Buscando el naufragio del Apóstol Pablo en Malta


Buscando el naufragio del Apóstol Pablo en Malta

By Chuck Holton
Tuesday, March 16, 2010

La pequeña isla de Malta en medio del Mar Mediterráneo tiene una rica historia como una de las comunidades cristianas más antiguas del mundo. Todo comenzó con un naufragio, como narra el libro de Hechos.

Era cerca del año 60 DC y el Apóstol Pablo iba hacia Roma desde la isla de Creta. En el viaje un feroz viento sacó a la nave de su curso.

Con la tormenta aún rugiendo, la nave golpeó un banco de arena y comenzó a quebrarse. Los hombres nadaron por sus vidas. Milagrosamente sobrevivieron.

Y así empezó una influencia cristiana en Malta que ha continuado durante siglos. Hoy es la nación más religiosa de Europa, 98 % de sus ciudadanos son católicos.

San Pablo es remembrado a través de la isla, aún más en la Bahía de San Pablo, donde los turistas vienen a visitar la Catedral del Naufragio, y ver el sitio donde la mayoría cree que el barco de Pablo encalló hace unos 2.000 años.

Pero cuando el exdetective de Los Ángeles Bob Cornuke vitió Malta, los hechos en la narración bíblica no encajaban desde el punto de vista de la Bahía de San Pablo. Esas diferencias llevaron a 10 años de búsqueda de la verdadera ubicación del naufragio. Cornuke comenzó en las páginas de su Biblia. Lo más esencial giraba en torno a las cuatro anclas. ¿Podrían ser encontradas?

“Miré la Biblia y dije, ‘¿Podré resolver esto como si fuera un crimen? ¿Podré tomar la evidencia de las páginas de la Biblia y encontrar estas anclas perdidas de las que habla la Biblia?”, dijo Cornuke.

Hechos 27 y 28 da un recuento detallado de la historia. Cornuke señaló cuatro factores que deberían encajar para poder encontrar la verdadera ubicación:

Una bahía con una playa. Un arrecife con un banco de arena. Un fondo marino de unos 90 pies. Y un lugar que los marineros no reconocerían. Cornuke enlistó a un grupo de hombres que conocen bien las aguas que rodean a Malta, los pescadores. “Así que comencé mi búsqueda con estos pescadores, que conocían el clima, las corrientes, la topografía del océano. Ellos me llevaron y me mostraron todos los posibles lugares basados en la narración bíblica”.

La mayoría de Malta está rodeada de acantilados, así que las posibilidades se redujeron a algunas bahías con playas. Para saber qué sitio sería más favorable, Cornuke buscó al Dr. Graham Hutt, experto en tormentas mediterráneas.

“He estudiado estas tormentas y los patrones del clima en el Mediterráneo por los últimos 30 años. Y escribí un libro sobre Noráfrica y Malta que cubre todos esos asuntos del clima”, expresa Hutt.

La experiencia de Hutt ayudó a que las claves bíblicas tuvieran sentido.

“Tenían mucho temor de encallar en la Bahía de Syrtis, en la costa de Libia, así que debieron tratar al máximo de ir en dirección hacia el norte, pero en realidad fueron al noroeste”.

La única bahía en esa área que encaja con la dirección que Cornuke calculó se llama la Bahía de Santo Tomás.

“En mi opinión, el lugar más probable donde deben haber llegado es a la Bahía de Santo Tomás”, dice Hutt.

En la Bahía de Santo Tomás, al sureste de Malta, la teoría dice que esta es la bahía que fue descrita en el libro de Hechos. Parte del relato bíblico dice que los marineros no reconocieron la isla hasta que los habitantes les dijeron que era Malta. Eso también prueba la teoría de que ésta es la bahía, porque si hubieran llegado a la parte norte había muchos puertos que les hubieran resultado familiares”.

Otro día, Cornuke hizo un descubrimiento electrizante gracias a un buzo que tenía una historia increíble.

“Conocí a este hombre que dijo: ‘allá por los años setentas, desenterramos cuatro anclas del fondo marino como a 90 pies de profundidad’”.

La ubicación: justo afuera de la Bahía de San Tomas, cerca de un peligroso banco de arena llamado Arrecife Munchar.

Las anclas fueron donadas al Museo Marítimo Nacional, y el análisis de los expertos confirmó que eran anclas de la era romana. Pero los buzos no tenían idea de lo que tenían en ese momento.

“Encontramos las anclas como a inicios de los setentas, no recuerdo el año exacto. Para mi no tenían importancia cuando las encontramos. Fue como ‘qué bien, encontramos un pedazo de plomo’”, comenta Ray Ciancio, quien es buzo.

El accedió a mostrarnos el área donde encontraron las anclas.

“Así que cuando fui a buscar el sitio donde encontraron estas anclas, miré hacia el litoral y encajaba con lo que decía la Biblia. Había una bahía con una playa. Había un arrecife donde dos mares se juntan”, expresa Cornuke.

Hoy, el fondo marino de nuevo es tranquilo y calmo, sin dar clave de los secretos que contiene. Es imposible dar por cierto que este es el sitio donde ocurrió el naufragio de Pablo, pero a muchos malteses les intriga la idea.

Joe Navarro es otro de los buzos que ayudaron a sacar las anclas.

“Yo estoy convencido que es más plausible que el naufragio fuera en Munchar, no en la isla de San Pablo. Hemos creído que fue allí, pero nunca nadie ha cuestionado, ‘¿están seguros’?

“Tomamos esta ancla y recuerdo poner mi mano en este frío objeto y pensar que podría estar tocando la historia. Por dos mil años perteneció al mar y ahora yo estaba tocando este objeto del que supimos por las páginas de la Biblia”, expresa Cornuke.

Hoy, las anclas están escondidas en una esquina del Museo Marítimo, la mayoría de visitantes les pasan de largo sin saber la historia que pueden contener.

Via | Mundocristiano

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