¿Dejará alguna vez el Espíritu Santo a un creyente?

«¿Dejará alguna vez el Espíritu Santo a un creyente?»

Respuesta: Simplemente no, el Espíritu Santo jamás abandonará a un creyente. Esta verdad es revelada en muchos diferentes pasajes en el Nuevo Testamento. Por ejemplo, Romanos 8:9 nos dice, “Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.” Este verso es muy claro en que si alguien no tiene la presencia del Espíritu Santo morando en él, no es salvo; por lo tanto, si el Espíritu Santo fuera a abandonar a un creyente, éste habría perdido su relación con Cristo, así como su salvación. Sin embargo, esto es totalmente contrario a los que enseña la Biblia acerca de la “seguridad eterna” de los cristianos. Otro verso que habla claramente de la permanente presencia del Espíritu Santo morando en la vida de los creyentes es Juan 14:16. Aquí Jesús dice que el Padre dará otro Consolador “para que esté con vosotros para siempre.”

El hecho de que el Espíritu Santo nunca abandonará a un creyente es visto también en Efesios 1:13-14 donde se dice a los creyentes que fueron “sellados” con el Espíritu Santo, “que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.” La ilustración de ser sellados con el Espíritu, es una que indica propiedad y posesión. Dios ha prometido vida eterna a todos los que crean en Cristo, y como una garantía de que Él mantendrá Su promesa, ha enviado al Espíritu Santo a morar en el creyente hasta el día de la redención. De manera similar al pago de un enganche para adquirir un carro o una casa, Dios ha provisto a todos los creyentes con un “enganche” de su futura relación con Él, al enviar al Espíritu Santo para que more en ellos. El hecho de que todos los creyentes son sellados con el Espíritu, también es visto en 2 Corintios 1:22 y Efesios 4:30.

Antes de la muerte, resurrección y ascensión al Cielo de Jesucristo, el Espíritu Santo tenía una relación de “entrada y salida” con la gente. El Espíritu Santo moraba en el rey Saúl, pero luego se apartó de él (1 Samuel 16:14). En su lugar, el Espíritu estuvo con David (1 Samuel 16:13). Después de su adulterio con Betsabé, David temía que el Espíritu Santo se apartara de él (Salmo 51:11). Bazaleel fue lleno del Espíritu Santo para capacitarlo en la elaboración los utensilios necesarios para el tabernáculo (Éxodo 31:2-5), pero esto no es descrito como una relación permanente. Todo esto cambió después de la ascensión de Jesús al Cielo. Iniciando en el día de Pentecostés (Hechos capítulo 2), el Espíritu Santo comenzó a morar permanentemente en los creyentes. La morada permanente del Espíritu Santo es el cumplimiento de la promesa de Dios, de que siempre estaría con nosotros, y jamás nos abandonaría.

Mientras que el Espíritu Santo nunca dejará a un creyente, es posible que nuestro pecado “apague al Espíritu Santo” (1 Tesalonicenses 5:19) o “contriste al Espíritu Santo” (Efesios 4:30). El pecado siempre tiene consecuencias en nuestra relación con Dios. Mientras que nuestra relación con Dios es segura en Cristo, los pecados no confesados en nuestras vidas, pueden obstruir nuestra comunión con Dios y efectivamente apagar la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas. Es por lo que resulta tan importante confesar nuestros pecados, ya que Dios es “fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” (1 Juan 1:9). Así que, mientras que el Espíritu Santo jamás nos dejará, los beneficios y el gozo de Su presencia si pueden apartarse de nosotros.


¿Tiene preguntas? Preguntas de la Biblia contestadas
www.GotQuestions.org/Espanol

El uso del “amén” en el culto público

“Porque si bendices sólo con el espíritu, el que ocupa el lugar de simple oyente, ¿cómo dirá el Amén a tu acción de gracias? Pues no sabe lo que has dicho” (1Cor. 14:16).

La palabra hebrea “amén” es parte de una familia de palabras que giran alrededor de la idea de certeza o veracidad. En el AT es usada como una expresión de confianza o asentimiento sobre lo que otro está diciendo.

Por ejemplo, en 1R. 1:36 vemos como Benaía acepta la tarea impuesta por el rey David de ungir a su hijo Salomón como su sucesor al trono haciendo uso del “amen”:

Entonces Benaia hijo de Joiada respondió al rey y dijo: Amen. Así lo diga Jehová, Dios de mi Señor el rey”.

También encontramos el uso del “amén” como una confirmación o aceptación personal de alguna advertencia o maldición divina (Nm. 5:22). Y en muchos lugares del AT encontramos esta palabra como un asentimiento del pueblo a las expresiones de adoración que se rendía a Dios. En este sentido es interesante notar que los primeros cuatro libros de los cinco que componen los salmos, concluyen con el amén (Sal. 41:13; 72:19; 89:52; 106:48).

En todos estos casos la palabra amén es usada como un reconocimiento de que la Palabra que ha sido pronunciada es válida y, por lo tanto, que nos estamos comprometiendo en cierto modo a cumplirla. Así que el significado básico de la palabra en el AT es que lo que ha sido pronunciado es válido y seguro.

En el NT encontramos que la palabra hebrea amén ha sido trasladada al idioma griego a través de una simple transliteración; es decir, se ha tomado la palabra tal como suena y se ha adaptado al alfabeto griego. Lo mismo ocurre con la palabra en nuestro idioma; se escribe y se pronuncia “amén”, solo que usando, obviamente, las letras de nuestro alfabeto.

Sin embargo, en el NT el significado de esta expresión se enriquece. Por un lado, la encontramos en el mismo contexto de adoración que es tan común en el AT (comp. Rom. 9:5; 11:36). Pero en el NT adquiere ciertas connotaciones características. Por ejemplo, vemos que el Señor la usa para llamar la atención sobre algunas declaraciones solemnes o para recalcar la certeza de ciertas promesas (Jn. 3:3, 5; 5:24; 8:58).

Es usada también para enfatizar la confiabilidad que Dios nos ha dado en Cristo (2Cor. 1:20). La idea parece ser la siguiente: “Todas las promesas que Dios ha hecho a los pecadores, todas tienen un punto en común: que en Cristo todas son Sí”.

¿Puede Dios realmente perdonar todos mis pecados si voy a Cristo en arrepentimiento y fe? Sí. ¿Pero aun en el caso de que mis pecados se hayan multiplicado como las estrellas del cielo y como la arena del mar? La respuesta siempre es la misma: Sí. Y cuando esto es comprendido y aceptado, la respuesta que brota del corazón es “Amén”. Todas las promesas de Dios son en Cristo “Sí” y “amén”.

Pero el clímax de esta expresión lo encontramos en Ap. 3:14, en donde la palabra “Amén” es usada como uno de los títulos que identifican a nuestro Señor Jesucristo. Él es el Amén, sus palabras siempre son fieles y verdaderas, y Él mismo es la máxima expresión de la fidelidad de Dios a Sus promesas. Dios cumplió en Cristo todo cuanto había prometido a través de Sus profetas. Cristo es en Su Persona y en Su obra redentora el Amén de Dios.

De modo que la palabra “amén” ha sido introducida por Dios mismo en la vida de Su pueblo como la expresión audible de un corazón que confía plenamente en Su Dios.

Al decir el “amén” estamos manifestando nuestra confianza en la veracidad y validez de las palabras que han sido pronunciadas. Lamentablemente, algunos grupos cristianos abusan del “amén”, mientras en otros grupos es un término casi totalmente ausente. Por lo que debemos preguntarnos ahora, ¿cuándo debemos usar la palabra “amén” en nuestros cultos de adoración?

Al hablar de la adoración a Dios nos estamos refiriendo a todas aquellas actividades por medio de las cuales Dios se acerca a nosotros como Su pueblo, y todas aquellas actividades por medio de las cuales nosotros nos acercamos a Él como nuestro Dios.

Es cierto que la adoración a Dios involucra muchos detalles, pero todos esos detalles pueden ser agrupados en dos categorías fundamentales: aquellas cosas por medio de las cuales Dios se acerca a nosotros, y aquellas cosas por medio de las cuales nosotros nos acercamos a Dios cuando nos congregamos como pueblo.

Dios viene a nosotros al manifestar Su presencia en medio nuestro a través de la predicación de Su Palabra; nosotros, en cambio, nos acercamos a Él a través de la confesión de nuestros pecados, a través de nuestros cánticos de alabanza, de nuestras acciones, de nuestras súplicas, etc.

Por eso decimos que todo lo concerniente a la adoración puede ser agrupado en esas dos categorías generales. En la adoración Dios se acerca a Su pueblo, y el pueblo se acerca a Su Dios (comp. Sant. 4:8). Y es precisamente en esos dos contextos en que debemos ubicar el uso del amén en la adoración:

A. Como una expresión de asentimiento cuando la Palabra de Dios es declarada:

Deut. 27:15-26. Cuando estas maldiciones fueran leídas el pueblo debía asentir a la Palabra de Dios pronunciando un “Amén”. ¿Podía Dios leer el corazón de la gente y ver si estaban asintiendo a la Palabra proclamada? Si, Dios puede leer el corazón, y ver si estamos asintiendo o no a lo que se está proclamando, pero Él esperaba un asentimiento verbal de parte de Su pueblo.

Al hacerlo de ese modo estaban profesando abiertamente su fe en la veracidad de las palabras que estaban siendo pronunciadas. No es un juego lo que se está diciendo aquí. Dios está declarando a través de sus siervos que Él real y efectivamente ha de manifestar Su ira contra la impiedad e injusticia de los hombres, y ni un jota, ni una tilde de esas advertencias caerán a tierra.

Los hombres se caracterizan por sus promesas y amenazas incumplidas. Pero cuando Dios promete o amenaza Sus palabras tienen cumplimiento porque son fieles y verdaderas. Cuando el pueblo de Dios dice el “amén” está profesando abiertamente su fe en la validez y seguridad de tales palabras.

Por otra parte están manifestando su confianza en la equidad de Dios al pronunciar estas maldiciones. Al decir el “amén” no sólo expresaban que estas palabras eran fieles y verdaderas, sino también justas y equitativas. El “amén” significaba en este sentido: “Eres justo, oh Dios, así debe ser; eso es lo que merecen aquellos que violen tu santa ley”.

Y finalmente, al pronunciar el “amén” estaban impresionando sus propias almas, y atando sus propias conciencias al cumplimiento de la ley divina. Al dar el “amén” a estas maldiciones estaban llamando sobre sí mismos la ira de Dios en caso de incurrir en esas prácticas perversas que la ley condenaba.

Esa es la respuesta que Dios espera de Su pueblo cuando Su Palabra es proclamada. Es una respuesta del alma, del corazón, pero que se manifiesta audiblemente a través del “amén” (comp. Neh. 5:13; Ap. 1:7; 22:20).

El predicar la Palabra de Dios requiere de un gran esfuerzo espiritual e intelectual. Es realmente agotador predicar la Palabra. Pero el escuchar una prédica también lo es. Es un verdadero ejercicio intelectual y espiritual el poder mantener la atención sobre una exposición de la Palabra de Dios durante 50 minutos o una hora. Nuestra carne se resiste a ello.

Pero Dios espera de Su pueblo a que resistan la tentación de distraerse, la tentación de ser perezosos mentalmente y de irse por el lado fácil. Y más aún: Dios espera un asentimiento de corazón a esa Palabra que está siendo expuesta; por eso introdujo la palabra “amén” en la vida de Su pueblo, como una expresión de asentimiento cuando Su Palabra es declarada.

B. Como una expresión de asentimiento a la adoración que rendimos a Dios:

1Cro. 16:7 y 36b. Asaf y sus hermanos alabaron a Dios públicamente, y el pueblo respondió: “Amén”. Lo mismo vemos en el Sal. 106:48 que citamos anteriormente: “Bendito Jehová Dios de Israel, desde la eternidad y hasta la eternidad; y diga todo el pueblo, Amén”.

También lo vemos implicado en 1Cor. 14:16. La idea obvia que está detrás de estas palabras es: “Si él sabe lo que has dicho y asiente a ello dirá el amén”. Pero quizás ningún otro texto de la Escritura presenta esta verdad de una manera más impactante que el cuadro que encontramos en Ap. 5:11-14.

Cuando venimos como Iglesia a adorar debe haber un orden. Por ello algunos tienen la tarea de dirigir la adoración. Pero todos los demás tenemos el deber de concentrarnos en aquello que la Iglesia como cuerpo está haciendo para acercarse a Dios, a la vez que debemos tener una participación audible, externa.

“Señor, estoy de acuerdo con lo que se está diciendo; con todo mi corazón asiento estas expresiones de adoración”. Y lo mismo cuando venimos a orar corporativamente. Es cierto que es uno sólo quien eleva su voz a Dios en oración como representante de toda la Iglesia; pero toda la Iglesia debe envolverse unánime con el que ora.

Ese no es el momento para pensar en las cuentas que tengo que pagar, o en las diligencias que faltan por hacer; ni siquiera es el momento para orar por mis cosas personales. Estamos aquí como cuerpo, presentando nuestras peticiones delante de Dios unánimemente, a una sola voz.

Lo que está envuelto en esto no es una simple expresión verbal. Se trata de una expresión externa que manifiesta un asentimiento interno.

Dios lo ha establecido así, y si somos creyentes verdaderos hemos de estar interesados como individuos y como Iglesia en traer todas las áreas de nuestras vidas a los principios que Dios ha establecido en Su Palabra, sobre todo, en aquellas cosas que tienen que ver con la adoración de Su pueblo.

Más adelante veremos algunos principios que deben regular el uso del “amén” en el culto público.

© Por Sugel Michelén. Todo Pensamiento Cautivo. Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia.

http://www.todopensamientocautivo.com/2010/09/el-uso-del-amen-en-el-culto-publico/

Omnipresencia-EDUCANDO A MARTIN GIANOLA

EDUCANDO A MARTIN GIANOLA

Crítica de su artículo
“Los Atributos Teológicos del Dios Judeocristiano – Omnipresencia”

Pablo Santomauro

El artículo de Martin Gianola está alojado en: LOS ATRIBUTOS TEOLÓGICOS DEL DIOS JUDEOCRISTIANO – OMNIPRESENCIA

Una vez más asumo la benévola tarea de corregir a Martín Gianola, que como todo ateo que no es honesto intelectualmente, presenta una perspectiva distorsionada, en esta ocasión, del atributo de Dios conocido como omnipresencia. La tarea de derribar sus argumentos es sencilla. Todo lo que tenemos que hacer es mostrarle que su definición de omnipresencia es errónea. Gianola, como parece ser su costumbre, razona en el vacío de la misma forma que ese “gran pensador” que Gianola cita, Ladislao Vadas. Veamos lo que Gianola escribe:

“Entendemos por omnipresencia de Dios que se encuentra en TODAS partes, desde los componentes infinitamente pequeños del núcleo de un átomo, asi como en el aire, el vacío del espacio, el núcleo del sol o de cualquier estrella, en cada pelo del ratón que vive en mi desván o en una hormiga africana recién nacida. En cada fotón, en cada una de las galaxias, no tocando las cosas superficialmente ni adhiriéndose materialmente a los objetos. Dios está en todo Espacio, lugar y cosa, en forma radical … Su presencia puede estar en los seres de manera objetiva, como lo amado en el amante, lo conocido en el cognocente, esto es presencia particular. Su presencia puede estar en los seres de manera efectiva por potencia, por conocimiento y por escencia, es decir en forma general”.

Más adelante cita a Ladislao Vadas:

“…cada átomo, cada molécula, cada celula viviente, cada organismo vivo o muerto, sano o enfermo, cada cerebro animal, cada conciencia humana, están adosados a su propia conciencia, porque se halla presente en todo [Dios] … Puesto que, o está en todos los seres o no se halla en algunos. Si se halla presente en todos, tambien lo debe estar en los malignos o los que usan mal el libre albedrio. Si en estos no se halla presente, carece entonces del atributo de omnipresencia … ”

Sin perder la oportunidad de insertar en el artículo el gastado argumento ateo de la existencia del mal, que según los ateos prueba que Dios no existe, Gianola agrega:

“Se me ocurre pensar entonces en un dios que estaba presente dentro de ese hermoso niño que luego se convirtió en un violador asesino múltiple”.

Es claro que Gianola, tanto como Davas, tiene una idea totalmente errónea de lo que es la omnipresencia de Dios en términos bíblicos. Ambos conciben la omnipresencia de Dios en términos ontológicos, i.e., Dios siendo uno con la creación. La naturaleza ontológica de Dios, según Gianola, su esencia (su DNA si se me permite), se encuentra en toda materia y organismo viviente en el universo. Esta es una definición panteísta de Dios, i.e., Dios es todo y todo es Dios. Eso no es lo que la Biblia enseña. Es obvio que Gianola, sin saberlo quizá, está tratando con un dios diferente al del cristianismo. Queremos pensar que no lo hace adrede. De lo contrario está levantando un monigote de paja, o sea que comete la falacia de mal representar lo que los cristianos creemos. Esta falacia consiste en crear una versión modificada o débil de la posición del contrario, para de esa forma poder derribarla fácilmente. Veamos ahora, para beneficio de la educación de Gianola, qué es lo que los cristianos entendemos cuando hablamos de la omnipresencia de Dios.

La Biblia establece que Dios es omnipresente, i.e., está presente en todo lugar simultáneamente. Esto no significa que la forma o naturaleza de Dios está dispersa de modo que partes de El existen en todos lados (la crítica de Gianola se basa en esta falsa premisa). Dios es ontológicamente espíritu (Jn. 4:24; Is. 31:3), no tiene una forma física. El está presente en todo lugar en el sentido de que todas las cosas están inmediatamente en su presencia. Al mismo tiempo, El está presente en todo lugar del universo. Nadie pude esconderse de El y nada escapa a su “vista” (Sal. 139; Jer. 23:23-24; Am. 9:2-3).

Dios NO es todo-presente en el sentido de existir dentro o en todas las cosas creadas, visibles y no visibles, Dios no está en las mentes, emociones, plantas, vida, materia inanimada y/o diferentes elementos. Su omnipresencia significa que no está enmarcado por restricciones de ninguna clase y puede realizar un número infinito de cosas sin limitaciones de ningún tipo. Por motivo de su naturaleza eterna y existencia infinita, Dios es inmensurable en conocimiento, sabiduría, santidad y bondad. Es por ello que cuando alguien se acerca al tema de su omnipresencia debe asegurarse de que sabe de lo que está hablando, de lo contrario puede caer en las ideas superfluas y absurdas de Gianola y Vadas.

Quizá lo que vengo diciendo se comprenda mejor cuando estudiamos otro atributo de Dios, Su transcendencia. Esto significa que Dios es enteramente distinto, diferente, y en cierto sentido separado de su Creación, así como el carpintero es diferente de la mesa que construyó. Transcendencia significa que Dios es:

1. Separado del mundo: Is. 40:22; Hch. 17:24
2. Superior al mundo por contraste: Sal. 102:25-27; 1 Jn. 2:17-17
3. Creador del mundo: Gn. 1:1; Sal. 33:6; 102:25; Is. 42:5; 44:24; Jn. 1:3; Ro. 11:36; He. 1:2; 11:3

Al mismo tiempo que Dios es transcendente, también es inmanente, o sea, involucrado con su Creación e interrelacionándose continuamente con ella, pero nunca Dios es la Creación y viceversa.

Resumiendo: El argumento de Gianola es estrepitosamente inválido. Le recomendamos que si va a arremeter contra el Dios bíblico, se tome el tiempo de estudiar un poco porque es evidente que está refutando o analizando una pantomima de su propia creación, un molino de viento producto de su mente obsesionada, no el Dios cristiano.

Por último, no podía faltar en la diatriba de Gianola el clásico caballito de batalla del ateo, la existencia del mal y el sufrimiento y la acusación de que el Dios cristiano es cruel. Gianola usa las palabras de Ladislao Vadas:

“Y vuelvo a Vadas: ‘…tampoco se explica como estando presente en todos los genes de los seres vivos de la tierra, permite la mutación genética aleatoria que apunta casi siempre hacia el error, cuya acumulación conduce al fracaso de las especies vivientes, ni como permite que un tumor maligno carcoma lentamente un organismo hasta su agonía extrema entre terribles tormentos, estando ’Él’ infiltrado (según la teología está en todas las ‘cosas’ y los tumores cancerígenos son cosas y no ‘ausencia de bien’), en cada una de las mitosis equivocadas de estas células degeneradas, como objetos o seres que siguen un curso ciego incontrolado y mortal como si se tratara de otro ser vivo adherido a la víctima…’”

Nótese una vez más que el comentario de Vadas está fundado en las arenas movedizas de una definición panteísta de la naturaleza de Dios. Esto de por sí invalida el argumento principal. Pero en el tema del sufrimiento y el mal, la perspectiva calvinista es la más apropiada para neutralizar el monigote de paja de Vadas. Propongo: el pecado es real y terrible. Es necesario conocer la doctrina de la Depravación Total para entender lo grave que es el pecado. Como resultado, el mundo recibe parte de lo que merece. Si lo recibiera todo ya nadie ni nada existiría.

El salario del pecado es muerte, y parte de la muerte es la deterioración de nuestros cuerpos por medio de la enfermedad. Dios no tiene la obligación de darnos cuerpos sanos de por vida. Tampoco le debe sanidad a nadie. Si lo hace es gracias a su misericordia. La doctrina bíblica de la soberanía de Dios incluye el entendimiento de que Dios no tiene que darle explicaciones a nadie de cómo administra los asuntos del universo.

Concluimos diciendo que el hecho de que halla sufrimiento y maldad en el mundo no constituye ningún desafío para el cristiano informado. La horrenda situación presente es el resultado de la caída en pecado de nuestros antepasados milenarios. Más claro aun, es el hecho de que la existencia del mal no es un argumento que pruebe la no existencia de Dios. Los ateos más inteligentes ya lo han abandonado por inefectivo.

Dios te bendiga

Pablo Santomauro

Epístola a los Efesios parte 2

Epístola a los Efesios parte 2

II. EL PODER DE DIOS: NUEVA VIDA, cap. 1:3 – 2:10

En esta sección vemos a Pablo bendiciendo (hablar bien) al Padre por la bendición (los beneficios) celestial en Cristo.

La Bendición de Dios

El Pastor Raúl Caballero Yoccou explica que

«Bendito» es la traducción del griego eulogetos, que significa literalmente hablar bien. Nosotros la hemos transliterado[0] al castellano como elogiar (Ro. 12:14). Aunque en algunas formas gramaticales se aplica a otras personas, el adjetivo eulogetos (bendito) únicamente aparece referido a Dios (Mr. 14:61; Lc. 1:68; Ro. 1:25; 9:5; 2 Co. 1:3; 11:31; Ef. 1:3; 1Pe. 1:3). Sólo Dios puede recibir cierto tipo de elogio que no se limita a «hablar bien», sino a adorarle en ese lenguaje. Es exactamente la actitud y el idioma que utilizó Pablo en este versículo. Se hizo eco de la alabanza bíblica de todos los tiempos (Gn. 9:26; 14:20; 24:27; 1 Sam.25:32; Sal. 72:18, etc) y enseñó a los cristianos a vivir en el espíritu de gratitud con adoración (Sal. 103:1-3).[1]

1. ¿Cuando ocurrió?: en la eternidad pasada. V.4

Antes de la creación del mundo,Dios nos eligió.Luego nos predestinó y adoptó en Cristo Jesús.

2. ¿Con qué nos bendijo?: con toda bendición espiritual. V.3a

Esto no significa que Dios no nos de bendiciones materiales.Recordemos que el Señor dijo que buscáramos su reino y su justicia y el resto vendría por añadidura.Lo que este pasaje bíblico enseña es el tipo de bendición que Dios nos da como Iglesia en esta dispensación en contraste con la anterior, en la cual prometió bendiciones materiales muchas veces.

3. ¿Cual es el lugar de la bendición?: en los (lugares) celestiales. V. 3b

Hay muchos que interpretan la frase “los lugares celestiales», que aparece varias veces en esta epístola, como una referencia al cielo después de morir, pero si hacemos eso, nos perderemos todo el significado de la epístola de Pablo. Aunque es cierto que habla acerca de ir un día al cielo, se refiere principalmente a la vida que vivimos actualmente porque los lugares celestiales no están en algún lugar distante del espacio, en algún planeta o estrella, sino que pertenece al ámbito de la realidad invisible en el que vive actualmente el cristiano, en contacto con Dios y en conflicto con el demonio en el que nos vemos envueltos a diario.

Los lugares celestiales son el lugar que ocupa el poder y de la gloria de Cristo. En el capítulo dos, versículo seis se nos dice:

“Y juntamente con Cristo Jesús nos resucitó [Dios] y nos hizo sentar en los lugares celestiales.”

Pero en el capítulo tres nos enteramos de que también está ahí la central de los principados y potestades del mal:

“…para que por medio de la iglesia la inconmensurable sabiduría de Dios pueda darse a conocer a los principados y poderes en los lugares celestiales.”

El conflicto que se desencadena se menciona en el capítulo seis:

“Porque nuestra lucha no es contra sangre ni carne, sino contra principados, contra autoridades, contra los gobernadores de estas tinieblas, contra espíritus de maldad en los lugares celestiales.”

Así que, como vemos, ésta no es ni mucho menos una referencia al cielo, sino a la tierra. Es el ámbito invisible de la tierra, no se refiere, pues, a lo que podemos ver, oír, probar o sentir, sino a ese reino espiritual que nos rodea por todas partes, y que nos afecta e influencia constantemente, ya sea para bien o para mal, dependiendo de nuestra decisión voluntaria y de nuestra relación con estos poderes invisibles. Esos son los lugares celestiales. En este ámbito, en el que vivimos todos nosotros, el apóstol declara que Dios ya nos ha bendecido con toda bendición espiritual. Es decir, ya nos ha dado todo cuanto precisamos para vivir nuestras circunstancias y relaciones actuales. Pedro dice lo mismo en su segunda epístola:

  • “su divino poder nos ha concedido todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad…. (2ª Ped. 1:3) [2]

Dios ha puesto bendiciones espirituales en su Hijo el Señor Jesús; pero nos pide que las busquemos y las obtengamos por la oración. (Mattew Henry) [3]

4. ¿Como?: en Cristo. V.3b

La frase “en Cristo Jesús” marca la posición que todos los creyentes tenemos por haber entrado al cuerpo de Cristo. Aparte de representar una unión vital con él, habla de la intimidad por la cual los cristianos comparten su vida, seguridad, poder y victoria.(R. Caballero Yoccou) [4]

ESTAR EN CRISTO [5] [6]
Es disfrutar de:

Pablo utilizó esta expresión y su derivados más de cien veces, para destacar la grandeza de la salvación.

  • “Estar en Cristo” confirma nuestra seguridad de justificación, reconciliación, redención y victoria.

En sus saludos a varias iglesias incluyó la frase (Ef. 1:1; Fil. 1:1; Col. 1:2) como único modo de comprender la redención efectuada. Pablo mismo se consideraba “crucificado con Cristo” (Gá. 2:20) y vivía “en la fe.”

  • Estar “en Cristo” es tener la vida de Cristo (Col.3:4) y vivirla (Fil. 1:21).
  • Es tener una nueva naturaleza (2 Co. 5:17) para compartir sus victorias (2 Co. 2:14).
  • “En Cristo” disfrutamos la libertad del Espíritu (Ro. 8:2), nos apropiamos de la nueva relación con Dios (2 Co. 1:21), tenemos un mensaje ciertísimo (2 Co. 2:17) y un testimonio patente (Fil. 1:13).
  • “Estar en Cristo” es estar en su cuerpo pues él es la Cabeza (Ef. 1:6), y nosotros miembros de una gran familia (Ef. 3:6) que se fortalece mutuamente para gloria de Dios.
  • También es compartir sin temores la esperanza de la vida (1 Co. 15:18–19) hasta que nos encontremos con él en la mañana de la resurrección (1 Ts. 4:16).

El Padre es el Dios de toda gracia (1 P. 5:10); Jesucristo es el dador de la gracia (Hch. 15:11; 2 Co. 8:9), y el Espíritu Santo es el “Espíritu de gracia” (He. 10:29).

“Todos los que siguen a Jesús están bendecidos con bendiciones espirituales en lugares celestiales, donde Cristo esta.” (David Wilkerson) [7]

“En Cristo”. Es una frase que todos hemos oído. Albert Schweitzer llamó “estar en Cristo” al principal enigma de la enseñanza del apóstol Pablo. Schweitzer fue uno de los alemanes más sobresalientes del siglo. 20—teólogo, músico y un grandioso doctor misionero, ganador del Premio Nobel de la Paz en 1952. Schweitzer no fue un cristiano ortodoxo al final de sus días, pero pocas personas evocaban el espíritu cristiano más poderosamente.[8]

La bendición de Dios que recibimos por medio de la actividad de las 3 personas de la Trinidad:

El PADRE (el origen) Selecciona: v.4-6

  • 1. Escoge v.4.
  • 2. Es dador de gracia v.6
  • 3. Revelador de su voluntad v.9 y 10
  • 4. Hacedor de esa voluntad v.11

AL   HIJO (el medio) Sacrifica: v.7-12.

En estos vs. 11 veces encontramos la expresión Cristo» o «por medio de Cristo».

  • 1. En Cristo bendición y elección v.3
  • 2. En Cristo redención v.6 y 7
  • 3. En Cristo un pueblo v.10 y 11
  • 4. En Cristo el descenso del Espíritu para sellarnos v.13 y 14

Al Espíritu (la garantía) Sella:v.13 y 14

David Wilkerson comenta que

Pablo escribió esta epístola “a los santos y fieles en Cristo Jesús” (1:1). Estos eran creyentes estaban seguros de su salvación. Los efesios fueron bien entrenados en el evangelio de Jesucristo y la esperanza de la vida eterna. Ellos sabían quienes eran en Cristo, y estaban seguros de su posición celestial en él. Ciertamente, están bien cimentados en la verdad que ellos estaban sentados “…en los lugares celestiales con Cristo Jesús,” (2:6).

Estos “fieles” entendieron completamente que “Dios… resucitándolo de los muertos y sentándolo a su derecha en los lugares celestiales,” (1:20). Ellos sabían que fueron escogidos por Dios desde “antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de él. Por su amor,…” (1:4-5). Ellos comprendieron que fueron adoptados “por Jesucristo mismo” (1:5). Dios los había traído a su familia, porque cuando escucharon la palabra de verdad, ellos creyeron y confiaron en ella.

Los creyentes efesios fueron verdaderamente un pueblo bendecido. Se regocijaron en su redención a través de la sangre de Cristo, conociendo la gran bendición espiritual de ser perdonados de sus pecados. Ciertamente, ellos eran tenían tanto conocimiento acerca de las riquezas de la gracia de Dios, que muchos eran capaces de enseñarles a otros. Si se encontraban con personas que estaban hambrientas de Dios, ellos podían mostrarles la gloria de la Cruz. Ellos podían enseñar de la misericordia y el amor de Dios, de su santidad, de caminar sin culpa ante él. Ellos podían hablar de la resurrección, de la bondad de Dios, del cielo y del infierno, de las consecuencias de vivir en pecado. [9]

Notas

[0] Transliterar es representar los signos de un sistema de escritura, mediante los signos de otro.cit en Raúl Caballero Yoccou,Com Biblico del Continente Nuevo – Efesios, ed. Unilit,pag. 26

[1] Efesios,op. cit

[2] http://cebei.wordpress.com/2008/12/30/11-sinopsis-nuevo-testamento-efesios-el-llamamiento-a-los-santos-1128/

[3] Mattew Henry, Comentario Biblico Mattew Henry Galatas – Filemon, Ed. Clie

[4] Com Biblico del Continente Nuevo – Efesios, op. cit., pag. 23

[5] cf. https://lasteologias.wordpress.com/2010/08/09/en-cristo-jesus/

[6] Com Biblico del Continente Nuevo – Efesios, op. cit., pag. 23-24

[7] http://www.tscpulpitseries.org/spanish/ts040823.htm

[8] cf. https://lasteologias.wordpress.com/2010/08/09/resurreccion-y-ascension-lo-que-significa-estar-en-cristo/

[9] http://www.tscpulpitseries.org/spanish/ts040823.htm

Bibliografía

El Bautismo parte 3

Ver este documento en Scribd

El Bautismo parte 2

Ver este documento en Scribd

UNA INTRODUCCIÓN A LA PREDESTINACIÓN

Ver este documento en Scribd

El Bautismo parte nº 1

Ver este documento en Scribd

Trabajo Monográfico sobre la Predestinación parte 3 – Decretos de salvación

Ver este documento en Scribd

Trabajo Monográfico sobre la Predestinación parte 2

Ver este documento en Scribd

Trabajo Monográfico sobre la Predestinación parte 1

Ver este documento en Scribd

La agenda Gay trata de cambiar el significado de las Escrituras

Todos debemos de hacer lo posible para que nuestra interpretación bíblica sea fiel al contexto e intención del Espíritu Santo al inspirar al escritor a escribir el texto que tenemos por delante.

Carlos Osma, escritor en Lupa Protestante, siempre escribe, sin excepción hasta ahora, desde su cosmovisión homosexual. Aunque no se puede negar que todos interpretamos el texto bíblico desde nuestra perspectiva, yo por ejemplo soy emigrante latinoamericano por lo tanto siempre corro el riesgo de escribir bajo esa prisma, existe la responsabilidad de dar un trato balanceado y fiel al texto que deseamos tocar.

Osma, por lo visto, es incapaz o indispuesto a seguir el texto, sino que lo convierte a lo que el quiere, una apología al homosexualismo. Pareciera mas bien que lo que dijo Lucas que todas las escrituras apuntan a Jesús, Lucas 24:27, se le aplicaría al homosexualismo, pues todo texto en la cosmovisión de Osma habla del homosexualismo.

Osma escribe un articulo basado en Lucas 13:10-17. El error exegético de Osma es aparente cuando dice que Lucas esta representando su cosmovisión patriarcal en el texto. Esto es totalmente erróneo. En Lucas, encontramos la representación mas positiva de los pobres, niños y mujeres que en los otros evangelios. Pero Osma tiene una agenda, y pretende cambiar, o reconstruir el texto para que este sirva a su apología homosexual.

Osma dice lo siguiente, “Las mujeres con cuerpos no normativos serán marginadas aún más, por no cumplir las normas de género que la cultura patriarcal quiere imponer” . Esto, no cabe duda, es un asalto a lo que Deut. 22:5 nos dice, que el mismo cita. Curiosamente, se lo atribuye a la sociedad patriarcal, y no a la inspiración divina. El error radica que Deut. 22:5 se refiere hacia las vestimentas tranversistas que los cananeos usaban para sus cultos a sus dioses, que incluían orgías. Osma no aceptaría tal cosa tan abiertamente, pero es algo que se sabe que se da mucho en la comunidad homosexual. Estas normas no son impuestas por una cultura patriarcal. Están plasmadas en la Palabra de Dios, y si Osma cree que sabe mas que Dios, pues no va a ser el primero que cree tal cosa, que tendrá un fin no tan agradable.

El error de la homo-lectura de la Escritura por parte de Osma llega a su apogeo en lo siguiente que el escribe:”Ya Jesús había rechazado anteriormente esta reducción cuando una mujer le gritó: “¡Dichosa la mujer que te dio a luz y te crió!(6)”. Parece un grito de alabanza, pero Jesús se percató de la opresión que llevaba implícito. Aquello a lo que la sociedad obligaba, o la decisión personal que una mujer puede realizar libremente en la actualidad, no debe ser confundido con su fin último: “¡Dichosos más bien los que escuchan el mensaje de Dios y le obedecen!(7)”.  El seguimiento de Dios es lo primero, y ese seguimiento sólo es posible cuando la propia mujer tiene control sobre su cuerpo. Aquel que Dios le ha llamado a respetar.”

Primero, lo dicho por la mujer (por cierto, tampoco su nombre se menciona, cosa que Osma no se percata, y destruye por completo sus comentarios sobre este acto hacia la mujer protagonista de su articulo) no quiere decir lo que Osma quiere que diga, que fue algo que era opresivo. Lejos de ello, un dicho similar se encuentran en manuscritos de la época, cf. Pesiq 149ª, Hag. 49b, etc. También, la fraseología es muy similar a lo que se le dice a María en Lucas 1:45; 14:15. Lo que quiere decir el dicho es “Feliz es la mujer que tiene tal hijo”, o en el caso de esta mujer “Si tan solo yo tuviera tal hijo”. De ahí la respuesta por Jesús, de que la verdadera bendición proviene no de ser la madre del Mesías, pero de hacer y poner en obra la palabra de Dios.

Como podemos ver, una homo-lectura de la Biblia tiene que destruir la intención y estructura del texto, para poder promover su agenda.

Osma no tiene otra alternativa que hacer caso a lo que Jesús le dice a el en este texto, que tiene que hacer caso aquello que el ha catalogado como cultura patriarcal, pero que Dios ha catalogado como su santa palabra.

Si tan solo Osma hiciera caso de lo dicho por Jesús, el tuviera vida eterna, como también, la forma de salir de el pecado que le nubla su lectura bíblica.

Guardémonos de aquellos que hacen una homo-lectura de la Biblia, y mantengámonos firmes de no caer ante la cultura pro-homosexual, que tan contraria es a las Escrituras.

Luis Alberto Jovel

Un buen ejemplo… ¡de como no debemos interpretar la Biblia!

Un buen ejemplo…

¡de como no debemos interpretar la Biblia!

El hermano venezolano, Jaime Orlando Barboza Salas, circula por correo electrónico muchos artículos, generalmente largos y detallados y a menudo sobre el Apocalipsis. Lamentablemente, sus interpretaciones suelen ser muy dudosas, aptas más bien para confundir al pueblo de Dios. También lamentablemente, su interpretación es típica de la de muchos otros intérpretes, con los mismos errores de métodos de interpretar el texto (hermenéutica) y de sacar conclusiones (exégesis; teología). Por eso es necesario analizar un poco sus argumentos.

En un reciente artículo, con el título «La verdad: ¿Quiénes eran los nicolaítas?», don Jaime Orlando formula el siguiente argumento:

«Nicolaíta proviene del griego NICO que significa dominio o conquista sobre otros y LAOS que significa pueblo… De ahí podemos analizar la composición NICOLAOS que viene a ser algo así como DOMINIO SOBRE EL PUEBLO

Éfeso significa «Deseada», pero Pérgamo significa «Casamiento». La pregunta que brota inevitablemente es ¿Con quien se casó la iglesia de Pérgamo? …

«Podemos saber con quien se casó la iglesia de Pérgamo. Ella no considera que deba estar alejada del mundo y a salir de él… Pérgamo tipifica al compromiso que la iglesia asumió con el estado y con el mundo… Muchos ubican el período de esta iglesia aproximadamente por el año 320 DC en pleno gobierno de Constantino…

«La obra y doctrina de los nicolaítas, consistió en jerarquizar a la iglesia. Así nace el clero (Nico ) y el laicado ( Laos )».

En este argumento el autor cae en dos errores graves: primero, argumentar desde supuestos orígenes etimológicos de los términos, y segundo, interpretar las siete cartas de Apoc 3-4 como etapas sucesivas de la historia europea. Veámoslo con más detalle:

La falacia etimológica: Este error es tan notorio que tiene su propio nombre, «la falacia etimológica». Consiste en basar el sentido de una palabra en su origen o en su larga historia a través de los siglos. El estudio de la etimología es una ciencia cuya tarea es explicar como una palabra actual tomó la forma exacta que tiene, desde sus orígenes en el mismo idioma o en otro. La etimología en sí es una ciencia legítima, que estudia el origen y la historia de las palabras. El error es suponer que una palabra, en el momento histórico en que es empleada, tiene ese mismo sentido de su origen. La lingüística distingue el aspecto diacrónico del lenguaje (sus cambios a través del tiempo y la geografía) y el aspecto sincrónico (su uso en un tiempo y un lugar específicos).

Muchas veces es imposible determinar con seguridad el origen de una palabra; basta pensar en el deporte de proponer posibles etimologías del término «gringo» o del adjetivo «guapo». ¡Nadie sabe su origen, pero todos entendemos su significado! Es más, aun cuando una etimología es relativamente cierta, las más de las veces no afecta el sentido que ha tomado la palabra en su uso a través del tiempo; nadie, al escuchar esa palabra, va a pensar en ese significado original. Al escuchar hoy la palabra «humor», ¿quién pensaría que viene del latín «umor» que significa «líquido de cualquier clase; los humores del cuerpo humano». Casos parecidos son «sueldo» (de «solidus», una moneda; el «soldado» recibe su «solidus»), «salario» (se pagaba con sal) e «histeria» (de «hystera», vientre). Típicamente, estos vocablos se han emigrado bien lejos de su sentido original. Por eso, interpretar palabras según su origen etimológico es una empresa muy precaria.

En la interpretación bíblica, aun cuando determinada explicación etimológica parece ser válida, casi nunca ilumina el significado de un texto. Es probable que «Ur» en hebreo se derivó de AôR, que significa «luz», y que «Canaán» viene deKeNâYaN, comerciante, pero sería ridículo concluir que Abraham salió de «tierra de luz» para ir a «tierra de comerciantes». Al contrario, son simples nombres geográficos, como Jujuy o Niquinomo o Mulucucú, sin el menor significado exegético o teológico.

El hermano Jaime comete dos errores con sus etimologías: primero de basar su interpretación en ellas, y segundo de proponer etimologías totalmente especulativas. En el griego no existe una palabra «Nico» que significara «dominio, conquista». Las palabra correspondientes son nikós (vencedor, en Apoc 2-3), nikáw (vencer) y niké (victoria). En el contexto, en cada una de las cartas a las iglesias estos términos se usan de los vencedores, pero no en el sentido de dominación. Además, como no tenemos conocimiento de una palabra «nicolaíta» que significara «dominio sobre el pueblo», el argumento de don Jaime es pura especulación. De todas maneras, el hermano tendría que demostrar que de hecho este es el origen del término en Apoc 2, cosa que no hace ni puede hacer. El término podría derivarse también de alguien llamado «Nicolás», relacionado literal o simbólicamente con el movimiento nicolaíta, o quizá otra explicación.

Las mismas dudas valen en cuanto a Éfeso como «deseado» y Pérgamo como «casamiento». Don Jaime no da razones para aceptar tales etimologías; más bien, parecen ser pura especulación, transmitidas de un autor a otro sin examinar su validez. Además, el mismo error nicolaíta existía en Tiatira, pues 2:20 reproduce para Tiatira lo que 2:14 denuncia en Pérgamo. Entonces sería necesario también explicar la etimología de «Tiatira» e incorporarlo en el esquema de interpretación. Pero según las especulaciones de los mismos dispensacionalistas, Tiatira significa «sacrificio continuo» (Evis Carballosa p73), lo que no cuadra muy bien con este esquema de interpretación.

Lo más grave del caso es que don Jaime emplea estas vanas especulaciones para sacar conclusions exegéticas y teológicias. ¡Ninguna sorpresa, que le sale muy mal!

(Entre paréntesis: a los predicadores les encantan estas etimologías ficticias. Una favorita es «sincero» como «sin cera», un invento que merece tener patente y derecho de autor).

Segundo problema: interpretación historicista de las siete cartas. Antes muchos comentaristas dispensacionalistas querían ver en los siete mensajes de Apoc 2-3 una predicción inspirada de la historia futura de Europa hasta la venida de Cristo. El argumento del hermano Jaime sigue esa línea. Pero dicha interpretación es tan especulativa, y tiene tan pocas evidencias fidedignas, que la gran mayoría de los dispensacionalistas la han abandonado. Tal interpretación solía basarse precisamente en las etimologías infundadas de los nombres de las siete ciudades. Pero aun si todas esas etimologías fuesen ciertas (y de ninguna manera lo son), dicho detalle no podría ser clave de interpretación muchos siglos después del supuesto significado de cada nombre.

Hay muchas razones por no aceptar esa interpretación de Apoc 2-3. La principal es que Juan era un pastor y escribía a las siete congregaciones que él atendía. Sería lo más anti-pastoral escribir a Tiatira sobre situaciones de la Edad Media, a Sardes sobre la Reforma del siglo XVI y a Laodicea sobre el modernismo y el secularismo de hoy. Tampoco cuadran todos los enunciados de cada carta con este sistema de interpretación. Además, nada indica que Juan anticipara una larga historia de veintiún siglos antes de la venida de Cristo, ni que el Espíritu Santo se lo hubiera revelado.

Otro detalle contradictorio: el esquema propuesta se enfoca estrictamente en la historia europea. Si se tratara del extremo oriente, del medio oriente, de África o aun de América Latina, el análisis tendría que ser muy diferente, mucho menos eurocéntrico. Pero Juan no vivía en Europa ni pensaba como europeo. Pero Juan vivía en Asia Menor, pastoreaba iglesias en Asia Menor, e inspirado por el Espíritu de Dios envió sus mensajes a esas siete iglesias, en ese contexto, y no a «expertos» modernos que lo que más hacen es tergiversar el texto.

Tercer problema:polémica contra el pastorado. A pesar del título de este escrito, don Jaime dedica sólo página y media al tema anunciado de los nicoláitas, y después da unas siete páginas a su aconstumbrado ataque contra la jerarquización (sin definirla bien), el pastorado y los pastores. Hay cierto elemento de engaño, sin duda inconsciente, en anunciar un tema para después salir con otro. Pero con don Jaime este tema es obsesivo, con elementos de advertencia contra extremos pero desde un extremismo que me parece aun peor.

Ya que nuestro interés se centra en los puntos anteriores, y además estas páginas del artículo son bastante enredadas, sólo mencionaré uno o dos puntos. Casi todos los versículos citados, que son muchos, están tomados fuera de contexto (primera ley de la hermenúetica: «el texto fuera del contexto es un pretexto»). Además, por su prejuicio, don Jaime no toma en cuenta cambios positivos en nuestro tiempo, como la teología del laicado y el movimiento laico, el Concilio Vaticano y otras reformas tanto en el catolicismo como en el protestantismo. Algunos de sus argumentos tienen algo de razón, contra abusos de autoridad (p.ej. de «apóstoles» y «profetas», pero mucho menos de pastores), pero otros son exagerados y equivocados.

Toda comunidad necesita alguna estructura, y todo movimiento tiende necesariamente a organizarse de alguna manera jerárquica. Don Jaime no toma en serio esta realidad sociológica. La tarea hoy día no es la de destruir al pastorado sino rescatarlo, dignificarlo y actualizarlo. Los pastores hoy necesitan nuestras oraciones, no nuestros ataques destructivos.

Juan Stam

http://www.ticosnet.com/dnn/Blogs/tabid/110/EntryID/281/Default.aspx

La teologia de Finney parte 6- La doctrina de la regeneración

La teología de Finney parte 6- La doctrina de la regeneración

Última fecha  de actualizacion:20-10-2010

Autor:Paulo Arieu

5. La doctrina de la regeneración:

Regeneración (gr. palingenesia:   nuevo nacimiento). Indica la regeneración espiritual (Tit.3.5), es decir la comunicación de la nueva vida en Cristo que es producida por la acción de la Palabra (Ef.5.26; Stg.1.18; lPe.1.23) y por el Espíritu Santo (Jn.3.5,6).

Augustus Strong, teólogo bautista de finales del siglo 19 y principio del 20 comentó acerca de la presciencia de Dios:
“En la eternidad no pudo haber habido causa alguna de la existencia futura del Universo fuera de Dios mismo, ya que entonces solo Dios existía. En la eternidad, Dios previó que la creación del mundo y todas sus leyes harían segura la historia hasta en sus más insignificantes detalles. Pero Dios decretó la creación y la institución de estas leyes. Al crear y establecer dichas leyes Dios decretaba todo lo que iba a acontecer. Es decir, Dios previó los eventos futuros de Universo como absolutamente ciertos porque él lo había decretado; y esta determinación incluía la determinación de todos los resultados de dicha creación; es decir, Dios decretó dichos resultados” (“Teología sistemática”. Pag. 356).[1]

Es en la presciencia de Dios, que Dios nos conoció y nos escogió en Cristo Jesús.

El Dr. A. H. Strong, quien por varios años fue Presidente y Profesor del Seminario Teológico de Rochester, escribe al mismo efecto, al definir la regeneración, la definió así:

«Es el acto divino por el que la disposición dominante de nuestra alma es hecha santa, y por el cual, empleando la verdad como medio, es asegurado el primer ejercicio santo de tai disposición».

Como es lógico suponer, Finney también se aparte de la ortodoxia bíblica en lo que respecta a la regeneración, la cual él distingue de la conversión.

“La conversión… no incluye ni implica ninguna agencia Divina, y por lo tanto no implica o expresa lo que se pretende por regeneración” (pg. 269, lect. 17).

Según él, el pecador

“es pasivo en la percepción de la verdad presentada por el Espíritu Santo” (pg. 276, lect. 17).

Esta percepción, él añade, no es parte de la regeneración, pero es simultánea con la regeneración, ya que induce a ella.

“De manera que el sujeto de la regeneración debe ser un recipiente pasivo o perceptivo de la verdad presentada por el Espíritu Santo, en el momento, y durante el acto de la regeneración” (Ibid.).

Pero ese es todo el papel que, según él, le corresponde a Dios.

“Ni Dios, ni ningún otro ser, puede regenerar lo, si él no se vuelve. Si él no cambia su elección, es imposible que sea cambiado” (Ibid.).

De manera que para Finney, la regeneración no envuelve cambio en la naturaleza constituyente del pecador, sino que consiste meramente en un cambio de elección, intención, o preferencia obrado por el pecador. Esta depende enteramente de una decisión o elección del pecador.

Es aquí precisamente donde su teología impactó tremendamente el evangelismo actual, introduciendo la doctrina pelagiana de nuevo en muchas iglesias que hoy se llaman evangélicas, aunque siguen a Finney en su perversión del evangelio.

Por la regeneración se obtienen preciosas bendiciones, como:

  • Obtener la nueva vida, la vida (gr. zoé, Jn.1.4) de Dios (Jn.5.24; cp.Ef.2.1)
  • La recepción de una nueva naturaleza, que la Biblia llama «el nuevo hombre» (Ef.4.24; Col.3.10; Gal.5.17; 2CO.5.17)
  • El creyente es bautizado «a Cristo» o «hacia Cristo» (Ro.6,3).
  • Es una operación del Espíritu Santo (1 Co.12.13).
  • El salvo queda unido vital y eternamente a Cristo Jesús.
  • La participación en la naturaleza divina (2 Pe. 1.4; 1 Jn.3.9)
  • La habitación de Cristo en el creyente (Ga.2.20)
  • El ingreso al reino de Dios (Jn.3.3, cf.v.5).

Relación entre creyentes y arminianos

Charles Spurgeon dijo una vez que

«todos los creyentes eran inicialmente arminianistas.»

Y tenía toda la razón. Los incrédulos son por naturaleza pelagianos, es decir, creen que el hombre es bueno, pero que aprende a hacer cosas malas, y que tiene la capacidad de enmendar todos sus pecados/maldades por cuenta propia. Si un hombre que es convertido habiendo tenido esta cosmovisión humanista, cómo creen que interpretará el nuevo mundo de la fe? Creo que esa es la razón por la cual el comentario de Spurgeon es válido.

Bajo este sistema doctrinal [arminianismo] el hombre cree y luego nace de nuevo. Pero es esto lo que dice la Biblia? Para aclarar este tema deseo llevarlos a un artículo de R. C. Sproul, en el cual escribe,

En la perspectiva del Agustinianismo y el Reformismo, la regeneración se ve primero que nada como un trabajo sobrenatural de Dios. La regeneración es el trabajo divino de Dios el Espíritu Santo sobre las mentes y almas de la gente caída, por el cual el Espíritu aviva a aquellos quienes están espiritualmente muertos y los hace espiritualmente vivos. Este trabajo sobrenatural rescata a esa persona de su esclavitud al pecado y su incapacidad moral de inclinarse por sí mismo hacia las cosas de Dios. La regeneración, por ser un trabajo sobrenatural, es un trabajo que obviamente no puede ser logrado por un hombre natural por sí mismo. Si fuera un trabajo natural, no requeriría la intervención de Dios el Espíritu Santo.

En segundo lugar, la regeneración es un trabajo monergista. “Monergista” significa que es el trabajo de una persona que ejerce su poder. En el caso de la regeneración, es solamente Dios quien tiene la capacidad, y es solamente Dios quien ejecuta el trabajo de regeneración del alma humana. El trabajo de regeneración no es una actividad conjunta entre la persona caída y el divino Espíritu; es solamente el trabajo de Dios.

En tercer lugar, el trabajo monergista del Espíritu Santo es un trabajo inmediato. Es inmediato con respecto al tiempo, y es inmediato en relación al principio de operar sin intermediarios. El Espíritu Santo no usa nada más que Su propio poder para rescatar a una persona de la muerte espiritual a la vida espiritual, y cuando ese trabajo se logra, se logra instantáneamente. Nadie es regenerado parcialmente o casi regenerado. Aquí tenemos una situación clásica de “o es/o no es”. Una persona o es nacida de nuevo, o no es nacida de nuevo. No hay un periodo de nueve meses de gestación en relación a este nacimiento. Cuando el Espíritu cambia la disposición del alma humana, lo hace instantáneamente. Una persona puede no estar consciente de este trabajo interno logrado por Dios por algún tiempo después de que en realidad ha ocurrido. Pero aunque nuestra percepción de él puede ser gradual, la acción es instantánea.

En cuarto lugar, el trabajo de regeneración es efectivo. Esto es, cuando el Espíritu Santo regenera un alma humana, el propósito de esa regeneración es traer a esa persona a la fe salvadora en Jesucristo. Ese propósito se efectúa y es logrado como los propósitos de Dios en la intervención. La regeneración es más que darle a una persona la posibilidad de tener fe, le da la certeza de poseer esa fe salvadora.”

Les invito a leer el resto del artículo aquí.

Dice F. Lacueva, comentando la característica radical de la regeneración:

«… es un cambio tota! en el estado del hombre, ya que toda la dinámica moral y espiritual de sus facultades se ve afectada por la nueva vida: una nueva gama de criterios acerca de los verdaderos valores ilumina su mente; un nuevo complejo de aficiones e intereses disponesus sentimientos; un nuevo plantel de motivos guía ¡as deliberaciones e impulsa las decisiones de su voluntad, renovando su energía operativa en el orden espiritual. En pocas palabras, la nueva vida comporta un correcto pensar, sentir, decidir y obrar… Esta radicalidad de la regeneración significa que el cambio se ha hecho desde la raíz del ser humano, desde lo que la Biblia llama el «corazón», pero no significa que sus facultades hayan quedado inmunizadas contra el error y el pecado. El regenerado puede todavía equivocarse y puede caer, pero el norte de su brújula queda fijado. Aunque el pecado llegue a anidar en él, será como un cuerpo extraño dentro de la nueva naturaleza (I Jn.3.8-9;Ro. 8:4) [2]

En Juan 1.13 leemos que la condición de hijos de Dios no se obtiene por ser engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.

Esto significa que:

• No se produce por herencia. A diferencia de la naturaleza pecaminosa que se hereda desde Adán de padres a hijos (Ro.5.12), la nueva naturaleza se obtiene solo por gracia y por una unión vital con Cristo (Ef.2.3-8)
• No se produce por voluntad carnal. Es decir, no tiene nada que ver con nada
que el hombre pueda hacer o lograr humanamente. No es producto del esfuerzo humano. No hay mérito, ni obra que pueda obtener la salvación y la consecuente nueva vida.
• Tampoco se produce por voluntad de varón, es decir, por procreación humana o por pertenecer a una determinada raza, o religión, o cualquier otra prerrogativa.

Los hijos de Dios, pues, no tienen origen en alguna causa física o biológica; tienen su origen en Dios, por la obra de Su Espíritu Santo.

Notas

[1] http://www.casadeoracionmadrid.com/Pdf/Presciencia.pdf

[2] F.La Cueva,Doctrinas de la Gracia – Curso de Formación teología evangélica,  Ed. Clie ,Pag.74-75

Articulos relacionados con la regeneracion en la teologia de Finney

bibl.consultada

Implicaciones Prácticas de calvinismo

Ver este documento en Scribd

La teologia de Finney parte 5 – depravación moral

4. La doctrina de la depravación moral:

Finney también negó que por causa del pecado de Adán su descendencia poseyera una naturaleza pecaminosa. De ser así, dice él,

“entonces el pecado en acción debe ser visto como una calamidad, y no puede ser un crimen. Éste es el efecto necesario de una naturaleza pecaminosa. Esto no puede ser un crimen, ya que la voluntad no puede hacer nada con ella” (pg. 262, lect. 16).

Y otro lugar dice:

“La voluntad humana es libre, de manera que los hombres tienen poder o habilidad para hacer todos sus deberes. El gobierno moral de Dios asume e implica por todas partes la libertad de la voluntad humana, y la habilidad natural de los hombres para obedecer a Dios. Cada mandamiento, cada amenaza, cada protesta o denuncia en la Biblia implica y presupone esto” (pg. 307, lect. 20).

Por supuesto, de ser así, si las demandas morales de Dios implican la habilidad moral del hombre para poder cumplirlas, entonces deberíamos presuponer que el hombre tiene la capacidad de llegar a ser perfectos, porque es eso, y nada menos que eso, lo que la ley exige (comp. Gal. 3:10; Sant. 2:10).

Qué quiere decir Depravación? Qué enseñan las Escrituras?

En primer lugar, la depravación tiene que ver con el pecado. Parece obvio, pero la aclaración debe hacerse si queremos mantener la verdad con respecto a la depravación total de individuo.

Históricamente, aquellos que niegan la doctrina de la depravación total del hombre, son aquellos que minimizan la realidad del pecado. Por ello es que el pecado no se toma con la seriedad que merece. Para Pelagius era sólo un hábito del hombre; para los semi-pelagianos una enfermedad. Actualmente no es tomado con el horror con el que es definido en la Biblia. En el espectro eclesiástico, existen desde los más liberales que enseñan que el pecado es una aflicción o una deficiencia mental, y por lo tanto la cura para el pecado está en la rehabilitación social, en el “haz el bien”, en las reformas sociales, la reforma del carácter externo del individuo.

Las Escrituras nos brindan una opinión diferente acerca del pecado. La Biblia enfáticamente nos informa que el pecado es siempre cometido contra Dios. Esto es fundamental. Dios es el Santo, Señor soberano del cielo y la tierra. Él es infinitamente perfecto. Su santidad es tan grande y la gloria de sus perfecciones es tan brillante que ante Él los ángeles deben cubrir sus rostros y cantar día a día,

  • “Santo, Santo, Santo” (Isaías 6:3).

Es contra Él que todo pecado es cometido. Esto nunca debe ser olvidado. El pecado es una contradicción de Su Santidad. Es una rebelión contra Dios. Cada pecado, no importa que tan mínimo, o insignificante nos parezca, es siempre cometido en relación con Dios. Dios creó al hombre con el único propósito de que glorificara a su Creador. No había otro propósito. Dios no creó al hombre porque estaba solo, o porque el hombre iba a llenar un espacio vacío en el corazón de Dios. Dios está y estará eternamente completo en la Trinidad, y aparte de la Trinidad no necesita nada meas. Dios no necesita a los ángeles, y mucho menos al universo, incluyendo a los hombres (1Corintios 10:31; Efesios 1: 3-6; etc,etc,etc).

El pecado de Adán fue un pecado cometido contra Dios. Fue el pecado del orgullo y la desobediencia y la rebelión en contra del mandato de Dios. Fue un acto deliberado, determinado, conciente de dejar de hacer aquello para lo cual fue creado. Adán no quiso tener nada más que ver con Dios y Su gloria. Adán prefirió seguir el consejo de Satanás; y prefirió representar al diablo, ayudarlo en su nefasto plan de robarle la gloria a Dios. Eso fue lo que hizo al pecado tan horrible. Fue cometido contra Dios, para robar su gloria.

Hasta el día de hoy no se ha cometido un pecado que sea diferente. Esto es lo que debemos comprender. Es por eso que el castigo en contra del pecado es tan grande. La gravedad del pecado se mide dependiendo de contra quien se ha cometido. Como nuestro pecado es cometido en contra del Dios infinitamente Santo y Justo, es infinitamente grave.

El castigo fue que Dios mató a Adán. Cualquiera puede entender porque esto fue necesario. Dios formó a Adán para que Adán representara la causa de Dios en la tierra, esto es, glorificar a su Creador. Adán se negó a hacer eso, y prefirió glorificar al diablo. Ese fue el deseo de Adán. Por ello, ya no había más lugar para Adán en el mundo de Dios. Dios, por lo tanto, mató a Adán,

  • “El día que comas del fruto prohibido, de cierto morirás.”

Qué significa esto? Adán no cayó muerto a un lado del árbol. Todos sabemos esto. Significa, en primer lugar, que Dios derramó toda Su ira sobra Adán. Todo su enojo y odio. Dios odió el pecado de Adán por lo que hizo, debido a que Dios odia todo aquello que va en contra de Su naturaleza. No podía ser diferente si Dios quería mantener Su santidad y luchar por lo que lucha siempre, Su Santo Nombre. No podía amar a algo  que no era santo como Él.

Debemos entender que esto ocurre a Adán fuera de Cristo, ya que en Cristo Adán fue salvo, y amado por Dios Padre. Adán, aparte de Cristo fue separado de la presencia de Dios, pues Dios no puede mantener comunión con el pecado. Ahora el mundo era diferente para Adán, antes era gozo, alegría; ahora es sufrimiento, aflicción, problemas, muerte, etc.

En segundo lugar, el que el pecado matara a Adán significa que el pecado lo hizo totalmente depravado. Eso es lo que significa la muerte espiritual. Pablo lo expresa claramente,

  • “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados”

El castigo para la increíble transgresión de Adán fue que se convirtió en un esclavo del pecado en toda su naturaleza y en todo su ser. Este fue el castigo por su pecado. Todos los hombres son completamente depravados.

Cómo es posible que todos los hombres sean depravados? Primero, todos los hombres son en Adán responsables del pecado que Adán cometió. Esto porque Adán fue la cabeza o el representante de toda la humanidad. Pablo lo describe así,

  • “Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.’ (1 Corintios 15:22).

Adán fue la cabeza de todos los hombres, porque Dios así lo decidió.

Segundo, Adán fue el padre de toda la raza humana así que de Adán viene toda la corrupción y la depravación. David, en sus salmnos lo describe así,

  • “He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre.” (Salmo 51:5).

Qué entendemos por Depravación Total?

Las Escrituras y las Confesiones de la Iglesia nos enseñan que la depravación del hombre, como lo hemos visto, es total. Pero debemos hacer la distinción que a pesar de que el hombre es totalmente depravado, es decir, que no hay una sola molécula de su cuerpo que no esté corrompida por el pecado, el hombre no es tan malo como podría serlo. El artículo 4 de los canones de Dordt dicen que

“los remanentes de luz natural que aún quedan en el hombre desde su caída”

actúan como la manera en que Dios mantiene al hombre de ser totalmente perverso. El hombre pecador aún tiene el sentido del bien y el mal. El bien que hace el hombre, es hecho por Dios y para Su gloria.

Es decir, el hombre no anda por ahí matando a otros hombres, no anda adulterando (por lo menos no la mayoría), debido a que aún puede hacer obras que estén en armonía con la Ley de Dios. El hombre no vive una vida totalmente depravada, no porque no pueda, sino porque Dios no se lo permite.

Pero con respecto al bien espiritual, que es lo más importante, la biblia es clara en que el hombre no puede hacer nada bueno. Con el bien espiritual nos referimos a lo que concierne a la salvación. Es decir, el hombre no puede hacer nada para ser salvo.

Cuando Calvino y los padres de la iglesia reformada describieron el término depravación total, lo que quisieron decir fue “muerte espiritual.” El pecador está muerto, espiritualmente muerto. Viene a este mundo de su madre, obitado. No está enfermo. No padece de una enfermedad. Esta muerto. Esto es lo que enseña la Biblia.

Esto quiere decir, que su naturaleza está tan corrompida que no puede hacer nada bueno. El pecador no puede hacer nada que sea bien visto por Dios. Su corazón está muerto. La mente del hombre está muerta, está tan oscurecida por el pecado, que a pesar de poder entender las palabras de la Biblia, no puede comprender las cosas espirituales de Dios, de hecho, lo que comprende lo odia y no quiere tener algo que ver con Dios. Jesús, en su conversación con Nicodemo le dice que el hombre debe nacer de nuevo, debido a que,

  • “Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.” (Juan 3: 19).

Lo mismo ocurre con la voluntad del hombre o el libre albedrío. La esclavitud de la voluntad describe perfectamente su estado–su voluntad está esclavizada al pecado. El hombre no puede ni siquiera desear lo bueno. Esta es su naturaleza. Está muerto espiritualmente. Puede un muerto pensar? Puede un muerto desear algo? Puede un muerto dar señales de vida? El hombre muerto espiritualmente no puede desear hacer ninguna cosa buena espiritualmente. Ni siquiera puede desear su salvación. Su mente está tan oscurecida que no puede ni siquiera buscar a Dios para ser salvo.

Pablo en la epístola a los Romanos nos dice,

  • “Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda,No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.” (Romanos 3: 9-12; Romanos 3:23; Salmo 14, 53).

Alguien puede objetar diciendo que el hombre puede hacer cosas buenas, como amar a su esposa e hijos, amar a su prójimo, etc. El hombre ha hecho cosas en la ciencia que han sido de gran ayuda para la humanidad.

Lo primero que debemos decir a esta objeción es que la descripción acerca de la total depravación del hombre no se basa en la observación, sino en la declaración que nos da Dios en la Biblia. Quién es el que conoce el corazón del hombre? Dios es el que nos dice como somos y no alrevés.

En segundo lugar, con respecto a estas buenas obras. Desde los tiempos de Agustín en el siglo V, habían personas como Pelagius que objetaban estas sentencias. Lo que Agustín muy bien decía era que en el hombre, un mal detenía otro mal.

Por ejemplo, Agustín decía que un hombre que era dominado por el deseo de hacer dinero, ese deseo, le impedía cometer adulterio, o ser un alcohólico, con el único propósito de hacerse más y más rico.

Pero entonces Agustín hacía la pregunta: Es esto bueno a la vista de Dios? Por supuesto que no. Lo mismo sucede con las ‘buenas’ obras de los hombres. El hombre lo que busca es su propia gloria y el reconocimiento de los demás.

El pecado es orgullo. El hombre está siempre buscando ser exaltado por otros hombres. Este deseo es su principal motivo. Es esto bueno? No. Dios nos creó para que Él recibiera toda la gloria de todo lo que nosotros hacemos. Es por eso que sin Dios, ningún hombre hace buenas obras, o por lo menos obras que sean agradables a Dios.

Es más Dios nos dice,

  • “Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia” (Isaías 64:6).

Todas las supuestas justicias o buenas obras del hombre son como trapos de inmundicia para Dios. Esta es la sentencia de la Biblia, y a esta nos debemos someter.

Cuando un pecador puede ver la sentencia de Dios sobre la humanidad, y se da cuenta de su depravación, puede caer a los pies de Dios en arrepentimiento y clamar por perdón, al igual que David (Salmo 51). Ahí es cuando un hombre puede ver la cruz de Cristo y su necesidad. Sólo así podemos ver y comprender la gracia que fue derramada sobre nosotros, los hijos del Altísimo.

Otros textos bíblicos:

Romanos 3:23; 1 Reyes 8:46; Salmo 143:2; 1 Juan 1:8; Romanos 3: 9-12,18; Romanos 1: 18; Romanos 7: 18; Romanos 8: 5-9; Romanos 6: 17-18; Efesios 2: 1-5; Efesios 4: 17-18.

Articulo relacionado con la depravacion moral en la teología de Charles Finney

bibliografia consultada:

Bibliografia relacionada

Benjamín B. Warfield- Una Declaración Breve y Sencilla de la Fe Reformada

Ver este documento en Scribd

La teologia de Finney Parte 3 ¿Era Charles G. Finney evangélico?

La teologia de Finney Parte 3 ¿Era Charles G. Finney evangélico?

En los articulos anteriores, hemos estado procurando comprender acerca de la vida de Finney, y entender porque si bien puede ser llamado evangelico por su fe cristiana,no asi por su doctrina.

Analizaremos su doctrina a la luz de las escrituras.

1. La doctrina de la justificación:

  • «Sabiendo que el hombre no es justificado a base de las obras de la ley, sino por medio de la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Cristo Jesús para ser justificados a base de la fe de Cristo y no de las obras de la ley, por cuanto nadie será justificado a base de las obras de la ley.» (Gál. 2:16)

La justificación es uno de los conceptos más importantes en el Nuevo Testamento. La palabra griega que usualmente se usa para traducir la idea de justicia o rectitud; ya sea como nombre, verbo u otras formas; ocurre muchas veces. Las dos maneras de traducir la palabra indica correctamente que los dos conceptos no están separados en la Biblia.

Finney declara que es totalmente absurdo pensar que la justificación sea una transacción forense, es decir, que sea una declaración de inocencia de parte de Dios en base a la justicia perfecta de Cristo imputada al pecador por medio de la fe y en base a Su obra redentora en la cruz del calvario.

“Es… naturalmente imposible, y una contradicción sumamente palpable, afirmar que la justificación de un pecador, o de uno que ha violado la ley, es una justificación forense o judicial… Es ciertamente un sinsentido afirmar, que un pecador puede ser pronunciado justo a los ojos de la ley; que él puede ser justificado por las obras de la ley, o por la ley en algún sentido. La ley lo condena. Pero la justificación judicial o forense consiste en ser pronunciado justo en el juicio de la ley. Esto ciertamente es una imposibilidad con respecto a los pecadores” (Sistematic Theology; pg. 360-361, lecture 25; todas las citas de esta entrada fueron tomadas del libro de R. C. Sproul, Willing to Believe, pero he preferido poner las citas del libro de Finney para aquellos que poseen esta obra y no la de Sproul).

Es necesario señalar aquí que los reformadores no enseñaban que los pecadores son justificados por la ley, sino más bien que la fuente de la justificación forense es el Dador de la ley.

Aunque Finney está de acuerdo en que a través de la justificación el pecador es tratado como si fuera justo, esto no se debe a ninguna justicia imputada, sino simplemente a una declaración de perdón o amnistía de parte de Dios.

“La doctrina de una justicia imputada, o de que la obediencia de Cristo a la ley es contada como nuestra obediencia, está basada en la más falsa y absurda presuposición”, dice Finney (pg. 362, lect. 25), contradiciendo así lo que Pablo enseña en el capítulo 4 de Romanos y en muchos otros pasajes del NT.

Según Finney, Cristo debía obedecer la ley por Sí mismo y no para que Su justicia sea imputada a los pecadores.

El argumento de Finney es que, en lo que respecta a Su obediencia, Cristo hizo simplemente lo que debía hacer y, por lo tanto, Su obediencia perfecta sólo podía justificarlo a El mismo.

Martín Lutero, el primero de los protestantes reformadores, creía que la Iglesia Católica ponía demasiado énfasis en la necesidad de las buenas obras para la salvación. El insistía en que era por la fe sola que somos justificados o salvados. La salvación es un don inmerecido por medio de Jesucristo; por tanto, decía Lutero, las buenas obras son (en términos de alcanzar la salvación) innecesarias e inútiles.

Lutero creía que su postura se sustentaba en la Escritura, en Ro. 3:28 («Pues estoy convencido de que el hombre obtiene la salvación por la fe y no por el cumplimiento de la ley») y Ro. 4:3 («Creyó Abraham a Dios y eso le fue tenido en cuenta para obtener la salvación»).

En tiempos de Lutero, había ciertamente católicos que enfatizaban demasiado las buenas obras (tales como la compra de indulgencias o los beneficios espirituales, para uno mismo y para los seres queridos fallecidos) y a veces, estas prácticas rayaban en la superstición. Con todo, la piedad popular no siempre fue un reflejo acertado de la enseñanza oficial de la Iglesia

La justicia debe ser recta. Debe descansar en una base ética y de santidad. La rectitud debe resultar en justicia. De esta suerte, la demanda de Dios de justicia por medio de los profetas del Antiguo Testamento, se ‘cumple sólo cuando la justicia prevalece en la tierra. La conexión es igualmente segura en el Nuevo Testamento. Un Dios justo nos justifica; un Dios recto nos hace rectos.

El concepto del Antiguo Testamento de la justicia y la rectitud estaba basado en la ley. El concepto del Nuevo Testamento está basado en Jesucristo. Nosotros que creemos en Jesús como Salvador y Señor tenemos la justicia de Cristo imputada a nosotros. La justicia es servida completamente en lo que Cristo hizo por nosotros en la redención (vea Ro. 3:25). La idea que Dios no debe ser justo si perdona el pecado tan fácilmente debió ser común en los días de Pabló. Pablo argüyó que la justicia de Dios es qiimplida en la provisión que ha hecho de un medio para qué un pueblo pecaminoso sea hedió justo, en Cristo (vea Ro. 3:26). Venimos a Cristo sólo por la fe, no por las obras; Cristo como justicia para nosotros es un don de Dios para todos los que creen (vea Ro.5:17). Aquellos que procuran asegurar su salvación por las obras están regresando al concepto de justificación por la ley (vea Ru. 9:30-32).

La justificación puede parecer muy fácil para el hombre moderno, pero seguramente no fue fácil para Dios.

León Morris ilustra la dificultad en esta manera:

«Un vagabundo entra en su casa y roba algo costoso y precioso, pero a la postre usted lo perdona. Este perdón puede ser difícil pero no tan difícil como si usted descubriera que el ladrón era su mejor amigo. Ahora usted se siente traicionado, y es más difícil perdonar. Pero suponiendo que usted encuentra que el ladrón es su hijo. Toda clase de emociones surgen en usted. Usted lo perdonará, pues esa es la naturaleza paternal, pero no encontrará fácil el perdonarlo».

Dios perdona a todos los que vienen a Cristo en fe. Su perdón no es fácil; mas El no sólo perdona sino que nos justifica también, nos hace como si no hubiéramos pecado. Él hecho de la justificación es un milagro de Dios que está rnás allá de la plena comprensión.

Ralph Neighbor ha dicho:

«Jesús jamás puede verme a mí sin mirar Su propia sangre. Porque yo le pedí que me perdonara y me limpiara con Su sangre, nadie en el cielo me puede ver oin mirarme a través de la sangre de Jesucristo»

Parea ver esta doctrina en el pensamiento de Ch.Finney (cf. http://www.gospeltruth.net/Span/sermons/lajustificacionporlafe.htm)

Roy T.Edgemon. doctrinas que creen los bautistas,p. 74-75

Satanizando Otras Versiones de la Biblia

Hace unos años escribí una entrada en la cual me denominaba a mí mismo un fundamentalista. Mi intención era responder a los ataques de un grupo de liberales que criticaban algunas de mis posiciones doctrinales, especialmente con respecto a la inspiración de las Escrituras. Mi uso del término ‘fundamentalista’ fue idéntico al que fue usado por hombres como Machen a principios del siglo XX en respuesta a los ataques de los modernistas/liberales.

Sin embargo, el término en la actualidad tiene una mala connotación dentro del cristianismo. Actualmente se utiliza para aquellos que establecen reglas a sus congregaciones, externas a la Biblia, con el fin de ser ‘más santos.’ Estos grupos son aquellos que no le permiten a sus mujeres usar pantalones; que repudian y hasta excomulgan a todo aquel que pruebe un sorbo de cerveza; y que catalogarían de hereje a cualquiera que se salga de sus estándares doctrinales. En estos medios hombres como Lutero-por su pasión por la cerveza como buen alemán,– o Spurgeon-por su deleite en los puros– serían considerados apóstatas y herejes.

Pero existe otro problema entre muchos de estos grupos ‘fundamentalistas,’ especialmente los americanos: creen que la versión de la Biblia del Rey Jaime (King James Version) es la perfecta palabra de Dios, infalible e inerrante, en el idioma inglés. A esta creencia se le denomina KJV-onlyism (exclusivismo de la versión del Rey Jaime).

Lástimosamente, lo mismo que ocurre en los Estados Unidos ocurre en Latinoamérica. Existen grupos como los esclusivistas de esa versión inglesa, pero para la versión de la Reina Valera. Es decir, hay grupos de cristianos que verdaderamente creen que la versión de la Reina Valera es la palabra de Dios infalible e inerrante, preservada en el idioma español.

Por qué es que este exclusivismo es tan peligroso? Bueno, en los Estados Unidos existe un ataque feroz de estos grupos fundamentalistas hacia las otras versiones de la Biblia producidas en nuestros tiempos. Una de las versiones que más son atacadas es la Nueva Versión Internacional.Ejemplos de este tipo de ataques hay muchísimos.

No era de extrañarse que este tipo de ideas llegaran a nuestros países. Hace unos días encontré un enlace dirigiendo a las personas a un documento, el cual argumentaba que la Nueva Versión Internacional era una Biblia ‘satánica.’ El documento habla sobre uno de los libros publicados por uno de sus autores llamado, “Conspiración contra la Reina Valera,” y en la introducción los autores escriben que la publicación es hecha para “defender el texto original y más veraz de las escrituras, no dejando que las corrientes modernistas menoscaben una verdad tan vital como es la Palabra de Dios, para llevamos, sin damos cuenta, a la apostasía de los últimos tiempos.”

Noten que los autores del documento-como pueden leerlo ustedes mismos-igualan la versión de la Reina Valera “con el texto original y más veraz de las Escrituras.” Al igual que los exclusivistas de la versión del Rey Jacobo, hombres como estos intentan engañar a muchos creyentes ingénuos, argumentando que la Reina Valera es infalible, inspirada, e inerrante, algo que, como veremos más adelante, no es cierto. El llamado a la guerra por estos grupos se incita con comentarios como el siguiente,

LUCHA TOTAL CONTRA LA APOSTASÍA !! ALERTA ALERTA,!! LA NUEVA VERSIONINTERNACIONAL ,ES PARTE DE UNA CONSPÌRACION CONTRA LAS SAGRADAS ESCRITURAS ESTONO ES UN JUEGO, ESTA VERCION, SE BASA, EN UNA REVICION O CRITICA TEXTUAL ,ASI LE LLAMAN ELLOS, HECHA POR WESCOTT Y HORT, DOS ENEMIGOS DEL CRISTIANISMO , QUE NO CREIAN EN LA DIVINIDAD DE JESUCRISTO, NO CREIAN, EN EL INFIERNO, NI TAMPOCO QUE EXISTIERA TAL COSA COMO PECADO. REITERO LOS QUE ESTAN DETRAS DE ESTO NO ESTAN JUGANDO, Y ES TU RESPONSABILIDADINFORMARTE DEBIDAMENTE SOBRE ESTO, AHORA QUE LO SABES ERES RESPONSABLE. A CONTINUACION LES DOY UN LINK PARA BAJARSE UN LIBRO DE VIDAL MANZANARES , UNA EMINENCIA SOBRE ESTE TEMA. ES UN LIBRO DE 100 PAGINAS APROXIMADAMENTE. COMOCRISTIANO TIENES LAOBLIGACION DE IMFORMARTE.”

Este tipo de errores deben ser corregidos. No puede ser posible que existan personas-creyentes-que crean estas mentiras. No puede ser posible que hayan creyentes que verdaderamente crean que Dios ha preservado Su palabra en el idioma español en la versión de Reina Valera y que el resto de versiones son satánicas.

Cuál es la verdad?

La Biblia no nos dice en ningún lugar que sólo una versión de la Biblia sea la correcta. Es más, no existe un sólo pasaje en las Escrituras que indique como es que Dios preservaría la Biblia. Lo que sí nos dice la palabra de Dios es que toda la Escritura, es decir, todos aquellos documentos que llevaban el DNA, por así decirlo, de Escritura, había sido exhalado [theopneustos] por la boca de Dios (2 Timoteo 3: 16).

Es la Reina Valera o la versión del Rey Jaime theopneustos [exhalada por Dios]? La verdad es que no! Los escritos que fueron theopneustos fueron los autógrafos, es decir, los escritos originales, en su idioma original. Para decirlo con más claridad: lo único que fue exhalado por la boca de Dios fueron los escritos propios de los apóstoles y profetas en griego, hebreo y arameo. Las copias de estos documentos no fueron inspirados. Los copistas/escribas que realizaron el arduo trabajo de copiar los libros de la Biblia no fueron inspirados. Fueron movidos por el Espíritu Santo solamente los profetas y apóstoles para escribir las exactas palabras de Dios.

Sin embargo en Su providencia, debemos aceptar que Dios decretó que existieran hombres fieles a Él y leales a Su palabra, para que copiaran, en tiempos de gran persecución, diferentes libros de la Biblia. Pero la verdad es que no podemos considerar a estas copias como inspiradas en el mismo sentido que lo fueron los autógrafos, por el simple hecho de que no eran los escritos originales.

El problema se dio que durante muchas de estas copias se fueron introduciendo añadiduras, que aunque no importantes en cuanto a las doctrinas principales de la Biblia, crearon gran cantidad de variantes con respecto a los escritos originales. Daniel Wallace, un académico y especialista en manuscritos del Nuevo Testamento describe el problema de la siguiente manera,

la evidencia textual me demuestra tanto que estos escribas tenían una fuerte tendencia a añadir, más que a quitar, y que la mayoría de estas adiciones se encuentran en los manuscritos más recientes más que en los más antiguos.” [1]

Es decir, y sin querer profundizar mucho en el proceso escribal, lo que sucedía era que un escriba cuando copiaba un texto tendía a hacer algunos comentarios o notas al pie del texto. En ocasiones mientras copiaban un texto muy familiar, lo que hacían era citar de memoria un pasaje de un texto paralelo-como en los evangelios-sin que cierta porción del texto fuera original del texto que estaba copiando, y así introducían oraciones y frases que no le correspondían a un texto específico. En otras ocasiones cuando escribas copiaban otras copias más antiguas, en ocasiones añadían al texto los comentarios y notas escritas por el copista previo. Estos son sólo algunos ejemplos de lo que ocurría en los manuscritos.

Sin embargo, por la providencia de Dios se han preservado miles y miles de copias de las Escrituras, muchas tan antiguas como finales del primer siglo y principios del segundo y la gran mayoría descubiertas en los últimos 2 siglos. Qué importancia tiene esto? Que ahora los académicos pueden analizar estos manuscritos y afirmar, como lo han hecho, que la Biblia que tenemos en nuestras manos es 98-99% fiel a los autógrafos. Ese 1-2% de variantes corresponden a variantes no significativas, como por ejemplo una letra de más al final de una palabra, que no cambian ninguna doctrina bíblica.

Si quisieran pueden leer acerca de estos errores en una entrada que publiqué hace un tiempo con respecto a la fiabilidad del Nuevo Testamento. Y fue usando algunas de esas copias con las cuales se tradujo la versión de la Reina Valera. Nadie puede afirmar, aunque así quisieran algunos de estos ‘fundamentalistas,’ que la Reina Valera se tradujo con los escritos originales. Lo que tenemos son copias, no los originales.

Por eso es tan importante saber cuáles copias fueron utilizadas para traducir la versión de la Reina Valera? Para el Antiguo Testamento se utilizó el Texto Masorético y para el Nuevo Testamento, elTextus Receptus, además de otras pocas fuentes secundarias como la Biblia Ferrara. Y es aquí donde los que rechazan otras versiones como la Nueva Versión Internacional deben poner mucha atención.

El Textus Receptus

Denominado así por los hermanos Elzevir en 1624 se conforma por el texto griego de Erasmo de Rotterdam en el siglo XVI. Erasmo era un humanista, en el buen sentido de la palabra. En el siglo XVI significaba ser un estudioso de la literatura griega y latina, así como de filosofía y otras materias.

Su interés por los textos antiguos del Nuevo Testamento empezó muy temprano en su vida, especialmente durante su estadía en el monasterio de Steyn, que contaba con una inmensa biblioteca llena de documentos antiguos. Fue influenciado por la obra de Lorenzo Valla sobre el Nuevo Testamento y por su amigo John Colet, quien lo incentivo a embarcarse en la tarea de trabajar en el Nuevo Testamento.

Este humanista deseaba completar el Nuevo Testamento en griego. Sin embargo, a diferencia con los críticos textuales de nuestros días, Erasmo sólo contaba con diez manuscritos: cuatro de Inglaterra, cinco de Basilea, y uno que le fue prestado por su amigo Reuchlin. El de Reuchlin le pareció a Erasmo el más antiguo, sin embargo no era más antiguo que el siglo X o XII, y debido a que a Erasmo le parecía un poco dudoso, lo utilizó únicamente para el libro de Apocalipsis.

Erasmo sabía del códice Vaticanus que estaba en Roma, pero por ello era casi imposible de conseguir para trabajar con él. De los manuscritos de Basilea usó dos manuscritos inferiores, uno de los evangelios, que se supone aún se le pueden ver las anotaciones hechas por Erasmo, y otro de Hechos y las epístolas. Bruce Metzger un académico del griego los fecha no más allá del siglo XII [2]. Erasmo no contaba con ningún otro manuscrito que tuviera el libro de Apocalipsis excepto, como ya mencioné, por el de Reuchlin, por lo cual se vio forzado a utilizarlo. Su primera edición del Nuevo Testamento en griego fue producida utilizando sólo 10 manuscritos de los cuales ninguno era más antiguo del siglo X.

Es importante reconocer que el esfuerzo de Erasmo era el primer intento por hacer crítica textual. Su obra permaneció preacticamente igual, casi sin cambios por siglos, por lo cual fue denominadoTextus Receptus, como ya dije, por los hermanos Abraham y Buenaventura Elzeviro. El Textus Receptus fue la base para las versiones bíblicas producidas en los siglos XVI y XVII, entre ellas la versión del Rey Jaime y la Reina Valera.

El problema se presenta cuando vemos que ese texto estaba basado en tan sólo diez manuscritos, aunque algunos dicen que Erasmo utilizó solamente seis, todos de una calidad inferior. Además, Erasmo tuvo otros problemas. Por ejemplo, la copia del libro de Apocalipsis de Reuchlin no contenía la última hoja que contenía los versículos 16 al 21. Erasmo encontró el versículo 20 en las anotaciones de Valla, pero quedó sin poder obtener el resto del texto. Fue por ello que Erasmo decidió traducir el texto faltante del latín al griego, utilizando la Vulgata Latina [3]. Obviamente al hacer esto introdujo graves errores en el texto que han permanecido, increíblemente, por casi cinco siglos hasta nuestros días.

Sin embargo el más famoso de sus errores fue en 1 Juan 5:7, al cual se le ha denominado la Coma Juanina. Este versículo se lee así en la Reina Valera,

Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno.” RV 1960

La NVI traduce ese pasaje así, “Tres son los que dan testimonio.” A pesar de que la frase, “el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno” estaba ausente en todos los manuscritos que Erasmo tenía en sus manos –y de todos los manuscritos más antiguos existentes hasta el día de hoy,– Erasmo decidió omitirlo y no lo introdujo en su traducción. Por ello fue acusado de hereje.

Metzger relata que Erasmo le pidió a un amigo suyo llamado Bombasio quien le envió una transcripción de 1 Juan 5: 7-11 para demostrarle que ese codice no contenía la frase. El humanista afirmó, según cuenta Metzger, que si tan sólo un manuscrito tenía la frase él la incluiría. Resulta que apareció tal manuscrito, actualmente llamado “minúsculo 61″ y que se encuentra en Dublin. Según Metzger la fecha de tal manuscrito es del siglo XVI y sospechosamente abre en 1 Juan 5:7 [4]. Debido a sus afirmaciones, Erasmo incluyó la frase en su tercera edición, aunque expresó sus dudas acerca de la autenticidad de la frase en sus notas al pie de página.

Algunas otras notas de Erasmo tienen que ver con los pasajes de Marcos 16: 9-20 y el pasaje de la mujer adúltera de Juan 7: 53-8: 1-11.

Los Hallazgos Recientes

A diferencia de Erasmo, los críticos textuales de nuestros tiempos cuentan con más de diez manuscritos del Nuevo Testamento. De hecho, cuentan con más de cinco mil copias, miles en muchísimo mejor estado de preservación que los de Erasmo. Qué importancia tiene esto? Bueno, no sólo se trata de miles y miles de copias más que las del Textus Receptus, sino que se trata de manuscritos muchísimo más antiguos que los de Erasmo. Muchos de los manuscritos que poseemos hoy en día datan de finales del primer siglo hasta el tercero y cuarto siglos.

Esto es importante porque los académicos pueden hacer comparaciones entre textos y así poder identificar en donde hay textos añadidos. Este fue un problema básico de Erasmo. Al no contra con más manuscritos y mucho más antiguos, no pudo saber verdaderamente que eran añadiduras y que era original. Sin embargo, la obra de Erasmo fue increíble para la expansión del reino de Dios en el siglo XVI y para que la Biblia pudiera ser traducida a los idiomas de los pueblos.

Como mencione antes, el mismo Erasmo tenía dudas sobre el final del evangelio según Marcos. Los hallazgos encontrados en los miles de manuscritos antiguos encontrados demuestran que ese pasaje no es original, sino una adición al evangelio. El mismo pasaje de la mujer adúltera en Juan 8 es una adición que no se encuentra en los textos más antiguos. Es más, la English Standard Version, que es una traducción literal palabra por palabra del griego, y que es utilizada casi de referencia por las iglesias reformadas de habla inglesa dice así con respecto al pasaje en Juan 8,

Hay dudas considerables de que esta historia sea parte del Evangelio original de Juan, pues está ausente en todos los manuscritos más antiguos. Pero no hay nada en ella indigno de sana doctrina. Parece mejor ver la historia como algo que probablemente ocurrió durante el ministerio de Jesús pero que no fue originalmente parte de lo que escribió Juan en su Evangelio. Por lo tanto no debe ser considerada como parte de la Escritura y no debe usarse como fundamento para construir ninguna doctrina a menos que pueda ser confirmada por la Escritura.” [5]

Qué hay con la Nueva Versión Internacional?

Los ataques a esta versión me recuerdan a los ataques hechos durante mi infancia a los Pitufos. Recuerdo de muchísimos cuentos que decían que los Pitufos eran satánicos y que a los niños que tenían muñecos de peluche de los pitufos, estos tomaban vida y los mataban. Los sensacionalistas e ignorantes decían, “La Verdad Oculta de los Pitufos.”

Pues de la misma manera existen hoy en día ignorantes y fundamentalistas que alegan que la NVIes una versión satánica de la Biblia. Inclusive producen suspuestas diferencias con la Reina Valera 1960, argumentando que la NVI quita palabras, frases y pasajes enteros porque desea desechar la divinidad de Jesucristo, la doctrina del infierno, la segunda venida de Cristo, etc.

Lo triste es que con sus mentiras y mitos, quizás basados en su ignorancia y ceguera, engañan a muchos, haciéndoles perder confianza en la Biblia que estudian y leen a diario. Le dicen a la gente que la única Biblia que es fiel es la Reina Valera, y que las demás versiones son obras de Satanás con el deseo de menoscabar las doctrinas bíblicas.

La verdad es que la NVI, la Biblia de las Américas, y otras son diferentes versiones de los manuscritos que tenemos hoy en día, que como ya dije, son más de cinco mil. Lo impresionante es que estas versiones son similares a la Reina Valera en un 98%. Y lo que hacen es quitar aquellas palabras y frases que no se encuentran en esos miles de manuscritos antiguos que tenemos a nuestra disposición, y que probablemente hallan sido añadiduras de los copistas a lo largo de la historia, y que sí se encuentran en la Reina Valera debido a que ésta se basa en manuscritos más recientes y más inferiores en cuanto a calidad.

El Textus Receptus de Erasmo tiene esa debilidad. Son como máximo tan sólo 10 manuscritos no más antiguos del siglo X. La NVI, la Biblia de las Américas y la ESV (inglés) son versiones basadas en esos miles de manuscritos encontrados en los últimos dos siglos, por lo cual las hacen más fieles a los autógrafos de lo que puede ser aquellas versiones que se basaron en el Textus Receptus de Erasmo.

La misión de la NVI es ser lo más fiel al texto griego, arameo y hebreo, sin embargo haciendo una traducción más comprensible al español. Y los que hallan leído esta versión y la han comparado con la Biblia de las Américas, pueden notar la diferencia, pues esta última es una traducción literal palabra por palabra.

Conclusión

La Reina Valera, igual como la NVI o la Biblia de las Américas, son tan sólo versiones de la Biblia. Se basan en la traducción de los manuscritos del Antiguo y Nuevo Testamento. La ventaja que tiene la NVI y LBLA es que se basan en miles de manuscritos descubiertos recientemente y que son muchos más antiguos que los manuscritos del Nuevo Testamento en los que se basa la Reina Valera.

Los ataques hacia la NVI no son válidos y lo que demuestran es que los que los hacen ignoran el proceso por el cual se produjo la versión de la Reina Valera. Fundamentalistas como los que escribieron el documento que les compartí arriba, intentan ignorar estos datos con el fin de fundamentar su ignorancia y justificar sus mentiras. La Reina Valera no es la palabra de Dios preservada en el idioma español. Simplemente es una versión más, como las demás.

Yo he estudiado de la NVI, sin embargo prefiero la Reina Valera y ahora que descubrí la LBLA, precisamente porque son traducciones palabra por palabra, lo que me permite conocer más la intención de los autores de los libros de la Biblia, y así puedo penetrar más en mi estudio bíblico. Sin embargo considero que la NVI es una excelente traducción que no le quita los atributos divinos a Jesús, ni desecha la doctrina del infierno, etc. Es más, recomiendo tener una para estar comparandola durante sus estudios bíblicos.

Entonces, no dejemos que otros nos mientan y nos engañen. Instruyámonos nosotros mismos para no caer en las garras de estos ignorantes y engañadores.

[1] Daniel Wallace. Why I Dont Think The King James Bible Is The Best Translation Available Today?

[2] Bruce Metzger. The Text of the New Testament. Página 99.

[3] Ibid. Página 100.

[4] Ibid. Página 101.

[5] English Standard Version. Página 2039.

sujetosalaroca.org

Rick Warren – Una Iglesia Con Proposito

Ver este documento en Scribd

Anteriores Entradas antiguas