dicho de otra forma, es un regalo de Dios Padre a aquellos que reconocen a Jesús como El Cristo y le entregan su vida, vemos como la doctrina Católica enseña la necesidad de determinadas obras para «merecer» o para «conservar» este regalo.

«Esta revelación no fue interrumpida por el pecado de nuestros primeros padres. Dios, en efecto, «después de su caída alentó en ellos la esperanza de la salvación con la promesa de la redención, y tuvo incesante cuidado del género humano, para dar la vida eterna a todos los que buscan la salvación con la perseverancia en las buenas obras» (DV 3).  CIC #55

« En toda circunstancia, cada uno debe esperar, con la gracia de Dios, «perseverar hasta el fin» yobtener el gozo del cielo, como eterna recompensa de Dios por las buenas obras realizadas con la gracia de Cristo…» CIC #1821

« Los hijos de nuestra madre la Santa Iglesia esperan justamente la gracia de la perseverancia final y de la recompensa de Dios, su Padre, por las obras buenas realizadas con su gracia… » CIC#2016

«El Concilio de Trento enseña que los diez mandamientos obligan a los cristianos y que el hombre justificado está también obligado a observarlos (cf DS 1569-70). Y el Concilio Vaticano II lo afirma: «Los obispos, como sucesores de los apóstoles, reciben del Señor…la misión de enseñar a todos los pueblos y de predicar el Evangelio a todo el mundo para que todos los hombres, por la fe, el bautismo y el cumplimiento de los mandamientosconsigan la salvación» (LG 24).» CIC #2068

«Los padres tuvieron razón en llamar a la penitencia «un bautismo laborioso» (San Gregorio Nac., or. 39.17). Para los que han caído después del Bautismo, es necesario para la Salvación este sacramento de la Penitenciacomo lo es el Bautismo para quienes aún no han sido regenerados (Cc. de Trento: DS 1672).»  CIC #980

Aquí, San Gregorio claramente dice que con la Penitencia obtenemos lo mismo que con el Bautismo, o sea la Salvación. La diferencia es que mientras uno «da trabajo» (la laboriosa penitencia), el otro no.

«La Iglesia afirma que para los creyentes, los Sacramentos de la Nueva Alianza son necesarios para la Salvación (Cf. Cc. de Trento: DS 1604).»   CIC #1129

«Los Sacramentos son signos eficaces de la gracia, instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia por los cuales nos es dispensada la vida divina. Los ritos visibles bajo los cuales los sacramentos son celebrados significan y realizan las gracias propias de cada sacramento.»  CIC#1131

«La Iglesia pide a Dios que, por medio de su Hijo, el poder del Espíritu Santo descienda sobre esta agua, a fin de que los que sean bautizados con ella «nazcan del agua y del Espíritu». Sigue entonces el rito esencial del sacramento: el Bautismo propiamente dicho, que significa yrealiza la muerte al pecado y la entrada en la vida de la Santísima Trinidad a través de la configuración con el misterio pascual de Cristo. El Bautismo es realizado de la manera mas significativa mediante la triple inmersión en el agua bautismal. Pero desde la antigüedad puede ser también conferido derramando tres veces agua sobre la cabeza del candidato.»  CIC # 1238 y 1239

Aquí claramente se nota que cuando la Iglesia Católica menciona el «Bautismo», no habla del bautismo del Espíritu Santo producto de la profesión de fe, sino que se refiere al rito de inmersión o aspersión, acto realizado por un ministro eclesiástico. Entraremos en mas detalles cuando se desarrolle el tema específico.

«Para el Católico, la Salvación no viene mediante recibir a Cristo como Salvador personal, sino que es un extenso proceso que comienza con el bautismo, y de ahí en adelante depende de la relación continua de la persona con la Iglesia. La Salvación viene mediante la participación en los sacramentos, penitencias, buenas obras, sufriendo por los pecados personales, y los pecados de otros, aquí o en el purgatorio, indulgencias para reducir el tiempo en el purgatorio, y cantidades casi interminables de misas y rosarios dichos en favor del feligrés, aún después de la muerte. El «evangelismo» católico es por obras, la antítesis propiamente dicha de «el evangelio de la gracia de Dios.»

(Dave Hunt – «A Woman Rides the Beast» – Pag.10)

Testimonio gráfico (en video)

«Ten misericordia de todos nosotros, y así con María la virgen madre de Dios, los apóstoles y cuántos vivieron en tu amistad a través de los tiempos, MEREZCAMOSpor tu Hijo Jesucristo compartir la vida eterna y cantar tus alabanzas…»

Sacerdote católico celebrando misa.

«.. no por obraspara que NADIE SE GLORIE…»

Apóstol San Pablo, Efesios 2:8

Haz click AQUI

para ver en video

el párrafo anterior declarado

en una Misa católica

(Buenos Aires, Argentina)

Existe un libro publicado por el sacerdote Jorge Loring, titulado «Para Salvarte«. Según se afirma en el sitio oficial que promociona el libro, se han vendido sólo en España más de 1.200.000ejemplares, «…sin contar las ediciones que se que se han hecho en Méjico, Ecuador, Perú y Chile. También se han hecho traducciones al inglés en Los Ángeles (California), al árabe en El Cairo, al hebreo en Jerusalén y al gujerati en la India. Hoy se está haciendo la traducción al ruso en Moscú.” Se supone que con esta cantidad, los términos y afirmaciones allí publicados no son ajenos a la Jerarquía eclesial romana ni a sus organismos de censura doctrinal (Congregación para la Doctrina de la Fe). Lo cierto es que, sin medias tintas, el Presbítero Jorge Loring dice en su libro:

«Dios ha querido darnos el cielo como recompensa a nuestras buenas obras. Sin ellas es imposible, para el adulto, conseguir la salvación eterna…»

http://www.spiritusmedia.org/para_salvarte/41-445.htm

http://www.encuentra.com/includes/documento.php?IdDoc=1534&IdSec=64

Más claro, imposible…

Catolicismo, Biblia y «buenas obras».

En muchas conversaciones apologéticas en las cuales se conversó sobre este tema, los exponentes católicos argumentan que en la misma Palabra de Dios existe documentación canónica que sustenta la necesidad de las «Buenas Obras» para poder merecer la Salvación. Para tal motivo, hacen referencia a 2 textos de las Escrituras: Santiago 2:14-26Mateo 25:31-46.

Santiago 2:14-26

La carta o Epístola Universal de Santiago aparece dirigida «a las doce tribus de Israel esparcidas por todo el mundo.» Con esta expresión, tomada del judaísmo de la época, se designa la totalidad de las iglesias cristianas. Tal característica dio origen a que esta carta, junto con las dos de Pedro, las tres deJuan y la de Judas, fueran llamadas cartas «católicas», generales o universales.

Posiblemente el autor tiene en cuenta a algunos que, entendiendo mal la enseñanza de Pablo, pensaban que para ser cristiano bastaba una fe teórica, el aceptar solo con la mente las verdades recibidas. Santiago insiste en que la fe debe mostrarse con los hechos, en todos los aspectos de la vida del cristiano. Veamos a continuación que significa esto.

«14Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? 15Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, 16y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas queson necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? 17Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.18Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. 19Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. 20¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? 21¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? 22¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? 23Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios. 24Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe. 25Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino? 26Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.»(Santiago:2:14-26)

vv.14 Si la Escritura enseña que los hijos de Dios han sido creados PARA buenas obras, las cuales su Padre las preparó DE ANTEMANO, entonces es imposible que a alguien aproveche no contar con ese «buen obrar» patrimonio de TODO hijo de Dios a causa de su nuevo nacimiento, por gracia por medio de la Fe, como enseña Efesios 2:9-10

vv.17 Una «fe» que carece de obras, no es la Fe salvífica que nace del corazón de Dios. Pablo no deja dudas acerca de que las obras del Cristiano fueron preparadas de antemano por Dios, para que anduvieran en ellas. Si no se anda «en ellas», entonces la fe no es genuina. Es una fe muerta.

vv.18 Contundente declaración«te mostraré mi fe por mis obras». Parafreseando a Santiago: «te mostraré la calidad de mi Fe, producto de andar en las buenas obras que Dios preparó de antemano para que anduvieran Sus hijos…» En las propias palabras de Santiago, las buenas obras son consecuencia del resultado del ya obrado nuevo nacimiento espiritual, por gracia, por medio de la Fe (Efesios 2:8)

vv.19 ¿Alcanza la «fe» de los demonios para que sean salvos? Por supuesto que no, pues no es una fe «salvífica», portadora del buen obrar preparado de antemano por Dios. A pesar de que poseen fe (creen que Dios es uno, no son «ateos»), su fe es muerta.

vv.20-23 La Fe genuina de Abraham se manifestó a través de (actuó juntamente con) sus obras.

vv.24 Reafirma que la mera fe no justifica de por si, sino sólo una fe genuina, obradora de bien.

vv.26 La fe sin obras no es Fe salvífica. Esta Fe, genuina, produce que el hijo de Dios «abunde para toda buena obra» (2 Cor 9:8)

Por fe somos hechos hijos de Dios, nueva criatura, redimidos por la sangre de Cristo, salvos. Pero esa fe debe ser -permítaseme el término- «fe salvífica«, NO cualquier fe, NO sencillamente un «..si, creo..«. Si esa fe es «sincera» a los ojos del Señor, produce un «sacudón» en nuestro espíritu. Para los que la hemos vivido, sabemos lo que significa entonces tener «un encuentro personal con Jesucristo».

Esta «FE SALVÍFICA» es la fe verdadera. Esa fe verdadera es una fe renovadora, que cambia nuestro corazón de piedra en un corazón de carne, que late al ritmo del amor del Señor, derramado en nosotros.

Por tal motivo, las «buenas obras» para el cristiano no son un medio para merecer la salvación sino unaconsecuencia del nuevo nacimiento, obrado en su ser a causa del bautismo en el Espíritu Santo. No son una imposición o penitencia, sino que son parte de la naturaleza de todo hijo de Dios. No son un «impuesto cotidiano» para seguir «mereciendo» la salvación una vez recibida.

Efesios 2:10 dice: «Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús PARA buenas obras..»

Efesios 2:10 NO dice: «Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús POR buenas obras..»

2° Corintios 9:8 dice: «Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda graciaa fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis PARA toda buena obra..

2° Corintios 9:8 NO dice: «Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia,DEBIDO A QUE,…ABUNDASTEIS EN toda buena obra..

Repito: Por tal motivo, las «buenas obras» para el cristiano no son un medio para merecer la salvación sino una consecuencia del nuevo nacimiento. Dicho de otra manera, si un cristiano no es obrador de bien, entonces nunca experimentó la verdadera conversión de su corazón de piedra, y por lo tanto su salvación se encuentra seriamente cuestionada.

Analicemos el tema desde las 4 opciones posibles:

1. Tengo Fe y tengo OBRAS: Es el caso del verdadero cristiano, nuevo hombre, regenerado en Cristo Jesús, y agradable a los ojos de Dios Padre.

2. Tengo FE y NO tengo OBRAS: Es el caso de una fe defectuosa. Esta clase de fe no es suficiente para ser agradable a Dios. Tiene peligrosa cercanía con la opción 4 de esta serie.

3. NO tengo FE y tengo OBRAS: De esta opción podemos decir 2 cosas. a) Sin fe es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:5) y b) tengo varios amigos ateos que son buenas personas y viven haciendo el bien. Solo con el punto a) nos alcanza para afirmar que con esta actitud no somos agradables ante los ojos de Dios.

4. NO tengo FE y NO tengo OBRAS:  Enemistad y lejanía de Dios. Desagradable a Sus ojos.

El apóstol Pablo, lejos de contradecir a Santiago, dice:

«8Porque por gracia sois salvos por medio de la fe (no dice «de la fe Y las obras»); y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9no por obras (lo aclara expresamente), para que nadie se gloríe.10Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras (NO POR buenas obras)las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas (NO por HABER ANDADO en ellas) (Efesios 2:8-10)

Aquí también, mas claro imposible.

para reflexionar

¿Piensas acaso que Dios necesita «ver» nuestras buenas obras para conocer nuestra posición ante Él? ¿No crees que Dios puede «ver» algo mucho mejor que eso: nuestro corazón y nuestras profundísimas intenciones? Tal vez alguna persona puede ser engañada con las «buenas obras» mostrada por otra. Pero al Dios Altísimo no se lo puede engañar. Por lo tanto, las buenas obras no son necesarias para que Dios sepa fehacientemente si nos hemos convertido por fe, o no. Dios no necesita de nuestras buenas obras para enterarse que fuimos hechos Sus hijos. Y si para Él no es necesario, pues entonces no son un requisito, sino una consecuencia.

Sobre Mateo 25:31-46

(texto frecuentemente utilizado por los defensores de la salvación por obras)

«31Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, 32y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. 33Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. 34Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. 35Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; 36estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. 37Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? 38¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? 39¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? 40Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. 41Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. 42Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; 43fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. 44Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? 45Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. 46E irán éstos al castigo eterno, los justos a la vida eterna« (Mateo 25:31-46)

Aquí parecería decir que Jesucristo está «premiando» las obras hechas por cada uno, especialmente en los versículos 34 al 36. Sin embargo, existe una palabra en todo el texto que nos da la perfecta clave de la correcta interpretación de la parábola del Maestro. Y la palabra es: « JUSTOS ».

Cuando Jesús se refiere a «las ovejas», no le está hablando a cualquier obrador de bien, a cualquiera que realizó buenas obras. Se está dirigiendo a «los justos» (vv.37 y 46). Y como bien dice la Escritura.. ¿Mediante QUE COSA somos hechos justos, somos justificados…?

«Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo..» (Romanos 5:1)

«sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.» (Gálatas 2:16)

«De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús..» (Gálatas 3:24-26)

En definitiva, ¿quiénes irán a la vida eterna (vv.46)?
Respuesta: los justificados por la fe, obradores de bien por naturaleza propia de los hijos de Dios.

Una pobre y recurrente opinión romanista

… cuando pretenden exponer lo «inviable» de la doctrina de la Salvación por la «Sola Fe».

«Evangélicos y fundamentalistas nos aseguran tener tal absoluta seguridad. Abrigan la certeza absoluta de que irán al cielo inmediatamente después de la muerte», precisa. Estas personas concluyen de la Biblia que Cristo prometió que el cielo es de ellos a cambio de un acto muy simple. Todo lo que deben hacer es, «aceptar a Cristo como su salvador personal», y asunto acabado.

A ellos, cuestiona, no les importa lo que suceda despuésno les interesa cuán pecaminosamente vivan el resto de sus días: su salvación está asegurada. Puede que el Espíritu Santo los castigue en esta vida por sus pecados, pero de ningún modo pueden descartar su salvación, porque esta no depende del valor intrínseco de sus almas o de los efectos de los pecados que se cometan.

Fuente: http://apologetica.org/seguridad.htm

Parafreseando al autor de esta pobre declaración: «todo lo que se debe hacer es un acto muy simple…y asunto acabado«

El decir que poder DISCERNIR la condición de extrema suciedad del propio corazón reconociéndose pecador, imperiosamente necesitado de un Salvador, HUMILLARSE ante el Dios Altísimo rogando Su misericordia, entregándole su corazón, su persona, su vida, su mente, DISCERNIR la necesidad de convertirse de su camino con destino de muerte y depositando TODA su fe en la sangre preciosa del Cordero de Dios, que murió para quitar SU PROPIO Y PERSONAL PECADO… es apenas un «acto muy simple», es debido, cuanto menos, a NO HABER EXPERIMENTADO aquello de lo que se habla. Ese «acto muy simple» que menciona el sacerdote, es sólo la «punta del iceberg» bajo la cual se sumerge el ENORME bloque espiritual que debe moverse para que ocurra el milagro del Nuevo Nacimiento.

Escrito está: «Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo…» (Romanos 10:9)

Decir que « Jesús es el Señor » puede ser un acto muy simple. Pero CONFESARLO, puede hacerlo solo aquél que recibe revelación de lo Alto. Quién lo haya experimentado, me entenderá sin más explicaciones. Quién no lo haya vivido, lamentablemente no podrá ver en esa actitud más que «un acto muy simple..»Y respecto a la suposición de que el Cristiano «confiesa con su boca» y luego dice «..a pecar mi vida..», no hace más que confirmar que se habla de lo que no se ha vivido.

¿Podría alguien comprender lo que significa SER HECHO NUEVA CRIATURA y las consecuencias que de ello resultan, cuando jamás ha experimentado el RENACIMIENTO ESPIRITUAL? ¿Cuánta autoridad podrían tener sus opiniones respecto de las de aquellas personas que SI han sido REGENERADOS por la gracia de Dios?

Escrito está:

«¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive. Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia…»(Romanos 6:1-14)

No obstante…

Sorpresa

Anteriormente citamos el texto de Gálatas 2:16 de la versión Reina-Valera 1960.

Transcribo a continuación la traducción católica del mismo versículo, tomado de la «Biblia de Jerusalén«edición 1975, donde, (sorprendentemente) dice que somos salvos SOLO por la fe… (en concordancia con el «Sola Fide» de la Reforma Protestante)

«,..conscientes de que el hombre no se justifica por las obras de la ley, sino sólo por la fe en Jesucristo…» (Gálatas 2:16)

Ahora bien, (curiosamente) en una página de apologética católica, se afirma que: «Fue Martin Luther quien, en una deliberadamente incorrecta traducción de la Escritura, insertó la palabra «sola» en Romanos 3,28 y Gálatas 2,16...» fuente .Tal vez el Luteranismo se haya infiltrado en el CELAM.

– Recomiendo la lectura de: http://www.vidaeterna.org/esp/preguntas/la_salvacion.htm

Resumiendo:


según Dios en Su Palabra, La Biblia
: Somos Justificados por medio de la fe en Cristo y Salvos solo por Gracia. No hay ninguna obra que haga al «humano» ser merecedor de la Salvación. Solo la entrega sincera de nuestra vida y nuestro corazón a Jesucristo. Y el Señor no puede ser engañado. Él revela nuestros sentimientos mas profundos porque escudriña nuestros corazones, y en definitiva Él es quien Justifica. No existe ningún acto ritual o sacramento que por el solo hecho de efectuarlo nos haga merecedores de la Salvación.


según la iglesia Católica Romana
: La Justificación no es un regalo «gratuito» por medio de Aquél que pagó por nosotros, sino que es necesario trabajar, hacer cosas, participar con «nuestras obras»,practicar ritos, para ganarnos o merecernos ese regalo (con lo cual, deja de ser regalo).

«No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia,

entonces por demás murió Cristo.»

(Gálatas 2:21)

Dice la Iglesia Católica romana

«…para dar la vida eterna a todos los que buscan la salvación con la perseverancia en las buenas obras.» (CIC N° 55)

« En toda circunstancia, cada uno debe esperar, con la gracia de Dios, «perseverar hasta el fin» obtener el gozo del cielo, como eterna recompensa de Dios por las buenas obras realizadas con la gracia de Cristo.» (CIC N° 1821)

« Los hijos de nuestra madre la Santa Iglesia esperan justamente la gracia…de la recompensa de Dios, su Padre, por las obras buenas realizadas con su gracia..»(CIC Nº 2016)

« Dios ha querido darnos el cielo como recompensa a nuestras buenas obras. Sin ellas es imposible, para el adulto, conseguir la salvación eterna »
(P. Jorge Loring, en su popular libro «Para Salvarte»)

Dice la Palabra de Dios

«Porque por gracia sois salvos por medio de la fe;
y esto no de vosotros, pues es don de Dios;
no por obras, para que nadie se gloríe.»

(Efesios 2:8-9)

«Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra.»

(Romanos 11:6)
«¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?

(Los dos cimientos – Lucas 6:46-49)

Que Dios te bendiga

Daniel Sapia

Temas relacionados:

«El obispo Clemente de Roma y el Sola Fide»

«La Gracia según ROMA y según La Reforma«

http://www.conocereislaverdad.org/lasalvacionporfe.htm

Clemente Romano y el «Sola Fide»

Clemente Romano y el «Sola Fide»
por Daniel Sapia
(Los textos Bíblicos se escribirán en ROJO)

Introducción

Es sabido que la doctrina del Sola Fide (o «sólo por la Fe») es una de las columnas de la Reforma Protestante del siglo XVI, junto con el Sola Gracia, Sola Escritura, Sólo Cristo y Sólo gloria a Dios.

Esta doctrina enseña que no existe mérito alguno que haga al hombre pecador «merecedor» de la salvación de su alma, sino que la misma es consecuencia de la infinita misericordia de Dios, recibida por Gracia (regalo) por medio de la Fe en el sacrificio vicario y expiatorio de Jesucristo en la cruz del Calvario. Ya el apóstol San Pablo declara que somos salvos por Gracia por medio de la Fe… «no por obras para que nadie se gloríe» (para que nadie diga que se lo ha merecido), enseñando en consecuencia que la Justificación ante Dios Padre del hombre pecador se realiza SOLO POR LA FE («Sola Fide»)

«Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras [1], las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas…» (Efesios 2:8-10)

Ahora bien, esta doctrina (Sola Fe-«Sola Fide») atenta de manera directa contra la base misma de los argumentos esgrimidos por la Iglesia Católica Romana para sustentar su poder temporal: el pretendido establecimiento sobre ella de “todos los medios de salvación” [2]. Porque si la Salvación fuera realmente «Sólo por Fe», su jerarquía se queda sin argumentos para pregonar la necesidad de subordinarse a ella [3]. Es por ello que la Iglesia Católica rechaza de plano esta doctrina, al punto de declarar anatema (maldito – excomulgado) a quien ose profesarla.

Concilio de Trento

Ya en el Concilio de Trento [4] la Iglesia Católica Romana deja bien en claro qué es lo que piensa sobre el tema controversial de «SOLA FE»:

«Si alguno dijere, que el pecador se justifica con sola la fe, entendiendo que no se requiere otra cosa alguna que coopere a conseguir la gracia [5] de la justificación; y que de ningún modo es necesario que se prepare y disponga con el movimiento de su voluntad; sea excomulgado.» (Canon IX)

Clemente Romano

Presentada la base de lo que aquí se expone, veamos a continuación un escrito de Clemente Romano, que fuera dirigido a modo de carta a los habitantes de Corinto en el año 96 dC. Esta carta contiene 2 particularidades que hacen a la causa de su exposición en este artículo:

1. Que en su texto se distingue claramente la Doctrina de la SOLA FE (“Sola Fide”).

2. Que quien escribió dicha carta (Clemente) ha sido considerado por la Iglesia Católica Apostólica Romana como su cuarto Sumo Pontífice (90-99), luego de Pedro (33-64), Lino (64-76) y Anacleto (76-90) [6].

Lo que hace particular al tema es que alguien considerado Padre de la Iglesia y ADEMÁS Sumo Pontífice o Papa, predicara una doctrina anatematizada en el concilio de Trento (Enero de 1547).

Epístola a los Corintios

(Clemente Romano)

Como señalamos, esta epístola fue escrita en el año 96 dC. y dirigida a la iglesia de Corinto a causa de algunas cuestiones disciplinarias que se habían suscitado y que necesitaban ser observadas. Puede ser leída completa aquí [7].

A continuación, reproducimos el punto XXXII de la carta, el cual da motivo a este artículo:

«Si alguno los considera uno por uno con sinceridad, comprenderá la magnificencia de los dones que Él nos concede. Porque de Jacob son todos los sacerdotes y levitas que ministran en el altar de Dios; de él es el Señor Jesús con respecto a la carne; de él son reyes y gobernantes y soberanos de la línea de Judá; sí, y el resto de las tribus son tenidas en un honor no pequeño, siendo así que Dios prometió diciendo: Tu simiente será como las estrellas del cielo. Todos ellos fueron, pues, glorificados y engrandecidos, no por causa de ellos mismos o de sus obras, o sus actos de justicia que hicieron, sino por medio de su voluntad. Y así nosotros, habiendo sido llamados por su voluntad en Cristo Jesús, no nos justificamos a nosotros mismos, o por medio de nuestra propia sabiduría o entendimiento o piedad u obras que hayamos hecho en santidad de corazón, sino por medio de la fe, por la cual el Dios Todopoderoso justifica a todos los hombres que han sido desde el principio; al cual sea la gloria para siempre jamás. Amén.» (Carta a los Corintios XXXII)

Actualización Septiembre 2005

En algún lugar de la www, y comentando las expresiones del párrafo precedente, el católico Sr. José Miguel Arráiz ha modo de rechazo ha manifestado: «Clemente Romano NUNCA DIJO por medio de la “Sola” Fe, sino por medio de la fe…» En lo personal creo que no hace falta demasiado esfuerzo para notar que el «solo por medio de la fe» se encuentra implícito en la afirmación citada. De hecho, hablando de la Justificación de Dios, Clemente descarta «la sabiduría», descarta «el entendimiento», descarta «la piedad (caridad)» y descarta «LAS OBRAS»… pregunto entonces, si descartamos todo eso ¿que otra cosa queda para suponer que el «… por medio de la fe» no significa «sólo por medio de la fe». Si no es ni por obras ni por caridad ni por sabiduría ni por entendimiento.. ¿será por dinero, tal vez? ¿Qué es lo que ha quedado afuera de la expresión de Clemente para no concluir, entonces, que la Justificación ante Dios es sólo por medio de la fe?

Mención a Clemente y al «Sola Fe»

Sitio web CRISTIANISMO PRIMITIVO:

«Los teólogos protestantes podrán encontrar a su vez en esta preciosa epístola, aún de tiempos apostólicos, una confirmación de la doctrina de la justificación por la sola fe en la gracia salvadora de Dios: «De igual modo nosotros, por Su voluntad llamados en Cristo Jesús, nos santificamos no por nuestros méritos, sabiduría, inteligencia, piedad o cualquier otra obra que hacemos en santidad de corazón, sino por la fe, por la cual Dios Todopoderoso ha santificado a todos desde el principio» (Clemente a los Corintios 32:4)

Tan respetada fue esta carta que incluso se incluyó tras la Biblia en el códice Alejandrino del siglo V que ahora se guarda en el Museo Británico.»

http://www.cristianismo-primitivo.org/siglo_II/clemente.htm

Sitio web MERCABA: (católico)

«Se proclama el principio paulino de la salvación por la fe y no por los méritos propios, pero al mismo tiempo se insiste en la necesidad de practicar obras de santidad y de obedecer a los mandamientos de Dios, con formulas de corte veterotestamentario. Los capítulos finales reproducen las formas de oración que se usaban en aquellas comunidades, sin duda calcadas en buena parte sobre las que se usaban en la sinagoga. Es curiosa la oración por los gobernantes. (J. VIVES)»

http://www.mercaba.org/Tesoro/c-romano.htm

Curiosidad

Nótese el versículo 16 del capítulo 2 de la Carta del apóstol san Pablo a los Gálatas, reproducida en un SITIO WEB CATOLICO ROMANO [8], que la traducción afirma que «el hombre no se justifica por las obras de la ley sino sólo por la fe en Jesucristo» (Gal 2:16)

16. conscientes de que el hombre no se justifica por las obras de la ley sino sólo por la fe en Jesucristo, también nosotros hemos creído en Cristo Jesús a fin de conseguir la justificación por la fe en Cristo, y no por las obras de la ley, pues por las obras de la ley nadie será justificado.

http://www.ziplink.net/cgi-bin/cgiwrap/kerygma/b.pl?k=Ga+2

Actualización Septiembre 2005

En algún lugar de la web, y comentando el párrafo precedente, el católico Sr. José Miguel Arráiz manifiesta «…Sapia en el intento de apoyar su doctrina de la Sola Fe cita como un sitio católico coloca un pasaje bíblico donde aparece que el hombre se justifica solo por la fe..». A modo de aclaración de esta errada opinión, manifiesto que en el comentario inserto en el párrafo anterior jamás pretendí apoyar doctrina alguna, como equivocadamente sugiere el Sr. Arráiz. Lo que hice, como claramente el sub-título anuncia, fue mencionar un hecho CURIOSO, como es la mención del «sola Fe» en una traducción católica-romana, cuando precisamente dicha doctrina goza de un enconado rechazo por parte de la iglesia de Roma (al punto de haber merecido un «anatema» en el Concilio de Trento, Sesión VI, Canon IX).

El Sr. Arráiz concluye diciendo: «Lo que sapia Quizá ignora, es que lo que sucede es que el sitio católico que el comenta está utilizando la traducción de la Biblia de Jerusalén de 1976, error que está corregido en la actualización.». Pues, para el conocimiento del Sr. Arráiz, de ninguna manera ignoraba que dicha cita correspondía a la traducción de la Biblia de Jerusalén, de la cual no sólo poseo un ejemplar en español (Edición Pastoral del CELAM, D.de Bouver, 1984), sino también una en su versión original en idioma francés (La Sainte Bible, Les Editions Du Cerf, 1956). De hecho, nótese la cantidad de años que transcurrieron portando la curiosidad mencionada, desde 1956 hasta 1984, o sea 28 años como mínimo, ya que si bien el Sr. Arráiz menciona que el error «está corregido», no aclara en qué año fue. De allí la curiosidad que el Sr. Arráiz evidentemente no comprendió, a saber, de que un ANATEMA romanista se predique en una traducción católica… y por más de 28 años!, con «Nihil Obstat», «Imprimi Potest» e «Imprimatur» incluidos…

«.. l’homme n’est pas justifié par la practique de la loi, mas seulement par la foi en Jésus-Christ,…» (Epitre aux Galates 2:16, La Sainte Bible, 1956, pp. 1.538)

«..conscientes de que el hombre no se justifica por las obras de la ley sino sólo por la fe en Jesucristo..» (Gálatas 2:16, Biblia de Jerusalén, 1984, pp. 1.764)

Creo que ha quedado demostrada la inexactitud de las expresiones del Sr. Arráiz cuando manifiesta: «Lo que si realmente es curioso es que un protestante tenga que recurrir a lo que el sabe es la única traducción católica para dar un poco de validez a una doctrina anti-bíblica..» En consecuencia, encuentro por demás lógico que, partiendo de una premisa errónea, el Sr. Arráiz termine viendo actitudes «realmente curiosas» en mis afirmaciones.

Conclusión

Volviendo al tema central de este artículo nos preguntamos: ¿Creía Clemente (supuesto 4to. Papa) en la Doctrina de la Justificación como es enseñada por la Iglesia Católica Romana? ¿o, más bien, creía que el hombre es justificado (sólo) por la Fe y no por obras hechas en santidad de corazón?

« Porque por gracia sois salvos por medio de la fe… no por obras [9]… Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra. [10] »

Bendiciones en Cristo

Daniel Sapia

[1] Nótese cuán diáfama es la declaración del apóstol san Pablo. Primeramente aclara que somos salvos «por gracia por medio de la fe… NO por obras». Y después, aclarando el papel de nuestras buenas obras, dice que fueron preparadas de antemano por Dios para que «anduviéramos en ellas». O sea, somos salvos PARA (andar en) Buenas Obras, NO que somos salvos POR andar en ellas. Las Buenas Obras en el cristiano no son el medio para conseguir o merecer la salvación SINO que son el obrar consecuente por haberla recibido. Por ende, la Fe no puede ser «salvífica» (permítaseme el término) si no es «obradora de bien» (como refiere el apóstol Santiago en su epístola).

[2] (Resaltados agregados) «»La única Iglesia de Cristo…, Nuestro Salvador, después de su resurrección, la entregó a Pedro para que la pastoreara. Le encargó a él y a los demás apóstoles que la extendieran y la gobernaran… Esta Iglesia, constituida y ordenada en este mundo como una sociedad, subsiste en [«subsistit in»] la Iglesia católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los obispos en comunión con él» (LG 8). El decreto sobre Ecumenismo del Concilio Vaticano II explicita: «Solamente por medio de la Iglesia católica de Cristo, que es auxilio general de salvación, puede alcanzarse la plenitud total de los medios de salvación. Creemos que el Señor confió todos los bienes de la Nueva Alianza a un único colegio apostólico presidido por Pedro, para constituir un solo Cuerpo de Cristo en la tierra, al cual deben incorporarse plenamente los que de algún modo pertenecen ya al Pueblo de Dios» (UR 3).» Catecismo Nº 816

«…En la Iglesia es en donde está depositada «la plenitud total de los medios de salvación» (UR 3).» Catecismo Nº 824

«.. La Iglesia es católica: Anuncia la totalidad de la fe; lleva en sí y administra la plenitud de los medios de salvación..» Catecismo Nº 868

«..»Están plenamente incorporados a la sociedad que es la Iglesia aquellos que, teniendo el Espíritu de Cristo, aceptan íntegramente su constitución y todos los medios de salvación establecidos en ella y están unidos, dentro de su estructura visible, a Cristo, que la rige por medio del Sumo Pontífice y de los obispos, mediante los lazos de la profesión de la fe, de los sacramentos, del gobierno eclesiástico y de la comunión.» Catecismo Nº 937

[3] «El Magisterio de la Iglesia ejerce plenamente la autoridad que tiene de Cristo cuando define dogmas, es decir, cuando propone, de una forma que obliga al pueblo cristiano a una adhesión irrevocable de fe, verdades contenidas en la Revelación divina o también cuando propone de manera definitiva verdades que tienen con ellas un vínculo necesario.» Catecismo Nº 88.

«.. no podrían salvarse los que sabiendo que Dios fundó, por medio de Jesucristo, la Iglesia católica como necesaria para la salvación, sin embargo, no hubiesen querido entrar o perseverar en ella (LG 14).» Catecismo Nº 846.

[4] «DECRETO SOBRE LA JUSTIFICACIÓN», SESION VI, celebrada el 13 de enero de 1547.

[5] Existe una incongruencia en la expresión: «…que coopere a conseguir la gracia». Porque si la la palabra «gracia» significa REGALO, pues, un regalo ni se consigue ni se merece, un regalo SE RECIBE, sin que haya nada que podamos hacer para cooperar en su obtención.

[6] Estas fechas de pontificados romanos deben ser consideradas sólo como «orientativas», ya que curiosamente (y sorprendentemente también, por tratarse de parte de la tan pregonada Sucesión Apostólica que otorga autoridad a todos los Papas, hasta el día de hoy) no existe una versión única.

[7] También en http://escrituras.tripod.com/Textos/EpClemente1.htm

[8] «El Arca de Noe – El Portal Católico en Internet» http://www.elarcadenoe.org/

[9] Efesios 2:8

[10] Romanos 11:6

http://www.conocereislaverdad.org/Clemente.htm

La Gran Reforma Protestante

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¿Qué fue la Reforma Protestante?

¿Qué fue la Reforma Protestante?

Para entender la historia de la Iglesia Protestante y la Reforma, es importante comprender primeramente que uno de los reclamos que hace la Iglesia Católica Romana es la de la sucesión apostólica. Esto simplemente significa que ellos claman ser la única autoridad sobre todas las otras iglesias y denominaciones, porque afirman contar con la única ascendencia de Papas católicos romanos a través de los siglos, en línea directa hasta el apóstol Pedro. En su perspectiva, esto le da a la Iglesia Católica Romana una autoridad única que invalida a todas las otras iglesias o denominaciones. De acuerdo con la Enciclopedia Católica, esta sucesión apostólica “es encontrada únicamente en la Iglesia Católica” y ninguna “Iglesia separada tiene alguna reclamación válida ante ello.”

Es por esta sucesión apostólica que la Iglesia Católica Romana reclama una autoridad única para interpretar la Escritura y para establecer la doctrina; así como la afirmación de tener un líder supremo en el Papa, el cual es infalible (sin error) cuando habla “ex cátedra” – esto es en el ejercicio de su oficio como pastor y maestro de todos los cristianos. Por lo tanto, de acuerdo con la postura católica romana; la enseñanza o tradiciones de la Iglesia Católica Romana, habiendo provenido del Papa, son tan infalibles y autoritativas como las mismas Escrituras. Esta es una de las mayores diferencias entre los católicos romanos y los protestantes, y fue una de las razones fundamentales para la Reforma Protestante.

Por supuesto los católicos romanos no son los únicos que tratan de reclamar una única autoridad a través de la sucesión apostólica, o de rastrear los antecedentes de las raíces de su iglesia hasta los apóstoles originales. Por ejemplo la Iglesia Oriental Ortodoxa también afirma esta sucesión apostólica, aunque su alegato es muy similar a la postura de los católicos romanos. La separación entre la Iglesia Oriental Ortodoxa y el catolicismo romano no ocurrió hasta el “Gran Cisma” en el 1054 d.C. Hay también algunas denominaciones protestantes o grupos que tratarán de establecer una “Línea de Sangre” que pueda seguir la huella regresiva a través de los siglos, hasta la primera iglesia y los mismos apóstoles. Mientras que estos protestantes no se apegan a la sucesión apostólica para establecer la autoridad de un “Papa” como un líder infalible; ellos sin embargo aún buscan esa conexión con la iglesia primitiva, al menos en un grado mínimo, para establecer la autoridad de sus doctrinas y prácticas.

El problema con cualquiera de estos intentos de trazar una línea regresiva de sucesión hasta los apóstoles, ya sean católicos romanos, ortodoxos orientales, o protestantes; es que todos ellos están en el intento de obtener o basar la autoridad de lo que ellos creen y enseñan, en la fuente equivocada de alguna real o percibida conexión con los apóstoles, en lugar de obtenerla de la Palabra de Dios. Es importante para los cristianos, el darse cuenta de que la sucesión apostólica no es necesaria para que una iglesia o denominación tenga autoridad. Dios ha dado y preservado la suprema autoridad para todos los asuntos de la fe y la práctica en Su Santa Palabra, la Biblia. Por lo tanto, en la actualidad, la autoridad individual de una iglesia o denominación, no viene a través de algún lazo con la iglesia del primer siglo y los apóstoles; en vez de eso, proviene solo y directamente de la Palabra escrita de Dios. Las enseñanzas de una iglesia o denominación son autoritativas y obligatorias para los cristianos solo si representan el significado verdadero y una clara enseñanza de la Escritura. Este es un punto importante a considerar, cuando se trata de entender la conexión entre el protestantismo y la Iglesia Católica Romana, y la razón por la que se llevó a cabo la Reforma Protestante.

Para comprender la historia del cristianismo y los reclamos de la sucesión apostólica, así como las afirmaciones de la Iglesia Católica Romana de ser la única verdadera Iglesia con autoridad única, es importante que consideremos un par de puntos cruciales. Primero, debemos considerar que aún en los días de los apóstoles y la iglesia del primer siglo, los falsos maestros y las falsas enseñanzas eran un problema significativo. Sabemos esto por las advertencias contra las herejías y los falsos maestros que encontramos en todos los escritos posteriores del Nuevo Testamento. Jesús Mismo, advirtió que esos falsos maestros serían como “lobos vestidos de ovejas” (Mateo 7:15), y que habría ambos “trigo y cizaña”, que coexistirían juntos hasta el día del juicio, cuando Él separaría a los salvos de los perdidos; los verdaderos creyentes “nacidos de nuevo”, de aquellos que no le recibieron verdaderamente a Él (Mateo 13:24-30). Esto es importante para entender la historia de la iglesia, porque casi desde sus inicios, los falsos maestros y falsas enseñanzas han estado invadiendo la iglesia y guiando a la gente por el camino equivocado. A pesar de esto, siempre han habido verdaderos creyentes “nacidos de nuevo” a lo largo de todas las eras, aún en el período más oscuro del oscurantismo; que se ajustaron a la doctrina bíblica de la salvación únicamente por gracia, a través de la fe en Jesucristo solamente.

La segunda cosa que debemos considerar para comprender correctamente la historia, es que la palabra “católico” simplemente significa “universal”. Esto es importante, porque en los escritos del cristianismo primitivo del primero y segundo siglos, cuando el término “católico” es usado, es en referencia a la “iglesia universal” o al “cuerpo de Cristo” que está formado por los creyentes “nacidos de nuevo”, de cada tribu, lengua y nación (Apocalipsis 5:9; 7:9). Sin embargo, como muchas palabras a través del tiempo, la palabra “católico” comenzó a tomar un nuevo significado, o a ser usada en un nuevo sentido. A través del tiempo, el concepto de una iglesia “universal” o “católica” comenzó a involucrar el concepto de que todas las iglesias se unieran para formar una, no solo espiritualmente, sino también visiblemente, extendiéndose a través del mundo. Este malentendido de la naturaleza visible de la iglesia (que siempre ha contenido ambos “trigo y cizaña”) y la iglesia invisible, (el cuerpo de Cristo, el cual está formado solamente por creyentes nacidos de nuevo) llevaría al concepto de una visible Santa Iglesia Católica, fuera de la cual no hay salvación. Es sobre este malentendido de la naturaleza de la iglesia universal, que la Iglesia Católica Romana se desarrolló.

Antes de la conversión de Constantino al cristianismo en 315 d.C. los cristianos eran perseguidos por el gobierno romano. Con su conversión al cristianismo, éste se convirtió en la religión permitida en el Imperio Romano (y más tarde se volvió la religión oficial), y de esta manera la Iglesia “visible” llegó a unirse con el poder del gobierno romano. Este matrimonio de la iglesia y el estado llevó a la formación de la Iglesia Católica Romana, y a través del tiempo ocasionó que la Iglesia Católica refinara su doctrina y desarrollara su estructura de la manera que mejor sirviera a los propósitos del gobierno romano. Durante esa época, el oponerse a la Iglesia Católica Romana, era lo mismo que oponerse al gobierno romano, y ello acarreaba severos castigos. Por lo tanto, el no estar de acuerdo con alguna doctrina de la Iglesia Católica Romana era un cargo serio, que con frecuencia resultaba en la excomunión y algunas veces aún en la muerte.

Y sin embargo, a través de ésta época en la historia, hubieron verdaderos cristianos “nacidos de nuevo” quienes se levantaron y opusieron a la secularización de la Iglesia Católica Romana y a la perversión de la fe que le siguió. A través de esta combinación de iglesia y estado, con el correr del tiempo, la Iglesia Católica Romana, efectivamente silenció a aquellos que se oponían a cualquiera de sus doctrinas o prácticas, y realmente casi se convirtió en una iglesia universal a través del Imperio Romano. Aunque siempre hubo “focos” de resistencia ante algunas prácticas y enseñanzas anti-bíblicas de la Iglesia Católica Romana, éstos sin embargo, eran relativamente pequeños y aislados. Antes de la Reforma Protestante, en el siglo dieciséis; hombres tales como John Wycliffe en Inglaterra, John Huss en Checoslovaquia, y John Wessel en Alemania, habrían dado sus vidas por su oposición a algunas enseñanzas anti-bíblicas de la Iglesia Católica Romana.

La oposición de la Iglesia Católica Romana y sus falsas enseñanzas llegaron a su climax en el siglo dieciséis, cuando un monje católico romano llamado Martín Lutero clavó sus 95 propuestas (o tesis) contra las enseñanzas de la Iglesia Católica Romana en la puerta de la iglesia del Castillo de Wittenberg, Alemania. La intención de Lutero era traer la reforma a la Iglesia Católica Romana, y al hacerlo estaba desafiando la autoridad del Papa. Con la negativa de la Iglesia Católica Romana de responder al llamado de Lutero a reformarse y regresar a las doctrinas y prácticas bíblicas, la Reforma Protestante comenzó, de la cual surgirían cuatro divisiones o tradiciones principales: La Luterana, la Reformada, la Anabaptista y la Anglicana. Durante este tiempo Dios levantó a hombres piadosos en diferentes países a fin de restaurar y volver nuevamente a las iglesias a través del mundo, a sus raíces, prácticas, y doctrinas bíblicas.

Subyacentes a la Reforma Protestante hay cuatro preguntas o doctrinas básicas en que estos reformadores creían que la Iglesia Católica Romana estaba en un error. Estas cuatro preguntas o doctrinas son: ¿Cómo es salvada una persona? ¿Dónde reside la autoridad religiosa? ¿Qué es la iglesia? y ¿Cuál es la esencia de la vida cristiana? Al responder estas preguntas los reformadores protestantes tales como Martín Lutero, Ulrich Swingli, Juan Calvino, y John Knox establecieron lo que sería conocido como las “Cinco Solas” (sola, es tomada de palabra del latín –solamente-) de la Reforma. Estos cinco puntos de doctrina fueron el corazón de la Reforma Protestante y fue por estas cinco doctrinas bíblicas esenciales que los reformadores protestantes tomarían su posición contra la Iglesia Católica Romana, resistiendo las demandas puestas sobre ellos aún al punto de morir; de retractarse de sus enseñanzas.

Estas cinco doctrinas esenciales de la Reforma Protestante son:

1 – “Sola Scriptura”, o Solamente la Escritura: Esto afirma la doctrina bíblica, de que solo la Biblia es la única autoridad para todos los asuntos de la fe y la práctica. La Escritura y solamente la Escritura es la norma por la cual todas las enseñanzas y doctrinas de la iglesia deben ser medidas. Como Martín Lutero declaró tan elocuentemente cuando se le pidió retractarse de sus enseñanzas: Que se me convenza mediante testimonios de la Escritura y claros argumentos de la razón —porque no le creo ni al Papa ni a los concilios, ya que está demostrado que a menudo han errado, contradiciéndose a sí mismos— por los textos de la Sagrada Escritura que he citado, estoy sometido a mi conciencia y ligado a la Palabra de Dios. Por eso no puedo ni quiero retractarme de nada, porque hacer algo en contra de la conciencia no es seguro ni saludable». «¡No puedo hacer otra cosa; esta es mi postura. Que Dios me ayude! Amen.»

2 – “Sola Gratia”, Salvación Solamente por Gracia: Esto afirma la doctrina bíblica de que la salvación es únicamente por la gracia de Dios y que somos rescatados de Su ira por Su gracia solamente. La gracia de Dios en Cristo no es solamente necesaria, sino que es la única causa eficiente de la salvación. Esta gracia es el trabajo sobrenatural del Espíritu Santo que nos trae a Cristo, al librarnos de nuestra esclavitud del pecado y levantarnos de la muerte espiritual a la vida espiritual.

3 – “Sola Fide” La Salvación Solamente por Fe: Esto afirma la doctrina bíblica de que la justificación es por gracia solamente a través de la sola fe en Jesucristo únicamente. Es por la fe en Jesucristo que Su justicia nos es imputada, como la única satisfacción posible a la perfecta justicia de Dios.

4 – “Solus Christus” En Cristo Solamente: Esto afirma la doctrina bíblica de que la salvación se encuentra solamente en Cristo y que únicamente Su vida sin pecado y Su expiación sustitutiva, son suficientes para nuestra justificación y reconciliación con Dios el Padre. El evangelio no ha sido predicado si la obra sustitutiva de Cristo no es declarada, y la fe en Cristo y Su obra no es solicitada.

5 – “Soli Deo Gloria” Solo a Dios la Gloria: Esto afirma la doctrina bíblica de que la salvación es de Dios, y que ha sido realizada solamente por Dios para Su gloria. Afirma que como cristianos debemos glorificarle siempre, y debemos vivir todas nuestras vidas ante la presencia de Dios, bajo la autoridad de Dios, y para Su gloria solamente.

Estas cinco importantes y fundamentales doctrinas son la razón para la Reforma Protestante. Ellas son el corazón de donde la Iglesia Católica Romana se equivocó en su doctrina, y el por qué la Reforma Protestante fue necesaria, para regresar a las iglesias a través de todo el mundo a la correcta doctrina y enseñanza bíblica. Ellas son tan importantes en la actualidad para evaluar una iglesia y sus enseñanzas, como lo fueron entonces. De muchas maneras, muchos cristianos protestantes necesitan ser retados a regresar a estas doctrinas fundamentales de la fe, al igual que los reformadores retaron a la Iglesia Católica Romana a hacerlo en el siglo dieciséis.

http://www.gotquestions.org/Espanol/Reforma-Protestante.html

Anales de la Inquisición desde que fué instituido aquel tribunal hasta su total extinción en el año 1834

Anales de la Inquisición desde que fué instituido aquel tribunal hasta su total extinción en el año 1834

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Anales de la Inquisición desde que fué instituido aquel tribunal hasta su total extinción en el año 1834: Obra escrita con presencia de datos auténticos procedentes del archivo de aquel tribunal
Escrito por Genaro del Valle
Publicado por G. Hernando, 1868
Procedente de Universidad de Harvard
Digitalizado el 18 May 2006
505 páginas

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La `Segunda Reforma´

La `Segunda Reforma´

Historiadores del protestantismo español coinciden en que la Reforma religiosa del siglo XVI no tuvo arraigo en España porque fue aniquilada por la Inquisición y la contrarreforma. Pero el testimonio de los primeros convertidos dejó huellas, no todo quedó reducido a cenizas, algunas chispas prendieron de nuevo, otro fuego generó llamas y la luz del Evangelio volvió a iluminar ciudades españolas.   

 
En el curso del siglo XIX tiene lugar en España la llamada Segunda Reforma protestante.   

En un punto coinciden todos los que escriben sobre el tema: si la primera Reforma nació en Alemania, la segunda brotó en Gibraltar. El protestantismo español tiene una deuda de gratitud con este peñón británico clavado en tierra andaluza. 

Hacia mediados del siglo XIX Gibraltar era una pequeña localidad en la que vivían unas 18.000 personas. La mitad eran españoles o de origen español. El resto lo componían ingleses, judíos emigrados de Marruecos, malteses, italianos y de otras nacionalidades. La presencia de un grupo de soldados británicos de religión protestante en Gibraltar dio principio a la activación o reactivación del protestantismo hispano. Algunos españoles residentes en la ciudad abrazaron la doctrina del Nuevo Testamento que cada domingo era expuesta desde el templo donde se reunían los militares británicos. Ante las perspectivas que se vislumbraban, misiones metodistas de Gran Bretaña decidieron enviar misioneros a Gibraltar. El más destacado de ellos fue William Harris Rule. Hombre culto, consagrado, valiente, pronto inició reuniones en español y viajó a la península para establecer puntos de testimonio. En Madrid llegó a entrevistarse con el obispo Torres Amat, traductor de la Biblia latina al castellano. 

Otra coincidencia: Cuando Rule estaba en plena actividad vino a España el por muchos conceptos famoso misionero, político y escritor Jorge Borrow. Manuel Azaña, presidente de la República, tradujo el libro más importante de Borrow, LA BIBLIA EN ESPAÑA. Desde su llegada a España en 1836 hasta, prácticamente, su muerte en 1881, Borrow trabajó con ardor por la extensión del protestantismo en la península y se convirtió por méritos propios en uno de los principales pilares de la Segunda Reforma. 

En Gibraltar coincidió un grupo de hombres, llegados por circunstancias distintas, a quienes el Espíritu Santo utilizó en su labor evangelizadora. Puede comprenderse que en un artículo de dimensión limitada la relación de nombres y de hechos esté obligada a mínimos. 

En Gibraltar se unieron Juan Bautista Cabrera, Manuel Matamoros, Antonio Vallespinosa y otros. El primero y el tercero habían sido sacerdotes católicos que abrazaron los principios de la Reforma. Matamoros, cuyo padre era oficial del ejército en Málaga, fue convertido en Gibraltar. 

El 18 de septiembre de 1868 la Escuadra se sublevó en Cádiz. El general Prim fue nombrado jefe de los sublevados. Según la historia de la época, varios líderes evangélicos, presididos por Cabrera, se trasladaron a Algeciras, donde fueron recibidos por Prim. El general les dijo: “Desde hoy en adelante habrá libertad en nuestra patria, verdadera libertad, concluyó la tiranía. Cada hombre será dueño de su conciencia y podrá profesar la fe que le parezca. Ustedes pueden volver a su país y están en libertad de entrar en España con la Biblia bajo el brazo y predicar las doctrinas en ella contenidas”. 

En el tomo VI de LOS HETERODOXOS ESPAÑOLES Marcelino Menéndez y Pelayo da fe de este episodio, pero lo lamenta. Dice que “la libertad religiosa, proclamada desde los primeros momentos por las juntas revolucionarias, abrió las puertas de España a los compañeros de Matamoros y a una turba de ministros, pastores y vendedores ingleses de Biblias. La propaganda empezó en Andalucía, y fue más intensa en Sevilla”. 

Miguel de Unamuno dijo de Menéndez y Pelayo que era un borrachón empedernido reñido con la higiene corporal. Yo creo que la misma suciedad albergaba en el cerebro. Los que él califica como “una turba de ministros” eran los hombres que Dios había reunido a la sombra del peñón para iniciar e impulsar la Segunda Reforma protestante en España. 

En los 68 años que van desde 1868, cuando Prim abre las puertas de España a líderes evangélicos, hasta 1936, fecha en la que estalla la sublevación militar, el protestantismo español crece y se extiende por ciudades y pueblos. 

Claudio Gutiérrez Marín, autor del libro HISTORIA DE LA REFORMA EN ESPAÑA, escrito y publicado en Méjico en 1942, afirma que en julio de 1936 había en el país 166 iglesias, sin contar pequeños grupos aislados; 48 pastores ordenados y un centenar de evangelistas; 7.000 niños matriculados en escuelas regidas por evangélicos; un número similar de niños que asistían a las escuelas dominicales en sus respectivas iglesias; un patrimonio inmobiliario calculado en seis millones de pesetas de aquellos tiempos; cinco revistas nacionales, una treintena de boletines locales y tres editoriales. 

La población evangélica sumaba en aquellos tiempos 22.000 personas. 

Este fue el legado de la Segunda Reforma protestante en España. 

J. A. Monroy es escritor y conferenciante internacional.

© J.A. Monroy, Protestante Digital.com (España, 2006).

¿Roma Esta De Acuerdo Con Lutero?

¿Roma Esta De Acuerdo Con Lutero?

A partir del Concilio Vaticano II que fue promovido por el Papa Juan XXIII y concluido por el Papa Pablo VI, se ha desarrollado un movimiento religioso conocido con el nombre de Ecumenismo y que tiene como propósito principal el acercamiento entre los diversos grupos del cristianismo. El propósito final es que se llegue a un acercamiento de tal modo que se cumpla el deseo de Cristo en la oración sacerdotal que se encuentra registrado en Juan Cáp. 17 y «que todos seamos uno». Creemos que es una aspiración legítima y moralmente correcta en el sentido de que haya comunión entre todos los que profesamos la fe en Cristo, pero dicha unión sólo es posible si llegamos a, como dice el apóstol Pablo en el libro de los Efesios, la unidad de la fe que es lo mismo decir, la unidad doctrinal.

En el mundo protestante ha habido personeros de indudable influencia que han hecho esfuerzos para que se logre dicha unión, pero la resistencia no se ha hecho esperar, resistencia surgida tanto del mundo protestante como del católico. Y en nuestra opinión, dicha resistencia tiene razón de ser por dos motivos principales: el primero es que las doctrinas católico romanas están basadas muchas de ellas no en las declaraciones del Texto Bíblico, sino en las enseñanzas de la Tradición que para el catolicismo romano tiene igual valor que las declaraciones de la Biblia, posición que el protestantismo conservador rechaza; el otro motivo de tremendo peso es que las declaraciones del catolicismo y que están expresadas en los documentos del Concilio de Trento como reacción a la Reforma que se inició en Alemania en 1517, todos los protestantes que nos oponemos a las enseñanzas católicas estamos bajo la maldición de los papas.

A continuación queremos presentar una breve reflexión sobre las declaraciones de un teólogo católico suizo que ha tenido mucha influencia en todos los círculos cristianos y que la revista holandesa «En La Calle Recta» No. 190 de Octubre del 2004 presenta en la pág. # 5.
Un Teólogo Romano-Católico Que En Muchos Puntos Dio La Razón A Lutero.

Se trata del teólogo suizo Hans Küng. Nació el 19 de marzo de 1928 en Sursee, Suiza, dentro de una familia católica. Estudió Teología en Roma y Paris.
Ya en 1969 fue nombrado profesor de Teología fundamental romano-católico en la Universidad de Tübingen Alemania. Tres años más tarde recibe allí la dirección del Instituto Romano Católico para el ecumenismo. Eran los días del concilio Vaticano II, al que fue llamado por el Papa Juan XXIII. El concilio durante los años 1962-1965 celebró cuatro sesiones.

Precisamente en 1960 escribió Küng su libro «Konzil und Wieder, Wiedervereinigung, Erneuerung als Ruf in die Einheit» (Concilio y Reconciliación, Renovación como llamada a la Unidad). En el concilio Küng estaba como perito. En el concilio Vaticano II, Küng ha tenido una gran influencia, y él ha pensado e incluso esperado que en la iglesia Romana-Católica se daría un cambio fundamental, un rumbo más bíblico.

Pero a pesar de todo: ¡Roma siempre sigue siendo Roma! El Papa Juan XXIII murió durante el Concilio, y sus sucesores es bien conocido que no deseaban ir tan lejos como él.

Las modificaciones que estaban en curso con Juan XXIII fueron frenadas sistemáticamente por la curia.

La infalibilidad del Papa, el estado del celibato obligatorio de los sacerdotes, el culto a María y a los otros santos aún siguen estando en vigor como un bien legítimo de la fe romano-católica. El actual Papa polaco incluso ha avivado el culto a María antes que desalentarlo.

En el concilio Küng eran considerado como un teólogo progresista, pero no radical. En sus libros notamos una cierta influencia de la teología protestante alemana, en especial de Karl Barth. Pero dentro de su iglesia se le consideraba muy radical «medio protestante». En Roma se presentó una querella contra él. Pero se negó ir a Roma para responder. Eso le llevó a que el 18 de diciembre de 1979 se le retiró la autorización eclesiástica para enseñar teología. Desde su actitud ecuménica, Küng no estudió solamente las doctrinas de las iglesias protestantes, sino también la de las iglesias ortodoxas, e incluso prestó atención entre la relación del cristianismo y las otras religiones del mundo. En uno de sus libros habla de todos los grandes pensadores cristianos, como Orígenes, Tomás de Aquino y muchos otros. Y en esa lista está también Martín Lutero, luego según Küng más o menos como un «maestro de la iglesia».

En lo que Küng escribe sobre Lutero notamos una gran generosidad: incluso le llama «el Lutero católico», esta es una definición totalmente distinta de la que encontramos en la bula del Papa León X. Esta bula que se Promulgó el 15 de junio de 1520 con el nombre de: Exsurge Domine (¡levántate Señor!) Aquí al gran reformador se le compara con un puerco montés que ha destrozado la viña del Señor (Salmo 80:13).

Pero Küng va bastante lejos en su positivo aprecio a Lutero. Señala que ya muchos antes, y en muchos había una añoranza de reforma en la iglesia tanto en su cabeza como en sus miembros: las circunstancias lo pedían, como el hecho de que hubiese hasta dos o tres papas que se excomulgaban mutuamente. El celibato obligatorio de los sacerdotes era algo muy difícil para muchos, la población por lo general, supersticiosa, la liturgia era muy superficial y la piedad popular tenía un carácter muy legalista. Por todo esto la cristiandad europea mucho antes de Lutero ya estaba en una profunda crisis.

Pero hasta el tiempo de Lutero los concilios reformistas de Constanza, Basel, Florencia fueron un fracaso. Como escribe es profesor Küng: sólo era necesario un genio religioso que pudiese reunir los deseos y personificarlos.

Lutero fue para eso la persona indicada. De él dice Küng: «Que él ha reunido y forjado las fuerzas positivas que entonces existían, y todos esos movimientos reformistas fracasados lo ha centrado en su genial personalidad de profundo creyente, y sus íntegros motivos expresados por medio de un lenguaje magistral. Sin Martín Lutero no habría Reforma en Alemania». El punto de partida de Lutero para desear una reforma, eso indica, según Küng, no en primer lugar en su deseo de hacer desaparecer la situación eclesiástica, ni la vida de la iglesia y su organización. Pero ese punto de partida radicaba en su crisis vivencial profunda y muy personal vivida. Como monje Lutero, que se consideraba un pecador ante Dios, tuvo que hacerlo todo según las indicaciones y las directrices de la iglesia para tener la seguridad de su salvación personal. El había rezado con fervor las horas del coro, había tomado parte en la misa, ayunado, confesado, había realizado toda clase de duras y difíciles penitencias, pero esa profunda intranquilidad no desaparecía con todo eso. La pregunta de Lutero era: ¿cómo arreglar la situación de nuevo entre un vil pecador como yo y el Dios Santo? ¿Cuándo un pecador está justificado ante Dios y cómo conseguirlo?

La respuesta la ha encontrado Lutero en una liberadora experiencia de fe en la carta de Pablo a los Romanos: el hombre no se puede justificar ante Dios con toda su piedad, sino que es Dios mismo el que justifica al pecador sin merecerlo por Su pura gracia, como Dios misericordioso en y por Cristo.

Por esa nueva comprensión de la justificación y de la vivencia personal, Lutero también llega a otro punto de vista sobre la esencia de la iglesia. Eso implica una crítica radical a la iglesia de su tiempo. Con sus sacramentos, cargos eclesiásticos y tradiciones en la práctica y la doctrina se había apartado del Evangelio. Ese evangelio, en el que Lutero había redescubierto el poder de Dios en su propia vida de la fe. La iglesia en gran mayoría se había vuelto mundana y legalista.

Küng formula una penetrante pregunta: ¿No había roto totalmente Lutero con la tradición católica por su crítica radical? El hace un gran esfuerzo para demostrar que precisamente la manera de ver la fe; Lutero es por excelencia católico, luego en la línea de la buena fe de la una, santa universal o católica iglesia cristiana. Küng señala la continuidad histórica en el pesar y hablar de Lutero, y Para ello nombra tres cosas.

En primer lugar «los mejores elementos de la piedad católica» que Lutero mantuvo a lo largo de toda su crisis, como centro a Cristo crucificado, enseñado por su superior Johan von Staupitz.

En segundo lugar la mística medieval, en lo que eso tenía de bíblico, y ponía el acento en el trato personal del hombre pecador con su Dios, a parte de buscar escrupulosamente sin cesar el realizar «obras buenas» para por ello ser acepto a los ojos de Dios.

Una tercera cosa que para Lutero ha tenido un gran significado fue la teología de Agustín. Por algo era un monje agustino, y por eso un buen conocedor no solo del gran teólogo norteafricano sino también de su lucha personal y espiritual.

Quien lea algo de Agustín, preferentemente en latín, intuye directamente: esta es una piedad esencial y existencial, que es auténticamente cristiana, en la que se abre el Evangelio en toda su amplitud ante la mísera existencia de los pecadores.

Y como cuarto y último elemento de la vieja iglesia católica está la influencia de la teología medieval en el conflicto entre el pelagianismo de la tardía escuela franciscana de Occam por un lado, y la doctrina más bíblica de la gracia del gran dominico, Tomás de Aquino. Por su estudio y reflexión de esa lucha teológica nos encontramos con Lutero en la absoluta soberanía de Dios, de la interpretación de la gracia como don (regalo) y no como remuneración por las buenas obras realizadas, y el aceptar al pecador pura y solamente en virtud de los méritos de Cristo, un aceptar que no es por ningún mérito del hombre.

La clara conclusión de Hans Küng es que para los romanos católicos es totalmente imposible condenar a Lutero.

La tradición católica medieval, así escribe él, tiene muchas coincidencias con la gran «concentración» teológica de Lutero. Y la palabra «concentración» nos pone en la pista del punto en el que los caminos de la Reforma y Roma, también en sus mejores representantes, finalmente se separan.

Küng ha querido decir con «concentración» que no niega que hay importantes elementos de verdad en el modo de ver las cosas Lutero, y por eso en toda la Reforma. Pero hay una «concentración», como una selección de algunos puntos teológicos muy importantes, que en los días de Lutero eran importantísimos. Pero: la doctrina católica es mas amplia que lo que Lutero y sus seguidores enseñaron. Es la verdad pero no toda la verdad. En cierto sentido Küng encuentra las opiniones luteranas «una característica de su tiempo».

Küng señala algunos puntos en los que Lutero tenía razón, es decir en su pensamiento sobre la justificación de un pecador ante Dios, sobre la gracia, y sobre la fe.

Las preguntas sobre la justificación no son según Küng en el aspecto de la teoría abstracta ningún elemento de separación. Pero terminamos con una confidencia final de Hans Küng: «Si, la actual mentalidad síquica pero no espiritual de la dictadura de Roma es de nuevo una afrenta a la reforma y a los buenos principios católicos (el Papa no esta por encima de la Escritura). Pero lo que Lutero quiso conseguir por el Evangelio, en Roma sigue teniendo poca comprensión».

Fuente: ¿Roma Esta De Acuerdo Con Lutero?

«LA SANTA INQUISICIÓN»

«LA SANTA INQUISICIÓN»

La Inquisición, declarada Santa por la Santa Iglesia Romana como lo fueron las Cruzadas, aunque en los hechos ya existía a principios del año 1000, se instauró oficialmente bajo el Papa Gregorio IX en 1215 y fue confiada a la orden de los Dominicanos fundada por Domenico de Guzman, santificado por la Iglesia, que persiguió a los herejes y a las brujas con un cinismo tal que entró en la historia como uno de los más sanguinarios verdugos de todas las épocas.
Algunas notas explicativas
Hereje: se consideraba hereje cualquiera con escritos o con palabras se oponía a las normas dictadas por la Iglesia.
Abjuración: la abjuración era la retractación de sus propias convicciones, casi siempre obtenida bajo la tortura, que un hereje escribía bajo forma solemne frente al consejo de la inquisición. Las abjuraciones a las cuales se sometía un hereje eran siempre dos ya que a la primera debía seguir, en virtud de ley, una confirmación. Normalmente el tiempo que pasaba entre las dos abjuraciones era de un año
El hereje que se negaba a firmar la segunda abjuración era considerado relaps, es decir, «hereje irreducible» y como tal quemado vivo.
Los argumentos que más determinaron las heresías fueron la Santa Trinidad, la virginidad de María Mater y su atribución de madre de Jesús. Cosa que fue impugnada por los creyendo que, sosteniendo lo que se había afirmado en los primeros siglos de la Iglesia por un gran número de teólogos, consideraban imposible que Dios haya podido conceder tal privilegio a una mujer que consideraban un ser impuro, hasta el punto de negarle la existencia del alma…
El otro motivo que designaba a los herejes fueron las críticas dirigidas a la iglesia por su lujúria y su avidez.
Entre las innumerables víctimas de la Iglesia durante el período que precede la llegada de la Inquisición instituida por Inocente III, desgraciadamente en mayor parte anónimas debido a la falta de documentos, se eleva la figura de Arnaldo de Brescia, quemado vivo en 1155 bajo el pontificado de Adriano IV.
Los papas que siguieron a Adriano IV (1154-1159), al prometer las mismas indulgencias reservadas a las cruzadas a los que habrían proseguido a los herejes, impulsaron a los católicos a efectuar verdaderas masacres como deseaba INOCENTE III que utilizó a las milicias de Simon de Monfort para destruir ciudades enteras, como Carcasona, Toulouse, Béziers, porque los habitantes se habían negado a inscribir a los adeptos de Valdo (Valdense). Tan solo en Béziers de se destrozó a más de 7.000 habitantes. Las milicias católicas entraron en estas ciudades y sin preocuparse en distinguir los herejes de los que no las eran, efectuaron las masacres gritando: ¡»Matarlos a todos ya que Dios sabrá reconocer a los suyos !».
Es necesario recordar que Inocente III en su último año de pontificado hizo votar por el Concilio del Letrán IV una ley que obligaba a los judíos a vestirse de color amarillo «yema de huevo» para humillarlos en público.
Bajo el Papa Inocente IV, sucesor de Inocente III, se empeoraron las leyes inquisitoras y se confirmaron. Se encarcelaba a cualquiera quien, una vez declarado hereje, aera automáticamente condenado a muerte con confiscación de los bienes si no hubiera abjurado. En consecuencia de esta ley que confiscaba los bienes, los hijos llegaron a la infamia de acusar a sus padres de heresia con el fin de salvar las propiedades de las cuales eran herederos.
De los centenares de pleitos que terminaron con condenas a muerte, sólo nos llegó el de Paolo Gioacchino dei Rusconi que fué torturado y quemado vivo como relaps.
Los nombres de los mártires, aqui citados, durante los distintos pontificados sucesivos, sacados de los pocos documentos que permanecieron intactos, no son más que una pequeña parte de la alucinate cantidad de inocentes que realmente fueron asesinados por la Santa Madre Iglesia.
Papa Clemente V
FRA Dolcino, de ninguna manera intimidado por las amenazas de la Inquisición, se lanzó contra Clemente V acusándolo de inmoralidad. Reducido en pedazos, su cuerpo fué quemado en la hoguera. 13 de marzo de 1307
Hermana Margherita y Hermano Longino con 1080 otros adeptos del hereje Dolcino, quemados en la hoguera. 1307
Supresión de los templarios con masacres en masa y » torturas inimaginables» ya que acusados de hereje. Molay, Gran Maître, fué quemado vivo en París después de años de atroces torturas.
Papa Benedetto XII (santificado)

Francesco de Pistoia, Lorenzo Gherardi, Bartolomeo Greco, Bartolomeo de Bucciano, Antonio Bevilacqua y diez otros monjes Franciscains, quemados vivos por haber defendido la pobreza del Cristo – Venecia 1337.
Misma sentencia en Parma para Doña Olimpia ella también porque era adepta de San Francisco.
Papa Clemente VI
Millares de víctimas de la Inquisición de quienes nos llegaron solamente los pleitos de:
Francesco Stabili, llamado Cecco de Ascoli. Se quemó vivo por haber dicho, con respecto a las tentaciones de Jesús, que no es posible ver toda la Tierra de la cumbre de una montaña tan alta como sea, como eso era afirmado por el evangelio.
Pietro de Albano, médico, quemado vivo porque acusado de brujería.
Domenico Savi condenado a la hoguera como hereje por haber creado un hospital sin la bendición de la Iglesia.
Papa Inocente VI
Entre las numerosas víctimas de la Santa Madre Iglesia es necesario recordar a los monjes Pietro de Novara, Bernardo de Sicilia, Fra Tommaso obispo de Aquino y Francesco Marchesino obispo de Trivento acusados de pertenecer a los pequeños hermanos de San Francisco. Torturados y quemados vivos.
Papa Gregorio XI
Ciudades enteras fueron el teatro de masacres porque habían albergado herejes. En las plazas de Florencia, Venecia, Roma y Ferrara las hogueras se encendían continuamente.
Belramo Agosti, humilde zapatero, torturado y quemado vivo por haber blasfemado durante una partida de cartas: 5 de junio de 1382.
Menelao Santori porque cohabitaba con dos mujeres: 10 de octubre de 1387.
Lorenzo de Bologna obligado bajo la tortura a confesar haber robado en la urna. Moribundo por las torturas sufrió, se le acompañó a la hoguera a golpes de látigo. 1 de noviembre de 1388.
La descripción de los numerosos descabezados colgados y descuartizados por la Inquisición bajo Gregorio XI se prorroga en un libro escrito por Mastro Titta.
Papa Gregorio XII
Después del período de tregua pasado bajo Urbano VI, con Gregorio XII las masacres y las hogueras se reinician de manera extrema y despiadada. La ciudad que especialmente se afectó fue Pisa. Un determinado joven hombre llamado Andreani fué torturado y quemado vivo con su mujer y su hija porque se había atrevido a burlarse de los Padres Conciliares. Los cardenales pertenecientes al concilio asistieron numerosos a las ejecuciones por el placer de ver morir, unido a su familia, aquél que » habían condenado solamente por un sentimiento de venganza «, 1413.
Jean Hus y Gerolamo de Praga cortados y quemados por haber dicho que la moral del evangelio prohibe a los religiosos poseer bienes materiales. 1414.
Papa Eugenio IV
Juana de Arco, quemada viva acusada de brujería (1431).
Merenda y Matteo, dos hombres del pueblo, quemados vivos por la Inquisición para hacer un favor a las familias del Colonna y el Savelli de los que habían hablado mal.
Continuas masacres en Bohémia contra el Ussidi (adeptos de Jean Hus), por las quejas formuladas tras el homicidio de su amo. Una de las masacres haciendo entrar a los Ussidi en una granja a la cual prendieron fuego después de haber cerrado la puerta. Un escritor católico comentó el hecho así:»Después de encerrarlos, se cerraron las puertas y les prendimos fuego; y es asi como esta marma, esta denegación de la raza humana, después de haber cometido numerosos delitos, pagó finalmente en las llamas el dolor de su menosprecio de la religión «.»
Pero lo peor vendrá cuando la Iglesia deba defenderse de la llegada del Renacimiento.
Papa Sixt IV (para conocer la inmoralidad de estos papas consultar el sitio Sexo y Cristianismo escrito en inglés, francés e italiano)
En España brilló opr su crueldad el Dominicano Tomás de Torquemada que, al confiscaar los bienes de los acusados de heresía y brujería, acumuló tantas riquezas que fue temido por el Papa quién le obligó a pagar la mitad del botín. Cuando éste llegaba en un país como inquisitor, la población huía en masa dejandolo todo entre sus manos.
Siendo imposible citar a todas las víctimas de Torquemada, me limitaré a decir que en los 18 años de su inquisición se cuentan:

800.000 judíos exiliados de España, con confiscación de los bienes, bajo pena de muerte si hubieran permanecido.
10.200 quemados vivos
6.860 cadáveres exumados con el fin de quemarlos en la hoguera tras pleitos (terminados con la confiscación de los bienes) celebrados «post mortem» (después de la muerte).
97.000 condenados a la prisión a perpetuidad con confiscación de las propiedades.
Y mientras que Torquemada actuaba en España, en Roma la inquisición encendía hogueras sobre todos los lugares para quemar a los herejes cuyos patrimonios se requisaban automáticamente para cuenta del Papa por la hermandad del Santo Juan Decollato.
Papa Alejandro VI
Gerolamo Savonarola quemado vivo sobre el lugar del Signoria en Florencia. 23 de mayo de 1498 con dos de sus discípulos Domenico de Pescia ySilvestro de Firenze
Tres judíos quemados vivos en Campo dei Fiori en Roma – 13 de enero de 1498.
Gentile Cimeli, acusado de brujería quemada viva en Campo dei Fiori – 14 de julio de 1498.
Marcello de Fiorentino quemado vivo en plaza San Pedro – 29 de julio de 1498.
Papa Jules II
4 mujeres juzgadas y ejecutadas por brujería en Cavalese (Trento) – 1505.
Diego Portoghese ahorcado por heresía – 14 de octubre de 1606.
30 personas quemadas vivas en Logroño (España) por brujería.
FRA Agostino Grimaldi juzgado y ejecutado por hereje – 6 de agosto de 1606.
15 ciudadanos romanos destrozados por los guardias suizos por herejes – 1513.
Orazio y Giacomo di Riffredo, juzgados y ejecutados por herejes – 30 de abril de 1513.
Papa León X (el Papa que declaró la inexistencia de Cristo)
30 mujeres acusadas de brujería quemadas vivas en Bormio – 1514.
Martino Jacopo juzgado y ejecutado por hereje en Vercelli – 18 de febrero de 1517.
80 mujeres quemadas vivas en Valcamonica por brujería – 1518.
5 herejes quemados vivos en Brescia – 30 de abril de 1519.
Baglione Paolo de Perugia descabezado por hereje en Traspontina – 4 de junio de 1520.
FRA Camillo, FRA Giulio Carino, Leonardo Cesalpini estrangulados en prisión por herejes – 8 de julio de 1520.
Papa Clemente VII
Anna Furabach, juzgada y ejecutada por hereje – 9 de mayo de 1524.
Millares de protestantes Anabaptistas descabezados, quemados vivos, ahogados y torturados a muerte -1525.
Una mujer acusada de brujería quemada viva en Campidoglio – 30 de septiembre de 1525.
Claudio Artoidi y Lerenza di Pietro juzgados y ejecutados por herejes – 16 de mayo de 1526.
Rinaldo di Colonia juzgado y ejecutado por hereje – 26 de agosto de 1528.
Lorenzo di Gabriele de Parma e Tiberio di Giannantonio torturados, juzgados y ejecutados por herejes – 9 de septiembre de 1528.
Bernardino de Palestrina quemado vivo por hereje – 20 de noviembre de 1529.
Giovanni Milanese quemado vivo por hereje – 23 de noviembre de 1530.
Papa Pablo III
Otro Papa ateo que afirmó la inexistencia del Cristo. (Los otros lo saben como él pero no lo dicen).
Todos los habitantes de la ciudad de Mérindol (Francia) matados por haber abarcado la fe de los protestantes evangélicos. Se confiscaron sus bienes y la ciudad siguió siendo desértica e inhabitable – 1540.
Se destrozó a los todos los Anabaptistas de la ciudadde Munster (Alemania). Giovanni di Leida, se mató a su jefe, después de haber sido sometido «a un horrible suplicio» – 4 de abril de 1535.
Martino Giovinin juzgado y ejecutado en las prisiones de Grenoble – 26 de abril de 1536.
Francesco di Giovanni de Capocena matado por hereje – 1538.
Ene di Ambrogio juzgado y ejecutado por hereje – 1539.
Galateo di Girolamo juzgado y ejecutado en las prisiones de la Inquisición por hereje – 17 de enero de 1541.
Giandomenico dell’ Aquila, hereje, quemado vivo – 4 de febrero de 1542.
Federico de Abbruzzo matado por hereje. Su cuerpo se llevó al suplicio arrastrado por un caballo. Lo que permaneció de su cuerpo fué colgado – 12 de julio de 1542.
2.740 Valdenses destrozados por los católicos en Provence (Francia) – abril de 1545.
Girolamo Francese colgado porque era luterano – 27 de septiembre de 1546.
Baldassarre Altieri, de la Embajada inglesa, que la Inquisición hizo desaparecer en prisión – 1548.
Federico Consalvo, hereje, juzgado y ejecutado – 25 de mayo de 1549.
Annibale di Lattanzio juzgado y ejecutado por hereje – 25 de mayo de 1549.
Papa Julio III
Fanino Faenza colgado y quemado por hereje – 18 de febrero de 1550.
Domenico della archivó en Bianca, luterano. Descabezado. 20 de febrero de 1550.
Geronimo Geril Francese, colgado por hereje y a continuación descuartizado – 20 de marzo de 1550.
Giovanni Buzio y Giovanni Teodori, colgados y quemados por herejes – 4 de septiembre de 1553.
Francesco Gamba, descabezado y quemado por hereje – 21 de julio de 1554.
Giovanni Moglio Tisserando de Perugina, luteranos. Colgados y quemados – 5 de septiembre de 1554.
Papa Pablo IV
Institución del Gueto de Roma restricciones contra los Judíos aún más severas en el gueto de Venecia.
Cola Francesco di Salerno, juzgado y ejecutado por hereje – 14 de junio de 1555.
Bartolomeo Hector, quemado vivo por haber vendido dos Biblias – 20 de junio de 1555.
Golla Elia y Paolo Rappi protestantes, quemados vivos en Turín – 22 de junio de 1555.
Vernon Giovanni y Labori Antonio, evangelistas, quemados vivos – 28 de agosto de 1555.
Stefano di Girolamo, juzgado y ejecutado por hereje – 11 de junio de 1556.
Giulio Napolitano, quemado vivo por hereje – 6 de marzo de 1556.
Ambrogio de Cavoli, colgado y quemado por hereje – 15 de junio de 1556.
Subvención Pompeo dei Monti, quemada viva por hereje – 4 de julio de 1556.
Pomponio Angerio, quemado vivo por hereje – 19 de agosto de 1556.
Nicola Sartonio, luterano, quemado vivo – 13 de mayo de 1557.
Jeronimpo de Bergamo, Alessandra Fiorentina y Madonna Caterina, colgados y quemados por omosexualidad – 22 de diciembre de 1557.
FRA Gioffredo Varaglia, franciscaano, quemado vivo por hereje – 25 de marzo de 1558.
Gisberto di Milanuccio, hereje, quemado vivo – 15 de junio de 1558.
Francesco Cartone, hereje, quemado vivo – 3 de agosto de 1558.
14 protestantes quemados vivos en Sevilla, España – 1559.
15 protestantes quemados vivos en Valladolid, España – 1559.
Gabriello di Thomaien, quemado vivo por homosexualidad – 8 de febrero de 1559.
Antonio di Colella quemado vivo por hereje – 8 de febrero de 1559.
Leonardo de Meola y Giovanni Antonio del Bò, colgados y quemados por herejes – 8 de febrero de 1559.
13 herejes más un alemán de Augsburg, acusados de homosexualidad, quemados vivos – 17 de febrero de 1559.
Antonio Gesualdi, luterano, quemado vivo por hereje – 16 de marzo de 1559.
Calzando Bisantino, hereje, matado en las prisiones de la Santa Inquisición – 1559.
Papa Pio IV
Los monjes de la Abadía de Perosa (Pinerolo) se divirtieron a quemar vivos a fuego lento a un sacerdote evangélico con su fieles – diciembre de 1559.
Masacre de Valdenses en Calabria realizado por bandas de delincuentes adoptadas por la Santa Madre Iglesia (hombres, mujeres, ancianos y niños atrozmente torturados antes de ser ejecutados por orden directo del Papa) – diciembre de 1559.
«En San-Xisto, en Guardia, en Montalto y en Sant’ Agata se hicieron cosas insensatas: Gente degollada, descuartizada, quemada y terriblemente mutilada. Se colgaron algunos restos de pedazos humanos en las puertas de las casas como ejemplo para la gente. A los que se huyeron sobre las montañas se asediaron hasta que se murieran de hambre. Numerosas mujeres y niños reducidos a la esclavitud «. 1559 (de «La Santa Inquisición» de Maurizio Marchetti.Ed. El Fiaccola).
4.000 Valdense destrozados por orden de la Santa Madre Iglesia – 1560.
Giulio Ghirlanda, Baudo Lupettino, Marcello Spinola, Nicola Bucello, Antonio Rietto, Francesco Sega, condenados a muerte ya que sorprendidos mientras que efectuaban una función religiosa en una casa privada con un sacerdote excomulgado officiaba – 1560.
Giacomo Bonello, quemado vivo por ser evangelista – 18 de febrero de 1560.
Mermetto Savoiardo, hereje, quemado vivo – 13 de agosto de 1560.
Dionigi di Cola, hereje, quemado vivo – 13 de agosto de 1560.
Aloisio Pasquale, evangelista, colgado y quemado – 8 de septiembre de 1560.
Gian Pascali di Cuneo, quemado vivo por hereje – 15 de septiembre de 1560.
Stefano Negrone, hereje, lo dejaron morir de hambre en las prisiones de la Santa Inquisición – 15 de septiembre de 1560.
Stefano Morello, hereje, colgado y quemado – 25 de septiembre de 1560.
Bernardino Conte, quemado vivo por hereje – 1560.
300 personas en Oppenau, 63 mujeres en Wiesensteig y 54 en Obermachtal en Alemania, quemadas vivas por brujería – 1562.
Macario, obispo de Macedonia, hereje, quemado vivo – 10 de junio de 1563.
Cornelio di Olanda, hereje, colgado y quemado – 23 de enero de 1563.
Francesco Cipriotto, colgado y quemado por hereje – 4 de septiembre de 1564.
Giulio Cesare Vanini, panteísta, quemado vivo después de haberle arrancado la lengua.
Giulio di Grifone, hereje, juzgado y ejecutado.
Papa CIM V (elevado por la iglesia a los honores de los altares)
Con «bolla papal» se decide en Roma el cierre de todas las sinagogas.
Muzio della Torella, hereje, juzgado y ejecutado – 1 de marzo de 1566.
Giulio Napolitano, hereje, quemado vivo – 6 de marzo de 1566.
Subvención Pompeo dei Monti, descabezada por hereje – 3 de julio de 1566.
Curzio di Bodega, franciscain, descabezado por hereje – 9 de julio de 1566.
17.000 (dix-sept-m) protestantes destrozados en Flandes por católicos españoles.
Giorgio Olivetto quemado vivo ya que luterano – 27 de enero de 1567.
Domenico Zocchi, judío, colgado y quemado sobre el Lugar Giudia en el Gueto de Roma – 1 de febrero de 1567.
Girolamo Landi, colgado y quemado por hereje – 25 de febrero de 1567.
Pietro Carnasecchi, colgado y quemado por hereje – 25 de febrero de 1567.
Giulio Maresco, descabezado y quemado por hereje – 30 de septiembre de 1567.
Paolo y Matteo sepultados vivos por hereje – 30 de septiembre de 1567.
Ottaviano Fioravanti, sepultado vivo por hereje – 30 de septiembre de 1567.
Giovannino Guastavillani, hereje, sepultado vivo – 30 de septiembre de 1567.
Geronimo del Puzo, sepultado vivo por hereje – 30 de septiembre de 1567.
Se juzga y realiza en Gerolamo Donato con otros colegas del orden de los humillados, sobre orden de Carlo Borromeo (santo), obispo de Milán, después de largas horas de torturas, por hereje – 2 de agosto de 1570.
Macario Giulio de Cetona, descabezado y quemado por hereje – 1 de octubre de 1567.
Lorenzo de Mugnano, colgado y quemado por hereje – 10 de mayo de 1568.
Matteo de Ippolito, colgado y quemado por hereje – 10 de mayo de 1568.
Francesco Stanga, colgado y quemado por hereje – 10 de mayo de 1568.
Se deja a donato Matteo Minol, morir de inanition en las prisiones después de haberle roto de los huesos y después de haberle quemado los pies – 27 de mayo de 1568.
Francesco Castellani, hereje, colgado – 6 de diciembre de 1568.
Pietro Gelosi, hereje, colgado y quemado – 6 de diciembre de 1568.
Marcantonio Verotti, hereje, colgado y quemado – 6 de diciembre de 1568.
Luca di Faenza, hereje, quemado vivo – 28 de febrero de 1568.
Borghesi Filippo, descabezado y quemado por hereje – 2 de mayo de 1569.
Giovanni dei Blasi, colgado y quemado por hereje – 2 de mayo de 1569.
Camillo Ragnolo, colgado y quemado por hereje – 25 de mayo de 1569.
FRA Cellario Francesco, colgado y quemado por hereje – 25 de mayo de 1569.
Bartolomeo Bartoccio, quemado vivo por hereje – 25 de mayo de 1569.
Guido Zanetti, sepultado vivo por hereje – 27 de mayo de 1569.
Filippo Porroni, hereje luterano, colgado – 11 de febrero de 1570.
Gian Matteo di Giulianello, juzgado y ejecutado por hereje – 25 de febrero de 1570.
Nicolò Franco, colgado por haberse burlado del Papa con escritos. Colgado – 11 de marzo de 1570.
Giovanni di Pietro, hereje, colgado y quemado – 13 de mayo de 1570.
Aolio Paliero, hereje, colgado y quemado expresamente sobre deseo del Papa CIM V (santo) – 3 de julio de 1570.
FRA Arnaldo di Santo Zeno, hereje, brulé vivo – 4 de noviembre de 1570.
Subvención Girolamo di Pesaro, Giovanni Antonio di Jesi y Pietro Paolo di Maranzano, juzgados y ejecutados por hereje – 6 de octubre de 1571.
Francesco Gelatieri, apuñalado a muerte por sicaires del pontífice ya que hereje – 5 de enero de 1572.
Madonna Dianora de Montpellier, herética, colgada y quemada – 9 de febrero de 1572.
Madonna Pellegrina de Valencia, hereje, colgado y quemado – 9 de febrero de 1572.
Madonna Girolama Guanziana, hereje, colgado y quemado – 9 de febrero de 1572.
Madonna Isabella de Montpellier, herética, colgada y quemada – 9 de febrero de 1572.
Domenico della Xenia, hereje, colgado y quemado – 9 de febrero de 1572.
Teofilo Penarelli, hereje, colgado y quemado – 22 de febrero de 1572.
Alessandro di Giulio, hereje, colgado y quemado.
Papa Gregorio XIII
Alessandro di Giulio, colgado y quemado por hereje – 15 de marzo de 1572.
Giovanni di Giovan Battista, colgado y quemado ya que hereje – 15 de marzo de 1572.
Girolamo Pellegrino, colgado y quemado por hereje – 19 de julio de 1572.
10.000 (diez miles) herejes destrozados en Francia por orden del Papa (masacre del Huguenots – Noche del San Bartolomé) – 24 de agosto de 1572.
500 herejes destrozados en Croacia sobre orden del obispo católico Juraj Draskovic – 1573.
Nicolò Colonici hereje colgado y quemado.
Giovanni Francesco Ghisleri, estrangulado en las prisiones de la Inquisición – 25 de octubre de 1574.
Alessandro di Giacomo, brulé vivo – 19 de noviembre de 1574.
Benedetto Thomaria, hereje quemado vivo – 12 de mayo de 1574.
Subvención Antonio Nolfo, hereje juzgado y ejecutado – 29 de julio de 1578.
Giovanni Battista di Tigoni, hereje juzgado y ejecutado – 29 de julio de 1578.
Baldassarre di Nicolò, hereje colgado y quemado – 13 de agosto de 1578.
Antonio Valies de malteó, hereje colgado y quemado – 13 de agosto de 1578.
Francesco di Giovanni Martino, hereje colgado y quemado – 13 de agosto de 1578.
Bernardino di Alfar, hereje colgado y quemado – 13 de agosto de 1578.
Alfonso di Poglis, hereje colgado y quemado – 13 de agosto de 1578.
Marco di Giovanni Pinto, hereje colgado y quemado – 13 de agosto de 1578.
Girolamo di Giovanni de Toledo, hereje colgado y quemado – 13 de agosto de 1578.
Gasparre di Martino, hereje colgado y quemado – 13 de agosto de 1578
FRA Clemente Sapone, hereje colgado y quemado – 29 de noviembre de 1578.
Pompeo Loiani, hereje colgado y quemado – 12 de junio de 1579.
Cosimo Tranconi, hereje colgado y quemado – 12 de junio de 1579.
222 (dos-ciento veintidós) judíos quemados sobre la hoguera sobre orden de la Santa Inquisición – 1558.
Calomón, judío colgado por haber rechazado el bautismo – 13 de marzo de 1580.
Un inglés quemado vivo por haber ofendido a un sacerdote – 2 de agosto de 1581.
Diego Lopez, quemado vivo por hereje – 18 de febrero de 1583.
Domenico Danzarelli, colgado y quemado por hereje – 18 de febrero de 1583.
Prospero di Barberia, hereje colgado y quemado – 18 de febrero de 1583.
Gabriello Henriquez, quemado vivo por hereje – 18 de febrero de 1583.
Borro de Arezzo, quemado vivo por hereje – 7 de febrero de 1583.
Ludovico Moro, hereje quemado vivo – 10 de julio de 1583.
FRA Camillo Lomaccio, FRA Giulio Carino, Leonardo di Andrea estrangulados en las prisiones de Tor Nona por hereje – 23 de julio de 1583.
Lorenzo Perna, detenido sobre orden del cardenal Savelli por hereje, se ignora su final – 16 de junio de 1584.
< < El Signora di Bellegard >>, detenido por hereje, se ignora su final – octubre de 1584.
Giacomo Paleologo, descabezado y quemado – 22 de marzo de 1585.
Los hermanos Missori descabezados por haber expresado el derecho a la libertad de AL presionan. Sus cabezas se expusieron en público – 22 de marzo de 1585.
(El cuerpo de Gregorio XIII, CEI innoble verdugo, es honrado y révéré por los católicos en su tumba monumental en San Pedro de Roma).
Papa Sixt V
Este Papa hizo colgar a un español porque había matado con un golpe de palillo a un soldado suizo que lo había herido con del hallebarde.
Después de haber rechazado la demanda de sustituir a la bifurcación por la hacha, Sixt V asistía alegremente a las ejecuciones haciéndose llevar a comer ya que «estos actos de justicia le daban apetito». Después de la ejecución de una frase dice: «dios esté bendecido por el gran apetito con el cual comí»
Pietro Benato, quemado vivo por hereje – 26 de abril de 1585.
Pomponio Rustici, Gasparre Ravelli, Antonio Nantrò, FRA Giovanni Bellinelli, colgados y quemados por hereje – 5 de agosto de 1587.
Vittorio, Cuenta de Saluzzo, juzgada y ejecutada por hereje – 9 de diciembre de 1589.
Valerio Marliano, hereje colgado y quemado – 16 de febrero de 1590.
Subvención Domenico Bravo, descabezada por hereje – 30 de marzo de 1590.
FRA Lorenzo dell’ Aglio, colgado y quemado – 13 de abril de 1590.
Papa Gregorio XIV
FRA Andrea Forzati, FRA Flaminio Fabrizi, FRA Francesco Serafini, colgados y quemados – 6 de febrero de 1591.
Giovanni Battista Corobinacci, Giovanni Antonio de Manno Rosario, Alexandro Arcangelo, Fulvio Luparino, Francesco de Alexandro, juzgados y ejecutados – junio de 1590.
Giovanni Angelo Fullo, Giò Carlo di Luna, Decio Panella, Domenico Brailo, Antonio Costa, FRA Giovanni Battista Grosso, Abate Volpino, con otros adeptos de FRA Girolamo de Milano, detenidos por la Santa Inquisición, se ignora cuál fue su final… 1590.
(Todo esto en un único año de Santo Pontificado!)
Papa Clemente VIII
Giordano Bruno, quemado vivo por hereje – 17 de febrero de 1600.
Cuatro mujeres y uno viejos hombres quemadas vivos por hereje – 16 de febrero de 1600.
Francesco Gambonelli, hereje quemado vivo – 17 de febrero de 1594.
Marcantonio Valena y otro luterano, quemados vivos – agosto de 1594.
Graziani Agostini, hereje colgado y quemado – 1596.
Prestini Menandro, – hereje colgado y quemado 1596.
Aquiles della Regina, se ignora el final – junio de 1597.
Cesare di Giuliano, hereje colgado y quemado – 1597.
Damiano di Francesco, hereje colgado y quemado – 1597.
Baldo di Francesco, colgado y quemado por hereje – 1957.
De Magistri Giovanni Angelo, hereje colgado y quemado – 1597.
Subvención Ottavio Scipione, hereje, descabezado y quemado – 1597.
Giovanni Antonio de Verona e FRA Celestino, herejes quemados vivos – 16 de septiembre de 1599.
FRA Cierrente Mancini y Subvención Galeazzo llevó descabezados por hereje – 9 de noviembre de 1599.
Maurizio Rinaldi, hereje quemado vivo – 23 de febrero de 1600.
Francesco Moreno, hereje colgado y quemado – 9 de junio de 1600.
Nunzio Servandio, judío, colgado – 25 de junio de 1600.
Bartolomeo Coppino, luterano quemado vivo – 7 de abril de 1601.
Tommaso Caraffa e Onorio Costanzo, herejes, descabezados y quemados – 10 de mayo de 1601.
Papa Pablo V
Giovanni Pietro di Tunisi, colgado y quemado – 1607
Giuseppe Teodoro, hereje colgado y quemado – 1609.
Felice de Ottavio, hereje colgado y quemado – 1609.
Rossi Francesco, hereje colgado y quemado – 1609.
Antonio di Jacopo, hereje colgado y quemado – 1609.
Fortunato Aniello, hereje colgado y quemado – 1609.
Vincenti Pietro, hereje colgado y quemado – 1609.
Umberto Marcantonio, hereje colgado y quemado – 1609.
FRA Manfredi Fulgenzio, hereje colgado y quemado – 1609.
Lucarelli Battista, hereje colgado y quemado – 1609.
Emilio di Valerio, judío, colgado y quemado – 1610.
Subvención Domenico di Giovanni, por haber pasado del cristianismo al hébraïsme, colgada – 1611.
Giovanni Milo, luterano colgado – marzo de 1611.
Giovanni Mancini, por haber celebrado la misa como défroqué, colgado y quemado – 22 de octubre de 1611.
Jacopo de Elia, judío, colgado y quemado – 22 de enero de 1616.
Francesco Maria Sagni, hereje colgado y quemado – 1 de julio de 1616.
Un nécromancien boiteux detenido luego quemado vivo por brujería – 1617.
Lucilio Vanini, quemado vivo por haber dudado de la existencia de dios – 17 de febrero de 1618.
Millares de herejes destrozados por los católicos en el Grigioni en Valtelina – 1620.
(La Iglesia, siempre convencida de que existe aún en la Valtelina de las tendencias religiosas paganas hérético, mantiene siempre la región bajo control por medio del «Missione rezia», confiado a los Capuchinos, que dependen directamente de «Propaganda Fidei») … y el Santo Padre Juan- Pablo II pide perdón!!!
Papa Urbano VIII
Galileo Galilei, torturado y condenado a la prisión a perpetuidad como hereje por haber afirmado que la tierra vuelve en torno al Sol – 1633.
Ferrari Ambrogio, hereje colgado – 1624.
Dio a Anna Sobrero, muerta de la peste bubónica en prisión donde se había condenado a vida – 1627 (durante los meses que siguieron, todos los los que pasaron por esta prisión se murieron de peste).
Frate Serafino, hereje, colgado y quemado – 1634.
Giacinto Centini, descabezado por haber ofendido la soberanía papal – 1635.
FRA Diego Giavaloni, hereje, colgado y quemado – 1635.
Alverez Ferdinando, quemado vivo por haberse convertido al hébraïsme – 19 de marzo de 1640.
Policarpo Angelo, colgado y quemado por haber celebrado la misa como défroqué 19 de mayo de 1642.
Calzando Pallavicino, hereje, colgado y quemado – 1644.
FRA Camillo Angelo, Ludovico Domenico, Simone Cossio, Domenico de Sterlignano, juzgados y ejecutados por hereje – 1644.
Papa Inocente X
Brugnarello Giuseppe y Claudio Borgegnone, colgados y quemados por haber falsificado algunas cartas apostólicas – 1652. (Este Papa aplicó sobre todo condenas a la prisión a perpetuidad ya que estos años eran «los años Santos»).
Papa Alejandro II
Fello Giovanni, sacerdote, descabezado por hereje – 1657.
1.712 Valdense destrozados por los católicos en los Valles Alpestres – 1655.
Papa Inocente XI (santificado)
20 judíos condenados a la hoguera – 1680.
Vincenzo Scatolari, por haber ejercido la profesión de periodista sin la autorización de la Santa Madre Iglesia – 2 de agosto de 1685.
2.000 (dos miles) Valdense destrozados por los católicos en los valles alpestres sobre orden directo del Papa – mayo de 1686.
24 protestantes matados por los católicos a Pressov en Eslovaquia – 1687.
Papa Inocente XII
Martino Alessandro, muerto en prisión bajo la tortura – 3 de mayo de 1690.
37 judíos quemados vivos – 1691 (no necesidad de buscar más lejos las causas del antisemitismo!).
Antonio Bevilacqua y Carlo Maria Campana, Capuchinos, descabezados ya que adeptos del Quiétisme de Molinos – 26 de marzo de 1695.
Papa Clemente XI
Filippo Rivarola, llevado al andamio en ensanchador debido a las torturas recibidas, descabezado – 4 de agosto de 1708.
Spallaccini Domenico, colgado y quemado blasphémé debido a un golpe de halleb que recibió el guarda del papa – 28 de julio de 1711.
Gaetano Volpini, descabezado por haber escrito una poesía contra el Papa – 3 de febrero de 1720.
Papa Clemente XII
Este Papa, al restablecer lo «mazzolatura» (ruptura de los huesos a golpes de palillo), se mostró uno de los más cínicos sostenedores del arte de la tortura.
Pietro Giarinone, filósofo e historiador, se murió bajo la tortura por haber apoyado la supremacía del rey sobre el curie romano – 24 de marzo de 1736.
Enrico Trivelli, descabezado por haber escrito frases de rebelión contra el Papa – 23 de febrero de 1737.
Las numerosas víctimas de este Papa siguieron siendo desconocidas ya que prefería matar bajo la tortura en las prisiones de la Inquisición que «del justiciero» sobre los lugares públicos.
EUROPA COMIENZA A EXPERIMENTAR el BENEFIQUE EFECTO del SIECLE de las LUCES. SE MANIFIESTA Y LIMITA la ARROGANCIA de la IGLESIA QUE REDUIT ASÍ SUS PERSECUTIONS RELIGIOSO ORIENTÁNDOSE HACIA DELITS POLÍTICOS, CRÍMENES de DERECHO COMÚN O CRÍMENES que SE REFIEREN a las NORMAS INTERNAS CLÉRIGOS. LO QUE CUENTA PARA ELLA ANTE TODO ES IMPONER SU PODER POR el RÉGIMEN del TERROR.
Papa Clemente XIII
Tommaso Crudeli, condanné a la prisión a perpetuidad por albañilería – 2 de agosto de 1740.
Giuseppe Morell, colgado por haber celebrado la Eucaristía como défroqué – 22 de agosto de 1761.
Carlo Sala, hereje, juzgado y ejecutado – 25 de septiembre de 1765. (Carlo Sala es el último mártir matado por la Iglesia por hereje).
Las masacres, que no son más de carácter religioso, siguieron contra los conspiradores políticos, los periodistas y todos los progresistas que tenían la intención de invertir la inmoralidad y el obscurantisme religiosos por una revolución armada.
Y las atrocidades fueron como en el pasado: decapitaciones, torturas con fractura de los huesos (mazzolature), ahorcamientos y sevicias, cuya a menudo distancia de los acusados.
Para poder mantener el terror, incluso los delitos menos graves como un simple robo, se castigaban por la muerte.
Papa CIM VI
En sus cuatro años de pontificado hubo solamente cinco ejecuciones capitales por delitos de derecho común, aunque su lucha se intensificó amargamente contra los judíos que se obligó, entre las numerosas humillaciones y amenazas que sufrieron, de vestirse de color amarillo con el fin de outragés públicamente.
Papa CIM VII>
Gregorio Silvestri, colgado por conspiración política – 18 de enero de 1800.
Ottavio Cappello, colgado ya que patriota revolucionario – 29 de enero de 1800.
Giovanni Battista Genovesi, patriota cuarteado y brulé. Su cabeza se exhibió en público – 7 de febrero de 1800.
Teodoro Cacciona, colgado y cuarteado por el robo de una ropa eclesiástica – 9 de febrero de 1801.
Paolo Salvati, colgado y cuarteado por haber robado una carta del Papa – 11 de diciembre de 1805.
Bernardo Fortuna, colgado y cuarteado por el robo de las indemnizaciones de un correo francés – 22 de abril de 1806.
Tommaso Rotilesi, colgado por haber herido a un funcionario francés.
161 ejecuciones capitales por delitos de derecho común en los 15 años del pontificado de este vicedios sobre de tierra que tomó el pacífico y devoto nombre de CIM (las pilas).
Papa Leone XII
Leonida Montanari, descabezado por haber ofendido públicamente el Papa – 23 de noviembre de 1825.
Angelo Targhini, descabezado por haber herido a un espía del papa – 23 de noviembre de 1825.
Luigi Zanoli, descabezado por haber matado del sbire del Papa – 13 de mayo de 1828.
Angelo Ortolani, colgado por haber matado el guarda del Papa – 13 de mayo de 1828.
Gaetano Montanari, cuarteado por tentativa de asesinato del emisario papal Rivolta – 1828.
Gaetano Rambelli, colgado por haber herido a un emisario papal – 1828.
Las ejecuciones capitales, además de las mencionadas anteriormente, fueron 29 todavía y por comunes delitos.
Papa CIM VIII
En un año de Pontificado efectuó 13 condenas capitales por delitos de derecho común.
Papa Gregorio XVI
Impuso una prohibición absoluta de toda libertad de expresión evrbale o escrita que no seguiría los dictamens de la Santa Madre Iglesia. Bajo las amenazas más graves obligó a los judíos no ejercer ninguna actividad fuera del Gueto.
Giuseppe Balzani, descabezado por ofensas al Papa – 14 de mayo de 1833.
Luigi Scopigno, descabezado por el robo de objetos consagrados – 21 de julio de 1840.
Pietro Rossi, descabezado por un robo anodino – 9 de enero de 1844.
Luigi Muzi, descabezado por un robo minúsculo – 19 de enero de 1844.
Giovanni Battista Rossi, descabezado por un pequeño robo – 3 de agosto de 1844
Además de las ejecuciones citadas, hubo bajo el pontificado de este Santo Padre, 110 otras condenas a muerte por delitos comunes.
Papa CIM IX (santificado por Jean Paul II, llamado mide cubo de mierda por Garibaldi).
Romolo Salvatori, descabezado por haber inscrito al Garibaldiens el a Archiprêtre de Anagni – 10 de septiembre de 1851.
Gustavo Paolo Rambelli, Gustavo Marloni, Ignazio Mancini, descabezados por haber matado a tres sacerdotes – 24 de enero de 1854.
Antonio de Felici, descabezado por haber atentado a la vida del Cardenal Antonelli.
Para incluir la criminalidad de este Papa (santo), basta se rappe que cuando los patriotas de la unificación italiana entraron en las prisiones pontificales para liberar a decenas de presos había, conectados desde un tan largo período que habían perdido la vista y el uso de sus miembros, encontraron en estos subterráneos de montóces esqueletos y cadáveres en descomposición en una mezcla de soutanes de monjes y hermanas, de prendas de vestir civiles de hombres y mujeres, de uniformes militares y zapatos, como cuando se liberaron los campos de exterminación nazis. Se encontraron también juguetes de niños, muertos con sus padres.
¿Si éstos ERAN SANTOS, QUIEN SON ENTONCES LOS DEMONIOS?
Después de haber cambiado el nombre de la Santa Inquisición por el de la «Santa Penitenciaria» a raíz de la ocupación de Roma por el ejército italiano, durante todo el siglo XIX, aunque de manera menos sangrienta, la Santa Madre Iglesia conservó su poder político gracias a la autoridad espiritual que tenía sobre la masa crédula y embotada que le había seguido siendo fiel (cosa que desgraciadamente aún perdura) y siguió a pesar de todo imponiendo su autoridad religiosa sobre la política por el recurso a la abjuración, bajo la amenaza de condenas y castigos temporales que derivaban de la excomunión.
Uno de los últimos casos de abjuración fue el de mi abuelo Luigi Cascioli, Ingeniero y Arquitecto quien, como alcalde de Roccalvecce, Sipicciano y Montecalvello, con el fin de evitar la excomunión que habría comprometido a su familia, se vio obligado a abjurar fidelidad al Gobierno Italiano para jurar fidelidad «a la Santa Madre Iglesia».
Las dos abjuraciones: la primera en el año 1889 y la segunda en el año 1890.

«En nombre de Dios.» Que así sea. Yo, firmo con la presente y declaro retractarme, conforme y sinceramente me retracto en el sentido deseado por la Santa Penitenzieria el ilícito juramento prestado por mi al Gobierno en la ocasión dónde asumí la función de alcalde de Roccalvecce, diócesis de Bagnorea, y prometo, en el ejercicio del mismo, abstenerme de todo acto contrario a la ley de Dios y la iglesia y reparar el escándalo.*»
Bagnorea 5 de abril de 1889
(* El escándalo es haber jurado fidelidad al Gobierno)
Según la ley de la Inquisición, la Iglesia obligaba al hereje a una segunda abjuración que confirmaba la primera para garantizar que no sea relaps, es decir que no haya vuelto a caer en el error.
La diferencia entre relaps y arrepentido consistía en el hecho de que al primero se le quemaba vivo y al segundo solamente después de haber sido juzgado y ejecutado.
Si el juramento de fidelidad al Gobierno hubiese sucedido tan solo un siglo antes, tendríamos también a Luigi Cascioli entre los juzgados, ejecutados y quemados.
La Iglesia, que siempre ha negado las ejecuciones de la Inquisición, no pudiendo ya ocultarlas después de que algunos laicos consiguieron consultar los ficheros secretos del Vaticano, intentó descargar toda responsabilidad sobre los tribunales civiles. Justificandose bajo la aserción de que la moral cristiana siempre ha estado contra la condena a muerte, la Iglesia del Cristo confirmó cuánto le eran naturales el descaro, la impostura y el negacionismo.

De todas formas el número de víctimas cuyos nombres se conocen no es más que una pequeña parte de todos los que fueron realmente destrozados. El número de los condenados a la prisión con confiscación de bienes es tan grande que alcanza, según los historiadores, cifras de siete ceros.
Pero sin recurrir a las documentaciones, basta con calcular la riqueza acumulada por el Vaticano durante los siglos pasados para tener una buena idea de la cantidad de riquezas obtenidas por robos, falsificaciones, asesinatos, masacres y genocidios.
¡Las masacres generadas por la que fué llamada » Evangelización del pueblo de Sudamérica» tras los descubrimientos de Cristobal Colóm, entre los que fueron ejecutados y los que fueron reducidos a la esclavitud, se evaluan a más de 50.000.000 de víctimas!
La muy cristiana reina Isabel la Católica, reina de toda esta inmoralidad, muy rápidamente canonizada, podrá sentarse feliz y contenta junto con los demás santos que conocimos en estas páginas. Estos Papas de nombres virtuosos como Inocente, Clemente, Pio (piadoso), Benedetto (Bendecido), Urbano… que hubiesen debido realmente llamarse Carniceros, Criminales, Asesinos, Bandidos, Delincuentes y Bastardos…
¿Tu, que probablemente llegaste por casualidad in situ, a qué categoría piensas pertenecer? ¿A aquella formada por borrachos lunáticos que se rien delante de las hogueras, a la que por cobardía y oportunismo se calla, o a aquella que reacciona? Considerando los resultados que la sociedad me ofrece hoy, me temo que perteneces más a las dos primeras que esta última. Si así no es, entonces coje una pluma y escribe tu adhesión a la «Asociación FABULA». Unete a nosotros y a todos estos mártires citados en la lista precedente, elije incluso a uno de estos mártires para que pueda revivir en ti, y a través de ti combatir a sus verdugos.
¡Solo con los hechos y la acción se honra a los héroes. No con las palabrerías… Es o Sí o No! ¡El resto no es más que una pérdida de tiempo!

Autor:

Luigi Cascioli

rationalisme.org

 

Enlaces relacionados con La Reforma Protestante

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Sobre el Calvinismo

Sobre Miguel de Servet

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Miguel de Servet (IX)

La Trinidad en tiempos de Servet

Miguel de Servet (IX)

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Aunque solo sea de paso, mencionar algunas posiciones que fueron conformando el concepto trinitario. Después de Nicea el problema a desarrollar era la consubstancialidad del Hijo con el Padre contra el arrianismo y el semiarrianismo. También la consubstancialidad del Espíritu Santo con el Padre y con el Hijo. Sería San Agustín con su obra De Trinitate el máximo de la especulación cristiana. 

 

El “monarquismo adopcionista” enseñará que Cristo es puro hombre, aunque nacido sobrenaturalmente de la Virgen María por obra del Espíritu Santo. En el bautismo de Jesús, Dios adoptó a Cristo como Hijo y le concedió poder divino. El “monarquismo modalista” mantendrá la divinidad de Cristo, pero mantiene la unipersonalidad de Dios y por tanto el Padre se hizo hombre y padeció por nosotros. El arrianismo dirá que el Logos no existe desde la eternidad, no fue engendrado del Padre, pero será la primera criatura sacada de la nada por Dios antes que las demás. El obispo Macedonio de Constantinopla dirá que el Espíritu Santo era una criatura y un ser espiritual subordinado como los ángeles. El nestorianismo también debatiría la doctrina de la divinidad y humanidad de Cristo. Para ellos hay dos personas en Jesucristo, la del Verbo y la del hombre. El hijo de María es distinto del Hijo de Dios. Por tanto si hay dos naturalezas en Cristo existen en Él dos personas. La unión de estas dos naturalezas se realiza de una manera accidental, pues el hombre Cristo no es Dios, sino portador de Dios.   

El monofisismo en su lucha contra el nestorianismo cayó en el otro extremo, es decir que en Cristo no había más que una persona y una única naturaleza, haciendo verdaderas piruetas dialécticas para explicar cómo la divinidad y la humanidad se unían para formar una sola naturaleza. No hemos de olvidar que esta misma palabra “naturaleza” se discute en los círculos más selectos del pensamiento y la acción social, pues “naturaleza humana” y “derechos humanos” no explican la complejidad del ser humano. Entonces unos monofisitas proponían que la naturaleza humana de Cristo se transformaba en la naturaleza divina o que era absorbida por ella, mientras otros proponían la unión de las dos naturalezas para formar una tercera. La edad Media propuso también la cuaternidad, es decir, tres Personas y además la divinidad. Otros como Joaquín de Fiore conciben la unidad de las tres divinas personas como unidad colectiva, estando más próximo al concepto de “elojim” “uno en el que hay varios”. 

El mismo Lutero también censurará la terminología trinitaria, aunque mantiene la creencia en el misterio y es aquí precisamente donde se inicia el enfrentamiento con Miguel Servet. Para los reformadores protestantes, la fórmula trinitaria pertenece al depósito de la doctrina eclesiástica y por tanto no hay más explicaciones en términos que se asemejen a la escolástica. Cualquier moda teológica, como pretendía imponer con su brillantez dialéctica Servet, sería para Felipe Melanchton algo rechazable puesto que la Iglesia antigua ya lo había asentado. 

Cuando en 1531 se publica de Trinitatis erroribus y en 1553 el Christianismi restitutiola novedad servetiana de la Trinidad dejaba de ser la explicación de esencia, naturaleza, sustancia, hipóstasis y persona, para ser tres modos distintos de la manifestación del Ser absoluto. Por tanto no es el concepto del socianismo (Fausto Sozzini -1604) en el que presenta a Dios de manera unitarista, excluyendo la pluralidad de personas, ni de la teología racionalista que considera a las personas divinas como meras personificaciones de atributos divinos como poder, sabiduría, bondad. Servet parece fijarse exclusivamente en el Cristo histórico y como dirá Ángel Alcalá es necesario “equilibrar el relativo antitrinitarismo de Servet. 

Relativo, pues admite que Dios -que, en el sentido filosófico de la palabra persona, es una sola, como el de judíos e islámicos- tiene dos manifestaciones primarias suyas, dos personas en el sentido clásico de funciones o manifestaciones activas. Nada sabríamos de Él, el eterna y trascendentemente escondido, nos dice, si no se nos hubiera manifestado por su palabra creadora (continuada en la evangelizadora de Jesús, su hijo en el tiempo, no en la eternidad) y si al cosmos así creado y a nuestra alma por Cristo redimida no nos comunicara su espíritu, principio de vitalidad y de santidad. 

Bien está recordar que muy otra es la doctrina que se dogmatiza desde el siglo IV, pero a Servet, que aun a las más arduas cuestiones aplica su radicalismo intelectual, no le arredran las interpretaciones tradicionales. Indagando por su cuenta, llega a la conclusión de que el sentido simple y profundo de los textos bíblicos fue traicionado cuando les sobrepusieron elucubraciones filosóficas y gnósticas del neoplatonismo helenístico. Para él, el cristianismo trinitario, con todas las secuelas que conlleva, es una corrupción, y de ella, en la cual especialmente Roma está sumida, debe contribuir él, nuevo arcángel Miguel, a sacarla para ¨restituir el cristianismo¨ y devolverlo a su autenticidad.” (Alcalá Galve, 2004, pág. 10) (GEA, 2000) 

Manuel de León es escritor e historiador

Miguel de Servet (VI)

Sigue el proceso contra Servet

Miguel de Servet (VI)

En el juicio contra Servet el carácter del juicio cambió, de un énfasis sobre la herejía a un énfasis sobre la sedición. Para perseguir esta línea de ataque, el procurador de la República, Claudio Rigot, lo elevó a procesamiento. Sus cargos consistían en que Servet era un carácter peligroso cuyas herejías no sólo eran malas para ellos, sino porque este heresiarca había trabajado con diligencia para extender sus falsas opiniones, por lo que él era una amenaza a la seguridad del mundo entero cristiano (el protestante y el católico – el ortodoxo y heterodoxo parecido) 

 
El día siguiente del interrogatorio que describimos en el artículo de la pasada semana (el 24 de agosto) Servet dirigió una muy larga petición al Consejo, solicitando fuera puesto en libertad. «Esto es una nueva invención, – escribió Servet- desconocido a los apóstoles y los discípulos de la Iglesia antigua, acusar a alguien de la doctrina incorrecta.» En los tempranos días de la iglesia, el peor castigo de la herejía era el destierro: “Suplico ustedes, mis señores, considerar que no he cometido ninguna sedición en sus territorios o en otra parte. Las preguntas religiosas que me hacen son oscuras. Ellas están dirigidas sólo personas cultas y no a la muchedumbre. Yo no debería ser detenido simplemente por dar mis opiniones sobre ciertas preguntas religiosas, sin intención sediciosa. Al menos, ya que soy un forastero en Ginebra y no conociendo su zona y procedimientos legales, solicito a usted designe un abogado para asistirme en mi defensa.   

El Acusador Claudio Rigot se opuso en nombre de la ley y la virtud. Servet recordó al Consejo que él había estudiado leyes, por lo que él no podría ignorar las leyes y constituciones por las cuales los primeros emperadores cristianos no podían dar muerte a los herejes. El preso intentaba privar a los magistrados de Ginebra de su derecho de matarlo, porque » su propia conciencia los condenaba y demostraba no merecer la muerte.” Y en cuanto a la demanda del preso a un abogado para representarlo, viendo que Servet sabía tan bien mentir, no tenía ninguna necesidad de consejo. ¿Para qué iba a asistirle en tales falsedades impudentes y malos objetivos? A esto había que añadir que estaba prohibido por ley que tales seductores tuviesen un abogado. Además, no hay ni un signo de su inocencia que justificase un abogado. Le sería negado al instante tal solicitud de abogado alegando que esto era ineficaz e impertinente. Así pues la petición del preso fue rechazada por el tribunal sobre todos sus derechos. (Longhurst, 1969, pág. 66) 

Otra vez intervendría Juan Calvino para asumir el procesamiento. El 5 de septiembre él presentó al Consejo treinta y ocho proposiciones sacadas de los escritos de Servet: «que eran proposiciones blasfemas, llenas de errores y quiméricas, y sobre todo completamente repugnantes a la Palabra de Dios y el consentimiento común de la Iglesia.» Esta nueva extensión de acusaciones era parecida a las etapas anteriores. Después del repasar con laborioso detalle estas acusaciones ya familiares contra Servet, Calvino concluyó que » Servet no tiene ningún otro objetivo, que extinguir la luz la que tenemos de la Palabra de Dios, y suprimir toda religión.» 

Es obvio, que la respuesta de Servet, sería la de quien ha perdido su paciencia y sus esperanzas: 
Diría, que Calvino reclama autoridad en base a las acusaciones preparadas para los doctores Católicos de la Universidad [Sorbonne] de París. Él no entiende mis opiniones y con astucia las deforma. Él tiene una mente confusa que no puede entender la verdad. Él es un desventurado que persiste en condenar lo que no entiende. Con sus doctrinas de la depravación total de hombre y la predestinación al infierno o el Cielo, él privaría al hombre de su humanidad y haría de él un mero bloque de madera o la piedra. Digo que un acusador y un asesino como Calvino no pueden ser ministro verdadero de la Iglesia. 

Los ministros de Ginebra fueron sobresaltados en el mal gusto del preso, y ellos formalmente protestaron al Consejo: » Servet es un rival desvergonzado. Él vomita insultos sobre Calvino y lo llama un asesino. Él muestra una carencia completa del espíritu de humildad y la mansedumbre. Tal blasfemia terrible no merece ninguna piedad. «Probablemente para darle una lección, ellos dejaron a Servet para refrescar sus descargos en su celda por un tiempo. Después de diez días de esto, el preso escribió una petición a sus captores (el 15 de septiembre). Él estaba todavía enfadado, pero tenía algunos problemas: 

Muy honorables señores. Yo humildemente les pido acabar con estas tardanzas largas o ponerme en libertad. Es obvio que Calvino está perplejo para decir más cosas y conseguir su venganza haciéndome pudrir aquí en la prisión. Los piojos me comen vivo. Mi ropa esta toda rasgada y no tengo nada más para ponerme. También he presentado una solicitud para proveerme de un abogado ya que soy un forastero aquí y no estoy enterado de las normas del país. Pero ustedes han rechazado conceder esta petición, aunque ustedes han permitido a mi opositor tener todo el consejo que él desea. Por lo tanto deseo apelar mi caso a un tribunal más alto, y estoy listo a asumir todos los gastos concernientes a esta petición. 

El Consejo no hizo caso a esta solicitud e invitó al preso a someter otra defensa escrita al tribunal. Servet condescendió y tres días más tarde se dirigió a Calvino personalmente: 

¿Entonces usted cree que Juan Calvino es un asesino? 

“Demostraré que lo es, según sus propios hechos. Estoy firme en que mi causa es buena y no tengo miedo de morir. Pero clamo como un ciego en el desierto, porque la pasión para la venganza se quema en su corazón. Usted miente, usted miente, usted miente, usted es un calumniador ignorante. La locura en usted le lleva a perseguir a otros hasta la muerte. ¿Usted ha propalado por todas partes que soy un hereje, pero qué lugares de la Escritura usted ha citado para demostrarlo? Mis doctrinas heréticas no son encontradas, ni por argumentos, ni por autoridades, sino sólo por su delirio.” 

Cuatro días más pasaron. El 22 de septiembre, Servet envió otra petición al Consejo, preguntando si Calvino estaba siendo enjuiciado por acusarlo falsamente de no creer en la inmortalidad del alma. Si yo lo he dicho o escrito por todas partes, en verdad yo merecería la muerte. Pero no lo he dicho. Por lo tanto, señores, exijo que mi falso acusador sea castigado y sea sometido a prisión como yo, hasta que sea resuelto el caso. Hay otros motivos grandes e infalibles por los qué Calvino debería ser condenado. No es menor, entre ellos, su deseo de reprimir la verdad de Jesucristo por la doctrina de la predestinación contra toda la enseñanza de todos los doctores que alguna vez tuvo la Iglesia. Porque él no debería simplemente ser condenado, sino exterminado, y quitadas sus posesiones para compensarme por mi captura. 

Miguel de Servet (V)

Procesamiento contra Servet

Miguel de Servet (V)

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En el juicio contra Servet, finalizábamos el anterior artículo explicando que sobre el 23 de agosto (todavía 1553) el carácter del juicio cambió, de un énfasis sobre la herejía a un énfasis sobre la sedición, otro tema palpitante en los corazones de los hombres de Ginebra. Para perseguir esta línea de ataque, el procurador de la República, Claudio Rigot, lo elevó a procesamiento. 

 

Sus cargos consistían en que Servet era un carácter peligroso cuyas herejías no sólo eran malas para ellos, sino porque este heresiarca había trabajado con diligencia para extender sus falsas opiniones, por lo que él era una amenaza a la seguridad del mundo entero cristiano (el protestante y el católico – el ortodoxo y heterodoxo parecido).     

ACUSADOR: A pesar de las advertencias de doctores cultos contra sus libros heréticos, usted siguió publicándolos, sabiendo perfectamente que levantaban un gran tumulto en toda Cristiandad. 

SERVET: No pensé que mis libros molestarían la paz de la Cristiandad. Más bien pensé que ellos ayudarían a guardarla, dando a los hombres reflexivos la oportunidad de contrastar sus pensamientos y así, por la discusión abierta y libre, llegar a la verdad diseminada entre cada uno. Además, si no hubiera publicado la verdad de cristianismo como yo lo veo, ofendería a Dios. Ya que Nuestro Señor nos ha mandado en el décimo capítulo de Mateo, que lo revelado en secreto no debería ser ocultado, sino impartido a otros. Él también nos ha dicho, en el quinto capítulo de Mateo, que nosotros no deberíamos ocultar la luz, ni ponerla debajo del almud, sino puesta donde pueda alumbrar a otros. Así hice lo que pensé dando razón a Dios y mi conciencia. Nunca he procurado levantar la sedición y la turbulencia, sino haber actuado sólo conforme a los mandatos de la Escritura, con la intención de hacer lo bueno. Pensé así restaurar en el cristianismo muchas cosas que han sido perdidas desde tiempos antiguos. 

ACUSADOR: ¿Qué es, por ejemplo, lo que usted piensa está fallando en el cristianismo hoy? 

SERVET: No puedo aceptar la doctrina de Juan Calvino que todos los hombres estén completamente depravados y que ellos estén predestinados al Cielo o el Infierno. 

ACUSADOR: ¿Qué le hace pensar que sus doctrinas serán aceptadas en cambio? 

SERVET: No sé lo que ocurrirá con mis doctrinas, pero muchas cosas a menudo eran rechazadas al principio y aceptadas más tarde. 

ACUSADOR: Usted dice que no ocultó sus opiniones por miedo de ofender a Dios. ¿Por qué entonces usted no expresó sus opiniones cuándo usted estaba en Francia? 

SERVET: En Francia, donde los papistas están en el poder, hay gran persecución, y allí uno sólo echaría perlas a los cerdos. 

ACUSADOR: Usted reclama para sus enseñanzas que no levantaron ningún tumulto. Aún usted deliberadamente anima a la juventud a relajar sus moralidades cuando dice que hasta que ellos alcancen la edad de veinte ellos no estarían obligados al castigo del pecado. 

SERVET: Nunca pensé otra cosa que el castigo por la muerte. Desde luego ellos son sujetos a otros castigos, como los azotes, las hogueras o la prisión. 

ACUSADOR: ¿Usted ha leído el Corán? 

SERVET: Sí lo tengo. 

ACUSADOR: ¿Usted encuentra algunas cosas buenas en ello? 

SERVET: Seguramente. 

ACUSADOR: Sólo podemos concluir entonces que usted ayudaría criar el tumulto en la Cristiandad, ayudando e incitando a los seguidores de Mahoma. 

SERVET: No más ayuda a Mahoma que yo ayudaría al diablo. Pero hasta en lo peor, uno puede encontrar algunas cosas buenas. Y en el Corán hay algunas cosas que declaran la gloria de Nuestro Señor Jesucristo. 

ACUSADOR: Usted es no sólo peleón y problemático sino que usted es también un libertino y un pervertido. ¿Usted alguna vez ha estado casado? 

SERVET: No. 

ACUSADOR: ¿Cómo usted ha logrado evitarlo? 

SERVET: Físicamente soy incapacitado por una ruptura. 

ACUSADOR: ¿Cuántos años hace que usted tuvo esa rotura? 

SERVET: Aproximadamente cinco. 

Dice Longhurst llegado a este momento del interrogatorio: “El pensamiento de repente destella por mi mente. Aquel Claudio Rigot todavía vive. “ 

ACUSADOR: ¿Usted alguna vez pensó casarse? 

SERVET: Sí, pero me abstuve debido a mi incapacidad. 

ACUSADOR: ¿Pero usted no ha oído y observado que hay bastantes mujeres en el mundo para que un hombre no tenga que casarse? 

SERVET: No recuerdo el refrán y ninguna tal cosa, aunque yo pudiera haberlo dicho como una broma, y ocultar mi propia impotencia. 

ACUSADOR: ¿En vista que usted ha vivido una vida tan disoluta y lasciva, qué le da la idea que alguien como usted, quien desprecia la castidad cristiana, podría escribir sobre asuntos de fe cristiana? 

SERVET: Porque he estudiado el Escritura Sagrada para encontrar la verdad y porque, cueste lo que cueste usted dice, he vivido como cristiano. 

ACUSADOR: Usted no sólo ha difamado las doctrinas de nuestra iglesia y las personas de nuestros ministros sino que usted vino a esta ciudad con el objetivo expreso de sembrar sus semillas de herejía aquí y levantar un tumulto en la iglesia de Ginebra. 

SERVET: Sólo puedo contestar, como hice antes, que he sido insultado igualmente por sus propios ministros y que mis difamaciones, como usted las llama, simplemente han sido respuestas en mi propia defensa, se han planteado para indicar los errores de mis críticos. En cuanto a su acusación que vine a Ginebra deliberadamente para instigar la sedición, alguien puede decirle que yo simplemente visité aquí sobre mi camino a Italia, y no tenía ninguna intención de permanencia. 

Manuel de León es escritor e historiador

La condena a Servet

La condena a Servet

Juan Calvino

«La mente humana es una fábrica de ídolos». (Juan Calvino).

Uno de los episodios más tristes en la vida de Calvino fue la condena a muerte que impuso a Miguel Servet, un prestigioso teólogo y médico español. Servet había publicado un libro donde negaba la divinidad de Cristo porque no creía en la doctrina cristiana de la trinidad.

Sin embargo, lo que influyó más en Calvino para tomar su decisión fue el documento que elaboró Servet describiendo la circulación de la sangre en los hombres, tema que el humanista francés reprobaba de manera tajante. Es así como Servet, huyendo de la Inquisición católica, buscó refugio en Ginebra. Pero allí fue juzgado por Calvino y condenado a morir en la hoguera.

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Fuente:

icarito.cl

El 31 de octubre cristianos celebrarán el día de la Reforma

El 31 de octubre cristianos celebrarán el día de la Reforma

Fecha: October 27, 2008

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Uno de los acontecimientos de la historia recordados por los cristianos y celebrado en las iglesias evangélicas cada 31 de octubre es el Día de la Reforma establecido por la lucha de el personaje religioso Martín Lutero, teólogo y reformador religioso alemán, quien precipitó la Reforma protestante al publicar en 1517 sus 95 Tesis denunciando las indulgencias y los excesos de la Iglesia Católica.Lutero inauguró la doctrina teológica y cultural denominada luteranismo.

Martín Lutero, Nació cerca de Eisennach, Alemania, en 1483 de padres de humilde condición, durante el desarrollo de su vida mantuvo una formación religiosa inigualable, por lo que en 1505, decidió cambiar el rumbo de ella de manera radical ,decidiendo entrar al monasterio Augustino en Erfurt.

Luego en 1507, con 24 años, fue ordenado como sacerdote continuando así un largo camino que lo llevaría a descubrir en 1517 la predicación de indulgencias por parte de un monje dominico, Tetzel.

Por medio de la compra de indulgencias, según la enseñanza tradicional, se libraba a las almas recluidas en el purgatorio de los tormentos del mismo, causa que introdujo a lutero en una batalla por la verdad  causando la apertura de un tribunal de inquisicón que culminó en la excomulgación de Lutero de la iglesia católica.

El 15 de junio de 1520 León X publicó la bula de excomunión de Lutero intitulada Exsurge Domine; cuando Lutero la recibió se dirigió al pudridero de la ciudad y juntamente con el Derecho Canónico, la arrojó a las llamas.

En este mismo año Lutero completó el ciclo de su ruptura con la Iglesia, al desarrollar sus ideas en tres grandes escritos reformistas: Llamamiento a la nobleza cristiana de la nación alemana, La cautividad babilónica de la Iglesia y Sobre la libertad cristiana.

Finalmente, el papa León X le condenó y excomulgó como hereje en una bula que Lutero quemó públicamente (1520).

Las 95 tesis, desafió las enseñanzas de la Iglesia de Roma con respecto a la naturaleza de la penitencia, la autoridad del Papa y la utilidad de las indulgencias, esta publicación (clavada en las puertas de la Iglesia del Palacio de Wittenberg el 31 de octubre de 1517) detonaría un debate teológico que desembocaría en la Reforma y el nacimiento de varias tradiciones dentro del cristianismo, tales como el Luteranismo, el Presbiterianismo y el Anabaptismo.

Lutero redactó sus 95 tesis como soporte para un debate teórico, una “disputa” teológica, práctica corriente en la época.

LEGADOS

Con su traducción de la Biblia al Alemán, Martín Lutero ganó fama permanente en relación con la unificación del idioma alemán, hoy en día unos 70 millones de fieles pertenecen a la Iglesia Luterana.

Hasta 1534 sólo circulaban traducciones al latín de la sagrada escritura, cuya lectura y estudio estaban destinadas a sacerdotes y eruditos.

La traducción de Lutero intentó poner la Biblia al alcance de la población, siguiendo su idea de que cada lector y no la iglesia es responsable de la interpretación de la Biblia.

Lutero publicó su Biblia apenas 60 años después de la invención de la imprenta y con ello se transformó en el primer libro de circulación masiva de la historia y también marcó el inicio de otra revolución: la lectura masiva.

En el año 1546 murió Lutero, en donde pasó los últimos años de su vida bajo cuidados y amarguras, pero su muerte fue la de un cristiano que como Pablo, había peleado la buena pelea, había guardado la fe y esperaba el galardón que el Señor, el justo juez, le daría en aquel día.

Fuente: Crítica.

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